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Pensamientos muerte

El hombre, desde que nace, es un proyecto para la muerte. Su


contingencia le abre a la temporalidad.

Para Hiederger el hombre es un ser para la muerte. Con la muerte


se comprende mejor el sentido del presente, ya que la muerte es la
consumación de la vida. Cada día morimos un poco La muerte
rompe todos nuestros proyectos e ilusiones, ya que el futuro se
esfuma como una burbuja de aire. Se expresa textualmente de esta
manera: La muerte como fin del ser aquí, es la posibilidad más
propia del ser aquí, la más incondicionada e insuperable. La muerte,
como fin del ser aquí, está en el ser de este ente, , en cuanto que
es para el fin.
Es más duro asumir la muerte, que padecerla.

Para Sartre la muerte es la contradicción suprema de la vida. Es


absurdo que hayamos nacido y que muramos. Todo lo que existe,
nace sin razón, se prolonga en la debilidad y muere por casualidad.
Por este motivo es ruptura, quiebra y vacío.
El hombre es un ser para la nada, una pasión inútil.

Para Jasper: Lo que el hombre destruye es la apariencia y no el ser


mismo. Lo importante es que el hombre es un ser trascendente y
que dé sentido a la vida.

Para Albert Camus: En el centro de la vida está el hombre, con su


vida sin sentido, llena de dolor y asediada por la muerte. Después
de la muerte la nada y el silencio infinito y eterno.

Para Kierkegaar la muerte es un fracaso, aunque deja un espacio


para su apertura a Dios.

8. La muerte nos enseña a descubrir el sentido de la vida.

Cuando se presenta a nuestros ojos la muerte, en todas las


esquinas de la vida, deberíamos plantearnos el sentido que tiene la
vida del hombre sobre la tierra.
Cristo no vino a ensañarnos a morir, sino a enseñarnos la manera
de vivir la vida cristiana.
La vida de Cristo debe también dar sentido a nuestra vida para
poder dar la razón de nuestra existencia.
Si yo soy fiel a la vida, me enfrentaré a la muerte con la mayor
tranquilidad

13- Anhelo de la muerte. Finitud y plenitud

Para los santos, la muerte es un salto gozoso hacia Dios, Por eso
anhelan la muerte.
Pablo decía Para mí la vida es Cristo y morir una ganancia (Fil. 1,
21)
Desea irse con Cristo, pero ama tanto a sus hermanos, que prefiere
quedarse con ellos: Me siento apremiado por las dos partes, por
una parte, deseo partir y estar con Cristo, lo cual ciertamente con
mucho es lo mejor; más, por otra parte, quedarme en la carne es
más necesario para vosotros. (Fil. 1, 23)
Para San Ignacio de Antioquia: Para mí es mejor morir en Cristo
Jesús que reinar de un extremo otro de la tierra. Lo busco a El,
muerto por nosotros; lo quiero a Él, que ha resucitado por nosotros.
Mi partida se aproxima..Dejadme recibir la luz pura; cuando yo
llegue allí, seré un hombre muevo (San Ignacio de Antioquia ( Rom.
6, 1.11).
Mi deseo terreno ha desaparecido…Hay en mí un agua viva que
murmura y me dice desde dentro de mí, ven al Padre (San Ignacio
de Antioquia, Rom. 7, 2)

En nuestros dos grandes místicos se expresa este deseo de


encontrarse con Dios.
Vamos a leer lo que nos dice San Juan de la Cruz y Santa Teresa
sobre el particular:
Coplas del alma que pena por ver a Dios.
Vivo sin vivir en mí y de tal manera espero, que muero porque no
muero.1. En mí yo no vivo ya, y sin Dios vivir no puedo; pues sin él
y sin mí quedo, este vivir ¿qué será? Mil muertes se me hará, pues
mi misma vida espero, muriendo porque no muero. 2. Esta vida que
yo vivo es privación de vivir; y así, es continuo morir hasta que viva
contigo. Oye, mi Dios, lo que digo: q ue esta vida no la quiero, que
muero porque no muero. 3. Estando ausente de ti ¿qué vida puedo
tener, sino muerte padecerla mayor que nunca ví? Lástima tengo de
mí, pues de suerte persevero, que muero, porque no muero. 4. El
pez que del agua sale aun de alivio no carece, que en la muerte que
padece al fin la muerte le vale.¿Qué muerte habrá que se iguale a
mi vivir lastimero, pues si más vivo más muero?5. Cuando me
pienso aliviar de verte en el Sacramento ,háceme más sentimiento
el no te poder gozar todo es para más penar por no verte como
quiero, y muero porque no muero. 6. Y si me gozo, Señor,con
esperanza de verte, en ver que puedo perdertese me dobla mi
dolor; viviendo en tanto pavor y esperando como espero,muérome
porque no muero.7. ¡Sácame de aquesta muertemi Dios, y dame la
vida;no me tengas impedida en este lazo tan fuerte;mira que peno
por verte, y mi mal es tan entero, que muero porque no muero. 8.
Lloraré mi muerte ya y lamentaré mi vida, en tanto que detenida por
mis pecados está.¡Oh mi Dios!, ¿cuándo será cuando yo diga de
vero: vivo ya porque no muero

Muero porque no muero


Vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero Que muero porque no
muero. Vivo ya fuera de mí Después que muero de amor, Porque
vivo en el Señor Que me quiso para Sí. Cuando el corazón le di
Puso en él este letrero Que muero porque no muero. Esta divina
prisión Del amor con que yo vivo Ha hecho a Dios mi cautivo Y libre
mi corazón; Y causa en mí tal pasión Ver a Dios mi prisionero, Que
muero porque no muero.¡Ay, que larga es esta vida,Qué duros estos
destierros, Esta cárcel y estos hierros En que el alma esta metida!
Sólo esperar la salida Me causa dolor tan fiero, Que muero porque
no muero. iAy, que vida tan amarga Do no se goza el Señor! Porque
si es dulce el amor, No lo es la esperanza larga: Quíteme Dios esta
carga Más pesada que el acero, Que muero porque no muero.Sólo
con la confianza Vivo de que he de morir, Porque muriendo el vivi r
Me asegura mi esperanza. Muerte do el vivir se alcanza, No te
tardes, que te espero ,Que muero porque no muero. Mira que el
amor es fuerte; Vida, no me seas molesta,Mira que sólo te resta,
Para ganarte, perderte; Venga ya la dulce muerte, Venga el morir
muy ligero, Que muero porque no muero .A quella vida de arriba,
Que es la vida verdadera, Hasta que esta vida muera No se goza
estando viva. Muerte, no seas esquiva; Viva muriendo primero, Que
muero porque no muero. Vida, ¿que puedo yo darle A mi Dios que
vive en mí, Si no es perderte a t iPara mejor a El gozarle? Quiero
muriendo alcanzarle Pues a El solo
Lúgubre es la vida, Amarga en estremo; Que no vive el alma Que
está de ti lejos.¡Oh dulce bien mío, Que soy infeliz !Ansiosa de verte
Deseo morir.
El creyente descubre que su vida es un peregrinar, seguir un
camino hacia una meta; descubrir a donde vamos, cual es nuestro
destino y nuestro fin. Hay un sentido en nuestra mente y en nuestro
corazón. El cristiano, desde la fe, sabe que su vida en la tierra es un
peregrinaje hacia Dios y que un día vivirá en al eternidad. San
Agustín, con gran profundidad, nos dice que el hombre camina
hacia la Jerusalén celestial.

El no creyente vive, como si esta vida sea su fin. El fin de crsitiano


es otro. Y esta vida solo es un medio. Un camino hacio otro fin.

El peregrino es un ser errante, que descubre que todo es provisorio.


En su camino el gran valor es la acogida, la hospitalidad y la
cercanía. El peregrino descubre que no va solo: unos cantan y
rezan y otros ríen y lloran. Va acompañado de una comunidad, que
sostiene sus miserias. Siempre tiene cerca a alguien a quien mirar y
sonreír. Peregrinar es cada día cambiar de horizontes, descubrir
nuevos valles, escalar empinadas montañas y bajar y subir por
senderos y veredas. En este caminar sus pies muchas veces
sangran, pero va alegre, porque su meta son los horizontes eternos.
Su destino es Dios. Su horizonte esperar siempre. Su camino el
amor. La muerte y la eternidad se dan la mano. Pablo vivía con el
Señor (2 Cor. 5,8) y la vida de Cristo era su vida (FIl.1,21).

La muerte tiene un sentido, si la vida lo ha


tenido
Todo lo que no se da, se pierde (Péguy)

Nada es tan cierto como la muerte (Séneca)


Para San agustín: Todo es incierto, sólo la
muerte es cierta,

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