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Apología para la historia, Marc Bloch

Capítulo 1

1. ¿Cómo aborda M. Bloch el tema de “para qué sirve la historia”?


Bloch plantea el problema sobre la utilidad de la historia mediante la pregunta de un niño
dirigida a su padre, «papá, explícame para qué sirve la historia», con la que se plantea el
problema de la legitimidad de esta disciplina. Marc Bloch plantea que en principio, antes que el
deseo de conocimiento y que la pretensión de constituirse como obra científica conciente de sus
fines, la historia produce una atracción: distrae y produce placer. Sin embargo, este atractivo no
basta para justificarla y legitimar el esfuerzo intelectual que requiere.
Se plantean dos dimensiones fundamentales en la concepción de la historia: su legitimidad
(vinculada al plano cognoscitivo e intelectual) y su utilidad.
La utilidad, vinculada en el sentido pragmático con el provecho en la confrontación política y
social, se relaciona con la tendencia a buscar en la historia una guía para la acción. Bloch postula
que el valor de una investigación no se mide, al contrario de lo que postulaban los positivistas,
según su capacidad de servir a la acción, y que, por lo tanto, este sentido pragmático de la
historia no puede confundirse con su sentido propiamente intelectual, que es el vinculado con la
legitimidad: la historia se legitima más allá de su utilidad, en función de su rigurosidad y su
capacidad de establecer relaciones explicativas entre fenómenos para comprenderlos mediante
una clasificación racional y una inteligibilidad progresiva, que le permitan constituirse así como
disciplina científica.

2. ¿A qué se refiere el autor cuando plantea que en las últimas décadas del siglo XIX y los
primeros años del siglo XX las generaciones “han vivido como alucinadas por una imagen
demasiado rígida” refiriéndose a las ciencias? ¿Qué tendencias opuestas se desarrollaron a
partir de estas opiniones?
Bloch se refiere a que en la concepción positivista de las ciencias del mundo físico se considera
que todo puede formularse en leyes universales por medio de demostraciones irrefutables.
Aplicada a análisis histórico, las tendencias opuestas que se desarrollaron fueron:
a. la posición de la escuela sociológica fundada por Durkheim, que creyó posible instituir una
ciencia de la evolución humana conforme al ideal positivista. En su esfuerzo por sistematizar,
muchas veces debió dejar de lado efectos del conocimiento de realidades humanas que
resultaban rebeldes al saber racional, que identificaron con el acontecimiento. Aportaron mayor
profundidad al análisis y al enfoque de los problemas.
b. La posición del historicismo clásico o historia historizante, que no lograron insertar la historia
en los marcos del legalismo físico. Tenían una preocupación archivística documental y
consideraban que la historia no ofrecía conclusiones seguras en el presente ni perspectiva en el
futuro. Negó el conocimiento científico y se enfocó en lo particular.

En la época en que Bloch escribió su Introducción a la historia, ante la importancia de teorías


como la teoría cinética del gas, la mecánica einsteniana y la teoría de los quanta, se alteró la
noción de ciencia: se aceptó el hacer de la certidumbre y del universalismo cuestión de grados y
no se consideró necesario tratar de imponer a todos los objetos del saber un modelo intelectual
uniforme, tomado de las ciencias de la naturaleza física, porque en las mismas ciencias físicas
este modelo no se aplicaba por completo.

3. ¿Es la historia la ciencia del pasado? ¿Por qué? ¿Cuál es el objeto de la historia para Marc
Bloch?
No, porque el pasado, constituido por una serie de fenómenos no contemporáneos al historiador
que no suelen tener un carácter común, sin delimitación previa, no puede ser objeto de un
conocimiento racional y constituir una ciencia. No basta con contar acontecimientos sólo unidos
entre sí por la circunstancia de haberse producido aproximadamente en el mismo momento: de
los múltiples acontecimientos pasados interesan al historiador sólo aquellos que se unen a sus
preocupaciones específicas en función de la historia problemática que se realiza. La historia
estudia la obra de los hombres; es la ciencia de los hombres en el tiempo:

... la historia quiere aprehender a los hombres. Quien no lo logre no pasará jamás, en el mejor
de los casos, de ser un obrero manual de la erudición. Allí donde huele la carne humana, sabe
que está su presa. (Bloch, p.25)

4. ¿Cómo explica el autor el tiempo histórico?


Marc Bloch explica el tiempo histórico como una «realidad concreta y viva abandonada a su
impulso inevitable, es el plasma mismo en que se bañan los fenómenos y algo así como el lugar de
su inteligibilidad» (p.26).
Esto se contrapone a las disciplinas en las que no es más que una medida dividida en fragmentos
artificialmente homogéneos, pues el tiempo histórico va más allá de lo cronológico y meramente
acontecimental: se busca romper con el tiempo histórico unilineal sostenido en la idea de
progreso que planteaba ausencia de rupturas. Así, el tiempo histórico tiene dos atribuciones:
continuidad y ruptura, es un continuo y está sometido al cambio permanente.

5. ¿Cómo analiza Bloch el tema de orígenes – principios – causas en el desarrollo del


pensamiento histórico?
Bloch explica que los orígenes son comúnmente considerados como un comienzo que basta para
explicar lo más próximo por lo más lejano. Pueden distinguirse dos sentidos:
- El origen como “principios”, comienzos cronológicos, en donde la obsesión por los orígenes da
lugar principalmente a una historia centrada en los nacimientos (los principios) en la que el
pasado cumple un papel legitimador o censor del presente, y no sólo busca explicarlo; lo que
implica un intento de enjuiciar y juzgar.
- El origen como las “causas” que constituyen una razón explicativa, en las que al estudio de la
actividad humana amenaza el error de confundir la filiación con la explicación: se reduce la
explicación a un origen, que es generalmente tranquilizador y monocausal, y está vinculado a la
concepción historicista de la historia.
Bloch concluye postulando que «un fenómeno histórico nunca puede ser explicado en su totalidad
fuera del estudio de su momento», de su contexto.

6. ¿Es el historiador un anticuario? ¿Por qué? ¿Cómo analiza el autor la problemática de


comprender el presente por el pasado y comprender el pasado por el presente?
El historiador no es un anticuario, porque no limita su campo de estudio al pasado, sino que
estudia también el presente a fin de comprender el pasado, estudia lo viviente. Esto ocurre
porque hay una solidaridad de edades en la que la inteligibilidad del presente depende del
pasado, y la del pasado, del presente.

La incomprensión del presente nace fatalmente de la ignorancia del pasado. Pero no es, quizás,
menos vano esforzarse por comprender el pasado si no se sabe nada del presente. (p.38)

Bloch analiza esta problemática planteando en principio que postular la autointeligibilidad del
presente supone establecer un cambio rápido y total, olvidando la fuerza de inercia propia de las
creaciones sociales y la continuidad del tiempo histórico. Tampoco se puede explicar a una
sociedad por el momento inmediatamente anterior al que vive (dado que hay una transferencia
de pensamiento entre generaciones muy alejadas, que se manifiesta más claramente en las
transferencias facilitadas por escritos, que constituyen a continuidad de una civilización), ni por
los movimientos de ideas o sensibilidad más cercanos en el tiempo. Hay una crítica a la historia
que se limita a la corta duración: no alcanza con estudiar las reacciones de los hombres frente a
las circunstancias particulares de un momento, es preciso estudiar al pasado (en la larga
duración) para comprender al presente -pero sin pretender realizar una justificación del mismo-,
dado que la ignorancia del pasado compromete el conocimiento del presente y la misma acción:

Una experiencia única es siempre impotente para discriminar sus propios factores y, por lo
tanto, para suministrar su propia interpretación. (p. 37)

Es preciso partir del conocimiento del presente para comprender el pasado, porque la
observación voluntaria y controlada de lo cotidiano da los elementos que sirven para reconstruir
el pasado. Bloch recomienda partir de lo mejor conocido a lo más oscuro, del análisis de hoy, a
fin de obtener perspectivas de conjunto que no se obtienen a partir del análisis mecánico de
atrás para adelante. De esta manera, la ciencia de los hombres en el tiempo llamada historia
aúna el «estudio de los muertos con el de los vivos» en una interdisciplinariedad donde se
pretende lograr una historia universal.

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