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RECTORADO
DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
CENTRO LOCAL METROPOLITANO
Ensayo sobre:
LA DEMOCRACIA, LOS DERECHOS
ACTIVIDAD HUMANOS Y LAS INTERVENCIONES
SUPRANACIONALES
NOMBRES Y
JESUS WLADIMIR MUÑOZ MARTINEZ
APELLIDOS:
CÉDULA DE
V- 11.994.285.
IDENTIDAD:
CORREO
jesusmuoz@gmail.com
ELECTRÓNICO:
FIRMA:
INTRODUCCIÓN
Los derechos humanos son la mejor expresión de todos los valores que caracterizan a un
sistema político democrático. Mientras el constitucionalismo norma los procedimientos, deberes
y garantías para la práctica de la democracia en un Estado de derecho, su aspiración se concretiza
en los derechos humanos, esto es, el interés de un régimen democrático se orienta a mejorar la
vida de los seres humanos que integran la sociedad. Así, el constitucionalismo le da certeza
jurídica a la democracia estableciendo los derechos fundamentales en la Constitución, de modo
que otorga sustancia y contenido a la democracia mediante formas jurídicas.
Las constituciones desde su surgimiento han tenido dos tipos de contenidos: han
establecido los derechos de las personas o de los ciudadanos y han organizado lo que se conoce
como la división de poderes. Estos dos elementos integran el contenido mínimo de toda
Constitución. Con el paso del tiempo los textos constitucionales han ido incorporando otro tipo
de contenidos, por ejemplo, preceptos relativos a la economía, al régimen de responsabilidades
de los funcionarios, a cuestiones territoriales, entre otros muchos temas, pero siempre sobre la
base articuladora de los derechos fundamentales de las personas y de la división del poder.
De esa forma, las reglas básicas de funcionamiento de la democracia han sido plasmadas
de forma expresa en la Constitución, pero además los contenidos constitucionales han venido a
robustecer y enriquecer la forma en que se entiende el significado de la propia democracia. En
efecto, las constituciones establecen, primero cómo se debe competir por alcanzar los puestos de
representación popular y segundo la forma en que se deben ejercer tales puestos y las facultades
de sus titulares. Todo eso supone una dimensión formal de la democracia, vinculada con dos
procesos de toma de decisiones esenciales en todo régimen democrático: a) quién gobierna, y b)
cómo gobierna.
Los valores de libertad y respeto por los derechos humanos y el principio de celebrar
elecciones periódicas y genuinas mediante el sufragio universal son elementos esenciales de la
democracia. A su vez, la democracia proporciona el medio natural para la protección y la
realización efectiva de los derechos humanos. Esos valores se han incorporado en la Declaración
Universal de Derechos Humanos y han sido elaborados aún más en el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos que consagra una multitud de derechos políticos y libertades civiles
en que se basan las democracias significativas.
De esta forma, la democracia de nuestros días debe de asegurar los iguales derechos de
todas las personas y convertir en realidad el principio de la soberanía, el cual pasa de ser
entendido como cualidad del Estado o de la Nación a ser una expresión de los derechos
fundamentales de todas las personas.
Libertad de asociación
La celebración de elecciones periódicas, libres y justas por sufragio universal y por voto
secreto como expresión de la voluntad de la población;
La separación de poderes;
La alteración del orden constitucional en Venezuela fue posible por una serie de factores
que determinan que el país presente, en general, serias deficiencias en su institucionalidad
democrática. La falta de independencia del Poder Judicial es, en opinión de la CIDH, un
elemento que incide de manera determinante tanto en la injerencia del Poder Ejecutivo en el
Judicial, como en la de este último en el Legislativo. A su vez, un factor importante en la falta de
independencia son los procesos inadecuados de elección y la ausencia de garantías de
permanencia en el cargo de magistrados y magistradas del TSJ.
Es por ello que la Comisión considera necesario que se adopten medidas para evitar
riesgos a la independencia judicial en la elección, nombramiento y permanencia de los miembros
de la máxima instancia judicial en Venezuela. En particular, debe asegurarse que en los procesos
de nombramiento se cumpla con la difusión previa de las convocatorias, plazos y
procedimientos; la garantía de acceso igualitario e incluyente de candidatos; una amplia
participación de la sociedad civil; y la calificación con base en el mérito y capacidades
profesionales, y no afinidades políticas.
Otro elemento que la CIDH considera causa, en general, la falta de independencia del
Poder Judicial en Venezuela es la alta provisionalidad de las y los jueces. Ante ello, el Estado
requiere adoptar medidas urgentes y decididas para aumentar significativamente el número de
jueces titulares y asegurar que, incluso teniendo carácter provisorio, los jueces no sean
removidos sino a través de un proceso disciplinario o acto administrativo, estrictamente
respetuoso de las garantías del debido proceso y especialmente, el deber de debida motivación y
acceso a revisión judicial. Además, ante las denuncias de actos de hostigamiento y amenaza
contra jueces y juezas con el fin de presionarlos indebidamente en la toma de decisiones, la
Comisión llama al Estado a abstenerse de realizar cualquier acto de hostigamiento o
intimidación, o cualquier acción que implique una amenaza o presión, directa o indirecta, en el
ejercicio de la función judicial. Reitera además el deber del Estado de investigar, juzgar y
sancionar a los responsables de tales actos.
Las injerencias del Poder Judicial y Ejecutivo en el Legislativo han ido acompañadas de
la falta de independencia y un inadecuado ejercicio de las funciones de órganos constitucionales
esenciales para la vigencia de la democracia, como el Consejo Nacional Electoral (CNE), el
Ministerio Público (MP) y la Defensoría del Pueblo (DP). Por ello, la Comisión considera
fundamental tomar acciones decididas para asegurar que estos órganos se conduzcan sin
interferencias o influencias indebidas de naturaleza política, y cumplan a cabalidad su mandato
constitucional, clave para la vigencia del Estado Democrático de Derecho en Venezuela.
Sí, en ese caso, el único camino es lo dispuesto en el artículo 20. La condición para
invocarlo es que haya una alteración del orden constitucional que afecte gravemente el orden
democrático de un Estado miembro de la OEA. Pueden invocarlo el secretario general de la OEA
o cualquier Estado miembro.
¿Qué ocurre si el Consejo decide que hay una alteración grave del orden democrático?
Sí, una vez superada la situación que motivó la suspensión, cualquier estado miembro o el
secretario general de la OEA podrá proponer a la Asamblea General el levantamiento de la
suspensión. Esta decisión se adoptará por el voto de los dos tercios de los estados miembros.
Esto fue lo que ocurrió en 2009 con Honduras, tras el golpe de Estado que sufrió este país
centroamericano y que sacó del poder al presidente Manuel Zelaya. La OEA levantó la
suspensión de Honduras en 2011.
El Estado Miembro que hubiera sido objeto de suspensión deberá continuar observando el
cumplimiento de sus obligaciones como miembro de la Organización, en particular en materia de
derechos humanos.
Cabe destacar; que de ser sancionada Venezuela, deberá seguir cumpliendo sus
obligaciones como miembro de la organización, sobre todo en materia de derechos humanos.
Los derechos humanos son la mejor expresión de todos los valores que caracterizan a un
sistema político democrático. Mientras el constitucionalismo norma los procedimientos, deberes
y garantías para la práctica de la democracia en un Estado de derecho, su aspiración se concretiza
en los derechos humanos, esto es, el interés de un régimen democrático se orienta a mejorar la
vida de los seres humanos que integran la sociedad. Así, el constitucionalismo le da certeza
jurídica a la democracia estableciendo los derechos fundamentales en la Constitución, de modo
que otorga sustancia y contenido a la democracia mediante formas jurídicas.
Cabe destacar; que de ser sancionada Venezuela, deberá seguir cumpliendo sus
obligaciones como miembro de la organización, sobre todo en materia de derechos humanos.