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La arquitectura de l a jiudad
ftlda Ros si
10.43 €
Art Monthly
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e d i c i o n e s Chiribitas
2013
Cli¡< ¡Lnlci'.
I*ublicadn ■ ■" ■'.I n ílmcn ce en: ilmi^, organeL temps. Approche de I ex-voló», Le !:aitde l'anatyie, n" 5. septiembre I99R.
tíhEn edirada bajo ticencía £ 'rearive £]ommnns 3-0: Reconocimiento - No Comercial - -Sin Obra líerrvada (by-nc-ud)
No se permite un u°i comercial de la obra original ni la generación de ohras derivadas. Siempre que se utilice esta nbra rendrá que reconocerse su autoría.
2013, del autor {Jeorges I3id[-Huberman).
2013, de Ja inducción (Amáis Doné. Mendial.
2013, de las imágenes (Marta Pinol Unret). -E> 2013, de la edición L Sans Soleil Ediciones, Barcelona.
Se nuede por rantn compartir e^ta Dbn siempre y cuando se resuden la* condiciones de la licencia í.readve {.ommon¿.
IJisefin de k pomada: Sans Soleil Ediciones
Fotografía de portadU: Marta Piño! Lloret, ervotos de cera, de la Eumba del Sanler de Pnblc Nnu. (cmenterio ile Poblé Nou, Barcelona, 2013-
Maijiietaci ón: Sans Soleil Edición es
í]orreccicm de renos: Irailz UrTsulo
ISBN: 97fi-R4-?4093S-l-Depósito legal: E. 555I-20L3
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Las imágenes votivas son orgánicas, vulgares y desagradables de contempláis pero también abundantes y difusas. Atraviesan el
tiempo. Las comparten civilizaciones muy diferentes entre sí. Ignoran la ruptura entre el paganismo y el cristianismo. En realidad, es
esa presencia difusa la que constituye su misterio y su singularidad epistemológica: objetos habituales para el etnólogo, [as imágenes
votivas simplemente parecen no existir para el historiador del arte. Su mediocridad estética o su calidad de cliché y de esteteotipo las
deja apartadas de la "gran^ historia del estilo. Esa insignificancia forma una pantalla, genera rechazo a observarlas. Aunque, más que
de insiguificancia, se debería hablar de malestar y ¿e puesta tifi crisis: malestar frente a la vulgaridad orgánica de las imágenes votivas;
puesta en crisis del modelo estético del arte, fomentado
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QEQRGES UrDI-HlTBERNf AN
por las academias, Ea crírica normativa y el modelo positivista de la historia como cadena narrativa continua y novela familiar de
"influencias". Las rormas votivas pueden desaparecer durante un largo tiempo y, del mismo modo, reaparecer cuando menos lo
esperamosQ
1
. Pueden, también, resistir a toda evolución perceptible.
Algunos autores remontan al paleolítico superior las características que encontramos en ciertos santuarios de la cristiandad (como la
acumulación de huellas de manos en las paredes destinadas al culto)?. Poco importa para nuestro propósito saber exactamente
cuándo se originaron los rituales votivos: nos es suficiente constatar que las formas típicas del exvoto, por ejemplo las formas anató-
micas, prácticamente no han evolucionado desde la Antigüedad griega, etrusca o romana hasta hoy
1 <]f. ti. Di di-Huberman - Revé nance d'nne formo, Phmwiei. ütsate ¡¡¿r Vapparitinn, Paris. Min.uith p. 35-46.
2 <]f. A. líossi eTracce dJ cunri riuili cultúrale ira papan es i ra o e cristia-nesimo : le oircrte votivei, Ex fHo m¡ ¡Soria e ¿tntriipiilngta. dir. H. De Simoni, Rome, De
Luca, 198nh p- 25-34, que compara las manos de Pech-Merle con las del Santuario de San Mir^uel Arcángel, en Italia.
EEQEQflS DIDf-HlIBFRMAN
día. (ni en lo relativo a las dimensiones, a la elección de materiales, a las técnicas de fabricación, ni tampoco en lo que afecta al "estilo"
de la figuración, que serEa mejor calificar como una insensibilidad formal a toda afirmación de estilo) y aun [as podemos contemplar
en santuarios cristianos de Chipre, Baviera, Italia o de la Península Ibérica?. Eso no significa que el exvoto no tenga historia: algunas
mutaciones de la cultura devocionaJ han podido modificar 3a propia idea deE "contrato votivo", como ha analizado Aridré Vauchez
sobre los siglos XIII y XIV4. Pero ello también implica que hay que observar esta historia desde una temporalidad diferente que
persistitá y resistirá a toda cronología de evolución o de "progreso". En su libro fundamental Histoire du protrait en cire, .Schlosser
definía esta
3 C-f- las fibras genérale [entre ncias) de L. Krian-Relren beclr, Hlíder i¿n Zeieheit. ReligÍQiseii VaíkigLiitbeits, Munich, Caflwey, 1963- Id. Ex Vnts. Zeiebea Bilií 1 1
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4' Cí. A. V'aiicheíL Lxt SainzutÉ en (JeetdentSüxdernien ¡tecle; duMtyer. Age d'aj>r¿¡ !r¡ proce¡ de cannnixitiim eslrs dnntmttits &¡igiftp¡!p/>ia!iei. Roma. Ecole francaise de
Unme, Iflfll, p. 530-540 (wCnntral el devotiíii: les transfniniarinris; d n vnrup).
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EXVOTO: O LACEN, ÓRGANO. TTEMFO
resistencia haciendo uso de términos relativos a los fundamentos psicológicos universales: II íágit, fond, d'idées tres primitives enracinés
au plusprajbnd de la mentaíité húmame, de tous les temps et de tous tes ptiys (Lse trata, en el fondo, de ideas primitivas enraizadas en lo más
profundo de la mentalidad humana, demasiado humana, de todos los tiempos y de todos los países')^
Ideas, ¿o más bien "representaciones muy primitivas"? Nos es muy difícil acceder de manera instintiva a los sectetos de las
"representaciones primitivas", aunque intuyan pti nuestra prnpia actualidad. Son representaciones cosificadas, o más exactamente,
objetos constituidos psíquicamente' por un nexo votivo. Lo que depositamos en los santuarios en forma de gratitud votiva es siempre
un objeto infiuido por un acontecimiento supetior, por un síntoma: bien la desgracia sufrida, o bien una conversión súbita de la
desgracia en milagro, de la
3 J- vrin LSC.IIloaer, ¡ItiSaiyt du pti'Srais en cite {I |í I [¡, irad. R. Pommiri, l?aris, Macula, 19^7. p. 72. {Es ¡indi m {¡tunde wíeder gaiiz /nimitíue VaTiSeiiungen, dir tief
in¡ inenschiickea, aüz/iiseisch/iehen Wesen sllrr ZeiSrn itn Lüitder imrzeln).
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enfermedad en cura, etc. Resumiendo, se trata casi siempre de objetos-residuo, restos de pruebas orgánicas elaborados psíquicamente-,
muletas, bastones para paralíticos, cadenas de prisioneros, esposas, utensilios para torturar, camillas, tablas deslizantes para
personas sin piernas, prótesis médicas, lechos fúnebres, sudarios, instrumentos que han producido heridas, flechas recibidas, espinas
ingeridas... Por lo tanto, son objetos cuya, donación les otorga valor psíquico, según el sentido que el donante les da al ofrecerlos
como voto; son objetos a los que el donante está unido, pero también son objetos que le unen a algo: topa, productos agrícolas, panes o
pasteles elaborados para la ocasión, ganado con vida, objetos preciosos, monedas, paites del cuerpo (por ejemplo, cabello), e incluso
niños con los que se practicaban oblaciones en la Edad Media al "donarlos" a la Iglesia1'.
ñ <]f. A.-M. Bautier, «Tipolngie des eivoto mentionn&; dans les tectes antérieurs a I20[)"i Arles dit .99 Canprs nalinnal des sociétér- sataaHes, !. La pieié ptiftiiLjire su
Mayen Age, l^ris, Bihliotheque nationale, 1977-p. 262—2P1. P.-A. Si^ath «Uex-vnijn au Moyen Age dans les régions du Nord-Ouesl de la Medite [ramee (XII-XV
s^ecles!». Provena histaritpte. XXXJ1I, J9&3h p. 24-27. A. Rnssi * Tracce di conrinuita cultúrale rYa
2Q
ESVOTO: DIAQEN, ÓROAJÍO. TTEHU'O
Sin embargo, Schlosser aborda las formas votivas y su remarcable resistencia a los avatares estilísticos de la historia del arte a partir
de un material concreto. Su intuición (que antes habría sido la de LSpite Blondel v Gastón Le Bretón)2 se confirma gracias a las
recientes investigaciones de los historiadores de la Edad Media: L'ex voto de cire ('El exvoto de cera'), escribe Pierre-Andté Si gal,
predomine de facón écrasante au Moyen Age ('predomina de manera abrumante en la Edad Media')s. .Schlosser
!.'£. Ü. Blonde!, -Les modeleurs en cire», Ciaertoe des Bea/ix-Arto, II pe-nade, XXV, It&l. p. 264-2ÚÚ. Q, Le Bretón, H ¡•núre de la •iculpture en cire-, CAsni des
mnnwneaSs el des arto. VII, Ifí93, p. 15íl-1 í>3- f- Mo-linier, Hbttiire des arto apfliaaes a l'indusSrie. Les nseubles du Mayen Age et de Is reiiaissanee. Les sndpfí/res miemseitpiquei.
Les eirrs, Paris, L£vy, s.d. [IS9ó],p. 222-225-
2\
3pular, cf eipecislmenle, L. .VI. Lomhardi üatriani, í Exvoto di cera in Calabria^i La ¡rraplástíca nrila scienza e neUarte, ip. CIsL, II, p. 53354-7- C. Angiolioi, «La
medidnapopnlare: Saidcgnanh Le trad;zianipoli ¿FÍ f¡,iUa. Mediciie e magie, di r. '1. Seppilli, Milán, EJecra, 1989, p. 210-215. I: Cardini, ttl piocesd di formazíone del
la medicina popolare in Italia dalla ra-da aotichita. al XIX secólo*, ibid. p. 13-22. Sobre los exvoto anaromicos bdvarov cf K. Hipp, Vaúvgabe. ¡ieíktng dstrch den
(ilauben, PEarfer horco, Ludwig, 19^4- Sobre los milagros de América Latina, cf T Vidal, Las milagros e?i metal y en ceta de Puerta- Rica, San
4Juan deVue.ee IWAlha, 1974, p. 109-117
5Sobre el exvoto visceral, cf especialmente para la Antigüedad errus-co-romana, M. 'labanelli, (di ex vaíu paiiviscerafs ettuscl'i e ratiani. Alaria, ritravamenti
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ere.). Para ef periodo moderno, cf. R. Andree, Vadee un WeHiegaben^ op. Cit., p. I23-126V
¡PQHGBS DTDT-HLTBrRWAN
síntoma marca. Su tamaño natural significa a menudo el reflejo de aquello a lo que se ha sobrevivido, imita el proceso de obtención
de huellas; de este modo, el órgano enfermo es directamente moldeado para convertirse en un voto de más precisión y de mayor
intensidad aurática31. Por el contrario, las representaciones globalizantes (figuras de cuerpo entero o escenas de milagros) son, en
general, víctimas de la reducción de escala que necesariamente se aplica a las estatuillas o a los cuadros pequeños. AJ narrativizarse,
el exvoro tiende a reducir su peso orgánico, su curvatura, su presencia agonizante. Se civiliza, en cierto modo accede a un estatus de
objeto sustituible v mobiliario. Podríamos decir, en términos peircianos, que lo indiciarlo acaba por dejar lugar a la ¡cónico y a lo
simbólico. Pero esta propuesra es insuficienre: nosotros no debemos nunca olvidar la esencial contaminación de diferentes tipos de seme-
3 1 <]£. A.-M. Bautier, tt'lypologie des ervjfto^, an. c¡(. p. 259, que ciia el teno ile Lamber! de líeulz donde se señala "comment une malade inania elíe-meme
ladre, airidllicpar le feu, pour fbrmer l'image dcom hr&i impolenr." {atsumptam cerní atSmavít igni. effigicm jhtmatiira broncha MU ¡iti).
ESVOTO: rSIAGEN, ÓKGAHO. TTEMTO
janza, que hace de las formas votivas esta masse vivante, informe [er] inorganiqtie ('masa viva, informe ly] orgánica) de la que Mauss
hablaba tan bien al tratar el tema de la magia en general32. Cuando el cirio votivo o cuando la efigie son fabricadas según el peso del
donante, cuando la imagen pintada es realizada según la estatura de aquel a quien le ha ocurrido el milagro33, significa que el
"símbolo" litúrgico y el "icono" realista están fuertemente contagiados por contacto. El tamaño natural de las efigies más naturalistas
(suponiendo la posibilidad, o la exigencia, de que estén vestidas con ropas de los donantes) 34 no es pues uní simple elección de
semejanza óptica:
32 Ci7. M. Mauss y H. Hubert. «ÉRnuiAce d'iine théorie genérale de la mágica (1902-1903)* Snciahgie et anthrQpahgie, París, PUF, 1950, p. £ I ■ "La magíe en une
mas*c vivante, informe, i norgan ique, dcmt les parties compasante* n'onl ni place, ni fonetinn ibres. On les vnit meme se confondre".
33 f-'J. P-A. JiigaL L ervoto au Moyen Age*, arr_ dr_, pp. 1&-2í)y30.
34 <]f. íl. M. Rin. Die iebeusguissen angekíeiaeten Kliaer-Waebsifytiíe in /•rsnkeii, Volkach, Han. 1981. & Wddman. Die lebengraste Wachsfigttr. Eine Studtezu Functinn un
tiedniFtingaer kcraplattiehen Partrdlfigurv>:n Spdtniitteiaker bis zum /A. jahrlmndcn, Munich, Tuduv Verlag, 1990. A. Peinle, Das steUictrcttndi BilAnh. Plastiken und
(¡entable van dei Antikebii ins ¡9- jahrhundirt. Munich-Zurich. ArtemÍH. I9fi4, pp. 1030 y 190-203-
4<>
EXVOTO LACEN. ÓROANO. TIOG'O
manifiesta el poder persistente de los parecidos por contacto o por contagio.
De este modo, la heurística de las semejanzas (manera más operativa, espere, de nombrar sus muv estratégicas contaminaciones)
caracteriza las formas votivas también a largo plazo^. Por eso es difícil imaginar estas formas desde la perspectiva de una simple
historia de los estilos. Toda imagen tiene el poder de manipular, por un lado, el conjunro, de hacer referencia a un aspecto muy
simbólico o contractual (la relación con el Otro, la relación do ut des: dono la represenración de mi sínroma siempre que tú dones la
realidad de la soñación), y por orra, el aspecto siempre muy inmediato y real, muy carnal, de la situación votiva {mi órgano enfermo,
mis vestimentas aquí sobre la efigie, los relieves materiales de este síntoma o de aquel milagro)3''. Andró Leori-
35 Para, un análisis máí puntual, pero también esclareccdnr de csia heurística Formal del exvoto, se pueden constatar Ira: cirios dd artesano Lediner. en
Rarisbonne (en un periodo que abarca desde 1645 hasta el siglo XX|' c£. B. MockershoíF (dir.f, «Das Werk der fleis*Í£en Bienem, (iifnrmSes \t'mh¡ a¡t¡ zlncraken
Lrbstkfrrü Ratishonne-ivlunich, Dioze-san rouseum-Sdindl & óreiner, Icfl4.
3o Para uní fenomenología del exvoto y m asnéelo conrraciual, cf. espe-
30
GBQBGBS B1DF-HUBEBMAN
Gourhaín habló de la extraordinaria persistencia en el tiempo de formas técnicas que han sido relacionadas direcramente con el
cuerpo humano: así, la estructura general del cuchillo no ha cambiado prácticamente desde el sílex tallado en La Prehistoria6.
Debemos hacer •m comentario análogo en lo que concierne a las formas votivas: su esencial antropo-mtrrfismo (que entendemos que
no tiene nada que ver con una elección estilística más o menos "figurativa") hace que estas formas sean partout fuyantes etpdrtuut
semblakles a elles-mémes ('huidizas y semejantes a sí mismas'); en pocas palabras, una especie de fantasmas. No las distinguimos muy
bien ya de partida: la historia del arte las ignora y fa etnología
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31
6(.'£. A. l-emi-£lOUTnan, Évofulian et techniaues, //. Miliest et tediniQue, Paii,, Albin Midiel, 1945 (éd_ 19731, pp. 13-43 y424434.
TORCES DJOT-HtJBFIiMAN
apenas ha tratado de analizarlas formalmente. LSin embargo, están presentes entre nosotros 7 3 nuestro alrededot, volviendo una y
otra vez y sobreviviendo. Persisten en los fantasmas (en la extrema plasticidad del figurable psíquico) y en los mareriales físicamente
dorados de plasticidad: es pot eso que la cera los ha acogido tan bien desde hace tanto tiempo.
EXVOTO: IMAGEN, ÓKGANO. TIEMPO
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Créditos fotográficos
Fotografías de Marta Piño! Lloret
Páginas S-9; 13; 16-17; 18-19; 26-27; 38-39; 42; 53- Exvotos de cera de la tumba del Santet de Poblé Nou. Cementerio de Poblé Nou,
Barcelona, 2013.
P. 22 {arriba): Exvoto de plata, Musen Frederic Mares, Barcelona, S-21759.
P 22 {abajo): Exvoto de plata, Museu Frederic Mares, Barcelona, S-1Ü274.
P 31 {arriba): Exvoto de plata, Musen Ftederic Mares, Barcelona, S-1Ü274
P 31 {centto): Exvoto de plata, Mnseu Frederic Mares. Barcelona, S -21739-
P. 31 {abajo-izquierda): Exvoto de plata, Museu Frederic Mares, Barcelona, S-21761.
P. 31 {abajo-derecha): Exvoto de plata, Museu Frederic Mares, Barcelona, S-21764.
P 34 (arriba-izquierda): Exvoto de plata, Museu Frederic Mares, Barcelona, S-21729.
P 34 (arriba-derecha): Exvoto de plata, Museu Frederic Mares, Barcelona, S-21747.
P 34 (cenrro-izquierda): Exvoto de piara, Museu Frederic Mares, Barcelona, S-2174S.
E 34 (cenrro-derecha): Exvoto de plata, Museu Frederic Mares, Barcelona, S-21752.
P 34 (abajo-izquierda): Exvoto de plata, Museu Frederic Mares, Barcelona, S-21766.
P 34 (abajo-derecha): Exvoto de plata, Museu Frederic Mares, Barcelona, S-21760.
P 46: Exvoto de plata, Musen Frederic Mares, Barcelona, S-21757.
P 47 (arriba): Exvoto de plata, Museu Frederic Mares, Barcelona, S-21770.
P 47 (abajo): Exvoro de plata, Museu Frederic Mares, Barcelona, S-21769-
P 50: Exvoto de plata, Musen Frederic Mares, Barcelona, S-21754.
s Qn s soLeiL
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Chiribita?
L^as imágenes votivos son orgánicas, vulgares y desagradables de contemplar, pero también abundantes y difusas. Atraviesan el tiempo. Lis
tempanen civilizaciones muy diferetues entre si. Ignoran la ruptura entre el paganismo y el cristianismo, hi realidad, e¡ esa presencia difusa la que
constituye su misterio y su singularidad epistemológica: objetos iiibitnalei p*tra el etnólogo, las imágenes \-oti-vas simplemente parecen no
existir para el historiador del arte. Su mediocridad estética o tu calidad de cliché y de estereotipo las deja apartadas de la ~gran" historia del
estilo. Esa insignificancia forma una pantalLi, genera rechazo a observarlas. Aunque. ma¡¡ que de insignificancia, habría que hablar de malestar y
de puesta en crisis; malesutr frente a la vulgaridad arpinica de las imágenes votivas; puesta en crisis del modelo estético del arte, fomentado por
las academias, la crítica normativa y el modelo positivista de ¡a historia como cadena narrativa continua y novela familiar de "influencias". Las
Jornias votivas son capaces de desaparecer durante un largo tiempo y. al mismo modo, de reaparecer cuando menos not lo esperamos. Son capaces,
también, de resistir a toda evolución perceptible.
I *te primer pjrfjlh del texto de Georgei* Didi-Huberima perfila a IJ perfección cuál el contenido critico de esta hrtvi:, puní intn^a y l k
: . ik- matices, iporadofl i IJ r . m li i , .-. vmiv:i. i ■.! i vR¡ son mas las investigaciones que trabajan la complejidad visual de los exvotos,
por ello, crcíamo* imprescindible traducir ll español esta obra de referencia Y contribuir así a la dinamización de este necesario debaie.
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