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Auto-desarrollo: Se
da la independencia,
se busca y se afina la
identidad, existen
cuestionamientos en
general, se da la
exploración y la
experimentación en
general, se desarrolla
la auto-confianza.
Desarrollo social:
Continúa la
socialización y la
importancia por las
relaciones
interpersonales, se da
mayor importancia a
los amigos más
cercanos, existe una
mayor sensibilidad
social, se busca la
autonomía de la
familia.
Desarrollo
emocional: Hay
mayor estabilidad
emocional, se
depende del
pensamiento formal
(operacional), existe
mayor madurez
emocional.
a) la programación en salud,
b) el desarrollo reciente de
instrumentos jurídicos como
los Códigos de la Niñez y la
Adolescencia que nacen a la
luz de la Convención sobre
los Derechos del Niño (cubre
hasta los dieciocho años) y
c) el período etario adscrito a
la escolaridad secundaria.
En la adolescencia se
replantea la definición
personal y social del ser
humano a través de una
segunda individuación que
moviliza procesos de
exploración, diferenciación
del medio familiar, búsqueda
de pertenencia y sentido de
vida. Tal situación se hace
crítica en los tiempos
actuales, pues los y las
adolescentes son los
portadores de los cambios
culturales. Demandan, para
el medio adulto, una
reorganización de esquemas
psicosociales que incluyen el
establecimiento de nuevos
modelos de autoridad e
innovadoras metas de
desarrollo. Sin las adecuadas
condiciones, las nuevas
interacciones personales y
sociales pueden favorecer la
emergencia de grandes
riesgos y daños.
En el funcionamiento
psicológico, las dimensiones
más destacadas del desarrollo
adolescente se dan en el
plano intelectual, sexual,
social y en la elaboración de
la identidad. Con la finalidad
de facilitar la sistematización
de sus características,
analizaremos la evolución
que presentan a través de tres
fases. No se trata de
secuencias rígidas, pues las
aceleraciones y
desaceleraciones de los
procesos dependen, a lo
menos, de las diferentes
subculturas, la situación
socioeconómica, los recursos
personales y tendencias
previas, los niveles
alcanzados de salud mental y
desarrollo biológico, las
interacciones con el entorno,
y, entre estas, las relaciones
de género y las relaciones
intergeneracionales.