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La episteme moderna en el Huila a través de la industria

Realizado por: María Camila Rojas Solano


Código: 20131118138
Universidad Surcolombiana

En América Latina como lo propone Raúl Bueno (2010) se desarrolla una


modernidad polarizada al hablar de la situación de la modernidad central en
cuanto a las características que ésta debe cumplir para estar dentro de la
modernidad, características a nivel, industrial, económico e infraestructural
también una modernidad de periferias o sub-modernidad que son territorios,
lugares aún arraigados a las tradiciones pre-modernas (causado por diferentes
fenómenos globales) que son conscientes de la modernidad, pero aún no entran
en ella.
Del párrafo anterior nacen las preguntas ¿el departamento del Huila1 es
moderno? ¿cumple con las características mencionadas? Primero para resolver
estas incógnitas hay que plantear los hechos históricos desde la modernización
del departamento en el siglo XX, además de esclarecer un poco más el concepto
de modernidad, no sólo a partir de lo que se entiende en el desarrollo económico-
industrial (entendiendo industria como la actividad económica y técnica que
consiste en transformar las materias primas hasta convertirlas en productos
adecuados para satisfacer las necesidades del hombre, además de los lugares
dónde se realiza este proceso, desde la recolección de materia prima hasta la
conversión a un producto y comercialización de éste) desde la perspectiva de la
utilización de la técnica frente a los métodos tradicionales de producción, sino
también desde los planteamientos culturales que esta implica, y desde los
principios en que nace la modernidad.
Para dar inicio al desarrollo del texto hay que hablar de qué es modernidad,
como proceso económico y social. Echeverría plantea un conjunto de

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Huila es uno de los 32 departamentos de Colombia, que cuenta con 37 municipios y está localizado al
suroccidente del país en la región andina.
comportamientos que aparecen desde varios siglos por todas partes en la vida
social; se deja de lado el pensamiento religioso, es decir los hombres pasan del
teocentrismo al antropocentrismo, aparece también el adiós a la vida agrícola,
como la vida autentica del ser humano y se da un elogio de la existencia en la
gran ciudad y la primacía de la sociedad civil o burguesa en la definición de los
asuntos del estado.
Es decir, es claro que la modernidad surge en los siglos XV y XVI en
renacimiento con la creación o aparición del hombre nuevo, ese hombre burgués
que cree hacerse a sí mismo frente al hombre medieval. Hay otros que sostienen
que comienza en el siglo XVIII durante la revolución industrial y se consolida en
el siglo XIX como las imágenes actuales de Gran Ciudad. Aunque la dialéctica
de la ilustración de Horkheimer y Adorno2 según Echeverría presenta la
modernidad desde la antigua Grecia, cuando Prometeo entrega el fuego a los
hombres o también las creaciones de Dédalo (el laberinto del minotauro y las alas
de Ícaro) ésta ya plantea una nueva manera de ver el mundo, un nuevo estado
del hombre no sólo desde la técnica sino también desde su pensamiento y orden
social.
En el departamento del Huila se presentan desde el siglo XX las técnicas
para un mejoramiento de la ciudad desde el beneficio de lo privado y
enriqueciendo el capital de un grupo reducido de personas, personas letradas
como Gabriel y Jesús Antonio Vega Lara, Reinaldo Matiz y Oliverio Lara que
gozaron de el privilegio de una buena educación y buenas herencias para
empezar sus empresas (la mayoría ganaderas y agrícolas) y la economía está
basada en la actividad agroindustrial y ganadera, esto se demuestra pensando
que la única industria que se desarrolla es el agro, en 1930 hay tres trilladoras
que “arrojan indicios en la conformación de procesos industriales, de la
transformación ligados a materias primas locales como el café y el maíz”
(Centeno & Quintero, 2011) se da un prospecto de transformación, producción y
comercialización como con el empresario Oliverio Lara Borrero que en el año de

2
Bolívar Echeverría nombra La dialéctica de la ilustración de Horkheimer y Adorno dentro del texto ¿Qué es
modernidad?
1934, conformó junto a Luís Carlos Macías Vega y Victor S. Martinez, la sociedad
comercial Expansión Agrícola El Refugio, con el objeto de explotar la industria
agrícola y pecuaria. También se da el arroz como prospecto para el desarrollo
con la creación de industria con el Molino López y la molinería Valle del Cuaca
por la caña de azúcar y el Molino Inglés de Luciano y Miliciades Manrique que
cuenta con maquinaria Levis Grant que mejora la capacidad de bultos por hora,
que en 1938 se convertiría en el Molino Flor Huila. Es decir, en el Huila la
industria se desarrolla a partir del agro, especialmente del arroz no hay más
industria, ya que lo que se evidencia es el comercio de mercancías y actividades
practicadas por artesanos.
Dentro de la modernidad se plantean “tres ejemplos entresacados de un
conjunto de fenómenos, cuya modernidad consiste en afirmarse a sí mismos
como radicalmente discontinuos respecto de una estructura tradicional del mundo
social y como llamados a vencerla y sustituirla” (Echeverría, 2009) los ejemplos
son la técnica científica, entendida como la confianza en la eficiencia inmediata
de la técnica, dejando de la lado la vida religiosa y en el Huila no se deja de lado
la vida religiosa, más allá de la capital, en los pueblos, aún se evidencian los
domingos como sagrados para ir a misa, además de no dejar de lado la técnica
pre-moderna en cuanto a la única industria que tiene, que es la arrocera, es decir,
todavía se necesita de mano de obra en cuanto a es la recolección y el empaque
de estas. Además, que las únicas técnicas o maquinarias traídas al Huila son
necesariamente extranjeras o las industrias existentes son foráneas a la
población huilense como es el caso de la extracción de oro en 1938 que cuenta
con tres empresas californianas y dos de construcción antioqueña3, además de
las diferentes industrias petroleras que en 1959 bajo el gobierno de Lleras
Camargo se entregan 49.000 hectáreas entre Aipe y Neiva a la compañía
norteamericana Tenesse Colombiana y a Houston Oil Colombiana4 Salas Ortiz
(2011)afirma:

3
Información tomada del libro “los pioneros de la actividad empresarial en Neiva” de Rolando Centeno
Tapiero y Alexander Quintero Bonilla, página 11.
4
Esta información se encuentra en la página 193 del libro Huila, montaña luminosa, del historiador Camilo
Francisco Salas Ortiz.
En el Huila no tenemos vocación industrial, ni somos líderes en el País, así
seamos de los primeros productores de petróleo, que tampoco
industrializamos ni administramos, y eso explica porque nos pueden
manosear con unas regalías menores a las que nos corresponden (Salas
Ortiz, 2011, p. 195-196)
El segundo ejemplo es el de la secularización de lo político que implica “la
conversión de la institución estatal en una supra estructura de esa base burguesa
o material donde la sociedad funciona en torno a la lucha de propietarios privados
por defender cada uno de los intereses de sus respectivas empresas
económicas” (Echeverría, 2009) uno de los ejemplos es la creación de La Cámara
de comercio de Neiva que queda en manos de diferentes personas
pertenecientes a la élite huilense y profesionales en diferentes campos como la
medicina.
De esta manera, en 1932, a instancias del gobierno departamental y de un
grupo de agentes económicos, profesionales en algunos casos, y de
reconocida trayectoria social, surge la Cámara de Comercio de Neiva. Esta
iniciativa contó con el apoyo de comerciantes, ganaderos e industriales.
Claramente fue un acto en cumplimiento de un marco legal como fue la Ley
28 de 1931, antes que una expresión de defensa o reclamo de intereses
colectivos. (Centeno & Quintero, 2011, p. 16)
Aquí se demuestra que la economía queda a cargo de unos pocos,
letrados y empresarios que pueden defender sus intereses, incumpliendo con el
tercer ejemplo que es el del igualitarismo, es decir, una convicción democrática
en que las decisiones deben ser consentidas por todos los ciudadanos, creando
una individualidad colectiva.
La economía y la industria Huilense deja de lado los principios de la
modernidad como lo propone Echeverría de mejorar la calidad de vida humana a
través de la neotécnica, porque esta idea es consumida por el capitalismo al
hacer de la técnica un instrumento para el aumento del capital privado, que no
respeta ni las instancias culturares como es el caso de la estatuaria de San
Agustín que se convirtió en otro mecanismo para ganar dinero o las fiestas de
San Juan y San Pedro celebradas en los meses de junio y julio que sólo sirve la
imagen de los vestidos y a música para atraer turistas, dejando de lado las
tradiciones de las fiestas y empieza a interesar la fiesta en el sentido de la
embriaguez y la contaminación visual y auditiva “siguen excluyendo al pueblo del
control de la producción, pero llegaron a admitir el control de muchos productos
culturales a vastos sectores para expandir las ventas” (Canclini, 1989). Es decir,
el capitalismo ha consumido las premisas de la modernidad para la ayuda del
mejoramiento de la calidad humana a través de la técnica.
Este cortejar del cosmos, este intento de un matrimonio nuevo, nunca visto,
con las potencias cósmicas, se cumplió en el espíritu de la técnica. Pero la
avidez de la ganancia de la clase dominante pretendió calmar su ambición
sirviéndose de ella, la técnica traicionó a la humanidad e hizo del lecho
nupcial un mar de sangre (Benjamin, Walter; como se citó en Echeverría,
2009)
Las características de la modernidad propuestas por Echeverría, no se
cumplen, ya que en el Huila para obtener técnica e industria debe recurrir a
agentes foráneos a través de alianza, o la implementación de industrias
extranjeras en el territorio, lo único que el Huila conoce es un parque central y
algunos edificios en infraestructura en su capital y su situación económica
depende del comercio habiendo para 1939, 113 establecimiento comerciales
frente a 69 industrias5, la mayoría de ellas extranjeras, sobretodo en el sector de
la minería, el petróleo y el agro (con diferentes molinos y trilladoras).
En el siglo XXI el territorio huilense como lo plantea Raúl Bueno, ofrece
una gran cantidad de periferias premodernas, sobretodo en el sector rural en la
que aún se utilizan las técnicas tradicionales en la agricultura y la ganadería
desde su producción hasta su comercialización, es decir viene del campo, del
trabajo de los campesinos a la plaza de mercado, pero la “elite huilense” de la
capital, prefiere ir cada quince días a mercar a la multinacional Éxito, a altos
costos y quedando endeudados en sus tarjetas de crédito, sólo para demostrar

5
La información es tomada de la Tabla 8. “Número de establecimientos comerciales e industriales existentes
en 1939.” del libro “los pioneros de la actividad empresarial en Neiva” de Rolando Centeno Tapiero y
Alexander Quintero Bonilla, página 14.
que están a la vanguardia comprando en los grandes almacenes y teniendo el
último Iphone, los ciudadanos viven una posmodernidad repetitiva de la
modernidad “una posmodernidad desde la liberación de la cultura propuesta que
es hecha por la modernidad, pero opacada por el capitalismo” (Yúdice, 1989) es
decir, los huilenses no son modernos, son usuarios de la modernidad, imitan lo
que creen que es moderno de otras lugares cosmopolitas estadounidenses y
europeos. Otra visión son los cinturones de miserias como el asentamiento
Álvaro Uribe Vélez en la capital huilense que queda al occidente de Neiva abajo
de un barranco en donde arriba la invasión hecha por casas de teja, madera y
pisos de barro, puede observar hermosos conjuntos de casas grandes y bellas y
cómo la construcción de estos ha designado sus desechos al barranco donde
habitan ciudadanos que la ciudad intenta ignorar. Es más, el Huila es una periferia
del país, ya que lo que tiene es una modernidad polarizada o una submodernidad
porque “cumplimos el rol de exportadores de materia prima y consumidores de
productos acabados” (Bueno, 2010) aparte de sufrir el complejo de colonizado
propuesto por Bueno (2010) en la que los agentes de élite intentan mantener los
aparatos y los sentimientos de jerarquización con el fin de continuar con la
explotación (en este caso minera y petrolera) con viejos y nuevos argumentos,
es decir lo que se interesa en continuar con la explotación de materias primas
para la exportación y así mantener un “equilibrio” económico en el departamento.
Para concluir el departamento del Huila pertenece a una modernidad
polarizada por la presencia de pre-modernidad y submodernidad en plena época
de modernidad central, en las periferias del departamento, ya que de 37
municipios que tiene el Huila sólo 11 son de explotación petrolera (perteneciente
a industrias extranjeras u otros departamentos) y las pocas industrias como la de
la de gaseosas cóndor, Flor Huila y Molinos Roa, demostrando que la única
industria que se desarrolló en el Huila fue la arrocera, (ya que la cafetera se da
para la exportación) están en la periferia de la capital. Y la presencia de
pseudomodernidades o modernidades de élite, que lo único que hacen es imitar
a los lugares considerados modernos en el escenario natural de la
submodernidad que se encuentra en el Huila, es decir los huilenses no
desarrollaron un pensamiento moderno de liderazgo, de creación para la mejora
de la calidad de vida, lo que hicieron fue exportar sus materias primas (y comprar
el producto que de estas se da, sometiéndose al consumo del capitalismo) y
enfocarse en la comercialización de mercancías para subsistir en la economía
nacional, e imitar a los lugares pertenecientes a la modernidad central en cuanto
a infraestructura, creando un parque central como el Parque Santander,
diferentes edificios y centros comerciales pequeños para la satisfacción de la
“modernidad de élite” huilense en cuanto al consumo y uso de la tecnología, por
tanto los huilenses hacen uso de la modernidad, sin entender el proceso de
creación, liderazgo y técnica que esta contiene.
Bibliografía

Centeno R. & Quintero A. (2011). Los pioneros de la actividad empresarial en


Neiva, Universidad Surcolombiana, Neiva, Colombia.

Salas Ortiz C. (2011). Geografía económica, Huila, montaña luminosa (pp. 183-
204). Neiva, Colombia: Editorial Academia huilense de historia

Bueno R. (2010). Modernidad polarizada: América Latina al filo de la


posmodernidad, Promesa y descontento de la modernidad (pp. 43-58).
Lima, Perú: Editorial Universidad de Lima.

Echeverría, B. (2009). ¿Qué es modernidad?, cuadernos del seminario


modernidad: versiones y dimensiones (pp.6-30). México D.F., México:
Editorial Universidad Autónoma de México

Yúdice, G. (primer semestre de 1989). ¿Puede hablarse de posmodernidad en


América Latina? Revista de crítica literaria latinoamericana, N° 29, pp. 105-
128.

García Canclini, N. (1989).Conclusión: por una cultura popular con minúscula, Las
culturas populares en el capitalismo (pp.195-203). México D.F., México:
Editorial Nueva imagen, S.A.

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