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Introducción:
Es ajeno que vivimos en una plena oscuridad, una cultura de Descarte, una cultura de
materialismo, una anécdota filosófica que pudo ocurrir en el apogeo de la filosofía clásica es: -
Diógenes, discípulo de Sócrates, que conocía bien de filosofía, y supo definir al hombre como un
ser dotado de racionalidad y virtud; un día salió a la plaza de un pueblo con una lámpara en
mano en pleno mediodía, caminaba con su lámpara gritando a todas voces: -¡Donde está el
hombre! Este acto simbólico representa que el hombre vivía en la oscuridad. Pues no es tanta
la diferencia en la actualidad, a menudo el hombre niega la metafísica de la que hablaba Sto.
Tomas de Aquino, donde el acto perfecciona al ser, ¿perfeccionamos nuestro ser? Como lo
hacemos, si desde que nacemos nuestra vida esta seudo-predeterminada, si a un niño se le
pregunta, ¿Qué es la vida? Te responde: -nacer, crecer, reproducirse, morir, ¿ese no es acaso el
ciclo vital de un animal? Pues eso es lo que nos enseñan desde niños, estudiamos en el colegio,
aprendemos bases fundamentales del colegio y a relacionarnos con los demás, luego la clásica
cuestión de un joven, ¿Qué carrera estudio? Y se dejan guiar por el materialismo, “cual da más
dinero”, aceptando que la base de la vida se encuentra en quien obtiene más dinero, continúan
sus estudios, se gradúan, trabajan y luego se dan cuenta que no les agrada su trabajo o continúan
trabajando estresados hasta el día de su muerte. Aquí entra en juego la filosofía tomista: “El
conocimiento de la verdad” ¿y cuál es la verdad? La verdad es que llamar a eso vida no es verdad,
Vivir es más perfecto que ser, y saber es más perfecto que vivir (Sto Tomas de Aquino) Se ha
minimizado al hombre a una función, justo lo que el tomismo niega, el hombre no es solo
materia, está dotado de dos co-principios: alma y cuerpo. Lo que plantea el Tomismo es la vida
como esa búsqueda constante de la verdad, mirar hacia alrededor es suficiente para darnos
cuenta de que no es así, ya casi nadie se pregunta: ¿Por qué vivo, porque tengo esta existencia?
¿Para qué vivo? ¿Por qué Amo? ¿Desaparezco con la muerte?, estoy seguro que Sto. Tomas de
Aquino, a partir de estas cuestiones es que desarrolla su vida filosófica. Una vez Platón le
pregunto a Protágoras que ¿Cuál era el objeto de enseñanza filosófica que les daba a todos los
muchachos que se agolpaban en su entorno? Y él le respondió: -“El objeto de mi enseñanza es
la buena deliberación, tanto para asuntos propios, para la administración de su casa, como para
los del estado, el talento para conducirlos perfectamente mediante palabras y obras”.