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a. Razón corriente
b. Capital de Trabajo
c. Prueba Acida
d. Nivel De Dependencia De Inventarios
a. Razón corriente
b. Capital de Trabajo
Nota:(valores en millones de dólares)
a. Prueba Acida
INDICADORES ACTIVIDAD
b. Rotación de Cartera
d. Rotación de Inventarios
e. Ciclo Operacional
Interpretación: Para el año 2007 la empresa logro vender $2,27 por cada
dólar invertido en activos operacionales, y para el año 2008 la empresa
logro vender $2,5 por cada dólar invertido en Activos operacionales. Por
lo tanto podemos concluir que los productos que esta empresa ofrece
son rentables pues generan buena utilidad.
j. Rotación Proveedores
INDICADORES DE ENDEUDAMIENTO
c. Concentración de endeudamiento
INDICADORES DE RENTABILIDAD
CONCLUSIONES
RECOMENDACIONES
2007 2008
Total Ingresos Operacionales 3.449.517 4.009.727
Costo mercancía vendida - -
Utilidad Bruta 2.035.308 1.625.633
1.414.209 2.384.094
Gastos de administración -165.507 -183.777
Gastos de venta -815.817 -975.970
Total Gastos Operacionales -981.324 -
Utilidad Operativa 432.885 1.159.747
465.886
Ingresos financieros 11.386 11.580
Gastos financieros -84.176 -88.738
Diferencia en cambio neta -17.533 -27.906
Otros ingresos (egresos) netos -27.554 -96.678
Dividendos de portafolio 25.763 27.907
Realización de inversiones 6.759 80.511
Post Operativos Netos -85.355 -93.324
UAI e Interés minoritario 347.530 372.562
Impuesto de renta -99.987 -73.232
Interés minoritario -230 -279
Utilidad neta 247.313 299.051
Ebitda consolidado 528.754 569.823
Deja mal sabor la entrega de la administración del dominio .co que tenía la
Universidad de los Andes, a una tal Promesa de Sociedad Futura.
El proceso refleja la forma como en el país se manejan los asuntos
relacionados con las tecnologías informacionales: ineptos funcionarios, diestros
en trampear la ley, entregan a obscuros intereses un recurso de suma
importancia para el desarrollo tecnológico.
La administración del dominio .co lo venía desempeñando la Universidad de los
Andes desde 1991, cuando apenas empezaba el vertiginoso desarrollo de
Internet en el mundo. Aunque sede del neoliberalismo más cerril, dicho
establecimiento realizó una gestión compatible con los criterios que orientan la
Galaxia Internet.
Sin embargo, y como muestra querer recuperar el control de un factor cada día
más estratégico, el Estado, a través del artículo 2° de la Ley 1065 de 2006
dispuso que dicha administración fuese transferida al Ministerio de
Comunicaciones, por cuanto se trataba de una función administrativa propia de
esa cartera.
Pero en el camino las cargas se fueron componiendo hasta que, finalmente,
esa actividad quedara en manos de la Promesa de Sociedad Futura
conformada por dos empresas: Arcelandia y Neustar.
Arcelandia tiene todo el aspecto típico de esas empresas-esponja, que son sólo
espuma, pero ¡¡cuando engullen!!... Se presenta como una firma que, entre
otras actividades, "asesora a empresas con base tecnológica en el extranjero";
lo que induce a pensar que se trata de un jugador importante en estos campos.
Pero no. El fuerte de Arcelandia son los otros negocios, los de intermediación
que le permitieron, por ejemplo, aumentar en más del 400 por ciento sus
ingresos y sus utilidades en un solo año, entre 2007 y 2008. En cuanto a
tecnología, presenta dos dudosos casos de éxito, al parecer desarrollados con
aliados azarosos.
Esta firma (con algo así como el 80 por ciento de participación en la Promesa
de Sociedad Futura), es una pieza del tejido que conforman varias firmas
dedicadas a negocios varios, intermediación y representación comercial con
énfasis en la distribución de licores nacionales e importados, cigarrillos y
medicamentos.
Aun así (o, tal vez, por eso), concursó y ganó la licitación, asociado a Neustar,
operador los registros .us y .biz. A que le adjudicaran el contrato intento aspirar
también Verisign Switzerland, uno de los certificadores de Internet más
relevantes del planeta; que cuestionó varios aspectos del pliego sin obtener,
como era de esperar, respuestas satisfactorias.
En cambio otras cuestiones sí fueron resueltas a satisfacción de los
intervinientes. Juan Diego Calle, alto directivo de Arcelandia y CEO de Straat
Investments (otra de apariencia esponjosa, con dos negocios en tecnología, los
mismos que presenta como únicas experiencias en el sector la ya
citada Arcelandia) solicitó modificaciones a la normativa que buscaba recuperar
para el Estado el control del dominio.
Para este efecto, contó con la asesoría de Gabriel Jurado quien hasta tres
meses atrás había ocupado la dirección de la Comisión de Regulación de
Telecomunicaciones y antes, durante este mismo gobierno, había sido
secretario general del ministerio de comunicaciones, entidades directamente
relacionadas con el tema.
Desde luego, todo comerciante tiene pleno derecho a ampliar su radio de
acción, buscar nuevas opciones y derrotar a una firma internacional experta en
Internet para reemplazar una universidad de primer rango: eso se llama
emprendimiento.
Pero ¿Y el Estado? Es dudoso que pueda cumplir con sus pretensiones de
orientador y auspiciador del desarrollo tecnológico, con esta clase de jugadas
en las que traiciona sus propias intenciones y pone en riesgo el interés social.