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Contra la corriente: El científico chileno que

asegura que venció el cáncer con una terapia


complementaria.

Marcelo Bustamante tenía dos meses de vida según


sus médicos, pero le tomó seis eliminar su tumor con zeolita, veneno de escorpión
azul y jugo de amalaki.
Los médicos no quieren hablar de esto. Al ser consultados diferentes especialistas e
investigadores, declinaron referirse al tema, pero el hecho sigue ahí, destacando con luz
propia. Se trata del caso de Marcelo Bustamante, el científico chileno que en solo seis
meses logró curarse de cáncer de hígado a sí mismo con zeolita.
El 25 de julio de 2015, Bustamante -profesor titular de la Universidad de Ulm de
Alemania, magíster en Bioquímica, doctorado en Biología Humana y postdoctorado en
Genética Molecular- fue diagnosticado con cáncer de hígado en etapa 4. Se trataba de
un tumor de 12 centímetros y los médicos fueron categóricos: no tenía más de dos
meses de vida.
Dentro de sus investigaciones, previas a su enfermedad, había trabajado con células
madre y células cancerosas, pero nunca tratando la enfermedad. A pesar de eso, tomó
la decisión de buscar una salida: “Si no hacía el tratamiento me iba a morir igual, ¿Qué
te queda en esa situación? Cuando te cierran todas las puertas y queda una ventanita
abierta, tendrás que pasar como sea”, cuenta hoy desde Alemania, donde se encuentra
investigando sobre este tratamiento en la Universidad de Ulm.
Entonces, buscando en la bibliografía publicada hasta el momento llegó a los tres
elementos que se convertirían en su tratamiento: el mineral zeolita, veneno de
escorpión azul y jugo de amalaki.
-¿Cómo escogió los tres elementos del tratamiento?
-Porque de alguna forma tenía estudios científicos, algunos más creíbles, otras menos,
pero los tres tenían evidencia de que funcionaban en contra del cáncer. Si bien es cierto
hay muchas rumores y cosas por el estilo, por ejemplo, que el palo negro sirve para
algunos tipos de cáncer, pero escogí aquellos con alguna publicación seria, busqué
cosas con un respaldo científico.
Los croatas tienen hartos estudios, los asiáticos. O sea, no hay mucho, no es una cosa
que está lleno de bibliografía, pero hay alguna que dice que sí sirve en contra los
mecanismos de acción de los tumores. De aquí para adelante obviamente hay que
hacer estudios de largo aliento con pacientes, qué tipos de cáncer deben ser tratados
con la medicina, todo hay que medirlo exactamente, y eso es lo que estamos haciendo
aquí en Alemania.
La zeolita, explica Bustamante, alcaliniza las células neoplásica, que lleva a una
calsificación porque la zeolita entrega calcio, se calcifica. Agrega que el veneno de
escorpión es similar en el sentido que actúa al mismo nivel, abriendo los canales de
calcio y así la célula se llena de calcio y muere por muerte celular programada,
apoptosis. Y, termina, el jugo de amalaki, funciona como un potente antiinflamatorio
que evita que los tumores se sigan propagando.
Tras seis meses de tratamiento, Bustamante asegura que el tumor desapareció: “ pero
de ahí a mejorarse hay un trecho, te deja débil, me ha costado mínimo un año estar en
la condición que estoy yo, el año pasado me dieron de alta acá en Alemania”.
La historia del científico que se curó a sí mismo en medio año llegó a los medios de
comunicación y llamó la atención fuertemente de médicos y pacientes en busca de una
recuperación.
A pesar de que asegura que existe evidencia que respalda los efectos de estos
elementos contra el cáncer en modelos animales, parte de la comunidad científica
sigue sin creer lo que dice: “Todavía hay médicos que son escépticos, a pesar que
uno ha mostrado el material que existe y que en animales ha resultado bien”.
A pesar de eso, otros sí confían en él y su descubrimiento, derivándole algunos
pacientes con cáncer que necesitan una última oportunidad de superar la enfermedad.
Estos, junto a otros pacientes, están recibiendo el mismo tratamiento que Bustamante,
bajo su supervisión.

-¿Cómo ha resultado la terapia en pacientes?


En general los resultados son esperanzadores, no lo catalogaría más allá de eso. La
mayoría ha tenido resultados positivos, aunque ninguno se ha curado como yo, que
haya salido completamente del cáncer. Pero no tengo ninguno que haya estado en 6
meses de tratamiento, la mayoría lleva 3 meses.
Los pacientes que se han controlado hasta este momento y que llevan 3 meses se
sienten mejor, tienen más animo, incluso algunos que estaban postrados se levantaron,
hacen sus cosas y algunos han disminuido el tamaño del tumor, han desaparecido
metástasis y han bajado los marcadores tumorales, por eso son esperanzadores.
Para Bustamante, sería ideal poder trabajar en conjunto con los médicos: “Me interesa
sobre todo que los colegas oncólogos pudiéramos hablar sin escepticismos y decir
“pongamos al paciente al medio y no los egos personales”, quizás vamos a decir
demosle quimio o radio y además un tratamiento complementario”.
A pesar de haber recibido pacientes, Bustamante es categórico al decir que no es un
médico, pero sí alguien especializado entregando una terapia de elementos que se
consideran suplementos alimenticios y no medicamentos: “No tienen ninguna
regulación especial. Yo no soy médico, ni he dicho serlo, soy doctor en un tema que me
compete porque quizás se mucho más que los médicos del tema”.
-¿Cree que hay un problema de ética al tratar pacientes?
Ética no, porque obviamente en los tratamientos experimentales le explicas al paciente,
y en el caso mío no había nada que explicar, porque si me moría tenía que hacer algo.
Con el resto de los pacientes podría ser, pero si es que fuera un ignorante del
tratamiento. Si el paciente sabe y lo informo, el paciente es el que decide si toma el
tratamiento o no lo toma. Le explico si le puede hacer daño, que tiene interacción con
otras cosas, como la quimioterapia con platino, explicar más sería complicarle el
esquema a los pacientes, si lo pinto muy difícil no va a entender nada, les doy una
explicación simple donde ellos deciden. Lo puede usar o no, pero bajo su
responsabilidad. Esto no es veneno, no es nada que en teoría le vaya a hacer mal, pero
como no le puedo garantizar que se va a sanar, tampoco que será inocuo.
A pesar de los buenos resultados, Marcelo Bustamante es cuidadoso con el tratamiento
y dice que no recomendaría que alguien lo tome sin la supervisión necesaria y asegura
que se deben tomar ciertas precauciones: “A pesar de que la zeolita no tiene efectos
adversos con la persona que no tenga otras patologías asociadas, las que sufren de
trombosis deben tener cuidado, porque las zeolitas son coagulantes y podrían interferir
con el tratamiento”. Agrega que no es recomendable consumirla en polvo porque al
aspirarlo puede causar una fibrosis pulmonar, y recomienda las capsulas. Por último,
explica, “las zeolitas tienen que ser certificadas y con resolución sanitaria. Eso significa
que esté probado que tienen el porcentaje de pureza y micronización que dicen, porque
si no están bien purificadas no tiene mucha utilidad.

-¿Ha habido algún acercamiento de farmacéuticas para tomar el tratamiento?


-Sí, hay dos por lo menos, que se han contactado conmigo, porque quieren conversar
para comprar el tratamiento. Mi respuesta ha sido las dos veces negativa porque
conozco el negocio y lo que van a hacer es hacer desaparecer el tratamiento para
seguir vendiendo sus tratamientos . Sería catastrófico para las empresas que venden
las quimioterapias. Esto cuesta alrededor de US$ 500
mensuales, quizás US$ 600 y una quimio cuesta no se
cuantos miles al mes. Cuánto se pierde.
Actualmente, Bustamante se encuentra en Alemania, trabajando en la
Universidad de Ulm para establecer cómo funciona el tratamiento que lo curó, si
algún elemento de los tres tiene mayor relevancia, si funcionan en conjunto y si hay
algún tipo de cáncer en que funcione mejor y qué pacientes se pueden beneficiar de
mejor manera.

Estos fármacos pueden convertir células tumorales


en grasa .
El cáncer constituye uno de los grandes desafíos médicos del siglo XXI. De
hecho, a pesar de los avances tecnológicos en su tratamiento, constituye la
segunda causa de muerte a nivel mundial, según la Organización Mundial de
la Salud (OMS).
Las células tumorales se diferencian de las normales en su anómala
capacidad para multiplicarse. Esta característica es la que hace que se
expandan a través del torrente sanguíneo por todo el organismo, dando
lugar a la formación de tumores secundarios (metástasis).
Un equipo de investigadores de la Universidad de Basilea y el Hospital
Universitario de Basilea han descubierto un nuevo tratamiento para combatir
la propagación de estos tumores. Esta solución consiste en la unión de dos
fármacos,
1- el Trametinib (antitumoral) y el
2- Rosiglitazone (antidiabético), que tiene como resultado la
formación de una sustancia que convierte las células tumorales en
grasa.

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