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Diplomado en Argumentación e

Interpretación Judicial: Teórico y Práctico


© Escuela Nacional de la Judicatura, 2013

Diplomado en Argumentación e Interpretación


Judicial: Teórico y Práctico
2013

Docente:
Rodolfo L. Vigo
Diplomado en Argumentación e
Interpretación Judicial: Teórico y Práctico
© Escuela Nacional de la Judicatura, 2013

Objetivos
Objetivo General

• Demostrar dominio de las competencias argumentativas e interpretativas


necesarias para operar su actuación judicial en el nuevo marco del Estado de
Derecho Constitucional.

Objetivos Específicos

• Conocer los cambios producidos en el derecho, el Estado y la sociedad en la


segunda mitad del siglo XX, que han venido a reemplazar el paradigma del Estado
de Derecho Legal.
• Identificar el nuevo estadío de las respuestas jurídicas y el tratamiento
operativo específico que el mismo requiere.
• Redefinir la visión de los casos jurídicos y el conocimiento "verdadero" de
los mismos.
• Reconocer la crisis del sistema jurídico "fuerte" y las características que
hoy se propone respecto a los "razonamientos jurídicos".
• Examinar los tipos de lenguaje a los que recurre el jurista, y la
consiguiente advertencia de los problemas implicados semánticos, sintácticos y
pragmáticos.
• Argumentar en el terreno ético o de los valores con coherencia y
previsibilidad.
• Analizar la relevancia que posee el propósito de justicia que anima al
jurista, y la conexión de la confianza y credibilidad de la ciudadanía en lo
decidido con la autoridad ética del juzgador.
• Identificar la nómina de argumentos a los que los juristas recurren para
justificar los enunciados o premisas del discurso jurídico.
• Conocer sintéticamente el rico y variado panorama de teorías sobre
interpretación y argumentación jurídica, especialmente aquellos autores
inscriptos en el "neoconstiticionalismo".
Diplomado en Argumentación e
Interpretación Judicial: Teórico y Práctico
© Escuela Nacional de la Judicatura, 2013

Contenido
1. La Interpretación o Argumentación Jurídica Como Saber Jurídico Prudencial-
Retórico.

Anexos:

1. Sentencias del Tribunal Constitucional.

1.1 Sentencia emitida por el Tribunal Constitucional, de fecha 11 de Febrero de 2012.

1.2 Sentencia emitida por el Tribunal Constitucional, de fecha 09 de Mayo de 2012.

1.3 Sentencia emitida por el Tribunal Constitucional, de fecha 04 de Abril de 2012.

2. Sentencias de la Suprema Corte de Justicia.

2.1 Sentencia emitida por la Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia, en fecha 8 de

Febrero de 2012, número único: 471-2009-00271

2.2 Sentencia emitida por la Sala Civil y Comercial de la Suprema Corte de Justicia, en

fecha 10 de Octubre de 2012.

2.3 Sentencia emitida por la Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia, en fecha 17

de Octubre de 2012.

3. Sentencias de la Corte de Apelación.

3.1 Sentencia emitida por la Corte de Apelación de Niños, Niñas y Adolescentes del

Distrito Nacional en fecha 28 de Agosto de 2007.


4. Sentencias de Juzgados de Primera Instancia.

4.1 Sentencia emitida por la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia

del Distrito Nacional, en fecha 24 de Octubre de 2012, No. 01507-12.

4.2 Sentencia emitida por la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia

del Distrito Nacional, en fecha 23 de Noviembre de 2011, No. 01702-11.

4.3 Sentencia emitida por el Segundo Tribunal Colegiado del Juzgado de Primera

Instancia del Departamento Judicial de Santo Domingo, en fecha 20 de Julio de 2006.


“LA INTERPRETACIÓN O
ARGUMENTACIÓN JURÍDICA
COMO SABER JURÍDICO
PRUDENCIAL-RETÓRICO”

Rodolfo L. Vigo
“LA INTERPRETACIÓN O ARGUMENTACIÓN JURÍDICA COMO SABER
JURÍDICO PRUDENCIAL-RETÓRICO”
Autor:Rodolfo L.Vigo

Hemos intentado en otros artículos de explicar que el trabajo del jurista en el


marco del Estado de Derecho Legal se prestaba a través de la
“interpretación”,pero en el marco del Estado de Derecho Constitucional se cumple
por medio de la “argumentación”. La "interpretación" quedó adscripta exitosamente
al modelo decimonónico, y con ese término pareciera subrayarse el carácter
descriptivo o constativo que se pretendía del intérprete en tanto debía localizar la
norma en donde subsumir su caso,y por medio de un silogismo proyectar sobre el
mismo las consecuencias previstas en aquella. Por el contrario, con
argumentación o razonamiento se apunta al esfuerzo racional que debe hacer el
jurista para identificar las respuestas jurídicas que reconoce en el derecho vigente
respecto del caso en cuestión,luego escoger una de ellas y dar razones o
argumentos a favor de la misma en orden a que ella sea reconocida
autoritativamente.
En perspectiva de la filosofía jurídica clásica puede ser asimilado ese trabajo
argumentativo con el saber prudencial jurídico. En efecto, el saber prudencial -al
menos para esa escuela- es el saber práctico cuyo objeto es lo absolutamente
concreto, circunstanciado y contingente, pero para ello debe operar la prudencia
como una especie de puente entre ciertas premisas generales o universales con
las respectivas premisas fácticas o históricas. Y en ese proceder prudencialmente
racional, por supuesto que tienen un espacio privilegiado la lógica y el silogismo,
en tanto cabe que éste estructure un saber teórico como también un saber
práctico, como lo es el saber jurídico. Pero, por otro lado, pensamos que es
particularmente importante incluir en el razonamiento argumentativo,justificatorio,
prudencial o interpretativo esa dimensión retórica que pretende persuadir al
destinatario. Lo retórico supone el esfuerzo no sólo por razonar con justicia, sino
con el propósito de lograr la adhesión del auditorio al que se dirige el
razonamiento. Hechas esas aclaraciones, estimamos útil reproducir algunas de las
consideraciones vertidas en aquel viejo artículo, en tanto no se contradicen con las
anteriores.
Donde hay una respuesta acerca de cual es la conducta prohibida,obligatoria o
permitida por el derecho en unas circunstancias concretas,se hace presente el
saber prudencial jurídico,pero éste se presenta de manera paradigmática en el
trabajo propio del juez,aunque también se asume por extensión a la hora de tener
el legislador que regular y ordenar conductas,o cuando los particulares o
abogados tienen que formalizar un contrato o decidir sobre el comportamiento
jurídico a asumir.

1.El saber prudencial: el conocimiento jurídico, siendo constitutivamente práctico,


no tiene por objeto la contemplación de una esencia inteligible, sino que su
finalidad es dirigir o valorar con mayor o menor precisión y rectitud a la conducta
en la que aparece comprometida la justicia. Dicho saber ofrece distintos grados:
filosófico, científico; y prudencial; precisamente a este último le compete el
determinar y/o poner en existencia a la concreta, contingente e histórica conducta
jurídica. El objeto terminal de la gnoseología jurídica es siempre una decisión a
tomar en una circunstancia concreta1, y es responsabilidad del nivel prudencial el
procurar aquí y ahora la realización de la operación que dé o no le quite al otro lo
suyo; a tales fines tiene que indicar cuál es ella y llevaría a cabo. El momento
"determinador" ó "creador" de lo que les corresponde a los individuos, grupos o a
toda la sociedad política pasa por la prudencia jurídica como su matriz más
específica. Pero esta autonomía propia de la perspectiva prudencial, no implica
desvincularla de los restantes planos del saber jurídico, pues éste constituye una
unidad, y así la decisión prudencial encontrará un auxilio imprescindible en la
ciencia y en la filosofía jurídica para lograr su mayor solidez, coherencia y
corrección. La ciencia jurídica y la filosofía jurídica colaboran, aunque sin sustituir
el momento específico de la conducta jurídica cuya definición e imperio
corresponde a la prudencia.

La prudencia jurídica tiene dos dimensiones 2: una cognoscitiva y otra preceptiva.


Para poder aconsejar o mandar a un tercero o a sí mismo lo que se debe hacer, es
necesario conocer las diferentes posibilidades de conductas y establecer cuál de
esos caminos es el más apropiado para conseguir el fin propuesto. Sólo el que
conoce y valora los diversos medios puede propiamente elegir e imperar a uno de
ellos. Precisamente, la interpretación jurídica se inscribe en esa dimensión
cognoscitiva de la prudencia cuyo objeto es deliberar acerca de las conductas
jurídicas posibles o necesarias y juzgar cuál es la que racionalmente se prefiere o
se estima más valiosa. Deliberación y juicio de elección son los dos actos que
constituyen el momento cognoscitivo de la prudencia, y es a través de ellos
también que se cumple la interpretación jurídica. La deliberación jurídica es una
investigación, búsqueda, valoración, mensura, examen o encuesta acerca de las
alternativas de operaciones o conductas jurídicas que se ofrecen en un tiempo y
un espacio precisos. Dicho conocimiento desemboca en el juicio de elección que
cierra la deliberación al juzgar como la mejor o preferible a una de esas conductas.
Cumplida la etapa cognoscitiva o específicamente interpretativa de la prudencia,
se posibilita el momento culminante con el que se agota la "creación" jurídica; en
él se actualiza poniéndose en existencia a la conducta que la interpretación estimó
apropiada. La dimensión prescriptiva de la prudencia manda o aconseja aquella
conducta que se determina racionalmente o argumentativamente como la mejor o
preferible. Toda conducta por la cual alguien da o respeta lo suyo del otro,
corresponde que vaya precedida de ese juicio de elección que cierra la
interpretación jurídica específica. Si pensamos en el legislador que promulga la
ley, el juez que dicta la sentencia, el abogado que evacúa la consulta, etc.,
comprobamos que tanto al mandar, al aconsejar o incluso al enseñar una cierta
conducta cabe suponer que se ha deliberado acerca de las variables posibles y

1 Martínez Doral, José M., "La estructura del conocimiento jurídico", 1963, Ed. EUNSA,
Pamplona, p. 73.

2 Ver Massini, Carlos I., "La prudencia jurídica", 1983, Ed. Abeledo-Perrat.
juzgado aquella que se estimó la más ventajosa o correcta, y esta conclusión es el
fruto de haber considerado interpretativamente normas, principios, hechos, etc.
Por supuesto que estando en el terreno del saber práctico cabe recordar que no
es posible pretender la prueba demostrativa de aquello que se ha concluido como
lo mejor, por lo que sólo cabe confiar en el razonamiento del intérprete a los fines
de alcanzar esa certeza probable que es propia del saber práctico. Incluso, frente
a la discusión entre Dworkin y Alexy, aquél sosteniendo la única respuesta
correcta para cada caso y éste postulando la idea de la respuesta correcta como
meramente regulativa, el pensamiento clásico se encuentra vinculado a esta
última tesis, en tanto confía en una verdad práctica aun cuando sabe que no podrá
demostraría como el saber teórico y que existen respuestas correctas dentro de
ciertos límites.
Recordemos –siguiendo las enseñanzas de Santiago Ramirez en “La
prudencia”,Ed.Palabra,Madrid,1978-que la razón práctica que tiene por objeto
dirigir los comportamientos humanos,puede considerar a éstos en universal o en
particular,y precisamente la prudencia se ocupa de lo agible humano concretísimo
y personal con todos sus detalles,de ahí que como el conocimiento de los
singulares se obtiene por los sentidos y la experiencia,resulta que la prudencia
recurre a la experiencia de la vida y de los hombres.Desde esa lógica,Aristóteles
comprueba que los jóvenes pueden ser grandes matemáticos,pero tendrán
dificultades para la prudencia en razón de que carecen de experiencia
suficiente.También el Aquinate insiste:”Por ser la prudencia razón activa,es
necesario que el prudente posea ambos conocimientos,esto es,tanto el universal
como el particular,y de tener sólo uno,debe tener más bien éste,es decir el
conocimiento de lo particular,que es más próximo a la acción”(In VI
Ethicorum,lect.6,n.1194).En definitiva,los prudentes son expertos en lo operable y
singular, y no precisamente hombres sabios capaces de formular juicios de valor
universal o general.Trasladando esas clásicas enseñanzas a un campo más
estrictamente jurídico e institucional, corresponde advertir la importancia que el
prudente conozca la verdad de los enunciados fácticos implicados en la discusión
jurídica,dado que –como lo señala Taruffo- ella es condición de la justicia y la
verdad es una (teoría de la correspondencia).Esa preocupación primaria del jurista
por la verdad fáctica pone en movimiento a los saberes científicos no jurídicos
(pruebas científicas), con su idoneidad creciente en orden a suministrar un
conocimiento verdadero de los hechos.
A las teorías de la argumentación y a los neoconstitucionalistas que como Alexy se
inspiran en Kant,no les resulta fácil conectar racionalmente sus propuestas a las
contingentes circunstancias,aun cuando podemos encontrar atisbos de ellas en la
razón ponderativa de los principios.Pero es claro que la prudencia no tiene lugar
en el sistema moral kantiano;así lo subraya categóricamente Aranguren:”La
prudencia nada tendrá que ver con la moral,que dependerá pura y exclusivamente
de la buena voluntad.Se dibujan así tres concepciones fundamentales de la
ética:ética de la buen prudencia (Sócrates),ética de la buena voluntad (Kant) y
ética de la prudencia y la buena voluntad (Aristóteles)”(José Luis Aranguren
“Etica”,Revista de Occidente,Madrid,1958,p.327).
2.La dimensión retórica: hemos concluido en el punto anterior-en consonancia
con las enseñanzas de la filosofía clásica- que el método interpretativo es el
prudencial, pero corresponde considerar ahora que además es retórico. En efecto,
el intérprete no sólo procura dilucidar la mejor respuesta dentro de las posibles,
sino que además tiene que mostrar las razones o argumentos que permitan
sostenerla en la controversia propia del diálogo racional-jurídico, para así procurar
persuadir al destinatario de que aquella solución es la más justa y razonable.
Precisamente en su "Retórica" Aristóteles advierte que "el arte de la retórica es
paralelo al de la dialéctica, porque ambas tratan de aquello que comúnmente
todos pueden conocer de alguna manera y que no pertenece a ninguna ciencia
determinada. Por eso, todos poseen ambas artes en alguna forma, como quiera
que todos tratan, hasta cierto punto, de buscar razones y sostener lo que afirman y
se ingenian para defender y acusar" 3. La retórica razona con lo verosímil y con lo
opinable intentando encontrar "aquello que es apto para persuadir 4, y sobre esta
base el Estagirita procura destacar la utilidad de dicho arte: "Naturalmente, lo
verdadero y lo justo, son mejores que sus contrarios, de manera que si nuestros
juicios no se realizan como conviene, se seguirá necesariamente de ello que
seremos vencidos por los contrarios, lo cual es digno de represión"; y además de
ese beneficio que reporta la retórica haciendo triunfar lo verdadero y lo justo,
añade Aristóteles que a veces aunque poseemos la ciencia más exquisita no es
fácil persuadir a ciertas personas si hablamos basándonos en ella, "...por el
contrario, es necesario componer las pruebas y los argumentos por medio de los
lugares comunes"5.

En gran medida ha sido mérito de Perelman, con su "nueva retórica", la


revalorización para el campo jurídico de las enseñanzas de el Estagirita respecto
de ese arte. Siguiendo algunas enseñanzas del fundador de la Escuela de
Bruselas podemos decir que el objeto de la retórica son los medios y técnicas
propias del debate, de la demostración, de la persuasión; su propósito es lograr la
adhesión del destinatario del discurso. Donde hay debate, deliberación o
controversia resulta útil la retórica para provocar la elección de una opción o el
triunfo de una de las posiciones en pugna: de ahí que los medios propios del rétor
a tales fines resulten las pruebas, los argumentos y los tópicos.

Distinguía Aristóteles un triple género retórico: deliberativo, judicial y demostrativo.


"La deliberación -precisa Aristóteles- o es exhortación o es disuasión, pues así los
que aconsejan privadamente, como los que pronuncian sus discursos delante del

3 Aristóteles, "Retórica", libro I, cap. 1-1, 354.

4 Ibíd., libro I, cap. I.

5 id.
pueblo, hacen siempre una de estas dos cosas" 6, y el fin de éste género es la
felicidad, pero en realidad "...no se delibera acerca del fin, sino respecto de lo que
conduce a obtenerlo, y esto es lo útil respecto de las acciones, y como además lo
útil es bueno"7, la deliberación refiere a lo bueno y a lo útil. En el género judicial
hay acusación y defensa, y su temática es la vinculada a lo justo o lo injusto. El
género demostrativo tiene que ver con la virtud y lo honesto, y las partes de dicho
discurso son el elogio y el vituperio.

Los griegos advirtieron la íntima relación entre retórica y política; tras esos pasos
Cicerón llegó a vincular el origen de la ciudad a la aparición de un sabio que con la
palabra tornó a los hombres civilizados; y en boca de Craso afirma: "Nada hay a
mi juicio más excelente que poder con las palabras gobernar las sociedades
humanas, atraer los entendimientos, mover las voluntades" 8. El fin del orador,
según Cicerón, es "persuadir con la palabra"; por eso "...la facultad oratoria es una
parte, no todo el saber civil" 9, y entre las cinco partes que integran el discurso
oratorio la más importante es la invención, pues ella consiste en "...el hallazgo de
argumentos verdaderos o verosímiles que hagan probable la causa" 10.
Indudablemente el estudio de los argumentos constituye una parte principal en la
retórica11, y dentro de esa argumentación los lugares comunes o tópicos juegan
"...un papel análogo al de los axiomas en un sistema formal" 12, pero la eficacia de
la argumentación depende no sólo del efecto de argumentos aislados "...sino
también del conjunto del discurso" 13, del orden de los argumentos. Argumento es

6 Ibíd., libro I, cap. III.

7 Ibíd., libro I, cap. VI.

8 Cicerón, "Diálogos del orador", en "Obras completas de Marco Tulio Cicerón", 1946, Ed.
Anaconda, p. 246.

9 Cicerón, "De la invención retórica", en "Obras completas..." cit., p. 24.

10 Cicerón, "Retórica a C. Herennio" cit., p. 106.

11 Ver Perelman, Ch. y Olbrechts-Tyteca, L, "Traité de l'argumentation", Universidad de


Bruselas, 1970.

12 Perelman, Ch., "La lógica jurídica y la nueva retórica", 1979, Ed. Civitas, Madrid, p. 156.

13 Ibíd., p. 175.
lo que postula la mente para convencer a alguien 14, y el retórico, para persuadir o
para resolver en un determinado sentido la cuestión puesta en discusión o sobre la
que se delibera, tiene que esforzarse por hallar los argumentos y ordenarlos
apropiadamente.

Al exponerse el discurso interpretativo se procura hacer conocer al destinatario las


razones que han llevado a tal conclusión, presentándola como la correcta. Ha
podido afirmar Carnelutti para el ámbito judicial, pero extensivo a la interpretación
jurídica en general: "La sentencia que dice bien y razona mal no satisface la
justicia"15. Pues no se trata de concluir la deliberación con el mejor juicio de
elección, sino que deben mostrarse a los que se dirige el discurso los argumentos
probatorios o demostrativos que respaldan el silogismo práctico escogido. "Motivar
una decisión -afirma Sauvel- es expresar sus razones y por eso es obligar al que
la toma, a tenerlas. Es alejar todo arbitrio. Únicamente en virtud de los motivos el
que ha perdido un pleito sabe cómo y por qué... Y por encima de los litigantes, los
motivos se dirigen a todos... El juicio motivado sustituye la escueta afirmación por
un razonamiento y el simple ejercicio de autoridad por un ensayo de persuasión" 16.
La retórica implica disputa, pues ella no sólo supone el recurso a las pruebas
técnicas y extratécnicas17, a entimemas o silogismos retóricos y ejemplos
-induccción retórica- como si se tratara de "un razonamiento vertical", sino que en
dicho arte hay específicamente "encuentro horizontal" 18 de las opiniones
confrontadas, y de ese modo podrá estar-al decir de Aristóteles-"...en mejores
condiciones para juzgar quien ha oído como si fuesen partes litigantes todos los
argumentos opuestos"19. Señala Villey que la retórica fue la "cuna del Derecho" y
pone como ejemplo de ese ars disputando a las obras de Tomás de Aquino, en el
que la verdad era el resultado de una metodología controversial o disputatoria. El
jurista está forzado no sólo a determinar correctamente lo suyo de cada uno, sino
que también tiene la palabra para exhibir que su opinión no ha sido caprichosa o
arbitraria. Señala Aristóteles en su "Política" que la palabra está en el hombre
14 Santo Tomás de Aquino, "Quaestiones disputatae de veritate", q. XIV a. 2., ob. 14.

15 Betti, Emilio, "Interpretación de la ley y de los actos jurídicos", Revista de Derecho Privado,
1975, Madrid, p. 328.

16 Sauvel, T., "Histoire du jugement motivé"; Rev. de publ., 1955, ps. 5/6.

17 Aristóteles, "Retórica", libro I, cap. II.

18 Villey, Michel, "Compendio de Filosofía del Derecho", t. II, 1981, Ed. EUNSA, Pamplona, p.
69.

19 Aristóteles, "Metafísica", 995 a 24-995, b.4.


"...para hacer patente lo provechoso y lo nocivo, lo mismo que lo justo y lo
injusto"20, y haciéndolo patente lograr la persuasión o el convencimiento de aquel
al que enseña, aconseja o manda.

Se nos puede acusar desde la filosofía clásica de incurrir en contradicción al


sostener la pertenencia simultánea de la interpretación jurídica al campo de lo
ético y de lo artístico. Es que el saber jurídico destinado a determinar lo suyo de
alguien para aconsejar, enseñar o mandar la conducta respectiva participa del
saber prudencial y también del arte retórico; ese opus exterior y objetivo, esa
determinación del bien del otro exige de cierta ratio factibilium. No se trata de
sostener que no es necesaria la prudencia, pues sin ésta no hay interpretación
jurídica, pero esa tarea, que de algún modo también trasciende al intérprete,
requiere de cierta habilidad en su obtención y en su exposición. Pueyrredón
justifica este carácter artístico que inviste el derecho, atento a que el opus jurídico
ocupa un lugar intermedio entre la mera actio y la factio, pues no siendo mera
acción sin obra exterior, no es necesariamente una obra que perfeccione una
materia exterior, como las obras de la técnica, sino un uso de las cosas exteriores
o de las potencias del propio cuerpo para ordenarlas a otro 21.

Le reconocía Demócrito a la prudencia una triple función: deliberar bien, hablar


bien y obrar como es debido, y Aristóteles en su "Tratado de las virtudes y los
vicios" afirmaba que era propio de la prudencia "...emplear sagazmente la palabra
y la acción"22; y en la "Ética", hablando de la habilidad como facultad de llevar a la
práctica todos los medios conducentes al fin establecido y de ese modo
alcanzarlo, precisa que "...la prudencia no es esta facultad, pero no se da sin dicha
facultad"23. Calificaba Cicerón de "absurda, inútil y digna de reproche" la división
entre "...la lengua y la mente... cual si unos enseñasen la ciencia y otros la
palabra"24. Es que no cabe ruptura entre la prudencia jurídica y la retórica: aquélla

20 Aristóteles, "Política", libro I, cap. I.

21 Pueyrredón, Ernesto, "Público y privado", en "Sapientia", n. 125, 1977.

22 Aristóteles, "De virtudes et vitios", 4,1250, a. 30-35.

23 Aristóteles, "Ética a Nicómaco", libro VI, cap. XII.

24 Cicerón, "De oratore", III, 16, 61.


se despliega en la deliberación, en la controversia y en la persuasión, por eso la
importancia y el auxilio que le puede brindar la retórica. Los beneficios de esa
relación se verifican si centramos nuestra atención en el carácter de causa
eficiente que se le reconoce a la norma jurídica 25, lo que tiene que ver con el arte
de la controversia y la persuasión empleada por el redactor de la norma. Ya Platón
aconsejaba al gobernante que para hacer respetar las leyes debía insistirse más
en las razones que le sirven de fundamento que en las penas en que incurrirán los
transgresores. Y al tratar Tomás de Aquino la cuestión de si fue útil la institución de
las leyes por los hombres responde que "...los hombres bien dispuestos son
inducidos a la virtud por medio de consejos, voluntariamente, mejor que por medio
de la coacción; pero hay algunos mal dispuestos, que no se inclinan a la virtud si
no son coaccionados"26, y precisamente para aquellos "...que no se conmueven
fácilmente con las palabras, es necesario apartarlos del mal mediante la fuerza o
el temor; así, desistiendo al menos de hacer el mal, dejarán tranquila la vida de los
demás"27. De todas maneras,corresponde advertir que para el Aquinate la finalidad
prioritaria de la ley era que sus destinatarios sean buenos ciudadanos,por eso su
objeto no es prohibir todo lo que esta mal o exigir todo lo que está bien,por eso el
legislador al regular las conductas sociales o de alteridad, debía hacerlo teniendo
en cuenta las costumbres y el ethos de su sociedad.El jurista está para que cada
uno reciba o conserve lo suyo, y esto vale para el abogado, para el juez, para el
legislador, el doctrinario, etc., y al concluir qué es lo justo o lo suyo de alguien no
sólo ese juicio debe ser correcto sino que además debe estar fundado
debidamente para lograr que esa conclusión sea eficaz y se encarne; de ahí la
importancia de seguir el método apropiado que conduzca a la proposición práctica
justa y también la de argumentar mostrando las razones por las cuales esa
proposición es la mejor frente a otras alternativas posibles.

25 Ver mi libro "Las causas del Derecho", 1983, Ed. Abeledo-Perrot.

26 Tomás de Aquino, "Suma teológica", l-ll, c.95, a.1.

27 Ibíd.
Utilizando los estudios de Ruiz Sánchez28 respecto de las posibilidades de
considerar la educación como un arte, nos parece aplicable el ámbito jurídico de
esa idea de arte auxiliar, un arte que en su teleología artística está subordinado a
la teleología del dinamismo humano; hoy por eso puede hablarse de un “arte
prudencial” en el que la perfección de la obra –la determinación correcta y el
consiguiente consejo, enseñanza o mando- pone en juego y riesgo el bonum
humano del intérprete y del destinatario del opus interpretativo.
En síntesis, en todo juicio interpretativo prudencial hay un destinatario al que se le
indica qué es lo que le corresponde en circunstancias y la conducta consiguiente
que de lo que debe hacer o no hacer, y el aporte de la retórica está en argumentar
para convencer o persuadir, refutando las razones que se invocan para respaldar
los otros medios posibles.
3.Conclusión:
Una conclusión importante es la actual rehabilitación de la razón
práctica,específicamente en relación al trabajo del jurista en general,y
específiamente el judicial.Hay que tener presente que la influencia de Kelsen
implicaba sostener que el acto de interpretación no era racional sino volitivo,de
manera que el jurista cuando creaba la norma hacia elecciones irracionales.Ese
irracionalismo, que en última instancia recurría a un “emotivismo axiológico”(la
justicia era un “ideal irracional”), no sólo resulta dificil de consentir por la
ciudadanía que supone que el trabajo del juez es racional,sino también termina
diluyendo al subjetivismo ético el contenido de los derechos humanos.Sin
embargo,hoy el Estado de Derecho Constitucional requiere de una fuerte apuesta
a la razón práctica,y en ese esfuerzo pueden ser funcionales tanto las posturas no
positivistas de neoconstitucionalistas como Robert Alexy,como las adscriptas al
realismo jurídico clásico.Precisamente un buen ejemplo de esa sintonía,lo es la
conexión entre el trabajo del jurista-juez con la vieja prudencia,o sea con una
razón práctica idónea para dar respuestas justas y concretas en los casos en que
es requerida,pero en una sociedad muy descreída de toda autoridad vuelve a ser
igualmente pertinente reclamarle a aquél jurista que haga su trabajo procurando
persuadir a los destinatarios.

28 Ruiz Sánchez, Francisco, “Posibilidad de considerar la educación como un arte”, en


Revista Philosophica, n. 1, Valparaíso, p. 219 y ss.
ANEXOS
Sentencias del Tribunal
Constitucional
República Dominicana
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

EN NOMBRE DE LA REPÚBLICA

SENTENCIA TC/0009/13

Referencia: Expediente TC-04-2012-


0019, relativo al Recurso de Revisión
Constitucional de Decisiones
Jurisdiccionales interpuesto por la
sociedad comercial Malespín
Constructora, S. A. y Marcos E.
Malespín, contra la Resolución No.
830-2012, dictada por las Salas
Reunidas de la Suprema Corte de
Justicia, en fecha dieciséis (16) de
enero de dos mil doce (2012).

En el municipio de Santo Domingo Oeste, provincia de Santo Domingo,


República Dominicana, a los once (11) días del mes de febrero del año dos mil
trece (2013).

El Tribunal Constitucional, regularmente constituido por los magistrados


Milton Ray Guevara, Juez presidente; Leyda Margarita Piña Medrano, Jueza
Primera Sustituta; Lino Vásquez Sámuel, Juez Segundo Sustituto;
Hermógenes Acosta de los Santos, Ana Isabel Bonilla Hernández, Justo Pedro
Castellanos Khouri, Víctor Joaquín Castellanos Pizano, Jottin Cury David,
Rafael Díaz Filpo, Víctor Gómez Bergés, Wilson S. Gómez Ramírez, Katia
Miguelina Jiménez Martínez e Idelfonso Reyes, jueces; en ejercicio de sus
competencias constitucionales y legales, y específicamente las previstas en los
artículos 185 de la Constitución y 53 de la Ley Orgánica del Tribunal
Constitucional y de los Procedimientos Constitucionales, No.137-11, de fecha
trece (13) de junio del año dos mil once (2011), dicta la siguiente sentencia:

Sentencia TC/0009/13. Expediente TC-04-2012-0019, relativo al Recurso de Revisión Constitucional de Decisiones


Jurisdiccionales interpuesto por la sociedad comercial Malespín Constructora, S. A., y Marcos E. Malespín, contra la
Resolución No. 830-2012, dictada por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, en fecha dieciséis (16) de enero
de dos mil doce (2012).
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República Dominicana
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

I.- ANTECEDENTES

1.- Descripción de la sentencia recurrida

La Resolución No. 830-2012, objeto del presente recurso de revisión, fue


dictada por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, en fecha
dieciséis (16) de enero de dos mil doce (2012). Dicha decisión declaró
inadmisibles los recursos de casación interpuestos por Marcos E. Malespín,
Malespín Constructora, S. A. y por Juan Alberto Pimentel, contra la Sentencia
número 162/2011, dictada por la Segunda Sala de la Cámara Penal de la Corte
de Apelación del Distrito Nacional, en fecha treinta (30) de septiembre de dos
mil once (2011). Este fallo, que condenó a las recurrentes al pago de una
indemnización de seis millones de pesos (RD$ 6, 000,000.00), en favor de la
parte recurrida, tiene el siguiente dispositivo:

Primero: Declara inadmisibles los recursos de casación contra la sentencia


dictada por la Segunda Sala de la Corte de Apelación del Distrito Nacional el
30 de septiembre de 2011, cuyo dispositivo aparece copiado en parte anterior
del presente fallo, incoados por Marcos E. Malespín, Malespín Constructora,
C. Por A., y por Juan Alberto Pimentel; Segundo: Condena a los recurrentes
al pago de las costas; Tercero: Ordena que la presente resolución sea
notificada a las partes.

Los recurrentes afirman que, al momento de presentar el recurso de revisión,


“la resolución impugnada aun no les ha sido notificada” (página 16).
Tampoco existe constancia en el expediente de que la precitada resolución
haya sido notificada.

2.- Presentación del recurso de revisión constitucional

El recurso contra la referida resolución, conjuntamente con una demanda en


suspensión de su ejecución, han sido interpuestos en dos oportunidades: el

Sentencia TC/0009/13. Expediente TC-04-2012-0019, relativo al Recurso de Revisión Constitucional de Decisiones


Jurisdiccionales interpuesto por la sociedad comercial Malespín Constructora, S. A., y Marcos E. Malespín, contra la
Resolución No. 830-2012, dictada por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, en fecha dieciséis (16) de enero
de dos mil doce (2012).
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veintiséis (26) de marzo de dos mil doce (2012), ante la Suprema Corte de
Justicia, y, en el Tribunal Constitucional, el doce (12) de abril del mismo año.

El recurso de revisión constitucional fue notificado al recurrido, Juan Alberto


Pimentel, el once (11) de abril de dos mil doce (2012), mediante Acto No.
0355-2012, instrumentado por el ministerial Robert William Castillo Castillo,
Alguacil Ordinario de la Cámara Civil, Comercial y de Trabajo del Juzgado de
Primera Instancia del Distrito Judicial Peravia.

3.- Fundamentos de la decisión recurrida

Las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia declararon la


inadmisibilidad de los recursos de casación interpuestos, esencialmente por los
motivos siguientes:

“Considerando: que el Artículo 426 del Código Procesal Penal limita los
fundamentos por los cuales la Suprema Corte de Justicia puede declarar la
admisibilidad de los recursos de casación al disponer que éste procede
exclusivamente por la inobservancia o errónea aplicación de disposiciones de
orden legal, constitucional o contenidas en los pactos internacionales en
materia de derechos humanos en los siguientes casos:

“1. Cuando en la sentencia de condena se impone una pena privativa de


libertad mayor a diez años;

2. Cuando la sentencia de la Corte de Apelación sea contradictoria con un


fallo anterior de ese mismo tribunal o de la Suprema Corte de Justicia;

3. Cuando la sentencia sea manifiestamente infundada;

4. Cuando están presentes los motivos del recurso de revisión”;

Considerando: que de la aplicación combinada del Artículo 425 y de los


numerales 1 y 2 del Artículo 426 del Código Procesal Penal, en materia penal

Sentencia TC/0009/13. Expediente TC-04-2012-0019, relativo al Recurso de Revisión Constitucional de Decisiones


Jurisdiccionales interpuesto por la sociedad comercial Malespín Constructora, S. A., y Marcos E. Malespín, contra la
Resolución No. 830-2012, dictada por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, en fecha dieciséis (16) de enero
de dos mil doce (2012).
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el recurso de casación sólo es admisible contra las sentencias que imponen


condenaciones a una pena privativa de libertad mayor de 10 años o cuando el
fallo rendido por una Corte de Apelación sea contradictorio con un fallo
anterior de ese mismo tribunal o de la Suprema Corte de Justicia, siempre que
la sentencia recurrida haya sido dictada por una Corte de Apelación, o ponga
fin al procedimiento o deniegue la extinción o suspensión de una pena.

Considerando: que del examen del expediente de que se trata, esta Suprema
Corte de Justicia ha podido determinar que en el caso se está en presencia de
un recurso de casación contra una sentencia en la cual no se verifican
ninguno de los supuestos previstos por los Artículos 425 y 426 del Código
Procesal Penal para admitir el recurso de casación; por lo que procede
declarar inadmisibles los recursos de casación de que se trata”.

4.- Hechos y argumentos jurídicos de los recurrentes en revisión

Los recurrentes procuran la anulación de la decisión objeto del presente


recurso y, para justificar su pretensión, alegan, entre otros motivos:

a) Que luego de pasar varias instancias, la Segunda Sala de la Cámara


Penal de la Corte de Apelación del Distrito Nacional, mediante la Sentencia
No. 162/2011, dictada en fecha treinta (30) de septiembre de dos mil once
(2011), rechazó el recurso de apelación interpuesto por los hoy recurrentes
contra la Sentencia No. 235-2009, dictada por el Tribunal Colegiado de la
Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de San
Cristóbal, en fecha veintitrés (23) de octubre de dos mil nueve (2009);

b) Que la referida sentencia número 162/2011 acogió el recurso


interpuesto por Juan Alberto Pimentel contra la indicada Sentencia No. 235-
2009, modificando el numeral segundo del fallo de primer grado y
aumentando el monto indemnizatorio a cuyo pago fueron condenados los hoy
recurrentes, para que en lo adelante sea por la suma de seis millones de pesos
(RD$6,000,000.00);

Sentencia TC/0009/13. Expediente TC-04-2012-0019, relativo al Recurso de Revisión Constitucional de Decisiones


Jurisdiccionales interpuesto por la sociedad comercial Malespín Constructora, S. A., y Marcos E. Malespín, contra la
Resolución No. 830-2012, dictada por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, en fecha dieciséis (16) de enero
de dos mil doce (2012).
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c) Que en ocasión de la Sentencia No. 162/2011, ambas partes


interpusieron sendos recursos de casación, cuya inadmisibilidad fue declarada
por la Suprema Corte de Justicia bajo los fundamentos que se describen
precedentemente;

d) Que la sentencia hoy recurrida carece de motivación alguna y, lo que es


peor, deroga disposiciones legales que cierran el acceso de los exponentes a
un recurso efectivo; y se limita a transcribir todos los actos de procedimiento
realizados en las distintas jurisdicciones que precedieron a su apoderamiento,
para finalizar inadmitiendo de manera mecánica, en dos párrafos, los recursos
de los exponentes y del querellante;

e) Que la motivación de las decisiones tiene dos dimensiones desde las


cuales debe ser analizada: como obligación fundamental a cargo del órgano
jurisdiccional; y como un derecho fundamental de los individuos a la tutela
judicial efectiva; todo a los fines de garantizar otros derechos, y de controlar
que la actividad jurisdiccional no sea arbitraria, abusiva, ni caprichosa;

f) Que conforme lo ha definido la Corte Interamericana de Derechos


Humanos, la motivación: (i) es parte integrante del debido proceso; (ii)
constituye una obligación del órgano jurisdiccional, a los fines de garantizar el
derecho al debido proceso y a la tutela judicial efectiva; y (iii) se vincula a la
correcta administración de justicia pues su ausencia conllevaría decisiones
arbitrarias;

g) Que por lo anterior, debe admitirse el recurso y declararse nula la


Resolución número 830/2012, precedentemente descrita, y enviar el
expediente a la Suprema Corte de Justicia para que decida sobre el fondo del
recurso de casación de que se trata.

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Jurisdiccionales interpuesto por la sociedad comercial Malespín Constructora, S. A., y Marcos E. Malespín, contra la
Resolución No. 830-2012, dictada por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, en fecha dieciséis (16) de enero
de dos mil doce (2012).
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5.- Hechos y argumentos del recurrido

El recurso de revisión constitucional fue notificado al recurrido, Juan Alberto


Pimentel, el once (11) de abril de dos mil doce (2012), mediante Acto número
0355-2012, instrumentado por el ministerial Robert William Castillo Castillo,
Alguacil Ordinario de la Cámara Civil, Comercial y de Trabajo del Juzgado de
Primera Instancia del Distrito Judicial Peravia.

El recurrido no hizo uso de su derecho a depositar un escrito de defensa, a


pesar de que el recurso de revisión constitucional le fue notificado, como se ha
indicado anteriormente.

II. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS


DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

6.- Síntesis del conflicto

Conforme a los documentos depositados en el expediente, y a los hechos y


argumentos invocados, la especie que nos ocupa se contrae a un recurso de
revisión constitucional mediante el cual se impugna la Resolución No. 830-
2012, del dieciséis (16) de enero de dos mil doce (2012), dictada por las Salas
Reunidas de la Suprema Corte de Justicia. El recurrente alega falta de
motivación y, consecuentemente, vulneración del derecho al debido proceso y
la tutela judicial efectiva, garantías constitucionales establecidas en los
artículos 68 y 69 de la Constitución.

7.- Competencia

Este Tribunal es competente para conocer del presente recurso, en virtud de lo


que dispone el artículo 185.4 de la Constitución y el artículo 53 de la referida
Ley Orgánica No. 137-11.

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Jurisdiccionales interpuesto por la sociedad comercial Malespín Constructora, S. A., y Marcos E. Malespín, contra la
Resolución No. 830-2012, dictada por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, en fecha dieciséis (16) de enero
de dos mil doce (2012).
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8.- Admisibilidad del recurso

Decidir sobre la admisibilidad del recurso de revisión implica analizar el


fundamento de las violaciones invocadas respecto al grado de trascendencia y
relevancia constitucional de la cuestión planteada dentro del marco de la
referida Ley No. 137-11. Al respecto, el Tribunal Constitucional expone las
siguientes consideraciones:

A. La fórmula establecida para la revisión de sentencias firmes supedita


su admisibilidad a que la situación planteada se encuentre en uno de los tres
supuestos contenidos en los numerales del artículo 53 de la Ley No. 137-11.
El tercero de ellos concierne el caso en que “se haya producido una
violación de un derecho fundamental”, y exige el cumplimiento de “todos y
cada uno de los siguientes requisitos:

a. Que el derecho fundamental vulnerado se haya invocado formalmente en


el proceso, tan pronto quien invoque la violación haya tomado
conocimiento de la misma;

b. Que se hayan agotado todos los recursos disponibles dentro de la vía


jurisdiccional correspondiente y que la violación no haya sido subsanada;
y

c. Que la violación al derecho fundamental sea imputable de modo


inmediato y directo a una acción u omisión del órgano jurisdiccional, con
independencia de los hechos que dieron lugar al proceso en que dicha
violación se produjo, los cuales e1 Tribunal Constitucional no podrá
revisar.”

B. Al analizar el cumplimiento de los requisitos citados, se comprueba lo


siguiente:

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Jurisdiccionales interpuesto por la sociedad comercial Malespín Constructora, S. A., y Marcos E. Malespín, contra la
Resolución No. 830-2012, dictada por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, en fecha dieciséis (16) de enero
de dos mil doce (2012).
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1) Que el literal b) del texto legal transcrito resulta aplicable al caso, ya


que, a pesar de haber sido planteado el argumento de falta de motivación de
la sentencia dictada por la Segunda Sala de la Corte de Apelación del
Distrito Nacional, el mismo no fue respondido ni subsanado en la instancia
de casación; situación ésta que determina el cumplimiento de este requisito
de admisibilidad del recurso;

2) Que la exigencia de literal c), del texto legal transcrito, también resulta
aplicable al caso de la especie, pues la violación invocada concierne la
ausencia de motivación de la sentencia recurrida y, consecuentemente, la
vulneración del derecho al debido proceso y la tutela judicial efectiva;

3) Que las garantías constitucionales prescritas en los artículos 68 y 69 de


la Constitución, puede[n] ser “imputable[s] de modo inmediato y directo a
una acción u omisión del órgano jurisdiccional”.

C. En cuanto a la especial trascendencia o relevancia constitucional,


prevista en el párrafo in fine del referido artículo 53, este Tribunal entiende
que el presente recurso de revisión satisface dicho requisito, ya que
permitirá fijar una posición en relación al alcance del derecho a una
decisión motivada en los procesos jurisdiccionales como garantía
constitucional del debido proceso.

9. Análisis sobre el fondo del recurso de revisión

Para determinar si la decisión recurrida adolece de insuficiente motivación e


impide el acceso a un recurso efectivo, el Tribunal Constitucional estima
oportuno ponderar la parte motiva de dicha sentencia respecto a las normas
procesales aplicables al caso, para lo cual efectúa las siguientes precisiones:

A. La inadmisibilidad pronunciada por la Resolución No. 830-2012, dictada


por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia en fecha dieciséis (16)
de enero de dos mil doce (2012), se sostiene en los límites impuestos por el
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Resolución No. 830-2012, dictada por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, en fecha dieciséis (16) de enero
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artículo 426 del Código Procesal Penal, que supedita la admisibilidad de los
recursos de casación a los casos de violación de normas constitucionales o
adjetivas, sea por omisión o errónea aplicación. Dicho artículo exige, además,
que tal violación esté en consonancia con por lo menos uno de los cuatro (4)
supuestos expuestos por dicha disposición, a saber:

“1. Cuando en la sentencia de condena se impone una pena privativa de


libertad mayor a diez años;

2. Cuando la sentencia de la Corte de Apelación sea contradictoria con un


fallo anterior de ese mismo tribunal o de la Suprema Corte de Justicia;

3. Cuando la sentencia sea manifiestamente infundada;

4. Cuando están presentes los motivos del recurso de revisión”.

B. En los fundamentos de la resolución recurrida, que resuelve la cuestión


planteada, el tribunal estableció, entre otros aspectos:

a) “(…) que de la aplicación combinada del Artículo 425 y de los


numerales 1 y 2 del Artículo 426 del Código Procesal Penal, en materia penal
el recurso de casación sólo es admisible contra las sentencias que imponen
condenaciones a una pena privativa de libertad mayor de 10 años o cuando el
fallo rendido por una Corte de Apelación sea contradictorio con un fallo
anterior de ese mismo tribunal o de la Suprema Corte de Justicia”; y

b) Que, “se está en presencia de un recurso de casación contra una


sentencia en la cual no se verifican ninguno de los supuestos previstos por los
Artículos 425 y 426 del Código Procesal Penal para admitir el recurso de
casación; por lo que procede declarar inadmisibles los recursos de casación
de que se trata”;

Sentencia TC/0009/13. Expediente TC-04-2012-0019, relativo al Recurso de Revisión Constitucional de Decisiones


Jurisdiccionales interpuesto por la sociedad comercial Malespín Constructora, S. A., y Marcos E. Malespín, contra la
Resolución No. 830-2012, dictada por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, en fecha dieciséis (16) de enero
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C. Producto de las ponderaciones realizadas en la especie, este Tribunal ha


podido comprobar:

a) Que, en la parte motiva de la resolución recurrida en revisión, la Suprema


Corte de Justicia aludió los numerales 1 y 2 del mencionado artículo 426,
antes de establecer la ausencia de tipificación de los supuestos previstos en
este último y en el artículo 425;

b) Que no realizó la necesaria subsunción de los mencionados textos al caso


concreto que inadmitió, con lo cual hubiera dado motivos que permitieran
comprobar la inexistencia de los presupuestos requeridos para la aplicación en
la especie del referido artículo 426 del Código Procesal Penal.

c) Que en el contexto de la Resolución objeto de revisión constitucional, no


se disciernen con suficiente claridad los motivos que indujeron a la Suprema
Corte de Justicia a negar la falta de tipificación de todos los supuestos
previstos por los citados artículos 425 y 426;

d) Que esa circunstancia induce a que este Tribunal Constitucional proceda


a fijar el alcance del compromiso que tienen los tribunales de dictar decisiones
motivadas como parte de la sujeción a la garantía constitucional del debido
proceso.

D. En ese sentido, este Tribunal estima conveniente enfatizar lo siguiente:

a) Que reviste gran importancia que los tribunales no se eximan de


correlacionar los principios, reglas, normas y jurisprudencia, en general, con
las premisas lógicas de cada fallo, para evitar la vulneración de la garantía
constitucional del debido proceso por falta de motivación;

b) Que para evitar la falta de motivación en sus sentencias, contribuyendo


así al afianzamiento de la garantía constitucional de la tutela efectiva al debido
proceso, los jueces deben, al momento de exponer las motivaciones, incluir

Sentencia TC/0009/13. Expediente TC-04-2012-0019, relativo al Recurso de Revisión Constitucional de Decisiones


Jurisdiccionales interpuesto por la sociedad comercial Malespín Constructora, S. A., y Marcos E. Malespín, contra la
Resolución No. 830-2012, dictada por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, en fecha dieciséis (16) de enero
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suficientes razonamientos y consideraciones concretas al caso específico


objeto de su ponderación; y

c) Que también deben correlacionar las premisas lógicas y base normativa


de cada fallo con los principios, reglas, normas y jurisprudencia pertinentes,
de forma que las motivaciones resulten expresas, claras y completas.

E. Sobre el compromiso que tienen los tribunales del orden jurisdiccional de


emitir decisiones motivadas como medio de garantía al debido proceso, la
Corte Interamericana de los Derechos Humanos (Caso Apitz Barbera y otros
c. Venezuela, Sentencia de fecha 5 de agosto de 2008, párrafos 77 y 78, pp.
22-23), sostuvo que:

“77. La Corte ha señalado que la motivación “es la exteriorización de la


justificación razonada que permite llegar a una conclusión”. El deber de
motivar las resoluciones es una garantía vinculada con la correcta
administración de justicia, que protege el derecho de los ciudadanos a ser
juzgados por las razones que el Derecho suministra, y otorga credibilidad de
las decisiones jurídicas en el marco de una sociedad democrática.”

“78. El Tribunal ha resaltado que las decisiones que adopten los órganos
internos que puedan afectar derechos humanos deben estar debidamente
fundamentadas, pues de lo contrario serían decisiones arbitrarias. En este
sentido, la argumentación de un fallo debe mostrar que han sido debidamente
tomados en cuenta los alegatos de las partes y que el conjunto de pruebas ha
sido analizado. Asimismo, la motivación demuestra a las partes que éstas han
sido oídas y, en aquellos casos en que las decisiones son recurribles, les
proporciona la posibilidad de criticar la resolución y lograr un nuevo examen
de la cuestión ante las instancias superiores. Por todo ello, el deber de
motivación es una de las “debidas garantías” incluidas en el artículo 8.1
para salvaguardar el derecho a un debido proceso”.

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Jurisdiccionales interpuesto por la sociedad comercial Malespín Constructora, S. A., y Marcos E. Malespín, contra la
Resolución No. 830-2012, dictada por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, en fecha dieciséis (16) de enero
de dos mil doce (2012).
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F. En el mismo tenor, el trece (13) de noviembre de dos mil tres (2003), la


honorable Suprema Corte de Justicia dictó la Resolución 1920/2003, previo a
la entrada en vigencia del Código Procesal Penal en septiembre de dos mil
cuatro (2004), en la que se definió el alcance de los principios básicos que
integran el debido proceso contenidos en el bloque de constitucionalidad,
entre los que se encuentra la motivación de decisiones, estableciendo lo
siguiente:

“La obligación de motivar las decisiones está contenida, en la normativa


supranacional, en el artículo 25 de la Convención Americana de Derechos
Humanos (…). La motivación de la sentencia es la fuente de legitimación del
juez y de su decisión. Permite que la decisión pueda ser objetivamente
valorada y criticada, garantiza contra el prejuicio y la arbitrariedad, muestra
los fundamentos de la decisión judicial, facilita el control jurisdiccional en
ocasión de los recursos; en vista de que la conclusión de una controversia
judicial se logra mediante la sentencia justa, para lo cual se impone a cada
juez, incluso con opinión disidente, la obligación de justificar los medios de
convicción en que la sustenta, constituyendo uno de los postulados del debido
proceso (…)”.

G. En consideración de la exposición precedente, el cabal cumplimiento del


deber de motivación de las sentencias que incumbe a los tribunales del orden
judicial requiere:

a. Desarrollar de forma sistemática los medios en que fundamentan sus


decisiones;

b. Exponer de forma concreta y precisa cómo se producen la valoración de


los hechos, las pruebas y el derecho que corresponde aplicar;

c. Manifestar las consideraciones pertinentes que permitan determinar los


razonamientos en que se fundamenta la decisión adoptada;
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d. Evitar la mera enunciación genérica de principios o la indicación de las


disposiciones legales que hayan sido violadas o que establezcan alguna
limitante en el ejercicio de una acción; y

e. Asegurar, finalmente, que la fundamentación de los fallos cumpla la


función de legitimar las actuaciones de los tribunales frente a la sociedad a la
que va dirigida la actividad jurisdiccional.

Esta decisión, firmada por los jueces del tribunal fue adoptada por la mayoría
requerida. Figuran incorporados el voto disidente conjunto de los magistrados
Hermógenes Acosta de los Santos, Juez, Wilson S. Gómez Ramírez, Juez, e
Idelfonso Reyes, Juez; el voto disidente del magistrado Justo Pedro
Castellanos Khouri, Juez; y el voto salvado de la magistrada Katia Miguelina
Jiménez Martínez, Jueza.

Por las razones y motivos antes expuestos, el Tribunal Constitucional

DECIDE:

PRIMERO: ADMITIR el Recurso de Revisión Constitucional de Decisiones


Jurisdiccionales interpuesto por Malespín Constructora, S. A. y Marcos E.
Malespín, contra la Resolución No. 830-2012, dictada por las Salas Reunidas
de la Suprema Corte de Justicia en fecha dieciséis (16) de enero de dos mil
doce (2012).

SEGUNDO: ACOGER dicho recurso revisión constitucional, y, en


consecuencia, ANULAR la resolución aludida.

TERCERO: ORDENAR el envío del expediente a la Suprema Corte de


Justicia, para los fines establecidos en el numeral 10, del artículo 54 de la Ley
Orgánica del Tribunal Constitucional y de los Procedimientos
Constitucionales No. 137-11.

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Jurisdiccionales interpuesto por la sociedad comercial Malespín Constructora, S. A., y Marcos E. Malespín, contra la
Resolución No. 830-2012, dictada por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, en fecha dieciséis (16) de enero
de dos mil doce (2012).
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CUARTO: ORDENAR la comunicación de esta sentencia, por Secretaría,


para su conocimiento y fines de lugar, a las partes recurrentes, Malespín
Constructora, S. A. y Marcos E. Malespín; y a la parte recurrida, Juan Alberto
Pimentel.

QUINTO: DECLARAR el presente recurso libre de costas de acuerdo a lo


establecido en el artículo 7, numeral 6 de la Ley Orgánica del Tribunal
Constitucional y de los Procedimientos Constitucionales No. 137-11.

SEXTO: DISPONER que la presente decisión sea publicada en el Boletín del


Tribunal Constitucional.

Firmada: Milton Ray Guevara, Juez Presidente; Leyda Margarita Piña


Medrano, Jueza Primera Sustituta; Lino Vásquez Sámuel, Juez Segundo
Sustituto; Hermógenes Acosta de los Santos, Juez; Ana Isabel Bonilla
Hernández, Jueza; Justo Pedro Castellanos Khouri, Juez; Víctor Joaquín
Castellanos Pizano, Juez; Jottin Cury David, Juez; Rafael Díaz Filpo, Juez;
Víctor Gómez Bergés, Juez; Wilson S. Gómez Ramírez, Juez; Katia
Miguelina Jiménez Martínez, Jueza; Idelfonso Reyes, Juez; Julio José Rojas
Báez, Secretario.

VOTO DISIDENTE DE LOS MAGISTRADOS HERMÓGENES


ACOSTA DE LOS SANTOS, WILSON S. GOMÉZ RAMÍREZ E
IDELFONSO REYES CON RELACIÓN AL RECURSO DE REVISIÓN
DE DECISIÓN JURISDICCIONAL INCOADO POR LA SOCIEDAD
COMERCIAL MALESPÍN CONSTRUCTORA, S. A. Y MARCOS E.
MALESPÍN, CONTRA LA RESOLUCIÓN NÚMERO 830-2012,
DICTADA POR LAS SALAS REUNIDAS DE LA SUPREMA CORTE
DE JUSTICIA EL 16 DE ENERO DE 2012.
Con el debido respeto al criterio mayoritario reflejado en la sentencia del
referido caso, y coherentes con la opinión que mantuvimos en el Pleno con
ocasión de las deliberaciones, queremos dejar constancia de nuestra

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de dos mil doce (2012).
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disidencia, amparándonos en lo previsto en el artículo 186 de la Constitución


de la República.

INTRODUCCIÓN

1. En el presente caso se trata de un recurso de revisión constitucional de


decisiones jurisdiccionales, interpuesto por la sociedad comercial Malespín
Constructora, S. A. y Marcos E. Malespín, contra la resolución No. 830-2012,
emitida por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, de fecha 16 de
enero de 2012.

2. Los recurrentes alegan que la resolución recurrida carece de motivación y


que la misma le imposibilita el acceso a un recurso efectivo; dichos
recurrentes plantean además, que la motivación de las decisiones tienen dos
dimensiones desde las cuales deben ser analizadas: a) como obligación
fundamental a cargo del órgano jurisdiccional; y, b) como un derecho
fundamental de los individuos a la tutela judicial efectiva; todo a los fines de
garantizar otros derechos y controlar la actividad jurisdiccional, de manera
que ésta no resulte arbitraria, abusiva, ni caprichosa.

3. Para los magistrados que firmamos este voto disidente no es discutible la


obligación de motivar la sentencia y el derecho que tienen las partes de que se
les explique los motivos por los cuales se acoge o rechace una demanda o un
recurso. Tampoco está en discusión para nosotros, que no basta la mera
enunciación genérica de los principios sin la exposición concreta y precisa de
cómo se produce la valoración de los hechos, las pruebas y el derecho a
aplicar. Sin embargo, a diferencia de lo que piensa la mayoría, consideramos
que en el presente caso la sentencia recurrida está debidamente motivada.

4. Para determinar cuándo una sentencia está debidamente motivada hay que
tener en cuenta que los niveles de motivación varían dependiendo de la
complejidad del caso del que se trate, de los aspectos que se resuelvan, es
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decir, si se conoce o no el fondo; así como de la naturaleza del recurso que se


conozca. En este sentido, el juez que resuelve el fondo de un asunto tiene la
obligación de motivar más ampliamente que aquel se limita a declarar
inadmisible una demanda o un recurso, como ocurre en la especie; en esta
eventualidad es suficiente con explicar la existencia de la causal de
inadmisibilidad. En este mismo orden, cuando se trate del recurso de casación,
como ocurre en el presente caso, el análisis que hace el juez es de estricto
derecho y, en tal sentido, la motivación difiere sustancialmente de aquella
requerida para resolver cuestiones de hecho y de derecho al mismo tiempo.

5. En definitiva, lo que queremos resaltar es que la motivación de la sentencia


objeto del recurso que nos ocupa hay que valorarla tomando en cuenta que el
tribunal se limitó a declarar inadmisible un recurso de casación; de manera
que la exigencia de la motivación no puede hacerse con el rigor aplicable a la
sentencia que resuelve el fondo de la cuestión.

6. Entendemos que cuando la Suprema Corte de Justicia, establece de manera


clara y precisa que en la especie no están reunidos los elementos y exigencias
de ley esta cumple con los presupuestos de motivación, esto queda
evidenciado cuando el alto tribunal expresa : “Considerando: que del examen
del expediente de que se trata, esta Suprema Corte de Justicia ha podido
determinar que en el caso se está en presencia de un recurso de casación
contra una sentencia en la cual no se verifican ninguno de los supuestos
previstos por los Artículos 425 y 426 del Código Procesal Penal para admitir
el recurso de casación; por lo que procede declarar inadmisibles los recursos
de casación de que se trata;”

7. Es obvio que el fallo judicial de que se trata está fundamentado y


ciertamente existe en él la motivación exigible, concreta y necesaria para, en
caso que nos ocupa, declarar la inadmisibilidad del recurso de casación, pues
se cumple la fundamentación inherente a toda decisión judicial, y en la especie
esta ha contado con argumentos claros, completos, legítimos y lógicos.
Sentencia TC/0009/13. Expediente TC-04-2012-0019, relativo al Recurso de Revisión Constitucional de Decisiones
Jurisdiccionales interpuesto por la sociedad comercial Malespín Constructora, S. A., y Marcos E. Malespín, contra la
Resolución No. 830-2012, dictada por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, en fecha dieciséis (16) de enero
de dos mil doce (2012).
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SOLUCIÓN PROPUESTA POR LOS MAGISTRADOS DISIDENTES

10. Entendemos que la resolución recurrida en revisión constitucional,


contiene las motivaciones suficientes que justifican la declaratoria de
inadmisibilidad y, en consecuencia, no existe violación a derecho o garantía
fundamental alguna, por tanto, el presente recurso debió ser admitido, en
cuanto a forma, y rechazado, en cuanto al fondo.

Firmado: Hermógenes Acosta De Los Santos, Juez; Wilson S. Gómez


Ramírez, Juez; Idelfonso Reyes, Juez.

VOTO DISIDENTE DEL MAGISTRADO JUSTO PEDRO


CASTELLANOS KHOURI EN EL RECURSO DE REVISIÓN DE
DECISIÓN JURISDICCIONAL INCOADO POR LA SOCIEDAD
COMERCIAL MALESPÍN CONSTRUCTORA, S. A., Y MARCOS E.
MALESPÍN, CONTRA LA RESOLUCIÓN NÚMERO 830-2012,
DICTADA POR LAS SALAS REUNIDAS DE LA SUPREMA CORTE
DE JUSTICIA EL 16 DE ENERO DE 2012.

En ejercicio de lo previsto en los artículos 186 de la Constitución y 30 de la


ley número 137-11, Orgánica del Tribunal Constitucional y de los
Procedimientos Constitucionales; siendo coherentes con la posición mantenida
en la deliberación y con el debido respeto hacia el criterio mayoritario
reflejado en esta sentencia, presentamos un voto disidente, fundado en los
argumentos que se exponen a continuación:

En la especie, este Tribunal ha validado el argumento de la recurrente en el


sentido de que la sentencia recurrida carece de motivación, afirmación de la
que disentimos.

En este sentido, conviene precisar que de ninguna manera cuestionamos la


necesidad de motivación de toda sentencia provista por un tribunal. Para
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Jurisdiccionales interpuesto por la sociedad comercial Malespín Constructora, S. A., y Marcos E. Malespín, contra la
Resolución No. 830-2012, dictada por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, en fecha dieciséis (16) de enero
de dos mil doce (2012).
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nosotros, no es eso lo que está en juego aquí. Esa necesidad es indiscutible e


irreductible. La debida motivación de las decisiones es, en efecto, una de las
garantías del derecho fundamental a un debido proceso. Así lo ha reconocido
este Tribunal en decisiones de las que hemos sido participes y de las que nos
sentimos particularmente satisfechos y orgullosos. Esta disidencia no implica
una variación, ni en un ápice, de nuestra posición respecto de este asunto.

La debida motivación de las decisiones judiciales implica la existencia de una


correlación entre el motivo invocado, la fundamentación y la propuesta de
solución. No basta, pues, la mera enunciación genérica de los principios, sin la
exposición concreta y precisa de la valoración de los hechos, de las pruebas y
del derecho a aplicar.

Se infiere, entonces, que para considerar, con objetividad y justeza, que una
sentencia carece de fundamentación, en ella han de estar ausentes los motivos
presentes en el análisis del juez que los han conducido a su decisión, así como
las razones jurídicas que la determinan y que comprenden las cuestiones que
les fueron sometidas, todo con una argumentación clara, lógica, completa y
legítima.

En efecto, contrario a lo considerado por la mayoría de los jueces, nos parece


evidente que la sentencia recurrida cumple con los requisitos descritos en el
párrafo precedente y que, además, este Tribunal desarrolla en la presente
decisión.

Creemos que a la sentencia recurrida en revisión podría hacerse, a lo más, una


crítica en el sentido de que ha podido tener una motivación más extensa, lo
que dependerá de la particular visión que tenga al respecto quien formule la
crítica. Sin embargo, no puede hablarse de ausencia de motivación pues,
objetivamente, esta existe y se puede encontrar en el texto de la misma, es
decir, en su ratio decidendi.

Sentencia TC/0009/13. Expediente TC-04-2012-0019, relativo al Recurso de Revisión Constitucional de Decisiones


Jurisdiccionales interpuesto por la sociedad comercial Malespín Constructora, S. A., y Marcos E. Malespín, contra la
Resolución No. 830-2012, dictada por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, en fecha dieciséis (16) de enero
de dos mil doce (2012).
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Tal convencimiento nos ha llevado a concluir en que, comprobada la


existencia de motivación, no se verifica violación a derecho fundamental
alguno y, por tanto, el presente recurso debió ser rechazado, confirmándose la
resolución número 830-2012 dictada en fecha dieciséis (16) de enero de dos
mil doce (2012), por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia.

Firmado: Justo Pedro Castellanos Khouri, Juez.


VOTO SALVADO DE LA MAGISTRADA KATIA MIGUELINA
JIMÉNEZ MARTÍNEZ EN EL CASO MALESPÍN CONSTRUCTORA,
S. A., Y MARCOS E. MALESPÍN CONTRA LA RESOLUCIÓN
NÚMERO 830-2012, DICTADA EN FECHA DIECISÉIS (16) DE
ENERO DE DOS MIL DOCE (2012), POR LAS SALAS REUNIDAS DE
LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA.

Con el debido respeto hacia el criterio mayoritario reflejado en la sentencia y


de acuerdo con la opinión que mantuvimos en la deliberación, nos sentimos en
la necesidad de ejercitar la facultad prevista en el artículo 186 de la
Constitución, a fin de ser coherentes con la posición mantenida.

Como cuestión previa a exponer los motivos que nos llevan a elevar este voto
salvado, conviene precisar que la jueza que suscribe, comparte el criterio de la
mayoría, en virtud de que el referido recurso de revisión constitucional de
decisión jurisdiccional incoado por Malespín Constructora contra la resolución
número 830-2012, dictada en fecha dieciséis (16) de enero de dos mil doce
(2012), por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, debe ser
admitido y en consecuencia anulada la aludida Resolución, sin embargo, salva
el voto en el entendido de que debió referirse a aspectos no consignados en la
decisión adoptada por el consenso, los cuales la suscrita considera
imperativos.

En este sentido, nos permitimos destacar que en el contexto de la Resolución


objeto de revisión constitucional no se observa la aplicación de una
metodología racional de análisis que permita identificar los motivos que
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Jurisdiccionales interpuesto por la sociedad comercial Malespín Constructora, S. A., y Marcos E. Malespín, contra la
Resolución No. 830-2012, dictada por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, en fecha dieciséis (16) de enero
de dos mil doce (2012).
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condujeron a la Suprema Corte de Justicia a tomar la decisión de que en el


recurso de casación interpuesto por Malespín Constructora, S. A., y Marcos E.
Malespín, no se tipifican ninguno de los supuestos previstos por los artículos
425 y 426 del Código Procesal Penal, lo que conlleva a que este Tribunal
Constitucional proceda a fijar el alcance del compromiso que tienen los
tribunales del orden jurisdiccional, sin importar su competencia material o la
jerarquía jurisdiccional que estos posean, de dictar decisiones motivadas como
parte de la sujeción a la garantía constitucional del debido proceso. Tal
compromiso se extiende, incluso, a las sentencias por medio de las cuales se
declara la inadmisibilidad del recurso de casación;

Si bien es cierto que este Tribunal es de posición de que los jueces deben
guiarse por ciertos criterios de uniformidad al momento de expedir sus
resoluciones, entendemos que es necesario establecer la exigencia de que tal
cosa deba hacerse sin que se descuide el aspecto relacionado a la introducción
de las consideraciones y razonamientos propios que se originen de cada caso
específico, correlacionando los principios, reglas, normas y jurisprudencia, en
general, con las premisas lógicas de cada fallo, ya que en caso contrario
estaríamos frente a una elaboración mecánica y pre impresa en las cuales la
motivación estaría reducida a su mínima expresión;

Además, la aplicabilidad de un exagerado simplismo puede resultar peligroso


e irracional, sin dejar de considerar que en tales casos solo existirá una
apariencia de motivación, por expresar razones insuficientes que en la práctica
no permiten determinar la fuente justificativa de la decisión, haciéndose
necesario que en ese aspecto este Tribunal establezca los parámetros o
exigencias mínimas que deben tener la motivación de las decisiones
jurisdiccionales en el contexto de su contenido. En este sentido, entendemos
que la motivación debe ser: expresa, clara, completa legítima y lógica, y no
solo quedar relegadas en enunciaciones generales e imprecisas que no
permitan determinar el razonamiento de donde enema la decisión adoptada;

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Resolución No. 830-2012, dictada por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, en fecha dieciséis (16) de enero
de dos mil doce (2012).
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En ese sentido, consideramos que la obligación de motivar las resoluciones de


una forma expresa, clara, completa y lógica debe permitir la configuración de
una metodología racional de análisis que permita identificar, de una forma
inequívoca y directa, los motivos y razonamientos que han servido de
fundamento para la toma de una decisión judicial, cuya aplicación debe
guardar relación con la naturaleza propia de cada caso, aún cuando se trate de
declarar la inadmisibilidad del recurso de casación, pues tal obligación no solo
debe quedar extrapolada al ámbito de los casos complejos, sino que además,
en virtud de la aplicación de la garantía constitucional del debido proceso,
deben aplicarse a los casos que pudieran considerarse simples;

Por las razones antes externadas, salvamos nuestro voto de la solución dada al
presente caso, en el entendido de que las motivaciones que en este exponemos
debieron formar parte integral de la sentencia que ha sido emitida por este
Tribunal;

Finalmente, concurrimos en que la Resolución número 830-2012, dictada en


fecha dieciséis (16) de enero de dos mil doce (2012), por las Salas Reunidas
de la Suprema Corte de Justicia, debe ser anulada por no cumplir con la
garantía fundamental del debido proceso en lo que a motivación se refiere.

Firmado: Katia Miguelina Jiménez Martínez, Jueza.

La presente decisión es dada y firmada por los señores Jueces del Tribunal
Constitucional que anteceden, en la sesión del Pleno celebrada el día, mes y
año anteriormente expresados, y publicada por mí, Secretario del Tribunal
Constitucional que certifico.

Julio José Rojas Báez


Secretario

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Jurisdiccionales interpuesto por la sociedad comercial Malespín Constructora, S. A., y Marcos E. Malespín, contra la
Resolución No. 830-2012, dictada por las Salas Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, en fecha dieciséis (16) de enero
de dos mil doce (2012).
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EN NOMBRE DE LA REPÚBLICA

SENTENCIA TC/0109/13
Referencia: Expediente No. TC-05-2012-
0048, relativo al recurso de revisión
constitucional de sentencia en materia de
amparo, incoado por Denny F. Silvestre
Zorrilla, Procurador Fiscal Adjunto del
Distrito Nacional, en contra de la Sentencia
núm. 67- 2012, dictada por la Segunda Sala
de la Cámara Penal del Juzgado de Primera
Instancia del Distrito Nacional, el nueve (9)
de mayo de dos mil doce (2012).

En el municipio Santo Domingo Oeste, provincia Santo Domingo, República


Dominicana, a los cuatro (4) días del mes de julio del año dos mil trece (2013).

El Tribunal Constitucional, regularmente constituido por los magistrados Milton


Ray Guevara, Juez Presidente; Leyda Margarita Piña Medrano, Jueza Primera
Sustituta; Lino Vásquez Sámuel, Juez Segundo Sustituto; Hermógenes Acosta de los
Santos, Ana Isabel Bonilla Hernández, Justo Pedro Castellanos Khouri, Víctor
Joaquín Castellanos Pizano, Jottin Cury David, Rafael Díaz Filpo, Víctor Gómez
Bergés, Wilson Gómez Ramírez, Katia Miguelina Jiménez Martínez e Idelfonso
Reyes, jueces, en ejercicio de sus competencias constitucionales y legales, y
específicamente las previstas en el artículo 185.4 de la Constitución y los artículos
9 y 94 de la Ley núm. 137-11, Orgánica del Tribunal Constitucional y de los
Procedimientos Constitucionales, de fecha trece (13) de junio del año dos mil once
(2011), dicta la siguiente sentencia:

I. ANTECEDENTES

Sentencia TC/0109/13. Expediente No. TC-05-2012-0048, relativo al recurso de revisión constitucional de sentencias en materia
de amparo, incoado por Denny F. Silvestre Zorrilla, Procurador Fiscal Adjunto del Distrito Nacional, en contra de la Sentencia
número núm. 67- 2012, dictada por la Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, el
nueve (9) de mayo de dos mil doce (2012).
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1. Descripción de la sentencia recurrida

1.1. En ocasión de la acción de amparo incoada por Juan Carlos Terrero Peña en
contra de la Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional, la Segunda Sala de la Cámara
Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional dictó, en fecha nueve
(9) de mayo de dos mil doce (2012), la Sentencia número 67-2012, cuyo dispositivo,
copiado textualmente, reza de la siguiente manera:

PRIMERO: DECLARAR regular y válida en cuanto a la forma la presente


Acción de Amparo, interpuesta por JUAN CARLOS TERRERO PEÑA, de
generales que constan, por intermedio de su abogado LICDO. MARINO J. L.
ELSEVYF PINEDA, en fecha dieciocho (18) del mes de abril del año dos mil
doce (2012), en contra de la PROCURADURÍA FISCAL DEL DISTRITO
NACIONAL, por haber sido hecha de acuerdo con la ley y conforme al
Derecho; y en cuanto al fondo de dicha acción, CONCEDER AMPARO al
señor JUAN CARLOS TERRERO PEÑA, y RESTABLECER su derecho
fundamental de propiedad, desglosado en la devolución del arma de fuego,
marca GLOCK-AUSTRIA 9X19, serie No. DYN830; por lo que, ORDENA a
la PROCURADURÍA FISCAL DEL DISTRITO NACIONAL, en la persona de
la LICDA. RITA MARÍA DURÁN, Procuradora Fiscal del Distrito Nacional,
adscrita al Departamento de Línea de Vida de la Procuraduría Fiscal del
Distrito Nacional, así como a cualquiera otra persona, física o jurídica,
pública o privada, que tenga responsabilidad y trámite con lo solicitado, la
DEVOLUCIÓN y ENTREGA inmediata y sin obstáculo alguno al reclamante,
señor JUAN CARLOS TERRERO PEÑA, del arma de fuego solicitado y
descrito anteriormente, otorgándole un plazo de tres (3) días hábiles para
cumplir con dicha entrega, a partir de la notificación de la Sentencia y previa
presentación por parte del interesado del documento de propiedad; por las
razones expuestas en el cuerpo de la presente decisión.

Sentencia TC/0109/13. Expediente No. TC-05-2012-0048, relativo al recurso de revisión constitucional de sentencias en materia
de amparo, incoado por Denny F. Silvestre Zorrilla, Procurador Fiscal Adjunto del Distrito Nacional, en contra de la Sentencia
número núm. 67- 2012, dictada por la Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, el
nueve (9) de mayo de dos mil doce (2012).
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SEGUNDO: ESTABLECER que en caso de incumplimiento de lo anterior y


conforme al artículo 148 de la Constitución, el Estado y sus instituciones, así
como las personas físicas y jurídicas que lo representan, pueden ser
responsables civilmente por los daños y perjuicios causados.

TERCERO: DISPONER que la presente instancia de Acción de Amparo es


libre del pago de las costas procesales, por mandato expreso del artículo 66,
de la Ley No. 137-11, de fecha trece (13) de junio del año dos mil once (2011),
Orgánica del Tribunal Constitucional y de los Procedimientos
Constitucionales.

1.2. Dicha sentencia fue notificada a la Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional en
fecha veintidós (22) de mayo de dos mil doce (2012), por la Secretaría de la Segunda
Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional.

2. Presentación del recurso de revisión

2.1. La parte recurrente, Denny F. Silvestre Zorrilla, Procurador Fiscal Adjunto


del Distrito Nacional, interpuso el presente recurso en fecha veintiocho (28) de mayo
de dos mil doce (2012), el cual fue notificado el treinta y uno (31) de mayo de dos
mil doce (2012), al recurrido, Juan Carlos Terrero Peña, mediante la comunicación
emitida por la Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia
del Distrito Nacional.

2.2. El recurrente pretende que se revoque la sentencia número 67-2012, y que, en


consecuencia, se rechace la acción en amparo originalmente intentada por Juan
Carlos Terrero Peña, fundamentándose en los alegatos que se exponen más adelante.

3. Fundamentos de la sentencia recurrida

3.1. La Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del
Distrito Nacional acogió la acción de amparo interpuesta por Juan Carlos Terrero

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de amparo, incoado por Denny F. Silvestre Zorrilla, Procurador Fiscal Adjunto del Distrito Nacional, en contra de la Sentencia
número núm. 67- 2012, dictada por la Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, el
nueve (9) de mayo de dos mil doce (2012).
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Peña en contra de la Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional, fundada, entre otros,
en los siguientes motivos:

12. Que al sólo presentar pruebas la parte reclamante, no ha lugar a


ponderar ni valorar pruebas de la parte reclamada; por lo que, este tribunal
luego de ponderar los textos constitucionales y legales citados, así como los
fundamentos de la Acción de Amparo, entiende que la presente acción es
procedente en la forma, en tanto que cumple con los requisitos de admisión
de la misma, al identificar y justificar debidamente cuál es el derecho
fundamental conculcado, al motivar sus pretensiones y al señalar sin
confusión ni dudas a las autoridades provistas de la acción u omisión respecto
de su derecho conculcado; de ahí que, respecto de las pruebas de la parte
reclamante: 1) Copia de Acto de Entrega de Arma de fecha dos (02) del mes
de diciembre del año dos mil ocho (2008), entre Juan Carlos Terrero Peña,
Licdo. Carlos Trinidad Mariñez, Sargento Mayor de la Policía Nacional,
adscrito al Departamento de Línea Vida, hace entrega formal de manera
voluntaria y provisional el arma de fuego marca GLOCK-AUSTRIA 9x19,
serie No. DYN830, con el cargador sin cápsulas, la que porta su licencia de
porte y tenencia con los números 01010001-0 y 02010001-6 y 2) Copia Acto
No. 108/2012, de notificación de intimación y puesta en mora para la entrega
del arma de fuego, instrumentado por el Ministerial Engels Alexander Pérez
Peña, alguacil ordinario del Cuarto Tribunal Colegiado de la Cámara Penal
del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, contentivo de
intimación y puesta en mora de la entrega de arma de fuego…

13. Que además, este tribunal es de opinión, que las pruebas aportadas por
la parte reclamante, son suficientes para sustentar la presente Acción de
Amparo, así como para probar su calidad de reclamante, la acción u omisión
de la autoridad judicial y los agravios que se le están causando por tal acción
u omisión de los órganos investigativos del Estado a la actual reclamante,
máxime, si este tribunal no aprecia como incautación y secuestro serio del

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de amparo, incoado por Denny F. Silvestre Zorrilla, Procurador Fiscal Adjunto del Distrito Nacional, en contra de la Sentencia
número núm. 67- 2012, dictada por la Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, el
nueve (9) de mayo de dos mil doce (2012).
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bien mueble, respecto de alguna infracción originaria endilgada por el


Ministerio Público al actual reclamante, la cual debe ser lo suficientemente
pertinente y comprometida para con dicha infracción; además, de que es
admitido que cuando los órganos del Estado hacen silencio respecto de la
solicitud del reclamante debe ser interpretado como una negativa de la
administración ante su solicitud; todo lo cual no ha sido destruido por la
parte reclamada; de ahí que, procede acoger la presente Acción de Amparo
en la forma y modalidad que se indica más adelante y, entendiendo el tribunal
que para el caso no es procedente, conforme al artículo 94 de la ley citada
anteriormente y sobre la materia, la ´imposición del pago de un astreinte de
quince mil pesos dominicanos (RD$15,000.00) diarios, por cada día de
retardo en el cumplimiento de la decisión que intervenga´; dado que el mismo
no es pertinente para el caso tratado, por lo que no es razonable ni
proporcional la fijación de dicho astreinte, de acuerdo con los principios de
proporcionalidad y razonabilidad normativa, establecidos en los artículos 40,
numeral 15, y 74, numeral 2, de la Constitución.

4. Hechos y argumentos jurídicos de la parte recurrente en revisión

4.1. La parte recurrente pretende que se dicte una decisión a su favor y para justificar
dichas pretensiones alega, entre otras, las razones siguientes:

a) Que el Tribunal a-quo violentó las disposiciones del numeral 2 del artículo 70
de la Ley núm. 137-11, al no tomar en consideración que al momento en que Juan
Carlos Terrero Peña interpuso la acción de amparo contra la Procuraduría Fiscal del
Distrito Nacional, ya había transcurrido un total de tres (3) años, cuatro (4) meses y
dieciséis (16) días, desde que éste tuviera conocimiento de la supuesta vulneración
de su derecho, lo que sobrepasa el plazo de sesenta (60) días establecido en el
mencionado texto legal;

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de amparo, incoado por Denny F. Silvestre Zorrilla, Procurador Fiscal Adjunto del Distrito Nacional, en contra de la Sentencia
número núm. 67- 2012, dictada por la Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, el
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b) Que, de igual manera, el Tribunal a-quo no cumplió con lo establecido en el


numeral 3 del artículo 70 de la Ley núm. 137-11, ya que no declaró que la acción de
amparo intentada por Juan Carlos Terrero Peña resultaba “manifiestamente
infundada”;

c) Que el Juez de la Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera


Instancia del Distrito Nacional, al momento de amparar un supuesto derecho de
propiedad en favor de Juan Carlos Terrero Peña, no tomó en consideración -y
además inobservó- las reglas del debido proceso, la tutela judicial efectiva y los
derechos de la víctima, en especial, aquellos relativos al “interés superior del niño”,
debiendo limitarse el derecho de propiedad frente a estos últimos;

d) Que, en el mismo sentido, el indicado Tribunal no motivó correctamente su


decisión, ya que no contestó “todos los aspectos que planteó la representante del
Ministerio Público que estuvo presente en la audiencia de amparo”; y

e) Que el Tribunal a-quo no “observó las disposiciones de carácter legal y


constitucional que facultan al Ministerio Público como autoridad para retener y
ocupar armas de fuego en determinadas circunstancias”.

5. Hechos y argumentos jurídicos de la recurrida en revisión

5.1. A pesar de que en fecha treinta y uno (31) de mayo de dos mil doce (2012) le
fue notificado al recurrido el presente recurso de revisión, en el expediente no reposa
ningún escrito de defensa en relación con el mismo.

6. Pruebas documentales

6.1. En el trámite del presente recurso en revisión, las pruebas documentales que
obran en el expediente son, entre otras, las siguientes:

Sentencia TC/0109/13. Expediente No. TC-05-2012-0048, relativo al recurso de revisión constitucional de sentencias en materia
de amparo, incoado por Denny F. Silvestre Zorrilla, Procurador Fiscal Adjunto del Distrito Nacional, en contra de la Sentencia
número núm. 67- 2012, dictada por la Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, el
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a) Acta de la Denuncia Oral núm. 200802545, presentada en fecha veintinueve


(29) de noviembre de dos mil ocho (2008), por Brenda Nader Jiménez, ante la
Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional, en contra de Juan Carlos Terrero Peña;

b) Acta de la Denuncia Oral núm. 200802550, presentada el primero (1ero) de


diciembre de dos mil ocho (2008), por Brenda Nader Jiménez, por ante la
Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional, en contra de Juan Carlos Terrero Peña;

c) Certificado Médico No. 8352, expedido el primero (1ero) de diciembre de dos


mil ocho (2008), por la Dra. Cynthia Sánchez Batista, Médico Legista del Distrito
Nacional, en relación con el menor RBTB;

d) Acta de entrega de arma realizada por Juan Carlos Terrero Peña, ante la Licda.
Rita María Duran, Procuradora Fiscal Adjunta del Distrito Nacional, Coordinadora
del Departamento Línea Vida, en fecha dos (2) de diciembre de dos mil ocho (2008);

e) Informe Psicológico realizado al menor RBTB en fecha tres (3) de diciembre


de dos mil ocho (2008), por el Departamento de Psicología de la Procuraduría Fiscal
del Distrito Nacional;

f) Informe del caso del niño RBTB, realizado en fecha dieciséis (16) de diciembre
de dos mil ocho (2008), por la Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional;

g) Acta de Declaración de la testigo Yennifer Mercedes Lovelace Mejía, realizada


el veinte (20) de enero de dos mil nueve (2009), ante la Procuraduría Fiscal del
Distrito Nacional;

h) Acta de Declaración de la testigo Madelin Yohana Féliz Cuevas, realizada el


veinte (20) de enero de dos mil nueve (2009), ante la Procuraduría Fiscal del Distrito
Nacional;

Sentencia TC/0109/13. Expediente No. TC-05-2012-0048, relativo al recurso de revisión constitucional de sentencias en materia
de amparo, incoado por Denny F. Silvestre Zorrilla, Procurador Fiscal Adjunto del Distrito Nacional, en contra de la Sentencia
número núm. 67- 2012, dictada por la Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, el
nueve (9) de mayo de dos mil doce (2012).
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i) Informe Clínico Psicológico, de fecha nueve (9) de febrero de dos mil nueve
(2009), realizado al menor RBTB, por el Departamento de Psicología Hogar de Paso
Andrés Boca Chica del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia
(CONANI);

j) Solicitud de devolución de arma de fuego retenida, realizada por Juan Carlos


Terrero Peña, en fecha veintiséis (26) de noviembre de dos mil diez (2010), ante la
Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional;

k) Acto núm. 108/2012, de fecha veintidós (22) de febrero de dos mil doce (2012),
instrumentado por el Ministerial Engels Alexander Pérez Peña, contentivo de la
Notificación de Intimación y Puesta en Mora para la Entrega de Arma de Fuego,
realizada por Juan Carlos Terrero Peña a la Procuraduría Fiscal del Distrito
Nacional;

l) Acción de amparo de fecha dieciocho (18) de abril de dos mil doce (2012),
incoada por Juan Carlos Terrero Peña en contra de la Procuraduría Fiscal del Distrito
Nacional;

m) Sentencia núm. 67-2012, dictada en fecha nueve (9) de mayo de dos mil doce
(2012), por la Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia
del Distrito Nacional;

n) Notificación realizada a la Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional, en fecha


veintidós (22) de mayo de dos mil doce (2012), relativa a la Sentencia núm. 67-2012,
dictada en fecha nueve (9) de mayo de dos mil doce (2012), por la Segunda Sala de
la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional;

o) Recurso de revisión de Sentencia, de fecha veintiocho (28) de mayo de dos mil


doce (2012), incoada por la Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional, contra de la
Sentencia núm. 67-2012, dictada en fecha nueve (9) de mayo de dos mil doce (2012),

Sentencia TC/0109/13. Expediente No. TC-05-2012-0048, relativo al recurso de revisión constitucional de sentencias en materia
de amparo, incoado por Denny F. Silvestre Zorrilla, Procurador Fiscal Adjunto del Distrito Nacional, en contra de la Sentencia
número núm. 67- 2012, dictada por la Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, el
nueve (9) de mayo de dos mil doce (2012).
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por la Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito
Nacional; y

p) Notificación de recurso de revisión de fecha treinta y uno (31) de mayo de dos


mil doce (2012), realizado a requerimiento de la Secretaría de la Segunda Sala de la
Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional en manos del
señor Juan Carlos Terrero Peña.

II. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS


DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

7. Síntesis del conflicto

7.1. Conforme a la documentación depositada en el expediente y a los hechos y


argumentos invocados por las partes, el presente conflicto se origina en la no
devolución, por parte del Ministerio Público, del arma de fuego que fue entregada
por Juan Carlos Terrero Peña, en ocasión de varias denuncias por violencia
intrafamiliar que habían sido presentadas en su contra.

7.2. En vista de esto, Juan Carlos Terrero Peña presentó una acción de amparo, a
los fines de que se le devolviese su arma de fuego y así cesara la alegada violación
a su derecho de propiedad, acción que fue acogida por la Segunda Sala de la Cámara
Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, mediante la decisión
objeto del presente recurso en revisión.

8. Competencia

8.1. El Tribunal Constitucional es competente para conocer del presente recurso de


revisión, en virtud de lo establecido en el artículo 185.4 de la Constitución y en los
artículos 9 y 94 de la Ley núm. 137-11.

Sentencia TC/0109/13. Expediente No. TC-05-2012-0048, relativo al recurso de revisión constitucional de sentencias en materia
de amparo, incoado por Denny F. Silvestre Zorrilla, Procurador Fiscal Adjunto del Distrito Nacional, en contra de la Sentencia
número núm. 67- 2012, dictada por la Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, el
nueve (9) de mayo de dos mil doce (2012).
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9. Admisibilidad del recurso de revisión

9.1. El Tribunal Constitucional estima que el presente recurso de revisión resulta


admisible por las siguientes razones:

a) De acuerdo con las disposiciones del artículo 94 de la Ley núm. 137-11, las
sentencias emitidas por el juez de amparo solo son susceptibles de ser recurridas en
revisión y en tercería;

b) El artículo 100 de la referida Ley núm. 137-11, establece los criterios para la
admisibilidad del recurso de revisión de amparo, sujetándola a que la cuestión de
que se trate entrañe una especial trascendencia o relevancia constitucional. En
efecto, dicho artículo faculta al Tribunal Constitucional para apreciar dicha
trascendencia o relevancia, atendiendo a la importancia del caso para la
interpretación, aplicación y general eficacia del texto constitucional, o para
determinar el contenido, alcance y la concreta protección de los derechos
fundamentales;

c) Con respecto a la especial trascendencia o relevancia constitucional, este


Tribunal fijó su posición mediante la sentencia No. TC/0007/12, de feche veintidós
(22) de marzo del año dos mil doce (2012); y

d) En la especie, el Tribunal Constitucional considera que el presente recurso de


revisión tiene relevancia y trascendencia constitucional, porque contempla un
supuesto relativo a conflictos sobre derechos fundamentales respecto a los cuales el
Tribunal Constitucional no haya establecido criterios que permitan su
esclarecimiento, al plantear una confrontación entre el derecho de propiedad sobre
un arma de fuego, de una parte, y los derechos del niño y de la familia, de la otra.

10. Sobre el recurso de revisión

10.1. En lo que se refiere al recurso de revisión, este Tribunal entiende que el


mismo debe ser acogido, en virtud del siguiente razonamiento:

Sentencia TC/0109/13. Expediente No. TC-05-2012-0048, relativo al recurso de revisión constitucional de sentencias en materia
de amparo, incoado por Denny F. Silvestre Zorrilla, Procurador Fiscal Adjunto del Distrito Nacional, en contra de la Sentencia
número núm. 67- 2012, dictada por la Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, el
nueve (9) de mayo de dos mil doce (2012).
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a) Conforme la documentación y hechos previamente mencionados, este Tribunal


entiende que en la especie existe una confrontación de derechos, específicamente
entre el derecho de propiedad, de una parte, y los derechos de los niños de a la
familia, de la otra;

b) En efecto, se comprueba que mientras Juan Carlos Terrero Peña alega que la
retención de su arma de fuego, por parte del Ministerio Público, constituye una
violación a su derecho de propiedad, este órgano fundamenta dicha retención sobre
la base de la protección de los derechos del niño RBTB y su familia, los cuales
habían sido previamente amenazados por el recurrido;

c) En ese sentido, el artículo 51 de la Constitución dominicana, al referirse al


derecho de propiedad, establece que: El Estado reconoce y garantiza el derecho de
propiedad. La propiedad tiene una función social que implica obligaciones. Toda
persona tiene derecho al goce, disfrute y disposición de sus bienes;

d) Asimismo, al referirse a los derechos de la familia, nuestra Carta Magna declara


en su artículo 55 que:

La familia es el fundamento de la sociedad y el espacio básico para el


desarrollo integral de las personas. Se constituye por vínculos naturales o
jurídicos, por la decisión libre de un hombre y una mujer de contraer
matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla.

1) Toda persona tiene derecho a constituir una familia, en cuya formación y


desarrollo la mujer y el hombre gozan de iguales derechos y deberes y se
deben comprensión mutua y respeto recíproco;

2) El Estado garantizará la protección de la familia. El bien de familia es


inalienable e inembargable, de conformidad con la ley; (…).

e) En lo concerniente a los derechos de los niños, el artículo 56 del texto supremo


deja claro que: La familia, la sociedad y el Estado, harán primar el interés superior
del niño, niña y adolescente; tendrán la obligación de asistirles y protegerles para

Sentencia TC/0109/13. Expediente No. TC-05-2012-0048, relativo al recurso de revisión constitucional de sentencias en materia
de amparo, incoado por Denny F. Silvestre Zorrilla, Procurador Fiscal Adjunto del Distrito Nacional, en contra de la Sentencia
número núm. 67- 2012, dictada por la Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, el
nueve (9) de mayo de dos mil doce (2012).
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garantizar su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos


fundamentales, conforme a esta Constitución y las leyes. En consecuencia: 1) Se
declara del más alto interés nacional la erradicación del trabajo infantil y todo tipo
de maltrato o violencia contra las personas menores de edad. Los niños, niñas y
adolescentes serán protegidos por el Estado contra toda forma de abandono,
secuestro, estado de vulnerabilidad, abuso o violencia física, sicológica, moral o
sexual, explotación comercial, laboral, económica y trabajos riesgosos.

f) En el mismo sentido, la ley número 136-03 consagra el INTERÉS SUPERIOR


DEL NIÑO, NIÑA Y ADOLESCENTE y, respecto del mismo, establece que: El
principio del interés superior del niño, niña o adolescente debe tomarse en cuenta
siempre en la interpretación y aplicación de este Código y es de obligatorio
cumplimiento en todas las decisiones que le sean concernientes. Busca contribuir
con su desarrollo integral y asegurar el disfrute pleno y efectivo de sus derechos
fundamentales.

g) En relación con la confrontación de derechos fundamentales, la Constitución


dominicana establece, en su artículo 74.4, lo siguiente: Los poderes públicos
interpretan y aplican las normas relativas a los derechos fundamentales y sus
garantías, en el sentido más favorable a la persona titular de los mismos y, en caso
de conflicto entre derechos fundamentales, procurarán armonizar los bienes e
intereses protegidos por esta Constitución.

h) Este último texto no es más que la consagración en el ordenamiento jurídico


dominicano del principio de armonización concreta, el cual otorga a este Tribunal
Constitucional, de conformidad con la sentencia TC/0042/12 [página 14], de fecha
veintiuno (21) de septiembre del dos mil doce (2012), la obligación de armonizar
derechos fundamentales en conflicto, de modo tal que no se afecte el contenido
esencial de los derechos involucrados como tampoco, más de lo necesario, su
máxima efectividad;

i) Este Tribunal Constitucional, tomando como base la jurisprudencia


constitucional de Colombia, igualmente se refirió a este principio en su sentencia
Sentencia TC/0109/13. Expediente No. TC-05-2012-0048, relativo al recurso de revisión constitucional de sentencias en materia
de amparo, incoado por Denny F. Silvestre Zorrilla, Procurador Fiscal Adjunto del Distrito Nacional, en contra de la Sentencia
número núm. 67- 2012, dictada por la Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, el
nueve (9) de mayo de dos mil doce (2012).
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TC/0011/12 [página 16], de fecha tres (3) de mayo del dos mil doce (2012),
afirmando que en caso de confrontación de derechos fundamentales, se debían
apreciar las circunstancias concretas del caso a los fines de intentar conseguir una
armonización de los mismos, y en caso de no ser esto posible, hacer prevalecer el
derecho más afín a la dignidad humana;

j) En lo concerniente al derecho de propiedad de Juan Carlos Terrero Peña sobre


su arma de fuego, es menester recordar el criterio esbozado por este mismo Tribunal
en su sentencia TC/0010/12 [página 12], de fecha dos (2) de mayo del dos mil doce
(2012), en el sentido de que: cuando dicho derecho recae sobre un arma de fuego,
como ocurre en la especie, su ejercicio está condicionado y limitado, por tratarse
de un instrumento susceptible de poner en riesgo la seguridad nacional, la
integridad personal y el derecho a la vida. Dichas limitaciones están establecidas
en una ley especial y de orden público, como lo es la Ley No. 36, sobre Comercio,
Porte y Tenencia de Armas, de fecha 18 de octubre de1965;

k) En la especie, el arma de fuego propiedad del señor Juan Carlos Terrero Peña
fue entregada voluntariamente por éste último a la Procuraduría Fiscal del Distrito
Nacional, en ocasión de varias denuncias por violencia intrafamiliar que habían sido
presentadas en su contra;

l) Este Tribunal observa que dicha incautación está fundada en la ley,


específicamente en los artículos 186 del Código Procesal Penal y 26 de la Ley
número 133-2011, Orgánica del Ministerio Público;

m) En efecto, la misma fue realizada durante una investigación judicial, la cual,


por demás, se encuentra actualmente vigente, refiriéndose dicha denuncia a que Juan
Carlos Terrero Peña había amenazado con utilizar su arma de fuego en contra de su
familia;

n) Por otro lado, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, al referirse a los


derechos de los niños, y más específicamente al principio del Interés Superior del
Niño, ha afirmado lo siguiente:

Sentencia TC/0109/13. Expediente No. TC-05-2012-0048, relativo al recurso de revisión constitucional de sentencias en materia
de amparo, incoado por Denny F. Silvestre Zorrilla, Procurador Fiscal Adjunto del Distrito Nacional, en contra de la Sentencia
número núm. 67- 2012, dictada por la Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, el
nueve (9) de mayo de dos mil doce (2012).
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Este Tribunal ha señalado que revisten especial gravedad los casos en que
las víctimas de violaciones a los derechos humanos son niños. La prevalencia
del interés superior del niño debe ser entendida como la necesidad de
satisfacción de todos los derechos de los menores, que obliga al Estado e
irradia efectos en la interpretación de todos los demás derechos de la
Convención cuando el caso se refiera a menores de edad. Asimismo, el Estado
debe prestar especial atención a las necesidades y los derechos de las
presuntas víctimas en consideración a su condición de niñas, como mujeres
que pertenecen a un grupo en una situación vulnerable.1,

Respecto del interés superior del niño, la Corte reitera que este principio
regulador de la normativa de los derechos del niño se funda en la dignidad
misma del ser humano, en las características propias de las niñas y los niños,
y en la necesidad de propiciar el desarrollo de éstos, con pleno
aprovechamiento de sus potencialidades. En el mismo sentido, conviene
observar que para asegurar, en la mayor medida posible, la prevalencia del
interés superior del niño, el preámbulo de la Convención sobre los Derechos
del Niño establece que éste requiere ´cuidados especiales´, y el artículo 19 de
la Convención Americana señala que debe recibir ´medidas especiales de
protección´. En este sentido, es preciso ponderar no sólo el requerimiento de
medidas especiales, sino también las características particulares de la
situación en la que se halle el niño o la niña.2

o) Nuestra Suprema Corte de Justicia ha afirmado correctamente que el interés


superior del niño consagrado como norma fundamental por la Convención
Internacional sobre los Derechos del Niño tiene su origen en la doctrina universal

1
Corte Interamericana de Derechos Humanos; Sentencia del Caso “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros)
Vs. Guatemala (Fondo), 19 de noviembre del año 1999, párr. 46; Sentencia del Caso de las Niñas Yean y Bosico Vs.
República Dominicana, 8 de septiembre del año 2005, párr. 34; Opinión Consultiva OC-17/02, del 28 de agosto del
año 2002, Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño.
2
Corte Interamericana de Derechos Humanos; Sentencia del Caso Furlan y Familiares Vs. Argentina (Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas), 31 de agosto del año 2012, párr. 126.

Sentencia TC/0109/13. Expediente No. TC-05-2012-0048, relativo al recurso de revisión constitucional de sentencias en materia
de amparo, incoado por Denny F. Silvestre Zorrilla, Procurador Fiscal Adjunto del Distrito Nacional, en contra de la Sentencia
número núm. 67- 2012, dictada por la Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, el
nueve (9) de mayo de dos mil doce (2012).
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de los derechos humanos, y como tal, es un principio garantista de estos derechos;


que los niños, niñas y adolescentes como personas humanas en desarrollo tienen
iguales derechos que todas las demás personas, y por consiguiente, es preciso
regular los conflictos jurídicos derivados de su incumplimiento, y de su colisión con
los derechos de los adultos; que el interés superior del niño permite resolver
conflictos de derecho recurriendo a la ponderación de esos derechos en conflicto, y
en ese sentido, siempre habrá de adoptarse aquella medida que asegure al máximo
la satisfacción de los mismos que sea posible y su menor restricción y riesgo3;

p) El literal e) [del Principio del Interés Superior del Niño], de la Ley núm. 136-
03, afirma que se deben priorizar los derechos de los niños, niñas y adolescentes,
sobre aquellos de las personas adultas, en los casos en que exista confrontación de
derechos;

q) En ese mismo sentido, el artículo 3 de la Convención sobre los Derechos del


Niño, adoptada el veinte (20) de noviembre del año mil novecientos ochenta y nueve
(1989) por la Asamblea General de las Naciones Unidas, establece que en todas las
medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas
de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos
legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior
del niño;

r) De igual manera, y en lo que tiene que ver con los derechos de la mujer, es
importante reiterar el criterio desarrollado en la precitada sentencia TC/0010//12
[páginas 13-14], en el sentido de que el hecho cierto e innegable de los preocupantes
índices de violencia intrafamiliar y de uxoricidios (muerte causada a la mujer por
su marido) de que adolece la sociedad dominicana justifica que, ante una denuncia
o querella, el Ministerio de Interior y Policía o el Ministerio Público incaute
cualquier arma de fuego que posea un imputado hasta que sea dictada una sentencia

3
SCJ, Cámara Civil y Comercial; Sentencia del 3 de junio del año 2009.

Sentencia TC/0109/13. Expediente No. TC-05-2012-0048, relativo al recurso de revisión constitucional de sentencias en materia
de amparo, incoado por Denny F. Silvestre Zorrilla, Procurador Fiscal Adjunto del Distrito Nacional, en contra de la Sentencia
número núm. 67- 2012, dictada por la Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, el
nueve (9) de mayo de dos mil doce (2012).
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con la autoridad irrevocable de la cosa juzgada, ya que de no tomarse esta decisión


se deja abierta la posibilidad de que la esposa denunciante o querellante pierda la
vida, como ha ocurrido en otros casos. En caso de probarse la imputación, la
incautación devendrá definitiva, y, en la hipótesis contraria, el arma de fuego
deberá ser devuelta;

s) A la luz de la precedente exposición, este Tribunal estima que la retención o


incautación por parte del Ministerio Público del arma de fuego de Juan Carlos
Terrero Peña, se encuentra justificada por el hecho de que existe un proceso penal
abierto en contra de este último, por hechos relacionados con violencia intrafamiliar;

t) En virtud de todo lo anterior, este Tribunal Constitucional es del criterio que la


sentencia No. 67-2012, dictada el nueve (9) de mayo de dos mil doce (2012), por la
Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito
Nacional, debe ser revocada en su totalidad y, consecuentemente, rechazada la
acción de amparo incoada por Juan Carlos Terrero Peña;

u) Sin embargo, el Tribunal precisa que dicha incautación o retención del arma de
fuego de Juan Carlos Terrero Peña es provisional hasta tanto culmine, [por las
diversas modalidades de terminación del proceso prevista en la ley, tales como el
archivo, la extinción de la acción o una sentencia absolutoria que haya adquirido la
autoridad de la cosa irrevocablemente juzgada] el proceso penal iniciado en su
contra, ya que dependiendo del resultado del mismo, entonces se levantaría dicha
incautación (en caso de descargo o extinción de la acción) o se tornaría en definitiva
(en caso de condena).

Esta decisión, firmada por los jueces del Tribunal fue adoptada por la mayoría
requerida. Figura incorporado el voto salvado de Katia Miguelina Jiménez Martínez,
Jueza.

Sentencia TC/0109/13. Expediente No. TC-05-2012-0048, relativo al recurso de revisión constitucional de sentencias en materia
de amparo, incoado por Denny F. Silvestre Zorrilla, Procurador Fiscal Adjunto del Distrito Nacional, en contra de la Sentencia
número núm. 67- 2012, dictada por la Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, el
nueve (9) de mayo de dos mil doce (2012).
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Por los motivos de hecho y de derecho anteriormente expuestos, el Tribunal


Constitucional

DECIDE:

PRIMERO: DECLARAR admisible el recurso de revisión incoado por Denny


Silvestre Zorrilla, Procurador Fiscal Adjunto del Distrito Nacional, en contra de la
Sentencia núm. 67-2012, dictada por la Segunda Sala de la Cámara Penal del
Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, el nueve (9) de mayo de dos mil
doce (2012).

SEGUNDO: ACOGER el referido recurso de revisión y, en consecuencia,


REVOCAR la sentencia núm. 67-2012, dictada por la Segunda Sala de la Cámara
Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, el nueve (9) de mayo
de dos mil doce (2012).

TERCERO: RECHAZAR la acción de amparo interpuesta por Juan Carlos Terrero


Peña en contra de la Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional, por los motivos
expuestos en el cuerpo de la presente sentencia.

CUARTO: ORDENAR la comunicación de la presente sentencia, por secretaría, a


la parte recurrente, Lic. Denny Silvestre Zorrilla, Procurador Fiscal Adjunto del
Distrito Nacional; y a la parte recurrida, Juan Carlos Terrero Peña.

QUINTO: DECLARAR el presente recurso libre de costas, de acuerdo con lo


establecido en los artículos 72, in fine, de la Constitución de la República, y 7.6 y 66
de la referida Ley No. 137-11; y

SEXTO: DISPONER que la presente decisión sea publicada en el Boletín del


Tribunal Constitucional.

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de amparo, incoado por Denny F. Silvestre Zorrilla, Procurador Fiscal Adjunto del Distrito Nacional, en contra de la Sentencia
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nueve (9) de mayo de dos mil doce (2012).
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Firmada: Milton Ray Guevara, Juez Presidente; Leyda Margarita Piña Medrano,
Jueza Primera Sustituta; Lino Vásquez Sámuel, Juez Segundo Sustituto;
Hermógenes Acosta de los Santos, Juez; Ana Isabel Bonilla Hernández, Jueza; Justo
Pedro Castellanos Khouri, Juez; Víctor Joaquín Castellanos Pizano, Juez; Jottin
Cury David, Juez; Rafael Díaz Filpo, Juez; Víctor Gómez Bergés, Juez; Wilson S.
Gómez Ramírez, Juez; Katia Miguelina Jiménez Martínez, Jueza; Idelfonso Reyes,
Juez; Julio José Rojas Báez, Secretario.

VOTO SALVADO DE LA MAGISTRADA KATIA MIGUELINA JIMÉNEZ


MARTÍNEZ, RESPECTO DE LA SENTENCIA TC/00109/13 DEL DÍA
CUATRO (4) DEL MES DE JULIO DEL AÑO DOS MIL TRECE (2013),
DICTADA CON MOTIVO DEL RECURSO DE REVISIÓN DE AMPARO
INCOADO POR EL SEÑOR DENNY F. SILVESTRE ZORRILLA CONTRA
DE LA SENTENCIA NO. 67-2012, DICTADA POR LA SEGUNDA SALA DE
LA CÁMARA PENAL DEL JUZGADO DE PRIMERA INSTANCIA DEL
DISTRITO NACIONAL, EN FECHA NUEVE (09) DE MAYO DE DOS MIL
DOCE (2012).

Con el debido respeto hacia el criterio mayoritario reflejado en la sentencia y de


acuerdo con la opinión que mantuvimos en la deliberación, nos sentimos en la
necesidad de ejercitar la facultad prevista en el artículo 186 de la Constitución, a fin
de ser coherentes con la posición mantenida.

I. Precisión sobre el alcance del presente voto

1.1. Como cuestión previa a exponer los motivos que nos llevan a elevar este voto,
conviene precisar que la jueza que suscribe comparte el criterio de que la Sentencia
No. 077-2012, dictada por la Primera Sala del Tribunal Superior Administrativo en
fecha veintisiete (27) de junio de dos mil doce (2012) sea revocada, y de que sea
declarada la admisibilidad del presente de revisión constitucional. Sin embargo,
procede a salvar su voto en lo relativo a las motivaciones que expone el consenso de

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este Tribunal Constitucional para decretar la admisibilidad del presente recurso de


revisión de sentencia en materia de amparo.

1.2. En la especie, si bien estamos de acuerdo con que se declare la admisibilidad


del presente recurso de revisión, la suscrita reitera que no debe ser aplicada la
dimensión objetiva, sino subjetiva del amparo, pues de hacerlo se dejaría desprovisto
al procedimiento de amparo del requisito de la doble instancia dispuesto por nuestra
Constitución, la Convención Americana de Derechos Humanos y el Pacto
Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, situación que el consenso de este
tribunal finalmente subsanó, a través de la sentencia TC/0071/2013 del 7 de mayo
del 2013, al descontinuar la aplicación de la tesis sentada por la mencionada
sentencia TC/007/12 que se sustenta en la aseveración de que la revisión no
representa una segunda instancia o recurso de apelación para dirimir conflictos inter
partes.

1.3. Reiteramos que nuestro criterio es que el presente recurso es admisible, sin
importar que sea relevante o no para la interpretación constitucional y para la
determinación de los derechos fundamentales, pues lo contrario sería frustrar y
volver ilusoria una de las funciones esenciales del Estado de Derecho, como lo es la
protección efectiva de los derechos fundamentales.

1.4. Además, cabe afirmar que el criterio de relevancia constitucional no puede


aplicarse restrictivamente, ya que toda vulneración a un derecho fundamental es, en
principio y por definición, constitucionalmente relevante y singularmente
trascendente para quien lo invoca o demanda su restitución. De ahí, que bastaba
constatar que el recurso de revisión de que se trata se interpuso dentro del plazo de
5 días, como en efecto se hizo.

Conclusión: Si bien es cierto que la suscrita concurre con la decisión adoptada por
el consenso de este Tribunal, en el sentido de que procede revocar la sentencia No.
67-2012, dictada por la Segunda Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera

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Instancia del Distrito Nacional, en fecha nueve (09) de mayo de dos mil doce (2012),
salva su voto en lo concerniente a los motivos que invoca el Tribunal para decretar
la admisibilidad del presente recurso de revisión de sentencia de amparo.

Firmado: Katia Miguelina Jiménez Martínez, Jueza.

La presente decisión es dada y firmada por los señores jueces del Tribunal
Constitucional que anteceden, en la audiencia celebrada el día, mes y año
anteriormente expresados, y publicada por mí, secretario del Tribunal
Constitucional, que certifico.

Julio José Rojas Báez


Secretario

Sentencia TC/0109/13. Expediente No. TC-05-2012-0048, relativo al recurso de revisión constitucional de sentencias en materia
de amparo, incoado por Denny F. Silvestre Zorrilla, Procurador Fiscal Adjunto del Distrito Nacional, en contra de la Sentencia
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EN NOMBRE DE LA REPUBLICA

SENTENCIA TC/0110/13

Referencia: Expediente No. TC-01-2012-


0081, relativo a la acción directa de
inconstitucionalidad incoada por la
Asociación Dominicana de Alguaciles
contra la Resolución núm. 14379-05, de
once (11) de noviembre de dos mil cinco
(2005), emitida por la Procuraduría
General de la República y la Circular de
fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce
(2012), emitida por la Suprema Corte de
Justicia.

En el municipio Santo Domingo Oeste, provincia Santo Domingo, República


Dominicana, a los cuatro (4) días del mes de julio del año dos mil trece (2013).

El Tribunal Constitucional regularmente integrado por los magistrados Milton Ray


Guevara, Juez Presidente, Leyda Margarita Piña Medrano, Jueza Primera Sustituta;
Hermógenes Acosta de los Santos, Ana Isabel Bonilla Hernández, Justo Pedro
Castellanos Khouri, Víctor Joaquín Castellanos Pizano, Rafael Díaz Filpo, Víctor
Gómez Bergés, Wilson S. Gómez Ramírez y Katia Miguelina Jiménez Martínez,
jueces, en ejercicio de sus competencias constitucionales y legales, y
específicamente las previstas en los artículos 185 de la Constitución, y 36 de la Ley
núm. 137-11, Orgánica del Tribunal Constitucional y los Procedimientos
Constitucionales, del trece (13) de junio de dos mil once (2011), dicta la siguiente
sentencia:

I. ANTECEDENTES
Sentencia TC/0110/13. Expediente No. TC-01-2012-0081, relativo a la acción directa de inconstitucionalidad incoada por la
Asociación Dominicana de Alguaciles contra la Resolución núm. 14379-05, de once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
emitida por la Procuraduría General de la República y la Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por
la Suprema Corte de Justicia.
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1. Descripción de los actos impugnados

1.1. Los actos objeto de la presente acción directa de inconstitucionalidad son la


Resolución No. 14379-05, de once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
dictada por la Procuraduría General de la República, y la Circular del cuatro (4) de
abril de dos mil doce (2012), dictada por la Suprema Corte de Justicia, alegando
violación a los artículos 28, letra b; 40, inciso 15; 69, 73 y 74, ordinales 1, 2, 3, 4,
de la Constitución de la República.

2. Pretensiones de la accionante

2.1. La Asociación Dominicana de Alguaciles, mediante instancia regularmente


recibida el veintidós (22) de octubre de dos mil doce (2012) interpuso ante el
Tribunal Constitucional una acción directa de inconstitucionalidad contra la
Resolución núm. 14379-05, del once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
emitida por la Procuraduría General de la República, mediante la cual se crea el
“Reglamento para el otorgamiento del auxilio de la fuerza pública”, y la Circular
del cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), dictada por la Suprema Corte de
Justicia.

2.2. El impetrante formuló dicha acción con el propósito de que se declare la


inconstitucionalidad de los referidos actos, contra los cuales se formula alegada
violación a los artículos 28, letra b; 40, inciso 15; 69, 73 y 74, ordinales 1, 2, 3, 4,
de la Constitución de la República.

3. Hechos y argumentos jurídicos de la accionante

3.1. El impugnante fundamenta su acción de inconstitucionalidad, entre otros


motivos, en los siguientes:

Sentencia TC/0110/13. Expediente No. TC-01-2012-0081, relativo a la acción directa de inconstitucionalidad incoada por la
Asociación Dominicana de Alguaciles contra la Resolución núm. 14379-05, de once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
emitida por la Procuraduría General de la República y la Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por
la Suprema Corte de Justicia.
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a. El once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005), la Procuraduría General


de la República emitió la Resolución núm. 14379-05, a los fines de reglamentar el
otorgamiento del auxilio de la fuerza pública. De su parte, el cuatro (4) de abril de
dos mil doce (2012), la Suprema Corte de Justicia emitió la circular que también
está siendo impugnada.

b. La resolución objeto del presente recurso deviene inconstitucional a la luz de


lo establecido en el artículo 128, letra b, de la Constitución, pues el Procurador
General de la República no tiene poder reglamentario. Dicha resolución tampoco
ha sido dada por ninguna disposición legal especial, pues esa prerrogativa le
corresponde al presidente de la República. El Procurador General de la República
solo puede reglamentar en cuanto a sus dependencias y no al público en general,
como ocurre en la especie.

c. Agregan que dicha resolución debe ser declarada nula y no conforme con la
Constitución, por cuanto el Procurador General de la República no tiene la facultad
para reglamentar al público con el propósito de regular el ejercicio de los derechos
y garantías, las cuales solo pueden limitarse por ley, tal y como establece el
artículo 74.2 de la Constitución.

d. Por otro lado, el Procurador General de la República no tiene facultad para


poner sanción o algún tipo de medida vinculante a los alguaciles, por lo que, al
emitir dicho reglamento, ha usurpado prerrogativas que corresponden a otras
autoridades, situación que viola la Constitución y, de acuerdo con sus artículos 6 y
73, debe ser declarado nulo.

e. En otro tenor, el accionante alega que el artículo 14 de dicha resolución


establece que incurrirá en falta grave que dará lugar a sometimiento o acusación al
ministerial que no use la fuerza pública con la finalidad de trabar embargos
ejecutivos, conservatorios y lanzamientos de lugares, entre otras actuaciones,
incurriendo en violación a la Constitución en su artículo 40, inciso 15.
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Asociación Dominicana de Alguaciles contra la Resolución núm. 14379-05, de once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
emitida por la Procuraduría General de la República y la Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por
la Suprema Corte de Justicia.
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f. Asimismo, impedir la ejecución de una sentencia, tal como lo establece el


reglamento y la circular, es anular lo establecido en las leyes adjetivas, la
Constitución de la República y sobre todo en el artículo 8.1, de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, los artículos 25.1 y 2 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José y el artículo 23 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

g. Por los motivos expuestos, el accionante solicita al Tribunal Constitucional


declarar como buena y válida la presente instancia en acción directa en
inconstitucionalidad contra la Resolución 14379-05, de fecha once (11) de
noviembre del año dos mil once (2011) que crea el “Reglamento para el
otorgamiento del auxilio de la fuerza pública”, y la Circular emitida por la
Suprema Corte de Justicia en fecha cuatro (4) de abril del año dos mil doce (2012),
por ser contrarias a la Constitución.

4. Pruebas Documentales

a. Copia de la Resolución No. 14379-05, de fecha once (11) de noviembre de


dos mil cinco (2005), emitida por la Procuraduría General de la República.

b. Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por la
Suprema Corte de Justicia.

5. Celebración de audiencia pública

5.1. Este tribunal, en atención a lo dispuesto en el artículo 41 de la Ley núm. 137-


11, Orgánica del Tribunal Constitucional y de los Procedimientos Constitucionales,
del trece (13) de junio del año dos mil once (2011), que prescribe la celebración de
una audiencia pública para conocer de las acciones directas en
inconstitucionalidad, procedió a celebrar la misma el catorce (14) de enero del año
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Asociación Dominicana de Alguaciles contra la Resolución núm. 14379-05, de once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
emitida por la Procuraduría General de la República y la Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por
la Suprema Corte de Justicia.
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dos mil trece (2013). A la referida audiencia compareció el accionante y el


representante del Procurador General de la República, quedando el expediente en
estado de fallo.

6. Intervenciones oficiales

En la especie, solo el Procurador General de la República emitió su opinión tal y


como se consigna más adelante.

6.1. Opinión del Procurador General de la República

6.1.1. El Procurador General de la República, en su opinión del veintiocho (28)


de noviembre de dos mil doce (2012), solicita al Tribunal Constitucional que se
declare inadmisible la presente acción directa de inconstitucionalidad, interpuesta
por la Asociación Dominicana de Alguaciles contra la Resolución núm. 14379-05,
del once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005), emitida por la Procuraduría
General de la República, y la Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce
(2012), emitida por la Suprema Corte de Justicia, por supuesta violación a los
artículos 28, letra b; 40, inciso 15; 69, 73 y 74, ordinales 1, 2, 3, 4, de la
Constitución de la República, en razón de las siguientes consideraciones:

a. El propósito perseguido por la resolución impugnada es preservar la


integridad del ministerial y evitar que incurran en actuaciones arbitrarias
obligándolos a contar con el visto bueno de la autoridad judicial o administrativa
competente en el ejercicio de sus actuaciones con el auxilio de la fuerza pública.

b. De igual manera, la referida resolución fue dictada en el marco de la facultad


reglamentaria que le concede la ley al Procurador General de la República, por lo
que no es fruto de una usurpación de funciones sancionada por el artículo 73 de la
Constitución.

c. La misma está dirigida a funcionarios bajo la supervisión del Procurador


General de la República, no a los particulares, quienes sí están cubiertos por el
principio de libertad de acción consagrado por el artículo 40.15 de la Constitución.
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Asociación Dominicana de Alguaciles contra la Resolución núm. 14379-05, de once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
emitida por la Procuraduría General de la República y la Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por
la Suprema Corte de Justicia.
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De ahí que los alguaciles, como oficiales públicos, deben ceñir sus actuaciones a
las disposiciones de la ley y de las autoridades.

d. En cuanto a la aplicación de las sanciones disciplinarias o penales en que


puedan incurrir los ministeriales, debe tenerse en cuenta el respeto a las garantías
del debido proceso establecidas en el artículo 69 de la Constitución, lo cual en
ningún momento es desconocido por la resolución impugnada.

e. En cuanto a la circular del director general interino de la Suprema Corte de


Justicia, objetada junto a la resolución para la concesión del auxilio de la fuerza
pública, de la que es una consecuencia lógica, huelga cualquier comentario
adicional a los expresados, aplicables mutatis mutandi, para poner de manifiesto
tanto el apego de la primera a la Constitución y las leyes como a la improcedencia
de los argumentos en su contra.

6.1.2. Por tales motivos, el Ministerio Público es de opinión:

UNICO: Que procede rechazar la acción directa de inconstitucionalidad


interpuesta por la Asociación Dominicana de Alguaciles, contra la
Resolución o. 14379-05 que crea el Reglamento para el Otorgamiento del
Auxilio de la Fuerza Pública, dictada por el Procurador General de la
República en fecha 11 de noviembre de 2005, y contra la Circular del
Director General Administrativo de la Suprema Corte de Justicia, de fecha 4
de abril del 2012 (sic).

II. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS


DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

7. Competencia

7.1. Este tribunal tiene competencia para conocer de las acciones directas de
inconstitucionalidad en virtud de lo que disponen los artículos 185 de la
Constitución, y 36 de la Ley núm. 137-11, Orgánica del Tribunal Constitucional y
de los Procedimientos Constitucionales.
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Asociación Dominicana de Alguaciles contra la Resolución núm. 14379-05, de once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
emitida por la Procuraduría General de la República y la Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por
la Suprema Corte de Justicia.
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7.2. En efecto, la propia Constitución de la República establece en su artículo 185,


que el Tribunal Constitucional será competente para conocer en única instancia de
las acciones directas en inconstitucionalidad contra las leyes, decretos,
reglamentos, resoluciones y ordenanzas a instancias del Presidente de la República,
de una tercera parte de los miembros del Senado o de la Cámara de Diputados y de
cualquier persona con interés legítimo y jurídicamente protegido.

8. Legitimación activa o calidad de la accionante

8.1. La legitimación activa en el ámbito de la jurisdicción constitucional es la


capacidad procesal que le reconoce el Estado a una persona física o jurídica, así
como a órganos o agentes del Estado, conforme establezca la Constitución o la ley,
para actuar como accionantes en procedimientos jurisdiccionales.

8.2. Sobre la legitimación para accionar en inconstitucionalidad, el artículo 185,


numeral 1, de la Constitución de la República dispone: Atribuciones. El Tribunal
Constitucional será competente para conocer en única instancia: 1) Las acciones
directas de inconstitucionalidad contra las leyes, decretos, reglamentos,
resoluciones y ordenanzas, a instancia del Presidente de la República, de una
tercera parte de los miembros del Senado o de la Cámara de Diputados y de
cualquier persona con interés legítimo y jurídicamente protegido (…).

8.3. En igual tenor, el artículo 37 de la Ley núm. 137-11 establece: Calidad para
accionar. La acción directa en inconstitucionalidad podrá ser interpuesta, a
instancia del Presidente de la República, de una tercera parte de los miembros del
Senado o de la Cámara de Diputados y de cualquier persona con un interés
legítimo y jurídicamente protegido. La Constitución de la República, a partir del
artículo 185 ha diseñado las exigencias para accionar en inconstitucionalidad y ha
requerido para ello la existencia de un interés legítimo y jurídicamente protegido.

Sentencia TC/0110/13. Expediente No. TC-01-2012-0081, relativo a la acción directa de inconstitucionalidad incoada por la
Asociación Dominicana de Alguaciles contra la Resolución núm. 14379-05, de once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
emitida por la Procuraduría General de la República y la Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por
la Suprema Corte de Justicia.
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8.4. Este Tribunal, al interpretar las disposiciones vigentes que conceden calidad
para accionar en inconstitucionalidad a los particulares, constata que la Asociación
Dominicana de Alguaciles, representada por su presidente, señor Hipólito Girón
Reyes, congrega a los alguaciles a nivel nacional, que son aquellos oficiales
públicos a través de los cuales deben efectuarse las ejecuciones de sentencias que
dictan los tribunales del orden judicial, cuyo ejercicio ha sido regulado por la
resolución y la circular que se atacan mediante la presente acción. De ello se
desprende, que la accionante invoca por ante esta jurisdicción la alegada
inconstitucionalidad de disposiciones en las que tiene un interés legítimo y
jurídicamente protegido, pues de quedar verificada dicha inconstitucionalidad, la
misma le causaría un perjuicio.

9. Inadmisibilidad parcial de la acción

9.1. Los accionantes, además de la inconstitucionalidad de la Resolución núm.


14379-05, también demandan la inconstitucionalidad de la circular del cuatro (4)
de abril de dos mil doce (2012), emitida por la Suprema Corte de Justicia, que
dispone: Los oficiales públicos están obligados al cumplimiento de la normativa
vigente sobre el ejercicio ministerial, en consecuencia deben obtener la
autorización de la fuerza pública para todas las ejecuciones, y dar cabal
cumplimiento a la resolución No. 14379-5, del 11 de noviembre del 2005, emitida
por la Procuraduría General de la República, que regula su otorgamiento. Toda
actuación en violación a la norma tendrá consecuencia disciplinaria (sic).

9.2. Sobre la referida circular se precisa determinar si la misma trasciende el


ámbito de lo particular, o si está investida de un alcance general. En ella se instruye
a los ministeriales a obtener la autorización de la fuerza pública para todas las
ejecuciones y se les indica que deben acogerse a lo dispuesto en la Resolución
núm. 14379-05. De esto se infiere que dicha circular es un mero acto
administrativo que ha dictado la Suprema Corte de Justicia, por lo que no se trata
de una ordenanza normativa de alcance general y abstracto, sino de un simple acto
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Asociación Dominicana de Alguaciles contra la Resolución núm. 14379-05, de once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
emitida por la Procuraduría General de la República y la Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por
la Suprema Corte de Justicia.
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administrativo, de efecto particular y concreto, que escapa al control de


constitucionalidad1, como lo ha expresado este Tribunal Constitucional en la
Sentencia No. TC/0058/13, del quince (15) de abril de dos mil trece (2013), por lo
que procede declarar inadmisible la acción de inconstitucionalidad incoada contra
la Circular de cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012). De ahí que la
impugnación de actos administrativos de tal naturaleza deben encaminarse por ante
la jurisdicción contenciosa-administrativa.

10. Acogimiento de la acción. Sentencia exhortativa y de inconstitucionalidad


diferida

10.1. En la especie, el Procurador General de la República mediante Resolución


marcada con el número 14379-05, ha adoptado un conjunto de reglas para la
concesión del auxilio de la fuerza pública a los ministeriales que les acompañarían
durante la ejecución de decisiones judiciales o extrajudiciales, ejercicio de las vías
de ejecución o para trabar medidas conservatorias, sustentándose para ello en la
potestad que alegadamente le confiere el Estatuto del Ministerio Público en su
artículo 16, literal q), condicionando la ejecución de las decisiones judiciales al
otorgamiento de la fuerza pública.

10.2. Destaca en la referida resolución que la prestación del auxilio de la fuerza


pública lleva por finalidad “preservar, tanto la integridad física de dicho oficial,
como la ejecución de la sentencia o disposición legal objeto de requerimiento”, así
como evitar de parte de los representantes del Ministerio Público, un trato desigual
a los usuarios de servicios públicos bajo su responsabilidad, disminuyendo el
margen de discrecionalidad en la adopción de sus decisiones, desterrando así la
posibilidad de toda arbitrariedad.

1
Véase parte in fine del párrafo 8.2. de la Sentencia No. TC/0051/12, del 19 de octubre de 2012.

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Asociación Dominicana de Alguaciles contra la Resolución núm. 14379-05, de once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
emitida por la Procuraduría General de la República y la Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por
la Suprema Corte de Justicia.
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10.3. La accionante es categórica al expresar que el auxilio de la fuerza pública


no es obligatorio, sino opcional, y tampoco la ley prescribe sanción contra el que
no la solicite, como establece categóricamente el artículo 14 de la resolución
atacada, por lo que invoca violación al artículo 96 y siguientes de la Constitución,
que versan sobre la formación y efectos de las leyes, así como al artículo 128,
inciso b), que concede facultad al presidente de la República para dictar decretos,
reglamentos, resolución e instrucciones cuando fuera necesario, indicando que el
Procurador General de la República solo tiene facultad para reglamentar las
actuaciones del Ministerio Público, no así de los ministeriales ni de militares y
policías que no estuvieren adscritos a la fiscalía, los cuales han sido alcanzados por
los efectos de la referida resolución, violando también el principio comprendido en
el artículo de la Carta Sustantiva.

10.4. De la lectura de la resolución atacada se advierte que esta aglutina


diferentes cuestiones que han sido legislativamente establecidas, tales como plazos
para la interposición de recursos, lo concerniente a las decisiones sujetas al efecto
suspensivo de las vías recursivas, ejecución provisional sobre original o minuta y
suspensión de ejecución de sentencias, entre otros aspectos. Sin embargo, no se
limita a agrupar un conjunto de disposiciones legales sobre la cuestión, sino que
hasta impone condiciones que van más allá de la mera reiteración de lo dispuesto
en la ley.

10.5. En efecto, se imponen condiciones cuando, por ejemplo, en materia de


desalojo se deberá verificar previamente, antes de otorgar la fuerza pública
…incluso cuando sea ordenado por una sentencia de adjudicación o de venta en
pública subasta de un inmueble, se le haya notificado al inquilino por desalojar, o
al deudor expropiado, un oficio de la Procuraduría Fiscal otorgándole un plazo
que no podrá ser menor de diez ni mayor de veinte, a los fines de acatar

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la Suprema Corte de Justicia.
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voluntariamente la decisión que le perjudica…2, de lo que se desprende que la


decisión para su ejecución precisará de medidas que ha impuesto el Ministerio
Público que estarían condicionando el cumplimiento de aquello que los tribunales
ordenan y deciden.

10.6. En el presente caso, es preciso hacer referencia del derecho fundamental a


la tutela judicial efectiva consignado en el artículo 69 de la Constitución de la
República, el cual comprende – según palabras del Tribunal Constitucional
Español– un contenido complejo que incluye los siguientes aspectos: el derecho de
acceso a los tribunales; el derecho a obtener una sentencia fundada en derecho; el
derecho a la efectividad de las resoluciones judiciales; y el derecho al recurso
legalmente previsto.

10.7. De lo anterior se desprende que la tutela judicial efectiva engloba también


el derecho a ejecutar las decisiones judiciales, tan necesario para que la tutela
efectiva sea tal, y es, además, cuestión de esencial importancia para dar efectividad
a la cláusula del estado social y democrático de derecho, que implica, entre otras
manifestaciones, la vinculación de todos los sujetos al ordenamiento jurídico y a
las decisiones que adoptan los órganos jurisdiccionales, no solo juzgando, sino
también haciendo ejecutar lo juzgado.

10.8. En esta misma línea de pensamiento, cabe indicar que la resolución


impugnada torna imperativo, para que pueda ser ejecutada una decisión, que los
ministeriales o funcionarios encargados de la ejecución eleven una solicitud de
otorgamiento de fuerza pública al fiscal adjunto encargado de asuntos de fuerza
pública de la Procuraduría Fiscal que corresponda3, razón por la cual, a través de
un reglamento se está disponiendo una condicionante que contraviene también el
principio de legalidad previsto por el artículo 40.15 de la Constitución: A nadie se

2
Véase artículo 4.1 de la Resolución No. 14379-05, del 11 de noviembre del 2005, emitida por la Procuraduría
General de la República.
3
Véase Art. 5 de la Resolución atacada.

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puede obligar hacer lo que la ley no manda ni impedírsele lo que la ley no prohíbe
(...).

10.9. Además, si bien es cierto, que el Procurador General de la República tiene


la potestad para dictar resoluciones en lo concerniente al desenvolvimiento y orden
de la Procuraduría General de la República, de acuerdo con lo que confiere la Ley
Orgánica del Ministerio Público No. 133-11, su facultad reguladora no alcanza a
los alguaciles, ya que estos dependen de manera directa de la Suprema Corte de
Justicia, tal y como se desprende del artículo 76 de la Ley No. 327-98 sobre
Carrera Judicial que dispone: La Suprema Corte de Justicia queda facultada para
determinar el número de alguaciles de estrados y ordinarios de cada tribunal,
establecer normas especiales para su organización y funcionamiento, así como
todo lo relativo a un régimen de supervisión que asegure el correcto ejercicio de
sus funciones, con lo cual se verifica nuevamente vulneración al principio de
legalidad, específicamente se tipifica la extralimitación de atribuciones por cuanto
la capacidad de reglar las actuaciones de los alguaciles es una atribución que no le
corresponde al Procurador General de la República, sino a la Suprema Corte de
Justicia.

10.10. Sin embargo, este Tribunal Constitucional entiende que existe un aspecto
de naturaleza prevaleciente que cabe resaltar respecto del presente caso. La
Resolución núm. 14379-05, del once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
emitida por la Procuraduría General de la República, es previa a la Constitución
proclamada el veintiséis (26) de enero de dos mil diez (2010), la cual consignó en
el artículo 149 párrafo I lo siguiente: …La función judicial consiste en administrar
justicia para decidir sobre los conflictos entre personas físicas o morales, en
derecho privado o público, en todo tipo de procesos, juzgando y haciendo ejecutar
lo juzgado(… ).

10.11. A tono con lo anterior, a partir de la vigente Constitución lo relativo a la


potestad de ejecución de las decisiones dictadas por los tribunales del orden
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judicial, corresponde exclusivamente a los propios órganos judiciales como una


manifestación típica de la potestad jurisdiccional que la Constitución les ha
conferido en su artículo 149. De ahí que corresponde sean adoptados los recaudos
legislativos correspondientes para que sea el propio Poder Judicial que ejerza tal
potestad jurisdiccional ejecutiva. Consecuentemente, conforme lo dispone el
párrafo I, del artículo 149 de la Constitución, la función jurídica no culmina con la
expedición de una sentencia, sino que incluye hacer efectivo el cumplimiento de
esa decisión.

10.12. El artículo 47 de la Ley núm. 137-11, faculta a este tribunal a dictar


sentencias interpretativas que van más allá de la dualidad tradicional (de
desestimación o rechazo de la demanda en inconstitucionalidad). El caso que
ocupa la atención de este órgano demanda el dictado de una sentencia de
inconstitucionalidad diferida o de constitucionalidad temporal, por cuanto se ha
considerado que la anulación de la resolución atacada generaría una situación muy
compleja, al exponerse la integridad física y hasta la vida de los intervinientes
durante la ejecución de una sentencia, así como la alteración del orden y paz
públicos. Lo que se trata de evitar es que como consecuencia de un fallo de
anulación, se genere una situación aún más perjudicial que la que está produciendo
la situación inconstitucional impugnada4. Esto permite lo que la jurisprudencia
alemana ha llamado “una afable transición” de la declarada situación de
inconstitucionalidad al estado de normalidad.

10.13. Así, por razones pragmáticas y de funcionalidad, para evitar vacíos


normativos jurídica y socialmente muy costosos si se descalifica la resolución
atacada en inconstitucionalidad, el derecho procesal constitucional, como se
adelanta en el párrafo anterior, ha dado lugar a ciertas categorías de fallos que
escapan de aquella doble estratificación tradicional ya mencionada (de sentencias

4
Véase Schäfer, Heinz. 1998. "Austria: la relación entre el Tribunal Constitucional y el Legislador" en Aja, Eliseo
(ed.) Las tensiones entre el Tribunal Constitucional y el Legislador en la Europa Actual, Barcelona, Ariel Derecho,
pp. 37-38.

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de acogimiento o denegación de la acción), dando lugar a las “sentencias


atípicas”.5

10.14. Al mismo tiempo, la sentencia a intervenir también será exhortativa, que


suele emplearse cuando se somete a la decisión por el Tribunal Constitucional el
conocimiento del control de constitucionalidad de una norma, no la declarará
inconstitucional sino que – reconociendo lo anómalo de la situación– exhorta sea al
legislador, sea al ejecutivo para que regule el tema mediante los mecanismos que el
ordenamiento jurídico le concede, sea la ley stricto sensu o alguna norma inferior
cuando se refiere al Poder Ejecutivo (decretos, reglamentos).

10.15. En ese sentido, se adoptarán los recaudos para que después del
pronunciamiento de la presente sentencia, el vencimiento del plazo para la emisión
de la normativa reparadora tiene como consecuencia la nulidad de la Resolución
núm. 14379-05, del once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005), emitida por la
Procuraduría General de la República. De ahí que se otorga al Congreso Nacional
un plazo de dos (2) años, contados a partir de la notificación de la presente
sentencia, a fin de que legisle en orden a posibilitar que los tribunales y juzgados
determinados por la ley, además de juzgar sobre los conflictos entre personas
físicas o morales, en derecho privado o público, en todo tipo de procesos, salvo en
materia penal, que sí se encuentra regulado, hagan ejecutar lo juzgado.

10.16. Consecuentemente, este tribunal exhorta al Congreso Nacional a legislar,


por iniciativa propia o del Poder Judicial, respecto de las disposiciones legislativas
necesarias que aseguren el cumplimiento de sus propios fallos. Esta situación bien
puede ser aprovechada por la Suprema Corte de Justicia, en atención a la iniciativa
legislativa que en asuntos judiciales le confiere el artículo 96.3 de la Carta

5
Véase Sagüés, Néstor Pedro (2006), “Las sentencias constitucionales exhortativas” En Revista Estudios
Constitucionales. Centro de Estudios Constitucionales. Universidad de Talca. Año N° 4, N° 2, p. 191. También,
Humberto Nogueira Alcalá. “Consideraciones Sobre las Sentencias de los Tribunales Constitucionales y sus Efectos
en América del Sur”. Revista Ius et Praxis Año 10 No 1: 113 - 158, 2004.

Sentencia TC/0110/13. Expediente No. TC-01-2012-0081, relativo a la acción directa de inconstitucionalidad incoada por la
Asociación Dominicana de Alguaciles contra la Resolución núm. 14379-05, de once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
emitida por la Procuraduría General de la República y la Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por
la Suprema Corte de Justicia.
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Sustantiva, máxime cuando la ejecución de la sentencia forma parte del contenido


del debido proceso, dada la razón de que quien se ha beneficiado con una
sentencia judicial debe contar con las debidas garantías para que el derecho que le
ha sido reconocido por el juez pueda ser obtenido con los mecanismos de
efectividad que le ha de conferir el Estado, por ser este parte integral del derecho
fundamental a la tutela judicial efectiva, situación que demanda el dictado de una
ley orgánica dado que el objeto a regular es, precisamente, un derecho
fundamental, conforme lo prevé el artículo 112 de la Constitución de la República.

Esta decisión, firmada por los jueces del Tribunal fue adoptada por la mayoría
requerida. No figuran incorporadas las firmas de Lino Vásquez Sámuel, Juez
Segundo Sustituto; Jottin Cury David, Juez, e Idelfonso Reyes, Juez, en razón de
que no estuvieron presentes en la deliberación ni votación de la misma por causas
previstas en la Ley. Figura incorporado el voto disidente de Hermógenes Acosta de
los Santos, Juez.

Por las razones y motivos de hecho y de derecho anteriormente expuestas el


Tribunal Constitucional.

DECIDE:

PRIMERO: DECLARAR inadmisible, en cuanto a la forma, la acción directa en


inconstitucionalidad incoada por la Asociación Dominicana de Alguaciles,
representada por su presidente señor Hipólito Girón Reyes, contra la Circular del
cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por el señor Román Jaquez
Liranzo, director general interino del Poder Judicial, por instrucciones del
Presidente de la Suprema Corte de Justicia y Presidente del Poder Judicial, Dr.
Mariano Germán Mejía, al tratarse de un mero acto administrativo que no es
susceptible de ser atacado por vía de acción directa de inconstitucionalidad, sino
que lo es de control de legalidad por ante la jurisdicción contenciosa-
administrativa.
Sentencia TC/0110/13. Expediente No. TC-01-2012-0081, relativo a la acción directa de inconstitucionalidad incoada por la
Asociación Dominicana de Alguaciles contra la Resolución núm. 14379-05, de once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
emitida por la Procuraduría General de la República y la Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por
la Suprema Corte de Justicia.
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SEGUNDO: En cuanto al fondo, ACOGER la presente acción de


inconstitucionalidad y DECLARAR no conforme con la Constitución de la
República la Resolución No. 14379-5, del once (11) de noviembre de dos mil cinco
(2005), dictada por la Procuraduría General de la República, que regula el
otorgamiento de la Fuerza Pública, por contravenir los artículos 40.15, 68, 69, 93.q
y 149, párrafo I, de la Constitución de la República.

TERCERO: DIFERIR los efectos de la inconstitucionalidad decretada por esta


sentencia por el término de dos (2) años, contados a partir de su notificación, de
conformidad con lo expuesto en el cuerpo de la misma.

CUARTO: EXHORTAR al Congreso Nacional para que en un plazo no mayor de


dos (2) años, contados a partir de la notificación de la presente sentencia, legisle
sobre el modo en que el Poder Judicial ejercerá la facultad ejecutiva jurisdiccional
que dimana del párrafo I, del artículo. 149 de la Constitución, para lo cual deberá
votar una ley orgánica al tratarse de una de las materias previstas por el artículo
112 de la Constitución de la República, dado que la ejecución de las sentencias
participa del contenido del derecho fundamental a la tutela judicial efectiva.

QUINTO: Si al vencimiento del plazo consignado en el ordinal TERCERO del


dispositivo de la presente sentencia el Congreso Nacional no ha dictado la
legislación correspondiente, la Resolución núm. 14379-05, de del once (11) de
noviembre de dos mil cinco (2005), emitida por la Procuraduría General de la
República devendrá inconstitucional con todos sus efectos.

SEXTO: ORDENAR que la presente decisión sea notificada, por Secretaría, al


Procurador General de la República, al Congreso Nacional, a la Suprema Corte de
Justicia y a la accionante, Asociación Dominicana de Alguaciles, para los fines que
correspondan.

Sentencia TC/0110/13. Expediente No. TC-01-2012-0081, relativo a la acción directa de inconstitucionalidad incoada por la
Asociación Dominicana de Alguaciles contra la Resolución núm. 14379-05, de once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
emitida por la Procuraduría General de la República y la Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por
la Suprema Corte de Justicia.
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SEPTIMO: DECLARAR el presente procedimiento libre de costas de


conformidad con las disposiciones del artículo 7.6 de la Ley Orgánica No. 137-11
del Tribunal Constitucional y los Procedimientos Constitucionales.

OCTAVO: DISPONER su publicación en el Boletín del Tribunal Constitucional.

Firmada: Milton Ray Guevara, Juez Presidente, Leyda Margarita Piña Medrano,
Jueza Primera Sustituta; Hermógenes Acosta de los Santos, Juez; Ana Isabel
Bonilla Hernández, Jueza; Justo Pedro Castellanos Khouri, Juez; Víctor Joaquín
Castellanos Pizano, Juez; Rafael Díaz Filpo, Juez; Víctor Gómez Bergés, Juez;
Wilson S. Gómez Ramírez, Juez; Katia Miguelina Jiménez Martínez, Jueza; Julio
José Rojas Báez, Secretario.

VOTO DISIDENTE DEL MAGISTRADO


HERMÓGENES ACOSTA DE LOS SANTOS

Con el debido respeto al criterio mayoritario desarrollado en esta Sentencia y


conforme a la opinión que mantuvimos en la deliberación, procedemos a explicar
las razones jurídicas por las cuales no estamos de acuerdo con el mismo. Este voto
disidente lo ejercemos amparándonos en el artículo 186 de la Constitución. Según
dicho texto constitucional “(…) Los jueces que hayan emitido un voto disidente
podrán hacer valer sus motivaciones en la decisión adoptada”.

I. Introducción

1. En el presente caso, la accionante, Asociación Dominicana de Alguaciles,


cuestiona la constitucionalidad de la Resolución No. 14379-05 dictada por el
Procurador General de la República, el 11 de noviembre de 2005. Mediante la
referida resolución se establecen requisitos en relación a los alguaciles que realizan
ejecuciones de sentencias y de otros títulos ejecutorios, en particular, se dispone en

Sentencia TC/0110/13. Expediente No. TC-01-2012-0081, relativo a la acción directa de inconstitucionalidad incoada por la
Asociación Dominicana de Alguaciles contra la Resolución núm. 14379-05, de once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
emitida por la Procuraduría General de la República y la Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por
la Suprema Corte de Justicia.
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la misma que la solicitud de la fuerza pública al Ministerio Público


correspondiente es de carácter obligatorio y no facultativo.

2. La accionante considera que establecer con carácter obligatorio la solicitud de la


fuerza pública viola el artículo 6 y el 40.15 de la Constitución, en el entendido de
que de la interpretación de varias disposiciones adjetivas se desprende que dicha
solicitud no tiene un carácter obligatorio, sino voluntario. Según la accionante, el
carácter voluntario y opcional de la referida solicitud tiene su base legal en los
artículos 545 y 587 del Código de Procedimiento Civil y artículo 103 del Código
Tributario.

3. La accionante cuestiona la resolución de referencia, además, porque considera


que el Procurador General de la República no tiene facultad para dictar
reglamentos, salvo en lo que respecte al funcionamiento interno del Ministerio
Público.

4. Mediante la presente sentencia se acoge la acción que nos ocupa y se declara


inconstitucional la resolución cuestionada; sin embargo, se difiere la eficacia de la
misma por un largo periodo de dos años, para darle la oportunidad al legislador de
dictar una ley en la cual se organice y regule todo lo relativo a la ejecución de las
sentencias y los demás títulos ejecutorios.

5. Estamos de acuerdo en que la referida resolución es inconstitucional, aunque


consideramos que la motivación en que se sustenta debe ampliarse. No
compartimos, sin embargo, el diferimiento de la eficacia de la sentencia, en razón
de que estamos en presencia de una violación constitucional gravísima y, además,
porque la ejecución inmediata de la sentencia no generará los trastornos indicadas.
Por el contrario, mantener la situación actual durante dos años implica perpetuar un
estado de cosa inconstitucional intolerable.

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Asociación Dominicana de Alguaciles contra la Resolución núm. 14379-05, de once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
emitida por la Procuraduría General de la República y la Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por
la Suprema Corte de Justicia.
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6. Para justificar la inconstitucionalidad de la resolución cuestionada en la


sentencia se desarrolla la argumentación que se indica a continuación: “10.4. De la
lectura de la resolución atacada se advierte que esta aglutina diferentes cuestiones
que han sido legislativamente establecidas, tales como plazos para la interposición
de recursos, lo concerniente a las decisiones sujetas al efecto suspensivo de las
vías recursivas, ejecución provisional sobre original o minuta, suspensión de
ejecución de sentencias, entre otros aspectos. Pero no se limita a agrupar un
conjunto de disposiciones legales sobre la cuestión, sino que hasta impone
condiciones que van más allá de la mera reiteración de lo dispuesto en la ley.
10.5. En efecto, se imponen condiciones, cuando por ejemplo, en materia de
desalojo se deberá verificar previamente, antes de otorgar la fuerza pública
“…incluso cuando sea ordenado por una sentencia de adjudicación o de venta en
pública subasta de un inmueble, se le haya notificado al inquilino por desalojar, o
al deudor expropiado, un oficio de la Procuraduría Fiscal otorgándole un plazo
que no podrá ser menor de diez ni mayor de veinte, a los fines de acatar
voluntariamente la decisión que le perjudica…”6, de lo que se desprende que la
decisión para su ejecución precisará de medidas que ha impuesto el Ministerio
Público que estarían condicionando el cumplimiento de aquello que los tribunales
ordenan y deciden. 10.6.- En el presente caso, es preciso hacer referencia al
derecho fundamental a la tutela judicial efectiva consignado en el Art. 69 de la
Constitución de la República, el cual comprende – según palabras del Tribunal
Constitucional Español- un contenido complejo que incluye los siguientes
aspectos: el derecho de acceso a los tribunales; el derecho a obtener una
sentencia fundada en derecho; el derecho a la efectividad de las resoluciones
judiciales; y el derecho al recurso legalmente previsto. 10.7. De lo anterior se
desprende que la tutela judicial efectiva engloba también el derecho a ejecutar las
decisiones judiciales, tan necesario para que la tutela efectiva sea tal, y es,
además, cuestión de esencial importancia para dar efectividad a la cláusula del
Estado Social y Democrático de Derecho, que implica, entre otras
6
Véase Art. 4.1 de la Resolución No. 14379-05 del 11 de noviembre del 2005, emitida por la Procuraduría General
de la República.

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Asociación Dominicana de Alguaciles contra la Resolución núm. 14379-05, de once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
emitida por la Procuraduría General de la República y la Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por
la Suprema Corte de Justicia.
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manifestaciones, la vinculación de todos los sujetos al ordenamiento jurídico y a


las decisiones que adoptan los órganos jurisdiccionales, no solo juzgando, sino
también haciendo ejecutar lo juzgado. 10.8. En esta misma línea de pensamiento
cabe indicar, que la resolución impugnada torna imperativo, para que pueda ser
ejecutada una decisión, que los ministeriales o funcionarios encargados de la
ejecución eleven una solicitud de otorgamiento de fuerza pública al Fiscal Adjunto
Encargado de asuntos de fuerza pública de la Procuraduría Fiscal que
corresponda7, razón por la cual a través de un reglamento se está disponiendo una
condicionante que contraviene también el principio de legalidad previsto por el
Art. 40.15 de la Constitución: “A nadie se puede obligar hacer lo que la ley no
manda ni impedírsele lo que la ley no prohíbe...”.10.9. Además, si bien es cierto,
que el Procurador General de la República tiene la potestad para dictar
resoluciones en lo concerniente al desenvolvimiento y orden de la Procuraduría
General de la República, de acuerdo a lo que confiere la Ley Orgánica del
Ministerio Público No. 133-11, su facultad reguladora no alcanza a los
alguaciles, ya que estos dependen de manera directa de la Suprema Corte de
Justicia, tal y como se desprende del artículo 76 de la Ley No. 327-98 sobre
Carrera Judicial que dispone: “La Suprema Corte de Justicia queda facultada
para determinar el número de alguaciles de estrados y ordinarios de cada
tribunal, establecer normas especiales para su organización y funcionamiento, así
como todo lo relativo a un régimen de supervisión que asegure el correcto
ejercicio de sus funciones”, con lo cual se verifica nuevamente vulneración al
principio de legalidad, específicamente se tipifica la extralimitación de
atribuciones por cuanto la capacidad de reglar las actuaciones de los alguaciles
es una atribución que no le corresponde al Procurador General de la República,
sino a la Suprema Corte de Justicia”.

7. Según se explica en los párrafos transcritos anteriormente, la resolución de


referencia es inconstitucional, porque en ella se establecen condiciones para

7
Véase Art. 5 de la Resolución atacada.

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Asociación Dominicana de Alguaciles contra la Resolución núm. 14379-05, de once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
emitida por la Procuraduría General de la República y la Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por
la Suprema Corte de Justicia.
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ejecutar las sentencias y otros títulos ejecutorios. Entre dichas condiciones se


destacan: a) la obligación de solicitar la fuerza pública y b) obligación de otorgar
un plazo de 10 días a las personas que ocupan un inmueble antes de proceder al
desalojo. La inconstitucionalidad se fundamenta también en que el Procurador
General de la República carece de facultad para reglamentar el trabajo que realizan
los alguaciles.

8. Las reglas relativas a la ejecución de las sentencias y de los demás títulos


ejecutorios, en particular lo atinente a la fuerza pública, están previstas en los
artículos 545 y 587 del Código de Procedimiento Civil. El artículo 103 del Código
Tributario también aborda el tema en cuestión.

9. En efecto, en el párrafo del artículo 545 del Código de Procedimiento Civil se


establece que: “Sin perjuicio de las demás atribuciones que les confieren las leyes,
es obligación general de los representantes del ministerio público, de los
alguaciles y de los funcionarios a quienes le está encomendado el depósito de la
fuerza pública prestar su concurso para la ejecución de las sentencias y actos que
conforme a este artículo estén investido de fuerza ejecutoria, siempre que
legalmente se le requiera a ello”.

10. Según el texto transcrito, tanto el Ministerio Público como los alguaciles y los
funcionarios depositarios de la fuerza pública deben prestar su concurso para
garantizar la ejecución de las sentencias y de los demás títulos ejecutorios. Sin
embargo, en la realidad el único depositario de la fuerza pública es el Ministerio
Público, mientras que el alguacil es quien realiza las ejecuciones, de manera que en
la práctica judicial, este último es quien la solicita al primero, en los casos que lo
considera necesario. No podemos dejar de destacar que en el texto objeto de
análisis, si bien se establece una obligación, la misma se pone a cargo del órgano
depositario de la fuerza pública, que es el Ministerio Público y dicha obligación
consiste en el otorgamiento de la fuerza pública.

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Asociación Dominicana de Alguaciles contra la Resolución núm. 14379-05, de once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
emitida por la Procuraduría General de la República y la Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por
la Suprema Corte de Justicia.
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11. De la hermenéutica del referido texto resulta que el legislador no exige al


alguacil que solicite la fuerza pública para llevar a cabo la ejecución de una
sentencia o cualquier título ejecutorio. Por otra parte, la validez de una ejecución
forzosa no está supeditada a la presencia de la fuerza pública. De manera que la
referida solicitud no tiene un carácter obligatorio, sino facultativo y voluntario.

12. El carácter facultativo y voluntario de la solicitud de la fuerza pública se


deduce también del artículo 587 del Código de Procedimiento Civil, texto en el
cual se establece que: “Si las puertas del edificio, en donde deba practicarse el
embargo estuviere cerradas o se reusare abrirlas, el alguacil podrá establecer
vigilantes en las puertas que impidan la sustracción de los objetos…”. Una
disposición similar a la anterior es la prevista en el artículo 103 del Código
Tributario en el cual se establece que: “Cuando el funcionario actuante encontrare
oposición por parte del embargado o tercera persona que hagan impracticable o
insuficiente el embargo, podrá aquel requerir directamente el auxilio de la fuerza
pública para trabar del mismo”.

13.- En relación al último de los textos transcritos en el párrafo anterior, es


importante destacar que según el mismo el uso de la fuerza no solo es de carácter
facultativo y voluntario, sino muy excepcional. La afirmación anterior la
sustentamos en el hecho de que de manera expresa se indica en el texto de
referencia el derecho que tiene el funcionario que realiza la ejecución a solicitar
directamente la fuerza pública si “(…) encontrare oposición por parte del
embargado o tercera persona que hagan impracticable o insuficiente el
embargo…”

14. Un dato relevante es que el Código Tributario es una legislación moderna, ya


que fue promulgado en el año 1992. También es importante destacar que el
funcionario que se indica en el referido artículo 103 se refiere al alguacil que
ejecuta el embargo.

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emitida por la Procuraduría General de la República y la Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por
la Suprema Corte de Justicia.
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15. De lo que se trata, entonces, es de que mediante la resolución cuestionada se


modificaron los artículos 545 y 587 del Código de Procedimiento Civil y el 103 del
Código Tributario, al convertir en obligatorio lo que el legislador consagra como
una facultad y un derecho. Esto constituye una gravísima violación a la esencia del
orden constitucional y, en particular, a uno de sus principios básicos como lo es la
división de poderes, consagrado en el artículo 4 de la Constitución.

16. La resolución viola, igualmente, el artículo 40.15 de la Constitución, tal y


como se indica en la sentencia. Según este texto “A nadie se le puede obligar a
hacer lo que la ley no manda ni impedírsele lo que la ley no prohíbe…”. Nos
parece importante destacar que en este texto constitucional subyace un elemento
vital del sistema democrático en el cual la libertad de las personas constituye uno
de sus valores esenciales, por esta razón, la competencia para contrariar el mismo
se le asigna al órgano legislativo donde existe el mayor nivel de pluralidad y de
legitimidad democrática, elementos estos que garantizan en mayor medida la
proscripción de la arbitrariedad, el exceso de poder y el abuso.

17. El Procurador General de la República se convierte también en legislador


cuando establece que previo a proceder a un desalojo debe concederse un plazo de
10 días a la persona que ocupa el inmueble objeto del mismo. Los únicos plazos
que deben observarse, previo a realizar cualquier ejecución forzosa, son los que
prevé en cada caso el legislador y ningún funcionario puede arrogarse la facultad
de adicionar otros, por muy noble y humanitario que parezca. En las sociedades
que cuenta con una Constitución, especialmente cuando es moderna como la
nuestra, las funciones y competencias de cada uno de los poderes públicos están
delimitadas y nada, absolutamente nada, justifica el desconocimiento de dichas
delimitaciones.

18. Oportuno es recordar que en la Declaración Universal de los Derechos del


Hombre y del Ciudadano de 1789, documento considerado precursor de los
derechos humanos a nivel nacional e internacional y uno de los fundamentales de
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la Suprema Corte de Justicia.
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la Revolución Francesa de 1789, en el artículo XVI que: “Una sociedad en la que


la garantía de los derechos no está asegurada ni la separación de poderes
definidas, no tiene Constitución”. Nuestra Constitución cumple, sin dudas, con los
requisitos indicados, pero el contenido de la misma solo tiene valor si los poderes
públicos la respetan y cuando esto no ocurre, como en la especie, el Tribunal
Constitucional aplica, con racionalidad y firmeza, las sanciones previstas.

19. La tutela judicial efectiva implica no solo acceder a la justicia, respeto al


debido proceso y obtención de una sentencia, sino también el derecho a la
ejecución de la misma, tal y como se indica en la sentencia. De manera que
mediante la resolución cuestionada se ha pretendido regular uno de los derechos
fundamentales que se derivan de la tutela judicial efectiva. Este elemento hace más
grave las violaciones constitucionales, porque cuando se trata de regular un
derecho fundamental, independientemente de que la regulación implique establecer
obligación, la misma debe hacerse mediante ley, como de manera expresa se prevé
en el artículo 74.2 de la Constitución, cuyo contenido es el siguiente: “Solo por
ley, en los casos permitidos por la Constitución, podrá regularse el ejercicio de los
derechos y garantías fundamentales, respetando su contenido esencial y el
principio de razonabilidad”.8

20. Al establecerse como requisito obligatorio, mediante resolución, la solicitud de


la fuerza pública y exigir el otorgamiento de un plazo de diez días antes de realizar
un desalojo se ha operado una evidente y significativa obstaculización del derecho
fundamental a la ejecución de la sentencia.

21. En lo que respecta a que el Procurador Generar de la República carece de


facultad para reglamentar el trabajo de los alguaciles, nos parece que en realidad lo
que se organiza mediante la resolución cuestionada es el derecho fundamental a la

8
. Respecto de este tema, véase Hermógenes Acosta de los Santos, Los derechos derivados de la tutela judicial
efectiva, Revista Gaceta Judicial, año 9, No. 199, enero 2005, páginas 36-37, Revista Gaceta Judicial, año 9, No.
201, febrero 2005, páginas 2627 y Revista Gaceta Judicial, año 9, No. 203, marzo 2005, páginas 32-34

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ejecución de la sentencia, materia en la cual existe una reserva de ley, tal y como lo
expusimos anteriormente.

22. Luego de haber explicado los graves vicios de inconstitucionalidad de que


adolece la resolución cuestionada, haremos algunas consideraciones en relación a
la procedencia de la “sentencia exhortativa de inconstitucionalidad diferida” en el
presente caso. La mayoría del tribunal ha optado por dictar la modalidad de
sentencia indicada, en el entendido de que existe un vacío en materia de ejecución
forzosa, vacío que viene a ser llenado por la cuestionada resolución y, como
consecuencia de ello, la efectividad de la presente sentencia se difiere por dos años,
tiempo durante el cual se le exige al Congreso que resuelva dicho vacío.

23. En torno a las cuestiones anteriormente indicadas, quisiéramos referirnos en


primer lugar a la motivación contenida en los párrafos 10.10 y 10.11, en los cuales
se afirma que: “10.10. Sin embargo, este Tribunal Constitucional entiende que
existe un aspecto de naturaleza prevaleciente que cabe resaltar respecto del
presente caso. La Resolución Núm. 14379-05 del 11 de noviembre del 2005,
emitida por la Procuraduría General de la República es previa a la Constitución
proclamada el 26 de enero de 2010, la cual consignó en el Art. 149 párrafo I lo
siguiente: “…La función judicial consiste en administrar justicia para decidir
sobre los conflictos entre personas físicas o morales, en derecho privado o
público, en todo tipo de procesos, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado…
10.11. A tono con lo anterior, a partir de la vigente Constitución lo relativo a la
potestad de ejecución de las decisiones dictadas por los tribunales del orden
judicial, corresponde exclusivamente a los propios órganos judiciales como una
manifestación típica de la potestad jurisdiccional que la Constitución les ha
conferido en su artículo 149. De ahí, que corresponde sean adoptados los
recaudos legislativos correspondientes para que sea el propio Poder Judicial que
ejerza tal potestad jurisdiccional ejecutiva. Consecuentemente, conforme lo
dispone el párrafo I del referido artículo 149 de la Constitución la función jurídica

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la Suprema Corte de Justicia.
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no culmina con la expedición de una sentencia, sino que incluye hacer efectivo el
cumplimiento de esa decisión”.

24. En los indicados párrafos se afirma que a partir de la entrada en vigencia de la


actual Constitución, la ejecución de la sentencia corresponde al Poder Judicial y
que, en consecuencia, se hace necesario dictar “los recaudos legislativo para que
sea el propio Poder Judicial quien ejerza tal potestad jurisdiccional ejecutiva”.
Según dichas afirmaciones, antes de la Constitución vigente no correspondía al
Poder Judicial lo relativo a la ejecución de la sentencia. Diferimos de esta tesis,
porque antes y ahora la función que nos ocupa ha sido ejercida por dicho poder con
el apoyo del Ministerio Público que se limita a otorgar la fuerza pública cuando se
le solicita.

25. En efecto, los alguaciles, que son los que realizan la ejecución, son auxiliares
de la justicia y pertenecen a un tribunal determinado. Por otra parte, las dificultades
de ejecución corresponden resolverlas a los jueces, según el artículo 112 de la Ley
834 del 15 de julio de 1978, texto en el cual se establece que: “Puede igualmente
el presidente del tribunal estatuir en referimiento sobre las dificultades de
ejecución de una sentencia o de otro título ejecutorio”.

26. En el caso particular de la materia laboral, en el artículo 663 se establece que:


“La ejecución por vía de embargo de la sentencia de los tribunales de trabajo
compete al tribunal de trabajo que dictó la sentencia, y se regirá por el
procedimiento sumario previsto en este código y, supletoriamente, por el derecho
común, en la medida en que no sea incompatible con las normas y principios que
rigen el proceso en materia de trabajo”.

27. De manera que siempre el Poder Judicial se ha ocupado de la ejecución de las


sentencias. Una cosa muy distinta es que se valore la pertinencia de la instauración

Sentencia TC/0110/13. Expediente No. TC-01-2012-0081, relativo a la acción directa de inconstitucionalidad incoada por la
Asociación Dominicana de Alguaciles contra la Resolución núm. 14379-05, de once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
emitida por la Procuraduría General de la República y la Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por
la Suprema Corte de Justicia.
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

del juez de la ejecución en materia civil, cuestión que fue discutida en el seno de la
comisión redactora del proyecto de Código Procesal Civil.9

28. En lo que respecta a la exhortación al Congreso para que legisle, consideramos


que no existe un vacío legislativo ni una inconstitucionalidad por omisión que
justifique esta exhortación. Otra situación es que en la materia que nos ocupa sea
necesario mejorar la legislación correspondiente.

29. En torno al diferimiento de la inconstitucionalidad o la modulación en el


tiempo de los efectos de la sentencia, entendemos que se trata de un tipo de
sentencia útil en casos excepcionales. En este orden, me parece oportuna la
reflexión que sobre el tema hace el destacado jurista chileno Humberto Nogueira
Alcalá, quien sostiene que: “Asimismo la judicatura constitucional no puede dejar
de considerar las consecuencias de sus decisiones, lo que explica algunos casos de
modulación de las sentencias en el tiempo, como es el de las sentencias
prospectivas, que no expulsan inmediatamente a una norma considerada
inconstitucional, otorgando un plazo al operador jurídico respectivo para
establecer una norma constitucional impidiendo así el vacío que provocaría la
eliminación del enunciado normativo, el cual puede ser más perjudicial para el
orden jurídico y sus destinatario”.10

30. Según el indicado autor, el diferimiento de la inconstitucionalidad es


procedente cuando la anulación inmediata de la norma inconstitucional crea un
vacío legislativo que tendría consecuencias más graves que la que suponen el
mantenimiento de la norma inconstitucional. Este requisito no se satisface en el
presente caso, ya que la resolución de referencia no dejaría vacíos, ya que al

9
La comisión redactora del proyecto de Código Procesal Civil está integrada por el doctor Mariano Germán Mejía,
presidente de la Suprema Corte de Justicia, José Alberto Cruceta, magistrado de la Sala Civil de la Suprema Corte
de Justicia y Hermógenes Acosta de los Santos, juez del Tribunal Constitucional. Dicho proyecto fue sometido al
congreso en agosto de 2012, por el expresidente de la República, doctor Leonel Fernández Reyna.
10
Humberto Nogueira Alcalá. Justicia y Tribunales Constitucionales en América del Sur. pág. 387, Palestra
Editores, Lima 2006, primera edición peruana.

Sentencia TC/0110/13. Expediente No. TC-01-2012-0081, relativo a la acción directa de inconstitucionalidad incoada por la
Asociación Dominicana de Alguaciles contra la Resolución núm. 14379-05, de once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
emitida por la Procuraduría General de la República y la Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por
la Suprema Corte de Justicia.
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momento de su entrada en vigencia existían y existen leyes adjetivas exentas de


vicios de inconstitucionalidad y que regulan la materia. Dichas leyes adjetivas son
las que indicamos a continuación: artículos 545 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil, igualmente, el artículo 587 del mismo código; artículos 113 y
siguientes de la Ley 834 del 15 de julio de 1978, el artículo 103 del Código
Tributario y el artículo 663 del Código de Trabajo. A la normativa anterior se
agregan los cientos de artículos relativos a los embargos previstos en el mismo
Código de Procedimiento Civil y en leyes especiales.

31. La existencia de las legislaciones indicadas en el párrafo anterior es lo que ha


permitido constreñir a deudores morosos y garantizar la eficacia de las decisiones
judiciales de los demás títulos ejecutorios. De manera que el hecho de que en casos
aislados de ejecución se hayan hecho denuncias de irregularidades por los medios
de comunicación, algunas de las cuales no se corresponden con la realidad y más
bien son hechas por deudores que se resisten a cumplir con sus obligaciones, no
justifica que se mantenga vigente durante dos años una resolución que contraviene
principios y valores esenciales del sistema social y democrático de derecho
organizado en la Constitución vigente.

32. Las irregularidades cometidas por algunos alguaciles con ocasión de una
ejecución forzosa no se resuelven con una resolución absolutamente
inconstitucional, sino aplicando las sanciones correspondientes. El mantenimiento
en vigencia de la referida resolución causará serias dificultades, particularmente,
porque con la misma se ha puesto a depender el ejercicio de un derecho
fundamental del arbitrio del Ministerio Público, ya que bastaría con la negativa de
este funcionario a otorgar la fuerza pública para que la sentencia no pueda
ejecutarse.

33. La implementación de la referida resolución ocasionará, sin dudas, serías


dificultades en perjuicio de los beneficiarios de sentencias y otros títulos
ejecutorios, dada la práctica inveterada de algunos representantes del Ministerio
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Asociación Dominicana de Alguaciles contra la Resolución núm. 14379-05, de once (11) de noviembre de dos mil cinco (2005),
emitida por la Procuraduría General de la República y la Circular de fecha cuatro (4) de abril de dos mil doce (2012), emitida por
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Público, quienes a pesar de que no contaban con los poderes que le reconoce la
resolución que nos ocupa, al momento de evaluar una solicitud de fuerza pública
actuaban como si fueran jueces, otorgando plazos y haciendo consideraciones en
relación a sentencias con la autoridad irrevocablemente de cosa juzgada. Esta
realidad tendrá incidencia en la administración de la justicia constitucional, ya que
es de esperarse que ante las posibles arbitrariedades de los representantes del
Ministerio Público, los afectados incoarán acciones de amparo que llegaran al
Tribunal Constitucional vía el recurso de revisión constitucional.

34. A lo anterior se agrega que en algunos casos la fuerza pública es otorgada,


negada o retardada, atendiendo a criterios extra legales e, igualmente, se han
promovido conciliaciones entre los abogados de las partes, desconociendo el
elemento sorpresa de los embargos. La resolución cuestionada en lugar de resolver
las indicadas distorsiones las agravas.

Firmado: Hermógenes Acosta de los Santos, Juez.

La presente decisión es dada y firmada por los señores jueces del Tribunal
Constitucional que anteceden, en la audiencia celebrada el día, mes y año
anteriormente expresados, y publicada por mí, Secretario del Tribunal
Constitucional que certifico.

Julio José Rojas Báez


Secretario

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Sentencias de la Suprema
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Rec.: Ana Carolina Franco Soto.
Fecha: 8 de febrero de 2012
Número Único: 471-2009-00271

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SUPREMA CORTE DE JUSTICIA

TERCERA SALA.

Casa

Audiencia pública del 8 de febrero de 2012.


Preside: Manuel Ramón Herrera Carbuccia.

Dios, Patria y Libertad

En Nombre de la República, la Tercera Sala de lo Laboral,


Tierras, Contencioso Administrativo y Contencioso Tributario de la
Suprema Corte de Justicia, dicta en audiencia pública la siguiente
sentencia:

Sobre el recurso de casación interpuesto por la señora Ana


Carolina Franco Soto, dominicana, mayor de edad, con Cédula de
Identidad y Electoral núm. 001-1279108-2, domiciliada y residente en
la casa núm. 2-B, de la calle Ramón Santana del sector de Gazcue de
esta ciudad, contra la ordenanza dictada el 31 de julio de 2009, por el
Presidente de la Corte de Trabajo del Distrito Nacional, en sus

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• Tel.: 809-533-3191 • www.suprema.gov.do • E-mail: suprema.corte@verizon.net.do
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atribuciones sumarias, cuyo dispositivo se copia más adelante;

Oído al alguacil de turno en la lectura del rol;

Oído en la lectura de sus conclusiones al Licdo. Francisco Franco,


abogado de la recurrente señora Ana Carolina Franco Soto;

Visto el memorial de casación depositado en la Secretaría de la


Corte de Trabajo del Distrito Nacional el 31 de agosto de 2009, suscrito
por los Licdos. Francisco Alberto Franco Soto y Jottin Cury David, con
Cédulas de Identidad y Electoral núms. 001-1676524-9 y 001-0063409-
6, respectivamente, abogados de la recurrente señora Ana Carolina
Franco Soto, mediante el cual proponen los medios que se indican más
adelante;

Visto la Resolución núm. 171-2010, dictada por la Suprema


Corte de Justicia el 9 de febrero de 2010, mediante la cual declara el
defecto de la parte recurrida Banco Central de la República
Dominicana;
Visto la Resolución núm. 1237-2010, dictada por la Suprema
Corte de Justicia el 26 de mayo de 2010, mediante la cual declara la
exclusión del recurrido Banco de Reservas de la República
Dominicana;

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Visto el auto dictado el 6 de enero de 2012, por el magistrado


Manuel Ramón Herrera Carbuccia, Presidente de la Tercera Sala de la
Suprema Corte de Justicia, por medio del cual se llama a sí mismo,
conjuntamente con los magistrados Sara I. Henríquez Marín, Robert C.
Placencia Alvarez y Edgar Hernández Mejía, Jueces de esta Sala, para
integrar la misma en la deliberación y fallo del recurso de casación de
que se trata, de conformidad con la Ley núm. 684 del 1934;

Visto la Ley núm. 25 de 1991, modificada por la Ley núm. 156 de


1997, y los artículos 1, 20 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de
Casación;

La CORTE, en audiencia pública del 11 de agosto de 2010,


estando presentes los Jueces: Darío O. Fernández Espinal, en funciones
de presidente; Julio Aníbal Suárez y Enilda Reyes Pérez, asistidos de la
Secretaria General y después de haber deliberado los jueces
signatarios de este fallo;

Considerando, que con motivo de una demanda en reclamación


de cumplimiento de contrato, daños y perjuicios, incoada por la señora
Ana Carolina Franco Soto, en contra de la razón Banco Central de la
República Dominicana, a) la Tercera Sala del Juzgado de Trabajo del

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Distrito Nacional, dictó en fecha 16 del mes de marzo del año 2007,
una sentencia cuyo dispositivo es el siguiente: “Primero: Declara la
incompetencia en razón de la materia para conocer de las demandas
interpuestas por la Sra. Ana Carolina Franco Soto en contra del Banco
Central de la República, en reclamación del cumplimiento de contrato
y reparación en daños y perjuicios, en consecuencia la declina por ante
la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del
Distrito Nacional; Segundo: Reserva el pago de las costas procesales
para que siga la suerte de lo principal; b) que sobre el recurso de
apelación interpuesto contra la decisión transcrita anteriormente,
intervino la sentencia dictada por la Primera Sala de la Corte de
Trabajo del Distrito Nacional el 11 de diciembre de 2007 cuyo
dispositivo es el siguiente: “Primero: Rechaza la excepción de
declinatoria por alegada incompetencia “razone materiae”, promovida
por el Banco Central de la República Dominicana, por las razones
expuestas; Segundo: Rechaza las conclusiones incidentales
promovidas por el Banco Central de la República Dominicana,
resultantes de la alegada falta de interés de la reclamante, Srta. Ana
Carolina Franco Soto, por las razones expuestas; Tercero: En la forma,
declara regular y válido el recurso de apelación promovido en fecha
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dieciocho (18) del mes de mayo del año Dos Mil Siete (2007), por la
Srta. Ana carolina Franco Soto; Cuarto: En el fondo declara la vigencia
del contrato de trabajo que ligaba a las partes, y acoge los términos de
la demanda en pago de salarios vencidos e indemnización por los
daños y perjuicios resultantes, consecuentemente, condena al Banco
Central de la República Dominicana, a pagar a la Srta. Ana Carolina
Franco Soto todos y cada uno de los salarios que ilegítimamente le ha
dejado de pagar, desde el mes de septiembre del año Dos Mil Seis
(2006), hasta la fecha, y en lo adelante; Quinto: Condena al Banco
Central de la República Dominicana, a abonar a favor de la reclamante
la suma de Cien Mil con 00/100 (RD$100,000.00), pesos como justa
indemnización por los daños y perjuicios derivados de su actuación
faltiva y antijurídica; Sexto: Con independencia de la indización
prevista por el artículo 537 del Código de Trabajo, se condena a un
astreinte conminatorio de Quinientos con 00/100 (RD$500.00) pesos,
por cada día de incumplimiento de la presente decisión; Séptimo:
Condena al ex empleador sucumbiente, Banco Central de la República
Dominicana, al pago de las costas del procedimiento, ordenando su
distracción a favor y provecho del Dr. Rafael Américo Moreta Bello,
abogado que afirma haberlas avanzado en su totalidad”; c) que con
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motivo de la demanda, en materia sumaria, tendente a obtener la


entrega de valores retenidos y pago de astreintes, intentada por la
actual recurrente señora Ana Carolina Franco Soto, en contra del
Banco Central y en manos del Banco de Reservas, en su condición de
tercer embargado, intervino la ordenanza, objeto del presente recurso,
cuyo dispositivo es el siguiente:“Primero: Declara buena y válida en
cuanto a la forma la demanda en ejecución de sentencia intentada por Ana
Carolina Franco Soto, dictada por la Primera Sala de la Corte de Trabajo del
Distrito Nacional, de fecha 11 de diciembre de 2007, contra el Banco Central,
por haber sido hecha conforme a los requerimientos legales de la materia;
Segundo: Rechaza en todas sus partes la demanda en ejecución de sentencia
intentada por Ana Carolina Franco Soto, dictada por la Primera Sala de la
Corte de Trabajo del Distrito Nacional, de fecha 11 de diciembre de 2007,
contra el Banco Central, en base a la motivación dada en el cuerpo de esta
sentencia; Tercero: Compensa las costas de la presente instancia por haberse
suplido medios de puro derecho”;
En cuanto al recurso de casación
Considerando, que la recurrente propone en su recurso de
casación los siguientes medios; Primer Medio: Violación a los
derechos fundamentales del trabajador y a los Principios del Código

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de Trabajo; violación a la protección del salario; violación al artículo


11.2 del Convenio sobre la Protección del Salario del año 1949;
violación al Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales
y Culturales; Violación al Principio I del Código de Trabajo, referente a
que el Estado debe garantizar normas del derecho de trabajo que se
sujeten a los fines esenciales de esta rama del derecho, que son el
bienestar humano y la justicia social; violación al Principio V del
Código del Trabajo, relativo a la limitación o renuncia de los derechos
del trabajador; violación al Principio VI del Código de Trabajo
referente a la buena fe y al abuso de derechos en materia laboral;
violación al Principio VIII relativo al conflicto de leyes en asuntos de
derechos del trabajador; Segundo Medio: Violación al debido
proceso a la garantía fundamental de la ejecución de las sentencias o
derecho a la tutela judicial efectiva; violación a los artículos 8, 8.2 j, 8.5
y 47 de la Constitución de la República Dominicana; violación al
artículo 10 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos;
Violación a los artículos 8.1, 25.2ª, de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos o Pacto de San José; violación al artículo 2.3 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966; Tercer
Medio: Violación al principio y criterio de la razonabilidad; violación
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a los artículos 8, 8.2.j, 8.5 y 46 de la Constitución de la República


Dominicana; violación a los artículos 8.1, 25 y 26 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José;
Considerando, que la recurrente en el primer medio de su
recurso, el cual se examina en primer término, pues carece de
pertinencia jurídica examinar los demás medios propuestos, por así
convenir a la solución que se le dará al presente caso, expone en
síntesis lo siguiente: “que el salario es un derecho fundamental del
trabajador cuya protección es garantizada por la Constitución, los
tratados internacionales y el legislador adjetivo, por lo que sería
contrario a las normas que lo rigen que se impidiera su realización
mediante el pago correspondiente”;
Considerando, que entre los motivos de la decisión impugnada,
consta lo siguiente: “que la inembargabilidad examinada debe
retenerse bajo el razonamiento que la Ley Núm. 183-02 Monetaria y
Financiera, de fecha 21 de noviembre del 2002, tiene carácter de ser
una normativa especial para la regulación del sistema monetario y
financiero, tanto de las entidades rectoras del sistema, como para las
entidades de intermediación financiera del sistema interbancario; que
en ese orden, al presentarse un conflicto de leyes en el tiempo entre
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disposiciones de la misma naturaleza especial, es decir, con el artículo


731 del Código de Trabajo, ésta debe considerarse derogada
tácticamente”.
Considerando, que el salario es un derecho de carácter
alimentario, ya que sirve para el sustento del trabajador y su familia, lo
que ha llevado al constituyente al incluirlo expresamente como uno de
los derechos fundamentales de la persona humana, (Art. 62, Ordinal
9); derecho que, al tenor de lo dispuesto en el artículo 68 de la
Constitución, debe ser garantizado por todos los poderes públicos,
mediante los mecanismos que ofrezcan al deudor la posibilidad de
obtener su satisfacción y efectividad.
Considerando, que tanto el Código de Trabajo, como el
Convenio 95 sobre protección al salario de la Organización
Internacional del Trabajo, debidamente ratificado por el Congreso
Nacional, disponen expresamente que los descuentos del salario solo
deben permitirse de acuerdo a las condiciones y dentro de los límites
fijados por la ley; y, que asimismo, dicho Convenio 95, en su artículo 6,
prohíbe que los empleadores limiten en forma alguna la libertad del
trabajador de disponer de su salario.
Considerando, que aunque el patrimonio del Banco Central de la
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República Dominicana es inembargable, según lo dispone la parte in


fine, letra A del artículo 16 de la Ley Monetaria Financiera, Núm. 183-
02, esta inembargabilidad no podría hacerse valer ni oponerse a un
crédito de naturaleza salarial, pues admitir lo contrario sería
desconocer las garantías constitucionales que deben ofrecer los
poderes públicos para que un derecho fundamental, como es el
salario, pueda ser satisfecho y efectivo; en adición, de aceptarse que el
Banco Central de la República Dominicana pueda prevalecerse de la
inembargabilidad de su patrimonio para impedir que su trabajadora
pueda obtener el pago de su crédito salarial, debidamente reconocido
por sentencia con autoridad definitiva de la cosa juzgada, equivaldría
a permitir que el empleador disponga libremente del salario adeudado
y descontar así, no ya una parte, sino la totalidad de su importe, lo que
obviamente sería contrario y violatorio a las disposiciones del
Convenio 95 de la OIT y a lo establecido en el artículo 201 del Código
de Trabajo;

Considerando, que en el encuadre de la jeraquización de las


normas, lo establecido en la Ley núm. 183-02, Monetaria y Financiera,
en cuanto a la inembargabilidad del patrimonio del Banco Central,
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frente a lo que es el derecho que tiene el trabajador de hacer efectivo el


cobro de su salario, derecho que está contemplado en la Constitución
como un derecho esencialísimo por su contenido social, esta Suprema
Corte de Justicia da preferencia al derecho del trabajador, por estar
más acorde con el fin y propósito del Estado Constitucional
Democrático y Jurídico y por estar reconocido en la Constitución y
Tratados Internacionales, los cuales tienen supremacía frente a una
disposición de carácter adjetivo, como lo es la referida ley 183-02;
Considerando, que cuando el recurso es decidido por un medio
suplido de oficio por la Suprema Corte de Justicia, las costas pueden
ser compensadas;
Por tales motivos: Primero: Casa la Ordenanza dictada por el
Magistrado Juez Presidente de la Corte de Trabajo del Distrito
Nacional de fecha 31 del mes de julio del año 2009, cuyo dispositivo ha
sido copiado en parte anterior del presente fallo, y envía el asunto por
ante el Magistrado Juez Presidente de la Corte de Trabajo de la Vega.
Segundo: Compensa las costas.

Así ha sido hecho y juzgado por la Tercera Sala de la Laboral,

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Tierras, Contencioso Administrativo y Contencioso Tributario de la


Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma,
en la ciudad de Santo Domingo de Guzmán, Distrito Nacional, capital
de la República, en su audiencia pública del 8 de febrero de 2012, años
168° de la Independencia y 149° de la Restauración.

Manuel Ramón Herrera Carbuccia

Sara I. Henríquez Marín Robert C. Placencia Alvarez

Edgar Hernández Mejía

Grimilda Acosta
Secretaria General
La presente sentencia ha sido dada y firmada por los señores
Jueces que figuran al pie, en la audiencia pública del día, mes y año en
ella expresados, y fue firmada, leída y publicada por mí, Secretaria
General, que certifico. An

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Exp. núm. 2011-3350
Rec: Samira Martina Féliz Rosario Vs. Pablo Miguel Martínez Prince
Fecha: 10 de octubre de 2012

SALA CIVIL y COMERCIAL

Audiencia pública del 10 de octubre de 2012 Rechaza


Preside: Víctor José Castellanos Estrella.

Dios, Patria y Libertad

En Nombre de la República, la Sala Civil y Comercial de la


Suprema Corte de Justicia, actuando como Corte de Casación, dicta en
audiencia pública la sentencia siguiente:

Sobre el recurso de casación interpuesto por la señora Samira


Martina Féliz Rosario, dominicana, mayor de edad, portadora de la
cédula de identidad y electoral núm. 001-0003412-3, domiciliada y
residente en esta ciudad de Santo Domingo, Distrito Nacional, contra
la sentencia núm. 048/2011, dictada por la Corte de Apelación de
Niños, Niñas y Adolescentes del Distrito Nacional, el 21 de junio de
2011, cuyo dispositivo se copia más adelante;

Oído al alguacil de turno en la lectura del rol;

Oído el dictamen de la Magistrada Procuradora General Adjunta


de la República, el cual termina así: "Único: Que procede rechazar el
recurso de casación interpuesto por Samira Martínez (sic) Féliz

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SUPREMA CORTE DE JUSTICIA


Exp. núm. 2011-3350
Rec: Samira Martina Féliz Rosario Vs. Pablo Miguel Martínez Prince
Fecha: 10 de octubre de 2012

Rosario, contra la sentencia civil No. 048/2011 del veintiuno (21) de


junio 2011, dictada por la Corte de Apelación de Niños, Niñas y
Adolescentes.";

Visto el memorial de casación depositado en la Secretaría General


de la Suprema Corte de Justicia, el 1º de agosto de 2011, suscrito por el
Dr. Pedro Eugenio Cordero Ubrí y el Lic. Fulver Esladimir Féliz Féliz,
abogados de la parte recurrente, en el cual se invocan los medios de
casación que se indican más adelante;

Visto el memorial de defensa depositado en la Secretaría General


de la Suprema Corte de Justicia, el 19 de agosto de 2011, suscrito por el
Lic. Nicanor Vizcaíno Sánchez, abogado de la parte recurrida, Pablo
Miguel Martínez Prince;

Vistos, la Constitución de la República, los Tratados


Internacionales de Derechos Humanos de los cuales la República
Dominicana es signataria, las decisiones dictadas en materia
constitucional, las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos; la Ley núm. 25 del 15 de octubre de 1991, modificada por la
Ley núm. 156 del 10 de julio de 1997, y los artículos 1, 5 y 65 de la Ley
núm. 3726, sobre Procedimiento de Casación, de fecha 29 de diciembre
de 1953, modificada por la Ley núm. 491-08 de fecha 19 de diciembre
de 2008;

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Exp. núm. 2011-3350
Rec: Samira Martina Féliz Rosario Vs. Pablo Miguel Martínez Prince
Fecha: 10 de octubre de 2012

Visto el auto dictado el 3 de octubre de 2012, por el magistrado


Víctor José Castellanos Estrella, en funciones de Presidente, por medio
del cual se llama así mismo y a los magistrados José Alberto Cruceta
Almánzar y Francisco Antonio Jerez Mena, jueces de esta Sala Civil y
Comercial de la Suprema Corte de Justicia, para integrar la misma en la
deliberación y fallo del recurso de casación de que se trata, de
conformidad con la Ley núm. 926 del 21 de julio de 1935, reformada
por el artículo 2 de la Ley núm. 294 de fecha 20 de mayo de 1940;

La CORTE, en audiencia pública del 12 de septiembre de 2012,


estando presentes los jueces Julio César Castaños Guzmán, Presidente;
Víctor José Castellanos Estrella y José Alberto Cruceta Almánzar,
asistidos del Secretario, y después de haber deliberado los jueces
signatarios de este fallo;

Considerando, que en la sentencia impugnada y en los


documentos a que la misma se refiere consta que: a) con motivo de una
demanda en guarda, incoada por el señor Pablo Miguel Martínez
Prince, contra la señora Samira Martina Féliz Rosario, la Sala Civil del
Primer Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes del Distrito Nacional,
dictó en fecha 17 de noviembre de 2010, la sentencia núm. 2651/2010,
cuyo dispositivo, copiado textualmente, es el siguiente: “PRIMERO:
SE DECLARA buena y válida y conforme al derecho la demanda en

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guarda interpuesta por el señor PABLO MIGUEL MARTÍNEZ


PRINCE, contra la señora SAMIRA MARTÍNEZ FÉLIX ROSARIO (sic),
en relación al hijo de manos (sic) PABLO ASAF; SEGUNDO: SE
ORDENA que la señora SAMIRA FÉLIX reciba Terapia Psicológica y el
menor Pablo Asaf; TERCERO: SE ACOGE el Dictamen del Ministerio
Público y en consecuencia SE OTORGA la guarda provisional del
menor PABLO ASAF a su padre el señor PABLO MIGUEL
MARTÍNEZ PRINCE, por un período de un año mientras la madre y el
menor reciban Terapia Psicológica; CUARTO: SE ORDENA que la
señora SAMIRA MARTINA FÉLIZ ROSARIO comparta con su hijo
Pablo Asaf, de la siguiente forma: Los últimos tres fines de semana de
cada mes desde los viernes después de las clases extracurriculares
hasta los domingos a las 7:00 P. M.; b) En las navidades que vayan
alternando los días festivos de forma que el 24 y 25 de diciembre del
presente año le corresponda compartir con la madre y el 31 de
diciembre del 2010 y 1ro. de enero del 2011 el mismo se encuentre con
su padre y del modo contrato (sic) el año siguiente; c) El día de las
madres con la madre y el día del padre con su padre; QUINTO: La
presente sentencia podrá revisarse con el aval de que la madre y el
niño han completado su terapia y que la señora se encuentra en
condiciones de asumir el cuidado de su hijo menor de edad; SEXTO:

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Se rechazan las pretensiones económicas de la señora SAMIRA


MARTINA FÉLIX (sic) ROSARIO, solicitadas en su conclusiones por
las razones expuestas con anterioridad; SÉPTIMO: SE ORDENA a la
Secretaria comunicar la presente sentencia al Ministerio Público, para
su conocimiento y fines de lugar; OCTAVO: Se compensan las costas
por tratarse de materia de familia”; b) que no conforme con dicha
decisión, mediante instancia suscrita por el Dr. Pedro Cordero Ubrí y el
Lic. Fulver E. Féliz Féliz, de fecha 23 de diciembre de 2010, la señora
Samira Martina Féliz Rosario, interpuso formal recurso de apelación
contra la sentencia antes descrita, por ante la Corte de Apelación de
Niños, Niñas y Adolescentes del Distrito Nacional, siendo resuelto
dicho recurso de apelación, en fecha 21 de junio de 2011, mediante la
sentencia núm. 048/2011, hoy impugnada, cuyo dispositivo, copiado
textualmente, es el siguiente: “PRIMERO: Se declara regular y válido en
cuanto a la forma el recurso de apelación interpuesto por la señora Samira
Martina Féliz Rosario, por intermedio de sus abogados apoderados, Dr. Pedro
Cordero Ubrí y Lic. Fulver E. Féliz Féliz, en contra de la sentencia número
2651-2009, dictada en fecha diecisiete (17) de noviembre del año dos mil diez
(2010), dictada por la Sala Civil del Primer Tribunal de Primera Instancia de
Niños, Niñas y Adolescentes del Distrito Nacional, por haberlo realizado de
conformidad con las reglas establecidas en el Código de Procedimiento Civil;
SEGUNDO: En cuanto al fondo se rechaza el recurso de apelación y se

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confirma en todas sus partes la sentencia recurrida; TERCERO: Se


Compensan las costas del procedimiento por tratarse de materia de familia”;

Considerando, que la recurrente en su recurso de casación


propone contra la sentencia impugnada los siguientes medios: “Primer
Medio: Desnaturalización de los hechos de la causa, falta de motivos;
Segundo Medio: Falta de base legal; Tercer Medio: Desconocimiento
de las pruebas del proceso, errónea apreciación de los hechos de la
causa”;
Considerando, que por la estrecha relación existente entre los
pedimentos hechos por la parte recurrente en el primer y segundo
medio, se analizarán en conjunto, en los cuales la recurrente alega, que:
“en uno de sus considerando la corte a-qua, refiere a que la hoy
recurrida no depositó ante la misma, ningún documento, como por
ejemplo, un informe psicológico que certificara que las condiciones y
estado de la hoy recurrente señora SAMIRA MARTINA FÉLIZ
ROSARIO habían variado y con ello garantizar el disfrute de los
derechos fundamentales de su hijo, cosa que no se ajusta a la realidad,
ya que sí estaba asistiendo por ante un profesional de la conducta que
determinaría si estaba apta o no para continuar con la guarda de su
hijo, tomando su decisión dicho tribunal antes de que la Lic. Marisela
Larancuent concluyera su informe, lo cual estamos seguros que habría

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variado la decisión de la Corte, por lo que este hecho desnaturaliza los


hechos de la causa.”;(sic) que continúa manifestando la recurrente,
que, “el hecho de que la corte a-qua confirmara una sentencia basada
en pretensiones aviesas del hoy recurrido Pablo Miguel Martínez
Prince y en un informe que no llegó a su conclusión, e imputarle a la
señora Samira Martina Féliz, que padece de trastornos de la conducta
incapaz de proseguir con la guarda, cuidado y protección de su hijo,
creemos que no constituye suficientes motivos para querer pretender
desprenderle su única criatura que por tanto tiempo ha llevado a su
lado;” además, sigue alegando la recurrente, “que la corte a-qua dio
una falsa calificación a los hechos y hace una falsa estimación de las
pruebas, ya que solo se fundamentó en un informe, que al momento de
su decisión no había sido depositado y no valoró las declaraciones del
menor Pablo Asaf que ha manifestado en todo momento querer estar
con su madre”;
Considerando, que para una mejor comprensión del caso que nos
ocupa, del estudio de la sentencia impugnada se verifica: 1) que el
señor Pablo Miguel Martínez Prince, demandó en guarda a la señora
Samira Martina Féliz Rosario, en relación a su hijo Pablo Asaf, y para
tales fines fue apoderada la Sala Civil del Primer Tribunal de Niños,
Niñas y Adolescentes del Distrito Nacional, que mediante sentencia

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civil núm. 2651/2010, de fecha 17 de noviembre de 2010, acogió la


referida demanda ordenando la guarda a favor del padre; 2) que dicha
sentencia fue recurrida en apelación por la señora Samira Martina Féliz
Rosario, resultando apoderada la Corte de Apelación de Niños, Niñas
y Adolescentes del Distrito Nacional, que mediante la sentencia núm.
048/2011, de fecha 21 de junio de 2011, confirmó la decisión recurrida
en apelación, siendo la sentencia de dicha corte la que hoy se recurre
en casación;
Considerando, que con relación a los medios examinados, la
corte a-qua sostuvo en sus considerandos lo siguiente: “que la jueza a-
quo al fallar como lo hizo, otorgándole la guarda del niño a su padre,
valoró las evaluaciones del equipo multidisciplinario del Tribunal de
Niños, Niñas y Adolescentes del Distrito Nacional, (de conformidad al
artículo 102 de la ley 136-03), y es por ello que expresa en su
Considerando 3, página 11 de la sentencia impugnada: “Considerando:
que de conformidad a las informaciones recopiladas en la instrucción
del expediente y las cuales fueron debidamente copiadas en el cuerpo
de la sentencia, se ha verificado que a la Sra. Samira Martina Féliz
Rosario, no se encuentra en condiciones de ejercer la guarda tranquila
y sosegada de su hijo Pablo Asaf, en virtud de que la misma necesita,
en primer lugar, asistirse de un profesional de la conducta de manera

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que pueda mejorar su desenvolvimiento como madre y como persona


para controlar sus exabruptos, agresividad, violencia y la presión hacia
su hijo.”;… que la corte a-qua continúa justificando su fallo en el
sentido, “que la jueza a-qua ordenó que la señora Samira Martina Feliz
Rosario, recibiera terapia conjuntamente con su hijo, señalando además
que dicha sentencia podrá revisarse cuando haya completado la
terapia”, “que la señora Samira Martina Féliz Rosario, no ha
depositado ante esta corte ningún documento, en el caso de la especie
(informe de la psicóloga), que certifique que las condiciones y estado
psicológico de la señora no han variado y con ello garantizar el disfrute
de los derechos fundamentales de su hijo, como medio de prueba para
sustentar sus pretensiones, de lo que se deduce que la jueza al fallar
como lo hizo dio motivos suficientes y pertinentes que justifican la
decisión adoptada.”;
Considerando, que del estudio del fallo impugnado, se colige que
la corte a-qua decidió de forma correcta al otorgarle la guarda del
menor, Asaf Martínez Feliz, al señor Pablo Miguel Martínez, en base a
los resultados arrojados por las pruebas psicológicas realizadas por el
equipo multidisciplinario del Tribunal de Niños, Niñas y Adolecentes
del Distrito Nacional, las cuales una vez examinadas por el tribunal de
primer grado fueron depositadas por ante la corte a-qua, en las cuales

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se evidencia que la madre recurrente, señora Samira Martina, no se


encuentra en condiciones psicológicas de ejercer la guarda de su hijo;
que esta Sala Civil y Comercial de la Suprema Corte de Justicia,
actuando como Corte de Casación, observa que contrario a lo alegado
por la hoy recurrente, dichas pruebas fueron efectivamente
depositadas por ante la alzada, incluso esta celebró tres audiencias,
durante las cuales ambas partes pudieron someter sus pretensiones,
por lo que al fallar como lo hizo, basó su decisión de acuerdo a los
hechos, comprobaciones y documentos depositados por ambas partes
en sustento de sus pretensiones, actuando, en consecuencia, de
acuerdo al criterio expresado por esta Suprema Corte de Justicia, de
que los jueces de fondo en ejercicio de sus facultades, han de ponderar
los documentos que les son presentados por las partes, constituyendo
estas comprobaciones cuestiones de hecho cuya apreciación pertenece
al dominio exclusivo de los jueces del fondo y cuya censura escapa al
control de la casación siempre y cuando, en el ejercicio de esa facultad
no se haya incurrido en desnaturalización, como ocurrió en la especie;
Considerando, que por lo expuesto anteriormente la corte a-qua
ha hecho una correcta interpretación y aplicación de los derechos y
garantías del menor Pablo Asaf, consagrados en la Convención
Internacional de los Derechos del Niño y en el Código para el Sistema

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de Protección y Derechos Fundamentales de Niños, Niñas y


Adolescentes, al disponer que el padre del referido menor tenía
mejores condiciones para ejercer la guarda de su hijo, ya que la madre
lo estaba afectando emocionalmente, según se desprende del resultado
de las evaluaciones psicológicas realizadas a la misma; que con esta
decisión la corte a-qua garantizó los derechos fundamentales, así como
el interés superior del referido menor;

Considerando, que el interés superior del niño, consagrado como


norma fundamental por la Convención Internacional sobre los
Derechos del Niño, con fuerza de ley por haber sido ratificada por
nuestros Poderes Públicos, tiene su origen en la doctrina universal de
los derechos humanos, y como tal, es un principio garantista de estos
derechos; que los niños, como personas humanas en desarrollo, tienen
iguales derechos que todas las demás personas; que, por consiguiente,
se precisa regular los conflictos jurídicos derivados del incumplimiento
de los derechos de los niños, y de su colisión con los pretendidos
derechos de los adultos; que el interés superior del niño permite
resolver conflictos de derechos recurriendo a la ponderación de los
derechos en conflicto; y, en ese sentido, siempre habrá de adoptarse
aquella medida que asegure la máxima satisfacción de los derechos
que sea posible, y su menor restricción;

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Considerando, que si bien es cierto que es de importancia capital,


en ese sentido, que en una relación familiar deben mantenerse
relaciones personales y contacto directo con ambos padres en forma
regular, no menos cierto es que ello es posible si ese contacto no es
contrario al interés superior del niño; que uno de los ejes
fundamentales de la Convención Internacional es la regulación de la
relación hijos-padres, en la medida en que se reconoce el derecho de
los padres a la crianza y educación, y, a la vez, el derecho del niño a
ejercer sus derechos por sí mismo, en forma progresiva, de acuerdo a la
evolución de sus facultades, por lo que los padres ejercerán sus
prerrogativas sin perjuicio del interés fundamental o superior del niño,
por su carácter prioritario frente a los derechos de las personas adultas;

Considerando, que, en este orden de ideas, la corte a-qua en su


fallo ha salvaguardado dicho interés superior del niño, puesto que
examinó de manera clara y precisa las piezas y documentos
depositados en dicha alzada, estimando las situaciones de riesgo
planteadas por los psicólogos del área respecto a la conducta de la
madre, por lo que la corte a-qua ha valorado debidamente las
fortalezas y debilidades de ambos padres, preservando
consecuentemente las garantías de los derechos del menor Pablo Asaf;
por lo que procede desestimar los medios examinados;

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Considerando, que en el desarrollo del segundo medio, la


recurrente alega que la corte a-qua proporcionó “una falsa calificación
a los hechos, naturalmente toda decisión que incurre en dicha falta,
desemboca en una carencia de base legal, por cuanto habrá aplicado
esta a hechos totalmente diferentes por errónea calificación del tribunal
apoderado”; (sic)

Considerando, que en cuanto al medio examinado, esta Suprema


Corte de Justicia actuando como Corte de Casación estima que la falta
de base legal la constituye una insuficiente motivación de la decisión
que se ataca, que no permita a esta Corte verificar si los jueces del
fondo han hecho una aplicación correcta de la regla de derecho; que,
contrario a lo expresado por el hoy recurrente, la corte a-qua, al
confirmar la sentencia apelada, no solamente adoptó los fundamentos
legales y los motivos del juez de primer grado, sino que agregó nuevas
motivaciones, por lo que los alegatos contenidos en el medio
examinado carecen de fundamento y con ello el recurso de casación de
que se trata.

Por tales motivos, Primero: Rechaza el recurso de casación


interpuesto por la señora Samira Martina Féliz Rosario, contra la
sentencia núm. 048/2011, de fecha 21 de junio de 2011, dictada por la
Corte de Apelación de Niños, Niñas y Adolescentes del Distrito

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Fecha: 10 de octubre de 2012

Nacional, cuyo dispositivo aparece copiado en parte anterior del


presente fallo; Segundo: Se compensan las costas por tratarse de un
asunto de familia.
Así ha sido hecho y juzgado por la Sala Civil y Comercial de la
Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma en
la ciudad de Santo Domingo de Guzmán, su audiencia pública del 10
de octubre de 2012, años 169º de la Independencia y 150º de la
Restauración.

Víctor José Castellanos Estrella

José Alberto Cruceta Almánzar Francisco Antonio Jerez Mena

Grimilda Acosta
Secretaria General
La presente sentencia ha sido dada y firmada y pronunciada por los
señores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pública del día, mes y
año en ella expresados, y fue firmada, leída y publicada por mí,
Secretaria General, que certifico. JVCA*

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Rec.: Federación Dominicana de Trabajadores
de Zona Francas (Fedotrazonas) y Sindicato de
Trabajadores de la Empresa Gildan Activewear Textil
Company (Sitragildan)
Fecha: 17 de octubre de 2012
Número Único: 655-2011-00045

REPÚBLICA DOMINICANA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA
TERCERA SALA.

Rechaza

Audiencia pública del 17 de octubre del 2012


Preside: Manuel Ramón Herrera Carbuccia

Dios, Patria y Libertad

En Nombre de la República, la Tercera Sala de lo Laboral,


Tierras, Contencioso Administrativo y Contencioso Tributario de la
Suprema Corte de Justicia, dicta en audiencia pública la siguiente
sentencia:

Sobre el recurso de casación interpuesto por la Federación


Dominicana de Trabajadores de Zonas Francas (Fedotrazonas) y el
Sindicato de Trabajadores de la Empresa Gildan Activewear Textil
Company (Sitragildan), registros sindicales números 04-2002 y 22-
2009, respectivamente, representados por el señor Ignacio Hernández,
dominicano, mayor de edad, Cédula de Identidad y Electoral núm.
1

Av. Enrique Jiménez Moya, Esq. Juan De Dios Ventura Simó, Centro de los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo, Santo Domingo, R. D.
• Tel.: 809-533-3191 • www.suprema.gov.do • E-mail: suprema.corte@verizon.net.do
Rec.: Federación Dominicana de Trabajadores
de Zona Francas (Fedotrazonas) y Sindicato de
Trabajadores de la Empresa Gildan Activewear Textil
Company (Sitragildan)
Fecha: 17 de octubre de 2012
Número Único: 655-2011-00045

REPÚBLICA DOMINICANA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA
048-0049527-9, con domicilio y asiento social en la calle Juan Erazo
núm. 14, edificio de las Centrales Sindicales, Villa Juana, de esta
ciudad, contra la ordenanza dictada por la Presidencia de la Corte de
Trabajo del Departamento Judicial de Santo Domingo, el 11 de octubre
de 2011, cuyo dispositivo se copia más adelante;

Oído al alguacil de turno en la lectura del rol;

Oído en la lectura de sus conclusiones a la Licda. Milagros


Camarena, abogada de los recurrentes;

Visto el memorial de casación depositado en la Secretaría de la


Corte de Trabajo del Departamento Judicial de Santo Domingo, el 9 de
noviembre de 2011, suscrito por los Licdos. Joaquín A. Luciano L. y
Milagros Camarena, Cédulas de Identidad y Electoral núms. 001-
0078672-2 y 001-0519395-7, respectivamente, abogados de los
recurrentes, mediante el cual proponen el medio que se indica más
adelante;

Visto el memorial de defensa depositado en la Secretaría de la


Suprema Corte de Justicia el 21 de diciembre de 2011, suscrito por el
Licdo. Luis Rafael Olalla Báez, Cédula de Identidad y Electoral núm.
053-0003360-1, abogado del recurrido, Sindicato Autónomo de

Av. Enrique Jiménez Moya, Esq. Juan De Dios Ventura Simó, Centro de los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo, Santo Domingo, R. D.
• Tel.: 809-533-3191 • www.suprema.gov.do • E-mail: suprema.corte@verizon.net.do
Rec.: Federación Dominicana de Trabajadores
de Zona Francas (Fedotrazonas) y Sindicato de
Trabajadores de la Empresa Gildan Activewear Textil
Company (Sitragildan)
Fecha: 17 de octubre de 2012
Número Único: 655-2011-00045

REPÚBLICA DOMINICANA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA
Trabajadores y Empleados de la Empresa Gildan Activewear
Dominicana Republic Textile Company, Inc., (Sitragil);

Que en fecha 26 de septiembre de 2012, esta Tercera Sala en


atribuciones laborales, integrada por los Jueces: Manuel Ramón
Herrera Carbuccia, Presidente; Edgar Hernández Mejía y Robert C.
Placencia Alvarez, asistidos de la Secretaria General, procedieron a
celebrar audiencia pública, para conocer el presente recurso de
casación;

Visto el auto dictado el 15 de octubre de 2012, por el magistrado


Manuel Ramón Herrera Carbuccia, Presidente de la Tercera Sala, por
medio del cual llama a los magistrados Sara I. Henríquez Marín y
Francisco Antonio Ortega Polanco, Jueces de esta Sala, para integrar la
misma en la deliberación y fallo del recurso de casación de que se
trata, de conformidad con la Ley núm. 684 del 1934;

Visto la Ley núm. 25 de 1991, modificada por la Ley núm. 156 de


1997, y los artículos 1 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casación;

Considerando, que sobre la demanda en referimiento en


suspensión de proceso de verificación de representatividad sindical
interpuesta por el Sindicato Autónomo de Trabajadores y Empleados

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Rec.: Federación Dominicana de Trabajadores
de Zona Francas (Fedotrazonas) y Sindicato de
Trabajadores de la Empresa Gildan Activewear Textil
Company (Sitragildan)
Fecha: 17 de octubre de 2012
Número Único: 655-2011-00045

REPÚBLICA DOMINICANA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA
de la Empresa Gildan Active Wear Dominican Republic Textile
Company, Inc., (Sitragil) contra la razón social Gildan Activewer
Dominican Republic Textile Company, Inc., Sindicato de Trabajadores
de la Empresa Gildan Active Wear Textil Company (Sitragildan),
intervino la ordenanza, objeto del presente recurso, cuyo dispositivo
reza así: “Primero: Rechaza el medio de inadmisión propuesto por el Co
demandado, Fundación Laboral Dominicana, Inc., por improcedente, mal
fundado y carente de base legal; Segundo: Suspende el proceso de verificación
de representatividad Sindical que está realizando la Fundación Laboral
Dominicana, Inc., en relación al Sindicato Autónomo de Trabajadores y
Empleados de la Empresa Gildan Active Wear Dominican Republic Textile
Company, Inc., (Sitragil) y el Sindicato de Trabajadores de la Empresa Gildan
Active Wear Textil Company (Sitragildan), hasta tanto el Juez Presidente del
Juzgado de Trabajo de la provincia de Santo Domingo en funciones de juez de
la ejecución, se pronuncie mediante sentencia en torno a la demanda en
nulidad de proceso de verificación de representatividad sindical y daños y
perjuicios incoada por el Sindicato Autónomo de Trabajadores y Empleados de
la Empresa Gildan Active Wear Dominican Republic Textile Company, Inc.,
(Sitragil); Tercero: Compensa las costas del procedimiento; Cuarto: Se
dispone que la presente ordenanza sea notificada por un alguacil de estrados
de esta Corte”;
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Número Único: 655-2011-00045

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SUPREMA CORTE DE JUSTICIA
Considerando, que el recurrente propone en su recurso de
casación el siguiente medio; Unico Medio: Violación al artículo 667 del
Código de Trabajo que establece que el Juez de los Referimientos solo
puede intervenir para prevenir un daño inminente o hacer cesar una
perturbación manifiestamente ilícita;
Considerando, que en el desarrollo del único medio de casación
propuesto, los recurrentes alegan en síntesis lo siguiente: “que la Corte
a-qua al decidir suspender el proceso de verificación de la mayoría
sindical, incurrió en violación del artículo 667 del Código de Trabajo,
el cual establece los casos en que el Juez de los Referimientos puede
actuar en ausencia de un título ejecutorio, como cuando se busca
prevenir un daño inminente o para hacer cesar una perturbación
manifiestamente ilícita, situaciones que no estaban presentes en el caso
de la especie; en efecto lo que reclamaba el Sindicato Sitragil era que se
suspendiera el proceso de verificación de la mayoría de los
trabajadores afiliados al sindicato Sitragil, a fin de que la empresa
pudiera negociar un nuevo convenio colectivo de condiciones de
trabajo, anteriormente se había firmado uno, el cual decidieron dejar
sin efecto, por los conflictos que se generaron debido a que no
pudieron probar que disponían de la mayoría de trabajadores, como lo

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SUPREMA CORTE DE JUSTICIA
establece el artículo 109 del Código de Trabajo, es decir, más de la
mitad de los sindicalizables, el sindicato no pudo probar que se
estuviera frente a un daño inminente y que no se estaba frente a una
perturbación manifiestamente ilícita, porque un proceso de
verificación de mayoría no resultaba ilegal, por lo que procede casar la
sentencia recurrida por este medio”;
Considerando, que la ordenanza impugnada objeto del presente
recurso expresa: “que el Co-demandado Fundación Laboral
Dominicana, concluyó en audiencia de fecha cuatro (4) del mes de
octubre del año 2011 de la manera siguiente: “la solicitud de la
demanda es en suspensión de verificación de proceso de verificación
de representación sindical, ellos establecen que el informe debe ser
realizado por la Secretaría de Estado de Trabajo. A nosotros quien nos
contrata es la Fair Labor Asociations, es de carácter internacional y se
encarga de intervenir cuando sindicatos tienen algún conflicto, y
nosotros intervenimos por esta situación en las empresas de la zona
franca, la empresa es quien le dice a la Fair Labor Asociations, y ellos
es quien nos elige a nosotros para hacer el proceso de verificación.
Somos una entidad autónoma. El artículo 40 de la Constitución
establece la libertad de trabajo y la misma Constitución prohíbe que se

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le niegue el derecho a un trabajador. Tenemos la certificación que nos
acreditan como una institución legalmente establecida por la
constitución y las leyes de la República Dominicana. Sabemos que la
secretaria es vulnerable y este organismo internacional es quien está
en condiciones de hacer este proceso de manera imparcial. Declarar
inadmisible e irrecivible toda vez que la misma no se ha establecido
y/o demostrado la existencia de un verdadero daño inminente o de la
turbación manifiestamente ilícita conforme art. 666 y 667 del Código
de Trabajo supletorio de la ley 834, declarar inadmisible en virtud de
que el Juez de los referimientos decide en cuanto a decisiones
provisionales que no colidan con una contestación seria o se establezca
un deferendo y la parte demandante no ha demostrado esto. Que se
rechace la presente demanda por carecer de asidero legal y violatoria a
las disposiciones del artículo 666 del Código de Trabajo y las razones
anteriormente expuestas en el medio de inadmisión”(sic) y añade “que
antes que decidamos las causas que originan el presente conflicto
sindical y ante el planteamiento propuesto por la Fundación Laboral
Dominicana, Inc., en el sentido de que sea declarada inadmisible la
presente demanda por no haberse establecido la existencia de una
perturbación manifiestamente ilícita, al no violarse los artículos 666 y

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667 del Código de Trabajo, es que debemos pronunciarnos,
rechazando el incidente pues no se trata de medios de inadmisión de
los previstos por el artículo 586 del Código de Trabajo, sino más bien
de medios de defensa, pues el apoderamiento por ante el Juez de los
referimientos ha sido acorde al procedimiento”;
Considerando, que igualmente la ordenanza objeto del presente
recurso expresa: “que al observar la prueba documental que reposan
en el expediente, visualizamos que existe una demanda principal
interpuesta por el demandante Sindicato Autónomo de Trabajadores y
Empleados de la Empresa Gildan Active Wear Dominican Republic
Textile Company, Inc. (Sitragil) por ante la Presidencia del Juzgado de
Trabajo, en nulidad proceso de verificación de representatividad
sindical y daños y perjuicios, en contra de la razón social Gildan
Activewear Dominican Republic Textile Company, Inc., Sindicato de
Trabajadores de la Empresa Gildan Active Wear Textil Company
(Sitragildan), Federación Dominicana de Trabajadores de Zonas
Francas y afines (Fedotrazonas), y Fundación Laboral Dominicana,
Inc., la cual el Juez Presidente del Juzgado de Trabajo deberá instruir
debidamente y emitir un veredicto, que en consecuencia, el Juez de los
referimientos que tan solo asume decisiones provisionales, verificara

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la existencia de una demanda principal, mediante la cual el Sindicato
Autónomo de Trabajadores y Empleados de la Empresa Gildan
Activewaer (Sitragil), solicita al Juez de la Ejecución declarar la
nulidad del proceso de verificación de representatividad sindical y
daños y perjuicios que está ejecutando la Fundación Laboral
Dominicana argumentado que no tienen calidad y que lo mismo debe
ser decidido por el Ministerio de Trabajo de la República Dominicana,
que en tal sentido la prudencia y el sano juicio establecen que es
preferible que opere una suspensión provisional del proceso de
verificación de representatividad sindical hasta tanto el Juez de la
Ejecución decida sobre la suerte de la demanda principal de que ha
sido apoderado”;
Considerando, que el caso de que se trata, es una ordenanza
dictada en suspensión en cuanto se decida la nulidad de un proceso de
verificación de representatividad sindical y daños y perjuicios,
incoado por una organización sindical en contra de otra organización
sindical de una misma empresa;
Considerando, que el juez de los referimientos es un juez garante
de los derechos fundamentales del trabajo, reconocidos por la
Declaración de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) en 1998,

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entre ellos la libertad sindical y la negociación colectiva;
Considerando, que la libertad sindical, permite a los trabajadores
actuar en un ejercicio democrático de los derechos reconocidos por la
Constitución y el Código de Trabajo, en ese tenor el tribunal puede
como lo hizo prescribir una medida conservatoria para “evitar daños”
a los derechos de los trabajadores, ordenando una suspensión del
proceso de verificación de mayoría hasta que la Presidencia del
Juzgado de Trabajo de la provincia de Santo Domingo decidiera sobre
el fondo del asunto;
Considerando, que el juez de los referimientos puede como
válidamente lo hizo, tomar medidas para la preservación, cuidado y
respeto de los derechos reconocidos en el Código de Trabajo y evitar
daños ante conflictos entre organizaciones sindicales pertenecientes a
una misma empresa, en consecuencia en el caso de que se trata no se
han violado las disposiciones del artículo 667 del Código de Trabajo y
el medio debe ser desestimado y rechazado el recurso;
Por tales motivos, Primero: Rechaza el recurso de casación
interpuesto por la Federación Dominicana de Trabajadores de Zonas
Francas (Fedotrazonas) y el Sindicato de Trabajadores de la Empresa
Gildan Wear Textil Company (Sitragildan), contra la ordenanza

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dictada por la Presidencia de la Corte de Trabajo del Departamento
Judicial de Santo Domingo, el 11 de octubre de 2011, cuyo dispositivo
se ha copiado en parte anterior del presente fallo; Segundo: Compensa
las costas de procedimiento;
Así ha sido hecho y juzgado por la Tercera Sala de lo Laboral,
Tierras, Contencioso Administrativo y Contencioso Tributario de la
Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma,
en la ciudad de Santo Domingo de Guzmán, Distrito Nacional, capital
de la República, en su audiencia pública del 17 de octubre de 2012,
años 169° de la Independencia y 150° de la Restauración.

Manuel Ramón Herrera Carbuccia

Edgar Hernández Mejía Sara I. Henríquez Marín

Robert C. Placencia Alvarez Francisco Antonio Ortega Polanco

Grimilda Acosta
Secretaria General
La presente sentencia ha sido dada y firmada por los señores
Jueces que figuran al pie, en la audiencia pública del día, mes y año en

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ella expresados, y fue firmada, leída y publicada por mí, Secretaria
General, que certifico. Ed

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Sentencias de la Corte de
Apelación
República Dominicana
PODER JUDICIAL

Sentencia incidental de la Corte de Apelación de Niños, Niñas y


Adolescentes del Distrito Nacional, sobre reconocimiento de
paternidad y ante la negación de hacer prueba de ADN. Destaca
la ponderación de principios constitucionales; la preeminencia
del derecho a la identidad; el derecho a la prueba y el interés
superior del niño.

Lic. Ivette Michelle Hernández Ramírez, Secretaria General de la Corte de Apelación de Niños, Niñas
y Adolescentes del Distrito Nacional, Certifica: Que en los archivos a su cargo hay un expediente que
contiene una sentencia, de fecha 28 de agosto del 2007, que dice así:

Expediente No. 447-2007-00310


Sentencia No. 127/2007

DIOS, PATRIA Y LIBERTAD

LA CORTE DE APELACION DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES


DEL DISTRITO NACIONAL

EN NOMBRE DE LA REPUBLICA

En la ciudad de Santo Domingo de Guzmán, Distrito Nacional, Capital de la República


Dominicana, a los veintiocho (28) días del mes de agosto del año dos mil siete (2007), años 164 de la
Independencia y 144 de la Restauración, la Corte de Apelación de Niños, Niñas y Adolescentes del
Distrito Nacional, ubicada en la avenida Pedro Livio Cedeño No. 66, Segunda Planta, Ensanche
Luperón, debidamente constituida por los magistrados Adalgisa Santana Marcano, Jueza Presidenta,
Adalgisa Castillo Abreu y Francisco Antonio Pérez Lora, Jueces Miembros, asistidos de la infrascrita
secretaria, dicta en audiencia, en atribuciones de familia, la presente sentencia.

Con motivo de los recursos de apelación interpuestos: A) en fecha primero (01) de mayo del
año dos mil siete (2007), por la Licda. Dilia Leticia Jorge Mera y el Dr. Marcos Bisonó Haza,
dominicanos, mayores de edad, domiciliados y residentes en esta ciudad, provistos de las cedulas de
identidad y electoral Nos. 001-0095564-0 y 001-0099777-4, respectivamente, con estudio profesional
abierto en común, en la Oficina de Abogados Jorge Mera & Villegas, ubicada en la calle Pablo Casals
No. 12, Ensanche Piantini, de esta Ciudad de Santo Domingo, Distrito Nacional; actuando en nombre
y representación del señor _______________________, dominicano, mayor de edad, casado, provisto
de la cédula de identidad y electoral numero -------------, con domicilio de elección, en la calle--------
1
República Dominicana
PODER JUDICIAL
---; y B) en fecha catorce (14) de mayo del año dos mil siete (2007), por la Licda. Briseida
Jacqueline Jiménez García, dominicana, mayor de edad, casada, abogada,

provista de la cédula de identidad y electoral numero 001-0162678-6, con estudio profesional abierto
en la Avenida Abraham Lincoln 410, edificio Machado, tercer piso, Suite 302, Sector Piantini de esta
ciudad de Santo Domingo, Distrito Nacional, en nombre y representación de la señora
____________________ (en su calidad de madre y representante legal del niño _________________),
dominicana, mayor de edad, soltera, provista de la cédula de identidad y electoral numero--------------
----, domiciliada y residente en la calle ----------------------Distrito Nacional; ambos contra la
sentencia de fecha diez (10) de abril del año dos mil siete (2007), dictada por la Sala Civil del Tribunal
de Primera Instancia de Niños, Niñas y Adolescentes del Distrito Nacional, respecto a la demanda en
reconocimiento de paternidad, incoada por el niño _________________, por intermedio de su madre y
representante legal la señora _________________________________.

OIDA: A la Licda. Dilia Leticia Jorge Mera y a la Dra. Michelle Pérez Fuente, abogadas del
señor _________________________, parte recurrente principal, en la audiencia de fecha dieciséis (16)
de mayo del año dos mil siete (2007), en sus conclusiones:

“Primero: Declarar bueno y valido en cuanto a la forma el presente recurso de apelación;


Segundo: En cuanto al fondo revocar en todas sus partes la sentencia civil sin número
expediente numero 447-07-00310 de fecha diez (10) de abril del año dos mil siete (2007),
por haber realizado la juez a-quo una mala apreciación de los hechos y una errónea
interpretación del derecho, como hemos señalado anteriormente; Tercero: Se compensan
las costas en razón de la materia”.

En cuanto al recurso incidental y la solicitud de avocación:

“Primero: Que se rechacen por improcedentes, mal fundados y carentes de base legal
por las razones expuestas en el cuerpo del presente escrito. Segundo: Que se compensen
las costas en razón de la materia”

OIDA: A la Licda. Briseida Jacqueline Jiménez García, en su calidad de abogada de la parte


recurrente incidental, señora _____________________, en la audiencia de fecha dieciséis (16) de mayo
del año dos mil siete (2007), en sus conclusiones:

“Primero: Rechazar el recurso de apelación intentado por el señor


_______________________ de fecha 01 de mayo del 2007, interpuesto contra la sentencia
interlocutoria de fecha 10 de abril del 2007, dictada por la Sala Civil del Tribunal de
Niños, Niñas y Adolescentes del Distrito Nacional, en cuanto a la forma por no ser acorde
2
República Dominicana
PODER JUDICIAL

a la Resolución No. 1841-2005 de fecha 29 de septiembre del 2005 de la Suprema Corte


de Justicia, al omitir el nombre y la dirección de contra quien se dirige el recurso de
apelación; Segundo: De admitirse no obstante no cumplir con los requisitos de forma,
antes denunciados que tengáis a bien rechazar dicho recurso en cuanto al fondo por
improcedente, toda vez que el objetivo de este recurso no es mas que retardar un proceso
de filiación y otro de alimentos con el animo de perjudicar un menor de edad, mal
fundado toda vez quiere fundarse en derechos constitucionales en detrimento de los
derechos de un menor de edad, y carente de base legal porque no especifica que texto
legal violó la juez a quo al ordenar la prueba científica de ADN, permitida por el Art. 62,
de la ley 136-03; Tercero: Compensar las costas de oficio; En cuanto al recurso incidental:
“Primero: a) Comprobar y declarar que el señor
______________________________ se niega y se rehúsa a la prueba científica de ADN,
alegando que lo hace por derechos constitucionales, los cuales no están por encima de los
derechos del niño, por lo que procede el sometimiento obligatorio, por consiguiente,
solicitar el auxilio del Ministerio Público de esta Corte de Apelación a los fines de llevar a
cabo la prueba científica de ADN; b) Subsidiariamente, en el hipotético caso que esta
honorable Corte de Apelación estime que no sea necesario el sometimiento obligatorio a
la prueba científica de ADN, y c)comprobar y declarar que la señora
__________________________, como madre del menor _____________________, tiene
calidad para declarar quien es el padre de su hijo, y por cuya declaración dejar establecida
la paternidad, por no existir una prueba contraria que la pueda desmentir; y en virtud de
que la negatividad del señor, indica que dicha prueba va a probar que es el padre del
menor _______________; Segundo: acoger en todas sus partes la Apelación Incidental
interpuesta por la señora ________________________, actora suis generis en
representación del niño ___________________________, contra la Sentencia
Interlocutoria de fecha 10 de abril del 2007, dictada por la Sala civil del Tribunal de
Niños, Niñas y Adolescentes el Distrito Nacional, por ser justa, reposar sobre base legal y
suficientes pruebas; en consecuencia avocarse al fondo de la Demanda en Reconocimiento
de Paternidad de que se trata, por la urgencia que amerita: Tercero: De manera subsidiaria
en caso hipotético e improbable de que las conclusiones anteriores, no sean acogidas por
esta Honorable Corte de Apelación, confirmar la sentencia Interlocutoria de fecha 10 de
abril del 2007, dictada por la Sala Civil del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes del
Distrito Nacional, y ordenar que la misma sea ejecutoria no obstante cualquier recurso
que contra la misma se pueda interponer, y autorizando la fuerza pública a través del
Ministerio Público asignado a esta Corte de Apelación en caso necesario de negatividad de

3
República Dominicana
PODER JUDICIAL
realizarla de manera voluntaria; Cuarto: Compensar las costas por tratarse de una litis de
familia”

OIDA: Nuevamente a la Licda. Dilia Leticia Jorge Mera y a la Dra. Michelle Pérez Fuente,
abogadas del señor __________________, parte recurrente principal, con relación al recurso de
apelación incidental:

“Primero: En cuanto a la forma no nos oponemos; Segundo: En cuanto al fondo que se


rechace por improcedente, mal fundado y carente de base legal, toda vez que aunque la
jueza no se haya referido en el dispositivo de la sentencia, la juez motivo in voce la
sentencia que no se recogió exactamente y ella no se refirió por entender que no eran
procedentes; Tercero: En cuanto a la avocación el art. 473 trata de que se pueda acoger la
avocación cuando el estado se encuentra en estado de recibir fallo, y en este caso no se ha
concluido al fondo y hay jurisprudencia abundante sobre la avocación; En ese sentido
ratificamos las conclusiones en que se rechace las conclusiones de manera incidental y
que se rechace la solicitud de avocación por no encontrarse debidamente constituida”.

OIDA: Nuevamente a la Licda. Dilia Leticia Jorge Mera y a la Dra. Michelle Pérez Fuente,
abogadas del señor ____________________________, en sus conclusiones:

“Solicitamos se nos otorgue un plazo de 5 días para deposito de escrito de conclusiones y


un plazo de 5 días mas después del vencimiento del plazo para deposito del escrito de la
contraparte para deposito de escrito de contrarreplica”.

OIDA: Nuevamente a la Licda. Briseida Jacqueline Jiménez García, en su calidad de abogada de


la parte recurrente incidental, señora ___________________________, en sus conclusiones:

"Solicitamos un plazo de 5 días para deposito de escrito de conclusiones, finalizado el


plazo de ellos y plazo de 5 días mas después del vencimiento del plazo para deposito de
contrarréplica”.

VISTO: El Dictamen escrito numero 628, de fecha doce (12) de junio del año dos mil siete
(2007), suscrito por la Lic. Leonora Martínez Conde, en su calidad de Procuradora General de la Corte
de Apelación de Niños, Niñas y Adolescentes del Distrito Nacional, en el que concluye solicitando lo
siguiente:

“Acogemos en toda sus partes el fallo In Voce dictado por la Magistrada jueza
Interina de la Sala Civil Iliana Gabriela Pérez García, en fecha diez (10) de abril del año

4
República Dominicana
PODER JUDICIAL
dos mil siete (2007), el cual copiado textualmente dice así: “Primero: Este Tribunal luego
de ponderar el pedimento. En el caso de la especie el Tribunal rechaza la solicitud de

enviar el expediente al Ministerio Público, ya que cuando los expedientes se remite allí, es
para opinión o conciliación y este no es el caso por lo que se rechaza la solicitud por
extemporánea; Segundo: El señor ------- tiene derechos fundamentales contemplados en
la constitución en su Art. 8, esta es la carta magna pero existen tratados internacionales
que están por encima como lo es la Convención Internacional del Niño y en virtud del
principio V del interés superior del niño y el principio sexto de prioridad absoluta, que
plantea la Ley 136-03, por lo que se ordena la realización de la investigación de filiación
por ADN al señor ______________________________ y al menor de edad
___________________, en el Laboratorio de Patria Rivas”.

LEIDOS: Los escritos sustentativos de conclusiones depositados por las referidas partes.

VISTOS: Los siguientes documentos que forman parte del expediente:

1. Certificación de la sentencia de fecha diez (10) de abril del año dos mil siete (2007),
dictada por la Sala Civil del Tribunal de Primera Instancia de Niños, Niñas y Adolescentes
del Distrito Nacional.

2. Instancia de Interposición de recurso de apelación contra la sentencia de fecha diez (10)


de abril del año dos mil siete (2007); interpuesto por el señor ______________________ por
intermedio de sus abogados, la Licda. Dilia Leticia Jorge Mera y el Dr. Marcos Bisonó Haza,
depositada en la secretaría de esta Corte en fecha uno (01) de mayo del año dos mil siete
(2007).

3. Comunicación de fecha dieciocho (18) de abril del año dos mil siete (2007); suscrita por
la Licda. Patria Rivas, donde se hace constar que el señor _______________________ no se
presento a realizarse la prueba de ADN.

4. Extracto de acta de nacimiento correspondiente al niño _________________, en el que


consta que ha sido declarado únicamente por su madre la señora
__________________________.

5. Fotografía de las partes.


5
República Dominicana
PODER JUDICIAL
6. Copia de sentencia dictada por el Tribunal de Justicia Do Estado de Santa Catarina, de
fecha 31 de marzo del 1998.

7. Escrito de contestación sobre el recurso de apelación principal e interposición de recurso


de apelación incidental, depositado ante esta corte en fecha catorce (14) de mayo del año dos
mil siete (2007), suscrito por la Licda. Briseida Jacqueline Jiménez García, en representación
de _______________________________.

8. Escrito justificativo de conclusiones, suscrito por los Dres. Marcos Bisonó Haza,
Michelle Pérez Fuente y la Licda. Dilia Leticia Jorge Mera, depositado en fecha veintiuno
(21) de mayo del año dos mil siete (2007).

9. Escrito justificativo de conclusiones, suscrito por la Licda. Briseida Jacqueline Jiménez


García, depositado ante esta corte de apelación en fecha veintiocho (28) de mayo del año dos
mil siete (2007).

VISTOS: Los demás documentos que conforman el expediente.

RESULTA: Que en fecha diez (10) de abril del año dos mil siete (2007) la Sala Civil del Tribunal
de Niños, Niñas y Adolescentes del Distrito Nacional, emitió una sentencia cuyo dispositivo será
copiado íntegramente en el primer considerando de esta decisión.

RESULTA: Que el día primero (01) de mayo del año dos mil siete (2007); el señor
_____________________________, por intermedio de sus abogados apoderados Licda. Dilia Leticia
Jorge Mera y el Dr. Marcos Bisonó Haza, interpuso recurso de apelación contra dicha decisión.

RESULTA: Que el día catorce (14) de mayo del año dos mil siete (2007), la señora
____________________________, por intermedio de su abogada apoderada Licda. Jacqueline Jiménez
García, interpuso recurso de apelación contra la referida sentencia.

RESULTA: Que la presidenta de la Corte de Apelación en sus funciones administrativas, fijó el


conocimiento de ambos recursos, respecto a la misma decisión, para el día dieciséis (16) de mayo del
año dos mil siete (2007).

RESULTA: Que en fecha dieciséis (16) de mayo del presente año, la Corte de Apelación de
Niños, Niñas y Adolescentes del Distrito Nacional, estando debidamente constituida, después de haber
escuchado las conclusiones de las partes (precedentemente transcritas) falló de la manera siguiente:

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“Primero: Nos reservamos el fallo; Segundo: Se otorga un plazo común de 5 días a las
partes para deposito de escrito sustentativo de conclusiones, vencido el plazo se otorga un
plazo común de 5 días a las partes para deposito de escrito de replica a las conclusiones
depositadas, vencidos estos plazos se otorga un plazo de 5 días al Ministerio Público para
que emita su opinión por escrito”.

LA CORTE DE APELACION DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES


DEL DISTRITO NACIONAL, DESPUES DE HABER DELIBERADO:

CONSIDERANDO: A que la señora __________________, en representación de su hijo menor


de edad _____________________, apoderó la Sala Civil del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes
del Distrito Nacional de una demanda en Reconocimiento de Paternidad contra el señor
_______________________, dictándose en fecha diez (10) de abril del año dos mil siete (2007), la
sentencia s/n, cuyo dispositivo expresa lo siguiente:

“Primero: Este Tribunal luego de ponderar el pedimento. En el caso de la especie el


Tribunal rechaza la solicitud de enviar el expediente al Ministerio Público, ya que cuando
los expedientes se remiten allí, es para opinión o conciliación y este no es el caso por lo
que se rechaza la solicitud por extemporánea; Segundo: El señor ________ tiene derechos
fundamentales contemplados en la constitución en su Art. 8, esta es la Carta Magna pero
existen tratados internacionales que están por encima como lo es la Convención
Internacional del Niño y en virtud del principio V del interés superior del niño y el
principio sexto de prioridad absoluta, que plantea la Ley 136-03, por lo que se ordena la
realización de la investigación de filiación por ADN al señor ______________________ y
al menor de edad _______________________, en el Laboratorio de Patria Rivas. Tercero:
Se fija audiencia para el 1 de mayo del 2007. Cuarto: Quedan citadas las partes presentes.
Quinto: Se reservan las costas”.

CONSIDERANDO: A que de forma separada y con motivaciones diferentes, los señores


____________________ (primer recurrente, en consecuencia recurrente principal) y
_____________________________ (segunda recurrente, en consecuencia recurrente incidental)
apelaron la referida sentencia, mediante sendas instancias depositadas en la Secretaría de esta Corte en
fechas primero (01) de mayo del año dos mil siete (2007) y catorce (14) de mayo del año dos mil siete
(2007), respectivamente.

CON RELACIÒN A LA COMPETENCIA DE ESTA CORTE Y LA FUSIÒN DE LOS


RECURSOS:

CONSIDERANDO: A que en la sentencia recurrida consta que se decidió sobre la conexidad y la


realización de la prueba de ADN, constituyendo la primera una decisión definitiva (sobre la excepción
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de conexidad) y la segunda (la de la prueba de ADN) una decisión interlocutoria. Que tanto las
decisiones definitivas como las interlocutorias pueden ser recurridas, siendo el recurso abierto en el
caso de que se decidan ambas situaciones de manera conjunta, como el caso de la especie, el de
apelación.

CONSIDERANDO: A que el articulo 452 del Código de Procedimiento Civil, en su parte in


medio, prevé que la “sentencia interlocutoria es aquella que un tribunal pronuncia en el discurso de
un pleito, antes de establecer derecho, ordenando prueba, verificación o trámite de sustanciación que
prejuzgue el fono” y el articulo 451 del referido Código en su parte in fine, expresa que “la apelación
de las sentencias interlocutorias y de los fallos que acuerden un pedimento provisional, se podrá
interponer antes de recaer la sentencia definitiva”.

CONSIDERANDO: A que esta Corte de Apelación de Niños, Niñas y Adolescentes del Distrito
Nacional es competente para conocer y decidir sobre ambos recursos de apelación (principal e
incidental), de conformidad a lo establecido en el articulo 217, letra a de la ley 136-03, la que al
tratarse de la misma decisión, respecto a las mismas partes, procede su fusión, para su ponderación y
fallo, en razón del poder discrecional de los jueces para ordenar la fusión de los recursos sobre un
mismo caso (B.J. 896. 1609, citado en la obra Compendio Jurídico del Dr. William Headrick).

CON RELACIÒN A LA EXCEPCIÒN DE NULIDAD DEL RECURSO DE APELACIÒN


PRINCIPAL:

CONSIDERANDO: A que la parte recurrente incidental, señora ___________________ por


intermedio de su abogada, planteó el rechazo del recurso del apelante principal, señor
___________________, sobre la base de que no lo realizo de conformidad a las formalidades
previstas, lo que constituye una solicitud de nulidad, por lo que procede su ponderación previo a los
demás pedimentos de las partes, debido a la precedencia en cuanto al análisis que tienen los incidentes
de nulidad.

CONSIDERANDO: A que la recurrida incidental plantea el rechazo del recurso de apelación


por violación a reglas de forma (debió decir la nulidad de la instancia introductiva), en que no se
indica el nombre y domicilio de la parte contra quién se dirige el recurso, alegando que se “violan las
reglas de la apelación que contempla nuestro ordenamiento jurídico, y en la citada Resolución No.
1841-2005, de fecha 29 de septiembre del 2005 de nuestra Honorable Suprema Corte de Justicia, razón
por la cual el recurso de que se trata, además deviene en inadmisible, por no ser válido ni en la forma
ni en el fondo”.

CONSIDERANDO: A que la Resolución numero 1841-2005 dictada por la Suprema Corte de


Justicia, referente a aspectos procesales en la jurisdicción de Niños, Niñas y Adolescentes, establece en
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República Dominicana
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su cuarto ordinal: “Plazo y forma de interposición del recurso de apelación. El recurso se interpondrá
en el plazo de un (1) mes, a pena de caducidad, contando a partir de la notificación de la sentencia,
mediante instancia depositada en la secretaría de la Corte de Apelación de Niños, Niñas y

Adolescentes, o mediante declaración formulada en dicha Secretaría, en ambos casos firmada por la
parte recurrente o por su abogado la que deberá contener: fecha, nombre, cédula de identidad y
electoral, profesión u oficio, y domicilio de la parte recurrente, indicación de la sentencia recurrida,
los motivos fácticos y jurídicos del recurso y pruebas que se harán valer, la designación del abogado (si
lo hubiere), con la mención de sus generales, estudio profesional permanente o ad hoc, con indicación
del nombre y domicilio de la parte contra quien se dirige el recurso.”

CONSIDERANDO: A que esta Corte ha comprobado que el señor ________________________,


por intermedio de sus abogados apoderados, deposito un escrito contentivo de recurso de apelación,
en la Secretaría de esta Corte en fecha primero (01) de mayo del año dos mil siete (2007), en el que
consta en la explicación de los hechos del recurso, ubicada en la segunda página (del referido escrito)
que “La demandante original, hoy recurrida, señora ___________________________ (...)”, en
consecuencia es obvio que ha establecido quién es la parte recurrida, sin embargo, como afirma la
recurrente incidental, no existe en el escrito de apelación principal la constancia del domicilio de la
recurrida.

CONSIDERANDO: A que el articulo 37 de la ley 834 del 15 de julio del año 1978, prevé que
“Ningún acto de procedimiento puede ser declarado nulo por vicio de forma si la nulidad no esta
expresamente prevista por la ley, salvo en caso de incumplimiento de una formalidad substancial o de
orden publico. La nulidad no puede ser pronunciada sino cuando el adversario que la invoca pruebe el
agravio que le causa la irregularidad, sino cuando se trate de una formalidad substancial o de orden
público”.

CONSIDERANDO: A que el hecho de no constar el domicilio de la recurrida señora


_________________________________, en la instancia de apelación principal en nada le afecta sus
derechos, toda vez que ella ha interpuesto un recurso de apelación incidental, comparecido y
concluido en la audiencia en esta Corte, en consecuencia, esta omisión, no le ha causado agravio, por
lo que procede en virtud del articulo 37 de la ley 834, rechazar la nulidad planteada contra la instancia
de recurso de apelación principal del señor _____________________________ (sin necesidad de
hacerlo constar en la parte dispositiva de esta sentencia).

CON RELACION A LA REGULARIDAD FORMAL DE AMBOS RECURSOS DE APELACIÒN:

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CONSIDERANDO: A que procede declarar, en cuanto a la forma, la regularidad formal del
recurso de apelación principal interpuesto por el señor _____________________, por haberse
interpuesto dentro del plazo y de conformidad a la Resolución numero 1841 dictada por la Suprema
Corte de Justicia, máxime si tomamos en cuenta que los vicios de nulidad que se le atribuyen, no
causan agravio a la contraparte, como dijimos anteriormente.

CONSIDERANDO: A que el Código de Procedimiento Civil, modificado por la ley 845 del 15 de
julio del 1978 en su articulo articulo 443 en la parte in fine del último párrafo, prevé que “el intimado
podrá sin embargo, interponer apelación incidental en cualquier tramite del pleito y aun cuando
hubiese notificado la sentencia sin reserva”. En consecuencia en virtud del precitado texto, procede
declarar la regularidad formal del recurso de apelación incidental promovido por la señora
______________________________________________.

CON RELACION A LAS CONCLUSIONES DE FONDO DEL RECURSO DE APELACIÒN


PRINCIPAL:

CONSIDERANDO: A que ha sido reconocido doctrinal y jurisprudencialmente el efecto


devolutivo de los recursos de apelación, a tales fines la Suprema Corte de Justicia, mediante sentencia
de fecha tres (03) de julio del año 1991 (BJ 968-970, pagina 759) expresó “que el recurso de apelación
contra una sentencia definitiva sobre un incidente o contra una sentencia interlocutoria, apodera al
juez de segundo grado, quien debe decidirlo, en toda su extensión, según sea el caso, de conformidad
con el alcance y la amplitud del efecto devolutivo de la apelación (...)”

CONSIDERANDO: A que en virtud del carácter devolutivo del recurso de apelación en materia
civil y de familia, procede que esta Corte pondere los méritos de los recursos y estatuya con relación a
las conclusiones de las partes.

CON RELACION A LA CONEXIDAD PLANTEADA:

CONSIDERANDO: A que la parte recurrente principal, señor _________________________,


en los motivos de su recurso alega, en síntesis, que la demandante original señora
_______________________________, demando en provisión alimentaria en favor de su hijo
_____________________ y posteriormente en reconocimiento de paternidad, “sin antes haber
desistido de su demanda por la vía penal, demanda que se mantiene abierta de conformidad con la
sentencia No. 192/2006, toda vez que la misma revoca el sobreseimiento ordenado por la sala penal”,
por lo que ante el Tribunal aquo solicitó en virtud del articulo 29 de la ley 834, el “envío y
desapoderamiento del proceso de marras en virtud de que la Sala Penal del mismo Tribunal se
encontraba apoderada de una instancia donde las partes eran las mismas y los objetos de las demandas
estaban íntimamente relacionadas y que en consecuencia podría haber una contradicción de
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sentencias”. En cambio la recurrente incidental, en síntesis, argumenta que una cosa es el proceso
seguido en materia de alimentos, ante la Sala Penal y otra es el seguido en materia de filiación, ante la
Sala Civil del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes.

CONSIDERANDO: A que la Ley No. 834, precitada, en su artículo 29 dispone que “si existe
entre los asuntos llevados ante dos jurisdicciones distintas un lazo tal que sea de interés de una buena
justicia hacerlos instruir y juzgar conjuntamente, puede ser solicitado a una de estas jurisdicciones
desapoderarse y reenviar el conocimiento del asunto a la otra jurisdicción”

CONSIDERANDO: A que el señor __________________________, según consta en los


documentos depositados por las partes, ha sido demandado por ante la Sala Penal del Tribunal de
Niños, Niñas y Adolescentes en provisión alimentaria y ante la Sala Civil del Tribunal de Niños, Niñas
y Adolescentes en reconocimiento de paternidad, por la señora _________________, en
representación de su hijo __________________________, sin embargo, contrario a lo alegado por la
recurrente, estos procesos persiguen fines distintos, de un lado la fijación de una pensión y del otro la
determinación de la filiación, no encontrándose atado uno con respecto al otro, mucho menos el de la
Sala Civil, en razón a que el Juez de lo penal nunca habrá de decidir con respecto a la reclamación de
filiación por que la ley no le atribuye esta competencia (por lo que no existe la ligazón definida en el
articulo 29 de la ley 834 y que configura la conexidad) y además el sobreseimiento tampoco procede
debido a que la suerte del proceso de alimentos nunca habrá de ligar al juez de lo civil para la
determinación de la filiación, en razón a que este último (la acción de filiación) constituye una acción
autónoma, por lo que procede rechazar las conclusiones del recurrente principal en ese sentido.

CON RELACIÓN A LA REALIZACIÓN DE LA PRUEBA DE ADN:

CONSIDERANDO: A que el señor _______________________________, recurrente principal,


fundamenta su recurso, en que según afirma se contravinieron en su contra normas constitucionales
(articulo 8 numerales 5 y 2 literal i), al ordenarse la prueba de ADN, sin su consentimiento, al afirmar
que “nadie podrá ser obligado a declarar contra si mismo”. Expone además que se viola el principio de
que nadie puede ser obligado a hacer lo que la ley no obliga y que “en ninguna disposición legal se
refiere de manera implícita o explicita con relación a la obligación que tiene el demandado a
someterse a una prueba violatoria de la dignidad, integridad y privacidad de la persona, por lo que no
puede el recurrente ser obligado a practicarse la misma”. Y que “los tratados internacionales no tienen
rango constitucional, sin importar su proveniencia”, por último afirma que “si bien es cierto que los
derechos de los niños, niñas y adolescentes están por encima y primero que los de los adultos, no
menos cierto es que el legislador ha establecido los procedimientos para actuar en cada caso en
particular, y este principio no le da aval a ningún juez o jurisdicción para avasallar y obviar en su
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República Dominicana
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totalidad los procedimientos establecidos en estas leyes, que son, como dijimos anteriormente, de
orden público. En nombre del interés superior del niño no es posible tampoco violentar los derechos
de defensa de un adulto”.

CONSIDERANDO: A que la señora _____________________________, con relación a los


motivos del recurso de la contraparte alega, en síntesis, que el Tribunal aquo ordeno la prueba de ADN
en virtud de un texto legal (articulo 62 de la ley 136-03) que se lo permite. Alega además que el
recurrente principal “se apoya vanamente en supuestos derechos que la constitución le otorga, pero
los derechos constitucionales de los niños, niñas y adolescentes están por encima de los derechos
constitucionales de los adultos, y esos supuestos derechos que invoca el recurrente no se aplican para
el caso de la especie, sino que lo primordial esta en el interés superior del niño”. También afirma que
“negar un hijo no es “un derecho de defensa” como erradamente sostiene el recurrente en su recurso
de apelación, sino una actitud de irresponsabilidad, que causa grandes daños y perjuicio al menor de
edad indefenso que nos ocupa, tanto moral, psicológico, emocional y material, lo cual no puede
seguírsele permitiendo”

CONSIDERANDO: A que procede que esta Corte de Apelación se refiera a la sentencia numero
192-2006, dictada por esta Corte, con relación al recurso de apelación contra la decisión provisional
dictada en materia de alimentos, por la Sala Penal del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes, que
como se ha dicho se trata de un proceso diferente a éste de reclamación de filiación. En aquella
decisión (192-2006) consta en el penúltimo considerando de la parte motivada lo siguiente “a que el
demandado en pensión y actual recurrente, por intermedio de sus abogados se negó a realizarse la
prueba de ADN y a prestar declaraciones en audiencia, por esta razón la jueza aquo rechazo la
solicitud de ordenar dicha prueba y estableció el derecho del demandado a no declarar en audiencia, y
en razón de que estos aspectos no han sido impugnados no procede que esta Corte los pondere”, de lo
que se puede deducir que esta Corte en aquella ocasión y con respecto a aquel otro proceso, no
ponderó si procedía o no la realización de la prueba de ADN, sobre la base de que no había sido
impugnado este aspecto de la sentencia de primer grado y en virtud de que el Código Procesal Penal
en su articulo 400 (aplicable en los recursos sobre decisiones alimentarias) establece que “El recurso
atribuye al tribunal que decide el conocimiento del proceso, exclusivamente en cuanto a los puntos de
la decisión que han sido impugnados”, por esta razón procesalmente no quedaba otra salida que
confirmar los aspectos no recurridos de la decisión de la Sala penal del Tribunal de Niños, Niñas y
Adolescentes, es decir, entre otros el derecho del señor _____________________________________,
a no declarar y no someterse a la prueba de ADN. Sin embargo al tratarse el proceso de filiación
seguido ante la Sala Civil del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes un proceso que tiene como fin
el establecimiento de la paternidad, en consecuencia un proceso distinto al de alimentos, como se
estableció precedentemente, no le es aplicable en modo alguno la referida decisión que responde a
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República Dominicana
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otros intereses, en consecuencia procede que esta Corte pondere los motivos de ambas partes con
respecto a la prueba de ADN, citados en sus respectivos recursos.

CONSIDERANDO: A que en lo relativo a la realización de forma obligatoria de la prueba de


ADN, al recurrente principal y al niño demandante, nos encontramos en lo que se ha denominado en
la teoría constitucional, como una colisión de principios constitucionales, por un lado, los derechos
constitucionales del adulto a no declarar contra si mismo, el respeto de su dignidad, integridad y
privacidad y por otro lado los derechos del niño a establecer su filiación paterna, que comprende
conocer su origen, a determinar su nombre patronímico completo (ambos apellidos), a la identidad, a
su dignidad, en fin lo que se ha denominado en la doctrina de protección integral, como Interés
Superior del Niño, por lo que procede ponderar los citados principios fundamentales, a los fines de
determinar cuales de ellos prevalecen en el caso de la especie, sobre la base de cuáles producen una
afectación menor de derechos.

CONSIDERANDO: A que procede, en primer término, explicar en que consiste la prueba de


ADN y cuál es la forma de su realización: esta prueba de ácido desoxirribonucleico (es una sustancia
química que se encuentra en el núcleo de todas las células del cuerpo y permanece invariable,
como factor determinante y fundamental en la transmisión de caracteres hereditarios, constituye el
medio por excelencia para determinación la filiación, en virtud de que tiene un alto grado de
probabilidad que puede alcanzar hasta el 99.99% con relación a la determinación del padre y un 100%
con relación a la exclusión de una persona como padre, en consecuencia se puede aseverar que es un
elemento de convicción idóneo para demostrar la paternidad en los juicios donde se reclama el
reconocimiento de paternidad, de ahí, que en la técnica científica se le haya denominado como
'Huellas Digitales Genéticas', por otra parte el análisis de ADN, es tomado utilizando un hisopo bucal,
parecido a un hisopo de algodón que se frota contra la pared interna de la mejilla del paciente para
tomar las células sueltas de la mejilla, en consecuencia se puede colegir que su realización es indolora,
pudiendo usarse también muestras de sangre o un cabello con bulbo.

CONSIDERANDO: A que en la doctrina constitucional (Xavier Abel lluc, Magistrado Español,


en el libro titulado Constitucionalización del Proceso Civil, editado por la Escuela Nacional de la
Judicatura) se ha afirmado que existe un derecho a la prueba, que consiste en “el derecho fundamental
de toda parte en un proceso en que las pruebas pertinentes propuestas sean admitidas, practicadas y
valoradas por el tribunal”.

CONSIDERANDO: A que una prueba es pertinente cuando el medio (de prueba) propuesto
guarda relación con el tema en conflicto, la prueba es útil si es idónea para probar el hecho
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República Dominicana
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controvertido y es licita si el procedimiento de su obtención es adecuado. De conformidad a lo
anterior, es absolutamente obvio que la prueba solicitada de ADN, es pertinente por tratarse del medio
mas eficaz para la determinación del parentesco, es una prueba útil debido al alto grado de certeza

para afirmar o negar la paternidad y la discusión doctrinal y jurisprudencial es respecto a su licitud en


caso de la negativa del supuesto padre, sobre la base de los derechos contrapuestos, de un lado los del
adulto y del otro los del niño, que serán analizados en las líneas siguientes, debido a que es el principal
punto de controversia de las partes.

CONSIDERANDO: A que los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes, tales
como el derecho al nombre, la identidad, a conocer su origen y a la garantía de su interés superior se
encuentran consagrados en diversos instrumentos internacionales, siendo el principal de ellos, la
Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, la que ha sido designada en los
diferentes ámbitos académicos y conforme a los principios que ella consagra como la Carta Sustantiva
o Constitución Universal de los Derechos del Niño, esto así, porque ha sido ratificada por 192 países
de 194 países miembros de las Naciones Unidas, constituyéndose en el instrumento internacional de
protección de derechos mas ratificado en el mundo y el que mas rápido ha entrado en vigencia; por
otro lado el derecho del adulto a no declarar contra si mismo, al respeto de su dignidad, integridad y
privacidad se encuentra consagrado en diversos instrumentos internacionales, siendo el principal de
ellos por su carácter universal el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos.

CONSIDERANDO: A que es necesario que esta Corte se refiera a la afirmación de la


recurrente principal, en el sentido de que “los tratados internacionales no tienen rango constitucional,
sin importar su proveniencia”, esto así porque los derechos y principios contrapuestos tienen como
una de sus fuentes de sustentación los convenios o tratados internacionales de derechos humanos.

CONSIDERANDO: A que la Suprema Corte de Justicia, dictó en fecha 13 de noviembre del


2003, la Resolución 1920-03, que prevé lo siguiente: “Atendido, que la Constitución Dominicana ha
previsto un mecanismo de recepción del Derecho Internacional que se comprueba si se toma en
cuenta el contenido del articulo 3 que dispone: “...La República Dominicana reconoce y aplica las
normas de derecho internacional general y americano en la medida que sus poderes públicos la hayan
adoptado...” y del articulo 10 que establece que: “La enunciación contenida en los artículos 8 y 9 de la
Constitución no es limitativa y por consiguiente no excluye otros derechos y deberes de igual
naturaleza”, “Atendido, A que la República Dominicana, tiene sistema constitucional integrado por
disposiciones de igual jerarquía que emanan de dos fuentes normativas esenciales: a) la nacional,
formada por la Constitución y la jurisprudencia constitucional local tanto la dictada, mediante el
control difuso como por el concentrado; y b) la internacional, compuesta por los pactos y
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República Dominicana
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convenciones internacionales, las opiniones consultivas y las decisiones emanadas de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos; fuentes normativas que en su conjunto, conforme a la mejor
doctrina, integran lo que se ha denominado, el bloque de constitucionalidad, al cual está sujeta la

validez formal de toda legislación adjetiva o secundaria”. “Atendido, que en virtud de los artículos 3 y
10 de la Constitución de la República, toda la normativa sobre derechos humanos contenida en las
declaraciones, pactos, convenios y tratados internacionales, es de aplicación directa e inmediata; que
por lo tanto, reconocido el bloque de constitucionalidad en nuestro ordenamiento jurídico, se impone
su aplicación (...)”. En consecuencia, esta Corte de Apelación hace suyos los criterios de nuestro más
alto tribunal y en tal sentido reconoce el carácter constitucional de los derechos humanos consagrados
en convenios internacionales ratificados por la República Dominicana (por conformar parte del bloque
de constitucionalidad), así como la jurisprudencia constitucional local y las opiniones consultivas y
decisiones emanadas de los órganos creados por los convenios internacionales de derechos humanos
ratificados, tales como la Corte Interamericana de Derechos Humanos (creada por el Pacto de San
José) y el Comité de los Derechos del Niño (creado por la Convención de los Derechos del Niño).

CONSIDERANDO: A que la República Dominicana, ha sido uno de los países que ha ratificado
la precitada Convención sobre los Derechos del Niño y conforme se ha establecido en dos sentencias
dictadas por la Suprema Corte de Justicia, en virtud de su atribución de Tribunal de Control
Concentrado de la Constitucionalidad de las Normas (de fecha 27 de septiembre del año 2000,
sentencia 6 y 7, B.J. 1078, Volumen 1) “los principios fundamentales contenidos en la Convención
Internacional sobre los Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas
en el año 1989, en cuya virtud, cada niño, niña o adolescente como persona humana en proceso de
desarrollo, es sujeto de los mismos derechos fundamentales consagrados por la Carta de las Naciones
Unidas, sin distinción alguna, independientemente de la raza, color, sexo, idioma, religión, origen
nacional, ético y social, o de su nacimiento; que dicha convención suscrita por la República
Dominicana es una institución de derecho positivo dominicano, en virtud del artículo 3 de
nuestra Carta Magna, por haber sido aprobada por el Congreso Nacional”. Además, la Suprema Corte
de Justicia, en su Resolución numero 699-2004, de fecha 27 de mayo del 2004 (la más trascendente que
ha dictado en lo referente a los asuntos de los menores de edad) sobre medidas anticipadas para la
aplicación del Código de Niños, Niñas y Adolescentes (ley 136-03) afirmó que “la Convención sobre
los Derechos del Niño es un instrumento jurídico de derechos humanos de carácter vinculante por
haber sido ratificada por el Estado dominicano; que este instrumento constituye la llamada Carta
Magna de los niños, niñas y adolescentes reconociéndolos como sujetos de derechos (...)” El subrayado
es nuestro.

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PODER JUDICIAL
CONSIDERANDO: A que a los fines de robustecer su posición, en torno a la negativa de la
realización de la prueba de ADN, la parte recurrente principal deposito una fotocopia de una sentencia
dictada por el Tribunal de Justicia Do Estado de Santa Catarina, de fecha 31 de marzo del 1998, en el
que se concluye, en síntesis, que la realización de la prueba de ADN de forma obligatoria, constituye
una violación a derechos constitucionales como la preservación de la dignidad y de la intimidad.

Esta Corte considera conveniente, a los fines de establecer cual ha sido la postura de parte de la
jurisprudencia extranjera, a modo de derecho comparado y entendiendo el carácter no vinculante de
las jurisprudencia de tribunales extranjeros, citar la posición de 5 Tribunales Supremos de países con
gran similitud cultural e incluso del mismo idioma nuestro, estos son un Tribunal Supremo de Justicia
del caribe, un Tribunal Supremo de Justicia centroamericano, dos suramericano (una Corte Suprema
de Justicia y un Tribunal Constitucional) y un Tribunal Constitucional europeo:

El Tribunal Supremo de Puerto Rico (95 J.T.S. 93, caso Alonso Alonso Alonso, citado en el libro
Síntesis: Jurisprudencia Derecho de Familia 1900-2000, de la autoría de la Dra. Ruth Ortega Vélez)
expresa que “la enmienda a la regla 82 de evidencia, introducida por la ley numero 10 del 16 de julio
de 1990, tuvo como propósito hacer mandatario para el tribunal requerir a todas las partes en la
controversia que se sometan a este tipo de exámenes, de mediar moción de parte a esos fines. Dicha
enmienda es una que propende al logro de la política pública del Estado Libre Asociado de Puerto Rico
de lograr que la paternidad sea establecida en el mayor número posible de casos de menores que han
nacido fuera del matrimonio. Esto es parte del gran interés público del cual están revestidos los casos
de filiación”.

La Sala Segunda de la Corte Suprema de Justicia de Costa Rica (Exp: 05-000784-0165-FA, Res: 2007-
000360, de fecha 13 de junio del 2007) ha afirmado que el derecho de las personas a conocer la
identidad de los padres y en consecuencia la propia, “es una necesidad connatural al ser humano el
conocimiento de su génesis, que trasciende lo que podría considerarse un interés puramente biológico
y coadyuva a estructurar y consolidar la personalidad del individuo. De ahí que se encuentre también
en juego el respeto a la dignidad de la persona en su dimensión de derecho al conocimiento de lo que
realmente se es, de la verdad personal, punto de partida necesario para cualquier concepción de
libertad”.

La Corte Suprema de Justicia Argentina (fecha 4 de diciembre del 1995, causa No. H.91 XXIV, Fallos
318.2518) citada en el libro titulado “Tratados internacionales Interpretados por la Corte Suprema”,
autoría del Dr. José Luis Amadeo, prevé que “Estando en juego el derecho a la identidad de un menor,
admitir la negativa del imputado del delito de suposición de estado civil a que se le extraiga sangre para
realizar un estudio medico inmunogenètico de histocompatibilidad, importaría desconocer lo estipulado
en la Convención sobre los Derechos del Niño”
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El Tribunal Constitucional Colombiano en su sentencia T-489/05, afirmó que “en razón de lo prevalente
que resulta para el Estado social de derecho, de cara a las consideraciones de orden puramente procesal
relativas a la actividad e inactividad de las partes, el esclarecimiento de la verdadera filiación, con miras a

hacer efectivos los derechos y las obligaciones paterno-filiales (...) la Sala concluye que el decreto y la
práctica de las pruebas genéticas, en los procesos de investigación de la maternidad y de la paternidad, en
cuanto conducen a la exclusión, con certeza absoluta de quien no es el progenitor, y al señalamiento, con
una probabilidad cercana a la certeza, de quien sí lo es, son de imperativo cumplimiento”

El Tribunal Constitucional Español (STC 7/1994, del 17 de enero, particularmente en su fundamento


jurídico 3, ED1994/152) citada por el Magistrado Xavier Abel lluc, en el libro Constitucionalización
del Proceso Civil, editado por la Escuela Nacional de la Judicatura, “despejo las dudas sobre la
constitucionalidad de las llamadas pruebas biológicas, afirmando la ausencia de vulneración de los
derechos a la intimidad y a la integridad de las pruebas biológicas realizadas conforme a los parámetros
constitucionales (principio de proporcionalidad y de necesidad), de modo que la intromisión en la
integridad física (Art. 15 CE) y la intimidad (Art. 18 CE) solo encuentra justificación suficiente en la
medida que resulta imprescindible para la tutela de otros derechos de carácter preferente, como el
derecho a conocer el origen biológico”

A que consideramos pertinente, citar a modo de derecho comparado, la posición de dos Constituciones,
una de un país centroamericano y la otra de un país suramericano, referente a los derechos de la niñez,
normas constitucionales que carecen de carácter vinculante para nuestro país pero conforman parte del
ordenamiento constitucional regional, a saber:

La Constitución de Honduras (articulo 119) establece el deber del Estado de proteger la infancia y de
garantizar la protección de sus derechos internacionalmente reconocidos. Reconoce el principio del
interés superior de la niñez (Art. 126) (Cita tomada del libro “Instrumentos Internacionales sobre
Derechos Humanos aplicables en la Administración de Justicia. Estudio Constitucional Comparado,
autoría del Dr. Florentin Meléndez).

La Constitución de Venezuela (Art. 78) manifiesta que “los niños, niñas y adolescentes son sujetos plenos
de derecho y estarán protegidos por la legislación, órganos y tribunales especializados, los cuales
respetaran, garantizaran y desarrollaran los contenidos de esta Constitución, la Convención sobre los
Derechos del Niño y demás tratados internacionales que en esta materia haya suscrito y ratificado la
República” y sigue diciendo que “El Estado, las familia y la sociedad asegurarán, con prioridad absoluta,
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PODER JUDICIAL
protección integral, para lo cual se tomará en cuenta su interés superior en las decisiones y acciones que les
conciernan (...)” (Cita tomada del libro “Instrumentos Internacionales sobre Derechos Humanos aplicables
en la Administración de Justicia. Estudio Constitucional Comparado, autoría del Dr. Florentin Meléndez).

Finalizamos, esta muestra de jurisprudencia y norma constitucional relativa al tema, desde la perspectiva
del derecho comparado, copiando la posición del Tribunal Constitucional Colombiano, que analiza el
articulo 44 de su Constitución, que se refiere en su parte infine a “la protección prevalente de los
derechos de los niños” y dice que “se trata de un principio de naturaleza constitucional que reconoce a los
menores con una caracterización jurídica específica fundada en sus derechos prevalentes y en darles un
trato equivalente a esa prelación, en cuya virtud se los proteja de manera especial, se los defienda ante
abusos y se les garantice el desarrollo normal y sano por los aspectos físico, sicológico, intelectual y moral,
no menos que la correcta evolución de su personalidad (Cfr. Sentencia T-514 del 21 de septiembre de
1998).

En consecuencia si tuviéramos que tomar partido desde la óptica del derecho comparado, nos
inclinaríamos a la posición de la salvaguarda de los derechos del niño, pero entendemos que además del
valiosisimo aporte de la jurisprudencia y norma constitucional extranjera, estamos en el deber de
establecer motivos, tomando como referencia las normas vinculantes para la República Dominicana (La
Constitución dominicana, los Convenios Internacionales ratificados y las leyes locales) y la jurisprudencia
local, sin desmedro de utilizar jurisprudencia extranjera y doctrina, por lo que procede que continuemos
estableciendo motivos en atención a la controversia suscitada.

CONSIDERANDO: A que conviene establecer concepciones con relación a los derechos del
adulto, que la recurrente principal, afirma que podrían ser vulnerados: la dignidad de la persona, es un
valor intrínseco, no dependiente de factores externos. La dignidad reside en el hecho de que es, no un
qué, sino un quién, un ser único, insustituible, dotado de intimidad, de inteligencia, voluntad y
libertad; la integridad de la persona consiste en el respeto a su cuerpo, su pensamiento, la privacidad
de la persona es el equivalente a el derecho a la intimidad, siendo la facultad que tiene cada persona
de disponer de una esfera de espacio privativo de la libertad individual, el cual no puede ser invadido
por terceros, ya sean particulares o el propio Estado; y el derecho a no declarar contra sí mismo es un
principio que nace desde la esfera penal y que es interpretado por el recurrente principal como la
imposibilidad de que se tomen muestras de células de su cuerpo como medio para determinar su
parentesco con el niño reclamante. Sin embargo estos principios o derechos fundamentales, a juicio
de esta Corte, no tienen carácter absoluto y en consecuencia pueden ser restringidos cuando sea
autorizado por la ley y mediante mandato jurisdiccional, a los fines de preservar otros derechos
igualmente validos y constitucionalmente protegidos.
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República Dominicana
PODER JUDICIAL
CONSIDERANDO: A que prueba del carácter no absoluto de los derechos (dignidad, privacidad,
integridad y a no auto incriminarse) que proclama el recurrente principal y demandado original, lo
constituyen el establecimiento en materia procesal penal de restricciones a los mismos, tales como el
examen corporal prefijado en el articulo 99 del Código Procesal Penal, que incluye las extracciones de
sangre y fluidos en general, además de otros estudios corporales, que deben realizarse preservando la salud
del imputado.

CONSIDERANDO: A que la controversia sobre la vulneración de los derechos fundamentales


como consecuencia de exámenes corporales, es una discusión, que principalmente se ha generado en el
ámbito penal, en ese sentido, mediante jurisprudencia Costarricense, que citamos como doctrina (Sala
Penal de la Corte Suprema de Justicia, sentencia 556-91, del 26 de marzo del 1991), citada por el Juez
Presidente de la Sala Constitucional de ese país, el magistrado Luis Paulino Mora, en ocasión a su
ponencia titulada “El derecho a la prueba como derecho humano fundamental” y recogida en el libro
“Programa de Capacitación a Jueces de Centroamérica. Seminario Valoración de la Prueba como Garantía
Procesal” plantea que se ha determinado que en la obtención de la prueba dentro del proceso penal,
deben ponderarse dos intereses: la búsqueda de la verdad real por un lado y el respeto a los derechos
fundamentales del imputado por el otro. Entiende la Sala que el imputado puede ser fuente de prueba en
aquellos casos en que la obtención de la misma no importe daño físico o psíquico para el sujeto, ni lesione
los derechos propios del ser humano. Consecuentemente, los actos que requieran participación pasiva del
imputado v.g. Extracción de sangre, saliva, la toma de huellas dactilares, reconocimiento, corte de
cabellos, la constatación corporal, la medición alcohólica del aliento, entre otros pueden ser realizados sin
su consentimiento.

CONSIDERANDO: A que en el ámbito del derecho de familia, además de la búsqueda de la


verdad real se le agrega un extra a la posibilidad de la orden de realización de experticios médicos, en el
caso de la especie de filiación, y es la protección de los derechos a la identidad, a conocer sus orígenes y
en consecuencia al nombre, como derechos fundamentales en favor de las personas y muy especialmente
de los menores de edad. A que la filiación (según ha reconocido el Tribunal Constitucional Colombiano,
sentencia C-109-95 citada en el libro Pruebas de ADN en investigación de Paternidad, de la autoría de la
Dra. Rosa H. Castro) es un atributo de la personalidad, su reconocimiento o establecimiento como
derecho fundamental de rango constitucional lo debe garantizar el Estado”.

CONSIDERANDO: A que la filiación es la situación biológica o jurídica de una persona con


respecto a sus progenitores y mediante su establecimiento se protege el derecho al nombre, que lo
constituye el apelativo o designación con la que se identifica a la persona, siendo su designación
completa con el nombre propio y los nombres que le corresponden al patronímico primero de sus
respectivos progenitores, es decir el primer apellido de cada padre. Por otro lado al requerir la filiación
se busca el establecimiento de la identidad del hijo y el derecho a conocer su origen y dignidad, siendo
estos derechos o principios fundamentales un presupuesto para el reconocimiento de la personalidad.
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CONSIDERANDO: A que el derecho a la identidad esta compuesto por el derecho a ser
inscritos en el Registro Civil inmediatamente después de su nacimiento y a tener un nombre
(componente importante de la identidad de las personas) y sus apellidos paterno y materno desde que
nace, y el derecho a solicitar y recibir información sobre su filiación y origen, y a determinar la
identidad de sus padres, de conformidad a lo previsto en los artículos 4, 5 y 62 de la ley 136-03 y 7 y 8
de la Convención sobre los Derechos del Niño.

CONSIDERANDO: A que ha constituido una preocupación universal el respeto a los derechos


de los niños, niñas y adolescentes y la garantía de su cumplimiento, por esta razón se ha creado un
corpus juris internationalis, constituido principalmente por los Tratados aprobados por la
Organización de las Naciones Unidas, tales como la Declaración Universal de Derechos Humanos, que
ha proclamado que la infancia tiene derecho a cuidados y asistencias especiales. Este mismo criterio ha
sido acogido en la Declaración de Ginebra de 1924, sobre los Derechos del Niño y en la Declaración
de los Derechos del Niño adoptada por la Asamblea General del 20 de noviembre de 1959, y
reconocida en la Declaración Universal de Derechos Humanos, en el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos (en particular, en los artículos 23 y 24 ), en el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (en particular, en el artículo 10) y en la Convención de los Derechos
el Niño, en su articulo 3.1 que prevé lo siguiente: “En todas las medidas concernientes a los niños que
tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades
administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el
interés superior del niño” y en su articulo 4 expresa que “Los Estados Partes adoptarán todas las
medidas administrativas, legislativas y de otra índole para dar efectividad a los derechos reconocidos
en la presente Convención”, el articulo 7.1 consagra que “El niño será inscrito inmediatamente
después de su nacimiento y tendrá derecho desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad
y, en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos” y en su articulo 8.1
expresa que “Los Estados Partes se comprometen a respetar el derecho del niño a preservar su
identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares de conformidad con la ley
sin injerencias ilícitas.”

CONSIDERANDO: A que constituye un principio fundamental, conforme se ha establecido en


los convenios internacionales universales citados “El principio de protección especial de la infancia” el
que se sustenta en la particular situación de vulnerabilidad del ser humano en tal fase de la vida y
tiene por objeto permitir el cabal ejercicio de los derechos especiales derivados de tal condición, la
finalidad protectora destaca la preferencia por el derecho del niño a conocer a sus padres y a llevar sus
apellidos; lo que responde, en última instancia, al interés superior del niño, principio rector de la
Convención de los Derechos del Niño.

CONSIDERANDO: A que en el ámbito americano la Convención Americana de Derechos


Humanos (ratificada por nuestro país), en su articulo 3 prevé que: “Toda persona tiene derecho al
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República Dominicana
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reconocimiento de su personalidad jurídica”. Este derecho comprende, en el caso de los niños, el
derecho a ser inscriptos inmediatamente después de su nacimiento; a tener un nombre y una
nacionalidad desde que nacen y a conocer a sus padres y a ser cuidados por ellos, quedando limitada la
personalidad al no establecerse la filiación paterna biológica, debido a que se limitan la capacidad de
ejercicio de acciones con relación al progenitor que no ha establecido el vinculo filial.

CONSIDERANDO: A que la expresión fijada en la parte infine del articulo 7.1 de la


Convención sobre los Derechos del Niño que dice “en la medida de lo posible, a conocer a sus padres
y a ser cuidado por ellos” establece el carácter no absoluto del derecho a la identidad, pero conforme al
Comité de los Derechos del Niño (órgano creado por la citada Convención sobre los Derechos del
Niño) según se reseña en el libro titulado Manual de Aplicación de la Convención sobre los Derechos
del Niño, editado por UNICEF, agencia de las Naciones Unidas de Protección de la Infancia, las
limitaciones al derecho a la identidad son el abandono y la consecuente imposibilidad del Estado de
identificar a los padres, la adopción y la fecundación humana asistida heterologa o con material
genético donado por terceros.

CONSIDERANDO: A que conforme a la doctrina (Ponencia del Director General del Instituto
Interamericano del Niño, Lic. Alejandro Bonasso en ocasión del Seminario Permanente de Educación
en Derechos Humanos. Facultad de Derecho, 20 de junio de 2001) “Los artículos 7 y 8 de la
Convención se refieren explícitamente al Derecho de Identidad. En ellos se tratan temas tales como la
inscripción, el nombre, la nacionalidad y la preservación de la identidad.” Además hace suyas, las
palabras de Bracciaforte Apfelbaum, fijadas en su obra “el Derecho a la Identidad: un Derecho
Inalienable”, al expresar que “El Derecho a la identidad es un derecho humano esencial, es el interés
existencial que tiene cada persona de no ver alterada, desnaturalizada, o negada la proyección externa
o social de su personalidad. (…) Que no se discuta, distorsione, recorte o niegue lo que constituye el
esencial patrimonio cultural del sujeto, integrado por una multiplicidad de variados aspectos como
son, entre otros: la identidad de origen, la identidad familiar, intelectual, política, religiosa, social y
profesional de cada persona (…)".

CONSIDERANDO: A que el derecho a la identidad es el derecho subjetivo a la verdad


personal, comprensivo del derecho a la verdad de origen, a juicio de esta Corte la preservación de la
identidad es suprema y su restricción conlleva la supresión de derechos familiares, con relación a los
padres que no la han establecido. Si bien es cierto que en el caso de la especie se ha producido la
inscripción de nacimiento del niño _________________________ por parte de su madre y en
consecuencia se ha dotado de la filiación materna conocida, no obstante, esto no es suficiente,
debido a que la identidad desde la perspectiva del origen de la persona, viene dada con el
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República Dominicana
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establecimiento de la filiación paterna y materna y al no encontrarse establecida la filiación paterna
del citado niño su identidad no se encuentra totalmente configurada. A que además el derecho a la
identidad esta íntimamente ligado al derecho a la dignidad personal.

CONSIDERANDO: A que la ley 136-03, ha instituido como principio V, “El interés Superior
del Niño, Niña y Adolescente”, el que establece de forma resumida, la obligación de garantizar los
derechos de los menores de edad y la necesidad de priorizarlo frente a los derechos de los adultos,
siendo este el principio rector que informa los derechos de la infancia, tal como ha sido reconocido por
la Convención sobre los Derechos del Niño, en su articulo 3.1, precedentemente citada. A que
conforme se establece en el Manual de aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño, el
Comité de los Derechos del Niño ha subrayado que el artículo 3.1 es fundamental para dar efectividad
a los derechos reconocidos en la Convención, que el interés superior del niño debe ser un principio
rector en la aplicación de la Convención y que por ende no pueden derogarse en situaciones de
emergencia. Por ejemplo, en el informe de su Debate general sobre “Los niños en los conflictos
armados”, el Comité señaló además que ninguna de las disposiciones“(…) pueden derogarse en
situaciones de guerra o emergencia.” (Informe sobre el segundo período de sesiones,
septiembre/octubre de 1992, CRC/C/10, párrafo 67). En consecuencia, a juicio de esta Corte y
haciendo suya, la recomendación del citado Comité de los Derechos del Niño, el derecho a la
igualdad, el interés superior del niño y la obligación del Estado a hacer efectivos los derechos de los
niños, niñas y adolescentes (establecidos en los artículos 2, 3 y 4 de la Convención sobre los Derechos
del Niño) son derechos que ni aún en los casos de estado de excepción pueden ser limitados ni
suprimidos.

CONSIDERANDO: A que la Cámara Civil de nuestra Suprema Corte de Justicia, refiriéndose al


Interés Superior del Niño, dijo en dos decisiones (B.J. 1127, volumen 1, octubre del 2004, pagina 213 y
B.J.1133, volumen 1, abril del 2005, pagina 83) que “Considerando, que el interés superior del niño
tiene su origen en la doctrina universal de los derechos humanos y como tal es un principio garantista
de estos derechos; que los niños, como personas humanas en desarrollo, tienen iguales derechos que
todas las demás personas; que, por consiguiente, se precisa regular los conflictos jurídicos derivados del
incumplimiento de los derechos de los niños y su colisión con los pretendidos derechos de los adultos;
que el interés superior del niño permite resolver conflictos de derechos recurriendo a la ponderación
de los derechos en conflicto, y en ese sentido, siempre habrá que adoptarse aquellas medidas que
asegure la máxima satisfacción de los derechos que sea posible y su menor restricción”

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República Dominicana
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CONSIDERANDO: A que a juicio de esta Corte debe prevalecer el establecimiento de la
verdad biológica y en consecuencia el respeto al derecho a la identidad del niño, siendo la forma mas
idónea de su determinación, la realización de pruebas científicas, aún contra la voluntad del supuesto
padre, esto así porque la ley 136-03, en su articulo 62 en su parte infine expresa con respecto a la
filiación que “En todo caso se podrá recurrir a las pruebas científicas para confirmar o negar la filiación
materna o paterna”, siendo consonó a nuestro juicio, el reconocimiento legislativo local con los
principios instituidos por la Convención sobre los Derechos del Niño en sus artículos 7 y 8, en

consecuencia todo niño, niña y adolescente tiene derecho a que un Tribunal ordene la realización de
pruebas de ADN para determinar la identidad de sus padres, sus orígenes y en consecuencia que se le
atribuya el apellido (o nombre patronímico) de sus progenitores biológicos, es decir que se establezca
su filiación.

CONSIDERANDO: A que con relación al derecho que alega el recurrente principal a no


declarar contra sí mismo no se extiende a los materiales que tienen una existencia independiente de su
voluntad, tal y como sucede, entre otros, con las «muestras de aliento, sangre u orina, o tejido corporal
para realizar pruebas de ADN» como ha afirmado mediante sentencia dictada en el asunto Saunders v.
Reino Unido, del 17 de diciembre de 1996 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, criterios que
hace suyos esta Corte de Apelación, máxime en el caso de la especie que trata de un asunto de interés
social, por ser un proceso filiatorio en el que convergen múltiples derechos fundamentales del niño
que deben ser salvaguardado por el Estado.

CONSIDERANDO: A que esta Corte no puede negar que ordenar de forma obligatoria la
prueba científica de ADN, constituye una limitación al derecho a la intimidad del señor
___________________________________________por que se la estaría obligando a dejar el señorío
que tiene sobre su propio cuerpo, además de la afectación mínima a su integridad física y su
privacidad, pero estos derechos no son absolutos (como dijimos anteriormente) y en consecuencia se
pueden restringir al ordenar la toma de una muestra celular, o prueba de ADN, en razón a que la
lesión a los citados derechos es ínfima si la comparamos con los fines de preservar el derecho de
conocer sus orígenes y establecer su identidad del niño (que tienen un carácter imprescriptible), por
lo que la restricción a los derechos de _________________________________, es necesaria e idónea
para garantizar los derechos del niño ______________________________, debido a que la no
realización de la prueba podría implicar la negativa a conocer su propia historia genética, en tal virtud,
por mandato del articulo 62 de la ley 136-03, de los artículos 4, 7 y 8 de la Convención de los
Derechos del Niño (que como hemos dicho conforman parte de nuestros principios constitucionales, por
disposición combinada de los artículos 3 y 10 de nuestra Constitución), procede ordenar la referida
prueba de manera obligatoria, sobre la base de la prevalencia de los derechos del niño, en el caso de la
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especie, en razón de que tiene como fin determinar la filiación, en consecuencia la identidad, origen y
establecer el nombre patronímico paterno.

CONSIDERANDO: A que en el caso de la especie, como afirmamos anteriormente, los


derechos del niño _________________________, son prevaleciente, frente a los derechos alegados por
el señor _______________________________, en razón a que el menoscabo a los derechos de este
ultimo (el adulto) son mínimos, en virtud de que la realización de esta prueba es indolora e inofensiva,

sin embargo el niño con la no disposición de su realización, podría sufrir un menoscabo permanente, y
pudiera constituir una conculcación al derecho constitucional a la identidad y sus derechos
derivados previamente enunciados, si por la frustración de dicha prueba no pudiera acceder a la
verdad sobre su realidad filiatoria, además la referida prueba es un medio idóneo, pertinente,
necesario, útil y licito no tan solo para demostrar la paternidad sino también la no paternidad, con lo
que se robustece la necesidad de su adopción, en función de los intereses sociales y de orden público
del derecho de familia, de ahí que, esta Corte tomando como referente el denominado test de
razonabilidad o proporcionalidad (BGB alemán), para evaluar los derechos contrapuestos, afirma que
la prueba es idónea porque busca la protección de un objetivo constitucionalmente legitimo (el
establecimiento de la filiación, la identidad, el origen, etc...) que tiene como fin la realización de
valores supremos del Estado social y democrático del derecho, como la justicia, la igualdad de los hijos
(independiente de su origen o la relación de sus padres), la dignidad y la solidaridad, siendo el Estado
un corresponsable en el establecimiento de la identidad y la filiación porque estos tienden a la
protección de la familia y los hijos. La prueba es necesaria, debido a que es el medio científico más
idóneo para la determinación de la filiación, y porque tiene como propósito al establecimiento de la
filiación que debe ser (la biológica) y con ello cumplir el mandato de la Convención de los Derechos
del Niño de garantizar la identidad. La prueba cumple con el presupuesto de la proporcionalidad, en
rabón a que la injerencia en los derechos fundamentales del adulto es legitima, debido a que tiene
como fin la protección de los derechos supremos, precedentemente enunciados, que existen a favor del
niño.

CONSIDERANDO: A que, además, el Tribunal Constitucional Español (STC 7/1994, del 17 de


enero) afirmó que “Las resoluciones judiciales que disponen la investigación de la filiación sirven
directamente fines constitucionales; y la interpretación de las leyes que rigen esta materia debe realizarse
en el sentido que mejor procure el cumplimiento por los padres de sus deberes respecto a sus hijos
menores, para lo cual aparece como instrumento imprescindible la investigación de la paternidad, cuando
ésta es desconocida”, criterio que hace suyo esta Corte y por ende afirmamos que al ordenarse la referida
prueba se garantizan los derechos del niño precedentemente indicados, y se cumple con el principio
rector del sistema de derechos de la infancia a nivel mundial, denominado Interés Superior del Niño,

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anteriormente citado, que conforme a la Opinión Consultiva numero 17-2002, de fecha 28 de agosto del
año 2002, sobre la Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño, dictada por la Corte Interamericana
de los Derechos Humanos, en su parte resolutiva en su párrafo 2 estableció “Que la expresión “interés
superior del niño”, consagrada en el artículo 3 de la Convención sobre los Derechos del Niño, implica
que el desarrollo de éste y el ejercicio pleno de sus derechos deben ser considerados como criterios
rectores para la elaboración de normas y la aplicación de éstas en todos los órdenes relativos a la vida
del niño.” y en la parte motiva, de la citada opinión, en su párrafo 56, señalo que “Este principio
regulador de la normativa de los derechos del niño se funda en la dignidad misma del ser humano, en
las características propias de los niños, y en la necesidad de propiciar el desarrollo de éstos, con pleno

aprovechamiento de sus potencialidades así como en la naturaleza y alcances de la Convención sobre


los Derechos del Niño”, ideas que el pleno de la Suprema Corte de Justicia hizo suyas al dictar la
Resolución 699-2004 de fecha 27 de mayo del 2004 y agrego nuestro alto Tribunal que “este principio
constituye una premisa fundamental de todo proceso relativo a la niñez y adolescencia (...)” El
subrayado es nuestro.

CONSIDERANDO: A que la Constitución Dominicana, en la parte capital de su articulo 8,


prevé que “ Se reconoce como finalidad principal del Estado la protección efectiva de los derechos de la
persona humana y el mantenimiento de los medios que le permitan perfeccionarse progresivamente
dentro de un orden de libertad individual y de justicia social, compatible con el orden público, el
bienestar general y los derechos de todos (...)”, en consecuencia de acuerdo a los principios sociales y de
garantía de derechos de nuestra constitución se robustece aún más el mandato convencional (articulo 4, 7
y 8 de la Convención Internacional de los Derechos del Niño) y legal (articulo 62 de la ley 136-03), en
consecuencia procede ordenar la referida prueba de ADN a los fines de determinar la identidad del niño
_________________________________y salvaguardar sus derechos, por lo que se confirma la sentencia
recurrida en este aspecto, sobre la base de la motivación suplida por esta Corte y por estas razones se
acogen las conclusiones de la Procuradora General de la Corte de Apelación de Niños, Niñas y
Adolescentes y la parte recurrente incidental y se rechazan las conclusiones de la parte recurrente
principal.

CON RELACIÒN AL RECURSO DE APELACIÒN INCIDENTAL:

CONSIDERANDO: A que procede decidir con relación a las peticiones realizadas en el


recurso de apelación incidental, aún no decididas, es decir, la solicitud de la recurrente incidental de
que esta Corte se avoque al fondo de la demanda en Reconocimiento de Paternidad de que se trata,
que ordenemos que la presente sentencia sea ejecutoria no obstante cualquier recurso que contra la
misma se pueda interponer, y que autoricemos la fuerza pública a través del Ministerio Público
asignado a esta Corte de Apelación en caso necesario de negatividad de realizarla de manera
voluntaria; solicitudes a las que se opuso la parte recurrente principal.

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CON RELACION A LA PETICION DE AVOCACION:

CONSIDERANDO: A que el articulo 473 de Código de Procedimiento Civil dispone que


“cuando haya apelación de sentencia interlocutoria, si esta se revoca y el pleito se hallare en estado de
recibir sentencia definitiva, los tribunales que conozcan de la apelación podrán a la vez y por un solo

fallo resolver el fondo. Podrán también hacerlo, cuando por nulidad del procedimiento u otra causa
revoquen las sentencias definitivas del inferior”. Ha sido decidido por la Suprema Corte de Justicia
(sentencia 30 mayo 2001, B.J. 1086, paginas 151 y 152) “que como el mencionado precepto legal
contiene una derogación al principio del doble grado de jurisdicción, según el cual ante la segunda
instancia el proceso es conocido en las mismas condiciones y extensión que en la primera instancia,
esta facultad concedida al juez de la alzada de resolver el fondo del proceso, estando apoderado de la
apelación de una sentencia que decidió tan solo respecto a un incidente, está sometida a determinadas
condiciones, una de las cuales es que el asunto se encuentre en estado de recibir fallo sobre el fondo,
lo que implica que las partes hayan concluido al fondo en primera instancia”

CONSIDERANDO: A que esta Corte ha comprobado que ante el Tribunal de Primer Grado,
las partes no produjeron conclusiones de fondo, en consecuencia y dado el carácter excepcional de la
facultad de avocación, procede el rechazo de la solicitud de avocación de la parte recurrente
incidental y en consecuencia la remisión de las actuaciones por ante el Tribunal de Primer grado, el
que conforme a su decisión recurrida, en su ordinal tercero fijo una fecha para la continuación de la
causa, debiendo ese órgano jurisdiccional continuar el proceso filiatorio a solicitud de la parte mas
diligente.

CON RELACION AL OTORGAMIENTO DE EJECUTORIEDAD PROVISIONAL A LA PRESENTE


SENTENCIA:

CONSIDERANDO: A que el articulo 117 de la ley 834 precitada, dispone que “la prueba del
carácter ejecutorio resulta de la sentencia misma cuando ella no es susceptible de ningún recurso
suspensivo o cuando se beneficia de la ejecución provisional (...)”, por otro lado el articulo 113 del
citado instrumento legal, expresa que “Tiene fuerza de cosa juzgada la sentencia que no es susceptible
de ningún recurso suspensivo de ejecución. La sentencia susceptible de tal recurso adquiere la misma
fuerza a la expiración del plazo del recurso si este último no ha sido ejercido en el plazo”

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CONSIDERANDO: A que el articulo 139 de la ley 834, dispone que “cuando la ejecución
provisional no ha sido solicitada, o si, habiéndolo sido, el juez haya omitido estatuir, no podrá ser
acordada en caso de apelación, mas que por el presidente estatuyendo en referimiento”

CONSIDERANDO: A que de conformidad al análisis de las disposiciones supracitadas


(artículos 113, 117 y 139 de la ley 834) las decisiones de las Cortes de Apelación, tienen un carácter
ejecutorio per se, además de estar dotadas de la fuerza de cosa juzgada, por no existir recursos
suspensivos en su contra, por lo que es innecesario que esta Corte ordene su ejecutoriedad, debido a
que posee este carácter por mandato legislativo, por lo que procede no estatuir en este aspecto.
(valiendo esta consideración como decisión sin necesidad de establecerlo en la parte dispositiva).

CON RELACION A LA AUTORIZACIÒN DE LA FUERZA PUBLICA PARA EJECUTAR LA


PRESENTE SENTENCIA:

CONSIDERANDO: A que el articulo 543 del Código de Procedimiento Civil, modificado por la
ley 679 del 23 de mayo 1934, dispone que tienen fuerza ejecutoria las primeras copias de las sentencias
y otras decisiones judiciales y la de los actos notariales que contengan obligación de pagar cantidades de
dinero, ya sea periódicamente o en época fija; así como las segundas o ulteriores copias de las mismas
sentencias y actos que fueren expedidas en conformidad con la ley en sustitución de la primera.
Párrafo, sin perjuicio de las demás atribuciones que les confieren las leyes, es obligación general de los
representantes del Ministerio publico, de los alguaciles y de los funcionarios a quienes esta
encomendado el deposito de la fuerza publica prestar su concurso para la ejecución de las sentencias y
actos que conforme a este articulo estén investidos de fuerza ejecutoria, siempre que legalmente se les
requiera a ello.”

CONSIDERANDO: A que en virtud del texto supracitado, articulo 543 del Código de
Procedimiento Civil, los representantes del Ministerio Público y muy especialmente los de Niños,
Niñas y Adolescentes tienen la obligación una vez le sea solicitada la fuerza pública a otorgarla a los
fines de conducir al señor------------------------, con el objeto de tomarle las referidas muestras de
células, para realizar la prueba de ADN en el laboratorio Patria Rivas, si inasistiere a la fecha que
mediante esta decisión se fija, por lo que procede acoger la solicitud de la recurrente incidental en este
aspecto.

CONSIDERANDO: A que el tratarse el presente caso de un asunto de familia, esta Corte


considera procedente fijar una fecha a los fines de que el señor ________________________, el niño
__________________ y su madre la señora ___________________________ se apersonen de
manera voluntaria al Laboratorio Patria Rivas (ubicado en la calle José Joaquín Pérez esquina Lea de
Castro, Gazcue), a tales fines fija el día once (11) de septiembre del 2007, a las 9:00 horas de la
mañana. De producirse la incomparecencia, en la citada hora, del señor
____________________________, ante el supraindicado laboratorio, la parte recurrente incidental
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puede si lo considera pertinente apersonarse ante los representantes del Ministerio Público, a los fines
de que por medio de la fuerza pública o Policía Nacional, dispongan la conducencia del citado señor
ante el laboratorio señalado.

CONSIDERANDO: A que la sentencia recurrida no estableció a cargo de quién estaba el pago


de la prueba de ADN, procediendo ordenar que el precio del referido estudio de ADN, sea costeado
por la parte solicitante, es decir por la señora ______________________________ y que una vez
obtenido los resultados de la preindicada prueba el Laboratorio Patria Rivas, los comunique a la Sala
Civil del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes del Distrito Nacional.

CONSIDERANDO: A que no ha lugar a estatuir con relación a la conclusión subsidiaria de la


parte recurrente incidental, en el sentido que establezcamos que la señora
__________________________________, como madre del niño ______________________________,
tiene calidad para declarar quien es el padre de su hijo y por cuya declaración dejar establecida la
paternidad, en razón de que esta Corte acogió su solicitud principal de ordenar la prueba de ADN, de
forma obligatoria.

CONSIDERANDO: A que procede rechazar el recurso de apelación principal, acoger en parte


el recurso de apelación incidental, y modificar la sentencia en los aspectos precedentemente indicados.

CONSIDERANDO: A que procede compensar las costas producidas en esta instancia, en razón
de haber sido solicitado por las partes.

POR TALES MOTIVOS Y EN MERITO DE LOS ARTICULOS PRECEDENTEMENTE CITADOS,


LA CORTE DE APELACION DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES
DEL DISTRITO NACIONAL
FALLA:

PRIMERO: Se declaran, en cuanto a la forma buenos y válidos los recursos de apelación


principal e incidental interpuestos, respectivamente por los señores _______________________y
____________________________________, por intermedio de sus respectivos abogados, por haberse
realizado de conformidad a las reglas procesales que rigen la materia de familia.

SEGUNDO: En cuanto al fondo, del recurso de apelación principal interpuesto por el señor
________________________________, se rechaza por improcedente, conforme a los motivos
indicados; En cuanto al fondo, del recurso de apelación incidental interpuesto por la señora
__________________________________, se acoge en parte conforme a las motivaciones contenidas en
el cuerpo de la sentencia, suplidas por esta Corte y se ordena lo siguiente:

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a. Se rechaza la solicitud de conexidad realizada por el señor _________________________,
recurrente principal, por los motivos precedentemente citados.

b. Se ordena la realización de la prueba de ADN al señor _______________________ y al niño


_________________________ quién estará acompañado de su madre la señora
________________________, designándose a tales fines al Laboratorio Patria Rivas y fijándose como
fecha para la realización de la citada prueba el día once (11) de septiembre del 2007, a las nueve horas
de la mañana (9:00 A.M). En caso de incomparecencia del citado señor la recurrente incidental, si lo
entiende pertinente puede requerir el auxilio de la fuerza pública, para lograr su conducencia ante el
citado laboratorio, haciendo los requerimientos de lugar al Ministerio Público.

c. Se rechaza la solicitud de avocación requerida por la señora


__________________________________, recurrente incidental, y en consecuencia se requiere a la
parte mas diligente que promueva la continuación del proceso filiatorio ante la Sala Civil del Tribunal
de Niños, Niñas y Adolescentes del Distrito Nacional.

d. Se ordena que el costo de la prueba de ADN, sea por la parte solicitante, señora
___________________________, y que el preindicado laboratorio comunique el resultado de la prueba
a la Sala Civil del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes del Distrito Nacional.

e. Se ordena que la parte mas diligente notifique esta sentencia a la contraparte, al Ministerio
Público y al Laboratorio ___________________ para su conocimiento y fines de lugar.

TERCERO: Se compensan las costas procesales producidas en esta instancia.

ASI SE PRONUNCIAN, ORDENAN, MANDAN, Y FIRMAN.

(Firmados): Adalgisa Santana Marcano.- Adalgisa Castillo Abreu.- Francisco Pérez Lora

La presente Sentencia ha sido Dada y Firmada por los Jueces que anteceden, el mismo día, mes y
año en ella expresados, lo que yo, Secretaria General, certifico y doy fe.

Ivette Michelle Hernández Ramírez


Secretaria

29
Sentencias de Juzgados de
Primera Instancia
República Dominicana
PODER JUDICIAL
Sentencia No. -------

Expediente No. 036-2008-01308

EN NOMBRE DE LA REPÚBLICA

LA -----A SALA DE LA CÁMARA CIVIL Y COMERCIAL DEL JUZGADO DE PRIMERA


INSTANCIA DEL DISTRITO NACIONAL, regularmente constituida por -------- jueza que preside,
asistida por la secretaria infrascrita y el alguacil de estrados de turno, en la sala donde celebra sus
audiencias, sito en el segundo piso del Palacio de Justicia del Centro de los Héroes de Constanza,
Maimón y Estero Hondo, en el Distrito Nacional, República Dominicana, dicta en sus atribuciones civiles
y en audiencia pública la sentencia número mil quinientos siete (01507-12), de fecha veinticuatro (24)
del mes de octubre del año dos mil doce (2012), año 169 de la Independencia y 149 de la Restauración.

Con motivo de la demanda en Rendición de Cuentas y Reparación de Daños y Perjuicios, interpuesta


por la entidad Inversiones Acacia, S. A., constituida de acuerdo con las leyes de la República
Dominicana y debidamente representada por la señora Sonia Arias Vda. Fernández, dominicana, mayor
de edad, portadora de la cedula de identidad y electoral No. 001-0974193-4, domiciliada y residente en el
Distrito Nacional; quien tiene como abogados constituidos y apoderados especiales a los licenciados
Carlos Manuel Felipe Báez y Omar Chapman Reyes, dominicanos, mayores de edad, portadores de las
cédulas de identidad y electoral Nos. 001-1646286-2 y 001-1639896-7, respectivamente, con estudio
profesional abierto en común en la avenida Bolívar, No. 241, suite 301, sector Ensanche La Julia, Distrito
Nacional; contra la sociedad comercial Galerías, C. por A., y los señores Salvador Fernández
Menéndez, Luis Alberto Fernández, Juan Enrique Fernández Menéndez, Salvador Cienfuegos
Boto, y Munier Fernández Kury.

OÍDA, a la jueza dar apertura a las audiencias públicas y al ministerial de turno en la lectura del rol de
fecha 29 de agosto de 2012.

Expediente No. 036-2008-01308


Inversiones Acacia, S. A., Vs. Galerías, C. por A., Salvador Fernández Menéndez, Luis Alberto Fernández, Juan
Enrique Fernández Menéndez, Salvador Cienfuegos Boto, y Munier Fernández Kury. 1

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OÍDO, al licenciado Carlos Manuel Felipe Báez, por sí y por el licenciado Omar Chapman Reyes,
abogados de los tribunales de la república, de generales antes descritas, dar calidades en el sentido que
representan a la parte demandante, y concluir in-voce solicitando: ‘‘Primero: Acoger en todas sus partes
las conclusiones de los actos introductivos de la demanda, marcados con los Nos. 19/2009, de fecha 24
de enero de 2009, y el 922/2008, de fecha 20 de noviembre de 2008, ambos actos instrumentados por el
ministerial Sandy Miguel Santana’’, siendo las conclusiones de ambos actos copiadas textualmente, las
siguientes: “Primero: Ordenando, a los señores Salvador Fernández Menéndez, Luís Alberto Fernández,
Juan Enrique Fernández Menéndez, Salvador Cienfuegos Boto, Munier Fernández Kury y Galerías, C.
por A., que en la octava de la notificación de la sentencia a intervenir y ante el juez presidente de esta
misma cámara civil y comercial, y como juez comisario, le presenten y le rindan cuentas detalladas, de
sus gestiones como administradores de la compañía Galerías, C. por A., desde el catorce (14) de enero
de mil novecientos noventa y cuatro (1994), hasta la presente ejecución comercial y/o hasta la fecha de
la sentencia a intervenir; Segundo: En caso de que no obedezcan los términos de la sentencia a
intervenir, condenar solidariamente a los señores Salvador Fernández Menéndez, Luís Alberto
Fernández, Juan Enrique Fernández Menéndez, Salvador Cienfuegos Boto, Munier Fernández Kury y
Galerías, C. por A., a título indemnizatorio, a pagar la suma de setenta millones de pesos dominicanos
con 00/100 (RD$70,000,000.00); Tercero: Ordenar la ejecución provisional de la sentencia a intervenir
no obstante cualquier recurso y sin prestación de fianza; Cuarto: Condenar a los señores Salvador
Fernández Menéndez, Luís Alberto Fernández, Juan Enrique Fernández Menéndez, Salvador Cienfuegos
Boto, Munier Fernández Kury y Galerías, C. por A., al pago de las costas, disponiendo su distracción en
provecho de los licenciados Carlos Felipe B., y Omar Chapman, quienes afirman haberlas avanzado en
su totalidad’’, continuando sus conclusiones in-voce de la siguiente manera: ‘‘Segundo: Que se nos
conceda un plazo de 15 días para escrito justificativo de conclusiones’’.

OÍDO, al licenciado Eladio Cornielle, dar calidades en el sentido de que representa a la parte
demandada, y concluir in-voce de la manera siguiente: “Primero: Que se rechacen en todas sus partes

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Enrique Fernández Menéndez, Salvador Cienfuegos Boto, y Munier Fernández Kury. 2

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los pedimentos de la parte demandante por improcedentes, mal fundados y carentes de base legal;
Segundo: Que se nos conceda un plazo de 10 días para escrito justificativo de conclusiones”.

VISTOS LOS AUTOS Y DOCUMENTOS


RESULTA:

A) Que en fechas 20 de noviembre de 2008 y 24 de enero del año 2009, mediante actos Nos. 922/08 y
19/09, ambos instrumentados por Sandy M. Santana, de alguacil de estrados de la Cámara Penal de la
Corte de Apelación del Distrito Nacional, la entidad Inversiones Acacia, S. A., emplazó a la sociedad
comercial Galerías, C. por A., en manos de Luís Henríquez Fernández, quien dijo ser su empleado, al
señor Salvador Fernández Menéndez, en manos de Luís Fernández, quien dijo ser su hermano, al
señor Luis Alberto Fernández, en sus propias manos, al señor Juan Enrique Fernández Menéndez,
en sus propias manos, al señor Salvador Cienfuegos Boto, en manos de Félix Nova, y al señor Munier
Fernández Kury, en manos de Aída Reyes, quien dijo ser su empleada domestica, para que
comparecieran como fuere de derecho ante este tribunal, en sus atribuciones civiles, por ministerio de
abogado, en el plazo de la octava franca de ley, a las nueve horas de la mañana (9:00 a.m.), a los fines y
motivos indicados en dichos actos.

B) Que en fecha 18 de noviembre de 2008, la parte interesada depositó en la secretaría de la Presidencia


de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, una instancia
requiriendo la asignación de una sala para conocer de la demanda en Rendición de Cuentas y
Reparación de Daños y Perjuicios, resultando designada esta sala, mediante auto No. 08-18453,
emitido por la jueza presidente de esta cámara.

C) Que en ocasión al aspecto relativo a la demanda en rendición de cuentas y pago de balances, este
tribunal dictó la sentencia No. 01427-10, de fecha 20 de octubre de 2010, constituyente del fallo
concerniente a la primera fase o etapa de la demanda, el cual copiado textualmente fue el siguiente:
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Enrique Fernández Menéndez, Salvador Cienfuegos Boto, y Munier Fernández Kury. 3

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‘‘Primero: Declara buena y válida en cuanto a la forma la presente demanda en rendición de cuentas,
interpuesta por la entidad Inversiones Acacia, S. A., contra Galería, C. por A., Salvador Fernández
Menéndez, Luis Alberto Fernández, Juan Enrique Fernández Menéndez, Salvador Cienfuegos Boto, y
Munier Fernández Kury, por haber sido interpuesta de conformidad con las leyes que rigen la materia;
Segundo: En cuanto al fondo, acoge en parte la presente demanda rendición de cuentas, interpuesta por
la entidad Inversiones Acacia, S. A., y en consecuencia ordena a los demandados Galería, C. por A.,
Salvador Fernández Menéndez, Luis Alberto Fernández, Juan Enrique Fernández Menéndez, Salvador
Cienfuegos Boto, y Munier Fernández Kury, que rindan cuentas en un plazo de treinta (30) días a partir
de la notificación de la presente sentencia, de su labor como administradores de la entidad los primeros
tres, y los dos últimos como comisarios de cuentas, desde el 14 de enero de 1994 hasta la fecha; Tercero:
Designa como juez comisario a la magistrada jueza que preside este tribunal, para recibir los informes
de las cuentas que deben rendir los demandados; Cuarto: Se ordena la ejecución provisional de esta
decisión sin prestación de garantía real o personal; Quinto: Condena a la parte demandada, Galería, C.
por A., Salvador Fernández Menéndez, Luis Alberto Fernández, Juan Enrique Fernández Menéndez,
Salvador Cienfuegos Boto, y Munier Fernández Kury, al pago de las costas del procedimiento, y se
ordena la distracción de las mismas a favor de los licenciados Carlos Felipe B. y Alberto Hernández H.,
quienes afirman haberlas avanzado en su totalidad’’.

D) Que a solicitud de la parte demandante, mediante sentencia No. 00307-11, de fecha 11 de marzo de
2011, éste tribunal designó como perito al señor Lorenzo Antonio Ortega Restituyo, licenciado en
contabilidad, a los fines de que realizare la auditoria de la empresa Galerías, C. por A., contando desde el
14 de enero de 1994 hasta la fecha, y se le diere fiel cumplimiento a la segunda fase o etapa del presente
proceso, a saber, la rendición de las cuentas.

E) Que ante la alegada negativa de los demandados en rendir cuentas, la parte demandante requirió a este
tribunal la fijación de audiencia para conocer del aspecto relativo a la tercera etapa o fase del presente
caso, relativo a la reparación de daños y perjuicios, siendo fijada la audiencia para el día 13 de junio de

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2012, a la cual comparecieron las partes debidamente representadas por sus abogados constituidos y
apoderados especiales, los cuales concluyeron de la siguiente manera: Demandante: ‘‘Único:
Solicitamos una comunicación recíproca de documentos para conocer el fondo en una próxima
audiencia, en un breve plazo’’; Demandado: ‘‘Único: No hay oposición’’, decidiendo la jueza por
sentencia in-voce, lo siguiente: ‘‘Primero: Se ordena la comunicación recíproca de documentos entre
las partes; Segundo: Otorga un plazo de 15 días al demandante, al término, 15 días al demandado; fija
la continuación del proceso para el día miércoles 01 de agosto de 2012, a las nueve horas de la mañana
(09:00 a.m.)’’.

F) Que en virtud de la sentencia in-voce anterior, fue fijada audiencia para el día 01 de agosto de 2012, a
la cual comparecieron las partes debidamente representadas por sus abogados constituidos y apoderados
especiales, los cuales concluyeron de la siguiente manera: Demandante: ‘‘Único: Solicitamos una
prórroga a la medida de comunicación de documentos recíproca entre las partes’’; Demandado:
‘‘Único: No hay oposición’’, decidiendo la jueza por sentencia in-voce, lo siguiente: ‘‘Primero: Se
ordena una prórroga a la medida de comunicación recíproca de documentos, poniendo como fecha
límite para depósito, ambas partes hasta el 21 de agosto de 2012; Segundo: Fija la continuación del
proceso para el día 29 de agosto de 2012, a las nueve horas de la mañana (09:00 a.m.), vale citación,
costas reservadas’’.

G) Que en virtud de la sentencia in-voce anterior, fue fijada audiencia para el día 29 de agosto de 2012, a
la cual comparecieron las partes debidamente representadas por sus abogados constituidos y apoderados
especiales, los cuales concluyeron como se ha dicho al inicio de la presente sentencia, decidiendo la
jueza por sentencia in-voce, lo siguiente: ‘‘Único: El tribunal otorga un plazo de 10 días a la parte
demandante, para escrito justificativo de conclusiones, al vencimiento 10 días a la parte demandada,
vencidos estos plazos, el expediente queda en estado de ser fallado; fija la lectura del presente proceso
para el día miércoles 24 de octubre del año 2012, a las nueve (9:00) horas de la mañana’’.

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H) Que en el expediente están depositados, entre otros, los siguientes documentos:

1. Visto el inventario recibido vía secretaria de este tribunal en fecha 28 de junio de 2010,
depositado por los Dres. Barón Secundo Sánchez Añil, por sí y por Néstor Díaz Rivas.
2. Visto el inventario recibido vía secretaria de este tribunal en fecha 18 de mayo de 2010,
depositado por el Lic. Carlos M. Felipe Báez, por sí y por el Lic. Alberto Hernández.
3. Visto el inventario recibido vía secretaria de este tribunal en fecha 04 de agosto de 2009,
depositado por los Dres. Barón Secundo Sánchez Añil, por sí y por Néstor Díaz Rivas.
4. Visto el inventario recibido vía secretaria de este tribunal en fecha 13 de mayo de 2009,
depositado por los Dres. Barón Secundo Sánchez Añil, por sí y por Néstor Díaz Rivas.
5. Visto el inventario de fecha 11 de marzo de 2009, depositado por el Lic. Carlos M. Felipe
Báez, por sí y por el Lic. Alberto Hernández.
6. Visto el inventario de fecha 04 de febrero de 2009, depositado por el Lic. Carlos M.
Felipe Báez, por sí y por el Lic. Alberto Hernández.
7. Visto el inventario de fecha 04 de febrero de 2009, depositado por los Dres. Barón
Secundo Sánchez Añil, por sí y por Néstor Díaz Rivas.
8. Visto el inventario de fecha 27 de enero de 2009, depositado por el Lic. Carlos M. Felipe
Báez, por sí y por el Lic. Alberto Hernández.
9. Original de la sentencia No. 01427-10, dictada por la Tercera Sala de la Cámara Civil y
Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, en fecha 20 de octubre
de 2010.
10. Original de la sentencia No. 00307-11, dictada por la Tercera Sala de la Cámara Civil y
Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, en fecha 11 de marzo
de 2011.
11. Original del acto No. 255-11, de fecha 10 de mayo de 2011, instrumentado por Ricardo
A. Cornielle Ramírez, alguacil ordinario de la Presidencia del Juzgado de Trabajo del
Distrito Nacional, contentivo de citación para juramentación de perito.

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12. Original del acto No. 490-11, de fecha 30 de septiembre de 2011, instrumentado por
Ricardo A. Cornielle Ramírez, alguacil ordinario de la Presidencia del Juzgado de
Trabajo del Distrito Nacional, contentivo de intimación de entrega de documentos y
notificación de comunicación.
13. Original de la sentencia No. 01645-11, dictada por la Tercera Sala de la Cámara Civil y
Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, en fecha 11 de
noviembre de 2011.
14. Original del acto No. 583-11, de fecha 25 de noviembre de 2011, instrumentado por
Ricardo A. Cornielle Ramírez, alguacil ordinario de la Presidencia del Juzgado de
Trabajo del Distrito Nacional, contentivo de notificación de sentencia e intimación a
entrega de documentos en virtud de sentencia.
15. Visto el inventario de fecha 31 de julio de 2012, depositado por el Lic. Yonis Furcal
Aybar, por sí y por el Lic. Alfredo Contreras Lebron.

DESPUÉS DE HABER ESTUDIADO EL CASO:


CONSIDERANDOS

1. Que este tribunal está apoderado de una demanda en Rendición de Cuentas y Reparación de Daños
y Perjuicios, interpuesta por la entidad Inversiones Acacia, S. A., en contra de la sociedad comercial
Galerías, C. por A., y los señores Salvador Fernández Menéndez, Luis Alberto Fernández, Juan
Enrique Fernández Menéndez, Salvador Cienfuegos Boto, y Munier Fernández Kury, mediante los
actos números 922/08 y 19/09, antes descritos, asunto de la competencia de este tribunal en virtud de lo
que establece el Código Civil Dominicano y el Código de Procedimiento Civil, asignado a esta sala de
acuerdo a las disposiciones de la Ley No. 50-2000, del 26 de julio de 2000, que modificó la Ley No. 821
del 21 de noviembre de 1927, sobre Organización Judicial.

2. Que nos encontramos apoderados de un proceso en el cual han sido agotadas varias fases de instrucción
de la instancia, a saber, la primera fase consistente en la ordenanza de la rendición de cuentas, la cual
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quedó concluida con la sentencia No. 01427-10, de fecha 20 de octubre de 2010; la segunda fase relativa
a la presentación de las cuentas al juez comisario no se realizó de manera espontanea, por lo que el
tribunal tuvo que proceder al nombramiento de un perito auditor mediante la sentencia No. 00307-11, de
fecha 11 de marzo de 2011, y su posterior juramentación, a fin de que levantase un informe contentivo de
la rendición y manejo de las cuentas de la sociedad Galerías, C. por A., y por último, el conocimiento de
las pretensiones de la demanda en reparación de daños y perjuicios que hoy nos ocupa.

3. Que la parte demandante, la entidad Inversiones Acacia, S. A., solicita que se condene a la sociedad
comercial Galerías, C. por A., y los señores Salvador Fernández Menéndez, Luis Alberto Fernández, Juan
Enrique Fernández Menéndez, Salvador Cienfuegos Boto, y Munier Fernández Kury, a pagarle la suma
de setenta millones de pesos dominicanos con 00/100 (RD$70,000,000.00), a título de indemnización,
alegando como fundamento a ello, en síntesis, lo siguiente: ‘‘1- que el señor Manuel Fernández
Menéndez fue miembro fundador de la empresa Galerías, C. por A., y en una actitud de dejarles sus
derechos en esa empresa, constituyó su empresa familiar denominada Inversiones Acacia, S. A.; 2- que el
14 de enero de 1994, Inversiones Acacia, S. A., adquiere novecientas sesenta y nueve (969) acciones en
la empresa Galerías, C. por A., operación que contó con la anuencia de los administradores de la
empresa Galerías, C. por A.; 3- que desde entonces Inversiones Acacia, S. A., es presidida por la señora
Sonia Verania Arias Vda. De Fernández; 4- que el miembro fundador de Galerías, C. por A., señor
Manuel Fernández Menéndez falleció después de vender sus acciones a la empresa Inversiones Acacia,
S. A., y los hermanos administradores desde entonces no han rendido cuenta a dicha empresa; 5- que
hasta el día de hoy ha ocurrido tal como temía el extinto fundador de la empresa Galerías, C. por A., sus
hermanos administradores no respetan las leyes y por lo tanto obvian los derechos de los accionistas; 6-
que la compañía Galerías, C. por A., es una empresa prospera con estados de cuenta que reflejaban en
ese entonces y todavía al día de hoy, cuantiosos beneficios para sus accionistas; 7- que los
administradores desde el 14 de enero de 1994 no han rendido cuenta a su mayor accionista Inversiones
Acacia, S. A., resultando manifiesto que los hoy demandados se han enriquecido con los patrimonios de
la compañía administrada, por medio ilícito; 8- que se ha operado un verdadero latrocinio con el desvío

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de los capitales y las mercancías a otras compañías, operaciones completamente dolosas, con el
deliberado y espurio designio de insolventar la compañía Galerías, C. por A.; 9- que para encubrir los
fondos sociales se han valido del empleo de empleados de menores categorías y adquiriendo inmuebles a
nombre de los demandados, demostrando así su deslealtad y violación a las legislaciones vigentes; 10-
que los administradores han realizado una oscura y mala administración, toda vez que nunca han
convocado a una asamblea a Inversiones Acacia, S. A., y menos aún le han presentado los estados de
cuenta de la empresa Galerías, C. por A, lo que implica una falta grave; 11- que la empresa Inversiones
Acacia, S. A., tiene la calidad de accionista mayoritaria, por lo que tiene derecho a ser informada de
todas las transacciones que vinculen el patrimonio de la empresa Galerías, C. por A.’’.

4. Que la parte demandada, en cuanto al fondo, concluyó solicitando el rechazo de la presente acción por
considerarla improcedente, mal fundada y carente de base legal.

5. Que el artículo 1315 del Código Civil dispone lo siguiente: “El que reclama la ejecución de una
obligación debe probarla, recíprocamente, el que pretende estar libre, debe justificar el pago o el hecho
que ha producido la extinción de la obligación”, y en base a este criterio a sido jurisprudencia constante,
compartida por este tribunal que este artículo del Código Civil Dominicano establece la carga de la
prueba, la cual en principio, está cargo del demandante, ya que implementa el criterio de que todo aquel
que alega un hecho en justicia debe probarlo y según jurisprudencia de nuestra Suprema Corte de Justicia:
“las partes están obligadas aportar las pruebas de sus derechos mediante los procedimientos
organizados por la ley, de donde resulta que el juez está limitado a los documentos que le son sometidos
al debate y que han sido producidos de acuerdo a la prescripciones legales”, (B. J. 1043, Págs. 53-59).

6. Que del artículo precedentemente indicado, se infiere que toda persona que reclame la protección de
un derecho en los tribunales debe aportar todos y cada uno de los elementos fácticos que demuestren de
manera fehaciente el derecho alegado, por lo que la ley ha establecido las vías para que ese derecho
supuestamente conculcado pueda ser demostrado, a través de lo que el legislador ha denominado vías

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probatorias, definiendo las mismas como la demostración de la veracidad de un hecho que se afirma en
justicia, por una de las partes y es negado por la otra, a través de la aportación de documentos o la
reestructuración de hechos que lleven al juez a individualizar la realidad más concreta de los sucesos
alegados.

7. Que en tal sentido, la parte demandante ha aportado como sustento a sus pretensiones, entre otros, los
siguientes documentos:

A. Sentencia No. 01427-10, dictada por la Tercera Sala de la Cámara Civil y Comercial del
Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, en fecha 20 de octubre de 2010, a
través de la cual se ordena a la sociedad comercial Galerías, C. por A., y los señores
Salvador Fernández Menéndez, Luis Alberto Fernández, Juan Enrique Fernández
Menéndez, Salvador Cienfuegos Boto, y Munier Fernández Kury, rendir cuentas en un
plazo de treinta (30) días, contados a partir de la notificación de la misma, de la labor de
los administradores y comisarios de cuentas desde el 14 de enero de 1994, hasta la fecha
de pronunciación de la decisión.

B. Sentencia No. 00307-11, dictada por la Tercera Sala de la Cámara Civil y Comercial del
Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, en fecha 11 de marzo de 2011,
mediante la cual éste tribunal designó al perito, señor Lorenzo Antonio Ortega Restituyo,
en su calidad de licenciado en contabilidad, para que realizara la auditoria de la empresa
Galerías, C. por A., contando a partir del 14 de enero de 1994 hasta la fecha de
pronunciación de la decisión, el cual fuere posteriormente juramentado en audiencia
celebrada en fecha 13 de mayo de 2011.

C. Acto No. 490-11, de fecha 30 de septiembre de 2011, instrumentado por Ricardo A.


Cornielle Ramírez, alguacil ordinario de la Presidencia del Juzgado de Trabajo del
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Distrito Nacional, contentivo de intimación de entrega de documentos y notificación de
comunicación realizada a requerimiento del señor Lorenzo Antonio Ortega Restituyo, en
su calidad de perito designado por el tribunal, mediante el cual le requiere a la sociedad
comercial Galerías, C. por A., y los señores Salvador Fernández Menéndez, Luis Alberto
Fernández, Juan Enrique Fernández Menéndez, Salvador Cienfuegos Boto, y Munier
Fernández Kury, para que en el plazo de tres (3) días francos: ‘‘a) honren la solicitud de
entrega de documentos en calidad de perito contador en la demanda en rendición de
cuentas intentada por Inversiones Acacia, S. A., mediante actos Nos. 922/08, de fecha
veinte (20) de noviembre de dos mil ocho (2008), y 19/09 de fecha veintinueve (29) de
enero de dos mil nueve (2009); b) conjuntamente con el presente acto el requeriente
hace formal notificación de la comunicación de fecha veintiséis (26) del mes de
septiembre del dos mil diez (2010), notificada mediante el presente acto por el contador
público Lorenzo Ortega Restituyo a la entidad Galerías, C. por A., en la que se detallan
los documentos requeridos por éste para la realización del informe pericial, haciendo
formal intimación para que en el plazo mencionado más arriba, haga formal entrega, en
mano del requeriente, de la documentación a continuación: 1. Balanza de comprobación
al cierre y estados financieros para los períodos: 2000, 2002, 2003, 2004, 2005, 2006,
2007, 2008, 2009 y 2010; 2. Declaraciones juradas de impuestos sobre la renta de
sociedades IR-2 para los períodos: 1999, 2002, 2004, 2009, 2010; 3. Copia de cualquier
comunicación requerida de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), durante
el período 14 de enero de 1994 hasta el 31 de diciembre de 2010’’.

D. Sentencia No. 01645-11, dictada por la Tercera Sala de la Cámara Civil y Comercial del
Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, en fecha 11 de noviembre de 2011, la
cual en su parte dispositiva establece lo siguiente: ‘‘Primero: Ordena a la parte
demandada, Galerías, C. por A., Salvador Fernández Menéndez, Luis Alberto
Fernández, Juan Enrique Fernández Menéndez, Salvador Cienfuegos Boto, y Munier

Expediente No. 036-2008-01308


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Enrique Fernández Menéndez, Salvador Cienfuegos Boto, y Munier Fernández Kury. 11

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Fernández Kury, entregar en manos del perito actuante, Antonio Lorenzo Ortega
Restituyo, la documentación siguiente: 1. Balanza de Comprobación al cierre y estados
financieros para los períodos 2000, 2002, 2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2008, 2009,
2010; 2. Declaraciones juradas de Impuestos sobre la Renta de Sociedades IR-2 para los
períodos 1999, 2002, 2004, 2009, 2010; 3. Copia de cualquier comunicación recibida de
la Dirección General de Impuestos Internos DGII durante el período 14 de enero de
1994 hasta el 31 de diciembre 2010; Segundo: Fija un astreinte de cinco mil pesos con
00/100 (RD$5,000.00) diarios, contados por cada día de retraso en el cumplimiento de
la ejecución de esta sentencia, después de haber transcurridos cinco (5) días de la
notificación de la misma’’.

E. Acto No. 583-11, de fecha 25 de noviembre de 2011, instrumentado por Ricardo A.


Cornielle Ramírez, alguacil ordinario de la Presidencia del Juzgado de Trabajo del
Distrito Nacional, hecho a requerimiento de la entidad Inversiones Acacia, S. A.,
mediante el cual le notifica la sentencia No. 01645-11, a la sociedad comercial Galerías,
C. por A., y los señores Salvador Fernández Menéndez, Luis Alberto Fernández, Juan
Enrique Fernández Menéndez, Salvador Cienfuegos Boto, y Munier Fernández Kury, y a
la vez les intima para que en el plazo de cinco (5) días, proceda a depositar los
documentos requeridos en manos del licenciado Lorenzo Antonio Ortega Restituyo, a los
fines de rendición de cuentas.

8. Que después de una valoración conjunta y armónica de los medios de prueba incorporados, y la
trayectoria procesal del presente caso, el tribunal ha constatado como hechos los siguientes:

a) Que la entidad Inversiones Acacia, S. A., representada por la señora Sonia Arias Vda.
De Fernández, es propietaria de novecientos setenta y nueve (979) acciones de las que
componen el capital social de la sociedad comercial Galerías, C. por A.
Expediente No. 036-2008-01308
Inversiones Acacia, S. A., Vs. Galerías, C. por A., Salvador Fernández Menéndez, Luis Alberto Fernández, Juan
Enrique Fernández Menéndez, Salvador Cienfuegos Boto, y Munier Fernández Kury. 12

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b) Que la sociedad comercial Galerías, C. por A., cesó sus funciones como ente de
comercio en el mercado de la República Dominicana, así como a la fecha no se ha
producido su transformación y adecuación a la legislación que regula a las sociedades
comerciales.

c) Que este tribunal fue apoderado de una demanda en rendición de cuentas y pago de
balances iniciada por la entidad Inversiones Acacia, S. A., representada por la señora
Sonia Arias Vda. De Fernández, en contra de la sociedad comercial Galerías, C. por
A., y los señores Salvador Fernández Menéndez, Luis Alberto Fernández, Juan
Enrique Fernández Menéndez, (en sus respectivas calidades de presidente, vice-
presidente y secretario del consejo de administración de la sociedad comercial
Galerías, C. por A.), y los señores Salvador Cienfuegos Boto, y Munier Fernández
Kury (en sus respectivas calidades de comisarios de cuentas).

d) Que en ocasión del proceso antes indicado, mediante la sentencia No. 01427-10, de
fecha 20 de octubre de 2010, éste tribunal ordenó a la sociedad comercial Galerías, C.
por A., y los señores Salvador Fernández Menéndez, Luis Alberto Fernández, Juan
Enrique Fernández Menéndez, Salvador Cienfuegos Boto, y Munier Fernández Kury,
que rindieran cuentas dentro de un plazo de treinta (30) días, de su gestión
administrativa comprendida entre el 14 de enero de 1994 hasta el mes de octubre del
año 2010.

e) Que ante la negativa de los cuentadantes demandados en rendir cuentas de manera


voluntaria conforme a lo ordenado por la sentencia No. 01427-10, el tribunal se vio en
la obligación de designar como perito contador para realizar la referida rendición de
cuentas al licenciado Lorenzo Antonio Ortega Restituyo, el cual posteriormente fue
debidamente juramentado por el tribunal para tales fines.
Expediente No. 036-2008-01308
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f) Que ante la falta de los documentos necesarios para el licenciado Lorenzo Antonio
Ortega Restituyo levantar su informe de rendición de cuentas de la sociedad comercial
Galerías, C. por A., conforme a la sentencia 01427-10, éste se vio imposibilitado para
completar el mismo, y por ende obligado a notificar el acto No. 490-11, de fecha 30 de
septiembre de 2011, con miras a que la sociedad comercial Galerías, C. por A., y los
señores Salvador Fernández Menéndez, Luis Alberto Fernández, Juan Enrique
Fernández Menéndez, Salvador Cienfuegos Boto, y Munier Fernández Kury, le
suministraran los documentos que necesita para completar su labor.

g) Que en vista de que la sociedad comercial Galerías, C. por A., y los señores Salvador
Fernández Menéndez, Luis Alberto Fernández, Juan Enrique Fernández Menéndez,
Salvador Cienfuegos Boto, y Munier Fernández Kury, no dieron respuesta al
requerimiento formulado por el perito contador, licenciado Lorenzo Antonio Ortega
Restituyo, para que procediera a rendir las cuentas de la sociedad comercial Galerías,
C. por A., y en vista de la reincidencia de estos en que se levantara el informe de
redición de cuentas, éste tribunal dictó la sentencia No. 01645-11, de fecha 11 de
noviembre de 2011, con miras a conminar a dichas personas a aportar los documentos
solicitados por el perito para la culminación de su informe, condenándoles a un
astreinte de RD$5,000.00, a fin de garantizar el fiel cumplimiento de la misma.

h) Que la sentencia No. 01645-11, de fecha 11 de noviembre de 2011, le fue notificada a


la sociedad comercial Galerías, C. por A., y los señores Salvador Fernández
Menéndez, Luis Alberto Fernández, Juan Enrique Fernández Menéndez, Salvador
Cienfuegos Boto, y Munier Fernández Kury, mediante el acto No. 583-11, de fecha 25
de noviembre de 2011, otorgándosele un plazo de cinco (5) días para que procedieran
a su fiel cumplimiento, sin embargo, a la fecha los demandados no han cumplido con

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ninguna de las ordenanzas dictadas por este tribunal en aras de que se produzca la
rendición de las cuentas ut supra indicada.

9. Que dentro de los pedimentos formulados por la parte demandante se encuentra una solicitud de
liquidación del astreinte establecido en la sentencia No. 01645-11, dictada por este tribunal en fecha 11 de
noviembre de 2011, mediante la cual se condena a los demandados a pagar la suma de cinco mil pesos
dominicanos con 00/100 (RD$5,000.00), diarios, por cada día de retraso en el cumplimiento de la misma,
computables a partir de transcurrido el plazo de cinco (5) días posteriores a su notificación.

10. Que el astreinte es una figura de naturaleza conminatoria creada por la jurisprudencia de nuestro más
alto tribunal, la cual consiste en una condenación a pagar una suma de dinero que tiene, en principio, un
carácter sucesivo (diario, semanal, mensual), en ocasión de que haya retardo en el cumplimiento de
determinada decisión judicial, con el objetivo de ejercer presión sobre la parte condenada, a fin de que
obtempere a ejecutar la decisión del juez, (Ortiz Read, Alexis. Arias Arzeno. Samuel. La Jurisdicción de
los Referimientos: Fondo Jurisprudencial de la Cámara Civil de la Corte de Apelación de Santo
Domingo (1956-1998). Escuela Nacional de la Judicatura (ENJ). República Dominicana. Págs. 68-70).

11. Que en ese sentido, el tribunal ha podido verificar de la lectura de la sentencia No. 01645-11, dictada
por esta sala en fecha 11 de noviembre de 2011, que ciertamente se fijó un astreinte conminatorio por la
suma de cinco mil pesos dominicanos con 00/100 (RD$5,000.00), diarios, el cual empezaría a computarse
a los cinco (5) días de ser notificada la sentencia, frente al incumplimiento de lo dispuesto en la misma;
que en ese orden, en el expediente reposa el acto No. 583-11, de fecha 25 de noviembre de 2011, antes
descrito, mediante el cual es notificada a los demandados la referida sentencia, y al haber quedado
evidenciado que los demandados se han negado a rendir cuentas, y a entregar los documentos solicitados
por el perito contador designado para la rendición de cuentas, lo que indica que a la fecha los
cuentadantes no han dado cumplimiento a lo ordenado en la referida decisión, por lo que entendemos que
procede ordenar la liquidación del astreinte de marras, contando a partir de los cinco (5) días posteriores a

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la referida notificación, es decir, del día miércoles 30 de noviembre de 2011, hasta la fecha en que ha sido
pronunciada la presente decisión, de lo que se infiere que al haber transcurrido el plazo de trescientos
veintiocho (328) días, la suma a liquidar asciende al monto de un millón seiscientos cuarenta mil pesos
dominicanos con 00/100 (RD$1,640,000.00), tal y como se hará constar en el dispositivo de la sentencia.

12. Que el artículo 100 de la Constitución Política de la República Dominicana establece:


‘‘Irretroactividad de la ley. La ley sólo dispone y se aplica para lo porvenir. No tiene efecto retroactivo
sino cuando sea favorable al que esté subjúdice o cumpliendo condena. En ningún caso los poderes
públicos o la ley podrán afectar o alterar la seguridad jurídica derivada de situaciones establecidas
conforme a una legislación anterior’’.

13. Que el principio constitucional de la irretroactividad de la Ley impide que una nueva legislación
afecte las consecuencias jurídicas producidas en una fecha previa a su entrada en vigencia, teniendo por
cometido la protección de la seguridad jurídica al impedir que una nueva Ley modifique situaciones
jurídicas consolidadas con anterioridad a su promulgación y amparadas en los principios y lineamientos
contenidos en la legislación precedente (Félix Tena de Sosa. Constitución Comentada. Fundación
Institucional y Justicia, Inc. (FINJUS), Noviembre 2011. Distrito Nacional, República Dominicana. Págs.
234-235), de lo que se infiere que las leyes son de aplicación inmediata y futura, recayendo sus efectos
sobre los actos surgidos tanto durante su vigencia, como los iniciados bajo la legislación derogada y que
hayan alcanzado su consumación después de la promulgación de la nueva Ley.

14. Que en ese sentido, el tribunal advierte a las partes que si bien es cierto que las reglas particulares
establecidas en el Código de Comercio de la República Dominicana, referentes a las compañías por
acciones, quedaron derogadas con la entrada en vigencia de la Ley No. 479-08, sobre Sociedades
Comerciales y Empresas Individuales de Responsabilidad Limitada, promulgada en fecha 11 de
diciembre de 2008, y modificada por la Ley No. 31-11, de fecha 10 de febrero de 2011, no menos verdad
es que en aplicación del principio constitucional de irretroactividad de las leyes consagrado en el artículo

Expediente No. 036-2008-01308


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100 de la Constitución Política de la República Dominicana, al caso de la especie le son aplicables las
disposiciones esbozadas en el Código de Comercio de la República Dominicana y no las que están
consagradas en la Ley No. 479-08, sobre Sociedades Comerciales y Empresas Individuales de
Responsabilidad Limitada, ya que ésta última legislación entró en vigencia el día 11 de diciembre de
2008, es decir, en una fecha posterior al inicio de la primera fase de la presente acción, la cual fue
interpuesta en fecha 20 de noviembre de 2008, con miras a que se ordenara la rendición de cuentas a la
cual los demandados nunca quisieron obtemperar, lo que se encuentra aunado al cese de las funciones
sociales de la entidad Galerías, C. por A., previo a su transformación en una de las sociedades
comerciales contempladas en las nueva normativa que rige la estructuración y composición de las razones
sociales, sin evidenciar como hicieron esta transformación sin llamar a la demandante, que es que posee
mas acciones dentro de la compañía.

15. Que la sección 3ra. del título I del Código de Comercio de la República Dominicana, destinada a las
reglas particulares de las compañías por acciones, en el artículo 57 dispone, entre otras cosas que: ‘‘La
junta general anual designará uno o varios comisarios accionistas o no, encargados de presentar un
informe a la junta general del año siguiente sobre la situación de la compañía, el balance y las cuentas
presentadas por las administraciones (…)’’, en ese mismo sentido, el artículo 58 del referido texto legal
establece entre otras cosas, que: ‘‘quince (15) días por lo menos antes de la reunión de la junta general,
todo accionista podrá enterarse, en el domicilio de la compañía, del inventario y de la lista de los
accionistas, y hacer que le den copia del balance que resuma el inventario, y del informe de los
comisarios (…)’’.

16. Que la parte in fine del artículo 60 del Código de Comercio de la República Dominicana expresa
que: ‘‘Los administradores serán responsables, conforme a las reglas del derecho común, individual o
solidariamente, según los casos, hacia la compañía o hacia terceras personas, de las infracciones a las
disposiciones del presente título, y de las faltas que hayan cometido en su gestión, particularmente en
distribuir o en dejar que se distribuyan sin oposición dividendos ficticios’’.

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17. Que el objeto de la presente demanda se contrae a la tercera y última etapa de la demanda en
rendición de cuentas, la cual consiste en evaluar si hay lugar al compromiso de la responsabilidad civil de
los cuentadantes demandados y dar curso a la reparación de daños y perjuicios generados como fruto de
una administración inadecuada durante el periodo sujeto a la auditoria que deben estos realizar de manera
espontanea, y a falta de ello, del informe de rendición de cuentas que levantaría el eventual contador
público autorizado comisionado y juramentado por el tribunal a tales fines.

18. Que la rendición de cuentas “consiste en una operación en que un mandatario, un administrador del
patrimonio ajeno, o un funcionario contable, presentan las cuentas de su gestión, con el objeto de que
sean verificadas, ajustadas y liquidadas”, (Capitant. Henry. Vocabulario Jurídico. Ediciones Depalma.
Buenos Aires, Argentina. Pág. 489); acción esta que recae sobre el cuentadante o persona que da cuenta
de los fondos que le han sido confiados, persiguiéndose con la misma que se ponga en conocimiento a las
personas interesadas de todos los antecedentes, hechos y resultados de actividades u operaciones
realizadas durante determinado tiempo del mandato.

19. Que el objetivo de la rendición de cuentas, ya sea voluntaria o espontanea (extrajudicial) o imperativa
u obligatoria (judicial), radica en: a) Examinar las gestiones administrativas y las cuentas que han sido
confiadas al o los cuentadantes durante un lapso de tiempo o gestión determinada; b) Verificar cual es el
estado del patrimonio que ha sido administrado por el o los cuentadantes, y si su uso ha sido destinado
para los fines que fue delegado, detallándose las positivas y negativas de la gestión administrada; c)
Ajustar los resultados de las cuentas rendidas al ejercicio de los cuentadantes, sopesando las ganancias y
perdidas manifestadas durante la gestión, en aras de determinar la transparencia de la misma; d) Liquidar
los valores, beneficios, dividendos y utilidades generados a favor de quien solicita la rendición de
cuentas, en caso de que la gestión haya sido positiva y ello procediere, y de lo contrario, si fuere negativa,
hacer de su conocimiento el avalúo de las pérdidas.

20. Que el artículo 534 del Código de Procedimiento Civil establece que: ‘‘El cuentadante presentará y
ratificará su cuenta personalmente o por medio de mandatario especial en el término señalado, y en el
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día indicado por el juez comisario, sea que se hallaren presentes las partes que deban recibir la cuenta,
o que hubieren sido citadas a persona o domicilio, cuando no tuvieren abogados, y por acto de abogado
cuando lo tuvieren constituido. Si el cuentadante dejare transcurrir el término que hubiere señalado, sin
rendir las cuentas, será compelido a ello por el embargo y venta de sus bienes, hasta la cantidad fijada
por el tribunal; y también cuando el tribunal lo creyere conveniente será compelido por el apremio
corporal’’.

21. Que de la lectura del artículo 534 del Código de Procedimiento Civil se colige que el cuentadante que
incurra en la no presentación de las cuentas que le han sido requeridas dentro del plazo fijado por el
tribunal mediante sentencia, será obligado a ello a través del embargo y venta de los bienes que éste posee
a título personal, así como su apremio corporal cuando el tribunal lo estime de lugar, sin embargo, en el
presente caso no se han suscitado ninguno de estos escenarios, ya que ante la negativa de los cuentadantes
demandados en dar cumplimiento a la sentencia que ordenó la rendición de cuentas, a saber, la marcada
con el número 01427-10, éste tribunal frente a la no presentación voluntaria de las cuentas por parte de
los demandados, consideró oportuna la designación de un perito contador para que levantara un informe
contentivo de la rendición de cuentas, lo cual tampoco resultó posible, debido a que los cuentadantes se
negaron a suministrar los documentos que el contador público autorizado, licenciado Lorenzo Antonio
Ortega Restituyo, necesitaba para levantar su informe, lo que a todas luces nos lleva a presumir que su
negativa en que sean rendidas las referidas cuentas se deben a que hubo un manejo turbio e incorrecto al
momento de administrar el patrimonio que les fue confiado.

22. Que se reconoce en algunos ordenamientos jurídicos que: ‘‘cuando no se presentan las cuentas
debidamente documentadas, se presumirá que se ha cometido una sustracción de los valores que han
sido puestos bajo la confianza del cuentadante’’, (Resolución No. 759, sobre Fijación de Normas sobre el
Procedimiento de Rendición de Cuentas, publicada en fecha 17 de enero de 2004, por la Contraloría
General de la República Chilena), en ese sentido, si bien es cierto que en nuestra legislación no se
encuentra prevista dicha presunción, sino que el juez se encuentra condicionado a fallar conforme a las

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pruebas que le han sido aportadas, no menos verdad es que en la especie, el tribunal en aras de que los
cuentadantes demandados cumplan con su obligación y se conocieran las cuentas de la gestión
administrativa de la sociedad comercial Galerías, C. por A., en el intervalo de tiempo comprendido entre
el 14 de enero de 1994, hasta la fecha, agotó todas las fases previstas por el legislador para ello e
inclusive procedimos a la designación y juramentación de un perito contable con miras de obtener una
respuesta de lo sucedido durante la referida administración, sin embargo los demandados no han querido
obtemperar a dicho requerimiento y se negaron a entregar los documentos requeridos por el perito
contador para éste completar su informe, no obstante a que esta sala dictara una ordenanza conminándoles
a ello, so pena de astreinte, lo que constituye una conducta de mala fe generadora de daños y perjuicios.

23. Que la acción que nos apodera está fundamentada en los artículos 1382 y 1383 del Código Civil
Dominicano, pilares de la responsabilidad civil por el hecho personal, los cuales establecen: “Cualquier
hecho del hombre que causa a otro un daño, obliga a aquél por cuya culpa sucedió a repararlo”; “Cada
cual es responsable del perjuicio que ha causado, no solamente por un hecho suyo, sino también por su
negligencia o su imprudencia”.

24. Que en nuestro derecho, la responsabilidad civil se encuentra dominada por la conjugación de tres
requisitos que son comunes a todos órdenes de responsabilidad, y a todas sus esferas, a saber: la falta, el
perjuicio y la relación de causa a efecto, (S.C.J. abril 1954, B.J. 525, Pág.733; BBC.886, Pág.2462).

25. Que para que exista responsabilidad por parte de aquel que está siendo demandando en justicia es
necesario que existan los elementos constitutivos de responsabilidad civil, que son: la falta,
entendiéndose por falta el hecho personal o de aquella cosa por la cual se responde que de manera
intencional o no, produce un daño, el daño es el perjuicio que sufre una persona como consecuencia de
una falta cometida por otro, y la relación de causalidad entre la falta y el daño causado, es decir, que
el daño causado sea consecuencia de la falta cometida.

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26. Que la falta es un error de conducta, que denota una actuación contra el derecho del otro, siendo este
elemento constitutivo conforme el criterio jurisprudencial constante de nuestra Suprema Corte de Justicia,
‘‘un requisito de primer orden para la existencia de todos los casos de responsabilidad civil’’, (S.C.J. BJ.
597, Pág. 752).

27. Que en ese sentido, este tribunal es participe del criterio de que es condición sine qua non para poder
acordar indemnización el que deben encontrarse reunidos los elementos característicos de la
responsabilidad civil, así las cosas, hemos comprobado que: a) la sociedad comercial Galerías, C. por A.,
ni los señores Salvador Fernández Menéndez, Luis Alberto Fernández, Juan Enrique Fernández
Menéndez, en su calidad de miembros del consejo de administración de la referida entidad, o los señores
Salvador Cienfuegos Boto y Munier Fernández Kury, en su calidad de comisarios de cuentas, no han
rendido las cuentas de la gestión administrativa de la sociedad comercial Galerías, C. por A., realizada a
partir del 14 de enero de 1994, hasta el mes de octubre del año 2010, la cual fuere ordenada por este
tribunal mediante la sentencia No. 01427-10, de fecha 20 de octubre de 2010; b) la negativa de estos
cuentadantes en facilitar los documentos solicitados por el perito contador designado por el tribunal,
licenciado Lorenzo Antonio Ortega Restituyo, a los fines de que éste pudiera completar su investigación y
levantar el informe de rendición de cuentas, no obstante habérseles ordenado mediante la sentencia No.
01645-11, dictada por esta sala en fecha 11 de noviembre de 2011, que procedieran a la entrega de los
indicados documentos en manos del perito contador actuante, so pena de astreinte diario ascendente a la
suma de RD$5,000.00; que de lo anterior se deduce una conducta de mala fe y la conjugación una
actuación en contra de un derecho de otro, lo que en principió da lugar a una falta, toda vez que la
negativa de los cuentadantes demandados en rendir las cuentas de su gestión, no obstante haberse agotado
todas las vías y fases judiciales establecidas para ello, las cuales no se pudieron culminar por la negación
de los demandados en entregar los documentos que les fueron requeridos por el contador público
autorizado, hacen presumir que durante la gestión comprendida entre el 14 de enero de 1994 al mes de
octubre de 2010, se realizó una administración turbia, ambigua y con puntos oscuros que dan al traste con
la configuración de los daños y perjuicios reclamados por la accionista demandante.

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28. Que también se ha verificado un daño, en razón de que ante la negativa de rendir cuentas de la
sociedad comercial Galerías, C. por A., los señores Salvador Fernández Menéndez, Luis Alberto
Fernández, Juan Enrique Fernández Menéndez, en su calidad de miembros del consejo de administración
de la referida entidad, y los señores Salvador Cienfuegos Boto y Munier Fernández Kury, en su calidad de
comisarios de cuentas, han impedido que la entidad Inversiones Acacia, S. A., tenga participación en las
gestiones y desarrollo de la compañía, así como conocimiento de las eventuales pérdidas, beneficios,
dividendos y ganancias que haya podido obtener por ser propietaria de la cantidad de novecientos setenta
y nueve (979) acciones de la sociedad comercial Galerías, C. por A., desde el día 14 de enero de 1994,
hasta el mes de octubre de 2010, y a su vez conocer los motivos y tener constancia del estado en que se
encuentra en la actualidad la razón social de la que es accionista mayoritaria; y que existe una relación
de causalidad entre la falta de los demandados y el daño recibido por la parte demandante, en vista del
incumplimiento en rendir las cuentas y la mala fe de su gestión, no obstante haber sido ordenado por
sentencia de este tribunal, han sido el causal de los daños percibidos por la parte demandante, por lo tanto
se encuentran reunidos los requisitos necesarios para que proceda una demanda en reparación de daños y
perjuicios, procediendo en el presente caso condenar a los demandados, la sociedad comercial Galerías,
C. por A., y los señores Salvador Fernández Menéndez, Luis Alberto Fernández, Juan Enrique Fernández
Menéndez, tanto en sus respectivas calidades de presidente, vice-presidente y secretario del consejo de
administración de la sociedad comercial Galerías, C. por A., como a título personal, al igual que a los
señores Salvador Cienfuegos Boto, y Munier Fernández Kury, en sus respectivas calidades de comisarios
de cuentas, y a título personal, por haberse demostrado la responsabilidad civil reclamada.

29. Que la parte demandante, la sociedad comercial Inversiones Acacia, S. A., solicita una
indemnización resarcitoria ascendente a la suma de setenta millones de pesos dominicanos con 00/100
(RD$70,000,000.00), en ocasión de los daños y perjuicios de los que ha sido víctima a causa de la mala
gestión administrativa realizada por los demandados en el período comprendido desde el 14 de enero de
1994, hasta la fecha.

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30. Que el tribunal para fines de otorgar una indemnización justa y proporcional conforme a la dimensión
de los daños y perjuicios experimentados por la parte demandante, sociedad comercial Inversiones
Acacia, S. A., referentes a que no ha podido participar de manera activa en las gestiones y desarrollo de la
compañía en que es accionista mayoritaria, así como el desconocimiento del estatus de la misma y el no
tener constancia de las gestiones realizadas durante la referida administración, en principio nos
avocaríamos a la valoración global de los medios de prueba que componen el expediente y que diluciden
la magnitud del daño, sin embargo, en el presente caso, no obstante a que pretendamos aunar la
evaluación de los daños y perjuicios a la situación de hecho que hemos reconocido como cierta, a saber,
la negativa de los demandados en rendir cuentas y su eventual mala administración, la carga de la prueba
se invierte, recayendo sobre los cuentadantes demandados la responsabilidad de probar que no han
incurrido en una gestión administrativa turbia, ambigua e incorrecta, lo que se denotaría a través del
informe de rendición de cuentas y los documentos que le sirven de base al mismo, cosa que no hicieron
los cuentadantes demandados, no obstante ser constreñidos por el tribunal a pena de astreinte para dar
cumplimiento a ello, ya que incumplieron en su obligación legal de rendir cuentas y de ello se desprende
la presunción de mala fe en su gestión administrativa.

31. Que en tal sentido, habiendo el tribunal evidenciado que los demandados no han querido rendir
cuentas de manera amistosa, ni han obtemperado a las solicitudes realizadas por el perito contador
designado por el tribunal, y mucho menos han acatado las ordenanzas dictadas por esta sala con miras a
determinar la verdad fáctica sobre lo acontecido en la gestión administrativa de la sociedad comercial
Galerías, C. por A., en el período comprendido entre el 14 de enero de 1994, hasta la fecha, entendemos
que procede indemnizar a la demandante íntegramente por la suma que esta ha solicitado, ya que no ha
sido posible atenuar de manera subjetiva la ascendencia de los daños y perjuicios que reclama la
demandante, en el sentido de que los elementos probatorios que nos permitirían hacer dicha evaluación, a
saber, el informe de rendición de cuentas (el cual no ha sido producido), y los documentos que darían
lugar al referido informe (los cuales han sido retenidos por los demandados), los mismos no han sido
incorporados al proceso debido a la negativa, mala fe e incumplimiento de la obligación legal de rendir

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cuentas que le fue impuesta a los cuentadantes demandados, valiendo este considerando decisión, tal y
como se hará constar en el dispositivo de la sentencia.

32. Que la parte demandante también solicitó al tribunal que fuera ordenada la ejecución provisional y sin
fianza de la sentencia a intervenir no obstante cualquier recurso que contra la misma se interponga; en tal
sentido, en virtud de lo que establece el numeral octavo del artículo 130 de la Ley No. 834, del 15 de julio
de 1978, y de la naturaleza de la demanda de que se trata, el tribunal ordena la ejecución provisional de la
presente decisión sin prestación de garantía real o personal, tal y como se hará constar en el dispositivo de
la decisión.

33. Que el artículo 130 del Código de Procedimiento Civil dispone que será condenado en costas toda
parte que sucumba en justicia, y en cumplimiento de tal mandato procede condenar a los demandados en
pago de las mismas, ordenando su distracción a favor del abogado apoderado por la parte demandante, ya
que así lo ha solicitado, afirmando que las ha avanzado en su totalidad.

Por tales motivos y vista la Constitución Política de la República Dominicana; el Código Civil
Dominicano; el Código de Procedimiento Civil; las leyes números 834 y 845, ambas del 15 de julio de
1978, y 50-2000 del 26 de julio de 2000, que modificó la Ley número 821 del 21 de noviembre de 1927,
sobre Organización Judicial; la doctrina y la jurisprudencia.

LA ----- SALA DE LA CÁMARA CIVIL Y COMERCIAL DEL JUZGADO DE PRIMERA


INSTANCIA DEL DISTRITO NACIONAL, ADMINISTRANDO JUSTICIA EN NOMBRE DE
LA REPÚBLICA, POR AUTORIDAD DE LA LEY Y EN MÉRITO DE LOS ARTÍCULOS
CITADOS:

F A L L A:

PRIMERO: En cuanto a la forma, declara buena y válida la demanda en Rendición de Cuentas y


Reparación de Daños y Perjuicios, interpuesta por la entidad Inversiones Acacia, S. A., en contra de la
sociedad comercial Galerías, C. por A., y los señores Salvador Fernández Menéndez, Luis Alberto
Fernández y Juan Enrique Fernández Menéndez, (en sus respectivas calidades de presidente, vice-
Expediente No. 036-2008-01308
Inversiones Acacia, S. A., Vs. Galerías, C. por A., Salvador Fernández Menéndez, Luis Alberto Fernández, Juan
Enrique Fernández Menéndez, Salvador Cienfuegos Boto, y Munier Fernández Kury. 24

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presidente y secretario del consejo de administración de la sociedad comercial Galerías, C. por A.), y los
señores Salvador Cienfuegos Boto y Munier Fernández Kury (en sus respectivas calidades de
comisarios de cuentas), por haber sido hecha conforme a la ley.

SEGUNDO: En cuanto al fondo, acoge en parte las conclusiones de la parte demandante, la entidad
Inversiones Acacia, S. A., y en consecuencia:

A. Condena a la sociedad comercial Galerías, C. por A., y los señores Salvador


Fernández Menéndez, Luis Alberto Fernández y Juan Enrique Fernández
Menéndez, tanto en sus respectivas calidades de presidente, vice-presidente y
secretario del consejo de administración de la sociedad comercial Galerías, C. por A.,
como a título personal, y a los señores Salvador Cienfuegos Boto y Munier
Fernández Kury, tanto en sus respectivas calidades de comisarios de cuentas, como a
título personal, al pago solidario a favor de la demandante, entidad Inversiones
Acacia, S. A., de la suma de un millón seiscientos cuarenta mil pesos dominicanos
con 00/100 (RD$1,640,000.00), a título de liquidación del astreinte conminatorio
establecido en la sentencia No. 01645-11, dictada por esta sala en fecha 11 de
noviembre de 2011, por los motivos anteriormente expuestos.

B. Condena a la sociedad comercial Galerías, C. por A., y los señores Salvador


Fernández Menéndez, Luis Alberto Fernández y Juan Enrique Fernández
Menéndez, tanto en sus respectivas calidades de presidente, vice-presidente y
secretario del consejo de administración de la sociedad comercial Galerías, C. por A.,
como a título personal, y a los señores Salvador Cienfuegos Boto y Munier
Fernández Kury, tanto en sus respectivas calidades de comisarios de cuentas, como a
título personal, al pago solidario de una indemnización a favor de la demandante,
entidad Inversiones Acacia, S. A., ascendente a la suma de setenta millones de pesos

Expediente No. 036-2008-01308


Inversiones Acacia, S. A., Vs. Galerías, C. por A., Salvador Fernández Menéndez, Luis Alberto Fernández, Juan
Enrique Fernández Menéndez, Salvador Cienfuegos Boto, y Munier Fernández Kury. 25

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dominicanos con 00/100 (RD$70,000,000.00), como justa reparación por los daños y
perjuicios que su incumplimiento en rendir cuentas y presumible mala fe en su gestión
administrativa, por los motivos anteriormente expuestos.

TERCERO: Se ordena la ejecución provisional de esta decisión sin prestación de garantía real o
personal.

CUARTO: Condena a la sociedad comercial Galerías, C. por A., y los señores Salvador Fernández
Menéndez, Luis Alberto Fernández y Juan Enrique Fernández Menéndez, tanto en sus respectivas
calidades de presidente, vice-presidente y secretario del consejo de administración de la sociedad
comercial Galerías, C. por A., como a título personal, y a los señores Salvador Cienfuegos Boto y
Munier Fernández Kury, tanto en sus respectivas calidades de comisarios de cuentas, como a título
personal, al pago de las costas del procedimiento, con distracción y provecho a favor de los abogados de
la parte demandante, a saber, los licenciados Carlos Manuel Felipe Báez y Omar Chapman Reyes,
quienes afirman haberlas avanzado en su totalidad.

FDOS. --------, JUEZA. --------, SECRETARIA INTERINA. La sentencia que antecede ha sido dada y
firmada por la jueza de este tribunal, el mismo día, mes y año citados, la cual fue leída en audiencia
pública por la secretaria que certifica.

CERTIFICO: Que la sentencia que antecede es una copia fiel y conforme a su original, copia que
expido, sello y firmo a solicitud de la parte interesada, hoy día _________________ (_____), del mes de
________________ del año dos mil _________ (_______).

-------
Secretaria Interina
Liquidacion fiscal de la Ley No. 417
Concepto Cant. Pags. Monto
Por búsqueda (RD$0.30) 0.30
Por certificación (RD$1.00) 1.00
Por fojas (RD$0.15 c/u) 26 3.90
TOTAL RD$ 5.20

Expediente No. 036-2008-01308


Inversiones Acacia, S. A., Vs. Galerías, C. por A., Salvador Fernández Menéndez, Luis Alberto Fernández, Juan
Enrique Fernández Menéndez, Salvador Cienfuegos Boto, y Munier Fernández Kury. 26

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Sentencia No. 01702-11


Expediente No. 036-2010-00876

EN NOMBRE DE LA REPÚBLICA

LA ___________ SALA DE LA CÁMARA CIVIL Y COMERCIAL DEL JUZGADO DE


PRIMERA INSTANCIA DEL DISTRITO NACIONAL, regularmente constituida por la Magistrada
____________, Jueza que Preside, asistida por la secretaria infrascrita y el alguacil de estrados de turno,
en la Sala donde celebra sus audiencias, sito en el segundo piso del Palacio de Justicia del Centro de los
Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo, en el Distrito Nacional, República Dominicana, a las
nueve (9:00) horas de la mañana, dicta en sus atribuciones civiles y en audiencia pública la Sentencia
número Mil Setecientos Dos (01702-11) de fecha Veintitrés (23) del mes de Noviembre del año Dos
Mil Once (2011), año 168 de la Independencia y 149 de la Restauración.

Con motivo de la demanda en Reparación de Daños y Perjuicios, interpuesta por el señor Ramón
Rivera, dominicano, mayor de edad, portador de la cédula de identidad y electoral No. 001-0372345-8,
domiciliado y residente en el Distrito Nacional, quien tiene como abogados constituidos y apoderados
especiales a los licenciados Juan Gabriel Ramírez Perdomo y Darnetty Margarita Lugo Calderón,
dominicanos, mayores de edad, portadores de las cédulas de identidad y electoral Nos. 001-0853824-0 y
001-01280365-5, respectivamente, con estudio profesional abierto común en la firma ‘‘Ius Mega
Service’’, ubicada en la avenida José Contreras, No. 79, residencial Reyna Alessandra, apartamento 6-C,
sector Zona Universitaria, Distrito Nacional, contra la entidad Sky Dominicana;

OÍDA, a la Jueza dar apertura a la audiencia pública y al ministerial de turno en la lectura del rol de
fecha 23 de noviembre de 2011;

Expediente No. 036-2010-00876 1


Ramón Rivera Vs. Sky Dominicana

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OÍDA, a la licenciada Darnetty Margarita Lugo Calderón, por sí y por el licenciado Juan Gabriel
Ramírez Perdomo, abogados de los Tribunales de la República, de generales anteriormente descritas,
dar calidades en representación de la parte demandante, y solicitar en audiencia lo siguiente: “‘‘Único:
Solicitamos una comparecencia personal, a los fines de probar los daños que son de una difícil
valoración y la suscripción del contrato’’;

OÍDO, al licenciado Julio Amaro Jacques, conjuntamente con el licenciado Juan Alejandro Acosta
Rivas, abogados de los Tribunales de la República, dar calidades en el sentido de que representan a la
parte interviniente forzosa, la Corporación Satelital Nova Visión Dominicana, S. A., (SKY), y solicitar
en audiencia lo siguiente: ‘‘Nosotros teníamos un pedimento y es con relación al acto introductivo de la
demanda y al acto de intervención forzosa por el que fuimos llamados a la audiencia, el acto
introductivo de la demanda desnaturaliza lo que es una demanda civil, puesto que dicho acto se está
notificando a un nombre comercial inexistente, en ese sentido, Primero: Declarar nulo el acto
introductivo de instancia No. 1286-10, de fecha 26 de julio de 2010, por falta de capacidad del nombre
comercial Sky Dominicana para ser pasible de ser demandado en justicia, es un nombre que no tiene
personalidad jurídica; Segundo: Declarar nula la demanda en intervención forzosa contra la entidad
Corporación Satelital Nova Visión Dominicana, S. A., (SKY), interpuesta mediante acto No.2225/2011,
de fecha 19 de agosto de 2011, en virtud del principio de que lo accesorio corre la suerte de lo
principal, Tercero: Condenar a la parte demandante al pago de las costas, ordenando su distracción a
favor de los abogados concluyentes’’;

OÍDA, a la abogada de la parte demandante, nueva vez, y referirse a las conclusiones del interviniente
forzoso de la manera siguiente: ‘‘Primero: Que se rechacen las conclusiones de la parte interviniente
forzosa por improcedentes, mal fundadas y carentes de base legal; Segundo: Que se condene a la parte
interviniente forzosa al pago de las costas, ordenando su distracción a favor del abogado concluyente’’

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Ramón Rivera Vs. Sky Dominicana

Marcerla Tolentino / William Vizcaíno


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OÍDO, al abogado de la parte interviniente forzosa, nueva vez, y manifestar lo siguiente: ‘‘Único: En
cuanto a la comparecencia que se rechace por entenderla improcedente, la materia es civil, la prueba
debe ser documental’’;

OÍDO, al licenciado José Manuel Batlle Pérez, por sí y por el licenciado Práxedes Joaquín Castillo
Báez, abogados de los Tribunales de la República, dominicanos, mayores de edad, portadores de las
cédulas de identidad y electoral Nos. 001-1694129-5 y 001-0790451-8, respectivamente, con estudio
profesional abierto en común en el bufete ‘‘Castillo y Castillo’’, ubicado en la avenida Lope de Vega,
No. 4, sector Ensanche Naco, Distrito Nacional, dar calidades en representación de la parte demandada
Sky Dominicana, y solicitar en audiencia lo siguiente: ‘‘Único: En cuanto a la medida de
comparecencia personal, la dejamos a la soberana apreciación del tribunal’’;

OÍDA, a la Magistrada Jueza que preside, manifestar lo siguiente: ‘‘Primero: Con relación a la
solicitud de nulidad del acto introductivo de la demanda realizado por el interviniente, la entidad
Corporación Satelital Nova Visión Dominicana, S. A., (SKY), llamada a este proceso mediante el acto
2225-2011, de fecha 19 de agosto de 2011, en razón y en ocasión de la sentencia número 00769-2011,
que dictó este tribunal en fecha 03 de junio de 2011, en ocasión a la solicitud de nulidad que hiciere
SKY Dominicana de ese acto, fundamentada en los mismos argumentos de hecho y de derecho
planteados hoy por el interventor forzoso Corporación Satelital Nova Visión Dominicana, S. A., (SKY),
quien conforme al contrato no.7600157 se define con ese nombre; que el tribunal estableció en dicha
sentencia que SKY Dominicana es el nombre que identifica el público que contrata con la compañía
Corporación Satelital Nova Visión Dominicana, S. A., (SKY) quien en los contratos con sus clientes
encabeza este nombre, por lo que por la teoría añeja de la notoriedad del derecho civil cuando se invita
a confusión de los usuarios, la persona que explota el nombre en este caso, Corporación Satelital Nova
Visión Dominicana, S. A., (SKY), quien se identifica como SKY Dominicana, por un asunto de
saneamiento procesal se le ordenó mediante esa sentencia a la parte demandante a que le encausara
para que respondiera con relación a los argumentos de hecho y de derecho por los cuales el
demandante reclamaba reparación, ya que SKY Dominicana, estableció ser solo un nombre y no una
Expediente No. 036-2010-00876 3
Ramón Rivera Vs. Sky Dominicana

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entidad comercial, por lo que no tiene, ni tenía personalidad jurídica para responder ante esta
instancia, en ese sentido, el tribunal saneando el proceso ordenó llamar a la persona física y moral que
utiliza en los actos contractuales con los usuarios este nombre, en este caso conforme los documentos
depositados aparecen en el mismo, ambos nombres, el de la sociedad Corporación Satelital Nova
Visión Dominicana, S. A., (SKY) y el de SKY Dominicana, los cuales están debidamente representados
en la presente instancia, por lo que dichos actos no les han causado ningún tipo de agravio a sus
respectivos derechos de defensa, toda vez que se le ha dado oportunidad de que comuniquen
documentos, tomen comunicación de los mismos y el proceso fue saneado, con relación al acto
introductivo de la demanda, ese alegato fue objeto de fallo por este tribunal, por lo que hay cosa
juzgada con relación al aspecto de fondo; Segundo: Con relación a la nulidad de la intervención se
rechaza por ser infundada’’;

OÍDO, al abogado de la parte interviniente forzosa, nueva vez y concluir de la siguiente manera:
Primero: Que se declare inadmisible la demanda en virtud de que el demandante no ha agotado el
procedimiento preliminar por ante Indotel, toda vez que la Corporación Satelital Nova Visión
Dominicana, S. A., (SKY) y el de SKY Dominicana, es una compañía de telecomunicaciones y la ley
exige que antes de cualquier demanda o acción en justicia debe ser agotada esta etapa; Segundo: Que
se condene en costas a la parte demandante con distracción de las mismas a favor de los abogados
concluyentes

VISTOS LOS AUTOS Y DOCUMENTOS


RESULTA:

A) Que en fecha 26 de julio de 2010, mediante el acto No. 1286/10, instrumentado por Germán
Domingo Leonardo Polonia, Alguacil Ordinario de la Cuarta Sala de la Cámara Penal del Juzgado de
Primera Instancia del Distrito Nacional, el señor Ramón Rivera, citó y emplazó a la entidad Sky
Dominicana, en manos de Ana Almonte, quien dijo ser su empleada, para que compareciera como fuere
de derecho ante este Tribunal, en sus atribuciones civiles, por ministerio de abogado, en el plazo de la
Expediente No. 036-2010-00876 4
Ramón Rivera Vs. Sky Dominicana

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octava franca de ley, a las nueve horas de la mañana (9:00 a.m.), a los fines y motivos indicados en
dicho acto;

B) Que en fecha 02 de agosto de 2010, la parte interesada depositó en la secretaría de la Presidencia de


la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, una instancia
requiriendo la asignación de una Sala para conocer de la demanda en Reparación de Daños y
Perjuicios, resultando designada esta sala, mediante Auto No. 10-13411, emitido por la Jueza
Presidente de esta Cámara;

C) Que a solicitud de la parte demandante fue fijada audiencia para el día 15 de diciembre de 2010, a la
cual comparecieron ambas partes debidamente representadas por sus abogados constituidos, quienes
concluyeron de la siguiente manera: Demandante: ‘‘Único: Solicitamos una comunicación recíproca
de documentos’’; Demandado: ‘‘Único: No oposición’’, decidiendo el Juez Suplente por sentencia in-
voce, lo siguiente: ‘‘Primero: Se ordena la comunicación recíproca de documentos, poniendo como
fecha límite para el día 10 de marzo del año 2011; Segundo: Se fija la continuación del proceso para el
día 18 de marzo de 2011’’;

D) Que en virtud de la sentencia in-voce anterior fue fijada la audiencia para el día 18 de marzo de 2011,
a la cual comparecieron ambas partes debidamente representadas por sus abogados constituidos, quienes
concluyeron de la siguiente manera: Demandante: ‘‘Único: Solicitamos una última prórroga de la
comunicación recíproca de documentos entre las partes, para depositar un contrato de servicios
suscrito entre las partes, ya que de ahí nace la relación comercial’’; Demandado: ‘‘Único: No hay
oposición, aunque ya está depositado en el expediente’’, decidiendo la Jueza por sentencia in-voce, lo
siguiente: ‘‘Primero: Se ordena una última prórroga a la comunicación recíproca de documentos;
Segundo: Fecha límite para el depósito de documentos el día 27 de mayo de 2011, para la parte
demandante, fecha límite hasta el 31 de mayo de 2011, para la parte demandada; fija la continuación
del proceso para el día 03 del mes de junio del año 2011 a la nueve (9:00) horas de la mañana, vale
citación, costas reservadas’’;
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E) Que en virtud de la sentencia in-voce anterior fue fijada la audiencia para el día 03 de junio de 2011,
a la cual comparecieron ambas partes debidamente representadas por sus abogados constituidos, quienes
concluyeron de la siguiente manera: Demandante: ‘‘Único: Solicitamos un plazo para poder notificar
la intervención forzosa’’; Demandado: ‘‘Único: La presente demanda está viciada de nulidad
absoluta, nos oponemos y solicitamos que se anule el acto No. 1286/2010, de fecha 26 de junio de 2010,
por la falta de capacidad que tiene el nombre ‘‘Sky Dominicana’’, toda vez que Sky Dominicana es un
simple nombre comercial y no tiene personalidad jurídica’’; Demandante: ‘‘Único: Que se rechacen
los pedimentos del demandado y ratificamos’’; decidiendo la Jueza por sentencia in-voce, lo siguiente:
‘‘Primero: Con relación a la nulidad del acto planteada por la parte demandada en el sentido de que la
parte demandante emplazó a Sky Dominicana siendo este un nombre comercial usado por una sociedad
y no una sociedad con persona jurídica, por lo que según este el acto introductivo está viciado de una
nulidad absoluta que debe ser pronunciada por este tribunal en virtud a la jurisprudencia del tribunal
francés, en ese sentido, que la parte demandada solicita que se rechace en razón de que se ha dado
cuenta y ha llamado en intervención forzosa a Nova Visón Dominicana, por ser esta la responsable del
hecho que se reclama y como dice el demandado Sky es solamente el nombre con que se identifica el
público, que en ese sentido el tribunal entiende que hay un principio procesal que rige esta materia, y
es que no hay nulidad sin agravio y el principio de que toda sociedad que explota un nombre comercial
debe responder por sus actuaciones frente al usuario que no conoce con el nombre, la sociedad que
opera a través de el por lo que enterado el demandante, de dicha situación ha llamado a la entidad que
explota el nombre de Sky para que responda por el contrato, que esta firmó y por la que reclama daños
y perjuicios, y conforme a la teoría del velo corporativo, no puede el Juez cerrar los ojos frente a la
realidad de que el usuario consumidor no tiene porque conocer el nombre de la sociedad, sino el
nombre comercial que visualiza en su relación de márquetin por lo que la parte demandante percatado
el procedimiento a notificar tanto al demandado como al tribunal su posición de encausar a la
corporación dominicana a quien explota el nombre de comercialización de Sky que vende a los
consumidores ese servicio de cable, en ese sentido no ha lugar a la nulidad del acto introductivo de la
demanda en razón de la situación procesal que hoy nos ocupa fue provocada por el mismo demandado,
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que es quien explota el nombre por el cual fue llamada la entidad que supuestamente causó el daño por
lo que el demandante ha encausado, por el nombre Sky forma parte de ese nombre comercial la imagen
pública de la sociedad que pretendía; Segundo: Con relación a las costas el tribunal las reserva para
que sigan la suerte de lo principal; Tercero: Se ordena una prórroga a la comunicación de
documentos, a fin de que la corporación dominicana se incorpore al proceso y asuma la explotación del
nombre comercial y las consecuencias legales por las cuales son encausadas de manera principal a fin
de que pueda constituir abogado, fecha límite para depósito de documentos el día 12 de agosto de
2011, para la parte demandante, y 19 de agosto de 2011 para la parte demandada; Cuarto: Se fija la
continuación del proceso para el día 26 del mes de agosto de 2011 a las nueve (9:00) horas de la
mañana’’;

F) Que en virtud de la sentencia in-voce anterior fue fijada la audiencia para el día 26 de agosto de 2011,
a la cual comparecieron ambas partes debidamente representadas por sus abogados constituidos, quienes
concluyeron de la siguiente manera: Demandante: “Primero: En fecha tres (03) del mes de Junio del
año dos mil once (2011), este honorable tribunal emitió una sentencia la cual fue apelada por la parte,
en ese sentido procede el sobreseimiento del proceso hasta tanto se falle el recurso; Segundo: Que se
libre acta del depósito del acto No. 746/2011, de fecha cuatro (04) del mes de Julio del año dos mil
once (2011), del ministerial Ángel Jorge Sanchez, contentivo del recurso de apelación interpuesto por
Sky Dominicana, para la sentencia civil dictada in voce, de fecha tres (03) del mes de Junio del año dos
mil once (2011); Tercero: En virtud del efecto suspensivo de dicho recurso se ordene el sobreseimiento
del presente proceso del referido recurso de apelación; que las costas sean reservadas”; Interviniente
Forzoso: ‘‘Único: Nos Adherimos’’; Demandante: “Único: Estamos hablando de una sentencia
preparatoria, si se sobresee sólo se ocasionaría la dilatación del proceso, en ese sentido, que sea
rechazada la solicitud de sobreseimiento y que sean reservada las costas”; Jueza: “Primero: Se
ordena una prórroga a la medida de comunicación recíproca de documentos entre las que se acoge la
solicitud hecha por la parte demandante de que el presente pedimento de sobreseimiento sea
acumulado para ser conocido previo al conocimiento del fondo, invitando a las partes a concluir”;
Demandante: “Único: Que sea ordena una prórroga a la comunicación de documentos, e informativo
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testimonial a cargo de Ramón Rivera Payano, para que narre los hechos, para que demuestre el
contrato, como le retiraron los equipos”; Interviniente Forzoso: “Único: Nos oponemos a la solicitud
de informativo por innecesario por la naturaleza del proceso, a la prórroga no nos oponemos”;
Demandado: “Único: No nos oponemos a la comunicación, en cuanto al informativo es un pedimento
extemporáneo, hay que ver primero los documentos para ver la pertinencia o no de la medida de
informativo”, decidiendo la Jueza por sentencia in-voce, lo siguiente: ‘‘Primero: El tribunal ordena
una comunicación reciproca de documentos entre las partes poniendo como fecha límite para el
demandante el día siete (07) del mes de Noviembre del año dos mil once (2011), para el demandado el
día catorce (14) del mes de Noviembre del año dos mil once (2011); Segundo: Fijamos la próxima
audiencia para el día veintitrés (23) del mes de Noviembre del año dos mil once (2011), quedando
sobreseído el pedimento de sobreseimiento por el recurso”;

G) Que en virtud de la sentencia in-voce anterior fue fijada la audiencia para el día 23 de noviembre de
2011, a la cual comparecieron ambas partes debidamente representadas por sus abogados constituidos,
quienes concluyeron como se ha dicho al inicio de esta sentencia; decidiendo la Jueza por sentencia in
voce, lo siguiente: “Primero: En el caso que nos ocupa hay que agotar un procedimiento previo, eso
constituye una inadmisión, los tratados internacionales tienen un asidero mayor que la ley, en este caso
el Tratado de Nueva York, sobre los proceso alternativos que contienen la conciliación como proceso
previo a este tipo de procesos, todo en pro y beneficio de los consumidores a los fines de
descongestionar a los tribunales, además de que la sede es la que provee al usuario de los documentos
que den lugar a los daños y perjuicios, eso no quiere decir que la demanda proceda o no, sino que el
agotar esa etapa es un requisito para llegar a esta fase, por lo que en virtud del principio de economía
procesal, se declara inadmisible la presente acción conforme a lo declarado por el interviniente forzoso
y el demandado; Segundo: En cuanto a las costas procesales, se compensan porque ambos litigantes
sucumbieron en puntos de derecho’’;

H) Que en el expediente están depositados, los siguientes documentos:

Expediente No. 036-2010-00876 8


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PODER JUDICIAL
1. Original del acto número 1286-10, de fecha 26 de julio 2010, instrumentado por Germán
Domingo Leonardo Polonia, Alguacil Ordinario de la Cuarta Sala de la Cámara Penal del
Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, contentivo de Demanda en Reparación
de Daños y Perjuicios;
2. Original del acto número 2225/2011, de fecha 19 de agosto de 2011, instrumentado por
Carlos Alejandro Segura Vargas, Alguacil Ordinario de la Segunda Sala de la Cámara
Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, contentivo de Demanda en
Intervención Forzosa;
3. Original de la Certificación No. CERT-RM3233/11, expedida en fecha 09 de enero de
2011 por la Cámara de Comercio y Producción de Santo Domingo;
4. Original de la Certificación No.1102006814, expedida en fecha 17 de febrero de 2011 por
la Dirección General de Impuestos Internos;
5. Original de la Certificación expedida en fecha 18 de febrero de 2011, por la Oficina
Nacional de la Propiedad Industrial;
6. Original del acto número 488/10, de fecha 05 de agosto de 2010, instrumentado por José
Ramón Vargas Mata, Alguacil Ordinario de la Suprema Corte de Justicia, contentivo de
Constitución de Abogado;
7. Copia Fotostática del Contrato de Prestación de Servicios Residencial para la República
Dominicana No. 76000157, elaborado por la entidad Corporación Satelital Novavisión
Dominicana, S. A.;
8. Original de Carátula emitida por la entidad Corporación Satelital Novavisión Dominicana,
S. A., (Sky), a nombre del señor Ramón Rivera Payano, en calidad de suscriptor;
9. Copia Fotostática de Estado de Cuenta de la Tarjeta No. 5526-9100-002-5340
perteneciente al Banco Popular Dominicano, de fecha 23 de marzo de 2010;
10. Copia Fotostática de Estado de Cuenta de la Tarjeta No. 5526-9100-002-5340
perteneciente al Banco Popular Dominicano, de fecha 23 de febrero de 2010;
11. Copia Fotostática de Estado de Cuenta de la Tarjeta No. 5526-9100-002-5340
perteneciente al Banco Popular Dominicano, de fecha 26 de enero de 2010;
Expediente No. 036-2010-00876 9
Ramón Rivera Vs. Sky Dominicana

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PODER JUDICIAL
12. Copia Fotostática de Constancia de Entrega/ Recepción de Equipo, expedida por la entidad
Corporación Satelital Novavisión Dominicana, S. A., (Sky), a nombre del señor Ramón
Rivera Payano;
13. Original de la Sentencia No. 00769-2011, dictada en fecha 03 de junio de 2011, por la
Tercera Sala de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito
Nacional;
14. Copia Fotostática del acto número 746/2011, de fecha 04 de julio de 2011, instrumentado
por Ángeles Jorge Sánchez, Alguacil Ordinario de la Octava Sala de la Cámara Penal del
Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, contentivo de Recurso de Apelación;
15. Original de Certificación No. 0176-2011, expedida por la Segunda Sala de la Cámara
Civil y Comercial de la Corte de Apelación del Distrito Nacional

DESPUÉS DE HABER ESTUDIADO EL CASO


CONSIDERANDO:

1, que este Tribunal está apoderado de una demanda en Reparación de Daños y Perjuicios, intentada
por el señor Ramón Rivera, contra la entidad Sky Dominicana, mediante el acto número 1286-10, de
fecha 26 de julio de 2010, antes descrito, asunto de la competencia de este tribunal en virtud de lo que
establece el Código Civil y el Código de Procedimiento Civil, y asignado a esta sala de acuerdo a las
disposiciones de la Ley No. 50-2000 del 26 de julio de 2000, que modifica la Ley No. 821, del 21 de
noviembre de 1927, sobre Organización Judicial;

2, que todo juez en aras de una sana administración de justicia, así como en apego a su función de
guardián de las garantías constitucionales que rigen el debido proceso y de las prerrogativas inherentes a
las partes en litis, debe velar porque el proceso se lleve a cabo libre de vicios y omisiones que puedan
lesionar los derechos de las partes;

Expediente No. 036-2010-00876 10


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3, que es una función esencial del Estado Dominicano, según el artículo 8 de la Constitución: “la
protección efectiva de los derechos de la persona, el respeto de su dignidad y la obtención de los
medios que le permitan perfeccionarse de forma igualitaria, equitativa y progresiva, dentro de un
marco de libertad individual y de justicia social, compatibles con el orden público, el bienestar general
y los derechos de todos y todas”;

4, que en el caso de la especie nos encontramos ante una demanda en reparación de daños y perjuicios
interpuesta por el señor Ramón Rivera, en contra de Sky Dominicana, en la cual fue llamada en
intervención forzosa la Corporación Satelital Nova Visión Dominicana, S. A., (SKY), cuyo fundamento
versa sobre alegados daños sufridos a causa de un mal servicio brindado a la parte demandante, en su
calidad de consumidor del producto que ofertan la parte demandada y el interviniente forzoso;

5, que mediante las disposiciones esbozadas en el artículo 76 de la Ley número 153-98, sobre
Telecomunicaciones, se crea un órgano regulador a tales fines, denominado Instituto Dominicano de las
Telecomunicaciones (INDOTEL), el cual posee carácter de entidad estatal descentralizada, con
autonomía funcional, jurisdiccional y financiera, encontrándose dentro de sus funciones, las cuales están
establecidas en el artículo 78 del texto legal supra indicado, la siguiente: ‘‘G) Dirimir, de acuerdo a los
principios de la presente ley y sus reglamentaciones y en resguardo del interés público, los diferendos
que pudieran surgir entre los prestadores de servicios de telecomunicaciones entre sí y con sus clientes
o usuarios’’;

6, que el artículo 79 de la referida Ley, establece que: ‘‘Solución de controversias y protección del
usuario. La reglamentación establecerá los mecanismos de solución de controversias y protección al
usuario por ante cuerpos colegiados a los cuales deberán acudir las partes’’, asimismo en su artículo
98 dispone que: ‘‘Obligatoriedad del recurso administrativo. La vía administrativa previa es
obligatoria para los concesionarios de servicios públicos de telecomunicaciones que requieran recurrir
a la vía judicial’’;

Expediente No. 036-2010-00876 11


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7, que es criterio sentado por nuestra Suprema Corte de Justicia, en su resolución número 402-2006 del
9 de marzo de 2006, compartido por este tribunal, que: “Las limitaciones de los recursos humanos y
económicos en el área de la administración de justicia, han generado la insatisfacción de los usuarios,
la sustitución del diálogo por las vías de hecho, así como la exaltación de la cultura del litigio en
detrimento de la cultura de paz; que se hace necesario establecer mecanismos flexibles y de menor
costo que, sin la creación de nuevos tribunales, permitan aumentar la capacidad, eficiencia, celeridad
del trabajo y la resolución de los conflictos; que se entiende por resolución alterna de conflictos el
trámite convencional y voluntario, que permite a las partes envueltas en el conflicto poner fin al mismo
sin necesidad de la intervención jurisdiccional de los órganos del Poder Judicial; que de igual manera,
la gran mayoría de legislaciones modernas consagran mecanismos de resolución de conflictos al
margen de la justicia tradicional, tal y como se aprecia en la Ley 76-02 que establece el Código
Procesal Penal y en los proyectos de códigos pendientes de aprobación en el Congreso Nacional”;

8, que dicho lineamiento jurídico se halla ampliamente respaldado por la Convención de Naciones
Unidas sobre el reconocimiento y ejecución de sentencias arbitrales extranjeras, firmada en Nueva York
en 1958, a la cual nuestro ordenamiento jurídico reconoce rango infra constitucional, en virtud del
artículo 26 numeral 1 de nuestra Ley Sustantiva: “La República Dominicana reconoce y aplica las
normas del Derecho Internacional, general y americano en la medida en que sus poderes públicos las
hayan adoptado…”, convención que, si bien se refiere al reconocimiento de decisiones foráneas, en su
artículo II respalda el arbitraje como forma idónea de resolución de conflictos para los casos en que éste
aplique;

9, que en apego a este estamento constitucional, el legislador ha aprehendido esta doctrina, de manera
que parte de la legislación especial ordinaria de la República Dominicana, se rige por procedimientos
que implantan un proceso conciliatorio entre partes antes de resolver sus desacuerdos por las vías
jurídicas tradicionales o de reclamación previa, a pena de inadmisibilidad de su acción jurisdiccional, si
no agotan ese proceso de reclamación o conciliación por considerar el legislador que el mismo tiene un
carácter de orden público;
Expediente No. 036-2010-00876 12
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10, que para avocarnos a la interpretación del articulado de la Ley número 153-98, es preciso someter
los mismos al principio de razonabilidad de la ley, es decir, al examen que determine, si son estos
razonables en su objetivo, en los medios, y en los fines que persiguen en el aspecto procesal que
imponen, lo que a su vez se comprobará si identificamos en ellos otras tres características esenciales: lo
justo, lo útil y lo igual;

11, que para el caso de la Ley número 153-98, sobre Telecomunicaciones, es preciso apreciar como
parte integrante de la ley que resguarda y salvaguarda los derechos del usuario de los servicios
inherentes a las telecomunicaciones, para lo cual el propio legislador ha establecido, en los principios
que rigen la misma que: ‘‘Es objetivo del Estado asegurar a la nación un servicio de
telecomunicaciones, a través de la participación del sector privado, que sea eficiente, moderno y a un
costo razonable’’;

12, que establecido lo anterior, para referirnos al principio de razonabilidad de los procesos, el cual se
encuentra consagrado en el artículo 40 de la Constitución Política de la República Dominicana, cuando
su numeral 15 esboza que: ‘‘A nadie se le puede obligar a hacer lo que la Ley no manda ni impedírsele
lo que la Ley no prohíbe. La Ley es igual para todos: sólo puede ordenar lo que es justo y útil para la
comunidad y no puede prohibir más que lo que le perjudica’’, y aplicarlo al articulado de la Ley número
153-98, sobre Telecomunicaciones, a fin de observar desde la óptica constitucional si su disposición
impide el acceso igualitario a los tribunales ordinarios de nuestra justicia;

13, que lo justo, lo útil y lo igual se manifiesta en el artículo 90 de la Ley número 153-98, sobre
Telecomunicaciones, puesto que el usuario o cliente de los servicios de telecomunicaciones, previo a
acudir a los órganos encargados de administrar justicia que conforman el Poder Judicial, debe agotar la
instancia o vía administrativa por ante el órgano regulador creado por dicha Ley a tales fines, a saber, el
Instituto Dominicano de Telecomunicaciones (INDOTEL), disposición que resulta aplicable a todos los
consumidores, usuarios o proveedores de telecomunicaciones que habitan en la República Dominicana,
sin distinción alguna;
Expediente No. 036-2010-00876 13
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14, que de acuerdo a lo expresado en consideraciones anteriores y de cara al principio del respeto de la
dignidad humana, protegido por nuestra Ley sustantiva, tal y como se establece en considerandos
anteriores, el articulado de la Ley número 153-98, en lugar de conculcar dicho derecho fundamental, lo
garantizan, toda vez que añaden una nueva posibilidad al cliente o usuario de solucionar algún
inconveniente agotando un proceso antes de acudir a las instancias judiciales que establece nuestro
orden jurídico, a los fines de que por esta vía se subsane cualquier percance ocasionado por los
proveedores del servicio de telecomunicaciones, sin que todo esto signifique que de no ser resuelto el
caso de la manera que prescribe dicha Ley, posteriormente las partes estarán en todo su derecho de
someterlo por la vía judicial;

15, que este tribunal, luego de un análisis exhaustivo a lo dispuesto en el articulado de la Ley número
153-98, sobre Telecomunicaciones, ha podido constatar, que los mismos establecen en síntesis que: a)
que tanto los usuarios o clientes, como los proveedores de servicios de telecomunicaciones se
encuentran amparados de un procedimiento establecido para la solución extrajudicial a sus conflictos,
previo a apoderar a los tribunales ordinarios que comprenden el orden judicial de la República
Dominicana; b) que el organismo encargado para solucionar dichos conflictos de manera administrativa
es el Instituto Dominicano de Telecomunicaciones (INDOTEL), el cual, una vez agotado el
procedimiento emitirá una resolución sobre el asunto; c) que en el caso de que una de las partes no se
encuentre conforme con la decisión adoptada por el órgano regulador, podrá llevar el proceso por ante
los tribunales competentes;

16, que se desprende del estudio de la Ley 153-98, sobre Telecomunicaciones, que los clientes, usuarios,
consumidores o proveedores de dichos servicios deben agotar la vía administrativa, antes de interponer
cualquier acción judicial, tal y como lo prescribe el artículo 90, transcrito literalmente en considerandos
anteriores del cuerpo de la sentencia;

17, que en el caso de la especie, si bien es cierto que el señor Ramón Rivera, parte demandante, ha
incoado una demanda en reparación de daños y perjuicios en contra de Sky Dominicana, y durante la
Expediente No. 036-2010-00876 14
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instrucción del proceso fue llamada en intervención forzosa la Corporación Satelital Nova Visión
Dominicana, S. A., (SKY), por alegada violación e incumplimiento en la ejecución de los servicios de
telecomunicaciones que ofrece, no menos cierto es que de los artículos que componen la referida Ley
número 153-98, se desprende que los clientes o usuarios y proveedores de dichos servicios, previo a
acudir a los tribunales, deben cumplir con una fase administrativa por ante el Instituto Dominicano de
Telecomunicaciones (INDOTEL), por lo que al no evidenciarse que dicha etapa administrativa fue
consumada, los tribunales de la República Dominicana no podrán darle curso a las demandas incoadas
en contra de tales entidades o de los usuarios, por ser las mismas inadmisibles hasta tanto la fase previa
se cumpla;

18, que conforme a las disposiciones esbozadas en el artículo 44 de la Ley número 834, del 15 de julio
de 1978: ‘‘Constituye una inadmisibilidad todo medio que tienda a hacer declarar al adversario
inadmisible en su demanda, sin examen al fondo, por falta de derecho para actuar, tal como la falta de
calidad, la falta de interés, la prescripción, el plazo prefijado, la cosa juzgada’’;

19, que dentro de las piezas que componen el expediente no reposa ningún documento que avale que el
señor Ramón Rivera, parte demandante, haya agotado el procedimiento administrativo por ante el
Instituto Dominicano de Telecomunicaciones (INDOTEL), establecido en la Ley número 153-98, sobre
Telecomunicaciones, razón por la que al no habérsele dado cumplimiento a dicha disposición, previo a
interponer su demanda en reparación de daños y perjuicios, procede declarar la inadmisibilidad de la
misma, por resultar extemporánea e inoportuna, tal y como se hará constar en el dispositivo de la
presente sentencia;

20, que en virtud de las disposiciones del artículo 131 del Código de Procedimiento Civil procede
declarar compensadas las costas del procedimiento por haber sucumbido ambos litigantes en puntos de
derecho, lo que se establece sin necesidad de hacerlo constar en el dispositivo de esta decisión;;

Expediente No. 036-2010-00876 15


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Por tales motivos y vistos la Constitución Política de la República Dominicana, el Código Civil
Dominicano; el Código de Procedimiento Civil Dominicano; las leyes No. 153-98 sobre
Telecomunicaciones, No. 834, del 15 de julio de 1978, No. 50-2000, del 26 de Julio de 2000, que
modificó la Ley No. 821 del 21 de noviembre de 1927 sobre Organización Judicial;

LA ________________ SALA DE LA CÁMARA CIVIL Y COMERCIAL DEL JUZGADO DE


PRIMERA INSTANCIA DEL DISTRITO NACIONAL, ADMINISTRANDO JUSTICIA EN
NOMBRE DE LA REPÚBLICA, POR AUTORIDAD DE LA LEY Y EN MÉRITO DE LOS
ARTÍCULOS CITADOS:

F A L L A :

ÚNICO: Declara inadmisible la presente demanda en Reparación de Daños y Perjuicios, interpuesta


por el señor Ramón Rivera, en contra de Sky Dominicana, por ser la misma extemporánea;

FDOS. __________, JUEZA, _________, SECRETARIA. La sentencia que antecede ha sido dada y
firmada por la Magistrada Jueza de este Tribunal, el mismo día, mes y año citados, la cual fue leída en
audiencia pública por la secretaria que certifica.

CERTIFICO: Que la sentencia que antecede es una copia fiel y conforme a su original, copia que
expido, sello y firmo a solicitud de la parte interesada, hoy día _________________ (_____), del mes de
________________ del año dos mil _________ (_______).

____________________________________
Secretaria
Liquidacion fiscal de la Ley No. 417
Concepto Cant. Pags. Monto
Por búsqueda (RD$0.30) 0.30
Por certificación (RD$1.00) 1.00
Por fojas (RD$0.15 c/u) 16 2.40
TOTAL RD$ 3.70

Expediente No. 036-2010-00876 16


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SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL JUZGADO DE PRIMERA


INSTANCIA DEL DEPARTAMENTO JUDICIAL DE SANTO DOMINGO

Caso Número: 548-04-06-00134


Sentencia No. 097-06

En el Distrito Judicial Santo Domingo, República Dominicana, a los


veinte (20) días del mes de julio del año Dos Mil Seis (2006); años
163 de la Constitución y 144 de la Restauración.-

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL JUZGADO DE PRIMERA


INSTANCIA DEL DEPARTAMENTO JUDICIAL DE SANTO DOMINGO,
regularmente constituida en Sala de Audiencia, sito en la Segunda Planta
del Palacio de Justicia de Santo Domingo, compuesta por los Magistrados
VICTOR MEJIA LEBRON, Juez Presidente en funciones, EUDELINA
SALVADOR REYES, juez sustituto, ALEXIS GOMEZ GERALDINO, juez
miembro del Segundo Tribunal Colegiado del Juzgado de Primera Instancia
de Santo Domingo; asistidos del Alguacil de Estrados de turno y de la
LICDA. RITA E. GARCIA SANTANA Secretaria, para conocer en sus
atribuciones en la causa de acción Pública seguida al imputado JHONATAN
SANTOS OZUNA (A) DICEN, KELVIN ANTONIO FRANCISCO OZUNA Y
ALBERTO RONDON CONCEPCION; por presunta violación a los artículos
295, 304-II y 309 del Código Penal Dominicano;

OIDO: Al Ministerial de turno en la lectura del rol, a las 10:27 horas de la


mañana;

OIDO: Al imputado ALBERTO RONDON CONCEPCION; dominicano,


mayor de edad, portador de la cedula de identidad y electoral No.
001-1504293-9, Residente En La Calle 39, No.63, Los Minas;

OIDO: Al imputado KELVIN ANTONIO FRANCISCO OZUNA, dominicano,


mayor de edad, portador de la cedula de identidad y electoral No.
223-0004799-4, residente en La Calle El Verdor, No.02, El Cristal De Sabana
Perdida.

OIDO: Al imputado JHONATAN SANTOS OZUNA, dominicano, mayor de


edad, portador de la cedula de identidad y electoral No. 001-1653431-4,
residente en La Calle Santa Lucia De Mariana, Apartamento 3, Edificio 3,
Los Minas, Catanga.

OIDO: Al Agraviado XIOMARA ELIZABETH PILARTE NOUEL; dominicana,


mayor de edad, portadora de la cedula de identidad y electoral No.
001-0183750-8, residente en la calle Fray Bartolomé De Las Casas, No. 40,
Los Minas Nuevo;
1
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OIDO: Al testigo MÁXIMO ANTONIO FERNÁNDEZ, dominicano, mayor de


edad, portador de la cedula de identidad y electoral No. 001-0181346-7,
residente en la calle Fray Bartolomé De Las Casas, No. 40, Los Minas
Nuevo;

OIDO: Al testigo JOAN FERNÁNDEZ PILARTE, dominicano, mayor de


edad, portador de la cedula de identidad y electoral No. 223-0016955-8,
residente en la calle Fray Bartolomé De Las Casas, No, 40, Los Minas
Nuevos.

OIDO: Al testigo JOSÉ ENGEL VASQUEZ SÁNCHEZ, dominicano, mayor


de edad, portador de la cedula de identidad y electoral No.
2006-04-0058155, Residente en la calle Fray Bartolomé De Las Casas,
No.26, Los Minas Nuevos.

OIDO: A la testigo MARIA ELENA OZUNA HOLGUIN, dominicana, mayor


de edad, portadora de la cedula de identidad y electoral No.
001-1662204-4, residente en La Calle 4, Juan Pablo Duarte, No. 01, Los
Minas Nuevo.

OIDO: Al LIC. FRANCISCO A. BERROA conjuntamente con la LICDA.


ALEYDA HOLMOS LORENZO Procuradores Fiscales Adjunto del Tribunal
de la Provincia de Santo Domingo, en la lectura de sus calidades.

OIDO: Al LIC. SANTO OZUNA abogado en representación del actor civil y


querellante, en la lectura de sus calidades;

OIDO: Al LIC. RAFAEL PÉREZ CANO conjuntamente con el LIC. ISMAEL


RODRÍGUEZ asistiendo en los medios de defensa al imputado JONATAN
SANTOS OZUNA y KEVIN OZUAN en la lectura de sus calidades;

OIDO: Al LIC. JUAN PABLO ORTIZ PEGUERO defensor publico de este


distrito judicial asistiendo en los medios de defensa al imputado ALBERTO
RONDON CONCEPCIÓN.

OIDO: Al Magistrado Procurador Fiscal Adjunto, en sus


conclusiones establecer: 1ro.) que se declaren culpables a los
ciudadano ALBERTO RONDON CONCEPCIÓN, KELVIN ANTONIO
FRANCISCO OZUNA Y JONATAN SANTOS OZUNA culpables de violar las
disposiciones de los artículos 265, 266, 295, 304 y 309 que tipifican y
sancionan el crimen de asociación de malhechores, homicidio voluntario,
golpes y heridas voluntarios en perjuicio de quien en vida se llamo de
JOHAME FERNÁNDEZ PILARTE Y JOAN FERNANDEZ PILARTE en
consecuencia sean condenado a sufrir una pena de la siguiente manera: en
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PODER JUDICIAL

el caso de ciudadano ALBERTO RONDON CONCEPCIÓN aplicar una pena


de veinte (20) años de reclusión y en el caso de KELVIN ANTONIO
FRANCISCO OZUNA Y JONATAN SANTOS OZUNA aplicar una sanción de
trece (13) años de reclusión; así mismo que sean condenado al pago de las
costas del procedimiento y haréis justicia.

OIDO: Al LIC. SANTO OZUNA abogado en representación del actor civil y


querellante, en sus conclusiones establecer: 1ro.) que se declaren
culpable a los señores ALBERTO RONDON CONCEPCIÓN, JONATAN
SANTOS OZUNA Y KELVIN OZUNA por la violación de los artículos 295,
304, 265 y 309 del código penal dominicano y en consecuencia se aplique
la pena máxima según lo establece el Código Penal; 2do.) Que se condene
a los imputados a una indemnización de cuatro millones (RD$4,
000,000.00) de pesos a favor de la parte civil constituida y que un 75%
sea para su hija y un 25% para sus padres y que se ordene el pago de los
intereses legales a partir de la suma antes mencionadas y que su
distracción sea a favor de quien hoy dirige la palabra; 3to.) Y haréis
justicia.

OIDO: Al OÍDO: AL LIC. RAFAEL PÉREZ CANO conjuntamente con el LIC.


ISMAEL RODRÍGUEZ asistiendo en los medios de defensa a los imputados
KELVIN ANTONIO FRANCISCO OZUNA Y JONATAN SANTOS OZUNA,
en sus conclusiones establecer: 1ro.) que se declaren no culpables a
los señores KELVIN ANTONIO FRANCISCO OZUNA Y JONATAN SANTOS
OZUNA toda vez que no tuvieron ninguna participación ni directa, ni
indirectamente en el hecho que se le ha pretendido imputar; 2do.) Que en
el hipotético caso de que este Tribunal Segundo Colegiado, no ponderase
positivamente el descargo puro y simple de KELVIN ANTONIO
FRANCISCO OZUNA Y JONATAN SANTOS OZUNA, que se acoja a su
favor el articulo 340 del Código Procesal Penal, en cuanto a las pretensiones
de la parte civil que la mismas sean rechazadas por improcedente, mal
fundada y carente de base, toda vez que no presentaron los elementos de
pruebas que implicase la responsabilidad de nuestros representados y
haréis justicia.

OIDO: AL LIC. JUAN PABLO ORTIZ PEGUERO defensor publico de este


distrito judicial asistiendo en los medios de defensa al imputado ALBERTO
RONDON CONCEPCION, en sus conclusiones establecer: 1ro.) lo que
procede en cuanto al ciudadano ALBERTO RONDON CONCEPCIÓN, visto
el certificado de defunción presentado como medio de pruebas que
establece una herida de contacto flojo; visto las armas del occiso y del
imputado ante presentada aquí y la recolección de los casquillos regidos en
la escena que el Ministerio Publico tuvo siete meses para hacerle la
investigación atómica y no invertir su acusación y adherirse a la querella;
visto que ha quedado claro que hubo un forcejeo entre dos personas, uno
3
República Dominicana
PODER JUDICIAL

armado y otro no y resulta ilógico tratar de desarmar una persona


acompañada de cuatro mas, y la distancia en la que se encontraban los
demás procesados; visto que tal película del oeste presentamos una correa
sin un impacto de bala y visto que el certificado de la supuesta herida que
recibió el hermano del occiso establece herida superficial, demostrada en
una agresión y su condición de familiaridad, en todas las parte procede del
tribunal en virtud de previsto por las normativas procésales, la justa
variación de la calificación presentada por el ministerio publico de los
artículos 265, 266, 295 y 304 los dos primeros de la asociación de
malhechores, por ni siquiera acercarse a los elementos constitutivos y los
dos restantes por lo que establece el articulo 328 del Código Penal
Dominicano; en el aspecto relativo en la defensa de si mismo o de otro,
declarando al ciudadano ALBERTO RONDON CONCEPCIÓN absuelto por
aplicación de los ordinales 337 ordinal 04 y del el tribunal entender que
existe alguna pequeña nota de culpabilidad, de forma subsidiaria por lo del
articulo 321 del Código Penal, acordando una sanción en virtud de un
criterio justo y acorde a esta norma penal y con relación a las conclusiones
del actor civil que las mismas sean rechazadas por carecer del aspecto
penal y haréis justicia.

VISTOS LOS AUTOS Y DOCUMENTOS

RESULTA: Que depositada en fecha 17/02/2006, mediante el Acta de


Acusación y Solicitud de Apertura a Juicio hecha por el LIC. EDWAR
MANUEL LOPEZ, Fiscal adjunto del Procurador Fiscal de la Provincia Santo
Domingo, presentó Acusación formal en contra de JHONATAN SANTOS
OZUNA (A) DICEN, KELVIN ANTONIO FRANCISCO OZUNA Y ALBERTO
RONDON CONCEPCION, acusados de haber cometido el crimen de
homicidio voluntario, en perjuicio de JOHAMME FERNANDEZ PILARTE, y
golpes y heridas voluntarios en perjuicio de JOHAN FERNANDEZ PILARTE,
hechos previstos y sancionados por los artículos 265, 266, 309, 295 y 304
del Código Penal, al Juez Coordinador de los Juzgados de la Instrucción de la
Provincia de Santo Domingo.

RESULTA: Que el Tercer Juzgado de la Instrucción del Distrito judicial de


Santo Domingo, mediante Auto No. 129-2006 de Apertura a Juicio de fecha
03 de mayo de 2006, envió a juicio a JHONATAN SANTOS OZUNA (A)
DICEN, KELVIN ANTONIO FRANCISCO OZUNA Y ALBERTO RONDON
CONCEPCION, acusados de violar las disposiciones de los artículos 309,
295 y 304-II del Código Penal, en perjuicio de JOHAMME FERNANDEZ
PILARTE, y JOHAN FERNANDEZ FILARTE.

RESULTA: Que una vez apoderado del presente proceso este Tribunal
Colegiado del Juzgado de Primera Instancia de Santo Domingo procedió a
fijar la vista de la causa, conociendo el fondo el proceso el día 20 de julio de
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República Dominicana
PODER JUDICIAL

2006 donde fueron escuchadas las partes del proceso, presentando las
partes las conclusiones que se han enunciado en otra parte de esta
sentencia, por lo que el tribunal emitió sentencia en dispositivo, previa
motivación in voce de los motivos que la sustentan y fijando lectura integral
para el día 27/07/2006, día en que en audiencia pública se procedió a dar
cumplimiento a dicha disposición.-

EL TRIBUNAL DESPUÉS DE HABER DELIBERADO

De conformidad con todos sus miembros.

CONSIDERANDO: Que este Primer Tribunal Colegiado del Juzgado de


Primera Instancia del Distrito Judicial de Santo Domingo, ha sido apoderado
de una audiencia pública seguida contra JHONATAN SANTOS OZUNA (A)
DICEN, KELVIN ANTONIO FRANCISCO OZUNA Y ALBERTO RONDON
CONCEPCION, acusados de haber cometido los crímenes de golpes y
heridas voluntarios y homicidio voluntario, en perjuicio de JOHAMME
FERNANDEZ PILARTE, (occiso) y JOHAN FERNANDEZ FILARTE.

CONSIDERANDO: Que este Tribunal es competente para conocer el caso


ha que ha sido apoderado en virtud de las disposiciones finales del artículo
72 del Código Procesal Penal Dominicano, que establece que para conocer
de los casos cuya pena privativa de libertad máxima prevista sea mayor de
dos años, el tribunal se integra con tres jueces de primera instancia.

CONSIDERANDO: Que la instrucción preparatoria en el proceso penal


tiene por finalidad esencial reunir los elementos de pruebas que se han de
aportar a los jueces para edificar su convicción, pruebas que deben
demostrar los alegatos de que se trate más allá de toda duda razonable.

CONSIDERANDO: Que el artículo 8 de la Constitución de la República


literal j) establece que: “Nadie podrá ser juzgado sin haber sido oído o
debidamente citado, ni sin observancia de los procedimientos que
establezca la ley para asegurar un juicio imparcial y de ejercicio del
derecho de defensa. Las audiencias serán públicas, con las excepciones
que establezca la ley, en los casos en que la publicidad resulte perjudicial al
orden público o a las buenas costumbres”; que dichas disposiciones son
corroboradas por el artículo 3 del Código Procesal Penal establece que
“Nadie puede ser sancionado a una pena o medida de seguridad sin juicio
previo. El juicio se ajusta a los principios de oralidad, publicidad,
contradicción, inmediación, celeridad y concentración”.

CONSIDERANDO: Que el artículo 319 del Código Procesal Penal,


establece que “Una vez se declare la apertura ajuicio, se da la preferencia
al imputado para que declare si lo estima conveniente...” y que de igual
5
República Dominicana
PODER JUDICIAL

forma el artículo 13 del Código Procesal Penal, establece que “Nadie


puede ser obligado a declarar contra si mismo y todo imputado tiene
derecho a guardar silencio. El ejercicio de este derecho no puede ser
considerado como una admisión de los hechos o indicio de culpabilidad ni
puede ser valorado en su contra”.

CONSIDERANDO: Que el Art. 2. Solución del conflicto. Dispone que:


“Los tribunales procuran resolver el conflicto surgido a consecuencia del
hecho punible para contribuir a restaurar la armonía social. En todo caso, al
proceso penal se le reconoce el carácter de medida extrema de la política
criminal”.

CONSIDERANDO: Que en cumplimiento a las disposiciones anteriormente


transcrita este tribunal procedió a otorgar la palabra a los procesados para
que declaren en su defensa, previo advertirle respecto de sus derechos
constitucionales, habiendo los mismos hecho renuncia del derecho
constitucional que les asiste y declarado, por un lado los imputados
JHONATAN SANTOS OZUNA (A) DICEN y KELVIN ANTONIO
FRANCISCO OZUNA negando los hechos que se les imputan, y
sosteniendo ambos imputados entre tanto lo siguiente:
A) Que el día de los hechos se encontraban en compañía del señor
ALBERTO RONDON CONCEPCION ya que éste es su amigo y ese día
se encontraba de cumpleaños por lo que salieron a celebrar y compartir;
B) Que acudieron al Colmado La Tablita procediendo a comprar una
cerveza en el mismo, pero que deciden retirarse ya que no encontraron
ambiente en el lugar, pero que al salir del lugar se percatan de que uno
de sus compañeros de nombre JONATHAN y hermano de ALBERTO
RONDON CONCEPCION se quedó detrás de ellos y luego se dan
cuenta de que éste estaba en problemas, por lo que le informan a su
hermano la situación, siendo esto lo que motivó a ALBERTO RONDON
CONCEPCION a devolverse en auxilio de su hermano y con su arma en
las manos, ya que éste era el único que portaba arma de fuego por ser
un Marino y en razón de que su hermano se encontraba forcejeando con
una persona que se encontraba armada;
C) Que al momento del incidente ellos dos se escudaron en el carro, debido
a que en dicho lugar se armó un tiroteo y ellos se encontraban
desarmados, por lo que procedieron a protegerse;
D) Que luego del incidente su amigo ALBERTO RONDON CONCEPCION
llega hasta donde se encuentran ellos en el carro y le solicita que lo
lleve a la Marina de Guerra a fin de reportar lo sucedido, procediendo
ellos a dirigirse hacia allá en compañía de éstos;
E) Que por otro lado justiciable ALBERTO RONDON CONCEPCION
declara en su defensa, previo advertirle el tribunal respecto de sus
derechos constitucionales, y habiendo el mismo hecho renuncia,
corroborando lo sostenido por los imputados JHONATAN SANTOS
6
República Dominicana
PODER JUDICIAL

OZUNA (A) DICEN y KELVIN ANTONIO FRANCISCO OZUNA, pero


sosteniendo que ciertamente llegó al lugar del hecho con su arma en
las manos porque el occiso estaba disparando contra su hermano y él
realizó un disparo al aire para que éste dejara de disparar, que no sabe
quien hirió al occiso ni a su hermano, ya que en el lugar habían muchas
personas armadas y todas dispararon; que el occiso al ver que él
disparó al aire le disparó, y que él se agachó y luego su hermano le
agarró las manos para quitarle el arma; que se quedó forcejeando y se
cayeron al piso y en el forcejeo y el arma se disparó.

CONSIDERANDO: Que el artículo 166 del Código Procesal Penal, establece


“Los elementos de prueba solo pueden ser valorados si han sido obtenidos
por un medio licito y conforme a las disposiciones de este código”.

CONSIDERANDO: Que como sustentación de su acusación la procuraduría


fiscal y la parte querellante aportaron las siguientes pruebas:
1) Testimonio del señor JOAN FERNÁNDEZ PILARTE
2) Testimonio de la señora MARIA ELENA OZUNA
3) Testimonio del señor JOSE ENGEL VASQUEZ SÁNCHEZ
4) Acta médico legal de señor JOHAMME FERNANDEZ PILARTE de
fecha 11/12/05, en la cual se indica que el mismo falleció en fecha
11 de diciembre de 2005, a consecuencia de herida por proyectil de
arma de fuego cañón corto en tórax y glúteos; y herida quirúrgica
para tubo de pectro.
5) Acta de defunción del señor JOHANME FERNANDEZ PILARTE de
fecha 11/12/05, en la que se indica que en la citada fecha falleció
dicho señor, hijo de lo señores MAXIMO ANTONIO FERNANDEZ y
XIOMARA PILARTE, a causa de herida de contacto flojo por
proyectil de arma de fuego cañón corto con entrada en región
Dorsal Izquierda y Salida en Hemotórax derecho.
6) Protocolo de autopsia marcado con el No. A-1565-2005, en el que se
indica que el deceso del señor JOHAMNE FERNANDEZ PILARTE se
debió a herida de contacto flojo por proyectil de arma de fuego
cañón corto con entrada en región dorsal izquierda línea axilar
posterior con 6to. Espacio y salida en hemitórax derecho línea
clavicular interna con 1er. Espacio intercostal.
7) Certificación expedida por la división de inteligencia naval (M2), de
fecha 15/12/2005 en la cual consta que las pistolas marcas
“TAURUS” cal. 9mm., No. TYC65756, un cargador sin cápsulas y la
otra marca “CARANDAI” cal. 9mm., No. G44301, un cargador con
07 cápsulas; y una licencia de porte de arma de fuego No. 0425888,
fueron llevada por el señor ALBERTO RONDON CONCEPCION el
día del incidente;

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República Dominicana
PODER JUDICIAL

8) La presentación física de dos pistolas una marcas “TAURUS” cal.


9mm., No. TYC65756 y la otro marca “CARANDAI” cal. 9mm., No.
G44301.
9) Certificado de análisis forense, de la sección de balística forense de
la comparación balística de fecha 21/12/2005, en el cual se indica
que ambas armas, luego de haber sido analizadas, se detectó
residuos de pólvoras en las mismas.
10)Certificado de análisis forense, de la sección de balística forense de
investigación de residuos de pólvora de fecha 26/12/2005, en el que
consta que luego de ser sometida al análisis de comparación
balística tres casquillos calibre 9mm, presentado como evidencia a);
pistola marca Taurus 9mm, presentada como evidencia b), y la
pistola marca Carandai, calibre 9mm, presentada como evidencia
c). Se determinó que dos de los casquillos coinciden en sus
características individuales de haber sido disparados con la pistola
marca Carandai, citada con la letra c); en tanto que otro de los
casquillo resultó disparado con la pistola marca Taurus, citada con
la letra b).
11) Certificado médico legal a cargo del señor JOAN FERNANDEZ
PILARTE de fecha 14 de diciembre de 2005, en el cual se indica
que dicho señor al haber sido examinado presentó: “Herida de arma
de fuego con entrada y salida en muñeca izquierda y fractura
piramidal de muñeca izquierda; herida superficial hipocondrio
izquierdo. Estando las mismas pendiente de evolución”.
12) Dos fotografías del señor JOAN HERNÁNDEZ PILARTE donde se
muestran las heridas que recibió.
13) Presentación física de la correa que utilizaba el señor JOAN
FERNÁNDEZ PILARTE al momento de la agresión.

CONSIDERANDO: Que ninguna de las defensas de los imputados


aportaron ningún elemento de prueba, haciendo de las declaraciones de
éstos su defensa material.

CONSIDERANDO: Que las pruebas documentales fueron admitidas por el


tribunal por tener relación directa con el caso que nos ocupa y ser útiles
para esclarecer la verdad de los hechos, así como por ser lícitas en su
obtención; por lo que fueron incorporadas al juicio por medio de su lectura
a los fines de hacerlas contradictorias para las partes, todo al tenor de lo
establecido en el artículo 312 del Código Procesal Penal que establece lo
siguiente: “pueden ser incorporados al juicio por medio de lectura: 1)
informe de piezas documentales y las actas que este código expresamente
prevé; 2) Los anticipos de prueba, sin perjuicio de que las partes soliciten
al tribunal la comparecencia personal del testigo, cuando sea posible; 3)
Los informes de peritos, sin perjuicio de que los peritos deban concurrir
para explicar las operaciones técnicas realizadas y las conclusiones a las
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República Dominicana
PODER JUDICIAL

que han llegado; 4) Las declaraciones de coimputados que se encuentren


en rebeldía, registradas conforme a este código. Cualquier otro medio de
prueba que pretenda ser incorporado por medio de lectura al juicio, no
tiene valor alguno”.

CONSIDERANDO: Que en sus declaraciones testimoniales el señor JOAN


FERNÁNDEZ PILARTE manifestó entre otras cosas que: “el occiso era su
hermano menor; que ese día ocurrió que estando el trabajando en una
farmacia su novia lo llama y le dice que su hijo estaba enfermo, a lo que él
acudió a llevar una medicina para el bebe, luego que está parado con la
abuela de su novia y mientras le explica como usar el medicamento,
pasaron cuatro individuos en un carro blanco, que pasaron
aproximadamente tres veces y la cuarta vez uno se quedó atrás comprando
una cerveza; que cuando el señor pasó por su lado le preguntó que de qué
se reían y él le respondió que habían más personas en el lugar que por qué
le pregunta a ellos, que en eso esta persona se abalanzó en contra de su
hermano porque vio que se encontraba armado, tratando de desarmarlo y
es ahí cuando se produce el enfrentamiento entre su hermano y la persona
que lo trataba de desarmar; que luego de aquí llegó ALBERTO al lugar con
el arma en las manos y tirando tiros, logrando herir a su hermano, y sus
compañeros llegaron tirándole tiros a él; que recibió un disparo en una
mano y uno en el abdomen que no llegó a penetrar porque se interceptó
con la correa que portaba; que no lo terminaron de matar porque el señor
que está prófugo le manifestó a Alberto que lo matara y éste le dijo, déjalo
que se esta muriendo; que a su hermano lo impactaron de dos disparos en
el pecho; que su novia vive al lado del Colmado La Tablita; que el que está
prófugo es el que le llaman JONATHAN y fue la persona que se quedó
detrás provocando problemas con ellos, mientras que los demás se
encontraban donde habían dejado estacionado el vehículo y luego volvieron
hacia donde estaban ellos tirando tiros; que no sabe si su hermano disparó
el arma, pero que luego que ellos le hicieron los dos disparos fue que
lograron quitársela; que los disparos que recibió se los propinó ALBERTO
con su pistola y que Kelvin le propinó un botellazo; que Jonathan no tenia
arma, pero que en lugar se produjo un intercambio y todos se tocaban el
arma; que su hermano era policía y tenía arma”;

CONSIDERANDO: Que asimismo fue interrogada bajo la fe del juramento


la señora MARIA ELENA OZUNA quien manifestó en sus declaraciones lo
siguiente: “Que Joan Fernández era su novio, que éste trabajaba en una
farmacia y ella lo llamó para que le llevara una medicina a su hijo y él fue
con su hermano, que en eso pasó el que anda prófugo y preguntó por que
ellos se reían y se puso agresivo; que ella conoce a los imputados porque
uno es primo suyo; que el que se puso agresivo le dicen RONDON o
JONATHAN; que JONATHAN se puso agresivo queriendo pelear con JOAN
pero que éste no se encontraba armado; que JONATHAN se abalanzó
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República Dominicana
PODER JUDICIAL

contra el occiso tratando de desarmarlo, pero que quien le tiro al occiso fue
el imputado; que no sabe quien hirió a JOAN porque ella subió a su casa
inmediatamente se armó la balacera; que ninguno de los imputados la
habían enamorado anteriormente; que no vio a nadie armado el día que se
produjo el hecho; que las personas que le agredieron andaban en un carro
y que el carro estaba parqueado en la esquina; que ellos pasaron para la
Tablita y cuando venían de allá para acá RONDON se paró; que solo se
acercó una segunda persona que era ALBERTO y llegó tirando tiro; que
sólo vio a ALBERTO tirando tiro; que se tiraron muchos tiros; que Joan se
entro al billar y Alberto siguió detrás de él y se oyeron muchos tiros”.

CONSIDERANDO: Que fue escuchado el testimonio del señor JOSE ENGEL


VASZQUEZ SÁNCHEZ quien en sus declaraciones estableció lo siguiente:
“que los hechos ocurrieron el día 10 de diciembre, que se encontraba
presente porque estaba con JOAN que es su amigo y que además estaba el
muerto que es hermano de JOAN; que mientras estaban ahí pasó un carro
varias veces y después se pararon, y el que se quedo atrás le pregunto de
que se reían y comenzó a decir cosas; que luego se emburujaron y él quería
quitarle el arma, que luego se metieron para el billar y él subió con la
muchacha; que luego vio al muerto en el piso y los otros comenzaron a
darle golpe; que el primero que disparo fue Alberto; que al que vio con
arma fue a ALBERTO y que este entró al billar con el arma; que su amigo
Joan fue herido, y que ellos le estaban tirando a Joan; que él subió al
momento del tiroteo con Maria Elena a la casa, para que no le fueran a
herir; que ellos llegaron y después se devolvieron para el carro, que iban
hacia el carro, que eran cuatro y el que se detiene es al le dicen Rondón, el
prófugo, ellos siguieron caminando, y él le puso atención al que se quedó;
que el que disparaba era Alberto Rondón Concepción, y que a los demás los
vio que llegaron tirando botella y los vio agrediendo a Joan; que vio el
acontecimiento dentro del billar por la ventana, que Alberto y el hermano
estaban forcejeando con el muerto, y los otros dos con Joan; que vio al
prófugo y a Alberto dentro del billar; que solo vio armados al occiso y a
Alberto”.

CONSIDERANDO: Que el artículo 172 del Código Procesal Penal, establece


que “El juez valora cada uno de los elementos de prueba, conforme las
reglas de la lógica, los conocimientos científicos y las máximas de
experiencia y esta en la obligación de explicar las razones por las cuales se
les otorga determinado valor, con base a la apreciación conjunta y
armónica de toda prueba”.

CONSIDERANDO: Que de acuerdo con el listado de pruebas testimoniales


y documentales aportadas tanto por la Fiscalía, la parte querellante y la
defensa, presentadas y leídas cada una de ellas por ante este plenario; este

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República Dominicana
PODER JUDICIAL

Tribunal ha podido establecer como hechos probados e incontrovertidos los


siguientes:
A) Que en fecha 11 de diciembre de 2005 falleció el señor JOHAMME
FERNANDEZ PILARTE, a causa de herida de herida de contacto flojo
por proyectil de arma de fuego cañón corto con entrada en región dorsal
izquierda línea axilar posterior con 6to. Espacio y salida en hemitórax
derecho línea clavicular interna con 1er. Espacio intercostal, conforme
se evidencia en el protocolo de autopsia que existe en el expediente;
B) Que en la misma fecha de referencia resultó lesionado el señor JOAN
FERNÁNDEZ PILARTE, quien presentó Herida de arma de fuego con
entrada y salida en muñeca izquierda y fractura piramidal de muñeca
izquierda; herida superficial hipocondrio izquierdo. Estando las mismas
pendiente de evolución, conforme se evidencia en el Certificado Médico
Legal que existe en el expediente y que fue sometido al contradictorio
entre las partes;
C) Que tanto la muerte del señor JOHAMME FERNANDEZ PILARTE,
como las heridas presentadas por su hermano JOAN FERNÁNDEZ
PILARTE, fueron producidas a consecuencia de un incidente que se
suscitó con ambos agraviados mientras éstos se encontraban en los
alrededores del Colmado La Tablita del sector Los Mina, hecho que se
establece por lo declarado por todas las partes deponentes, quienes son
coincidentes en establecer que éste fue el lugar del hecho;
D) Que en el incidente las únicas personas que se encontraban armadas
con armas de fuego lo eran el imputado ALBERTO RONDON
CONCEPCION y el hoy occiso JOHAMME FERNANDEZ PILARTE, el
uno en su condición de Marino, el otro en su condición de miembro de la
Policía Nacional, conforme lo establecieron las declaraciones dadas por
los imputados, agraviados y testigos de la causa, quienes también
coinciden en este punto en sus declaraciones;
E) Que el hecho ocurre a causa de un incidente suscitado entre el hermano
del imputado de nombre JONATHAN RONDON y el hoy occiso
JOHAMME FERNANDEZ PILARTE, resultando que éstos dos se
enfrascan en una disputa y el hermano de éste hoy imputado ALBERTO
RONDON CONCEPCION, al ver que su hermano se encontraba en
pleito se dirige hacia el lugar con su arma en las manos y empieza a
realizar disparos en su contra, logrando impactar de bala al señor
JOHAMME FERNANDEZ PILARTE, a quien logró herir de dos disparos
uno por un costado y otro por los glúteos, logrando quitarle así la vida, y
luego de impactar a éste la emprende contra el hermano del occiso que
se encontraba en el lugar y quien se había dirigido hacia las
interioridades de un billar que funciona en el lugar con la finalidad de
ocultarse, resultando que dicho imputado lo persiguió hasta allí
realizando disparos en su contra y logra también herir a éste de dos
disparos, uno en la muñeca de la mano izquierda, y otra superficial en el
hipocondrio izquierdo que no logró penetrar debido a la correa que en
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República Dominicana
PODER JUDICIAL

esos momentos llevaba consigo el agraviado; hechos el tribunal ha


establecido conforme a las declaraciones dadas en audiencia tanto por
los testigos deponentes, como los propios imputados, ya que éstos han
admitido ante el tribunal que el imputado ALBERTO RONDON
CONCEPCION al ver el pleito de su hermano se dirigió hacia el lugar
con su arma en las manos, y éste mismo admitió haber realizado
disparos en el lugar, aún cuando ha querido tergiversar los hechos
alegando que los hizo para defenderse, razón por la cual se declara la
responsabilidad de dicho imputado ALBERTO RONDON CONCEPCION
de los hechos que se les imputan y se establecen en su contra las
condenaciones que se verán más adelante en otra parte de esta
decisión;
F) Que además, el tribunal establece lo relatado anteriormente por la
forma en que presentó el occiso las heridas que le ocasionaron la
muerte, toda vez que la necropsia da constancia de que las mismas
penetraron de atrás hacia delante, lo cual indica al tribunal que
realmente el imputado ALBERTO RONDON CONCEPCION disparó
hacia su persona estando éste desapercibido y mientras disputaba con
el hermano de aquél, aún el imputado haya querido ocultar la realidad
de lo ocurrido y lo cual el tribunal entiende por tratarse de su defensa
material, y sobre todo porque él tiene el derecho a no auto incriminarse;
G) Que aún cuando existan en el expediente los informes balísticos que
dan constancia de que ambas armas tanto la que portaba el imputado
ALBERTO RONDON CONCEPCION como la que portaba el occiso
fueron disparadas, al tribunal no le ha quedado ninguna duda de que los
disparos recibido por el occiso fueron detonados por la persona del
justiciable ALBERTO RONDON CONCEPCION, debido a las propias
declaraciones del imputado dadas en audiencia, así como las
declaraciones ofrecidas por los coimputados JHONATAN SANTOS
OZUNA (A) DICEN y KELVIN ANTONIO FRANCISCO OZUNA y los
testigos JOAN FERNANDEZ PILARTE, JOSE ENGEL VASQUEZ
SÁNCHEZ y MARIA ELENA OZUNA quienes dieron constancia de que
dicho imputado fue la única persona que se encontraba armada en
dicho lugar y que realizó disparos, más aún, cuando ha quedado
también establecido que luego de ultimarlo el mismo tomó el arma y la
llevó hacia la Marina de Guerra, institución a la cual pertenecía;
H) Que conforme con la valoración de los testimonios ofrecidos en el
plenario se ha podido establecer que los imputados JHONATAN
SANTOS OZUNA (A) DICEN y KELVIN ANTONIO FRANCISCO
OZUNA no tuvieron ningún tipo de participación en los hechos que se
les imputan en razón de que en primer lugar lo declarado por los propios
imputados coincide con lo argumentado tanto por el coimputado
ALBERTO RONDON CONCEPCION, así como por lo declarado por la
testigo MARIA ELENA OZUNA, en el sentido de que los imputados
JHONATAN SANTOS OZUNA (A) DICEN y KELVIN ANTONIO
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República Dominicana
PODER JUDICIAL

FRANCISCO OZUNA al momento del siniestro se encontraban en el


lugar donde se encontraba el carro estacionado, y al declarar dicha
testigo que no los vio en ningún momento acercarse al lugar donde
ocurrían los hechos, y no es concebible que estado ella en esos
momentos en compañía de JOAN FERNANDEZ PILARTE y JOSE
ENGEL VASQUEZ SÁNCHEZ, éstos los hayan visto en el lugar e incluso
admitir que le agredieron, cuando la testigo ha declarado que nos los
vio, razón por la cual el tribunal entiende que en cuanto a dichos
imputados los hechos ocurrieron tal y como ellos los han relatado y por
lo tanto procede a descargados de toda responsabilidad penal, por no
haber demostrado la acusación más allá de toda duda razonable que los
mismos cometieron los hechos que se les imputan;
I) Que en tal sentido este tribunal tiene a bien descartar el testimonio
ofrecido por los testigos JOAN FERNANDEZ PILARTE y JOSE ENGEL
VASQUEZ SÁNCHEZ en cuanto a lo señalado por éstos de que los
coimputados JHONATAN SANTOS OZUNA (A) DICEN y KELVIN
ANTONIO FRANCISCO OZUNA fueron las personas que agredieron
físicamente, en razón de que entiende que dicho testimonio fue dado
con la finalidad de involucrar a dichos imputados en la comisión de los
hechos, ya que éstos en esos momentos se encontraban en compañía
de ALBERTO RONDON CONCEPCION, pero no obstante el
involucramiento que de ellos han realizado los citados testigos, el
tribunal ha entendido que los mismos han mentido en cuanto así han
declarado, toda vez que en primer la testigo MARIA ELENA OZUNA
manifestó que no vio a dichos imputados acercarse al lugar donde
ocurrió el incidente, y además, ambos testigos tanto JOAN
FERNANDEZ PILARTE como JOSE ENGEL VASQUEZ SÁNCHEZ han
dado fe que no vieron a dichos imputados armados, por lo que no puede
ser verdad entonces que ellos hayan ido al lugar tirando tiros como lo
admite el señor JOSE ENGEL VASQUEZ SÁNCHEZ y además tampoco
puede ser cierto que dichos imputados hayan emprendido a golpes
contra JOAN FERNANDEZ PILARTE, toda vez que de así haber sido,
se hubiera dado constancia de dicha situación el Certificado Médico
Legal que existe en el expediente y que da constancia de las heridas
que éste padeció a causa de dicho incidente, siendo evidencia que dicho
informe no establece ningún tipo de golpe contundente en el cuerpo del
agraviado, más que las heridas de bala que recibió;

CONSIDERANDO: Que al tenor de los hechos anteriormente establecidos


conforme a la valoración de la prueba, el comportamiento de las partes en
el proceso y las declaraciones rendidas por las partes deponentes, ha
quedado establecido fuera de toda duda razonable, que el justiciable
ALBERTO RONDON CONCEPCION cometió el crimen de homicidio
voluntario al haber inferido dos heridas de bala que cercenaron la vida del
señor JOHAMME FERNANDEZ PILARTE, a raíz de la disputa que
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República Dominicana
PODER JUDICIAL

sostuvieron éste y el hermano del imputado en el Colmado La Tablita del


sector de Los Mina, en fecha 10 de diciembre de 2005, hechos previstos y
sancionados por los artículos 295 y 304 del Código Penal; que asimismo ha
quedado configurada la infracción a su cargo del delito de golpes y heridas
voluntarios al haber quedado también establecido que el mismo propinó
dos heridas de bala en contra del señor JOAN FERNANDEZ PILARTE al
cual le ocasionó “Herida de arma de fuego con entrada y salida en muñeca
izquierda y fractura piramidal de muñeca izquierda; herida superficial
hipocondrio izquierdo. Estando las mismas pendiente de evolución”, delito
éste previsto y sancionado por el artículo 309 del Código Penal; que por
tales razones este tribunal tiene a bien declarar la culpabilidad del
justiciable ALBERTO RONDON CONCEPCION cometió el crimen de
homicidio voluntario al haber inferido dos heridas de bala que, por existir
pruebas que desvirtúan su presunción de inocencia vinculándolo de manera
directa en la comisión de dichas infracciones, disposiciones que rigen de la
siguiente manera:

Art. 295.- El que voluntariamente mata a otro, se hace reo de homicidio.

Art. 304- El homicidio se castigará con la pena de treinta años de trabajos


públicos, cuando su comisión preceda, acompañe o siga otro crimen. Igual
pena se impondrá cuando haya tenido por objeto preparar, facilitar o
ejecutar un delito, o favorecer la fuga de los autores o cómplices de ese
delito, o asegurar su impunidad. Párrafo II.- En cualquier otro caso, el
culpable de homicidio será castigado con la pena de trabajos públicos.

Art. 309 : “El que voluntariamente Infiere heridas, diere golpes, cometiere
actos de violencia o vías de hecho, si de ellos resultare al agraviado (a) una
enfermedad o imposibilidad de dedicarse al trabajo durante más de veinte
días, será castigado (a) con la pena de prisión de seis meses o dos años, y
multa de quinientos a cinco mil pesos, podrá además condenársele a la
privación de los derechos mencionados en el Artículos 42, durante un año a
los menos, y cinco a lo más. Cuando las violencias arriba expresadas hayan
producido mutilación, amputación o privación del uso de un miembro,
pérdida de la vista, de un ojo, u otras discapacidades, se impondrá al
culpable la pena de reclusión. Si las heridas o los golpes inferidos
voluntariamente han ocasionando la muerte del agraviado (a), la pena será
reclusión, aún cuando la intención del agresor (a) no haya sido causar la
muerte de aquél”.

CONSIDERANDO: Que en el presente caso se encuentran tipificados los


elementos constitutivos del crimen de homicidio voluntario de la siguiente
manera: a).- La Preexistencia de una vida humana destruida, lo cual se
comprueba por el Certificado Médico Legal, acta de defunción y necropsia
que existe en el expediente y que dan constancia del fallecimiento y causa
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República Dominicana
PODER JUDICIAL

de muerte del señor JOHAMME FERNANDEZ PILARTE, en el lugar


expuesto por los testigos e imputados del proceso, esto es, en el Colmado
La Tablita del sector Los Mina en fecha 10 de diciembre de 2005; b) El
elemento material que en la especie queda comprobado por la actuación
del imputado dirigida a inferir herida de arma de fuego contra el hoy
occiso, las cuales provocaron su muerte, más aún por la forma en que éstas
fueron propinadas, es decir de atrás hacia delante; b).- El elemento legal,
es decir que el hecho este previsto y sancionado por la ley con anterioridad
a su comisión, situación comprobada con la tipificación legal que
anteriormente se esbozó; c) El elemento intencional, el cual ha de ser
demostrado a través de hechos positivos de hacer, y en la especie queda
demostrada por el hecho de que el lugar en el cual fue dirigida la indicada
herida, elementos suficientes para el tribunal determinar que el incidente
se ocasionó con la mal sana intención de ultimar al occiso como bien se
hizo, dejando sin efecto por vía de consecuencia los argumentos esgrimidos
por el procesado en el sentido de que los disparos que realizó los hizo para
defenderse, ya que no se ha demostrado que contra él se hayan realizado
disparos, y si éste lo que quería era defender a su hermano, como se ha
pretendido establecer, bien pudo haberlo hecho sin tener la necesidad de
ultimar como lo hizo al hoy occiso JOHAMME FERNANDEZ PILARTE, pues
en el lugar que éste presentó las mortales heridas no indican al tribunal que
hubo tal enfrentamiento entre ambos, sino que el imputado se apresuró a
defender a su hermano envuelto en la litis, traspasando de esa forma los
límites de la legítima defensa de su hermano, todo lo cual lo hace
responder por los hechos que le son imputados.

CONSIDERANDO: Que asimismo quedaron tipificados los elementos


constitutivos del delito de golpes y heridas voluntarios, en razón de que se
demostró que el justiciable ALBERTO RONDON CONCEPCION emprendió
también en contra del señor JOAN FERNANDEZ PILARTE a quien
ocasionó de manera voluntaria y sin ningún tipo de justificación, las heridas
detalladas anteriormente, ya que dicho agraviado incluso se había retirado
del lugar y se había escondido en un billar, procediendo el imputado a
alcanzarlo hasta allí y ocasionarle los disparos que le hirieron, lo que
demuestra al tribunal la intención del mismo en delinquir y ocasionar los
daños a dicho agraviado;

CONSIDERANDO: Que no obstante el tribunal haber retenido la falta penal


del imputado ALBERTO RONDON CONCEPCION en las infracciones
anteriormente establecida, está en el deber de descartar en su contra los
cargos presentados por la acusación atinentes a la asociación de mal
hechores para cometer tales infracciones, previsto en los artículos 265 y
266 del Código Penal, toda vez que ha quedado demostrado que el hecho
en cuestión se trató de un hecho circunstancial que no conllevó ningún tipo
de planificación previa, así como también se demostró que en el mismo
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República Dominicana
PODER JUDICIAL

sólo existió la participación del imputado ALBERTO RONDON


CONCEPCION en su perpetración, aún cuando en ese momento éste se
encontraba en compañía de sus amigos.

CONSIDERANDO: Que de conformidad con las disposiciones del artículo


338 del Código Procesal Penal se dicta sentencia condenatoria cuando la
prueba aportada sea suficiente para establecer con certeza la
responsabilidad penal del imputado.

CONSIDERANDO: Que el artículo 249 del Código de Procesal Penal dispone


que “Las costas son impuestas al condenado a una pena o medida de
seguridad. El juez o tribunal establece el porcentaje que corresponde a
cada uno de los responsables, en el caso de varios condenados en relación
con un mismo hecho. Este articulo no rige para la ejecución penal ni para
las medidas de coerción”.

CONSIDERANDO: Que no obstante la acusación haber sido presentada


también en contra de los justiciables JHONATAN SANTOS OZUNA (A)
DICEN y KELVIN ANTONIO FRANCISCO OZUNA, como coautores de la
muerte del señor JOHAMME FERNANDEZ PILARTE y las heridas del señor
JOAN FERNANDEZ PILARTE, y de haberse asociado para cometer dichos
crímenes, este tribunal ha entendido que las pruebas presentadas para
sustentar tal acusación en contra de dichos imputados resultan
insuficientes para destruir la presunción de inocencia que le favorece a
ambos, y por lo tanto los declara a ambos absuelto de los cargos
presentados en su contra por no haberse probado más allá de toda duda
razonable, su responsabilidad en los hechos que le son imputados.

CONSIDERANDO: Que luego de presentadas las evidencias, la Fiscalía


solicitó la culpabilidad de los ciudadanos ALBERTO RONDON
CONCEPCIÓN, KELVIN ANTONIO FRANCISCO OZUNA Y JONATAN
SANTOS OZUNA por violar las disposiciones de los artículos 265, 266,
295, 304 y 309 que tipifican y sancionan el crimen de asociación de
malhechores, homicidio voluntario, golpes y heridas voluntarios en perjuicio
de quien en vida se llamo de JOHAME FERNÁNDEZ PILARTE Y JOAN
FERNANDEZ PILARTE y una sanción de 20 años para el caso del
imputado ALBERTO RONDON CONCEPCIÓN y una pena de 13 años para
el caso de los coimputados KELVIN ANTONIO FRANCISCO OZUNA Y
JONATAN SANTOS OZUNA; que dicho dictamen el tribunal sólo lo acoge
en parte y en lo atinente a la solicitud de culpabilidad del justiciable
ALBERTO RONDON CONCEPCIÓN , aunque no así en cuanto a la pena a
imponer, toda vez que si bien se determinó que el mismo fue la persona
que cometió las dos infracciones, tanto el homicidio como los golpes y las
heridas, no menos cierto es que también se demostró que el incidente fue
meramente circunstancial, por lo que, a juicio de este tribunal, el nivel de
1
República Dominicana
PODER JUDICIAL

conducta y el grado de peligrosidad del procesado, no merece que se le


haya de aplicar el máximo de la sanción impuesta por la ley; que por otro
lado rechaza en todas sus partes el dictamen propuesto con relación a la
solicitud de culpabilidad de los coimputados KELVIN ANTONIO
FRANCISCO OZUNA Y JONATAN SANTOS OZUNA, en razón de que
quedó establecido por los motivos antes expuestos que las pruebas
presentadas en su contra no fueron suficientes para destruir su presunción
de inocencia;

CONSIDERANDO: Que por otro lado la parte querellante solicitó el máximo


de las sanciones requeridas por la ley para los imputados; que estas
conclusiones el tribunal las acoge en parte en lo atinente al justiciable
ALBERTO RONDON CONCEPCIÓN no obstante tiene a bien rechazarla por
los mismos motivos que ha rechazado las pretensiones de la fiscalía en la
parte anterior de la presente decisión.

CONSIDERANDO: Que por el contrario procede acoger las conclusiones


sustentadas por la barra de la defensa de los encausados KELVIN
ANTONIO FRANCISCO OZUNA Y JONATAN SANTOS OZUNA, toda vez
que la acusación no presentó pruebas contundentes en su contra y por lo
tanto la presunción de inocencia que le favorece no pudo ser destruida más
allá de toda duda razonable.

CONSIDERANDO: Que con relación a la defensa del justiciable ALBERTO


RONDON CONCEPCIÓN el tribunal tiene a bien rechazarlas por
improcedentes e infundadas, toda vez que las mismas fueron dadas en el
sentido de que sea acogida a favor de su defendido la excusa absolutoria
de la legítima defensa, y quedó demostrado por los motivos antes
expuestos que su representado traspasó los límites de la legítima defensa
al disparar como lo hizo, no tan sólo en contra de la persona que resultó
muerta, sino también que emprendió la persecución contra el hermano de
éste, introduciéndose al billar y alcanzarlo para herirlo; que asimismo
también se rechaza la solicitud de aplicación de la excusa legal de la
provocación, en razón de que no se estableció que ninguna de las personas
que resultaron víctimas en el presente proceso hayan realizado algún tipo
de hecho o actitud hacia la persona del imputado, que induzca al tribunal a
sostener que el mismo fue provocado a perpetrar dicha acción, por lo que
dicha petición carece de fundamento y sentido.

CONSIDERANDO: Que una vez analizado el aspecto penal del presente


caso, procede examinar el aspecto de las reclamaciones civiles como se
hace a continuación.

CONSIDERANDO: Que el artículo 50 del Código de Procesal Penal dispone


que “La acción civil para el resarcimiento de daños y perjuicios causados o
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República Dominicana
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para la restitución del objeto materia del hecho punible puede ser ejercida
por todos aquellos que han sufrido por consecuencia de este daño, sus
herederos y sus legatarios, contra el imputado y el civilmente responsable.
La acción civil puede ejercerse conjuntamente con la acción penal conforme
con las reglas establecidas en este código, o intentarse separadamente
ante los tribunales civiles, en cuyo caso se suspende su ejercicio hasta la
conclusión del proceso penal. Cuando ya ha iniciado ante los tribunales
civiles, no se puede intentar la acción civil de manera accesoria por ante la
jurisdicción pena. Sin embargo, la acción civil ejercida accesoriamente ante
la jurisdicción penal puede ser desistida para ser reiniciada ante la
jurisdicción civil”.

CONSIDERANDO: Que el artículo 118 del Código de Procedimiento Penal


dispone que: “Quien pretende ser resarcido por el daño derivado del hecho
punible debe constituirse en actor civil mediante demanda motivada. El
actor civil interviene a través de un abogado y puede hacerse representar
además por mandatario con poder especial”.

CONSIDERANDO: Que al tenor de lo dispuesto por el artículo Art.


122. Procedimiento. Una vez que recibe el escrito de constitución, el
ministerio público, lo notifica al imputado, al tercero demandado civil, a los
defensores y, en su caso, al querellante... Una vez admitida la constitución
en actor civil, ésta no puede ser discutida nuevamente, a no ser que la
oposición se fundamente en motivos distintos o elementos nuevos.

CONSIDERANDO: Que en el presente caso nos encontramos ante una


constitución en querellante y actor civil interpuesta por el señor MAXIMO
ANTONIO FERNANDEZ actuando en su calidad de padre tanto del
fenecido JOHAME FERNÁNDEZ PILARTE, como del agraviado JOAN
FERNANDEZ PILARTE; acciones que se interponen contra los imputados
JHONATAN SANTOS OZUNA (A) DICEN, KELVIN ANTONIO FRANCISCO
OZUNA Y ALBERTO RONDON CONCEPCION; que tal constitución en
actor civil y querellante el tribunal tiene a bien acogerla como buena y
válida en la forma por haber sido hecha conforme a lo que disponen las
normativas procesales vigentes, no obstante en cuanto al fondo sólo la
acoge contra el imputado ALBERTO RONDON CONCEPCION, por ser la
única persona que tiene su responsabilidad comprometida en el presente
caso, rechazándola por vía de consecuencia con relación a los demás
imputados; que así mismo el tribunal tiene a bien rechazar las conclusiones
realizadas por el peticionario querellante, en cuanto a las solicitudes que ha
realizados como reparación por los daños que le fueron ocasionados a su
hijo JOAN FERNANDEZ PILARTE, toda vez que, si bien el tribunal pudo
constatar que a dicho señor le fueron ocasionado daños producto de las
acciones delictuosas del imputado ALBERTO RONDON CONCEPCION, no
menos cierto es, que siendo él el ofendido directo de tal situación y
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PODER JUDICIAL

habiendo logrado sobrevivir de la misma, no ha interpuesto su acción


personal de persecución y reparación, siendo a él la persona que en estos
casos, la ley le ha conferido tales derechos y por tratarse de una persona
con capacidad para actuar en justicia.

CONSIDERANDO: Que asimismo procede rechazar las solicitud realizada


por el actor civil constituido, tendente a que el justiciable sea condenado al
pago de intereses legales, toda vez que dicha solicitud carece de
fundamentación legal, en razón de que la Ley 183-02 (Código Monetario y
Financiero) derogó la Orden Ejecutiva 311 sobre interese legales, y no
estableciendo en la misma ningún tipo de especifificaciones en ese sentido,
lo que hace admitir al tribunal que los mismos han quedado sin efecto,
pasando a ser sustituidos por los inteses convencionales entre las partes,
resultando que en la especie por existir controversia no hay posibilidad de
acuerdo en ese sentido, tal y como lo asumido nuestra SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA mediante sentencia de fecha SENTENCIA DEL 22 DE JUNIO DEL
2005, No. 68.

CONSIDERANDO: Que este tribunal ha examinado y ponderado todos y


cada uno de las pruebas aportadas así como las piezas de convicción
expuestas ante el plenario;

Por tales motivos y vistos los artículos 8 de la Constitución de la República,


artículos 309, 295 y 304 del Código Penal Dominicano; así como los
artículos 3, 26, 13, 50, 72, 83, 84, 85, 118, 119, 267 y 268, 166, 172, 175,
176, 249, 336 y 339 del Código de Procedimiento Penal, Resolución No.
1735-2005, de fecha 15 de Septiembre del 2005 dictada por la Suprema
Corte de Justicia y Jurisprudencia al efecto, sobre Tribunales Colegiados; EL
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL JUZGADO DE PRIMERA
INSTANCIA DEL DEPARTAMENTO JUDICIAL DE SANTO DOMINGO,
administrando justicia en nombre de la república, por autoridad de la ley,
en virtud de los textos legales citados y oídas las conclusiones de las
partes.

“F A L L A”

PRIMERO: Rechazar como al efecto rechaza los cargos presentados por la


acusación en contra de los justiciables JHONATAN SANTOS OZUNA (A)
DICEN Y KELVIN ANTONIO FRANCISCO OZUNA, de los crímenes de
asociación de malhechores, golpes y heridas voluntarios y homicidio
voluntario, en perjuicio de JOAN FERNANDEZ PILARTE y JHOAME
FERNANDEZ PILARTE, en violación a los artículos 265, 266, 295, 304-II y
309 del Código Penal, modificados por la Leyes 24-97 y 46-99; en
consecuencia se ordena la absolución de los mismos en virtud a lo

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PODER JUDICIAL

establecido en el artículo 337 del Código Procesal Penal, por no haberse


probado más allá de toda duda razonable que los mismos cometieron los
hechos puestos a su cargo, por lo que se ordena el cede de cualquier
medida de coerción impuesta en contra de dichos imputados;

SEGUNDO: Rechazar como al efecto rechaza los cargos presentados por la


acusación en contra del justiciable ALBERTO RONDON CONCEPCION, en
lo atinente al crimen de asociación de malhechores, hecho previsto y
sancionado por los artículos 265 y 266 del Código Penal, en razón que no se
ha determinado que los procesados hayan formado un concierto con el
objetivo de ocasionar la muerte del señor JOHAME FERNANDEZ PILARTE
y ocasionarle las heridas a JOAN FERNANDEZ PILARTE;

TERCERO: Se declara al señor ALBERTO RONDON CONCEPCION, de


generales que constan; CULPABLE del crimen heridas voluntarios y
homicidio voluntario, en perjuicio de JOAN FERNANDEZ PILARTE y
JOHAME FERNANDEZ PILARTE, en violación a los artículos 295, 304-II y
309 del Código Penal, modificados por la Leyes 24-97 y 46-99; en
consecuencia se condena a cumplir un pena de quince (15) años reclusión
mayor y al pago de las costas del proceso, pena a cumplir en la
penitenciaría Nacional de la Victoria, por hecho de haber ocasionado la
muerte a consecuencia de dos impactos de arma de fuego cañón corto a
quien en vida respondía al nombre de JOHAME FERNANDEZ PILARTE y
haberle ocasionado dos herida de arma de fuego que ocasionaron lesiones
al señor JOAN FERNANDEZ PILARTE, hecho ocurrido en el sector de Los
Mina, Municipio Santo Domingo Este;

CUARTO: Se Condena al señor ALBERTO RONDON CONCEPCION al pago


de una indemnización equivalente a la suma de un millón de pesos a favor
del señor MAXIMO ANTONIO FERNANDEZ, como justa indemnización de
los daños morales y materiales ocasionados a consecuencia de la muerte
de su hijo JOHAME FERNANDEZ PILARTE, en razón de que el hecho penal
ocasionado por el imputado ha posibilitado la retención de una falta civil
imputable a su persona; y se rechaza la misma en cuanto a los señores
JHONATAN SANTOS OZUNA (A) DICEN Y KELVIN ANTONIO
FRANCISCO OZUNA, por no haberse retenido ninguna falta civil en su
contra.

QUINTO: Se rechaza la Constitución en querellante y actor civil presentada


por el señor MAXIMO ANTONIO FERNANDEZ en representación de su hijo
JOAN FERNANDEZ PILARTE, por falta de calidad, ya que el ofendido
directamente no desapareció con el hecho y se trata de una persona con
capacidad para actuar en justicia;

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PODER JUDICIAL

SEXTO: Se rechaza la solicitud de condenación en intereses legales


presentada por el actor civil constituido, por falta de fundamento legal;

SEPTIMO: Se rechazan las conclusiones de la defensa del imputado


ALBERTO RONDON CONCEPCION que se acojan a favor de su
representado la excusa legal de la provocación, así como la excusa
absolutoria de la Legítima Defensa, por improcedentes e infundadas.

OCTAVO: Se fija lectura integra de la presente sentencia para el día


veintisiete (27) de julio del año dos mil seis (2006); a las 09:00 horas
meridiano; valiendo citación para las partes presentes.

I por esta Nuestra Sentencia, así se pronuncia, ordena, manda y firma:

VICTOR MEJIA LEBRÓN


Juez Presidente en funciones

EUDELINA SALVADOR REYES ALEXIS GOMEZ GERALDINO


Juez sustituto Juez miembro

RITA E. GARCIA SANTANA


Secretaria

DADA y FIRMADA ha sido la presente sentencia el mismo día, mes y año


anteriormente señalados, la cual fue leída de manera íntegra y en audiencia
pública el día 27 de julio de 2006, por mi secretaria que certifica y da fe.

RITA E. GARCIA SANTANA


Secretaria
ES

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