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PROFESOR(A): INTEGRANTES
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………………03
INSTITUCIONES REPRESIVAS………………………………………………………………06
CONCLUSIÓN………………………………………………………………………………….…20
BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………………………………21
ANEXOS………………………………………………………………………………………...…22
INTRODUCCIÓN
La Seguridad en estos últimos años ha cobrado vital importancia en las Políticas de Estado,
pues se está viendo afectada uno de las principales derechos del hombre "el derecho de
vivir en paz" en condiciones adecuadas para su desarrollo. Pero quizá la problemática
específica en este tema de Seguridad Ciudadana esta en lo urbano más que en lo rural,
vinculado principalmente con el aumento de la delincuencia, alarmantes cifras de
homicidios, robos, afectando el normal desarrollo del Capital Humano.
Desde hace más de una década el concepto de la seguridad ciudadana domina el debate
sobre la lucha contra la violencia y la delincuencia en América Latina. La expresión está
conectada con un enfoque preventivo y, hasta cierto grado, liberal a los problemas de
violencia y delincuencia. El término pone énfasis en la protección de los ciudadanos y
contrasta con el concepto de la seguridad nacional que dominaba el discurso público en
décadas pasadas y que enfocaba más en la protección y la defensa del Estado.
Las ventajas políticas de este sistema eran muchas: permitía reprimir la disidencia política y
religiosa, mantener el orden, lograr la unidad de la Iglesia, además de procurar beneficios
económicos al poder político religioso. En este tipo de procedimientos fue emblemática la
“cacería de brujas”, en la que el inquisidor tenía amplios poderes para arrancar la verdad en
los peores delitos (pecados) mediante la tortura.
Se decía que quien dudara del poder de las brujas, también era un hereje. Por eso, el
mismo defensor evitaba hacer una defensa demasiado calurosa para no provocar la
sospecha de pertenecer él mismo al gremio brujo. Sin duda, era una herramienta útil para
evitar cualquier intento de deslegitimar esos métodos y eliminar la disidencia.
Lo imposible y lo irreal, como el pacto diabólico, los amores con el diablo y los viajes de
brujas sólo podían adquirir apariencia de verdad gracias a la confesión de los supuestos
culpables. Semejante confesión de culpa tan sólo podía arrancarse a discreción mediante
las torturas; sólo en rarísimos casos era el inculpado suficientemente fuerte para resistirlas.
Cabalmente esto se interpretaba en su mayor perjuicio; como empecinamiento por la
ayuda del diablo, provocando esta conducta torturas repetidas y más crueles, para
quebrantar y vencer la resistencia del diablo que vivía en la bruja. Pues en los procesos de
brujas quedaban derogados los principios relativos a la intensidad y repetición de la tortura,
porque la brujería era mirada como un delito de excepción (delitum exceptum) en el cual
para la prueba de culpabilidad todo medio era lícito. Una fórmula de los procesos de brujas
decía: Serás torturada hasta que estés tan delgada que a través de ti se vea el sol (Radbruch
y Gwinner 1955).
Entre las principales críticas realizadas a este tipo de sistema, se decía que el poder
perseguir y castigar a las brujas era utilizado para otros fines que no se revelan, que se
mostraba indiferencia frente al dolor ajeno, que era el poder religioso el que decidía
quiénes eran consideradas o considerados una amenaza y que una vez capturada la
amenaza, se abrían espacios policiales de arbitrariedad y corrupción en los que
participaban los príncipes (poder político) a través de la confiscación de los bienes. También
se critica el intuicionismo policial, según el cual, los inquisidores aseguraban la culpabilidad
de las brujas mediante argumentos intuitivos o subjetivos (equivalente a lo que llaman
algunos “olfato policial”), que valía como prueba de cargo.
INSTITUCIONES REPRESIVAS
Durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez (hasta 1958) hubo fuertes restricciones de las
libertades y garantías civiles y políticas, y en momentos de crisis políticas y sociales el
aparato policial asumió un rol protagónico en el mantenimiento del orden público,
funcionando abiertamente como el arma principal del poder político del Estado y soporte
en el cual descansaba el régimen dictatorial, cediendo al proceso de politización,
participando activamente en el funcionamiento del sistema político como una “fuente de
información objetiva del poder”. La violencia institucional se impuso ante la necesidad de
cumplir con el principal atributo del aparato policial, el cual era el mantenimiento del orden
público (político), fortaleciéndose un modelo policial autoritario en el que los intereses
sociales quedaban subordinados a los políticos. Hasta el final del período, se desplegó una
brutal represión, particularmente contra la clase obrera y los partidos disidentes.
A partir de los años sesenta penetra definitivamente en Venezuela –así como en otros
países latinoamericanos- la Doctrina de la Seguridad Nacional (DSN), que definía los
problemas de subsistencia y mantenimiento de la soberanía que se presentan en todo
Estado nacional (García Méndez 1987). A través de esta Doctrina, los cuerpos militares y
policiales venezolanos adquirieron conceptos y herramientas ideológicas y operativas para
actuar contra los disidentes políticos, considerados enemigos internos. Esta nueva
concepción de seguridad surgida a partir de la Segunda Guerra Mundial “introduce
cambios sustanciales en las referencias teóricas de los planificadores de las políticas de
seguridad de los países del continente latinoamericano” (Manrique 1996:41). El impacto que
tuvo en Venezuela se siente con fuerza durante los primeros años de esta década, como
consecuencia de la “recepción de ideas de origen principalmente argentino y brasileño,
transmitidas a través del Colegio Interamericano de Defensa de Washington y que van a
influir decisivamente sobre la doctrina y metodología de planificación de la Seguridad y
Defensa que se van a difundir en el país” (Rey 1998:168).
Desde entonces, el aparato represivo del Estado adquirió conceptos y herramientas, tanto
ideológicas como operativas, para actuar contra los disidentes políticos. Para Bergalli 1983,
en todo el continente, la política criminal que emerge de la DSN es una política del miedo,
del terror de Estado.
Durante los gobiernos siguientes, la figura del Estado interventor se intensificó y fortaleció,
los innovadores programas económicos se caracterizaron por el olvido y ,en cuanto al
papel del Estado con respecto a la seguridad nacional, habiendo disminuido
considerablemente la existencia de focos guerrilleros y aumentado la participación de los
partidos políticos en el fortalecimiento de la democracia, las fuerzas represivas del Estado
se abocaron a la búsqueda de un nuevo enemigo interno, ya no político. En este estado de
cosas, la violencia institucional toma nuevos tintes, ahora menos políticos, pero mucho más
generalizada.
En Venezuela la Policía Rural es centenaria y fue concebida como un cuerpo armado, con
base en un esquema militar cuyas funciones estaban orientadas para operar con represión.
Luego de la independencia y bajo el amparo de la Constitución de 1811, se buscaba
establecer el orden y que los habitantes adquirieran conciencia ciudadana y se
reconocieran en la nueva República.
En su génesis, los primeros cuerpos policiales se desempeñaron a pie. Más tarde, se dotó
de caballos y se uniformó con mudrines alemanes, una especie de traje con capa que se
complementó con sombrero y espada, “para que haga respetar su carácter”, indica el
decreto de ley.
Sus atribuciones fueron aprehender a los infractores, recolectar impuestos, señalar a los
sospechosos de rebeldía, cuidar mercados, alumbrar y empedrar calles. Con motivo de la
desaparición de la Primera República, la Guardia Nacional es olvidada por carencia de
recursos. En 1820 vuelve a resurgir en el panorama Independentista con el triunfo de las
Armas en Carabobo.
En 1839, desaparece esta primera Guardia Nacional. La institución resurge nuevamente bajo
al mandato del General José Antonio Páez en el año 1841, denominándose La Guardia
Nacional de Policía cuya función era la seguridad y el orden, especialmente del medio rural,
además la misma tenía unas funciones adicionales como evitar crímenes, la protección de la
vida de las personas y de sus bienes y la vigilancia y custodia de los presos. Debido a la
carencia de recursos económicos para su mantenimiento, ésta desaparece por medio de la
derogación de la Ley que la creó en el año 1847.
En 1915 surge un aparato policial embrionario conocido como “La Sagrada” una policía
secreta, centralizada, politizada, consagrada al mantenimiento y la supervivencia del
gobierno gomecista y que escapaba al proceso de burocratización del Estado. A través de
la información recaudada por los agentes de “La Sagrada”, se lograba un control más
amplio a través del cual era posible detectar y reprimir a los enemigos políticos que
pudieran amenazar con alterar el orden. Con la muerte de Gómez desaparece “La
Sagrada”, los cuerpos policiales de algunos estados y del Distrito Federal se abocaron al
resguardo del orden público.
Surge la Seguridad Nacional, que como aparato policial se distinguirá aún más por su
estructura piramidal, altos niveles de burocratización y escasa flexibilidad y permeabilidad
ante las exigencias sociales.
Desde este punto de vista, el ejercicio de toda función policial se debate naturalmente
entre motivaciones políticas y sociales, pero será la ruptura de este equilibrio en beneficio
de la lógica política, orientada principalmente hacia la protección de las instituciones y
autoridades políticas establecidas, lo que, como se tratará más adelante, definirá y
consolidará el desarrollo del aparato policial en Venezuela.
Dicho programa se denominó “Alianza para el Progreso” y ya para el año 1961 llego a
nuestro país una misión de Carabineros de Chile, con la misión de brindar asesoría a la
policía de aquel entonces. Dicho programa y la misión de Carabineros de Chile que se
encontraban en nuestro país, generó un detallado estudio de la situación del cuerpo de
seguridad y solicitaron al gobierno que se dictara una ley u ordenanzas, que hasta los
momentos no existía, que fuera base legal de la policía.
Para el año 1964 la policía cuenta con una ordenanza en la que se especifican las jerarquías
del personal, planes de vigilancia, estructuración del batallón, reglamento sobre
funcionamiento, entre otras materias relacionadas con la misión del cuerpo de seguridad.
Todo esto va dándole otra forma y estructura a la policía de entonces. La policía en la
ciudad de Caracas fue evolucionando como una policía municipal, que transitó por los
pasajes de la dictadura, pero en definitiva, durante el periodo democrático, y más
específicamente a partir de 1969, durante el primer mandato gubernamental del doctor
Rafael Caldera, es cuando comienza a sentarse las bases de la Policía Metropolitana que
hoy tenemos.
En 1969, durante la primera gestión del doctor Rafael Caldera, se crea formalmente la
Policía Metropolitana, el acto se llevó a cabo el 21 de diciembre, en esta oportunidad se
firma un convenio Constitutivo entre los Gobernadores del Distrito Federal, del estado
Miranda y la Policía Municipal, para ejercer con mayor eficiencia las funciones y ampliar su
radio de acción.
La investigación de los delitos de acción penal en Venezuela, a mediados del siglo XX, se
institucionaliza el 20 de febrero de 1958 cuando el presidente provisional de la Junta de
Gobierno Contralmirante Wolfgang Larrazábal, dentro del esquema político del momento,
promulga el decreto Nº 48 con Fuerza de Ley, que estableció la base legal para la creación
de un Cuerpo de Policía especializado para la investigación de los delitos de Acción Penal.
Organismo que dependería del Ministerio de Justicia asignándosele el nombre de Cuerpo
Técnico de Policía Judicial.
El Cuerpo Técnico de Policía Judicial empezó a funcionar en un pequeño local del centro de
Caracas ubicado en el Pasaje Capitolio, con tan sólo doce funcionarios se crean las primeras
delegaciones: Chacao, La Guaira y Los Teques.
Para la formación académica del personal a ingresar para trabajar en el campo investigativo
y dando cumplimiento a lo establecido en el decreto, se pone en funcionamiento la primera
escuela en fecha 6 de agosto de 1958, ubicada entre las esquinas de Principal y Santa
Capilla en la antigua Casa Guipuzcoana.
Ya a partir de los años 70 hasta los 80, el Cuerpo Técnico de Policía Judicial va en avanzada,
constituyéndose como una de las mejores policías de investigación criminal a nivel mundial
en lo técnico-científico, contando con una serie de recursos, pero a partir de los años 80, a
causa de la indiferencia del organismo gubernamental encargado, con respecto a la
seguridad ciudadana se va produciendo un deterioro.
Cuando se originaba un incendio, cosa frecuente, el método usado era trasladar al sitio un
viejo carro cisterna llamado La Benemérita, del cual bajaban un recipiente o tonel grande,
con un pitón y una rustica goma adaptada y llenándolo pacientemente con baldes de agua,
mientras dos personas subiendo y bajando un balancín lanzaban agua a baja presión.
El instructor que llego a Caracas fue el Sub-Teniente Roberto Martínez León, quien estuvo
ocho meses ofreciendo magníficos resultados sobre las técnicas de combate de incendios,
tácticas, recursos materiales, planificación y otros conocimientos sobre la ciencia o arte de
bomberos.
Fue remplazado por el Capitán Rufino Loscher Blanco, quien fue contratado hasta fines de
1948.
Entre otros, han sido Comandantes del Cuerpo de Bomberos de Caracas: Carlos Anglade,
Carlos Basalo Rodríguez, Ernesto López, Capitán Evencio Pulgar, Coronel Victoriano Jordan
Petit, Teniente Coronel Humberto Ovalles, Teniente Coronel José Octavio González,
Coronel Publio Alvarado Ruiz y el Coronel Ángel Ramón Freytes. El carro bomba Broakway
(Modelo 1936) fue el pionero fundador del Cuerpo de Bomberos de Caracas, estuvo
prestando sus servicios en forma ininterrumpida hasta 1958. En la actualidad se encuentra
mecánicamente en buenas condiciones y en exhibición en el Museo del Transporte.
Por sus meritorias intervenciones, ha salvado numerosas vidas y bienes materiales. Larga es
la lista de los integrantes que a través de los años han ofrendado sus vidas al servicio de
esa causa tan noble y desinteresada.
Cabe destacar la sensibilidad social y la vocación profesional de esta institución, ya que su
desempeño exige sacrificios innegables, que no los compensa remuneración económica ni
beneficio social alguno. Solamente la satisfacción del deber cumplido, el respeto,
admiración, cariño y agradecimiento que el pueblo concede pueden retribuir a esta digna y
honrosa organización, los desvelos, que por el bienestar de la comunidad realizan
constantemente. Es la compleja labor del bombero.
En ese mismo año, dada la preocupación del Estado venezolano en lo referente a los
aspectos preventivos, se creó el Botiquín de Emergencias. El 17 de julio 1938 se dicta la Ley
de Servicio Nacional de Seguridad, en la cual se le asignan misiones a la Guardia Nacional y
se establece que el Servicio de Sanidad es el órgano competente para cooperar con las
autoridades civiles encargadas de las calamidades públicas (Gaceta Oficial 19.637).
El 7 de septiembre de 1943 se dictó el Decreto 175, mediante el cual se crea la Junta
Nacional de Socorro, adscrita al Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, para atender a las
personas que resultaron afectadas a consecuencia de las inundaciones producidas por el
río Orinoco en esa época; siendo ésta, la primera referencia histórica en nuestro país, sobre
la creación de un ente del estado destinado a la atención de situaciones de desastres.
Aún, para esa fecha el término “Defensa Civil” no se había utilizado como símbolo de
preparación y atención de desastres en el país. Corresponde al Dr. Espíritu Santos
Mendoza, quien actuando como Ministro de Sanidad y Asistencia Social, por resolución,
crea el 21 de mayo de 1958, la “División de Socorro y Defensa Civil”, adscrita a la
Dirección de Asuntos Sociales.
A partir del 8 de junio de 1975, el Ministerio de la Defensa emite lineamientos que incluyen
el apoyo de las Fuerzas Armadas Nacionales a las operaciones de Defensa Civil durante
emergencias causadas por fenómenos naturales catalogadas como calamidades públicas.
Según el Decreto Presidencial Nº 1.557 con fuerza de Ley del Sistema Nacional de
Protección Civil y Administración de Desastres, en fecha 13 de noviembre de 2001 publicada
en Gaceta Oficial Extraordinaria de la República Bolivariana de Venezuela Nº 5.557, el
Decreto con Fuerza de Ley de la “Organización Nacional de Protección Civil y
Administración de Desastres”; como un órgano de seguridad ciudadana, adscrito al
Ministerio del Interior y Justicia.
CONCLUSIÓN
http://historiapolicialdevenezuela.blogspot.com/
http://www.cicpc.gob.ve/historia
Libro Graterol, R. (1976). 40 años de historia: Cuerpo de Bomberos del Distrito Federal 1936-
1976. El Cuerpo.
http://www.pcivil.gob.ve/historia.html
CACERIA DE BRUJAS EN LA EDAD MEDIA