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T E O R Í A D EL A C U L T U R A
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E N ESTE capítulo vamos a reunir los conceptos de naturaleza, formas y fun-
cionamiento de la cultura expuestos en las páginas precedentes de este libro,
para presentar la teoría de la cultura que ha constituido la base de nues-
tros estudios. En la forma más sucinta, las proposiciones que se pueden entre-
sacar de ellos son las siguientes:
1. La cultura se aprende;
2. La cultura se deriva de los componentes biológicos, ambientales, psi-
cológicos e históricos de la existencia humana;
3. La cultura está estructurada;
4. La cultura está dividida en aspectos;
5. La cultura es dinámica;
6. La cultura es variable;
7. La cultura presenta regularidades que permiten su análisis por medio
de los métodos de la ciencia;
8. La cultura es instrumento por medio del cual el individuo se adapta
a su situación total, y además le provee de medios de expresión
creadora.
En los capítulos anteriores se ha expuesto el contenido copioso de es-
tas proposiciones. Ahora tomaremos cada una por orden, recordaremos su
contenido e indicaremos cuáles, entre las varias hipótesis que a ellas se re-
fieren, expuestas ya, parecen estar más fundamentadas por los hechos.
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La cultwa se ap-ende.
Definida como la parte del am.biente edificada por el hombre, la cul-
tura es esencialmente una construcción que describe el cuerpo total de
creencias, comportamiento o conducta, saber, sanciones, valores y objetivos
que señalan el modo de vida de un pueblo. Esto es, que si bien el investi-
gador puede tratar una cultura como capaz de descripción objetiva, en el
análisis final la cultura comprende las cosas que el pueblo tiene, las cosas
que los individuos hacen v lo que éstos piensan.
Cuando preguntamos cómo los individuos adquieren las formas de
creencias v comportamiento que marcan sus modos de vida, la respuesta
nos la da el método de aprendizaje, ampliamente concebido. Incluve éste
en sí, a la vez, las respuestas que se condicionan en el nivel de lo incons-
ciente, por cuyo intermedio los patrones básicos del grupo se imprimen en
el niño en desarrollo, v las formas de instrucción más conscientemente reci-
bidas, a las que damos el nombre de "educación".
A este proceso de aprendizaje de la cultura de cada uno lo hemos 11a-
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La cultura está estructurada.
No se puede dar mejor ejemplo de la regularidad de la cultura que la
comparabilidad de las unidades en que pueden descomponerse los más di-
versos cuerpos de costumbres. Por ejemplo, la cultura puede analizarse en
rasgos y complejos de rasgos. No obstante la objeción de que éste es un
esquema demasiado mecánico y destruye la realidad viva de la cultura, ha
probado su utilidad como herramienta en el estudio de ciertos problemas,
particularmente cuando se desea la comparación detallada de los aspectos
objetivos de los elementos culturales entre diferentes pueblos. El concepto
del rasgo como elemento básico en la cultura ha sido también empleado
eficazmente en los intentos de delinear, en detalle, las unidades que van
edificando cultura tras cultura en una región restringida, como- en el caso
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del estudio de las tribus indias de California. En ese caso, una lista de ras-
gos ha servido de base para ordenar en forma objetiva tantos elementos
como ha sido posible en la cultura de tribu tras tribu, y ha tenido resultados
que determinan el valor del uso ulterior de este método. Esto ha mostrado
lo compleja que puede ser aun una cultura "sencilla", además de haber hecho
posible los estudios estadísticos que revelan las relaciones históricas entre
los pueblos del área.
Lo que es más difícil de probar es el aserto de que los conceptos de
rasgo y complejo pueden, en el mejor de los casos, sólo describirse vaga-
mente; lo que es un rasgo en un caso se convierte en un complejo en otro.
Que esto es verdad se manifiesta por el siempre creciente tamaño de la
lista de elementos-rasgos de California, donde el mayor conocimiento de
la cultura y el continuo empleo de la lista de rasgos dio por resultado que
el investigador fijara como elementos muchas subdivisiones de complejos
que había tratado primeramente como unidades. Pero la crítica que seña.-
la que estos conceptos no pueden definirse sino vagamente, no es seria, sin
embargo, ya que no es motivo para que se desechen el que su uso ha de
tener cierta flexibilidad. El hecho importante es que donde se ha de estu-
diar la cultura de modo objetivo, especialmente en lo que afecta a los
problemas en los cuales no entran consideraciones psicológicas, tal como
ocurre al hacer el mapa de las dispersiones, es imposible operar sin algunos
conceptos, como, por ejemplo, rasgos y complejos. Que un rasgo sea en
*uno de los casos im complejo, sólo significa que las bases de juicio se des-
plazan en los términos que requiere el problema.
Los conceptos de rasgo y complejo, que se han encontrado ser espe-
cialmente útiles en los estudios de dispersión, son básicos cuando se em-
Drende la tarea de hacer el mapa de las áreas culturales. Las áreas culturales
lan sido distinguidas en América del Norte y del Sur, en Africa y en Asia,
y puede considerárseles como que comprenden las divisiones princip'ales
reconocidas en las agrupaciones comunes de las islas del Pacífico de Poli-
nesia, Micronesia y Melanesia. La habihdad de los investigadores para lo-
calizar haces de complejos en las culturas de una determinada región, por
decirlo así, tiene mucho que ver con la teoría cultural. Demuestra la uni-
versalidad del préstamo, indica una base ecológica de la cultura y ha sido
usada en un intento de mostrar cómo, en cada área, la cultura característica
alcanza una "culminación" entre las tribus que manifiestan sus más típicas
y concentradas formas. En general, sin embargo, el concepto de área cul-
tural es Utilísimo en las descripciones de culturas que residen en un parti-
cular plano de tiempo. No ha sido empleado con éxito para estudiar la
dinámica cultural, donde el fondo de tiempo es esencial.
Las áreas culturales, como los rasgos y los complejos, son construc-
ciones. N o las notan las personas que viven en ellas, porque, para un indi-
viduo, el modo de vida de su grupo le parece enteramente diferente de las
costumbres de otros pueblos, hasta de los vecinos. Esto, sin embargo, es
cuestión de perspectiva. Cuanto más próximo está uno a una cultura, más
importantes son para él las pequeñas diferencias entre esta cultura y otras
contiguas. Para el investigador que contempla un panorama continental, sin
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La ciilttcra está dividida en aspectos.
Los universales que identifican todos los cuerpos de costumbres no se
encuentran únicamente en las estructuras de la cultura. Pueden también
distinguirse en las agrupaciones que forman las instituciones, en los aspec-
tos denominados culturales, los cuales son divisiones trasversales de la cul-
tura, de las categorías comprendidas en el método de área-patrón-complejo-
rasgo. Estos universales representan diferentes maneras de realizar los
mismos fines que todo pueblo considera esenciales a su adaptación en el
mundo, según propia experiencia.
Se han inventado varios tipos de categorías para describir las divisiones
de la cultura, las que nosotros llamamos aspectos. Esas categorías difieren
principalmente en lo que abarcan, o en el grado de detalle con el que de-
terminan los universales en la cultura. Las series de categorías empleadas
en esta obra proceden de las partes de la cultura que satisfacen las necesi-
dades físicas del hombre, por medio de las que dictan las relaciones sociales,
V luego van a las instituciones que explican el universo y regulan la con-
ducta individual, v finalmente, a las que proporcionan satisfacciones crea-
doras de orden estético. Ei "esquema cultural" que de esto resulta es como
sigue:
Cidtitra material y stis sanciones
Tecnología
Economía
Instituciones sociales
Organización social
Educación
Estructuras políticas
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El Hombre y el U?iiverso
Sistemas de creencias
Control del poder
Estética
Artes gráficas y plásticas
! Folklore
Música, drama y danza
Lenguaje
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La cultura es dimmica.
El cambio es una constante en la cultura. Debe, no obstante, estudiar-
se siempre sobre el fondo de la estabilidad cultural. Hasta en el caso en
que los cambios puedan aparecer de largo alcance para los miembros de la
sociedad en que se producen, rara vez afectan a más de una parte relati-
vamente pequeña del cuerpo total de costumbres con las cuales vive un
pueblo. De esta suerte, los problemas de la dinámica cultural se ven que
presentan a la vez un aspecto positivo y otro negativo. El cambio se debe
considerar en relación con la resistencia al cambio. Las gentes que aceptan
nuevos modos de hacer algunas cosas se resisten a aceptar innovaciones que
afecten a otras facetas de sus triodos de vida. En estas circunstancias, los
problemas de dinámica cultural requieren un análisis de las condiciones
3ajo las cuales el conservatismo y el cambio dominan una determinada es-
cena cultural: cómo se desarrollan esas actitudes hacia lo viejo y lo nuevo,
qué es lo que condiciona la aceptación de las innovaciones y cómo las inno-
vaciones, una vez aceptadas, son modeladas por la cultura matriz en la que
están acomodadas.
El cambio puede provenir de dentro de una sociedad, o de fuera de
ella. El desarrollo interno resulta del descubrimiento o la invención. Los
cambios introducidos desde fuera resultan de un proceso de préstamo, o
transmisión cultural. A este último proceso se le ha prestado mucha aten-
ción porque, en la cultura de los pueblos, muchos más cambios han sido
tomados de los modos de vida de otras sociedades que los que se han ori-
ginado dentro del grupo. Los procesos de descubrimiento y de invención
son oscuros. En algunos casos debe atribuirse a pura casuahdad el haber
llevado a un individuo a acertar en una nueva técnica, en un nuevo con-
cepto, en una nueva creencia. En otros, la necesidad puede haber dictado
la investigación de algún método de resolver una demanda; pero esto pa^
rece haber sido exaltado con exceso. Las invenciones calculadas de la cul-
tura industrial euroamericana deben, en la historia del hombre, conside-
rarse como casos excepcionales del proceso. Por esta misma razón, la iden-
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La cultura es una variable.
La variabilidad en la cultura es, a la vez, una expresión de su cualidad
dinámica v de los medios por los cuales se realiza el cambio cultural. La
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La cultura presenta regularidades que pemúten su análisis por los métodos
de la ciejicia.
Las generalizaciones de esta especie pueden trazar, respecto a puntos
de cultura, un camino que lleva a resolver la controversia acerca de si la
cultura debe ser estudiada como historia o como ciencia. La primera forma
de abordar al estudio intensifica el carácter único del desarrollo histórico
de cada cultura. La segunda pone su acento en la clasificación y en el
análisis de las semejanzas y diferencias entre formas culturales, con el fin
de que se puedan alcanzar las generalizaciones utilizables que permitan la
predicción en relación con la cultura como un conjunto. Las dos posiciones,
sin embargo, no se excluyen mutuamente. Se admite que el desarrollo his-
tórico de cada cultura es único, que una particular sucesión encadenada de
efectos no se repite jamás, así como que nunca dos sucesiones encadenadas
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La ciiltiera es el instrinnento por medio del cual el individuo se adapta a su
situación total, y además lo pi'ovee de -nredios de expresión creadora.
El proceso endocultural incluye el total de ese aspecto de la adapta-
ción de individuo recién nacido en el grupo del cual tiene que hacerse
miembro; y aun más. Estas adaptaciones que una persona tiene que hacer
respecto a los miembros de su propio grupo, empezando por su famiha, y
más tarde incluyendo agregados de muy diferentes géneros, son importantes,
porque le preparan para ser un miembro de la sociedad en pleno funciona-
miento. Son aquellas lo que comúnmente se designa como el proceso de
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