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LAS PALABRAS Y LAS COSAS

Michell Foucault

FOUCAULT, Michel
2008 [1966] Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias humanas.
Traducción de Elsa Cecilia Frost. México D.F.: Siglo Veintiuno.

Capítulo IV
1. Crítica y comentario
 El lenguaje se vuelve soberano y discreto. Soberano porque las palabras tienen ahora
la tarea de “representar el pensamiento”, pero no como traducción visible, material
del pensamiento. No hay acto de significación, sólo el poder de representarse a sí
mismo [es decir, al pensamiento]. Las representaciones forman un espacio no
enraizado en el mundo, no duplican el pensamiento pero lo indican. (p. 83)
 Por esa razón el lenguaje se hace invisible, su ser [el del lenguaje] no es un problema
porque es pensamiento. En el Renacimiento el lenguaje poseía una existencia maciza
que desaparece hacia el s. XVII, aquí ya solo cumple un papel funcional, el de
representar. (p. 84)
 A la desaparición del Texto primero desaparece el comentario quedando solo la
representación en los signos verbales; por ello el lenguaje se convierte en discurso. El
discurso tiene un potencial abierto (que no permitía la exégesis); al hacerse objeto
del propio lenguaje se ponen de manifiesto sus funciones, y aparece así la crítica. (pp.
84-85)
 La crítica solo examina el lenguaje en término de valor expresivo (verdad, exactitud,
etc.). Surge una ambigüedad, el lenguaje que es analizado sólo como función se
pregunta a su vez por su verdad-falsedad o su transparencia-opacidad [por su
relación con la representación]. (p.85)
 La posición del lenguaje se consolidará todavía en el s. XIX. En la época clásica la
crítica se ejerce sin disociación [la de su ambigüedad] y toma 4 formas: (p. 85)
a. Crítica de las palabras: denuncia la oscuridad del vocabulario heredado [Descartes
y las ideas claras y distintas], aparece la necesidad de un lenguaje analítico,
abstracto.
b. Crítica gramatical como análisis de los valores representativos de la sintaxis.
c. Crítica de las formas de la retórica (análisis de los tropos).
d. Crítica de la representación: análisis de la relación entre lenguaje y pensamiento
(v. gr. la exégesis de textos religiosos desde el s. XVII se carga con métodos
críticos).
 Surge una rivalidad entre comentario y crítica que se mantiene, los lenguajes críticos
se cargan de exégesis pero el lenguaje sigue perteneciendo a la representación. (p.
86)

2. La gramática general
 Debilitada la opacidad del lenguaje queda su ser presentación de representaciones.
Su particularidad radica [provisionalmente] en su arbitrariedad o su carácter
colectivo. El lenguaje es una convención o violencia impuesta a la colectividad, pero
siempre referido al pensamiento individual. Pero su papel principal debe su ser está
asociada a la posibilidad del análisis según un orden sucesivo, no existe la posibilidad
de la totalidad en el lenguaje, sólo de la sucesión. Así los pensamientos se suceden
pero mantienen su unidad como elementos. Mientras el pensamiento es una
operación simple [simultánea] la enunciación es una operación sucesiva. Se opone al
pensamiento y al signo por su carácter sucesivo, por ello es la instauración del orcen
en el espacio. (pp. 87-88)
 Ahí aparece la “gramática general” como el estudio del orden verbal en relación con
la simultaneidad que está encargado de representar [nótese simultaneidad]. Tiene
como objeto al discurso como sucesión de signos verbales. Pero la sucesión es
artificial frente a la simultaneidad. Pero las lenguas difieren entre sí, son opacas entre
sí y esto sucede por la incompatibilidad de la sucesión, lo que vuelve difícil la
traducción. (p. 88)
 En relación con el orden evidente que la ciencia y el álgebra introducen en la
representación, el lenguaje es espontáneo, natural. Es una representación analizada,
es el lazo concreto entre la representación y la reflexión, es el instrumento por el cual
la representación se comunica con la reflexión y por esa razón la gramática general
adquiere mucha importancia en el siglo XVIII. Se trata de la descomposición
reflexionada del pensamiento. El lenguaje era el primer objeto de crítica. (pp. 88-89)
 Algunas consecuencias: (pp. 89-90)
1. Las ciencias del lenguaje se dividen: la retórica, es decir, la forma en que se espacializa
en los signos verbales (figuras y tropos); y la gramática, que trata del análisis de la
representación según un orden sucesivo.
2. La gramática —como reflexión sobre el lenguaje— manifiesta la relación que el
lenguaje tiene con la universalidad como la posibilidad bien de una lengua universal o
de un discurso universal.
Lengua universal: A diferencia de lo que sucede en el renacimiento a propósito de
una lengua primitiva, la época clásica pretende una lengua susceptible de dar a cada
representación y a sus elementos el signo que pudiera marcarlos de manera
inequívoca. Poseer todos los instrumentos permite indicar las relaciones eventuales
entre los segmentos de la representación y permitiría recorrer todos los órdenes
posibles. La lengua inventa su sintaxis.
Discurso universal: No se trata de un desciframiento del texto único, sino de la
posibilidad de definir el continuo de todo saber desde las representaciones más
simples hasta las combinaciones más complejas. Este fundamento es la Ideología, un
lenguaje que duplica en toda su extensión el hilo espontáneo del conocimiento. La
Característica universal y la Ideología se oponen como universalidad de lenguaje
(todos los órdenes posibles) y la universalidad de un discurso exhaustivo
(reconstitución de órdenes del conocimiento en su encadenamiento); pero
comparten el poder de dar signos a todas las representaciones. El lenguaje es el
elemento de lo universal. El carácter parcial de los conocimientos humanos tiene
fundamento en la relación recíproca entre el lenguaje y su funcionamiento.
3. Conocimiento y lenguaje se entrecruzan estrictamente. Ambas tienen su origen en la
representación, se apoyan y se critican mutuamente. Ambas consisten en analizar lo
simultáneo de la representación, distinguir sus elementos, establecer las relaciones
que los combinan, sus posibles sucesiones para desarrollarlos, se habla y se conoce
en el mismo movimiento. Pero lenguaje y habla se oponen en que el primero es un
conocimiento irreflexionado mientras el conocimiento es un lenguaje examinado,
por lo tanto, todo idioma está por rehacer; la gramática es prescriptiva de esta forma
porque refiere la posibilidad radical de hablar al ordenamiento de la representación
[posibilidad de la analiticidad]. (pp. 91-92)
Esto posibilita una historia del conocimiento ya que el lenguaje como ciencia
espontánea es perfeccionado por conocimientos que no pueden depositarse en el
propio lenguaje sin dejar huellas. Los idiomas manifiestan la historia de su
perfeccionamiento, están los vocabularios y sintaxis anteriores: esto es la
discursividad del lenguaje. Lo que se conoce en la naturaleza ha recibido designación
y de ahí que se puedan plantear proyectos enciclopédicos en la forma del lenguaje.
La relación con el texto en el Renacimiento se transforma ahora en la relación con el
puro elemento del idioma. (p. 93)
El elemento que se aclara es la relación entre lenguaje y conocimiento; conocer y
hablar se entremezclan en la misma trama, la representación es puesta en signos por
medio de las que se la desarrolla según un orden necesario y visible. El saber del s.
XVI era un secreto, el de los siglos XVII y XVIII es un discurso sobre el que se ha corrido
un velo. El interés por la ciencia, la publicidad en los debates, su carácter esotérico,
etc. tienen su fundamento en la relación recíproca entre saber y lenguaje que
quedará desatada en el s. XIX en el que por un lado estará el saber cerrado en sí
mismo y el lenguaje puro enigmático (literatura). (p. 94)
4. El lenguaje anuda relaciones con el tiempo. En el s. XVI la relación era presentada
como la sucesión en la historia de los idiomas. En el s. XVII la relación se invierte, los
idiomas desarrollas las representaciones y palabras según una sucesión. Se trata de
un orden interno, es su modo interior de análisis del lenguaje. Las series son
reemplazadas por tipologías del orden. Es el orden el que prescribe la utilización de
declinaciones o artículos. El tiempo se convierte en algo interior al lenguaje. (p. 95)
La historia de los idiomas no responde a un principio de historicidad que llevarían en
sí mismas, son ellas las que desarrollan la línea de las representaciones y sus
elementos. (p. 96)
La gramática general no es una gramática comparada. Su generalidad consiste en
generar la función representativa del discurso. Trata el desdoblamiento interior de la
representación, pero habiendo tantas articulaciones posibles habrá varias
gramáticas generales. La gramática general fundamentará la posibilidad del discurso.
Así surgen las dos direcciones que toma. Estudia el funcionamiento representativo
de las palabras: una teoría de la proposición, en particular del verbo; luego un análisis
de los diversos tipos de palabras: teoría de la articulación. Pero como el discurso es
una representación duplicada, la gramática debe estudiar la manera en que las
palabras designan, primero en su valor primitivo: teoría del origen y de la raíz, luego
en su capacidad de extensión, reorganización: teoría del espacio y de la derivación.
(p. 97.)

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