Sei sulla pagina 1di 2

Sem.

José Marcos Adán Contreras Espinoza

UN DECÁLOGO PARA PRINCIPIANTES

Estas diez normas han surgido del escrito “Consejos a un joven


teólogo”, nacen de la reflexión de las palabras del autor y de la conciencia de
un seminarista que inicia su etapa “configuradora” y logra vislumbrar la
amplitud y variedad de métodos que exigen los estudios teológicos y que
pocas veces ha oído en clases un modo de cómo vivir la teología en su propio
ambiente, en la realidad que lo rodea, son puntos prácticamente parafraseados
que se quieren inclinar a cualquier joven novato que estudie teología y no sepa
cómo dar los primeros pasos en un largo camino y quiera hacer de la teología
no solo un estudio, sino un modo de vida.
Entender que el “estudio de Dios” siempre será incompleto (por la
limitada razón del hombre), pero es necesario tratar de profundizar en la
medida de las posibilidades para dejarnos asombrar por el Misterio, desde una
perspectiva de fe, practicándola en el mundo, desde nuestra vida, con los
problemas específicos de nuestra época y realidad social.
Espero que estos sean de utilidad y que si por algún motivo o azar de la
vida alguien además del maestro los leyera, los pudiese poner en práctica y
por qué no, compartirlos.

1.- Nadie ama lo que no conoce. Para entender nuestra historia,


nuestro mundo, nuestra existencia, busca a Dios.
La teología nos puede hacer crecer en la medida que nos invita a salir en
búsqueda de un conocimiento que nos sobrepasa pero definitivamente nos
traerá plenitud, no te canses de buscar a Dios.

2.- Ama a Dios sobre toda corriente, lucha por conocer lo más
posible a Dios.
En la búsqueda que emprendas descubrirás muchas posturas en favor de
Dios y muchas en su contra, no te “cases” con nadie, déjate asombrar por Dios
y recuerda por muy buenos o en sus defectos malos sean los argumentos de
diversas corrientes y autores no te “cases”, busca a Dios en todos ellos.

3.-Lee la Biblia en todo momento. Ella será una guía fundamental


La base más certera para conocer a Dios es su misma Palabra, empápate
de ella, recuerda que es un libro escrito por hombres que Dios inspiró, hay
mucho contenido para tu crecimiento espiritual e intelectual.
Sem. José Marcos Adán Contreras Espinoza

4.- Ama a Dios en su comunidad, en tus hermanos.


Un verdadero teólogo que ama a Dios debe encontrarse con Él en sus
hermanos, después de haberle conocido debes amarle con todo tu corazón,
mente y alma (aún en quien menos toleres, eso es una regla fundamental).

5.- Reconoce humildemente que Dios sobrepasa todo nuestro


conocimiento de Él. Y aun así comunica lo que sabes de Él del mejor
modo posible.
No basta lenguaje humano para poder expresar, explicar o dar a
entender Quién es Dios, pero de todos modos lo que logres asimilar en tu vida,
compártelo con fe, pasión y amor.

6.- Deja que Dios sea la “llama” que alumbra tu ser.


Comparte tu experiencia de fe con razón, es decir mientras más lo
conoces intelectualmente también busca hacerlo con el corazón, déjate
asombrar por Dios en todo lo que te rodea. No dejes de asombrarte.

7.- La reflexión de Dios debe aterrizarse en tu realidad.


El amor sin obras está muerto, todo lo que vas conociendo y amando de
Dios debes ponerlo al servicio, no puedes guardar para ti la magnitud del amor
de Dios, tienes que comunicarlo y explicarlo cuantas veces sea necesario.
Para ello es necesario una formación adecuada y una praxis innovadora.

8.- Una teología para su entorno, para sus necesidades pastorales.


Tienes que conocer los destinatarios, es decir, a tu pueblo, a los que te
rodean, a los que realmente están junto a ti, la sociedad siempre tendrá
problemas, pero las circunstancias varían hasta de una “calle” a otra, analiza
bien tu realidad, no todos los métodos son eficaces en los distintos entornos.

9.- Lucha por una teología inculturada que haga justicia a la


sociedad.
Como mencioné antes, el mundo siempre tendrá dificultades, lucha por
la justicia de los pueblos específicos, adecúate a las personas específicas de tu
realidad, es verdaderamente buen católico quien sufre con su comunidad y se
alegra con ella.

10.- No te olvides de los pobres y desdichados, opta por ellos.


Descubre el rostro de Dios en todos, pero especialmente en los más
necesitados y menos útiles a los ojos de Dios, que sean ellos los primeros
beneficiados en experimentar el amor de Dios a través de sus hermanos.

Potrebbero piacerti anche