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…Entrenamiento Y Adoctrinamiento
Es considerado como un método autoritario, algunos filósofos han negado que sea un método de
enseñanza y lo han tomado como una educación no normativa donde el alumno no es sometido a
un razonamiento lógico, generalmente es memorístico y no se llega a profundizar o hacer suyo un
concepto, otros lo toman como un método en el que se pretende que todo sea aceptado sin
cuestionamientos, sean verdades o falsedades, por lo cual, las personas que sostienen
convicciones religiosas firmes podrían apoyar el adoctrinamiento en el sentido de creer sin
cuestionar y los políticos lo apoyan en el sentido de que sea verdad o falsedad, se debe apoyar.
No es válido afirmar que el adoctrinamiento sea educación en el sentido normativo, por lo
cual es tomado como una enseñanza de tipo irracional, ya que no permite un
cuestionamiento crítico.
El alumno no se limitará a lo que el maestro diga, sino que tomará sus propias decisiones, se
relacionara con otros, cooperarán entre sí y mutuamente aprenderán. Esto ayudará a que se dé la
tolerancia y el respeto mutuo entre ellos mismos, la relación maestro alumno, se tornará en una
relación humana, en la que el centro de toda acción e intención es el respeto a la dignidad de la
persona ayudando esto a que él mismo descubra la naturaleza de su mundo. El maestro será como
un supervisor, que regulará y apoyará las actividades de los alumnos, realizará el proceso
educativo y hará que el alumno descubra el bien, surja el amor por ese bien y trate de conseguirlo.
Autoridad y participación
Los papeles del maestro y el alumno, refiere el autor, juegan papeles muy importantes en las
doctrinas mecanicista y organicista. Siempre se busca darle una educación y enseñanza al alumno,
que mejore en todos los aspectos que lo rodean y esto va a depender de la participación que tenga
en su propia educación.
Del concepto que el maestro tenga del proceso educativo, de su capacidad y de la doctrina que
adopte para ello dependerá que el alumno descubra la bondad del bien que se le propone adquirir:
si toma el mecanicismo, donde se tiene el concepto de un ser pasivo, no permitirá la participación
del alumno, el cual solo se dedicará a escuchar e imitar, sin analizar ni cuestionar lo que le
expongan. Solo responderá si es requerida su participación y no por inquietud propia.
El papel del alumno es muy importante, ya que él es una de las piezas principales de un proceso
educativo, es indispensable su intención e interés en adquirir los conocimientos y habilidades, debe
haber necesariamente compromiso de su parte, responsabilidad, honestidad, atención y
participación en su misma enseñanza y educación, si el alumno no asume la responsabilidad y
compromiso de atender y entender la enseñanza, ésta no se dará y menos aún la educación.
El maestro es la otra parte del proceso educativo, dependerá en mucho de la doctrina que tome
como suya para impartir la educación.
El autor señala que si el maestro toma la teoría mecanicista fungirá de manera autoritaria,
impartiendo sus conocimientos y habilidades, proporcionando al alumno experiencias que lo
conduzcan hacia la producción de ideas que lo lleven al fin que persigue; moldeará el
comportamiento del alumno sin darle oportunidad de discusión o diálogo.
Arregla su entorno y le permite crecer y desarrollarse como persona, lo atiende sin inmiscuirse con
él, lo ayuda a aprender y no le impone sus ideas.
El autor nos refiere la "metáfora de la horticultura" donde se hace una comparación del
crecimiento y desarrollo del niño con el de una planta, en ésta el maestro es comparado con el
jardinero; el maestro ayuda a acelerar o dirigir el crecimiento del alumno y el jardinero en su caso,
atiende el proceso de crecimiento de la planta.
El maestro debe observar y conocer como se estructura la mente del alumno y además estar
al pendiente de que sepa utilizar lo aprendido e intervenir en su desarrollo.
El maestro es responsable de la educación de su alumno, por lo cual es necesario que haya una
relación especial entre ellos, otra característica es que debe tener autoridad en lo que enseña y
conocer las consideraciones materiales y psicológicas que ayuden al mejor progreso educativo del
alumno.
"La autoridad es una condición necesaria para ser educador " afirmación dada por el autor.
En la enseñanza y educación tanto el maestro como el alumno tienen que estar comprometidos
para que pueda llevarse a cabo.
El alumno se compromete a respetar la autoridad del conocimiento del maestro y sobre todo a
esforzarse para lograr su enseñanza.
Autoridad y disciplina
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Existen dos sentidos de autoridad en la enseñanza:
El autor nos dice que un maestro competente es aquel que mantiene el orden y la disciplina en
un salón de clases, así como, de manera tradicional se considera un maestro como aquel que
mantiene el orden generando el ambiente necesario para realizar la enseñanza y la
educación.
El concepto de disciplina es importante en la filosofía de la educación aparte de ser complejo.
Mantener la disciplina en un grupo no es tan fácil, se debe imponer orden y esto ocasiona
ciertas restricciones; para mantener la disciplina la conducta esta sujeta a reglas y limitaciones. El
maestro es el que las debe imponer en las actividades del alumno.
La disciplina interna del grupo; se da alguna actividad en conjunto que requiere de un orden y se
disciplina entre los mismos compañeros.
Se debe de precisar en este punto, los dos conceptos de autoridad del maestro:
La autoridad práctica: Es aquella donde se tiene la capacidad para lograr que el alumno
obedezca las órdenes.
Estos dos tipos de autoridad están relacionados aunque se debe tomar en cuenta lo siguiente:
Se puede tener un puesto que confiere autoridad, pero ser ineficiente en la acción de ejercerla y
otros tener la capacidad de lograr ser obedecidos sin tener la autoridad formal o de respaldo. Lo
ideal es que se tengan ambas y así mismo se descarte el uso del fraude, las amenazas o la fuerza,
si el alumno obedece únicamente por amenazas no es autoridad, sino uso de la fuerza o
imposición.
La autoridad práctica se da cuando se logra la obediencia sin recurrir a las alternativas que se
mencionan en el párrafo anterior, si no sucede así es un signo de que no hay autoridad práctica.
Cuando se tiene que usar la fuerza y el poder lo que permanece es la autoridad formal la
cual es inútil.
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Autoridad y castigo
Como castigo se entiende imponer intencionalmente dolor a quien comete una ofensa. El
castigo lo realiza quien tiene la autoridad para hacerlo y debe ser acorde a la ofensa, aunque en
ocasiones no es así, aplicándose entonces el término de castigo injustificado.
También sucede que en algunas ocasiones el castigo es proporcionado por alguien diferente a la
autoridad, en esta ocasión sería un castigo no autorizado.
El uso del castigo presenta tres aspectos importantes en el punto de vista del autor:
Tiene que ser justificado; debe haber una ofensa y el castigo impedirá la repetición de la misma.
Aunque esté relacionado con la enseñanza, el castigo no debe considerarse como una clase de la
misma; el alumno puede llegar a aprender algo por medio del castigo, por ejemplo, si llega tarde a
su clase o si es desordenado y se porta grosero con el maestro o compañeros, pero el castigo
como tal no es el que enseña. Este tipo de castigo involucra que el maestro hable con el alumno y
le haga entender y razonar que lo que hizo estuvo mal.
La enseñanza puede ser acompañada del castigo, siempre y cuando éste tenga un sentido
positivo para el alumno.
El castigo se puede aplicar por el maestro, pero la enseñanza y el castigo son dos cosas
diferentes.
Al demarcar la línea divisoria entre las categorías “problema” y “conflicto” se aprecia que el
problema áulico se debe concebir como una manifestación concreta de alguna contradicción
dialéctica que rige el desarrollo de la educación en el aula. Cuando la educación áulica es eficaz y
se orienta hacia los objetivos del proceso educativo el o los problemas se tornan en fuentes de
desarrollo, pero cuando se pierde la óptica del proceso y se da cabida a las miserias humanas que
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potencialmente acompañan al hombre a lo largo de su vida, entonces los problemas desembocan
en conflictos, pagándose un elevado precio tanto material, como emocional y educativo.
Dado que el equilibrio dialéctico es dinámico, y por consiguiente como si fuera un péndulo oscila
alrededor de una posición de equilibrio, se puede advertir que los problemas áulicos a través de
los cuales se manifiesta alguna contradicción dialéctica, y que por tanto son etapas o fases
para el desarrollo de la educación áulica, han de aparecer en forma incipiente, fortalecerse,
abocarse a conflictos para luego desaparecer y mantenerse en incubación hasta comenzar
un nuevo ciclo repitiendo las etapas anteriores. Mientras no se de el salto cualitativo que eleva
la contradicción dialéctica a un estadio superior de desarrollo seguirán transcurriendo
pacientemente los ciclos de existencia de dicha contradicción y los conflictos asociados
marcaran una tendencia creciente orientada hacia la perdida del control, la agresividad y la
violencia.
La composición cultural del sistema áulico es producto de la síntesis de las culturas propias de los
sujetos que la constituyen, cada una de estos sujetos forma parte además de una enorme cantidad
de sistemas educadores que lo acogen en calidad de sistemas albergadores. Las culturas propias
de estos últimos sistemas suelen ser, en esencia, contradictorias entre sí. Y a partir de estas los
alumnos, el profesor y los microsistemas internos han de elaborar una cultura no contradictoria en
el aspecto interno (sin ambigüedades) y externo (no contradictoria con los suprasistemas
hospederos). Así se llega a una necesaria independencia relativa de la cultura áulica con relación a
las culturas propias de gran parte de los suprasistemas que formal o informalmente contienen o
influyen sobre el aula.
El creciente fenómeno de la violencia en la escuela está cobrando una fuerza impensada; ello
constituye un poderoso llamado de atención sobre los mecanismos que rigen el desarrollo no sólo
de la educación de los alumnos, sino de los valores de la sociedad.
Algunos especialistas sostienen que éste no es un fenómeno nuevo en nuestro país, sino que en la
actualidad es más visible. De cualquier manera la violencia en niños y jóvenes es una cuestión que
ocupa a docentes, directivos, investigadores y funcionarios de diversos países, lo cual podría
conducirnos a pensar que se trata de un fenómeno global.
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¿De dónde viene esa violencia?
Los testimonios de esta autora corroboran las conclusiones a que arriba el enfoque cibernético
acerca de la génesis de los conflictos escolares. Ver artículo completo en Idachkin P. M. “Conflictos
Escolares”
Según Ibarra Mustelier L. “Cultura escolar e identidad” Podríamos definir a la cultura escolar como
aquellos aprendizajes que se dan dentro de la institución escolar, las pautas de relaciones que se
establecen así como, los significados y comportamientos .Estos aprendizaje se pretenden provocar
a las nuevas generaciones a través de la institución escolar.
La escuela es el centro donde se realiza esta interacción entre la cultura experiencial adquirida en
la familia y la cultura escolar.
La escuela va a hacer visible la cultura escolar en el alumno a través del currículo que es la forma
de organizar los conocimientos que se adquieren de manera planificada y formal, por medio de
textos, elaboración docente, etc.). Existen alumnos que demuestran ser muy capaces de aprender
en la cultura experiencial. Sin embargo, en la escuela no revelan la misma capacidad, ¿por que se
produce esa ruptura entre vida cotidiana y escuela? ¿Cómo repercuten estas culturas en la
formación de la identidad?
Uno de las dificultades radica en la dicotomía entre los contenidos de la escuela con la vida
cotidiana, al presentar tal grado de abstracción que carecen del valor práctico para ser utilizados en
el día a día. El sujeto aprende las estrategias para solucionar los problemas en la escuela, pero el
objetivo es enseñar aprendizajes significativos, conectados con la realidad social. Son estos
contenidos los que nutren, los verdaderos desarrolladores de la identidad personal.
El aula debe ser un ámbito donde se vincula la cultura escolar con la experiencial y viceversa, lo
ideal es que cuando el individuo termina su ciclo de enseñanza institucional, interprete la realidad
con la mezcla de los aprendizajes escolares y los experienciales.
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Todo esto se podrá llevar a cabo, si el docente tiene en cuenta, los conocimientos, intereses y
preocupaciones que tiene el adolescente; y por sobre todas las cosas si tiene presente que el
alumno es un ser social que actúa fuera de la Institución Educativa.
En la actualidad influye en la escuela y en la familia una cultura con valores deseables, universales
y humanistas y antivalores (consumo, individualismo extremo, absoluto poder del mercado), que
pueden también incidir en la construcción de significados y en la formación de la identidad.
En la edad juvenil el/la joven que ingresa en la Escuela para cursar estudios superiores trae
consigo las experiencias vividas, integradas a una identidad personal y cultural definida. En el
encuentro con nuevas identidades tratará de re definir la propia identidad y de dar respuesta a
cuestionamientos esenciales ¿Quién soy yo? y alcanzar una cierta estabilidad de su identidad que
no cambia en cada ambiente, relación o situación en que encuentre.
Negar el papel de la escuela hoy a pesar de los cantos de sirena de un mundo globalizado y del
poder de los medios masivos de comunicación y de las nuevas técnicas de la información y
proponer que los individuos pueden aprender y desarrollarse solos, que las trabas y éxitos están
marcados por las condicionantes naturales, resulta algo inoperante, seria incompleta la formación
desconociendo la dimensión social de la educación como proceso de interacción interpersonal.
Cultura e identidad
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La identificación, el sentimiento de afirmación, de pertenencia y de valoración del grupo familiar,
territorial al que pertenecen los sujetos constituye el primer momento en este recorrido. Los
indicadores de este componente son: el orgullo en relación con ese grupo, la importancia dada a tal
pertenencia y su participación de sus tradiciones culturales.
A la par, con estos procesos hay que considerar la confrontación social y cultural con los demás
grupos. Un indicador de análisis importante se manifiesta en las actitudes de favor o en contra ante
las relaciones con personas pertenecientes a otros grupos.
La integración se produce en el intento de insertase a ese estilo de vida del ambiente cultural
renace el reconocimiento de su propia identidad, el no abandono total y la aceptación tolerante de
las diferencias entre culturas.
Para una mejor comprensión de este asunto hay que considerar el carácter interactivo y dinámico
de la identidad, así como el papel del otro en la representación de la identidad cultural. En este
sentido, conservando la propia originalidad, inevitablemente en la interacción se modifican y se
transforman los rasgos distintivos y significativos. Por tanto en el encuentro con otras culturas se
reorganizan de los rasgos distintivos identificadores. En consecuencia, al asumir las diversidades
las podrían aceptar acríticamente homologándose o rechazarlas.
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- El espacio del cuerpo asociado a la experiencia del sí corpóreo. Toda cultura familiar, territorial
posee su propia forma de concebir el espacio corpóreo, los límites de la intimidad, las condiciones
de la conversación, las maneras de recibir, de comer, de cuidar la higiene del propio cuerpo: ésta
dimensión es difícil de modificar y elaborar;
-El espacio lingüístico incluye junto a la lengua, los sistemas de comunicación no verbales y de
significados. La cultura familiar en los primeros momentos del desarrollo humano y a partir del
ingreso del niño en la escuela, la cultura escolar repercute decisivamente en la conformación de
este espacio.
La apertura a los otros y a otras culturas favorece una interacción adecuada. El sujeto aprende a
convivir en el respeto de las diversidades de cultura, de edad y de formación, y se eleva su
autoestima al reconocer sus valores y apreciar sus raíces.
La cultura escolar desempeña un papel importante en este proceso ya que se le concede atención
a la simbolización de las experiencias, o lo que lo mismo al grado de elaboración cognitiva y de
consciencia de sí mismos y de las propias experiencias, de los hechos y de los acontecimientos, de
los símbolos y de los códigos de la cultura propia. Este proceso requiere de la maduración de un
pensamiento lógico formal, que le permita trascender lo concreto y de lo visible, para a atrapar el
núcleo del sentido las experiencias y encontrar el tronco une a su historia.
La aceptación de la historia propia, las personas encontradas, las relaciones establecidas, las
experiencias, de los problemas resueltos, los significados y reflexiones sobre los mismos, lo que
hemos logrado, lo no alcanzado. Todo ello representa la identidad personal.
Enfoque social
En un mundo donde predomina un modelo social que se caracteriza por el conformismo; la apatía;
la ausencia de valores; el individualismo exacerbado; la anomia, entendida como desvertebración
social, incumplimiento de las normas y la negativa a aceptar y asumir los deberes cívicos; la
intolerancia; y la manifestación de actitudes y acciones violentas, racistas y xenófobas nuestra
realidad social y las voces de muchas personas abogamos por aunar los esfuerzos porque impere
una sociedad más justa en la cual la diversidad cultural signifique el enriquecimiento de todos y no
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la relación jerárquica de unas culturas superiores e inferiores. Donde no halla espacio para los
prejuicios, los dogmatismos y la intolerancia están presentes en el comportamiento social de todos
y cada uno de nosotros.
No sería oportuno el aislamiento permanecer distante a los cambios, mientras más cerrada sea una
comunidad más densa será la capa impermeable que genere para protegerse de las influencias
externas, dividiendo de forma simplista el mundo entre un nosotros perfecto y respetuoso con la
tradición y un ellos contaminador y degradante. El más universal de los cubanos José Martí dice en
el comienzo de su libro «Nuestra América»: «Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su
aldea». Desgraciadamente, pese a la universalización que caracteriza el siglo XXI, la descripción
de Martí sigue siendo actual.
A tenor con el respeto a todas las culturas vale manifestar aunque ofenda a algún postmoderno,
que ese respeto no puede ser ajeno a la exigencia del cumplimiento de los derechos humanos y a
la dignidad inalienable de todas las personas, a las identidades, sin excepción. Esto es, que las
identidades personales prevalezcan sobre las pautas culturales de sus comunidades.
En la familia no solo los mensajes explícitos sino los contenidos latentes en los discursos y en los
comportamientos pudieran indicar cuanto estimulamos una cultura para la convivencia y la
cotidianidad.
Por otra parte, resulta relevante si los padres y madres, profesores o profesoras establecen
relaciones de paridad en el trato y la exigencia con los hijos e hijas, o los y las estudiantes. Desde
esas conductas en el hogar y en la escuela podemos observar como se diseñan la aceptación, o el
rechazo el sentimiento de pertenencia o no hacia la identidad de género u otras identidades.
Desde estas páginas proponemos más diálogo y tolerancia en las relaciones familiares y escolares,
mayor protagonismo de los escolares en el proceso de enseñanza aprendizaje en función de un
proceso de educación desarrollador que afecte también al currículo oculto, el desarrollo de
Escuelas de Padres y Madres abiertas a la colaboración con la escuela y la comunidad en la
búsqueda de potenciar nuestros impactos en la formación de la identidad de las nuevas
generaciones de este mundo complejo y hermoso en el que vivimos comprometidos porque ellos y
nosotros contribuyamos a un desarrollo social sostenible.
La participación en educación
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El objetivo de la educación no es sólo proporcionar información, sino también transmitir valores que
contribuyan a la formación de la personalidad de los jóvenes y al establecimiento de patrones para
sus relaciones con los otros.
En este sentido, una iniciativa tan interesante como imaginativa es el Programa de Mediación
Escolar, que se aplica en 16 escuelas porteñas, por el cual los mismos estudiantes resuelven sus
conflictos con la intervención de alumnos mediadores, aprendiendo a ponerse en el lugar del otro, a
escuchar los argumentos ajenos, a ponderarlos y reconocer su valía.
De esta forma se trata de promover la importancia del diálogo, de la valoración de los argumentos
ajenos y de la búsqueda de consenso.
Indudablemente, esta experiencia puede contribuir a que la interacción escolar sea más pacífica y
razonable y a que, en general, los chicos trasladen estos criterios a otras esferas.
Relaciones escolares
Quizás sea importante detenerse sobre el significado de esas agresiones, de ese miedo, sus
límites, el contexto en que se dan. Quizás sea importante saber qué quiere decirnos esa violencia
que nadie desea y que a nadie le sirve. De entre los lugares de convivencia social nuestras
comunidades escolares siguen siendo uno de los más seguros, eso no quiere decir que la violencia
sea un accidente aislado, como tampoco se puede hablar de un clima generalizado de miedo.
La verdad, como suele ocurrir, está entre los dos extremos. Los episodios de agresiones expresan
un malestar en el corazón de la comunidad educativa que busca hablarnos de un modo directo y
sin rodeo.
Por más alto que sean sus muros, la violencia de nuestras calles, de nuestras casas, de nuestros
diarios y televisores, termina por traspasar los patios y las salas de clases de nuestros colegios.
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Esta agresividad latente no es ni nueva, ni aislada, sino que es parte de la estructura de nuestra
convivencia social.
Por décadas ha afectado a sistemas educacionales tan antiguos y complejos como los de Francia y
Estados Unidos.
Las experiencias de esos países y la nuestra, nos enseña que el miedo no nace en el aula, sino
que entra en ella. No detectarlo a tiempo, no construir desde las comunidades educativas
respuestas convincentes para todos los miembros de ella, es dejarle al miedo un espacio que no
dudará en tomarse.
Para comprender la amplitud del fenómeno y no dar aisladas respuestas que terminan por
contradecirse, hay que entender que en cada una de las escuelas conviven profesores, alumnos,
padres y apoderados.
Por ello, la primera respuesta al miedo en el aula es que los miembros de la comunidad escolar, se
unan, discutan, evalúen, y busquen en conjunto vías de solución. Se trata de abrir la escuela a
todos los que actúan en ella, conscientes de que la violencia escolar es un problema que debemos
ser capaces de abordar a tiempo y teniendo en cuenta:
1- La familia está primero. La principal respuesta a la violencia escolar esta en los padres. Es
evidente que los adultos no estamos enseñando a nuestros niños y jóvenes a resolver sus
conflictos pacíficamente. La violencia que entra en las salas de clases generalmente tiene sus
raíces en las casas. Es cosa de ver algunos reveladores aunque escalofriantes cifras:
Un alto porcentaje de los niños reconocen haber sido objeto de maltrato por parte de sus padres o
familiares más cercanos.
Por ello uno de los objetivos sería crear una nueva relación más cercana entre el entorno escolar
con esas familias.
Esta nueva relación entre padres y establecimiento es uno de los ejes del nuevo curriculum.
2- Trabajando en un nuevo currículum que integra al alumno y se adapta al mundo en que vive. El
qué aprenden y el cómo aprenden nuestros niños tiene efecto sobre el conocimiento y los valores,
base de la convivencia. Al sentir los alumnos que lo que aprende les es útil en su vida diaria, al
poder ellos mismos tomar las riendas de su aprendizaje y no ser sujetos pasivos de largas
lecciones que consideran inútiles, mucho de los motivos de resistencia contra la autoridad escolar
disminuirán. Una educación pertinente a los desafíos de hoy con profesores formados para estos
desafíos le devuelve a la escuela su rol formador. En ese nuevo currículum son los propios
alumnos los que adquieren conciencia de la importancia del aprendizaje.
4.- Se privilegia la mediación escolar como forma de resolver los conflictos. Para ellos deben
desarrollarse programas en especial orientados a la comunidad escolar que contribuyan a apoyar a
los profesores, padres y alumnos a fortalecer la convivencia interna y la formación en resolución
pacífica de los conflictos.
En esa nueva cultura el profesor será crecientemente un guía de sus alumnos. Ahí la dimensión
afectiva jugará un papel fundamental para la formación de personas libres, responsables, creativas
y capaces de convivir. Porque al final, vivir es convivir y aprender a mejorar esa convivencia.
Hoy se tiene la oportunidad única de hacer cambios esenciales en la escuela, para convertir la
energía agresiva en energía creativa. Nuestra tarea como Docentes es hacer de ese milagro una
experiencia cotidiana.
Realidades escolares
La relación individuo y sociedad constituye una relación compleja y dialéctica en la cual operan
factores o instancias intermedias a través de las cuales ella se mediatiza y vehiculiza. El análisis de
tales instancias mediadoras resulta esencial dada la básica condición social e histórica- cultural del
Hombre, por lo cual son ellas, esas dimensiones contextuales, las que otorgan sentido a la
conducta y roles individuales, de modo que su conocimiento constituye un paso imprescindible para
comprender la personalidad y las conductas individuales. En el ámbito educativo, esto que para
entender y explicar los roles y conductas de profesores y alumnos, la especial relación entre ellos,
y los procesos de enseñanza- aprendizaje resulta necesario conocer la situación real y concreta en
la cual tales procesos psico - sociales se dan.
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Entre el macrosistema social y el microsistema individual van a operar, pues, formaciones sociales,
que son organizaciones e instituciones de índole variada, cuyo objetivo consistirá en responder a
las distintas necesidades humanas (motivaciones), tanto personales como colectivas. Tales
organizaciones sociales, a partir de la familia y la escuela, implican adscripciones casi obligadas
para el individuo y su desarrollo personal- social, que le son esenciales para lograr la condición
humana. La presencia gradual y múltiple de organizaciones con las cuales se va vinculando genera
en la persona sentimientos de identidad y pertenencia; en función de ello va 'aprendiendo' a saber
'quién es' (identidad social). Al mismo tiempo, los grupos a los cuales se va incorporando lo arropan
psico- socialmente, otorgándole estatus, seguridad, reconocimiento y finalidad.
Por esto la relación individuo - institución es didáctica e interactiva. No es posible una "institución"
sin la presencia del "factor humano": su sustancia y razón de ser, así como no hay personalidad sin
alguna referencia institucional. Para la estructura personal la conexión es de compromiso, en tanto
la institución forma parte de la "organización subjetiva de la personalidad" ("familia interna", tal
como se expresa por el niño en test proyectivo).
Esta imbricación o trama "individuo- sociedad", como todo lo humano, es histórica y tiene
antecedentes antropológicos. Desde los modos primitivos, mágicos y sincréticos, de relación
vincular (como en los canales y tribus con sus tótems y tabúes) se ha llegado en la actualidad a la
proliferación y complejización de las formas de incorporación y comunicación.
Hay, por lo tanto, instituciones educativas, recreativas, sanitarias, fabriles, comerciales, religiosas,
penales, etc.; de ellas, nos interesan aquí las educativas.
A través de ellas el sistema global encauza su influencia transmitiendo la Cultura como patrimonio
común, preservándola, recreándole y creando nuevas expresiones suyas, siempre en concordancia
con los sistemas ideológicos y valóricos imperantes en cada grupo social (nación, por ejemplo). En
este sentido, toda I.E. significa un medio de difusión no sólo de mensajes sino de meta-mensajes
en términos comunicacionales, los cuales nunca son "neutros", ya que están teñidos ("currículum
oculto") por la textura ideológica - valórica que sustenta la estructura social en la cual se inserta: en
nuestro caso, la ideología neo-liberal, basada en el egoísmo, la competencia y el consumismo. Por
estos tiempos, vivimos en Chile la anomia y contradicción entre dos sistemas valóricos
contrapuestos, este sistema impuesto e importado y otro, que preconiza la vigencia de los valores
democráticos y de los Derechos Humanos, lo cual se va evidenciando no sólo en la dinámica
sociopolítica nacional sino, especialmente, en el propio sistema educativo. Son frecuentes, en
consecuencia, las "disonancias actitudinales", los "dobles estándares o discursos", la disgregación
entre teoría y praxis, especialmente en el ámbito del ejercicio de la autoridad y en la conducta
cotidiana en el aula escolar.
Por otro lado, en la medida en que "saber es poder" - y cada vez más en una "sociedad del
conocimiento" -, la I.E. va segregando y con ello consolidando las diferencias de clases en la
sociedad, basada en una jerarquía social. Experiencias como la del Padre Miliani en Italia (1972 -
Escuela de Barbiana), los datos entregados por organismos internacionales, o los propios que
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conocemos en Chile, tales como distribución del ingreso, niveles de pobreza, resultados del Simce
y arbitrariedad de la PAA, cobertura restringida y selectiva de las Is.Es. "Privadas", no hacen sino
confirmar el papel selectivo que cumple la I.E., de tal modo que la "mejor" educación se entrega a
la clase social alta, y a los niveles más depravados apenas la básica- media, sin poder acceder a
formaciones más relevantes, dado el actual Sistema de Educación Superior. Una Psicología
concreta no puede prescindir de tales contextos situacionales, por lo cual debe procurar la
investigación y conocimiento de las condiciones de vida y características del medio familiar- escolar
en que se desarrollan los aprendizajes psico- sociales del estudiante chileno, de cualquier nivel.
Las instituciones, en tanto formaciones sociales, se definen según sus finalidades u objetivos, los
cuales condicionarán la estructura y la dinámica, las interrelaciones y actividades que cada
institución articula y realiza. Serán tales objetivos los que demarcarán las diferencias inter-
institucionales; de ellos dependerá su estructura (organigrama) y sus funciones específicas.
Al poseer la institución- continente tales características pasa a otorgar al individuo que le integra:
En el mundo social existen algunas instituciones que, por sus especiales características, se las
denomina instituciones totales si bien toda Institución absorbe parte del tiempo e interés de sus
miembros y les proporciona algo así como un mundo propio, en el caso aludido dicha absorción es
completa: así en los Hogares, Hospitales, cuarteles, internados, cárceles, donde se transforma a
las personas, dándose un proceso de mortificación y agresión al yo (violación de sus límites, de su
espacio personal), sea o no aceptado voluntariamente. Se produce el despojo de la individualidad y
libertad personales que logra su expresión macrosocial en las dictaduras autocráticas, de todo tipo.
Es importante vislumbrar esta otra dimensión -extrema- de las instituciones ya que en el campo
educacional, si bien teóricamente tales situaciones no debieran darse, de hecho, histórica y
contemporáneamente, se dan con diversos matices y grados (caso 'escuelas-cárceles', caso
Colonia Dignidad, sectas religiosas, etc.).
Toda institución, por su condición social, consiste en una formación grupal, significativa y
comunicacional. En tanto 'grupo', une y encadena lo heterogéneo (personalidades),
constituyéndose en 'conjunto' (gestalt) que opera como referente práctico diferenciado (de otros
grupos).
En términos genéricos, esta variable intrainstitucional -grupo- implica: a)dos o más personas,
pluralidad, conjunto; b)comunicación, interacción, ligazón, interdependencia, vínculo;
c)coparticipación en normas, constantes de espacio-tiempo; d)ejercicio de roles complementarios, y
e)objetivos comunes (expectativas, tareas, metas).
"Un grupo de clases es una organización social y por naturalezatambién una agrupación
psicológica. Es un grupo social al estar formalmente organizado (en cuanto a propósitos, tareas y
metas del grupo). Es psicológico en la medida en que la interacción de unos individuos con otros
desarrolla tipos adicionales de experiencia (grupos informales) ... es un grupo de trabajo ... Sus
características distintivas son: a) la meta o finalidad para la cual se ha reunido es para aprender, b)
la participación en el grupo es obligatoria, así como las metas; c) los miembros del grupo no tienen
derecho a la elección del jefe o influencias que son percibidas por sus integrantes. El grupo de
clase es único en su finalidad que es organizar la producción de cambios en los miembros del
grupo... Sus integrantes son más homogéneos que en otros grupos (edad semejante, intereses
análogos, necesidades y deseos similares, etc.). Cada sala de clases constituye un sub-sistema
separado dentro de la escuela. Las posiciones (estatus- roles) están interrelacionados, se
refuerzan entre sí y son interdependientes... ".
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Como en toda organización social se produce aquí el llamado clima (atmósfera) social, generando
distintos estilos de liderazgos: autocrático, democrático, laissezfaire (K.Lewin), según los cuales se
puede facilitar, interferir y/o impedir el logro tanto de los objetivos del grupo de aprendizaje como de
la institución misma. Para aportar en resolver problemas referidos a esta dimensión integrativa han
surgido técnicas de dinámica y manejo de grupo en términos de análisis y acción, tanto
terapéuticas como psico- pedagógicas (J.L. Moreno, M. Gibb, J. Maisonneuve, C. Rogers, entre
otros).
La Mediación, no reduce su meta a la simple técnica de gestionar el conflicto, sino que se incluye
en la universidad analizando y aportando a la reconstrucción de los lazos sociales: favorece al
desarrollo de una comunicación eficaz entre los diferentes actores y coopera en la producción de
cambios de conductas personales eficientes que persistan a lo largo del tiempo (Prawda 2002)
Obstáculos de la propuesta
No siempre las personas tienen interés en participar de una mediación debido a que no conocen
los beneficios que esta presenta ¿debería tener información? O ¿ser obligatoria?
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Están quienes participan de la mediación y no siempre logran llegar a acuerdos consensuados.
Otras, a mitad del proceso litigante pudieran reconocer los beneficios que aporta la mediación y
solicitar esa instancia.
Existen conflictos de orden gremial que si bien repercuten en la Universidad no se incluyen en los
de orden académico sino de condiciones de trabajo. ¿En estos casos debería considerarse la
exclusión de la resolución por parte de programa? o ¿tal vez la inclusión de otro tipo de instancia
diferente a la mediación?
Educación y comunicación
El 'aprendizaje' implica una situación dialógica e interactiva, que supera la mera transmisión
unidireccional o el adiestramiento instruccional (información o educación 'bancaria'- P. Freire) y
que, por tanto, involucro una compleja trama de interacción múltiple en una situación sociodinámica
concreta. Entendiendo, en una primera aproximación, Aprendizaje como 'producción o modificación
más o menos estable de pautas de conducta, para que se genere intervienen variadas variables
comunicacionales, tales como: emisor, mensaje, receptor, retroalimentación, código, símbolo,
medio, semántica, metacomunicación o (metamensaje), etc., con predominancia de lo interpersonal
y grupal.
En la medida en que todo sistema educacional (formal) posee una intencionalidad formativa y de
transmisión cultural, opera fundamentalmente con significados (2° sistema de señales, en términos
pavlovianos), los cuales deben comunicarse aquí intergeneracionalmente. Para cumplir plenamente
la intercomunicación ayudan enormemente la presencia de 'redes', el 'clima grupal', el tipo de
liderazgo y la utilización de técnicas grupales El efecto de la 'comunicación pedagógica' dependerá,
además, de condiciones coadyuvantes como la motivación de sus integrantes, la calidad efectiva
de los vínculos, el género, la empatía, la ausencia de interferencias, la cantidad de integrantes, etc.
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Esta especie de supraestructura tecnológica que cruza como capa la superficie terrestre, las calles,
las unidades escolares y hogares (satélites, hilos, cables, cordones, antenas, carreteras),
transmitiendo mensajes múltiples, está significando un bombardeo permanente de estímulos e
imágenes que gestan en los receptores multiaprendizajes, ya no como tratos senso-perceptuales
directos, sino aprendizaje vicariantes, los cuales no siempre se compatibilizan con los que habitual
y experiencialmente son asimilados y acomodados en la vida concreta y real del estudiante. Esto
produce disonancias y desajustes, tanto en la estructura interna personal como en la 'cultura
escolar' (formal) y la cultura cotidiana en la que está inmerso el alumno, en el medio ambiente
extra- escolar. A esta disonancia y anacronismo entre la cultura subjetiva que trae el estudiante y la
programación formal que le ofrece la I.E. con sus objetivos numerados y su evaluación 'objetiva' se
suma, además y muy decisivamente, la anomia valórica ofertada seductoramente por la televisión,
por ejemplo, con sus 'telenovelas', 'best-sellers' y 'spots publicitarios', instrumentados al servicio de
la ideología mercantil y consumiste impuesta por un sector de adultos que maneja el poder,
conllevando desestabilizaciones psico-sociales, frustraciones juveniles, alienaciones e idolatrías,
confusiones y desesperanzas, en síntesis, un lamentable cuadro de difusión de identidad personal
y social, cuyos efectos tienen difícil pronóstico.
"Lo que queremos es una pedagogía que admita la espontaneidad, el sentimiento y la emoción, y
que acepte como punto de partida lo que yo llamaría el 'aquí y ahora', perceptivo, histórico y social
de los alumnos... "
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