Lo más destacado de los evangelios es que nos informan sobre la
persona y obra de Cristo, con la mayoría sus contenidos dedicados a los tres años de su ministerio público. El título “evangelio” significa “buenas noticias” y se tomó de la palabra griega usada para designar el mensaje de salvación en Cristo. La forma principal es narrativa, o historia. Es verdad que la enseñanza y los discursos de Jesús reciben tanto espacio como los eventos narrativos, pero la historia general es el marco dentro del cual la enseñanza de Jesús da lugar. La trama de la narrativa en los evangelios es episódica más que una sola línea de acción continua, y la naturaleza fragmentada del material es resaltada aún más debido a la brevedad de las unidades. Toda una serie de géneros narrativos específicos (tipos) aparecen en los evangelios. Varios patrones dan unidad a los evangelios, incluidos los siguientes: En el centro de todo está la persona y obra de Jesús. En círculos concéntricos alrededor de Jesús encontramos, en orden de prominencia ascendiente, (1) el grupo de seguidores conocido como los discípulos, (2) el establecimiento religioso (con frecuencia llamado los fariseos o los escribas y los fariseos), y (3) la gente ordinaria, algunas veces una multitud de observadores, algunas veces individuos específicos. Aunque el ordenamiento del material es parcialmente temático (por ejemplo, las parábolas de Jesús juntadas en una unidad extendida), la organización es más o menos cronológica, y todos los evangelios dedican la mayor parte de su contenido al juicio, la crucifixión, y la resurrección de Jesús. Los evangelios combinan tres ingredientes principales: La enseñanza y predicación de Jesús: lo que Jesús dijo y enseño. Las acciones de Jesús: lo que Jesús hizo. La respuesta de la gente a Jesús: lo que otros hicieron. Además, las conversaciones y diálogos de Jesús, junto con los altercados con sus oponentes constituyen un híbrido de los tres ingredientes arriba: Son una especie de enseñanza, son “actos de comunicación” que tienen el efecto de una acción, e involucran las reacciones de las personas a Jesús.
La combinación caleidoscópica de materiales refleja la variada naturaleza de la vida
de Jesús durante sus años como un maestro y obrador de milagros itinerante. Ligeras diferencias entre el material sumamente similar de los evangelios es parcialmente el resultado de la selección de los autores individuales, pero es más probable que como un itinerante, Jesús hiciera acciones similares y dijera cosas similares muchas veces, de manera similar a lo que encontramos con un político en campaña electoral.
El objetivo principal de los autores de los evangelios es la persuasión. Su
meta en constatar e interpretar los acontecimientos de la vida de Jesús y su enseñanza no es meramente biográfica e histórica. Los evangelistas son creyentes en Jesús que quieren ver a sus lectores creer en el Salvador también.