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UNIVERSIDAD DEL VALLE

INSTITUTO DE EDUCACIÓN Y PEDAGOGÍA


ESCUELA DE CIENCIAS POLÍTICAS
CURSO: CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA
PROFESOR: MARINO CANIZALEZ
ESTUDIANTE: VÍCTOR VALENCIA

La encrucijada de la conciencia

La muerte. Salvación eterna para los creyentes en dogmas religiosos; en cambio, para los
más nihilistas: la muerte es la vida misma. Si ninguno eligió nacer, al menos, deberíamos
tener el derecho a decidir si queremos morir. Tal vez, el Dr Kevorkian, no tenga la misma
opinión que tengo sobre lo del nacimiento; pero, después de adentrarse a su vida, en este
entretenido film, estoy más que seguro que su principio sagrado ere ese: el derecho a decidir
sobre nuestra muerte.

El Dr Kevorkian evoca esa lucha que sostienen ciertos seres humanos cuando su consciencia
pesa más que las consecuencias sociales de sus actos. La película muestra el hecho de que
los seres humanos no desarrollan una consciencia de forma espontánea al nacer. Esto lo
ejemplifica la escena inicial cuando se da a entender que el Dr Kevorkian tuvo que observar
a su madre sufrir una muerte larga y dolorosa. ¿Es ético que los doctores priven a los
pacientes de la opción de decidir sobre su muerte si ya no podrán gozar jamás de una vida
plena? Desde mi perspectiva, y adjuntándome a los principios del Dr Kevorkian, creo que
no. Como vimos en el caso de Dr Kevorkian, su convicción la forma la experiencia con su
madre. Experiencia que comparte con algunos de los personajes secundarios que los asisten
en sus suicidios asistidos.

Actualmente en el debate social y político nacional este tema surgió con un caso que
comentamos en la clase de constitución. Es el caso del padre del caricaturista matador, el
cual solamente mediante la acción de tutela logró que se le realizara la eutanasia. Esto sucedió
a pesar de que “la eutanasia en Colombia ha sido legal desde 1997, cuando la Corte
Constitucional, a través de la Sentencia C-239, reconoció que la muerte digna es un derecho
fundamental, autónomo y separado del derecho a la vida” 1.

Muchos de los obstáculos que encuentran las personas a la hora de buscar ser asistidos en el
proceso de muerte asistida, se centran en razones ideológicas. Los centros hospitalarios,
médicos y funcionarios de la salud, alegan el elemento de “objeción de conciencia”, la cual
les impide tomar la vida de alguien en sus propias manos. ¿Por qué el Dr Kevorkian, además
de contar con la experiencia de su madre, no tenía inconvenientes en ayudar a las personas a
morir? ¿Por qué hoy en día en nuestro país, si alguien tiene el deseo de morir de forma
asistida, la tranca principal es el mismo trabajador de la salud que no desea ejecutar el
proceso?

Para responder las anteriores preguntas, es indispensable analizar el actuar del Doctor en la
película antes de realizar el procedimiento. Con esto me refiero, a el acercamiento previo que
sostiene con los pacientes y los familiares de los pacientes. ¿Por qué es esto importante?
Sencillo, el Dr es capaz de realizar este proceso de cortar la vida de otra persona,
sencillamente por qué se adentra en la realidad de ese afectado, entiende y escucha a sus
familiares: se crea un vínculo, un tejido social que empuja al doctor, como vimos a lo largo
de la película, a ayudar a sus pacientes a morir sí o sí.

Estas grabaciones previas al procedimiento, siempre fueron la gran defensa del Dr en sus
numerosos juicios. El truco jurídico que aplicaron en su contra en el último juicio, cambiando
la sentencia de suicidio asistido a homicidio, logró que el Dr no pudiera utilizar su defensa
más preciada; esas escenas de dolor humano que sólo puede ser detenido abandonando la
vida de una vez y para siempre. Los testigos de los juicios, aunque muchos tal vez en sus
convicciones religiosas no concebían que “no fuera dios el que quita a vida”, fueron
conmovidos por la cruda realidad frente a la cual el Dr simplemente actúo como facilitador
de un proceso que debería entenderse como natural si es a voluntad del paciente.

Dicho esto, me remito de nuevo a los casos de pacientes que desean la eutanasia en Colombia,
los cuales viven una larga encrucijada para poder ejercer su derecho de morir dignamente:
como lo mencionamos en el caso del papá del caricaturista Matador, que incluso tuvo que

1
Tomado de https://uniandes.edu.co/es/noticias/comunidad/eutanasia-en-colombia-un-derecho-de-papel
realizar una tutela buscando por fin ese descanso de una larga y, que se convirtió en
agobiadora, vida.

En Colombia, el despotismo de sistema de salud es notable. Tal vez, esto obedezca al


acelerado proceso de la modernidad que conlleva una desconexión del hombre con sus
instituciones. Los ciudadanos han quedado a la deriva en un sistema neo capitalista que define
todas las relaciones humanas de acuerdo a las dinámicas cambiantes del mercado. Está
dinámica capitalista, utiliza lo subjetivo, lo humano, como mercancía. Por eso, no es de
extrañar, que, en muchos casos, el deseo de mantener a una persona enferma terminal viva
por parte de las instituciones de la salud, sea solamente por un redito económico. El enfermo
seguirá entrándole ingresos al hospital, las farmacéuticas seguirán proveyendo los
medicamentes para mantener al enfermo respirando, en fin, existe toda una cadena de valor
alrededor de sostener a un enfermo terminal en cama.

En Colombia, a pesar del escenario poco probable para los pacientes en búsqueda de una
muerte digna mediante la eutanasia, algunos avances se han logrado. El ministro de salud del
gobierno pasado, Alejandro Gaviria, manifestó que:

““Ya que fuimos capaces de prolongar la vida, ojalá seamos capaces de prolongar la dignidad”

Con este razonamiento, impulsó avances en la legislatura colombiana y un proceso de


pedagogía para que la ciudadanía comprenda en qué consiste su derecho a morir dignamente,
cuándo y cómo puede ejercerlo de acuerdo a los lineamientos legales. El ministro también
comenta que:

“Desde el Ministerio se expidieron dos resoluciones: la 1216 de 2015 definió cómo deben conformarse y
actuar los comités científico-interdisciplinarios para el derecho a morir con dignidad, y la 4006 de 2016
creó un comité dentro del Ministerio de Salud para analizar los reportes de aquellos comités. Aparte de
eso, hemos estado presentes en varios foros, ofreciendo asistencia técnica. Es un tema que requiere
bastante pedagogía”.

Para terminar, quisiera reflexionar sobre una frase que usaba repetidamente el Dr en sus
juicios: “¿Ve la cara de un asesino en mí?”. Busqué al Dr real y miré su rostro real. Escuché
entrevistas que le hicieron en los 90´s y escuché partes de sus juicios. Cara de asesino no
tiene: sí de ser humano agobiado al ver, cómo, la supuesta cordura que brinda la benevolencia
de los santísimos principios divinos que ponen en manos de una fuerza exterior el destino de
nuestros hermanos humanos, es tan sólo un conjunto de conjeturas intangibles que han guiado
al hombre a su máxima expresión de autodestrucción. Se niega el bienestar del alma, del
espíritu que vive atrapado en la carne. Veo los ojos del Dr, sus razones, y le agradezco por
su lucha. Por su entrega. Por su consciencia. Por su HUMANIDAD.

Webgrafia:

- https://uniandes.edu.co/es/noticias/comunidad/eutanasia-en-colombia-un-derecho-
de-papel

- http://apuntesydatos.blogspot.com/2010/06/you-dont-know-jack-o-dr-muerte.html

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