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La presente guía tiene por finalidad orientar el plan de trabajo conducente a la elaboración del
proyecto de tesis, como uno de los requisitos del Curso de Metodología de la Investigación
Teológica, ofrecido en la modalidad de seminario de tesis.
El Proyecto de tesis será sometido al Consejo Académico, el cual considerará el proyecto, en
consulta del asesor propuesto y finalmente emitirá una resolución al respecto.
El proyecto presentado y aceptado será su propuesta de tesis para el Bachillerato equivalente a
la Licenciatura. Se espera que esta constituya la forma en que se procesen temas relevantes en el
transcurso de los estudios de pregrado.
El tema que se pretende abordar tiene relación directa con el “Arte” y el “Culto Cristiano”.
La propuesta de estudio busca demostrar cómo los elementos estéticos del arte tienen una fun-
ción dentro de la liturgia reformada en el contexto del denominado “Principio regulador del culto
cristiano”1 que ha normado la liturgia reformada durante ya varios siglos.
Respecto a los elementos estéticos, y cuáles son: Música, elementos simbólicos, disposición de
la Santa Cena, o de los elementos del bautismo. Elementos decorativos, disposición de la arqui-
tectura del templo. Y en el caso de la liturgia de hoy, las proyecciones digitales de las alabanzas y
textos bíblicos. Alguna manifestación artística en vitrales o representaciones gráficas de símbolos
de nuestra fe como la paloma representando al Espíritu Santo.
1
de aquí en adelante PRCC
El arte dentro de la liturgia se ha hecho presente desde los tiempos de los reformadores,
donde buscaron la inclusión del pueblo en la adoración expresada en estilos musicales,
instrumentos, disposición en la arquitectura de los templos, entre otros.
Lo que buscamos iniciar en esta investigación es una discusión de los elementos artís-
ticos o estéticos que deben estar presentes dentro de la liturgia reformada, estableciendo
su valor, su importancia y su ejecución dentro del culto reformado.
Gran parte de la vida de un cristiano se forma dentro del “culto” y, si bien entendemos
que no es suficiente, notamos que gran parte de nuestras percepciones en cuanto a Dios
las delimita nuestra adoración a Él.
Es aquí donde nace la importancia de conocer a Dios a través de elementos que sean
seguros. La Biblia como máxima expresión de autoridad no sólo debería normar nuestras
vidas sino todo cuanto hacemos, y lo litúrgico -aquello que hacemos como pueblo del
pacto- no escapa de ello, ya que todo lo concerniente a lo que se desarrolla dentro de una
liturgia cristiana debe apuntar a la gloria de Cristo.
Es por eso que tanto los elementos de fondo y los elementos estéticos dentro del culto
cristiano debieran inspirarnos a una adoración más relevante a Dios. El qué cantamos,
cómo lo hacemos, cada una de las partes de la liturgia cristiana son tremendamente im-
portantes para este propósito.
Desde esta perspectiva, por ejemplo, vemos que hace algunos años se está hablando de
aquellos elementos con posiciones más estrictas y excluyentes como la “Salmodia exclu-
siva”, postulando básicamente que sólo las palabras inspiradas de Dios en forma de Sal-
mos deberían ser escogidas para ser cantadas en el Culto, por sobre los himnos creados
por los hombres para la adoración pública. Por lo tanto y a raíz de esta afirmación plan-
teada por los “salmodistas exclusivos”, ¿deberían los Presbiterianos renunciar al himnario
o al canto congregacional y reemplazarlo sólo con el Salterio? Preguntas como ésta son
de gran importancia y junto a ella se pueden esbozar varias más, ya que los elementos
escriturales y estéticos dentro del culto reformado son aún más amplios.
De ahí la necesidad de iniciar una discusión con respecto a qué elementos estéticos
debiera incluir el culto reformado y cuáles son sus alcances. En qué mejora nuestra dispo-
sición a que Cristo sea el centro, y cómo debieran impactar la vida de las personas.
Al no tratarse con rigurosidad el tema no es posible tener una correcta comprensión o
postura como iglesia respecto al tema. No necesariamente una postura única, pero sí uni-
ficada, que nos permita desarrollar el Culto sobre bases firmes.
2. ESTADO DE LA CUESTION.
2.1 Muestra qué tanto conoce el tesista sobre lo investigado sobre el tema: autores
destacados, las escuelas de pensamiento sobre su tema, temática conexa. Explique siste-
máticamente cuál es el estado de los estudios sobre el tema que investiga, cuáles son los
aciertos, qué no se ha estudiado:
Respecto al tema objeto de estudio propuesto, acerca del arte y la liturgia y la relación que existe
entre estas dos áreas, el material producido es bastante.
Juan Calvino en su obra "Institución de la Religión Cristiana" deja muy en claro la condición del
hombre luego de la caída. Desde el pecado de Adán, su naturaleza cae, sus atributos como ser
creado perfecto de Dios son derribados, pero no cae solo. Con él todos los seres humanos fueron
condenados, y hoy en ellos habita aquel pecado original que les aparta de Dios y de toda su
perfección. Lo que Calvino señala lleva a la reflexión acerca de la relevancia del arte y su función
dentro del culto, y de la importancia de generar un diálogo, pues producto de aquella caída es un
constante riesgo el pervertir los elementos del culto.
San Agustín, en algunas de sus Confesiones, menciona que en un determinado momento llegó a
apreciar más la música que la letra y que, al hacerlo, se perdía el sentido de la adoración, llevándolo
a un estado incómodo de pecado, apartando su corazón del mensaje central del culto, el evangelio.
El reformador John Knox, como todos los demás, tiene una perspectiva bíblica acerca de la vida.
Como consecuencia tiene una perspectiva bíblica de lo que es hacer iglesia. Y antes de su exilio a
Ginebra él identificó varios problemas en la liturgia escocesa, que estaba sometida por la iglesia
católica. Era una liturgia cegada por imágenes y adoración errónea de personajes. Sin embargo y
reafirmada con su exilio en Ginebra, la perspectiva de Knox estaba centrada en las Escrituras. Y
movió no sólo una reforma general, sino a la liturgia de la iglesia escocesa hasta una liturgia bíblica
donde el centro es Dios y toda la alabanza es dirigida a él.
Párcival Módolo, en su artículo para la revista "Teología para la vida", presenta una pos-
tura interesante respecto a la función de la música dentro del culto. Para Párcival la mú-
sica es un elemento que tiene una función de servicio dentro del culto, no algo que ocupa
un lugar central dentro de él, pero tampoco un lugar último. Argumento derivado de lo
que señala Agustín en sus Confesiones.
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David Ricardo Luna-Vinueza. "Teología y experiencia estética: el lugar de la imagen frente a la noción
de Revelación de Martín Lutero y Juan Calvino". Revista "Co-herencia". Pp. 237 - 256.
En el libro "Conferencias sobre el Calvinismo" de Abraham Kuyper, también se presenta la discu-
sión en torno al arte dentro del culto. Vemos que Calvino, ante todo, tenía la preocupación de que
el arte en el culto fuese aplicado de la manera en la que Dios lo estableció. Ante cualquier discu-
sión, para Calvino esa era la prioridad. En ninguna circunstancia Calvino estaba en contra del arte,
sino que permanentemente argumentó que el arte tenía una función, no sólo dentro del culto, sino
que en la vida cotidiana de todos los cristianos.
En un pequeño artículo acerca de "Calvino y Estética", Gilson Santos señala que la mú-
sica llenaba el corazón de celo espiritual. Sumado a esto, comentaba que el fin central
de la música en el culto era el contenido de la letra, no la melodía o los instrumentos que
la ejecutaban. Y para cuando hubo un guía (cantante), ni siquiera fue su voz la impor-
tante, era la letra que él interpretaba.
Hans Von Balthasar en su libro "Gloria, una estética teológica", presenta todo lo que implica el
arte y su estética, mostrando que es una manifestación relevante a nivel teológico, espiritual y
sobre todo, que tiene gran relevancia al momento del culto a Dios. Avanzando en esa misma línea,
Hans Von Balthasar señala que "la belleza es el acto en el cual lo bello se ofrece en sacrificio a
algo más elevado", tomándolo del autor Gerhard Nebel y haciendo una pequeña síntesis de lo que
propone en su libro "El acontecimiento de lo bello".
Un aporte interesante específicamente referido a la música dentro del culto es lo que el escritor
Juan José Barreda, en su libro "Unidos en adoración" muestra acerca de la música utilizada dentro
del culto: "La música es teología", donde no se está refiriendo a la letra a la que la música
acompaña, sino a la música ejecutada por instrumentos, postulando que ésta es teología en sí
misma. De esa forma, le otorga un valor destacado al arte manifestado dentro del culto. Al
proponer esto, Barreda le está devolviendo a la música dentro del culto el valor que el mismo Dios
le dio, el valor que los Salmos tienen.
Francis Schaeffer aporta también a esto ya que en "Arte y Biblia" el autor argumenta bíblicamente
cómo Dios estipuló que debía proceder la construcción del tabernáculo, qué debía contener, cómo
se debía llevar a cabo la construcción y con qué materiales.
Martín Scharenberg, en su libro "Principio regulador del culto cristiano" nos muestra que Dios da
los parámetros con los cuales él quiere ser alabado. Y que dentro de ellos es donde podemos
movernos. Es Dios mismo quien establece las bases de su adoración. Con esto propone que la
liturgia y el culto a Dios deben ser llevados a cabo bajo sus ordenanzas, y el arte que dentro del
culto se manifiesta debe cumplir las ordenanzas estipuladas por Dios en su palabra.
John Frame señala en su libro "Adoración en Espíritu y en verdad", que el arte dentro del
culto busca agradar a Dios, no al cristiano individual o al pueblo de Dios. Se busca guiar
al pueblo de Dios a su alabanza, lo cual nos lleva a pensar que el arte dentro del culto
es también comunitario. Y por ello siempre debe existir el cuidado de no convertirlo en
un adorno para el agrado de la comunidad, sino que de Dios.
Apoyando este concepto, Bob Kauflin en su libro "Nuestra adoración importa" muestra
que efectivamente el arte cumple una función dentro de la liturgia, y obedece a esa fun-
ción. Kauflin nos presenta a un líder de adoración y su labor: que con los dones que la
misma Biblia menciona (ya está sometido bajo la palabra, sólo como líder) debe pasto-
rear, presidir, administrar y enseñar lo que significa la adoración y la manifestación de
ésta. Y bajo la guía de su pastor, o en el caso de nuestra iglesia presbiteriana, el consis-
torio, y combinando esos dones con la destreza musical, él debe guiar e instruir al pueblo
de Dios cuando las alabanzas son cantadas.
Amós López Rubio, Teólogo, Pastor y Liturgista Bautista Cubano. Miembro de la Red de
Liturgia del consejo Latinoamericano de Iglesias, en un artículo para el periódico del Cen-
tro de Recursos Litúrgicos propone algo muy interesante: El arte manifestado dentro de
la liturgia esta también al servicio de la salvación y también de la vida plena de la crea-
ción. Y sumado a esto propone que el arte dentro del culto debe ser una manifestación
comunitaria.
El Pastor Hermisten Maia Pereira da Costa, en un artículo para la revista "Fe reformada"
señala algo clave, que tiene relación precisamente con quienes hacen práctico el arte
dentro del culto. Hermisten estipula que la creatividad debe estar sometida a la voluntad
divina, ya que el que será adorado es el Dios Trino y no alguien que es miembro de la
congregación o iglesia. Allí, la labor del Pastor es dar libertad a la creatividad existente
en las congregaciones, cuidando dicha libertad para estar sometida a la voluntad y man-
datos divinos.
Otra postura que influye en las manifestaciones artísticas dentro del culto de algunas
iglesias es la salmodia exclusiva. Sus defensores argumentan que lo que se hace en el
culto, incluyendo la música, debe estar sometido irrestrictamente a la palabra de Dios.
Bajo esa premisa, concluyen que es una aberración cantar himnos o cantos espirituales
que no sean los que Dios mismo, en su Palabra, estipuló. Así argumenta Brian Schwertly,
en su libro "Salmodia exclusiva, una defensa bíblica".
Juan López Martín, "En el Espíritu y la Verdad", hace una definición estética de la liturgia:
"Es la forma exterior y sensible del culto, es decir como el conjunto de ceremonias y ritos
de la iglesia. La nota esencial de la liturgia aparece en el aspecto decorativo y expresivo
del sentimiento religioso (...) Que encuentran en la liturgia un formulación estética y sen-
sible". López, de esta manera, está revalidando todas las posturas que muestran el arte
como un factor funcional dentro del culto, y lo hace de una forma muy gráfica al describirlo
como un elemento que se manifiesta desde un algo, sentimiento, deseo, o experiencia.
Y este algo tiene la intención de hacerlo visible.3
3 López Martín, Juan. "En el Espíritu y la Verdad". Secretariado trinitario. Salamanca, Pp. 63.
4 Cassingena-Trévedy, François. "La belleza de la liturgia". Sígueme. Salamanca, Pp. 9.
5 Mertens, Hemiel. Revista "selecciones de teología", Instituto de Teología Fundamental
http://www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol36/142/142_mertens.pdf
H. Rookmaaker señala en su libro "Arte moderno y la muerte de una cultura": Dios, en
su sabiduría, sabía que si sus hijos escogían a otros dioses no sólo se equivocarían en
su fe y adoración, sino que estaría amenazada toda su vida..."6. Considerando lo que el
autor postula, los hijos de Dios necesitan comprender que ni siquiera la esfera del arte
en el culto puede llevarse a cabo bajo ideas de hombres.
Uno de los grandes sub-temas que pueden enriquecer nuestra investigación es “La con-
textualización de la liturgia reformada”, que surgiría del estudio de los elementos esté-
ticos dentro del culto reformado, pues implica la relación entre la cultura moderna y sus
manifestaciones artísticas y la validez de éstas dentro del culto, la posibilidad de que sean
parte de la liturgia reformada, con la intención de hacer un culto agradable a la cultura
local.
Como consecuencia de esto, podrían desglosarse temas relacionados con El Culto y la
misión de la iglesia local, pues al considerar la validación de los elementos estéticos de
una cultura dentro del culto y adoración de la congregación, éstos se volverían más atrac-
tivos para dicha cultura, integrando elementos estéticos conocidos para ellos.
6 Rookmaaker, H. R. "Arte moderno y la muerte de una cultura". Clie. Barcelona, Pp. 54.
que brinda el estudio de las doctrinas de la Biblia organizadas según su cronología y sus
antecedentes históricos.
Además de ello, se abarca el estudio del ser de Dios (Teología) y el estudio de Cristo
(Cristología), brindando un marco teórico para el examen de la praxis cúltica y litúrgica
que se ejerce en las iglesias.
4. EL MARCO TEOLÓGICO
4.1 Relacione con las Sagradas Escrituras y la teológicas con el tema y su repercusión
en la Confesionalidad reformada, percibida desde nuestro contexto:
Para dar respuesta a esta interrogante partimos desde la base de la Iglesia Presbiteriana
Mar de Gracia y su congregación. En general, el PRCC en tanto elaboración de carácter
institucional no es de conocimiento de la congregación, ya que se desarrolla el Culto y su
liturgia desde la experiencia, la guía del Consistorio y los principios bíblicos básicos para
ella.
Si se analizan los elementos estéticos para el culto cristiano, se hace evidente que son
menos relevantes y conocidos para el pueblo de Dios, y que las opiniones y vivencias se
basan generalmente en legados históricos.
Se puede proponer que son pocas las personas que conocen acerca de lo que Dios esta-
bleció para el arte y su función dentro del culto. Sin embargo, no rechazan en absoluto
diferentes manifestaciones de arte dentro del culto, y la mayoría considera que cumplen
un rol facilitador del mensaje del culto.
5. LA HIPOTESIS DE TRABAJO
Es posible recuperar y desarrollar una mayor conciencia respecto a la función del arte
y sus elementos estéticos dentro de la liturgia reformada, conduciendo a la iglesia a
una adoración comunitaria más bíblica y, por lo tanto, saludable.
Una debilidad podría ser la poca información, o estudios de caso, desde la perspectiva
reformada de la Iglesia Presbiteriana de Chile. Al tener poca información respecto al
tema se complejiza el objetivo de tratar el tema desde una perspectiva local, conside-
rando que se pretende proponer un análisis posible de ser discutido en este contexto.
BIBLIOGRAFÍA:
Scharenberg, Martín, El principio regulador del culto cristiano, Rama de Palermo, Buenos Aires,
2010.
Módolo, Párcival, Revista Teología para la vida, Seminario presbiteriano JMC. San Pablo Vol. 1
Nº 1, 2005.
Von Balthasar, Hans, Gloria, una estética teológica, Encuentro, Einsiedeln, 1961.
Shaeffer, Francis, Huyendo de la razón, un análisis penetrante del hombre moderno, Ediciones
evangélicas europeas, Barcelona.
Calvino, Juan, Institución de la religión Cristiana, Libro II, Capítulo I, Felire, Barcelona, 1597.
López, Amós, Periódico facultad EST, Arte y liturgia: Miradas y desafíos, 2012.
Schwertly, Brian, Salmodia exclusiva, una defensa bíblica, Os puritanos, 2002.
Maia pereira da Costa, Hermisten. Revista "Fe reformada", El culto cristiano en la perspectiva
de Calvino: Un análisis introductorio, VIII Nº2, 2003.