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La familia va cambiando

Los procesos que se fueron dando, históricamente, a lo largo de siglos,


pasaron luego a darse de una década a otra, y ahora, acortan aún más sus
tiempos, de la mano de la evolución de la sociedad, los adelantos
tecnológicos, y los "modelos" impuestos por los medios de comunicación.
El concepto de familia no es inamovible, y la prueba de eso estriba en los cambios culturales
que se fueron dando en torno a ese criterio, no sólo a lo largo del tiempo, sino dentro de cada
sociedad. Sin embargo, los avances de la sociedad y los desarrollos técnicos, sociales, y
comunicacionales hoy en vertiginosa marcha, acortaron la brecha entre modelos.
Procesos que antes demandaban siglos, pasaron luego a darse en décadas, y actualmente
pueden llegar a darse, incluso, dentro mismo de una generación.
Hoy, decir familia, puede representar muchas y muy variadas construcciones en la mente del
receptor. Desde el hombre o la mujer solteros que adoptan un hijo, hasta los casos en que se
dan el modelo de padre, madre e hijo, pero nada más que como un conjunto de personas que
viven bajo un mismo techo. Las familias con dos progenitores del mismo sexo, o las familias
donde la maternidad se aplaza hasta la cuarta década de vida.
Los cambios están en marcha, y por eso, en muchos casos todavía no se alcanza a ver el
resultado de éstos sobre los destinatarios directos: los hijos.
Pese a todo esto, Mabel Foyth, orientadora familiar de reconocimiento en Quilmes, consideró,
en diálogo con PERSPECTIVA SUR, que "hay que ser optimistas".
"Todas las personas tenemos una conciencia moral que nos hace saber lo bueno y lo malo, que
nos da un instinto natural de las cosas. Todos tendemos a buscar lo que no vimos, y existe esto
de no querer repetir lo que nos tocó vivir como hijos y que consideramos que no estuvo bien",
dijo Foyth.
Así las cosas, y partiendo de esa premisa, es posible revertir situaciones como las que, dijo,
"vemos muchas veces en la escuela, donde la familia está, pero no es otra cosa que una suma
de personas que viven bajo un mismo techo".
"Lo que ocurre es que si el chico no encuentra en su familia real lo que espera, lo va a buscar en
otro lugar, como puede ser la escuela, que es hoy la que da de comer, la que da zapatillas, la
que da guardapolvos, la que tiene a la maestra que da el abrazo y la contención", dijo Foyth.
Y señaló que "este escenario, no sólo responde a padres desaprensivos. También obedece al
cambio de paradigma de la mujer".

LA MUJER ORQUESTA
Aunque se vea en el papel de "mujer orquesta", teniendo que seguir atendiendo a los hijos, y
muchos de los quehaceres de la casa, el paradigma actual "cambió drásticamente del de hace
dos décadas", dijo Foyth.
"Hoy la mujer no sólo tiene que trabajar por necesidad, sino porque muchas veces se ve
involucrada en un modelo que va instalándose, y que una vez que la tiene como parte
integrante, le demanda más y más. Más horas en la calle, más exigencias, más ocuparse de ella
misma, de su estética, de su vestimenta, de estar a la moda", dijo la orientadora familiar.
Y en ese sentido, señaló que "esto hace que se den dos cambios. Por un lado, a los veinte
años, la mujer ya no se piensa madre, como sí ocurría dos generaciones atrás, cuando el
horizonte a los veinte años era el matrimonio primero, y la maternidad después".
"Y, además", dijo Foyth, "está el hecho de que las exigencias reales de la mujer, o los modelos
sociales que se transmiten, hagan que muchas veces la maternidad se postergue a bien entrada
la tercera década, o aún más allá, pasados los cuarenta, y avece, rayando los cincuenta".
Si bien eso repercute luego en hijos etáreamente muy distantes de sus padres, la orientadora
familiar quilmeña dijo que "todavía no podemos ver el impacto de esta situación. Pero no
podemos verlo, no sólo por lo cercano del surgimiento del modelo, sino también por el hecho de
que también la mujer ha visto desvanecerse parámetros de antaño".
"También convengamos", dijo Foyth, " que el concepto de mujer grande no existe más. Hoy una
mujer ya no se corta el pelo a los 40, como era usual antes, sino que usa el pelo largo. Usa
calzas, y si es delgada, usa directamente la misma ropa que se propone para mujer más
jóvenes que ella".
Para Foyth "todos estos cambios no se analizan, sino que se dan. Y se dan porque cada vez
hay más acceso a la comunicación masiva, y más vías de comunicación masiva, y desde estas
tribunas se construye un modelo que va calando hondo en la sociedad".
Uno de esos cambios, dijo la especialista, "lo vemos en la aceptación, por parte de los chicos,
del modelo de familias ensambladas como una naturalización de lo que es la familia".
Padres separados, con nuevos matrimonios formados, e hijos en la primera y la segunda
relación, forman parte de un modelo que avanza, que es el de la familia ensamblada.

EN EL HORIZONTE
Pese al cóctel de tendencias más asentadas o más recientes respecto de los cambios en la
familia, Foyth consideró que " a futuro es difícil decir que se vean muy diversas perspectivas
para la familia".
Por el contrario, dijo que "creo que estamos como en el final de un camino respecto a los
modelos de la familia tradicionales: papá, mamá e hijo, porque hoy hasta hay una tendencia a
que los hijos ocupen un lugar de responsabilidad dentro de la casa y la familia que sus padres
dejan vacío".
"Creo", remarcó Foyth, para finalizar, "que vamos a estar viendo, probablemente, un retorno a
modelos previos. Y esto, más allá de que siempre hubo procesos cíclicos, y de que los hijos no
han querido repetir muchas veces, experiencias que les han tocado vivir".
"Creo que la próxima generación, va a retomar valores, pero porque los necesita, porque la
mirada, más allá de cambios circunstanciales, es una, es uno el modelo de familia", concluyó la
orientadora familiar.

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