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Entrevista a Liliana Bodoc

Entre el autor, el lector y el mediador...

Por Silvina Juri

La Saga de los Confines ¿Literatura juvenil? Indudablemente no conseguiremos etiquetar la


trilogía de Bodoc sólo a esta franja etárea, los lectores adultos no se verán desvinculados. El
tono de la narrativa se beneficia de una gran fuerza poética, consiguiendo una lectura que
traspasa lo ideológico. La obra es un conjuro a la esperanza, a la justicia, a la libertad, a la
muerte como tránsito, es decir, a la vida.

Liliana Bodoc
Foto /fuente: Strobel

Antes de que Liliana Bodoc partiera como invitada al VII Festival de Literatura de Berlín 07,
el cual puso como foco a la literatura iberoamericana, contactamos con la autora y realizamos
la entrevista. EdeLij partió de la idea de “conversar” con Liliana lector mediante, es decir
afrontar la entrevista “del lector al escritor”. Y así fue que contactamos con Valentina, gran
lectora de la saga de los confines cuya trilogía, afirma, la ha “marcado”. EdeLij medió en
dicho encuentro y aprovechó para preguntarle a la autora algunas inquietudes.
A continuación ofrecemos el resultado de este grato encuentro entre el autor (Liliana), el
lector (Valentina) y la mediación (EdeLij: Silvina)

-EdeLij: S- Cuando le comenté a Valentina la idea de contactar con Liliana Bodoc para
entrevistarla no dudó en aceptar la propuesta y con placer le escribió:

“Mi nombre es Valentina Mazziero, tengo18 años recién cumplidos, hija de un padre
muy lector, de madre bibliotecaria y hermana de un fanático de la literatura
fantástica...ineludiblemente salí lectora. Desde que tengo la posibilidad de leer, varios de los
libros que van para la biblioteca en la que trabaja mi mamá pasan primero por nuestra casa,
así fue que en el 2001 llegó a mis manos -por sugerencia de mi mamá a la que varias personas
le habían recomendado- “Los Días Del Venado”. Para ese entonces yo tenía 11 años, me metí
de lleno en la historia del libro pero tuve que abandonarlo, creo que aún no estaba prepagada
para soportar la pérdida de Kume, no lo pude seguir leyendo, aunque me faltaba muy poco
para terminarlo. Años después, en el 2006, cuando ya tenía 16 la curiosidad me invadió
nuevamente, comencé a leerlo de nuevo y esta vez soporté (aunque con dolor) la pérdida de
Kume y luego la de Dulkancellin, las traiciones, acepté todo como algo necesario.

Encontré que este libro hermoso, lleno de magia y de melancolía pero a la vez con un
factor atrapante, te invitaba a seguir la historia de las “Tierras Fértiles”. Coincidió mi año en
la escuela con la historia de la conquista, ineludible sacar una relación, lo tomé como la
historia de mi continente, de la conquista de América.

En poco tiempo, ya tenía en mis manos “Los Días de la Sombra”, lo comencé una
noche y lo terminé esa misma mañana, la ida de vieja Kush, el cambio de Piukemán al que ya
nada humano le queda, la furia de Misáines, la partida de la Sombra a las Tierras Fértiles, la
amistad de la Inocencia con la Muerte, otra vez factores atrapantes.

La lectura de “Los Días del Fuego” fue parecida a la del segundo libro, sólo que al ser
más largo lo terminé en tres días, fue el libro en el que más tristeza sentí, la ida de Wilkillen,
el fin de la inocencia significaron muchas cosas, la profecía, la vuelta a la vida en las Tierras
Fértiles. Al terminar la saga se me desató un nudo en el pecho, fue como una tranquilidad, y
ahora tener la posibilidad de dialogar con vos Liliana me permite cerrar la obra y a la vez
hacerte llegar mi experiencia con tus libros. ¡Desde ya gracias Liliana por escucharme y
responder a mis inquietudes y gracias también a vos Silvina por darme esta oportunidad!

Acá van mis preguntas, y deseo poder algún día saludarte personalmente, por ahora
te envío un gran abrazo.”

Valentina y Ceniza (su gata) leyendo "Los días del Venado”.


Esta fotografía fue tomada-como una premonición- por su madre hace más de un año.

-Valentina- tuve la posibilidad de leer literatura del género fantástico (El señor de los
anillos, Un mago de Terramar, Harry Potter, entre otros) pero con ninguno de esos libros
sentí que la historia me identificaba. A diferencia de la Saga en la que sentí que la historia
transcurría en mi lugar, que era “mi” historia fantástica. ¿Fuiste conciente de guiar la
narración hacia ese rumbo?
-Liliana – Ante todo, quiero agradecer la emoción y la reflexión que le dedicaste a la saga
de Los Confines. Creéme que, para un escritor, no hay nada tan valioso como eso. Gracias,
de verdad. ¡También a mí me gustaría conocerte!

Ahora vamos a nuestro asunto... Sabés, Valentina, que yo necesité amar y comprender el
“territorio” en el que iban a trascurrir los hechos. Y no hablo solamente del espacio
geográfico. Hablo del “territorio cultural”. Como escritora, debía sentirme cerca del
dolor, de las esperanzas y del destino de los personajes. Entonces, como inevitable
consecuencia, el referente de esta historia fuimos nosotros mismos. El continente en el
que nacimos, el pasado que nos une. Y por supuesto, el futuro que soñamos. Eso debe
ser, supongo, lo que percibiste como propio. En efecto, busqué con plena conciencia todos
los símbolos y las marcas que nos identificaran como protagonistas de este relato. Desde
el color de la piel de los personajes hasta las comidas, las armas, los mitos, etc.

-Valentina- me pasó que al leer los nombres de los lugares que describías (por
ejemplo Siete Veces Siete Mil Pájaros) anticipaba el sentimiento y la emoción que
transmitía el paisaje ¿La sensación de cada nombre fue pensada de antemano o surgió a
medida que lo escribías?

-Liliana- Me tomé tiempo para cada nombre, ninguno fue puesto sin una íntima convicción
de que era ése y no otro cualquiera el nombre que le correspondía a tal lugar o a tal
personaje. De todos modos, y para no adjudicarme lo que no me corresponde, quiero
contarte que todos esos nombres tienen origen en las lenguas indígenas. Podrás encontrar
muchos de ellos en el Popol Vuh, en los poemas de Netzahualcoyotl (poeta azteca), en
las mitologías mapuche y maya. Son ellos los que nombraron las cosas con tanta sonoridad
y tanta gracia. Yo, simplemente, los tomé prestados y los hice funcionar en una historia
de ficción. Si algo aprendí en este contacto bibliográfico con las culturas aborígenes
americanas fue sobre el respeto que sentían hacia las palabras. El uso sagrado y creador
que le atribuían al lenguaje. ¡Cuánta falta nos hace volver a pensar en el lenguaje como
en una marca esencial de nuestra humanidad! Los aztecas dijeron “La poesía es el único
modo de decir palabras verdaderas en esta tierra”

-Valentina- Como te conté inicialmente, no pude terminar el primer libro porque la


historia era demasiado fuerte, más adelante (después de unos años) supe que era una
redención, que tenía que ser así, en todas las pérdidas había una razón ¿Vos sabías que
sólo había una opción en esto o había otra opción que me evitara el llanto? (Risas)

-Liliana- ¡Ay, Valentina! Lamentablemente, no encontré otra opción para que la historia
conservara, de algún modo, la verosimilitud y la coherencia. Varios lectores, jóvenes y no
tanto, se quejan por estas muertes. Uno de ellos me dijo “Por lo menos, no mataste a
Cucub”. Lo cierto es que mantenerlos a todos con vida en una guerra de esas
características, hubiese sido menos triste pero, también, menos auténtico.

-Valentina- Citando el diálogo de la Inocente con La Sombra: “toda criatura se cansa un


día de cruzar ríos; entonces pide reposo. Pero no sé de ninguna criatura que se canse de
amar, y pida odio” En este mundo el odio y la muerte son algo cotidiano ¿Crees que
verdaderamente existen personas como Wilkillén en el mundo o es mera ficción?

-Liliana- Quiero creer que existen. Necesito creer que existen. Quizás, alcance con
que podamos ser Wilkilén de a ratos. Que tengamos algo de ella, algo que puede aparecer
en los momentos cruciales. Y si acaso alguna Wilkilén anda por ahí, ¡que el mundo no la
destruya!

-Valentina- Vieja Kush es un personaje fuertísimo, central en la Saga ¿La esencia de ese
personaje lo podés relacionar con alguien que conociste?

-Liliana- Vieja Kush tiene características de varias personas que me tocó conocer a lo
largo de mi vida. No todas ancianas, ni todas mujeres. Digamos, Valentina, que reuní en
ella a gente diversa. Vieja Kush tiene algo de mis abuelos paternos, tiene algo de un
anciano musulmán que me enseñó a vivir mejor, tiene algo de una mujer rumana, valiente
y sencilla, que se llama Natalia... Además, Vieja Kush está construida como una especie
de símbolo de la maternidad y de la tierra.

-Valentina- ¿Wilkillén tiene una lucha interna en la que sigue siendo una niña y en la que
quiere ser una mujer? (este personaje fue (es) muy importante para mí)

-Liliana- Con ningún otro personaje siento, con tanta claridad, la relación madre-hijo. Tal
como vos lo decís, Wilkilén se debate entre la infancia y la adultez. Y esa lucha la
acompaña hasta el final. Sin embargo, parece aceptar esa dualidad con relativa calma.
Convive con su alma dividida, y la asume con naturalidad. ¿Quién sabe...? Tal vez, todos
debiéramos aceptar nuestras “fracturas” internas, las dos caras de nuestras almas.

-Valentina- Yo tomé la Saga como “la historia que no pudo ser” ¿Hay algo de eso en lo
que vos has querido reflejar?
-Liliana Definitivamente, sí. En la saga de Los Confines, hay mucho de la historia que no
-

fue. También hay algo de la historia que podría ser.

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-EdeLij: Silvina- Hablando con Valentina sobre tus libros le pregunté: ¿Qué sentiste cuando
terminaste de leer la trilogía de la Saga de Los Confines? Y literalmente reproduzco lo que me
contestó:

“sentí que dentro mío se movilizaban muchas cosas, no sé, sentí que era como más consiente
de mi pasado y de mi presente, era como una sensación de haber crecido”

Menuda respuesta…Es decir, Liliana, que tus libros (aún terminados de leer) siguen creciendo
dentro de ella, transformándose y transformándola. ¿Qué nos decís de esa experiencia /
provocación de tu obra?

-Liliana- Lo primero que digo es ¡Dios mío, muchas gracias! Qué enorme fortuna haber podido
escribir algo que, para personas como Valentina, resultan ser factores de crecimiento. De
igual modo digo que, para que un texto literario nos conmueva y nos transforme, debemos
tener el alma y la inteligencia predispuestas. El mérito también le corresponde al lector.

-EdeLij: S- El registro que usas al escribir la trilogía no es precisamente cotidiano ¿cómo


trabajas a la hora de lograr ese tono épico tan coherente en donde el lector entra a un espacio
de “ficción creíble”? ¿Precisaste tiempo en investigar acerca de la historia para la
construcción de personajes, lugares, costumbres…? ¿podrías contarnos acerca de ese proceso?

-Liliana- Cuando me dispuse a escribir la saga, partí de una certeza: la irrupción, a través del
lenguaje, de cualquier coordenada espacio- temporal iba a provocar el desvanecimiento
instantáneo del clima mítico y épico. Puse, es verdad, mucho cuidado y atención en esto. Me
tomé el tiempo que creí necesario con relación a “cómo contar”. Y no sólo a “qué contar”.
No hay duda de que el rastreo bibliográfico previo tuvo mucho que ver en la elección del
lenguaje. Y muy especialmente, de la sonoridad y del ritmo. Hasta donde pude, busqué
recrear en mi registro algo de lo que ha permanecido (traducido) de la literatura indígena.
Traté de recordar siempre esto que más arriba le decía a Valentina acerca de la sacralidad
que el lenguaje tenía en la concepción de los indígenas americanos. Traté de que mis
personajes hablaran con total conciencia del poder de la verdad y de la belleza.

-EdeLij: S- El escritor y crítico Aidan Chambers[1] hace una clara distinción


entre escritor y autor, dice que el primero atiende las preferencias de sus lectores (“saben
lo que sus lectores quieren, el lenguaje que prefieren, la longitud, la complejidad, el tono”),
mientras que el segundo se concentra exclusivamente en el texto, movido por escribir (“su
meta es producir un objeto sin considerar, al momento de escribir, a ningún lector en
particular”). Bajo esta perspectiva entendemos que eres una autora. ¿cuál es tu concepción
en tanto al proceso de escritura? ¿por qué o para qué escribís?

-Liliana- Federico García Lorca dijo, con relación al arte teatral “Si el teatro no recoge el
latido social no merece llamarse teatro sino sala de juegos. O sitio donde hacer esa horrible
cosa que es: matar el tiempo” Celebro esta concepción del arte, y adscribo a ella. La
literatura no debe ser un sitio de pura comodidad para el lector. A la hora de escribir intento
llevar adelante, de la mejor manera posible, una búsqueda estética y ética. Por supuesto que
tengo en cuenta al otro, al lector, porque me interesa completar la comunicación. Pero
siempre espero que esta comunicación se verifique con un cierto nivel de “problemátización”.

-EdeLij: S- En la Saga de los Confines se evidencia un amor y una comprensión por la


naturaleza ¿crees que la geografía de Mendoza pudo influir en tus descripciones?

-Liliana- Sí. Creo que la geografía de Mendoza está muy presente en la saga. No es que los
paisajes de la novela tengan relación directa con el paisaje mendocino. Más bien, está
presente la cercanía a la naturaleza con la que crecí y pasé buena parte de mi vida.

-EdeLij: S- Los “niños y niñas” en “la Saga” tienen una participación principal, son
estructurantes del relato y creo que eso no es azaroso, hay puntos ideológicos impregnados
en tu ficción. Eso me recuerda a una frase de Lewis Carroll “El universo consta de cosas que
pueden ordenarse por clases y una de éstas es la clase de cosas imposibles. Dentro de este
grupo está la clase de cosas que pesan más de una tonelada y que un niño es capaz de
levantar” [2]. Probablemente apostás a esa participación desde una concepción de la niñez
¿es así?

-Liliana- Es así. Claro que es así... Creo que la niñez es mucho más que una franja etárea. Es
un modo de conocer y de interpretar el mundo. Un modo al que deberíamos prestarle muchas
más importancia.

-EdeLij: S- Para terminar (continuar…), como representante/autora/mujer de “tierras


fértiles” ¿qué augurio, sueño querés compartir con los habitantes de “todas las tierras”?

-Liliana- Tal como vos lo decís... Para todas las tierras. A la hora de soñar con otro mundo no
deben hacerse distinciones entre pueblos. La libertad, supongo, engloba a casi todos mis
sueños. Porque para ser verdaderamente libre hay que comer como Dios manda, amar como
Dios manda, conocer, cantar, poder elegir. La acumulación lujuriosa de la riqueza está
llegando a límites insospechados, a cifras que desafían la imaginación. Y junto a eso, el pleno
abandono, el hambre, y la desesperanza. Sueño con que nos sea imposible aceptar esto como
natural; sueño con el día en que muchos empeñemos nuestras vidas en contra de este crimen.

Y ya que hablamos de sueños y de justicia, desde lugares como estos que ustedes sostienen y
cuidan también llevamos adelante la gran pelea. De nuevo, quiero decirles muchas gracias.
Un enorme abrazo. Liliana

¡Gracias Liliana, por la entrevista y por apoyar este espacio! EdeLij

[1] En: Aidan Chambers, Lecturas, México, FCE (Colec. Espacios para la lectura), 2006, pp.20

[2] En: Lewis Carroll, Symbolic Logic, 1892


Para saber más…

Así comienza “Los días del Venado” (Bogotá, Grupo Editorial Norma, 2001; colección Otros
Mundos)

Y ocurrió hace tantas Edades que no queda de ella ni el eco del recuerdo del
eco del recuerdo. Ningún vestigio sobre estos sucesos ha conseguido
permanecer. Y aun cuando pudieran adentrarse en cuevas sepultadas bajo
nuevas civilizaciones, nada encontrarían. (…)

Anecdotario…

La escritora Ursula K. Le Guin, al regresar de sus vacaciones en el Caribe y tras leer la trilogía,
confiesa por correo electrónico a Liliana: "Vuelvo a casa de dos viajes. Pero el suyo me llevó
más lejos".

Sobre la autora…

Liliana Bodoc nació en Santa Fe, el 21 de julio de 1958. A los cuatro años se radica en
Mendoza. Actualmente vive en el barrio La Floresta en Buenos Aires.

Bodoc es la autora de la trilogía inspirada en los pueblos precolombinos denominada "La


Saga de los Confines" que incluye las novelas "Los días del Venado", "Los días de la Sombra" y
"Los días del fuego". También publicó "Diciembre Súper Álbum" (novela juvenil), el cuento
"Después de los lobos" que integra la antología de cuentos "Aventuras del mundo animal";
"Sucedió en colores"; “La mejor luna” y “Reyes y pájaros” (libros de literatura infantil) y más
recientemente la novela fantástica “Memorias impuras”. Recibió el Premio a la Mejor
Obra Literaria Juvenil de la Fundación el Libro (2000), la distinción White Ravens (IBBY, 2000
y 2001), el Premio de Narrativa de la Fundación Fantasía Infantil y Juvenil (2001), la distinción
Destacados de Alija (2003), el Premio Calidoscopio (2003) y el Premio Konex (2004).

Si quieres conocer más sobre la autora y su obra, te recomendamos visitar los siguientes
links:

www.revistanueva.com.ar/00667/nota01 en Revista Nueva que distribuye Diario Uno de


Mendoza
Cuatro capítulos de "Los días del Venado" en Imaginaria: revista quincenal sobre literatura
infantil y juvenil
Reseñas de libros: "Los días del Venado" en Imaginaria: revista quincenal sobre literatura
infantil y juvenil

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Etiquetas: Bodoc, Entre-vistas Lij

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