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Para comenzar con este taller, es importante conocer la evolución histórica de la comunicación. Luego, se trabajará con el
concepto lingüístico de la comunicación y sus aspectos más relevantes.
Los inicios de la comunicación entre los hombres se pueden datar desde la prehistoria donde los primeros humanos
utilizaban lenguajes arcaicos para comunicarse, también realizaban pinturas que pueden clasificarse como los primeros
intentos de una expresión o comunicación escrita. Las primeras civilizaciones que trasladaron lo oral a lo escrito se situaron
en el medio oriente alrededor del 4000 a.c. Los sumerios idearon un tipo de escritura con íconos que representaban
conceptos, la escritura cuneiforme. Escribían en tablillas de arcilla con un palo que luego se cocían. Posteriormente los
egipcios desarrollaron un sistema de escritura basado en unos íconos llamados jeroglíficos. Los egipcios utilizaron como
soporte de escritura el papiro, compuesto por fibras de una planta juncosa del Nilo. Poco a poco el idioma fue
evolucionando hasta que estos íconos se fueron asociando a sonidos vocálicos con lo que el número de íconos descendió
hasta conformar los antiguos alfabetos. Durante las culturas clásicas, el lenguaje y los alfabetos evolucionaron mucho, los
griegos consiguieron una evolución del alfabeto y compusieron grandes obras literarias y teatrales. El alfabeto que nos ha
llegado a nosotros desciende directamente del alfabeto latino de los romanos que extendieron por todo occidente. Los
romanos idearon una escritura moderna con tipos de letra bellísimos (capitalis cuadrata) y utilizaron nuevos soportes de
escritura como el pergamino, hecho a partir de pieles curtidas de animales. Durante la edad media la cultura sufrió un
retroceso, pues fue una época marcada por crisis y guerras. La cultura era conservada en los monasterios. Allí se copiaban
libros, de temática religiosa por los monjes. En el siglo XII aparecieron las universidades como nuevos centros de cultura,
que también se dedicaron a la promoción de los libros. También en esta fecha los árabes introdujeron el papel que habían
inventado los chinos a través de la península ibérica. El papel se realizaba a partir de trapos macerados y posteriormente se
empezó a realizar con fibras vegetales. En 1450 se desarrolló la imprenta y se extendió rápidamente por toda Europa.
Movimientos culturales históricos como la reforma, contrarreforma y sobre todo el Renacimiento fueron posibles gracias a
la inmediatez de la imprenta. Con la imprenta surgieron nuevos formatos de comunicación.
A continuación, se presenta la definición de la comunicación brindada por el diccionario de la Real Academia Española
(DRAE).
Comunicación:
1. f. acción y efecto de comunicar o comunicarse.
3. f. transmisión de señales mediante un código común al emisor y al receptor.
Teniendo en cuenta la definición ofrecida por la DRAE, el concepto de comunicación se puede entender de dos maneras. La
primera, equivale a la acción de informar, emitir mensajes, transmitir información de un punto a otro a través de algún
medio. Este acto se manifiesta dentro de la acción de “comunicar”. La segunda, hace referencia a una acción bidireccional o
dialógica. En este sentido, la comunicación adquiere la forma de diálogo, intercambio, correspondencia, reciprocidad
(Kaplún, 1998). El verbo más apropiado sería el de “comunicarse”. Las dos concepciones implican que detrás del acto de
comunicar o comunicarse existe un perfil de grupo social, una cultura y unas prácticas sociales. Por lo tanto, la
comunicación es un hecho social que facilita y promueve la adquisición de costumbres, creencias e historias propias y
comunitarias, además de que permite relacionarse con otros, transmitir experiencias y saberes. El hombre aprende el
lenguaje al mismo tiempo que aprende su cultura. Por lo tanto, la comunicación entre los seres humanos se define como
un proceso sistémico que permite la interacción entre dos o más personas mediante un mismo código dentro de un
entorno sociocultural.
Es Horcas Villarreal quien define a la comunicación como un proceso dinámico, ya que está en constante movimiento y
establece una relación dialógica entre emisor y receptor; inevitable, debido a que todo acto es comunicación, incluso el
silencio; irreversible, una vez comunicado, no se puede volver atrás; bidireccional, se genera una respuesta en ambas
direcciones; verbal y no verbal ya que muchas veces se hace necesario el uso de ambos tipos del lenguaje.
Según Michael Canale, la comunicación se entiende como el intercambio y la negociación de información entre al menos
dos individuos por medio del uso de símbolos verbales y no verbales, de modos orales y escritos/visuales y de procesos de
producción y comprensión. En cuanto a la naturaleza del lenguaje, Canale expresa que la comunicación es una forma de
interacción social auténtica, con un alto grado de impredictibilidad y creatividad, que ocurre en contextos discursivos y
socioculturales específicos, que siempre tiene un propósito y que puede tener éxito o no.
Roman Jakobson en su modelo de comunicación describe seis factores constituyentes del acto de comunicación: emisor,
receptor, mensaje, canal, código y contexto.
El emisor (agente) es el ser que construye y transmite el mensaje; sin embargo, como agente también puede recibir
mensajes, pero dentro del proceso ya no es emisor, sino receptor. El receptor (agente) es quien recibe e interpreta el
mensaje; sin embargo, como agente, e igual que el emisor, dentro del proceso, ya no es receptor, sino que se convierte en
emisor y, entonces, está en condiciones de construir y transmitir mensajes. El mensaje es la información que el emisor
transmite al receptor. El canal es el medio por el que circula el mensaje. El código es el sistema de signos con el que se
construye el mensaje y que debe ser común entre los sujetos comunicantes. El contexto es el entorno lingüístico que
acompaña a una palabra, expresión o enunciado. Si los agentes comunicantes no tienen un código común, es imposible que
se concrete el proceso.
Como se puede apreciar en la imagen a continuación, todos los elementos cumplen una función específica y están
relacionados entre sí. Esta relación los convierte en un sistema comunicativo, en un todo.
Para establecer la comunicación se debe atender a la situación en que se produce este acto y si el mensaje del emisor ha
sido comprendido en su totalidad. El acto comunicativo no siempre se da a la perfección ya que los factores que
intervienen en el proceso pueden sufrir obstrucciones, ruidos o barreras que entorpecen, dificultan o imposibilitan la
comunicación. Estos ruidos o barreras pueden ser ocasionados por el contexto, ruidos externos al emisor y al receptor que
participan del proceso comunicativo; por la interpretación errónea de las palabras en el mensaje; o por diferentes factores
mentales que impidan comprender o aceptar una idea.
La adecuación: esto quiere decir que para que una comunicación fluya es necesario que quienes intervengan en ella se
dispongan de manera colaborativa. Los interlocutores manifiestan la voluntad de comprender y decodificar los
mensajes que conforman el acto comunicativo. Esta forma de cooperación se encuentra cruzada por los objetivos de
cada uno de los participantes, de tal manera que todos se acomodan al uso que hace el otro interlocutor y al contexto
en que se produce el intercambio comunicativo. Desde el inicio del acto, los interlocutores están dispuestos a
comprender y hacerse entender, por lo tanto, todos buscan beneficiarse a través del intercambio.
La relación entre interlocutores: al establecer una comunicación, los participantes se sitúan en diferentes posiciones,
dependiendo de los roles sociales que desempeñen. La relación se puede establecer desde la completa igualdad, como
es el caso de las conversaciones entre amigos, o abiertamente protocolizada como en una ceremonia oficial. Según las
circunstancias y temas, la relación entre los participantes del acto comunicativo, se puede manifestar de dos maneras:
Simétrica: ambos interlocutores poseen un rol social similar o del mismo tipo y se encuentran en iguales
condiciones. El grado de cercanía se impone, porque ambos manejan el mismo nivel de información sobre el tema
o no se manifiesta una relación jerárquica entre ellos. Ejemplo: amigos, compañeros de curso, hermanos,
profesionales de una misma área.
Asimétrica: entre los participantes del acto comunicativo existe una diferencia jerárquica. Esta asimetría es
resultado de la diferencia de edad, de la clase social, del status profesional o de atributos personales como mayor
manejo de vocabulario, mejor desplante o la calidad de información respecto del tema. Ejemplo: profesores/as y
estudiantes, médico y paciente, madre e hijo.
Otro de los aspectos a considerar dentro del acto comunicativo es el registro. Entiéndase por registro al uso de la lengua
determinado por el contexto y que está condicionado por cuatro factores: el medio de comunicación (oral o escrito), el
tema abordado, los participantes y la intención comunicativa. El registro juega un papel fundamental en el proceso
comunicativo, tanto así que se demuestra cuando los hablantes emplean su lenguaje de diversas formas dependiendo de la
situación comunicativa. Para ello, se eligen las palabras más pertinentes, la construcción de las oraciones son más o menos
complejas y se utilizan recursos paraverbales o no verbales, que son marcas que permiten distinguir diferentes tipos de
registro.
Registro formal: es el modo de utilización del lenguaje en situaciones en que los roles de quienes participan, sus
acciones y temas se encuentran restringidos o determinados por las convenciones sociales. Situaciones formales son:
una clase, una reunión de trabajo, un discurso público.
Registro informal: es el modo de utilización del lenguaje en situaciones informales generadas en familia o con amigos.
Este lenguaje se utiliza en la conversación natural y cotidiana. Es espontáneo y expresivo.