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A César Sánchez Aizcorbe,

el maestro que me impulsó a escribir


sobre el neoliberalismo.
Daniel García Delgado

Al Área Estado y Políticas Públicas.


Agustina Gradin
Quinto Documento de Trabajo - El Neoliberalismo tardío

Trump y la ilusión de la desglobalización


Por Alejandro Pelfini
Originalmente, este texto se presentó en forma En el contexto actual, y justamente en una
de ponencia en el I Congreso Nacional de Esta- publicación sobre el Neoliberalismo tardío, re-
do y Políticas Públicas organizado por FLACSO sulta imposible no aludir al sorprendente triun-
Sede académica Argentina y por la UMET, el 01 fo de Trump en los Estados Unidos y al forta-
de diciembre de 2016, en un panel cuyo título lecimiento de liderazgos de derecha en Europa
era: Nueva etapa de la globalización: ¿Fin de la Occidental, fenómenos que abren una serie de
multipolaridad? Allí indicaba que más que fines reacciones particularistas, proteccionistas y de-
o cambios de ciclo, como aparecía en el título de fensivas en varios países. De este modo, se yer-
dicho Congreso, prefería hablar de flujos u olea- gue un curioso escenario global que, más que
das. Desglobalización y globalización coexisten continuar en la senda del Liberalismo y Neoli-
y se suceden, así como diferentes son las dimen- beralismo ya conocidos, se muestra iliberal en
siones que, en un momento determinado, se varios aspectos y adopta una retórica anti-élites,
globalizan y aceleran, y, en otros momentos, no. a pesar de que sus principales líderes y funciona-
Entonces, más que fin de la multipolaridad, uno rios pertenecen tanto al establishment como los
puede hablar de una resignificación de la misma anteriores. Este texto, que pretende indagar en
o de una devaluación circunstancial con algunas este novedoso pendant del Neoliberalismo tar-
características específicas. En otra oportunidad, dío vernáculo en los países centrales, se estructu-
de reciente desaceleración y de debates en torno ra en base a cuatro tesis fundamentales.
a un supuesto “fin de la globalización”, la de la
crisis económica del 2008 (con impacto global, Primera tesis: Más allá de lo atónitos
pero que afectó y se originó fundamentalmente que nos ha dejado el triunfo de Donald
en los países centrales), señalábamos que “el au- Trump en los Estados Unidos (sumado
mento de costos de la energía y del transporte a la coyuntura regional), puede verse
en general (más allá de la baja circunstancial del algo rescatable en esto que tiene que ver
petróleo), la persistencia del Estado Nación y la con la reemergencia de la política o,
vuelta de una tónica realista en las relaciones in- mejor dicho, de lo político, en cuanto
ternacionales, no sólo no parecen afectar otras
a la capacidad para construir nuevos
formas de intercambio e interdependencia más
allá de las comerciales y financieras, sino que in-
escenarios y de contraponer nuevamente
cluso las refuerzan: nada parece detener ya a la el lenguaje de las pasiones y emociones
digitalización, el avance de lenguas globales, la a la fría arrogancia de los expertos.
circulación y la hibridación de símbolos y men- Además de las voces de desconcierto que generó
sajes. Lo que por un lado se desacelera, no afecta el sorpresivo triunfo de Donald Trump en los
la velocidad de otras dimensiones –no menos Estados Unidos, y que continúa sorprendiendo
esenciales– de la globalización. Como señala en su gestión cotidiana, así como de la necesidad
(2004), podríamos decir que la desaceleración de encontrar algunas razones sociológicas para
de lo sólido no parece afectar la aceleración de explicarlo, hay algo que nos trae este triunfo y
lo líquido (aparte de lo que ocurre con los flujos que apenas ha sido señalado. Ciertamente que
financieros) o, al menos, no haber alterado el se hace difícil encontrar algo destacable, pero
ritmo que llevaba. si lo hay, recae en una incipiente recuperación

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Alejandro Pelfini “Trump y la ilusión de la desglobalización.”

del espacio de la política. O, mejor dicho, de lo habrá que ver con mayor detalle si ese aire es
político en sí, como ámbito y actividad capaz realmente fresco o simplemente viciado. En
de crear escenarios y de construir y resignificar todo caso, eso nos obliga a diferenciar entre lo
nuevos horizontes, y a veces, de patear el table- político en sí y la política o las políticas concre-
ro ante el statu quo. Por demasiado tiempo, las tas, cuestión que aparece como menos auspicio-
sociedades desarrolladas de Occidente se acos- sa y que será abordada al final de este texto.
tumbraron a vivir en un sentido común liberal Otra dimensión del “retorno de lo político”,
y neoliberal, en el cual la política se reducía a la tiene que ver con el lenguaje y con los conteni-
administración de contenidos y sentidos traza- dos, es decir, con la retórica. Pero también con
dos por el mercado como verdad indubitable. la semántica. Otro indicador del predominio del
Incluso partidos y coaliciones de centro-izquier- credo liberal en el sentido común es el lenguaje
da, procesos de integración regional en su mo- de la corrección política. En un marco multicul-
mento innovadores e impulsores de ejercicios de tural estuvimos (y mucho más los países centra-
ciudadanía y soberanía supranacionales termi- les, los grandes complejos mediáticos y las élites)
naron sucumbiendo a la comodidad de esta di- mucho tiempo acostumbrados a los mandatos
visión del trabajo: los lineamientos estratégicos de la tolerancia, el pluralismo, la aceptación de
se trazaban, y se siguen trazando, por los exper- la diferencia. Más allá de los indiscutibles valo-
tos asociados al mundo empresarial, mientras res contenidos aquí, es evidente que toda una
que las tácticas relacionadas con los tiempos y serie de cuestiones y de estilos más pedestres y
con los modos de implementación de estos li- viscerales, más asociados a miedos y a necesida-
neamientos quedaban reservados al mundo de des inmediatas fueron ocultados como tabúes
la política. y no se pudieron expresar adecuadamente. Tal
En los países centrales es difícil encontrar ex- como plantea Pierre Ostiguy (2009), experto
periencias recientes que hubieran ensayado otra en populismo y en el peronismo en particular,
salida. Desde ya que cualquier díscolo, como en uno de los elementos centrales del populismo
su momento lo fue Grecia con la “pataleta” en es la reivindicación de una gramática de lo bajo
la primera fase rebelde del gobierno de Tsipras, y de lo plebeyo en el discurso político y en el
era rápidamente disciplinado y obligado a re- estilo del liderazgo. Dentro de un antagonismo
conocer lo quimérico de sus experimentos. No más o menos escenificado frente a la corrección
sólo las centro-derechas europeas, sino también y superioridad de las élites, la reaparición de un
y, sobre todo, la socialdemocracia con su anun- lenguaje revulsivo y directo, así como de temas
ciada “tercera vía”, terminaron de subordinar lo ya no tratados, refleja una creciente demanda
político a lo posible y a lo razonable, según lo por mayor autenticidad, proximidad y por una
definido por los expertos y por el mercado. Al interpretación más ligada al sentido común.
respecto, un agudo artículo aparecido reciente-
mente en el semanario alemán Die Zeit, señala Segunda tesis: La eficacia de estos
que “la conformidad al sistema significa aquí: liderazgos fuertes y disruptivos y de
los políticos reaccionan en vez de dar forma. los discursos defensivos abreva en los
Cuando uno se desliza alguna vez por esa hue- miedos ante el futuro, así como en la
lla termina rápidamente y por la necesidad de pérdida de legitimidad de las élites
previsibilidad en un brutal estrechamiento de la que parecían garantizarnos ese futuro
política” (Jacobsen, 2016). y siguen considerando que tienen los
En este escenario de retorno de lo político,
elementos para hacerlo posible.
y dentro del “aire” que traen los populismos de
derecha y emprendedores políticos tipo Trump,

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Quinto Documento de Trabajo - El Neoliberalismo tardío

Lo político no es sólo construcción de escena- clave del contrato político y social de las déca-
rios sino de horizontes posibles, lo que implica das de posguerra. Siempre fue parte del ADN
un manejo de temporalidades en un juego entre de la izquierda; pero la derecha también se lo
pasado, presente y futuro. Cuando el futuro co- apropió. Después de lo que sucedió en 2016, el
mienza a verse en forma amenazante y las rece- apoyo a un concepto forjado en el Iluminismo
tas con que contamos no parecen reducir esas ya no puede darse por sentado” (Pisani-Ferry,
amenazas no es casual que comience a cuestio- 2017).
narse la (supuesta) superioridad cognitiva y mo- Esta confianza es la que comienza a desva-
ral de las élites ilustradas que querían llevarnos necerse desde el 2015. Mientras las élites libe-
tranquilidad. Del mismo modo, la colonización rales y progresistas de Occidente parecen seguir
de la política por el mercado también deja de bailando en la cubierta del Titanic, las masas de
proveer sentido. No sólo por no responder a estos países comienzan a experimentar esos ries-
esta incertidumbre material y simbólica, sino gos en carne propia: crisis de los refugiados en
por no poder resolver problemas bien concretos Europa en 2015, desempleo y estancamiento de
asociados al aumento de la desigualdad, a pro- sus economías, el ISIS en expansión, atentados
blemas distributivos, conflictos socio-ambienta- terroristas a la vuelta de la esquina, una guerra
les, etcétera. El tema principal es que el discurso en Siria de suma cero, con bandos y frentes
liberal sigue mostrándose capaz de controlar la cruzados, sin “buenos” ni “malos” claramente
contingencia. Más aun, dentro de su arrogancia, identificables y sin perspectivas de resolución.
sigue prometiendo un futuro mejor en la me- El miedo se hace presente y está en la base de
dida en que se profundicen sus criterios y sus las reacciones defensivas en cuanto a la pro-
promesas. Es eso lo que se desvanece y sobre los tección de lo ya logrado y en el fortalecimien-
que se asienta la reciente fortaleza del populismo to del espacio propio e inmediato. Cuando el
de derecha y de las reacciones proteccionistas: miedo aparece, evidentemente no suele aflorar
el futuro no se presenta como promisorio, sino lo mejor de nosotros y esto es parte de lo que ha
al contrario. Por mucho tiempo se ignoraron, o cambiado primero en el lenguaje de la política
apenas se atendieron, los informes y las predic- y de a poco en políticas concretas. También da
ciones de expertos y de organismos internacio- cuenta de una desconfianza respecto de la su-
nales ante la crisis global existente y por venir. puesta y tranquilizadora superioridad moral y
Frente a este escenario, el liberalismo bienpen- cognitiva de las élites ilustradas y progresistas.
sante y sus elites ilustradas, se empeñaron en Como muestra Habermas, la izquierda también
mostrarnos que los riesgos no necesariamente sucumbió ante el pragmatismo tecnocrático de-
eran tales. Pero sí, que al menos, contábamos jándole el camino libre a lo que él llama la inter-
con todos los elementos para controlarlos, siem- nacional autoritaria de este “fortalecimiento del
pre y cuando profundizáramos la cooperación, populismo de derecha”: “Es difícil distinguir la
las instituciones multilaterales, los valores de la agenda neoliberal que abdica ante los chantajes
libertad y de la tolerancia, así como la apertura de los especuladores de una política de izquierda
en general, de mentes y de mercados. “El princi- incapaz de globalizar la solidaridad y la demo-
pal factor detrás de este cambio en las actitudes cracia. Se limita a cumplir las reglas de techo
públicas es que muchos ciudadanos han perdido de gasto, techo de solidaridad que imponen los
la fe en el progreso. Ya no creen que el futuro mercados. Aunque no hay techo para salvar a
les traerá una mejora material y que sus hijos los bancos según el ordoliberalismo. Parece que
vayan a tener una vida mejor que la suya. Miran la izquierda espera que la sociedad desprecie los
para atrás porque tienen miedo de mirar hacia discursos y la violencia de los populismos para,
adelante… La fe en el progreso fue una cláusula

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ellos también, sumarse a la crítica” (Habermas, buen gusto imperante, ¡sino su individualismo
en Ortega, 2016). exacerbado que se expresa en la egoísta formula
del “Not in my backyard!” (Como si eso fuera
Tercera tesis: El principal déficit de esta posible, incluso sin afectar al que lo enuncia).
nueva derecha proteccionista tiene que Como plantea un agudo analista holandés
ver con el olvido de la interdependencia. del populismo de derecha en Europa, Dick Pels,
Lo que ofrecen es un autoengaño porque este resurgimiento no tiene que ver con una
se apoya narcisísticamente en la ilusión nueva forma de fascismo como la izquierda y
de la salvación de uno mismo (dentro los Verdes europeos tienden precipitadamente a
del Estado-nación), cuando aquí no hay creer. Sugiere hablar de un nacional-individua-
lismo que abrevaría en la tradición del Mayo
salvación de uno sin la salvación de todos,
del ´68 y luego en el clima cultural posmoder-
o bien, en la reducción y procesamiento no: “tradicionalmente el Liberalismo le otorga
de riesgos que sólo se realiza en común. prioridad al individuo sobre los derechos de la
Una cosa es entender los motivos de la reacción comunidad. En el lado opuesto, el nacionalis-
y de la desconfianza frente a las elites autocom- mo sitúa a la comunidad del pueblo sobre las
placientes que siguen creyendo en las mismas re- partes. El populismo moderno parece combinar
cetas para enfrentar problemas novedosos y otra ambas tendencias, sin otorgarle preeminencia a
cosa es evaluar si esta reacción realmente parece ninguna: se preocupa tanto de la libertad indi-
apropiada para hacerles frente. El miedo y la re- vidual como de la del pueblo. En vez de contra-
acción particularista, proteccionista y defensiva ponerlas, combina los ideales de autoafirmación
apuestan más a un “sálvese quien pueda” que individual (el neoliberal “yo primero”) con la
a una gestión asociada de los riesgos globales autodeterminación nacional (el neonacionalista
y locales. Sin embargo, el tipo de problemas a “primero mi pueblo”): cada uno para sí y la na-
enfrentar asociados sobre todo a problemas de ción para todos” (Pels, 2011).
provisión y de conservación de bienes públi-
cos, así como a la prevención y al manejo de Cuarta tesis: Ni globalización triunfante
catástrofes naturales y humanitarias, no parecen ni desglobalización. Lo global está para
poder enfrentarse adecuadamente ni en solitario quedarse como escenario, sobre todo si
ni dentro de las fronteras de un territorio especí- pensamos en la crisis ambiental global en
fico. Que se haya hecho evidente tanto una mar- el marco del Antropoceno. Buena parte del
ket failure y como una state failure en la gestión esfuerzo académico y del talento político
de estos procesos, no debe llevarnos a tirar por
van a recaer en dirimir qué cuestiones
la borda todos los esfuerzos hacia la gobernan-
za de riesgos globales y a una democratización
deben y pueden encararse nuevamente
de la globalización. En este sentido, la reacción dentro de la soberanía estatal y en la
defensiva cae en la falacia de creer que cuestio- protección que los Estados aún pueden
nes relacionadas a riesgos globales se pueden en- ofrecer y qué otras son para tratar en
frentar en solitario o en el refugio particularista. la escala internacional y global.
Esto refleja un desconocimiento de la interde- Si el sorpresivo triunfo de Trump pudo traer
pendencia, la interconectividad, la multicausali- algo de aire fresco en relación con la vuelta de
dad y la complejidad de las crisis y de los riesgos lo político en abstracto, sin duda que otra es
que se deben enfrentar: el problema entonces la percepción cuando pasamos a considerar las
del populismo de derecha no es principalmente políticas concretas que pretende implementar,
el de ser políticamente incorrecto y apartarse del sumadas a las que se ejecutan desde los populis-

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mos de derecha avanzando en varios países eu- los Estados Unidos del Acuerdo de París contra
ropeos. Y esto nos lleva a otra pregunta en torno el cambio climático.
a la multipolaridad. No necesariamente este es Dentro de esta vuelta de lo político como
el fin de la misma, como tampoco lo es el de la creación de escenarios contingentes, estamos
globalización: ambas están ahí y para quedarse. obligados a dirimir y repensar qué tipo de cues-
Un Estados Unidos más preocupado de sí mis- tiones son aún tratables y negociables a nivel glo-
mo y de sus ciudadanos de a pie probablemente bal e internacional, y cuáles vuelven al ámbito
esté menos dispuesto a aventuras misionales a lo de lo nacional y de la protección de ese espacio.
largo y a lo ancho del globo. Sí asistiremos con Parafraseando a Wolfgang Streeck, si al menos la
probabilidad a un pasaje de una multipolaridad promesa izquierdista y progresista de democra-
colaborativa en el marco de instituciones más o tizar la globalización ya no parece realizarse sólo
menos estables (aunque deslegitimadas) a una por apelación a la voluntad o participando en
confrontativa, aunque no necesariamente abier- foros sociales mundiales, buena parte del esfuer-
tamente conflictiva, pero que ciertamente pri- zo quizás haya que ponerlo en defender la mis-
vilegia el interés nacional sobre el internacional ma democracia respecto de las fuerzas del capi-
o global. Tal como mostramos junto a Gastón talismo global2. Cuando las recetas que parecían
Fulquet en un libro colectivo1, ese fue quizás el asegurarnos un futuro promisorio o al menos
último intento (no desde el centro, sino desde preservarnos frente al riesgo y las catástrofes ya
la semiperiferia de los llamados emergentes) por no seducen ni a los votantes de los países cen-
reforzar la legitimidad del orden internacional trales, nunca menos oportuno que nuestro país
existente haciéndolo más plural y representati- y nuestra región pretendan revivir los años de
vo. Ahora, dentro de la retracción nacionalista relativa y engañosa bonanza de la globalización
parece desvanecerse la idea épica respecto al neoliberal en este raro revival, mezcla de trage-
mundo y la misión salvífica del destino mani- dia y comedia que parece ser el “Neoliberalismo
fiesto, lo cual no creo que sea una mala noticia tardío”. Sabemos más de populismo que los paí-
sobre todo para nuestro subcontinente. Cier- ses centrales (anteriormente orgullosos de creer-
tamente que esto no disuelve la posibilidad de se libres de esa supuesta anomalía) y contamos
cooperación, pero la misma puede tomar otra con experiencias valiosas y rescatables en ese
coloración: veo más espacio para un entendi- sentido. Algo acorraladas eso sí, aún contamos
miento informal entre grandes potencias rudas con democracias activas y turbulentas capaces
(los Estados Unidos, Rusia y China) que entre de generar innovación institucional y de ofre-
los más amigables y previsibles socios de la pos- cer caminos alternativos –aunque precarios– de
guerra (los Estados Unidos de la Postguerra fría, desarrollo. No confiamos ingenuamente en un
la Unión Europea y Japón) y apoyado menos en futuro promisorio y en un “sálvense quien pue-
la institucionalidad anónima que en la confian-
za entre pares, entendidos entre sí como supues-
2 "La justicia social no es algo que se deba tener
tos “grandes hombres” (varones-machos). Una
en cuenta exclusivamente en contextos donde
muestra de esto acaba de darse con la retirada de
todo marcha “viento en popa”. Durante varias
décadas, el crecimiento ha servido como sus-
1 Fulquet, G., Pelfini, A. (2015). Los BRICS en tituto de políticas sensatas de cohesión social.
la construcción de la multipolaridad. ¿Reforma o Lo que las sociedades avanzadas ahora necesi-
adaptación? Ciudad Autónoma de Buenos Ai- tan son compactos sociales que sean resilientes
res: CLACSO; Nueva Delhi: Ideas; Ciudad del a los cambios demográficos, a las alteraciones
Cabo: Codesria; Ciudad Autónoma de Buenos tecnológicas y a las sacudidas económicas" (Pi-
Aires: FLACSO Argentina. sani-Ferry, 2017).

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da”, sino que todavía perseveramos en enfrentar


asociadamente las dificultades del presente. Y,
por último y, en síntesis, lo político aún no su-
cumbió totalmente ni a la corrección política ni
a los mandatos del mercado.

Referencias bibliográficas
Bauman, Z. (2004). Modernidad líquida. México
D. F.: Editorial Fondo de Cultura Económica.
Fulquet, G., Pelfini, A. (2015). Los BRICS en la
construcción de la multipolaridad. ¿Reforma o
adaptación? Ciudad Autónoma de Buenos Ai-
res: CLACSO; Nueva Delhi: Ideas; Ciudad del
Cabo: Codesria; Ciudad Autónoma de Buenos
Aires: FLACSO Argentina.
Jacobsen, L. (2016). Die grösste Macht der
Welt. Die Zeit. Berlin. Disponible en: http://
www.zeit.de/politik/ausland/2016-11/
us-wahl-donald-trump-wahlsieg-demokratie
Ortega, J. (2016). Habermas y el desorden glo-
bal tras Trump. Torpezas ante el populismo.
(29/11/2016). La Vanguardia. Disponible en:
http://blogs.lavanguardia.com/diario-de-fu-
turo/habermas-y-el-desorden-global-tras-tru-
mp-torpezas-ante-el-populismo-85184
Ostiguy, P. (2009). The high and the low in politics:
A two-dimensional political space for compa-
rative analysis and electoral studies. Working
Paper #360, Kellogg Institute.
Pelfini, A. (2010). La crisis económica mundial: ¿fin
de la globalización o fin de una globalización?
Buenos Aires: FLACSO.
Pels, D. (2011). Der neue nationale Individualis-
mus. En varios Editores: Rechtspopulismus in
Europa. (pp. 31-56). Viena: Planet Verlag.
Pisani-Ferry, J. (2017). El abandono del progreso.
(30/11/2016). Project Syndicate. Disponible
en: https://www.project-syndicate.org/com-
mentary/populism-and-abandonment-of-pro-
gress-by-jean-pisani-ferry-2017-01?version=s-
panish&barrier=accessreg

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