Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Mucha tinta ha corrido en relación a lo que este Tribunal haría o dejaría de hacer en
torno al asunto que hoy, aquí se discutirá.
Sin embargo, previo a una deliberación siempre existen esbozos que nos conducen
a tomar la última decisión, que se define aquí: en sesión pública.
Son esos esbozos los que le garantizan a la ciudadanía que una sentencia fue pensada
varias veces en un afán de dar la mejor resolución posible; es decir, la más justa.
Las juezas y los jueces tenemos dos caminos en cada una de nuestras sentencias: la
interpretación formal y literal de la Constitución; y la re-interpretación que se ajuste
a las necesidades y situaciones actuales que no fueron contempladas por el
Constituyente.
1
Este es un caso inédito que requirió muchas consideraciones, pues será un
precedente para nuestro sistema electoral. Antes de deliberarlo, había que
responder a dos preguntas:
La primera:
Y, la segunda:
¿Podemos afirmar que los escaños obtenidos por un partido político, por
mayoría relativa, no reflejan representatividad ciudadana y, por ende, debe
perder su registro al no haber logrado el 3 % de la votación requerida?
Es en ese sentido que la integración de esta Sala Superior –y puedo atreverme a decir
que todas las integraciones anteriores- realizamos cada una de nuestras sentencias.
2
Las decisiones emitidas en este Tribunal Electoral deben sostenerse de manera
jurídica antes que política.
Sin embargo, no solo nos escuchamos entre nosotros: también, y sobre todo,
escuchamos la voz pública y ciudadana, así como la voz particular de aquellas y
aquellos que estudian la materia electoral, ya sea desde la academia, o desde
diferentes asociaciones. Una democracia escucha todas las voces posibles: ahí
reside su pluralidad.
Cito una frase pronunciada por Venustiano Carranza en el discurso de apertura del
Congreso Constituyente en su sesión del 1 de diciembre de 1916: “La paz y seguridad
de una nación dependen de la clara inteligencia de la ciudadanía”.
3
que no alcanza la representación ciudadana necesaria, al no tener suficientes votos
por sí mismo en las pasadas elecciones federales, sino por mayoría relativa.
Para finalizar mi intervención, doy lectura enfática al párrafo cuarto, del apartado
1, del artículo 41 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos:
“El partido político nacional que no obtenga, al menos, el tres por ciento
del total de la votación válida emitida en cualquiera de las elecciones que
se celebren para la renovación del Poder Ejecutivo o de las Cámaras del
Congreso de la Unión, le será cancelado el registro”.
Gracias.