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Contaminación en México

¿A qué llamamos contaminación?


El término contaminación se refiere a la introducción de cualquier agente —
químico, físico o biológico— cuya presencia o acumulación tiene efectos nocivos en el
entorno natural, la salud y el bienestar de las personas.

Se trata de sustancias ajenas al entorno al que se incorporan, que pueden


afectar la calidad del aire, el agua y/o el suelo. La magnitud de su impacto
generalmente depende de una combinación de aspectos como la cantidad, el tipo
de contaminante, la vía de ingreso y el tipo de medio al que se incorporan.
Se dice que el agua está contaminada cuando los agentes contaminantes
repercuten negativamente en su calidad para el consumo humano, para usos
posteriores o para el bienestar de los ecosistemas. Es la contaminación que ocurre en
cualquier espacio que alberga agua: ríos, lagos, acuíferos o incluso el mar.
La contaminación debida a procesos naturales como arrastre
de hojarasca, partículas, o por el ingreso de gases atmosféricos transportados por la
lluvia, es mínima en comparación con la contaminación que se genera por las
actividades humanas.

Aguas residuales y contaminación


Cada año se vierten a los cuerpos de agua millones de metros cúbicos de
aguas residuales, descargas municipales, industriales y agrícolas tratadas de forma
inadecuada o sin tratamiento alguno. La contaminación del agua tiene un severo
impacto en los ecosistemas y en la salud. Es preciso reducir los volúmenes y mejorar
los procesos de tratamiento, no sólo para procurar el bienestar social y la protección
ambiental, sino también por razones económicas y de seguridad nacional.

En México, las descargas de aguas residuales se clasifican en municipales


(abastecimiento público urbano y rural) y no municipales (otros usos como industria
autoabastecida). Según cifras oficiales, se trata el 52.7% de las aguas municipales
que se generan, y el 32% de las aguas no municipales.
Aunque hay avances es aún insuficiente y existe un volumen indeterminado
de aguas contaminadas que no son colectadas, que se pierden en las redes de
desagüe o que se descargan de forma ilegal directamente al medio. Se calcula que en
2015 el costo económico de la contaminación causada por aguas residuales no
tratadas fue de 57 403 millones de pesos, equivalentes al 0.3% del producto interno
bruto.

La reducción de la contaminación del agua requiere una fuerte inversión en


infraestructura para el tratamiento de las aguas residuales y representaría un ahorro
en cuanto a la atención médica que debe darse al tratamiento de enfermedades
diarreicas provocadas por agua y productos agrícolas contaminados. En 2015
murieron en México 3 754 personas debido a enfermedades infecciosas intestinales.

Invertir en la infraestructura necesaria para incrementar la capacidad de


tratamiento de aguas residuales representa una ganancia a largo plazo al disminuir
los costos de contaminación, sobreexplotación y transportación del agua. Estos
costos irán aumentando progresivamente con el crecimiento de la población –
particularmente en áreas urbanas–, al intensificarse la presión sobre los recursos
hídricos.

Por ejemplo, la Zona Metropolitana del Valle de México presenta un alto


grado de presión y en 2015 requirió una inversión de infraestructura para agua
potable, alcantarillado y saneamiento de 9 173 millones de pesos, monto que
representó el 26% de la inversión hídrica total del país. El uso de aguas residuales
tratadas podría contribuir a cerrar la brecha entre la oferta y la demanda de agua.

Según las proyecciones, en 2030 habrá 9.2 mil millones de metros cúbicos de
aguas residuales que, de ser tratadas y reusadas, reducirían en un 40% la demanda.

Hay dos tipos de sistemas de tratamiento de aguas residuales sustentadas en


procesos biológicos: aerobios y anaerobios. Los primeros proporcionan un medio de
alto contenido de oxígeno para que las bacterias puedan degradar la materia
orgánica de los desechos, son altamente demandantes de energía, generan
muchos lodos y pocos gases resultantes. Los segundos utilizan bacterias que al
descomponer la materia orgánica en ausencia de oxígeno, producen menos lodos y
liberan más gases (metano y dióxido de carbono, amoniaco y ácido sulfúrico) que,
en el marco de una aprovechamiento integral, pueden usarse como combustible.

Agua contaminada, una


amenaza latente en México
Ciudad de México. 27 de octubre de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Si bien
el agua es factor determinante para el desarrollo tanto económico, político y social del ser
humano, también puede ser una amenaza latente para la población y un “dolor de cabeza” para
empresarios y gobernantes. La contaminación del agua puede representar epidemias y
enfermedades crónicas, indicó Citlalli Aidee Becerril Tinoco, investigadora del Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) adscrita al Centro Interdisciplinario de Estudios
Metropolitanos (Centromet).

La especialista en evaluación del impacto ambiental señaló que en México la


contaminación del agua es un problema grave ya que en el país hay 260 sitios clasificados como
fuertemente contaminados, más otros tantos que son considerados como contaminados.

Dichos sitios altamente contaminados se localizan principalmente dentro de las cuencas


hidrológico-administrativas Aguas del Valle de México, Balsas, Lerma-Santiago-Pacífico,
Pacífico-Sur y Península de Baja California, mencionó.

En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, la investigadora resaltó algunos de


los riesgos latentes, principalmente para las ciudades, al tener altos niveles de agua contaminada.
Bibliografía
(15 de septiembre de 2018). Obtenido de https://agua.org.mx/agua-contaminacion-en-
mexico/

Sánchez, V. (15 de septiembre de 2018). Obtenido de


http://www.conacytprensa.mx/index.php/ciencia/ambiente/11179-agua-
contaminada-una-amenaza-latente-en-mexico

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