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Introducción
El proceso psicodiagnóstico es de una importancia fundamental para la
tarea diagnóstica en todas las áreas en las que se desempeña el
psicólogo.
En el área clínica cobra una gran envergadura, el realizar un diagnóstico
antes de comenzar un tratamiento, cuando alguien pide nuestra ayuda.
El psicodiagnóstico es entendido como proceso, conformado por
diferentes momentos que están interrelacionados de una manera
dinámica y flexible, en los cuales participan dos actores “entrevistador –
entrevistado”, brindando la posibilidad a partir de la relación que
establecen, de empezar a construir un “nuevo saber” acerca del
examinado.
En cada uno de sus momentos se vale de diferentes tipos de técnicas
(Entrevista inicial, tests proyectivos, psicométricos y entrevista de
devolución), que nos servirán para recabar información desde distintos
modos de expresión del sujeto, de diferentes aspectos de su
personalidad.
Dependerá del adecuado establecimiento del rol del profesional, que el
sujeto pueda desplegar su singularidad en este espacio, en cualquiera de
los campos que se lleve a cabo (clínico, laboral, forense o educativo).
Un buen juicio clínico es necesario para poder acercarnos a la
singularidad del entrevistado, junto a un adecuado manejo de la
transferencia, contratransferencia, y de los tests y técnicas que conforman
el psicodiagnóstico, concluyendo con la entrevista de devolución.
El psicodiagnóstico implica el reconocimiento de que la administración de
técnicas ocurre dentro de una situación vincular específica, entre el
psicólogo y el consultante (individuo o grupo). Entre ellos media un pedido
que requiere de una respuesta, que puede provenir de marcos jurídicos,
laborales, clínicos, etc.
Ahora bien, si tomamos a importantes referentes de nuestra comunidad
científica podemos pensar la devolución como una entrevista de cierre de
este proceso, sin dejar de tener en cuenta que la misma se propicia desde
la primera entrevista, cuando trabajamos para esclarecer las preguntas
latentes y manifiestas de la demanda que pone en marcha el proceso.
María Esther García Arzeno M., María L. Ocampo y Elsa Grassano nos
brindan pautas técnicas muy importantes para su realización.
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Estas pautas que proceden del ámbito clínico y que por cierto son
valederas, ¿se pueden aplicar de la misma manera en los ámbitos laboral
y forense?
Nosotras creemos que no, dado la especificidad de cada uno de estos
campos, y teniendo en cuenta además que quien solicita el
psicodiagnóstico no es el evaluado, sino un tercero: juzgado o empresa
por ejemplo. Motivo que muchas veces dificulta su realización, (no implica
que no la efectuemos), sino que se ajustará a cada experiencia y ámbito
de trabajo.
Nuestro compromiso desde la ética demanda que esta devolución se
realice. El sentido no es meramente realizar un cierre del proceso, sino la
oportunidad de enriquecer y abrir nuevas posibilidades al sujeto con quien
hemos compartido este encuentro, este espacio de trabajo.
Queremos citar al respecto el código de Ética del Psicodiagnosticador de
ADEIP con relación a lo que dice en el artículo 11: Comunicación de los
resultados de la evaluación:
“A menos que se establezca claramente en el contrato inicial que la
evaluación excluye cualquier tipo de explicación de los resultados (como
ocurre con algunas situaciones de asesoramiento organizacional, o
ciertas evaluaciones de pre-empleo, seguridad o del ámbito jurídico),
comunicará los mismos, utilizando un lenguaje claro acorde a las
características de personalidad del destinatario. En caso de haber
patología de alto riesgo deberá comunicarlo a algún adulto responsable”. 1
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nombrar que disponía de dos o tres horas como máximo para efectuar el
proceso).
El segundo motivo tenía que ver con la idea imperante en muchas
organizaciones en ese momento, de que la devolución de información al
postulante no formaba parte de nuestra tarea, y resultaba una pérdida de
tiempo.
Junto a otra colega psicóloga que trabajaba allí, tuvimos que “luchar”, por
instaurar este espacio. Logramos tenerlo, si bien no era pago, y muchas
veces nos daban horarios imposibles de utilizar. Pero igualmente nuestra
convicción era fuerte, queríamos llevarla a cabo y acudíamos días
después de entregar el informe, a una cita con el postulante tratando de
devolverle “algo”.
En ocasiones algunas personas faltaban sin avisar, pero eran más
aquellas en las que el entrevistado agradecía este espacio; el cual se
podía sostener por haber instaurado un adecuado rapport, un buen
vínculo, durante la evaluación psicotécnica.
Ahora bien ¿qué debíamos devolver?, ¿cuan larga debía ser esta
entrevista?, ¿qué información no podía darse?
Trabajando en equipo con otras colegas, nos apoyábamos y
compartíamos opiniones al respecto. Estudiamos libros o artículos del
tema (Richino, Anzorena Cao, Celener), que se dedican al área laboral y
empezábamos a conocerlos. También leíamos a importantes psicólogos
clínicos: Ocampo, Arzeno, Leibobich de Duarte, Lunazzi, Verthely etc.,
quienes nos aportaron importantes conocimientos que nos ayudaron a ir
clarificando algunas ideas sobre este método de trabajo.
Actualmente lo primero que devuelvo es respecto a sus fortalezas,
comenzando por la buena disposición para la tarea, la posibilidad de
realizarla a pesar de lo difícil de algunos ejercicios, arribando luego hacia
aspectos más propios de su subjetividad. También le pregunto cómo se
sintió, porqué su interés en esta instancia, qué piensa al respecto. De esa
manera se genera un espacio de trabajo movilizante y fructífero para
ambos.
En algunas ocasiones si la persona necesita atención psicoterapéutica,
ella misma toma insight y solicita ayuda. En tal caso la escucho, la oriento
y de ser factible la derivo a un colega.
En el caso de jóvenes profesionales, o de personas sin mucha
instrucción, que deben pasar por esta situación, el devolverles algo de lo
que pueden mejorar, y afirmar otros puntos en los que tuvieron un buen
desempeño, son posibilidades muy importantes que se abren hacia su
futuro.
En cada organización en la que trabajé fui negociando la realización de
este proceso, explicando fundamentalmente que no hablaría de las
posibilidades del entrevistado con respecto a cubrir la vacante a la que
aspira, ni daría información de la empresa.
Fundamento el pedido argumentando que hacer sentir a la persona
escuchada y tenida en cuenta como sujeto, aporta a la imagen de la
organización, independientemente que acceda o no a un puesto en la
compañía. Con el tiempo fui logrando que acepten esta parte de nuestro
trabajo; si bien al principio muchas veces los Encargados o Gerentes de
RRHH observaban la situación con recelo.
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En general, una vez que se dan cuenta que la devolución no afecta los
intereses de la organización, acceden a que la realice.
Desde hace algunos años ya no los cito otro día, sino que trabajo en el
momento, una vez terminada la administración de todo el material.
Procuro en primera instancia que la persona se relaje. Brindándole
algunas herramientas sobre sus puntos fuertes y aspectos a mejorar,
teniendo mucho cuidado de respetar su timing.
Muchas veces son devoluciones sencillas y no duran más de 20 minutos,
pero si se propicia una buena relación, con un buen manejo de la
transferencia y contratransfencia, se puede lograr que el sujeto se lleve
algo positivo de todo lo que dio, que sienta este espacio, este
“acontecimiento” como lo denomina Etel Kacero, como un paso más en su
búsqueda laboral, en el cual también puede aprender.
Este es el camino que recorrí hasta ahora, pero queda abierta la idea de
explorar nuevas propuestas y enriquecerlas, creo que debemos seguir
investigando, aprendiendo y trabajando sobre ello.
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práctica a la que hacemos referencia. Ya que es en el Informe donde se
materializa la pericia misma, dando respuesta a los puntos que nos
solicitan.
En este recorrido que vengo realizando surge el interés de compartir con
ustedes un modo posible de trabajo. Esto en función de considerar que el
Informe, al ser parte del proceso judicial, toma carácter público en el
momento en que lo presentamos y lo ingresamos en el expediente, siendo
que consta de un material clínico referido al estado psíquico de quien
evaluamos. En este punto me orienta un principio ético referido a que,
previo a que el Informe tome carácter público, sea el mismo interesado
(aunque no haya surgido la demanda de sí mismo) quien en primer lugar
tome conocimiento de los aspectos evaluados.
En función de las particularidades de cada caso veo de qué modo
organizo la devolución, al ser en general un momento de culminación de
los encuentros, suele ser algo acotado, pero sobre todo la hago en las
situaciones en que de la evaluación surge la necesidad de una indicación
de tratamiento psicoterapéutico.
Me he encontrado con situaciones donde los peritados no consideraban
posible un tratamiento psicoterapéutico debido a limitaciones económicas,
desconociendo las posibilidades de recurrir a ámbitos públicos
Además tomando en consideración lo planteado al inicio, respecto a la
construcción de una relación vincular, en todo espacio psicodiagnóstico;
muchas veces he concluido que el mismo proceso ha funcionado al modo
de un espacio tanto diagnóstico como psicoterapéutico, lo cual ha
favorecido el insight del peritado para escuchar de la devolución una
necesidad de recurrir a un espacio clínico para elaborar subjetivamente y
tramitar lo que no ha podido hacer con recursos propios.
A la vez en cada caso construyo una devolución en general acotada una
vez finalizada la toma de la batería de técnicas, en donde además de lo
ya referido les propongo que en el caso en que lean el Informe y les surja
alguna pregunta, inquietud o planteo sobre lo escrito en el mismo, puedan
ponerse en contacto nuevamente conmigo para concretar otro encuentro
con el objetivo de despejar inquietudes posibles.
De esta manera ubico el trabajo clínico sostenido en una ética profesional.
Por último queremos situar que estas jornadas nos invitan a reflexionar
sobre la investigación en Psicodiagnóstico teniendo en cuenta “El vínculo
en el origen y desarrollo de la investigación” Poniendo acento en lo
vincular como uno de los pilares de nuestra tarea, es que abogamos por
la realización de un espacio de devolución en todo proceso
psicodiagnóstico, en la medida que sea posible, en los diferentes ámbitos
que nos competen como psicólogos.
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Bibliografía consultada:
- Anzorena Cao A. “15 pasos para la selección de personal con éxito”. Ed.
Paidós Empresa 1996