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Oh bendito y bienaventurado san Pantaleón,

mártir por amor a Dios y médico por amor al prójimo


que hiciste tanto bien cuando estabas en la tierra
sanando enfermedades y padecimientos
a quien a ti llegaba y solicitaba tu ayuda,
hoy invoco con fe y esperanza tu glorioso nombre
pues sé que Dios te concedió el don
de ser nuestro valioso y poderoso mediador,
y a través de ti, desde las Alturas,
concede numerosos milagros y obra maravillas
en favor de los enfermos.
Buen san Pantaleón,
aclamado por los muchos milagros que obraste,
tu que eres poderoso protector de los enfermos
y benéfico patrón de los médicos,
ruega por la sanación total de .......
que ahora está tan necesitado-a de salud,
bendice las manos de sus médicos
y haz que sean efectivas las medicinas que le administran,
que no carezca de los mejores cuidados
aleja de ....... los dolores y sufrimientos,
dale ánimo, energía y esperanza
para que no decaiga y crea en su curación.
San Pantaleón, por tus méritos,
por tu gran corazón y generosidad
te ruego hagas llegas mis peticiones a Dios
y consigas sean escuchadas cuanto antes.
Así sea.
Oh Dios Omnipotente, Tu que nos das salud
y eres nuestra fortaleza,
no nos desampares en esta ocasión,
no apartes tu mirada de este siervo tuyo que te necesita,
no dejes que la enfermedad agote más su cuerpo
y por la intercesión del milagroso médico Pantaleón,
conforta el cuerpo y el alma de .......
que ahora está padeciendo una dura enfermedad.

Padre Todopoderoso que con amor nos cuidas


envía tu poder curativo para que ....... recobre la salud.

Señor, por la intercesión del joven San Pantaleón,


que por defender tu honor y no abandonar su fe
cayó bajo los crueles golpes de sus perseguidores,
te pedimos ayudes a …….
para que en breve recupere su vitalidad
y salga de su cuerpo toda enfermedad,
para que pueda alabarte y bendecirte
por los siglos de los siglos.
Te lo pedimos por tu Hijo Jesús,
que es la salud y Luz del mundo.
Así sea.
Rezar tres Padrenuestros, Avemaría y Gloria.
Repetir la oración y los rezos tres días seguidos.
San Jorge guerrero valeroso,
que defendiste a la princesa de la Capadocia,
al abatir con tu lanza al feroz dragón,
te solicito humildemente
que vengas en mi auxilio
y me protejas de las acechanzas del demonio,
los peligros, las dificultades, las aflicciones.

Cobíjame bajo tu manto, poderoso santo,


escóndeme de mis enemigos,
de mis perseguidores, de las envidias,
magias, hechizos y maleficios.

Protegido con tu manto,


caminare a través de los mares y la tierra,
noche y día, mes a mes, año tras año,
y mis enemigos no me verán,
no me oirán, no me seguirán.

Bajo tu protección no caeré,


no me perderé, no sangraré.

Igual que Nuestro Dios; Salvador


estuvo nueve meses protegido
en el vientre de la Virgen María,
así yo estaré protegido bajo tu manto,
teniéndote delante de mí,
armado con tu lanza y tú escudo.

Amén.

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