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LECCIONES DE CASA DE VIDA.


CENTRO DE VIDA LOMAS, A.C.

Alaben a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre


es su misericordia. 2 Díganlo los redimidos de Jehová,
los que ha redimido del poder del enemigo, 3 Y los ha
congregado de las tierras, del oriente y
del occidente, del norte y del sur.

Salmos 107.1-3.

¡SOY UN REDIMIDO!

> OBJETIVO DE LA LECCIÓN:


• Reconocer que hemos sido redimidos por Cristo, para heredar bendición.

> INTRODUCCIÓN:
Hay muchas cosas que tenemos que aprender de la Palabra de Dios. La Palabra
tiene que ser revelada a nuestra vida, para vivir de forma distinta a la que viven los
que no conocen a Jesús. Tenemos que ser un TESTIMONIO REAL Y VERDADERO
de la redención en CRISTO. ¡Que nuestro matrimonio y nuestro carácter sean
diferentes, que nuestro propósito de vida y condición financiera sean diferentes!;
porque le pertenecemos al Señor.

1. ¡SOMOS REDIMIDOS!
Jesucristo nos redimió con su Sangre preciosa, para hacernos reyes y sacerdotes;
y un día no muy lejano, regresará a la tierra, para redimirla totalmente.

Apocalipsis 5. 8-10. Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los
veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y
copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; 9 y cantaban
un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos;
porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo
linaje y lengua y pueblo y nación; 10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y
sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.
> ¿QUÉ SIGNIFICA EL TÉRMINO REDIMIDO?
En la antigüedad, muchos países traían gente del Africa y de otros lugares para
trabajar en sus tierras como esclavos. A su llegada, eran exhibidos como si fueran
mercancía; ahí eran inspeccionados para ser comprados por los terratenietes. En
algunos casos, los menos, gente de buenos sentimientos compraba algunos, para
dejarlos en libertad.

Algo similar nos ocurrió a ti y a mi en lo espiritual. El Señor nos encontró como


esclavos del diablo, sumidos en tinieblas y sin esperanza alguna. Jesús llegó a
nuestra vida y con su Sangre, nos compró, nos redimió para dejarnos libres.

Efesios 2. 12-13. En aquel tiempo estaban sin Cristo, alejados de la ciudadanía de


Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
13
Pero ahora en Cristo Jesús, ustedes que en otro tiempo estaban lejos, han sido
hechos cercanos por la sangre de Cristo.

Aceptar a Jesús como Señor y Salvador, significa reconocer que Él nos compró,
que Él es ahora nuestro dueño. Antes de Jesús, el diablo era nuestro amo, y nos
tenía sumidos en pecados y tormentos diversos; pero ahora hemos sido
redimidos, comprados del mercado de esclavos, con su propia Sangre. El pago
efectuado fue altísimo, la misma vida del hijo del Dios viviente.

2. LE PERTENECEMOS A JESÚS.
Si Cristo nos redimió, ¿a quién le pertenecemos ahora? A Él. Hemos sido
redimidos, el precio fue pagado, ahora le pertenecemos a Dios. Nos compró en
espíritu, alma y cuerpo. Compró nuestro corazón, mente, emociones, voluntad,
cuerpo, todo lo que somos; aún nuestros pecados y debilildades fueron
comprados y pagados por el Señor, para trasladarnos a su reino y sentarnos
juntamente con Él los lugares celestiales.

Efesios 2. 4-6. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que
nos amó, 5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente
con Cristo (por gracia son salvos), 6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo
nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.

Ahora pertenecemos al Reino de Dios. Ya no somos de este mundo, somos gente


sobrenatural, llamados a honrarlo, trayendo el cielo a la tierra, haciendo su
voluntad.

1 Corintios 6.19-20 (NTV). ¿No se dan cuenta de que su cuerpo es el templo del
Espíritu Santo, quien vive en ustedes y les fue dado por Dios? Ustedes no se
pertenecen a sí mismos, 20 porque Dios los compró a un alto precio. Por lo tanto,
honren a Dios con su cuerpo.

Legalmente ya somos redimidos, sanos, libres, santos, prósperos; el reto es


experimentarlo en nuestra vida diaria; y para ello necesitamos fe, y revelación de
las abundantes promesas que tenemos en Cristo. Es cuando conocemos la
voluntad de Dios, que nuestra fe se activa. En este preciso momento nuestra fe se
está fortaleciendo, por la Palabra de Dios. 2 Pe.1.4.

3. LA REVELACIÓN DE SU REDENCIÓN.
¿Cómo vivir la redención en nuestra vida? Ecuchando la Palabra, creyéndola y
hablándola, proclamándola, y aun gritándola ante la adversidad: ¡SOY UN
REDIMIDO, CRISTO ME HA REDIMIDO DE LA MUERTE! Cuando venga el
síntoma, la enfermedad, el problema económico, la desavenecia en el matrimonio,
con los hijos, etc.; parémonos ante Dios y la circunstancia y declaremos: ¡SOMOS
REDIMIDOS!

¿Qué te está afectando, que te entristece hoy? ¿Qué te hace sufrir, o te ataca?
¿Qué es lo que no has podido cambiar, o resolver? Párate delante del diablo, y
grítale: ¡SOY UN REDIMIDO! ¡VETE DE MI DIABLO, ESTÁS DERROTADO! Soy
redimido del pecado, la pobreza, la enfermedad, la ira, la esterilidad, el fracaso,
cualquier opresión. ¡Díganlo los redimidos! Sal. 107.2. Solamente nosotros
podemos hacer esta declaración, sólo los que hemos aceptado a Cristo como
Señor y Salvador, quienes hemos sido lavados por la Sangre del Cordero.

> LA REVELACIÓN DE LA REDENCIÓN.


Efesios 1. 3-11. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo
con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4 según nos escogió en
él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de
él, 5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de
Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6 para alabanza de la gloria de su gracia,
con la cual nos hizo aceptos en el Amado, 7 en quien tenemos redención por su sangre,
el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, 8 que hizo sobreabundar para con
nosotros en toda sabiduría e inteligencia. 9 dándonos a conocer el misterio de su voluntad,
según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, 10 de reunir todas las cosas
en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los
cielos, como las que están en la tierra. 11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido
predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su
voluntad.

> YA HEMOS SIDO BENDECIDOS: Con toda bendición espiritual en Cristo.


La bendición que se perdió con el pecado de Adán, la presencia y la posición
perdida, nos es devuelta en Cristo. No dice que hemos sido bendecidos en un
arcángel, en María, o en san Juan. Sólo en Cristo, quién derramó su Sangre, pagó
el precio, y nos redimió de la maldición.

> DIOS NOS ESCOGIÓ EN CRISTO:


Desde antes de la fundación del mundo. Millones de años atrás, ya estábamos en
la mente y corazón del Padre, para ser comprados y hacernos santos y sin
mancha para Él.
> NOS PREDESTINÓ POR AMOR:
Para ser sus hijos e hijas, no para ser esclavos. Ahora somos propiedad de Dios.
Tenemos el sello del Espíritu Santo. Lo hizo porque lo quiso, nos escogió porque
quiso. Dios no pagó por los ángeles o por el cielo, Dios pagó por ti y por mí.

> PARA QUE LO ALABEMOS:


Porque derramó abundante gracia sobre nosotros. Dios compró nuestra libertad
con la Sangre de su Hijo, perdonó nuestros pecados, y desbordó su sabiduría y su
entendimiento sobre cada uno.

> TENEMOS HERENCIA:


Dios constituyó a Jesucristo heredero de todo y nosotros somos herederos,
juntamente con Cristo Jesús; así que también somos herederos de todo. La
Sangre de Jesús da testimonio de que somos redimidos, que fuimos comprados,
rescatados de la esclavitud al pecado, de la muerte eterna y redimidos de las
maldiciones de la desobediencia. Ga.3.13.

Oseas 13. 14. De la mano del Seol los redimiré, los libraré de la muerte. Oh
muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh Seol; la compasión será
escondida de mi vista. (1)

CONCLUSIÓN:
Alabemos al Señor porque el es bueno y su misericodia es para siempre. Los
redimidos tenemos que confesarlo, hablarlo y vivir como redimidos. ¡Díganlo los
redimidos! Los que han sido librados de la mano del enemigo, de la esclavitud, de
la opresión del diablo, de la opresión del mundo. Nuestra liberación está tan ceca
como nuestro corazón y nuestra boca lo estén.

> DECLAREMOS CON FE Y EN VOZ ALTA: ¡Estoy redimido de la


depresión! La depresión no es para mí. Yo he sido redimido de la enfermedad
____________________, de la escasez, de la ____________________.

¡Que lo oiga el diablo, que lo oigan las tinieblas! Yo estoy redimido de la falta de
trabajo, de la violencia, de la gripa, de todo pecado (mencionalo), del pecado de
robar, de la religiosidad, de la ira, soy redimido de toda adicción, del cáncer, de la
presión alta, de la colitis, del enojo, de los pleitos, de los temores, de los miedos,
de todo pecado de inmoralidad sexual, de la pornografía, de la seducción, de la
inestabilidad. ¡Soy redimido de toda tontería y estupidez! En Cristo Jesús.

¡Dilo en voz alta con la fe y la seguridad de que la obra redentora realizada en la


Cruz del Calvario fue a tu favor. ¡Cristo es mi Redentor!
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Centro de Vida Lomas A.C. Director: Arq. Gabriel Acero. Tel. 5563 1593 CDMX. Rev. 1/2017.


(1) Citas: Biblia Reina Valera Revisada (1960), (E.U.A.: Soc. Bíblicas Unidas) 1998. Conjugación verbal en lenguaje actual.

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