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Facultad de ciencias de la salud

Licenciatura en enfermería
Modalidad a distancia

Asignatura: metodología de acceso al conocimiento II

Titular: Prof.Lic.Paola G. Tantone.

Tutor: Lic. Bóbeda Juan

Alumno:

Localidad:

Mail:
Trabajo practico n°3

Tema: “producción de un texto argumentativo”

Alumno: Juarez Mauricio Jesús

Consigna: Escriba un texto argumentativo que sostenga la siguiente tesis: “Una


dieta balanceada favorecer el desarrollo del niño”.

TESIS

Todos sabemos bien que en los últimos veinte años, nos hemos visto
bombardeados por todo tipo de dietas mágicas, sobre todo cuando se acercan los
días de calor, y que prometen hacernos ver magníficamente bien en un abrir y cerrar
de ojos.

Pero poco o casi nada hemos visto o escuchado sobre alimentación saludable para
el niño en crecimiento. Es aquí donde considero que los padres deberíamos hacer
hincapié, y prestar más atención, consultando siempre con los profesionales
indicados (pediatra, nutricionista, etc.)

Recordemos que en este proceso de crecimiento y desarrollo del niño, necesita un


acompañamiento amoroso e inteligente, que le provea de lo necesario para su
existencia, en momento que lo requiera en cantidad y calidad suficientes.

Cuando hablamos de crecimiento y desarrollo tenemos que tener en cuenta que


existen varias etapas donde la alimentación va ir variando de acuerdo a la etapa en
que niños se encuentre.

La nutrición adecuada para el lactante, el niño y el adolescente tiene efectos


inmediatos sobre el bienestar para estos, y es lo que va permitir un desarrollo
normal con consecuencias a largo plazo en la salud de nuestros hijos, para cuando
lleguen a la adultez. Por ello es muy importante vigilar el crecimiento del niño en la
infancia para asegurarse que reciba suficientes calorías y nutrientes adecuados y
evitar que le sobre o le falte peso.

DEMOSTRACION

En primer lugar sabemos que cuando nace el niño, la alimentación más adecuada
es únicamente la leche materna por excelencia, puesto que está diseñada para
satisfacer todas sus necesidades alimentarias hasta los 6 meses de vida. A partir de
aquí iremos incorporando gradualmente y poco a poco alimentos sólidos con
cuchara, este es un momento decisivo en que el lactante aprende a aceptar
distintos sabores y texturas y solo le ofrecemos un alimento a la vez, siempre en
forma de papilla. No es casualidad que su disposición para esta experiencia, en
general corresponda a una necesidad física de completar las calorías y nutrientes
de la leche materna.

Ya en el segundo año de vida del niño come una mayor variedad de alimentos.

Posiblemente ya le hayan salido casi todos los dientes, el niño está listo para
masticar nuevos alimentos. Estos no deben ser en forma de papilla, ahora deben
estar cortados en trozos muy pequeños o tiras diminutas. Comienzan a tomar leche
en taza y alimentos frescos.

Es ahora donde se debe ir incorporando de a poco buenos hábitos, pues estos van
a perdurar en el tiempo. El comer en familia, con otros niños de la edad estimula el
apetito y esto ayuda a la incorporación de nuevas texturas, colores y sabores; este
es el momento para incorporar alimentos saludables.

En segundo lugar tenemos al niño que comienza a ir a la escuela, aquí no


solamente debemos poner énfasis en reforzar los buenos hábitos alimentarios, para
evitar de esta manera que el niño consuma “comida basura” con calorías vacías
(gaseosas, golosinas, etc.…).

Deben consumir alimentos de todos los grupos alimentarios en el número adecuado


de raciones. Teniendo en cuenta que el desayuno es el alimento vital, pues
mantiene la mente alerta hasta la hora de la comida. La variedad de los alimentos es
muy importante, ya que evita que el niño se aburra de comer siempre lo mismo. Esta
es el momento ideal para enseñarle a su hijo a través del juego a preparar alimentos
con la familia ya que los niños adquieren sentido de orgullo y control, permitiéndoles
adquirir habilidades que conservara toda su vida.

Por ultimo debemos contemplar la alimentación de los adolescentes, que va desde


los 11 a los 18 años aproximadamente, el cual incrementa aún más sus
necesidades nutricionales. Las chicas de 11 y 14 años y los muchachos entre 12 y
15 años sufren importantes cambios físicos y psicológicos que afectan sus
conductas y sus necesidades alimentarias. Sus requerimientos de energía y de
alimento aumentan, aunque difieran según el género, los dos sexos requieren más
cantidad de calcio y hierro en esta etapa. El deseo de independencia, la resistencia
a la autoridad y el desarrollo de un razonamiento lógica son propios de los
adolescentes hay que tenerlos en cuenta al atender sus necesidades alimentarias y
de conductas.

Los adolescentes tienen mayores necesidades alimentarias y de energía mientras


crecen hacer mucho ejercicio incrementa aún más las necesidades de energía. En
las mujeres sanas la menstruación suele empezar un año después de iniciada la
etapa de crecimiento rápido. Al menstruar aumenta sus necesidades de hierro y
proteínas así como de minerales, propios del crecimiento rápido. En el varón la
masa muscular aumenta en comparación con las mujeres, lo cual exige un consumo
de más proteínas, calorías y nutrientes en general, excepto hierro.

Si la alimentación del adolescente es inadecuada, corre más riesgo de deficiencia


mineral y vitamínica sobre todo de calcio y hierro. La mayor necesidad de calcio
ocurre en la lactancia, cuando se da el primer crecimiento acelerado y en la
adolescencia. Estos procesos son activados por cambios hormonales propios de la
pubertad y su respetivo crecimiento rápido.

Casi todos los adolescentes deciden por su cuenta que comer, consiguen comida
chatarra rica en calorías y quizás prefieran actividades sedentarias, si alguno de sus
padres tiene sobrepeso su hijo corre mayor riesgo de sufrir presión alta y diabetes.
Por ellos es crucial que pensemos en la salud futura de nuestros hijos y
comprometernos a comer en familia, y contribuir en la preparación de alimentos
saludables, sin comida rápida ni chatarra, y a tener más actividad física, enseñaran
y ayudaran al adolescentes a tener una buena calidad de vida y empezar a hacerlo
en esta etapa fomentara su continuidad en la edad adulta.

Conclusión

Finalmente podemos decir que la alimentación saludable es la base de un cuerpo


sano, en todas las etapas de la vida, la buena nutrición puede influir en cómo nos
sentimos a diario y en cómo nos sentiremos en un futuro.

Crear hábitos saludables al comer desde pequeños, enseñando y fomentando el


interés por la comida, cocinando juntos a ellos, invitándolos a probar nuevos
alimentos y asegurarnos de que conocen la diferencia entre la comida saludable y al
no saludable. Pero sobre todo siendo nosotros los padres un buen ejemplo para
nuestros hijos.

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