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Dios es quien suple todas nuestras necesidades diarias de todas sus criaturas, a pesar de
nuestras imperfecciones y pecados cometidos, en su infinita misericordia nos sigue amando,
es lento para la ira y grande en misericordia. Bajo a este mundo para proclamar la libertad a los
cautivos, se revistió de la naturaleza del hombre para poder simpatizar con ellos. Su misión era
salvar las almas caídas, no hay mayor amor que el Padre haya dado a su hijo por amor a
nosotros para redimir nuestros pecados.
Es imposible que por nuestra propia voluntad salgamos del hoyo del pecado en cual
estamos sumidos, únicamente Dios es quien puede atraernos a la santidad con su
poder, por nuestras propias fuerzas es imposible. Cristo en compañía de sus ángeles
trabajan para hacer que los perdidos vuelvan a casa.
Dios nos invita a entregarnos a Él para que pueda cumplir su voluntad en nosotros, al
consagrarnos debemos renunciar a todo lo que aleje de Dios nuestro corazón. Al dar nuestra
voluntad a Cristo tendréis fuerza de lo alto para sostenernos firmes y para vivir una vida nueva.
Jesús dijo: “todo cuanto pidieres en la oración creed que lo recibiste ya; y lo tendréis”. Satanás
está presto para quitarnos la bendita seguridad que Dios nos da. Acercaos a Dios expresándole
vuestra confesión y arrepentimiento y El se acercara a vosotros con misericordia y perdón.
Cuando el corazón ha sido renovado por el espíritu de Dios el hecho se revela en la vida. Los
que llegarían ser nuevas criaturas en Cristo producen frutos de su espíritu amor, Solo la gracia
de Cristo por medio de la fe puede hacernos santos, cuando el hombre es renovado a la
imagen del que lo creo se cumplen en El la promesa del nuevo pacto.
Capitulo 8 “El secreto del crecimiento”
Si el hombre no naciere de nuevo no puede ser hecho participante de la vida que Cristo vino a
dar, como la rama depende del tronco principal para su crecimiento y fructificación así también
vosotros necesitáis el auxilio de Cristo para podéis vivir una vida santa. Jesús dice: “Separados
de mi nada podéis hacer” nuestro crecimiento en la gracia, nuestro gozo nuestra utilidad
depende de Cristo. Conságrate a Dios todas las mañanas has de esto tu primer trabajo, pon tu
vida cada día en manos de Dios y ella sea cada vez mas semejante a la de Cristo.
El amor al Señor Jesús se manifestara por el deseo de trabajar así como el trabajo para
beneficiar y elevar a la humanidad. Los que son participantes de la gracia de Cristo estarán
dispuesto a hacer cualquier sacrificio para que los otros por quienes el murió compartan el don
celestial. Los que así participan en trabajos de amor son los que más se acercan a su creador.
Orar es el acto de abrir nuestro corazón a Dios como un amigo. Dios esta pronto y dispuesto a
oír a la oración de sus hijos. El corazón debe estar abierto a la influencia del espíritu de otra
manera no puede recibir las bendiciones de Dios. Cuando nos parezca que nuestras oraciones
no son contestadas debemos aferrarnos a la promesa. Debemos orar siempre si queremos
crecer en fe y en experiencia. Orar sin cesar es mantener una unión continua de alma con Dios
de modo que la vida de Dios fluya a la nuestra. Elevando el alma a Dios mediante la oración
sincera podemos cerrar la entrada a toda imaginación impura y a todo pensamiento impío,
presentad a Dios nuestras necesidades, tristezas, gozos, cuidados y temores. Llevadle todo lo
que confunda nuestra mente.
Dios nos ha quitado toda posibilidad de dudar, nos ha dado en las santas escrituras pruebas
suficientes de su carácter divino y no debemos dudar de su palabra porque no podamos
entender los misterios de su providencia. El quiere que aun en esta vida las verdades de su
palabra se vayan revelando de continuo a su pueblo. Cuando nos acercamos a la escritura
nuestra razón debe reconocer una autoridad superior a ella misma y el corazón e inteligencia
deben postrarse ante el gran Yo Soy.
Capitulo 13 “La fuente de Regocijo y Felicidad”
No es sabio reunir todos los recuerdos desagradables de la vida pasada, sus iniquidades y
desengaños para hablar de esos recuerdos y llorarlos hasta quedar abrumados. Hay almas
valientes que son acosadas por la tentación casi a punto de desmayar, no las desalentéis en su
dura lucha, alegradlas con palabras de valor, ricas en esperanza, de este modo podéis reflejar a
la luz de Cristo. Jesús es nuestro amigo, todo el cielo está interesado en nuestro bienestar, El
nos prometió su ayuda, pero sin eximirnos de hacer lo que este de nuestra parte. Si Dios el
artista sublime, da a las flores sus delicados colores variados ¿cuánto mayor cuidado no tendrá
por aquellos a quienes creo a su propia imagen? Y antes de mucho las puertas del cielo se
abrirán para recibir a los hijos de Dios, y de los labios del rey saldrá la dulce invitación: venid
benditos de mi padre, poseed el reino destinado para vosotros desde la fundación del mundo.