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EVOLUCIÓN DEL TRANSPORTE

Ensayo

Elba Álvarez Miranda

Antes de que se hubiera descubierto cualquier otro medio de viajar, las personas se

desplazaban caminando. Pero viajar a pie era lento y para recorrer largas distancias

se tardaban días, semanas, meses y hasta años. En algunas partes del mundo como

en Egipto y en Roma, los faraones y los emperadores romanos eran llevados en literas

por los esclavos, así evitaban caminar. El hombre para acortar distancias y llevar

cargas empezó a utilizar a los animales. En los desiertos utilizaban los bueyes, asnos

y camellos debido a la capacidad de resistir largas jornadas sin beber agua;

igualmente en algunos países en el Norte de Europa empleaban a los renos por su

agilidad al moverse en la nieve; por otro lado cerca del Polo Norte se entrenaban

perros para tirar los trineos; adicionalmente en las zonas montañosas se recurría a las

llamas y en otras partes del mundo a los elefantes, caballos, etc. (Grupo Grijalbo-

Mondadori, 1992), sin embargo el tamaño y el peso de la carga siempre fue limitada.

Con el tiempo las necesidades del hombre fueron aumentando al querer multiplicar la

cantidad de material transportado, de esta manera empleó de forma diferente

elementos (troncos rodantes) que facilitaron el transporte de personas y de cargas

hasta que inventó la rueda. (Respuesta a todo). Actualmente es incierta la fecha y el

creador de la rueda. No obstante el deseo del hombre de explorar, conocer otras

tierras e intercambiar productos, fueron motivos suficientes para seguir buscando

formas diferentes de transportarse, no solo por tierra sino por mar y aire. Surgieron

entonces los primeros barcos, el barco en hierro, el submarino, los carros y ómnibus

tirados por caballos, la bicicleta con pedales, la motocicleta, la locomotora de vapor, el

automóvil con motor a gasolina, el globo, el dirigible, el hidroavión, el avión de carga

hércules, el cohete espacial.


Desde el Tratado de Roma, el transporte ha sido uno de los primeros ámbitos

políticos comunes de la Comunidad Económica Europea. Pero el Tratado no definía el

contenido de una política común de transportes, ya que los Estados miembros debían

acordar cómo formularla. Los progresos fueron muy lentos hasta los años ochenta, en

gran parte porque los gobiernos se mostraron reacios a ceder el control de sus redes

de transporte nacionales y también a causa de grandes diferencias entre las normas

y las estructuras de transporte de cada país. Tras la frustración derivada de más de 25

años de una legislación incompleta, el Parlamento Europeo tomó la iniciativa sin

precedentes de llevar al Consejo de la Unión Europea ante el Tribunal de Justicia de la

Unión Europea por su fracaso a la hora de desarrollar una política común de

transportes. Con su sentencia de mayo de 1985, el Tribunal dio cierto impulso político

y, por último, empezaron a realizarse avances hacia una política común.

La sentencia judicial de 1985 tuvo como consecuencia inmediata la publicación por la

Comisión Europea del Libro Blanco sobre el mercado interior, en el que se hacía

referencia específica al transporte y a determinados objetivos que debían alcanzarse

antes de 1992.

En 1986 el Acta Única Europea sustituyó el voto por unanimidad de la UE por el voto

por mayoría cualificada en materia de transporte aéreo y marítimo, lo que permitió

levantar el bloqueo político de décadas anteriores.

1992: el Tratado de Maastricht creó las redes transeuropeas e incorporó los requisitos

de protección del medio ambiente en la política de transportes, un avance que se vio

reforzado en el Libro Blanco de la Comisión de ese año sobre la política común

de transportes. Se insistió en el principio de la movilidad sostenible y en el objetivo de

la apertura de los mercados de transporte a la competencia. En 1992, se habían

establecido las bases de una política común de transportes.


En 1997 el Tratado de Ámsterdam introdujo en los transportes más medidas de

protección medioambiental y otorgó al Parlamento Europeo competencias de

codecisión con el Consejo en casi todos los aspectos de la política de transportes.

En los años siguientes, la Comisión analizó las diferencias nacionales y regionales en

los costes de transporte, las tarifas y los precios en un intento de crear un entorno más

favorable para la competencia.

Sin embargo, el transporte internacional español ha tenido una mejor evolución que el

transporte interior durante la crisis, debido, en gran parte, a la fuerza que ha adquirido

el sector exterior del país en los últimos diez años.

Esta internacionalización de la actividad se viene produciendo de manera clara, indica

el estudio, para las empresas de transporte por carretera que han ampliado

sustancialmente su actividad internacional desde 2008, debido fundamentalmente a su

mayor competitividad con relación a las empresas del sector de otros mercados

europeos y a la posición periférica de España con respecto a los mercados europeo,

que hace que los transportistas españoles copen el 63% de las toneladas que se

mueven hacia o desde los mercados exteriores.

En este sentido, el trabajo concluye que la tendencia de los mercados internacionales

a una mayor competencia y concentración en los mercados de transporte genera

desafíos importantes para las empresas españolas debido a su estructura y

dimensión.

Hoy más que nunca, la infraestructura de transportes es un requisito esencial para el

desarrollo. Distintos fenómenos lo demuestran. La globalización, el proceso de

liberalización comercial y las nuevas formas en que fluye la información son algunos

de ellos. Por ejemplo, el gran incremento en el volumen de intercambios mercantiles

desde la aparición de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 1994 ha estado

sostenido, entre otras cosas, por la construcción de puertos, carreteras, vías


ferroviarias y aeropuertos. Los barcos cargueros, contenedores, aviones y camiones

de carga han aumentado en número y tamaño. Además, su uso es más eficiente

gracias a mejoras técnicas y nuevas formas de operación. Por otro lado, el nacimiento

de modelos de negocios como el comercio electrónico ha supuesto una mayor

dependencia de la infraestructura de transporte, pues bajo ese modelo son los bienes

los que se mueven, en lugar de las personas.

La globalización y la liberalización comercial han derivado también en la creación de

nodos económicos regionales, redes comerciales y conexiones de negocios alrededor

del mundo, para lo cual ha sido necesario invertir en infraestructura física como la de

transportes. Asia —particularmente las regiones del este y el sudeste— es sin duda

una muestra de ese fenómeno; se trata de una zona donde el desarrollo de

infraestructura de transportes ha sido considerado un factor clave. Su rápido

crecimiento económico y su estrategia de integración a las cadenas globales de

producción se han basado en esta visión.

La profunda integración económica en las regiones del este y el sudeste asiáticos ha

estado impulsada por una dinámica de desagregación y traslado de industrias de un

país a otro. Algunas industrias que nacieron en Japón se trasladaron paulatinamente,

en diversas medidas y de manera natural hacia algunos de los llamados tigres

asiáticos, como Corea del Sur, Taiwán o Singapur. Desde estos países, algunas

cadenas han pasado a su vez a China o Malasia, y de China se están moviendo en la

actualidad hacia el sudeste. Este proceso ha resultado en la creación de importantes

centros y clusters manufactureros (en China, Taiwán, Corea del Sur, la Asociación de

Naciones del Sudeste Asiático: ASEAN, por sus siglas en inglés), centros de

innovación (Japón, Corea del Sur, Taiwán), centros logísticos (Hong Kong y Singapur),

centros financieros (Hong Kong y Shanghai) y centros de consumo (China e India). La

suscripción de numerosos tratados de libre comercio entre los Estados de la región se

ha traducido en una mayor interconexión y dependencia económicas.


Concluyo con este análisis, que el desarrollo del transporte evolucionó gracias a la

curiosidad del hombre, siendo este un ser de curiosidad insaciable que lo largo de su

existencia no ha descansado hasta lograr el dominio del medio que le rodea. De

moverse con sus propios pies llegó a surcar los mares y el cielo recorriendo distancias

que alguna vez fueron inimaginables. Esta evolución de descubrimientos e inventos

fue en realidad muy lenta, ya que no debemos de olvidar que nuestros orígenes (la

prehistoria) es el período más largo de nuestra historia, colmado de penurias y en el

cual los inventos se sucedían de forma muy casual. Pero en nuestros días, sobre todo

desde la Revolución Industrial nuestra sociedad ha evolucionado tan rápido y tan

notablemente que hoy en día podemos llegar allí donde queramos.

Los medios de transporte son un punto fundamental de nuestra historia y gracias a

ellos nuestra comodidad y nuestra calidad de vida ha incrementado infinitamente.

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