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Arrendamiento y Transición
Fuente: Antonio Barral Rivada, Isabel Gómez Rodríguez y Horacio Molina Sánchez
Solución:
a.1.) PGC-90
Según el PGC de 1990, los arrendamientos que no contuviesen una opción de compra
se consideraban arrendamientos operativos y, en consecuencia, la cuota anual de
arrendamiento era tratada como gasto del ejercicio en el cual se devengaba.
Asimismo, si contenían opción de compra pero no era previsible el ejercicio de la
misma también se consideraban arrendamientos operativos. La clave para clasificar un
arrendamiento como financiero era la expectativa razonable de adquirir la propiedad
del bien.
Este tratamiento fue completado con la consulta nº 6 sobre la norma de valoración 5ª,
f del ICAC sobre inmovilizado inmaterial, incluida en el Boletín del ICAC nº 38 de junio
de 1998. En dicha consulta referida a los contratos de renting se indicaba literalmente:
De acuerdo con lo anterior, hay que indicar que a pesar de que no exista opción de
compra en los contratos de arrendamiento a que hace referencia el consultante,
podrían producirse situaciones que desde un punto de vista económico son similares,
como pueden ser, entre otras, las siguientes:
• Contratos de arrendamiento en los que el período coincide con la vida útil del bien
o cuando siendo menor aquél existe evidencia clara de que finalmente ambos
períodos van a coincidir, no siendo significativo su valor residual al finalizar su
período de utilización, y siempre que de las condiciones pactadas se desprenda la
racionalidad económica del mantenimiento de dicho arrendamiento (en particular, se
puede predicar esta racionalidad en aquellos casos en los que el valor presente de
las cantidades a pagar al comienzo del arrendamiento supongan la práctica totalidad
del valor del activo arrendado).
• Cuando las especiales características de los bienes objeto del arrendamiento hacen
que su utilidad quede restringida al arrendatario."
Como podemos observar, desde esta consulta del ICAC, la existencia de opción de
compra no se considera un requisito indispensable para considerar un arrendamiento
como financiero. Si el contrato, en esencia, es equivalente a una operación de
compraventa se debería tratar como tal. Así, se explicitan dos condiciones, aunque
deja abierta la posibilidad a otras (es una enumeración "numerus apertus"):
En base a lo anterior, como las condiciones del contrato nos conducen a tratarlo como
arrendamiento operativo, el registro de la cuota sería como gasto del periodo.
Si el valor razonable hubiese sido ligeramente inferior, entonces se consideraría el
contrato como arrendamiento financiero, registrándose el bien por su valor al contado
y la diferencia del mismo con el importe a pagar al arrendador como gastos a distribuir
en varios ejercicios. El asiento habría sido:
CUADRO 2.
AMORTIZACIÓN DE LA DEUDA CONSIDERANDO EL INTERÉS NOMINAL Y EL COSTE
FINANCIERO EFECTIVO
a.2.) PGC-2007y NIC 17
"b) Contratos en los que el plazo del arrendamiento coincida o cubra la mayor parte de
la vida económica del activo, y siempre que de las condiciones pactadas se desprenda
la racionalidad económica del mantenimiento de la cesión de uso.
c) En aquellos casos en los que, al comienzo del arrendamiento, el valor actual de los
pagos mínimos acordados por el arrendamiento suponga la práctica totalidad del valor
razonable del activo arrendado."
Finalmente, el PGC-2007 no ofrece una solución mecánica, exige analizar una posible
"prueba en contrario" de la transferencia de riesgos y ventajas, por ejemplo, cuando la
cuota de arrendamiento dependa de cláusulas contingentes como el volumen de ventas
realizadas en el local arrendado, que pudiesen llegar a ser muy significativas sobre el
total de la renta, y que en el fondo revelarían que el arrendador retiene los riesgos y
ventajas sustanciales.
1º Se valora el bien por el menor entre el valor razonable o el valor actual de los
pagos futuros.
2º Los gastos directos iniciales en los que incurra el arrendatario forman parte del
coste del activo. La contrapartida de este concepto será deudas o una disminución de
tesorería.
4º Las cuotas contingentes, así como los servicios asociados, se consideran gasto del
periodo en el cuál se producen. Por cuotas de carácter contingentes se entienden
aquéllas que dependan de la evolución de una variable.
Al cierre del ejercicio registrará por un lado el coste de la maquinaria, al dar de baja
las existencias iniciales, así como la imputación de intereses que se han devengado.
Este arrendamiento es una operación híbrida de carácter comercial y financiera. Por la
parte comercial se ha registrado un beneficio, en el momento de la venta, de
12.083,79 € (se obtiene por diferencia entre el valor actual de las cuotas futuras -
67.083,79 €- y el precio de venta -55.000 €-), mientras que el devengo de los
19.792,79 € de intereses (véase el cuadro 2 anterior) se producirá a lo largo del
contrato en función de las cantidades pendientes de devolución. El asiento al cierre
sería:
Por el cobro de la cuota, el asiento sería:
Los costes iniciales son añadidos al valor del bien siendo la contrapartida una cuenta a
pagar o una salida de tesorería. En ese caso, el valor razonable del bien recibido no
opera como límite para capitalizar costes. El asiento sería:
Desde el punto de vista del analista de las cuentas anuales de una compañía, los
cambios afectan en dos órdenes. Por un lado, debe aumentar el número de casos de
arrendamientos financieros, con el consiguiente impacto en un aumento de la deuda
reconocida y del valor del inmovilizado. La variación de estas magnitudes tendrá su
impacto en el ratio de endeudamiento (pasivo/patrimonio neto), incrementándolo, y en
la rentabilidad de los activos (resultado antes de intereses e impuestos/activos),
disminuyéndolo.
Por tanto, el reflejo de los recursos que controla la entidad y de los compromisos
contraídos va a permitir menos distorsiones en el análisis horizontal entre compañías
que sigan una política de financiación vía arrendamiento o vía deuda y, en lo que se
refiere al ratio económico (Rentabilidad de activos) con independencia de cómo se
financie.
A tal efecto, el balance de apertura del ejercicio en que se aplique por primera vez el
Plan General de Contabilidad (en adelante, el balance de apertura), se elaborará de
acuerdo con las siguientes reglas:
a) Deberán registrarse todos los activos y pasivos cuyo reconocimiento exige el Plan
General de Contabilidad".
Añadiendo el punto 2:
"La contrapartida de los ajustes que deban realizarse para dar cumplimiento a la
primera aplicación será una partida de reservas, con las excepciones previstas en las
disposiciones transitorias de este Real Decreto y salvo que, de acuerdo con los criterios
incluidos en la segunda parte del Plan General de Contabilidad, deban utilizarse otras
partidas".
La segunda cuestión es el valor por el que debe reconocerse. A tal fin se debe aplicar
el contenido en las normas de valoración y aplicado de forma retroactiva; esto es,
como si se hubiera aplicado desde que se firmó el contrato. Por tanto, se reconocerá el
activo por el valor actual de las cuotas a pagar, la amortización acumulada después de
tres ejercicios y el valor actual de las cuotas a pagar a partir del 1 de enero de 2008
(del 4º ejercicio).
Dado que el criterio de amortización del activo es lineal y el del principal de la deuda
es financiero, la diferencia debe registrarse, siguiendo lo recogido en la DT.1ª.2), en
reservas.
El importe del ajuste se presenta neto del efecto fiscal (al que le hemos aplicado un
tipo impositivo del 30%). El cuadro 3 presenta un breve resumen de los impactos que
supone en la cuenta de pérdidas y ganancias los criterios del PGC-1990 frente a los del
PGC-2007.
En este caso, la compañía ha deducido unos gastos inferiores a los que correspondería
según el PGC-2007, dado que los gastos financieros han sido superiores que los que
corresponderían según un criterio lineal. Por este motivo, surge una diferencia
temporal deducible que será revertida a partir del año 6º.
"c) Deberán reclasificarse los elementos patrimoniales en sintonía con las definiciones
y los criterios incluidos en el Plan General de Contabilidad.".
Por otra parte, las valoraciones anteriores a la entrada en vigor del PGC-2007 se
pueden considerar como válidas, según cita la DT. 1ª, d), por lo que no será preciso
valorar la maquinaria por 67.083,79 € (menor entre el valor actual de los pagos
futuros y el valor razonable), manteniendo en consecuencia, el precio del contado con
el que se registró en su momento el derecho de uso (75.996,12 €) y la amortización
acumulada del inmovilizado inmaterial pasa a ser material (se obtiene multiplicando
7.599,61 X 3= 22.798,84); casualmente no cambian los códigos que recogen la
amortización acumulada del inmovilizado por el desplazamiento de cuentas en el PGC-
2007:
"d) La empresa podrá optar por valorar todos los elementos patrimoniales que deban
incluirse en el balance de apertura conforme a los principios y normas vigentes con
anterioridad a la entrada en vigor de la Ley 16/2007, de 4 de julio, de reforma y
adaptación de la legislación mercantil en materia contable para su armonización
internacional con base en la normativa de la Unión Europea, salvo los instrumentos
financieros que se valoren por su valor razonable.
Si la empresa decide no hacer uso de la opción anterior, valorará todos sus elementos
patrimoniales de conformidad con las nuevas normas."
(1)No obstante, la excepción a la que se refiere este pasaje es para la valoración del
inmovilizado previamente reconocido y que se hubiese valorado por el coste reconocido
según las normas del PGC-1990.