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(UNICARIBE)
Asignatura
Medicina Legal
Tema
Teoría Integradora
Sustentante
Jose Ramon Martinez Nuñez
Mat. 2015-4490
Facilitador:
Víctor Pérez
INTRODUCCION ....................................................................................................................................... 1
TEORIA INTEGRADORA......................................................................................................................... 2
Cuestiones de estudio:..................................................................................................................... 12
CONCLUSIÓN.......................................................................................................................................... 14
BIBLIOGRAFIA........................................................................................................................................ 15
INTRODUCCION
Como abanderados en esta teoría nos encontramos con Emilio Durkein en sus
obras División del Trabajo Social (1893), Las Reglas del MétodoSociológico (1895) y El
Suicidio (1897), como precursor y Robert K. Merton en su obra Teoría Social y Estructura
Social (1938) quien desarrollo y amplió el trabajo de Durkein.
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TEORIA INTEGRADORA
CONCEPTOS FUNDAMENTALES:
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desorganización y la tensión social, del control, del aprendizaje, del conflicto, de la
elección racional y de los rasgos. Un segundo grupo lo constituyen las teorías de los
rasgos latentes, (Rowe, Osgood y Necewander, (1990), cuya hipótesis básica es que
algunas personas poseen una serie de características individuales (como una menor
inteligencia o una personalidad impulsiva) que las sitúan frente a un mayor riesgo de
comportamiento delictivo. Dada la estabilidad que se atribuye a estos rasgos latentes, se
considera que las fluctuaciones delictivas de los sujetos a lo largo del tiempo son sobre
todo debidas a los cambios que se producen en las oportunidades para el delito. Es decir,
aunque ciertas características o predisposiciones individuales no varíen, un joven se
hallaría más expuesto, por razón del estilo de vida juvenil, a ciertas oportunidades
delictivas. De ahí que los jóvenes delincan más que los adultos. Las teorías de los rasgos
latentes integran conceptos de las teorías de las predisposiciones agresivas, de las
diferencias individuales (personalidad e inteligencia o cognición) y de la elección racional
o de la oportunidad.
Hay un decir popular muy acertado al respecto, en Arca abierta, hasta el justo peca. El
diseño de la tienda influye mucho para evitar un buen numero de hurtos en ella
(Farrington, 1992). La existencia de armas de fuego tiene mucho que ver con el número
de homicidios que se producen en ciertos lugares (Killias, 1993, Lester, 1993), a la vez
que, como resultado de diversas contingencias situacionales, sólo una pequeña parte de
los intentos de violación en lugares públicos llegan a consumarse (Block, 1989).
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¿Prevención del delito o desplazamiento de éste?
Un problema con la teoría del patrón delictivo, que comparte con la mayoría de los
trabajos sobre la oportunidad, los factores situacionales, el estilo de vida y las actividades
rutinarias, es que no se enfrenta directamente al problema del desplazamiento del delito
y se limita a explicar por qué algunos blancos del delito son escogidos en lugar de otros.
La cuestión del desplazamiento de la delincuencia es vital para la prevención de los
delitos: ¿disuaden las medidas de prevención de cometer delitos o simplemente
desplazan el delito de un lugar a otro? Si se presentan más obstáculos para cometer los
delitos en un barrio conocido por el delincuente, ¿desiste de llevarlos a cabo o se
desplaza su actividad hacia otros barrios y otras metas delictivas? ¿Son la mayoría de
los delitos realmente evitables mejorando la vigilancia o reduciendo la atracción de los
objetivos? Nadie mantendría que todos los delincuentes están predestinados a cometer
un cierto número de delitos al año y que automáticamente buscan otro blanco a atacar,
si encontraran obstáculos en su camino a la acción criminal. Nadie propondría tampoco
que las medidas de prevención son totalmente efectivas para reducir el volumen de
crímenes. La verdad reside en algún sitio entre estos dos extremos.
Una propuesta de síntesis teórica: los procesos de desviación y delincuencia. Con el afán
de sintetizar en forma integral, a continuación se presenta un modelo globalizador de los
procesos de la delincuencia, cuyo propósito es poner en relación partes relevantes y
complementarias de diferentes planteamientos teóricos que se especifican entre
paréntesis en cada caso:
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2- Todos los individuos emiten algunas conductas desviadas de estas normas,
desviación primaria, teoría del etiquetado. Algunos individuos lo hacen con
especial frecuencia e intensidad. Para comprender los factores que propician la
realización de conductas desviadas o delictivas por parte de los individuos
debemos atender al análisis de los procesos psico-sociológicos implicados:
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para otros ciudadanos, modelos sobre carreras delictivas, estudios sobre
factores de riesgo y factores de protección de la delincuencia.
5. Los medios de comunicación se hacen eco de los hechos delictivos más graves,
difundiendo y agrandando la magnitud simbólica de la delincuencia, estudios sobre
amplificación de la desviación.
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concreta ocurrencia de los delitos, por otro. David Farrington, en la cuarta reunión de la
Sociedad Europea de Psicología y Ley, celebrada en Barcelona en 1994. Farrington es
uno de los criminólogos actuales más citados en la literatura internacional. Es catedrático
de psicología de la delincuencia en el Instituto de Criminología de Cambridge, Inglaterra.
Según Farrington existen tres tipos de factores y procesos de los que depende que los
niños y jóvenes desarrollen conductas antisociales y delictivas. En primer lugar, de los
procesos energizantes o motivadores de esta conducta, entre los que se encontrarían el
nivel de deseo de bienes materiales y de prestigio social, sus deseos de estimulación
más intensos en chicos pertenecientes a familias más pobres debido a que son menores
las posibilidades para su obtención, el nivel de frustración y de estrés y el posible
consumo de alcohol.
El joven añora la vida que aprecia en la juventud que protagoniza los comerciales, le
gustaría ser parte de esa diversión. Pero su realidad es otra, todo lo contrario a lo que
observa en el comercial. En segundo lugar se hallan los procesos que imprimen al
comportamiento una direccionalidad antisocial. Ello depende fundamentalmente de si el
joven suele optar, como hábito por la utilización de métodos ilícitos, como resultado de
su falta de habilidades lícitas para el logro de los objetivos anteriormente mencionados.
En tercer lugar, la mayor o menor tendencia antisocial dependerá también de si el joven
posee o no las adecuadas inhibiciones, que le alejen del comportamiento delictivo. La
mayor o menor presencia de mecanismos inhibitorios interiorizados (creencias,
actitudes, empatía, etc.) son el resultado sobre todo de la capacidad de los padres para
efectuar una adecuada supervisión educativa mediante una disciplina equilibrada. Si el
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joven posee una alta impulsividad, una baja inteligencia y se halla en contacto con
modelos delictivos se dificultará la internalización de los procesos inhibitorios.
En compañía del grupo de amigos y en ausencia de los padres, que pierden influencia
sobre el joven en este período adolescente se hacen asimismo más frecuentes las
oportunidades para el delito, a la vez que aumenta con la edad la utilidad esperada de
las acciones ilícitas. La persistencia va a depender esencialmente de la estabilidad que
presente la tendencia antisocial, como resultado de un prolongado proceso de
aprendizaje.
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Farrington 1996, sintetiza estas etapas de la siguiente manera: La prevalencia de la
conducta delictiva puede aumentar al máximo entre los catorce y los veinte años debido
a que los jóvenes, especialmente los de clase baja que fracasan en la escuela tienen en
esas edades una alta impulsividad, grandes deseos de actividades estimulantes, de
poseer determinadas cosas y de mayor consideración social, pocas posibilidades de
lograr sus deseos mediante medios legales, y poco que perder en la medida en que las
sanciones legales son suaves y sus amigos aprueba con frecuencia la conducta delictiva.
Sin embargo, después de los veinte años, sus deseos se tornan menos imperiosos o
más realistas, es más posible su logro legalmente, y los costes del delito son mayores
ya que los castigos legales son más severos y, además las personas más allegadas,
como la esposa o la novia, desaprueban el delito cometido
Posteriormente, se busca un método legal o ilegal para satisfacer los deseos personales.
Obviamente, el pertenecer a una clase baja va a determinar con mayor probabilidad el
recurrir a formas ilegales. No obstante, la motivación para cometer actos delictivos no es
constante y puede modularse por las creencias o 38 actitudes interiorizadas acerca de
la ley (Farrington, Ohlin y Wilson, citado por Farrington, 1992).
Las edades en que se llevan a cabo los distintos hechos tiene gran importancia así como
la falta de recursos económicos, un bajo coeficiente intelectual y una crianza de poca
calidad, serán factores de riesgo que podrían determinar el comienzo de la delincuencia,
los familiares y amigos antisociales tienen una gran influencia en que persista este
comportamiento antisocial (Farrington, 1997).
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El punto de partida en la Teoría Integradora
1) En la primera etapa, surge la motivación. Esto sugiere que los principales deseos
que actualmente producen actos delictivos son deseos debienes materiales, de
prestigio social y búsqueda de excitación. Estos deseos pueden ser inducidos
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culturalmente o puede responder a situaciones específicas y seguido puede ser que
el deseo de búsqueda de excitación sea más grande entre jóvenes de familias
pobres porque la excitación es más altamente valorada por la gente de clase baja
que por la gente de clase media, porque los jóvenes pobres llevan una vida más
aburrida o porque son menos capaces de posponer gratificaciones inmediatas a
favor de metas a largo plazo.
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cometer el acto delictivo sobrevive a la tercera etapa, que esta se convierta en
realidad, en cada situación, dependerá de los costes, beneficios y probabilidades del
posible resultado.
También se concluyó que la delincuencia alcanza su nivel máximo entre los 14 y los 20
años de edad, porque los jóvenes (especialmente aquellos de clase baja que
abandonaron la escuela) tienen fuertes deseos de excitación, cosas materiales, y estatus
entre sus iguales, pocas posibilidades de satisfacer estos deseos legalmente, y poco que
perder. Por el contrario después de los 20 años, los deseos se atenúan o se vuelven más
realista, al más posibilidades de adquirir esas metas más limitadas legalmente y
los costos de la delincuencia son mayores.
Cuestiones de estudio:
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4- Explica la relación que puede existir en una sociedad entre la mayor presencia de
posibles víctimas y el aumento del número de los delincuentes o de las
necesidades de éstos para delinquir.
Se podría concluir con la afirmación siguiente: De nada sirve que las autoridades
policiacas, encargadas de la persecución criminal hagan su labor de aprehender a los
sujetos delictivos, sin las evidencias suficientes que permita que los juzgadores lleguen
a fallos de penas severas contra los responsables.
Tarda más la autoridad en aprehender a los delincuentes que los jueces en dejarlos en
libertad. La Impunidad aún es desafío para Guatemala, con dicho título se observa la
noticia publicada por Prensa Libre, en el diario del 23 de agosto del 2013, en la página
4, escrito por Hugo Alvarado y Byron Vásquez.
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CONCLUSIÓN
Al terminar el presente trabajo luego de analizar toda la información para la realización
del mismo hemos llegado a las siguientes conclusiones
1- Se ha visto cuales han sido las principales aportaciones realizadas por las
diversas perspectivas teóricas existentes sobre la delincuencia. Con frecuencia se
ha producido un empecinado ensimismamiento de las diversas teorías en sus
propios logros, sin caer en la cuenta de los logros y aportaciones realizados por
otros modelos teóricos. Este segregacionismo es, no cabe duda, una realidad
siempre presente en todos los sectores de la vida social y, claramente, en la
actividad científica.
3- Pese a sus deficiencias, la teoría del etiquetado ha sido, para muchos autores,
uno de los enfoques más globalizadores para comprender el interactivo proceso
que media entre la conducta desviada y delictiva y los mecanismos de control. Si
compendiamos, en cambio, las distintas aportaciones, podremos llegar a un
modelo más comprensiv9o, que tome en consideración los diversos elementos
que aparecen implicados a la hora de interpretar más satisfactoriamente el
comportamiento delictivo y los procesos de control vinculados a él.
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BIBLIOGRAFIA
6- file:///C:/Users/Gil/Downloads/La-conducta-antisocial-y-el-ambiente-en-los-que-
se-desarrolla%20(1).pdf
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