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Que son las constelaciones familiares

Las constelaciones familiares revelan los enredos familiares inconscientes a los que una
persona que consulta se halla sujeta. Esto permite restableciendo los Órdenes del Amor
encontrar caminos para liberarse de los enredos y configurar una imagen de solución, que
libera fuerzas curativas que raras veces se experimentan en psicoterapia con semejante
intensidad.

Este trabajo terapéutico no requiere la presencia de toda la familia. Se trata de una terapia
individual que se realiza en un grupo de pacientes y terapeutas interesados. Una persona que
quiera configurar una constelación en relación a una cuestión determinada, primeramente
refiere su intención.

A continuación elige entre los presentes representantes para aquellas personas que integran
su sistema familiar actual o de origen, incluyendo un representante para sí misma. Luego las
posiciona según su imagen interior en un lugar determinado sin hacer comentarios. Este
proceso se realiza de una manera centrada y silenciosa. A continuación la persona que
consulta se sienta y observa el proceso.

El terapeuta comienza a preguntar a los representantes por sus sensaciones y sentimientos en


sus posiciones concretas. En este caso lo único importante es la percepción que alguien tiene
en el lugar que se le asigna. No se trata de representar un papel ni de reinterpretar una
situación. Esta percepción y el conocimiento profundo de las dinámicas del sistema guían al
terapeuta. A través de varios pasos intermedios, como el uso de frases curativas o ritos del
lenguaje corporal, el terapeuta forma una imagen de solución en la que todos reciben el lugar
correspondiente.

Se eliminan así los desórdenes e implicaciones sistémicas. La necesidad de vinculación y


pertenencia, el equilibrio entre dar y tomar y el orden dentro del sistema son los factores
claves. A veces la persona interesada se integra en el proceso de solución, a veces sólo se
queda observando. Este trabajo alcanza las profundidades del alma y requiere la cooperación
atenta de todo el grupo. Este nuevo ordenamiento permite que vuelva a fluir el amor en el
sistema familiar, poniendo en evidencia así el poder del amor y las fuerzas que gobiernan los
vínculos en la familia.

Estos talleres que coordino están dirigidos a aquellas personas interesadas en trabajar con
asuntos problemáticos de su vida, de su familia o pareja. Aquellas personas que padezcan
enfermedades graves, que hayan sufrido repetidas experiencias de infortunio o deseen
enfrentar los hechos irremediables de su historia familiar.
Bert Hellinger

Bert Hellinger, nació en Alemania en 1925, estudió Filosofía, Teología y


Pedagogía. Durante 16 años trabajó como misionero de una orden católica en
Sudáfrica. Más tarde se hizo psicoanalista y a través de la Dinámica de Grupo, la
Terapia Primaria, el Análisis Transaccional y diversos métodos de Hipnoterapia
llegó a desarrollar su propia terapia sistémica y familiar. Su método de
configurar Constelaciones Familiares enfocado directamente hacia la solución, le
valió el reconocimiento como uno de los terapeutas claves del mundo
psicoterapéutico actual, tanto en el ámbito germano-parlante, como también en
el resto de Europa y Estados Unidos, donde fue invitado repetidas veces a
presentar su novedoso abordaje.

Este enfoque se centra en el sistema familiar en conjunto, que denomina red familiar. A esta
red familiar pertenecen: los hijos y sus hermanos, los padres y sus hermanos, los abuelos de
ambas partes, a veces, alguno de los bisabuelos, y todos aquellos que hicieron sitio para otros
en el sistema, por ejemplo, un primer marido o una primera mujer.
En este trabajo terapéutico, los problemas cotidianos no tienen importancia. Muchos
comportamientos actuales de una persona no son explicables desde su situación actual, sino
que se remontan a distintos sucesos en su familia de origen, es decir a vivencias de sus padres
o antepasados más lejanos. Hellinger ha descubierto en muchos años de trabajo terapéutico,
las leyes según las cuales se desarrollan identificaciones e implicaciones trágicas entre los
miembros de una familia, leyes que define como Ordenes del Amor.
Un amor interrumpido o un movimiento frustrado hacia uno de los padres puede desequilibrar
a todo un sistema familiar; también cuando hubo un miembro de la familia que murió
tempranamente, o cuando alguien fue excluido de la familia o se le negó la pertenencia a la
misma. Frecuentemente las consecuencias de estos sucesos aparecen en generaciones
posteriores causando trastornos e incluso enfermedades en una persona.
CONSTELACIONES FAMILIARES. TERAPIA SISTÉMICA DE ENFOQUE FENOMENOLÓGICO.
BASES TEÓRICAS.

Las Constelaciones Familiares, cada vez más demandadas por su efectividad, pueden ahorrar al
cliente/paciente años de consulta psicoterapéutica.

1. CONCEPTO DE CONSTELACIONES FAMILIARES

El trabajo de Constelaciones Familiares se ha ido desarrollando durante los últimos 25 años y


es un método de terapia familiar sistémica con enfoque fenomenológico que desarrolló y dio a
conocer el terapeuta familiar Bert Helllinger.

Con este método se muestran las conexiones y vinculaciones dentro del sistema familiar
(observando así las representaciones sociales) para a partir de ellas solucionar los problemas
que afectan a nuestro cliente/paciente.

El trabajo con Constelaciones Familiares se puede realizar en sesiones individuales pero lo más
usual es realizarlas en grupo, concretamente un grupo de personas sin relación entre ellas.

El procedimiento consiste en que el cliente/paciente, de entre los miembros del grupo, escoja
a personas que representen a los miembros u otros elementos de la familia u organización
incluyéndose él mismo y así configure su constelación familiar. Escogerá a cada miembro del
sistema y lo colocará en la representación poniéndole las manos sobre los hombros y dándole
su lugar.

En esta configuración el cliente/paciente puede experimentar de forma representativa la


estructura, dinámicas e interrelación del sistema al que pertenece que harán que este pueda
desarrollar ciertas comprensiones. Durante el proceso se revelan dinámicas ocultas e
inesperadas que están operando en el interior del sistema.

Las personas además de poseer capacidades para percibir diversos elementos, hechos y
estados somos capaces de percibir patrones y estructuras relacionales, es decir,
interrelaciones y representaciones sistémicas. Dichas informaciones complejas quedan de
alguna manera memorizadas y nos sirven como esquemas afectivos y cognitivos que dirigen
nuestros actos. Parece que, las constelaciones familiares nos muestran unas representaciones
inconscientes que pueden ser exteriorizadas, traducidas a imágenes espaciales, lo que da lugar
a que se puedan re-escenificar determinados contextos sistémicos. (Revista IIPSI Facultad de
Psicología UNMSM VOL. 8 – N. º 1 – 2005)

Lo más asombroso del proceso es cómo los representantes del sistema una vez configurado y
sin tener ninguna información sobre el cliente/paciente ni de la familia de este, sienten y
expresan emociones que no son propias, pertenecen a las personas que están representando,
a veces también desarrollan los síntomas físicos de estos, incluso se han visto casos en los que
interiormente oían los nombres de estas personas. Ante este hecho, se evidencia que entre el
cliente/paciente y los miembros de su familia actúa un campo de fuerza que hace posible
acceder a una información sin ninguna transmisión exterior y aún más sorprendente es que
también los representantes, sin tener información sobre esta familia puedan conectar del tal
forma.

Llegados a este punto, podríamos tomar como referencia a la teoría del Inconsciente Colectivo
(en el que se hallan memorizadas todas las informaciones, incluso de otros sistemas) de Carls
Gustav Jung o la de los Campos Morfogenéticos de Rupert Sheldrake.

Intelectualmente podemos comprender temas sistémicos complejos, como por ejemplo cómo
la muerte de un bebé puede causar un duelo no resuelto en los padres y afectar la relación de
apego con su siguiente hijo. El desarrollo de este hijo puede entonces verse seriamente
afectado, al punto de interferir en el de su propia descendencia. Cuando un hijo o hija de este
llega a terapia, es casi imposible abordar el efecto de la muerte de su tío al nacer por medio de
intervenciones psicoterapéuticas clásicas. Parte de lo que se mueve en una Constelación
escapa a la inteligencia intelectual.

En muchos modelos teóricos se hace el intento de conocer el «por qué» de ciertas conductas,
pero aquí lo importante no es tanto el «por qué» sino más bien «para qué» y «cómo», ya que
cuando el cliente habla de sus dificultades y problemas lo hace de una forma y manera
incorrecta y es dicho planteamiento el que no facilita la solución y da lugar, incluso, a un
empeoramiento del mismo.

Mediante el cambio del comportamiento lo que se busca es crear una nueva descripción de la
situación y es el cambio de representaciones sociales lo que modifica el comportamiento y no
al revés.

2. BASES QUE SUSTENTAN LAS CONSTELACIONES FAMILIARES. INFLUENCIAS.

La mayoría de los principios que sustentan el trabajo de constelaciones sistémicas fueron


descritos por terapeutas familiares a partir de la década de 1960. La teoría básica de terapia
familiar derivó principalmente de la teoría de sistemas y de la cibernética.

Esto llevó a los terapeutas familiares a desarrollar la idea fundamental de que la familia es una
unidad interactiva afectada por generaciones pasadas y que opera sobre un conjunto de de
principios unificadores, los que incluyen las siguientes ideas: el todo es mayor que la suma de
sus partes y todos los elementos de un sistema son interdependientes. La supervivencia del
sistema toma prioridad por sobre la supervivencia de sus componentes.

Grandes teóricos como Salvador Minuchin (que desarrolló la Terapia Familiar Estructural),
Gregory Bateson, Don Jackson, Paul Watzlawick, y John Weakland (que ofrecieron las bases
para la Terapia Familiar Estratégica -Terapia Breve-), Jay Haley (usando las enseñanzas y
técnicas de Milton Erickson), formaron parte en la creación de de un campo del conocimiento
y en una forma de intervención con individuos, parejas y familias que fue más allá de los
límites del trabajo psicodinámico. Incluyeron ideas que permitieron que síntomas del
individuo, como por ejemplo la anorexia, fueran vistos como una función del sistema en su
totalidad.

El trabajo de Constelaciones Familiares es una interacción dinámica que considera todos estos
conceptos, además de los patrones transgeneracionales del pasado que influyen en el
individuo. Así que no es de extrañar que las terapias familiares que se refieren específicamente
a temas transgeneracionales hayan tenido una influencia significativa y especial en el trabajo
de constelaciones sistémicas. Murray Bowen y Ivan Boszormenyi-Nagy con su terapia
contextual (que introdujo el concepto de lealtades, justicia, equidad y equilibrio, que cruzan
generaciones), son ejemplos de ello.

Otra gran influencia en las Constelaciones Sistémicas la ofrece la fenomenología, que fue
desarrollada por Edmund Husserl, influenciado por Immanuel Kant que desarrolló la idea de
que las estructuras mentales preceden a la experiencia.

Franz Bretano también fue una influencia importante. El enfatizó la importancia del análisis
subjetivo de nuestra propia experiencia.

La fenomenología existencial se desarrolló a partir del trabajo de Martin Heidegger quien


planteó la imposibilidad de separar las experiencias vividas de las creencias y prácticas
culturales consensuadas. Maurice Merleau-Ponty puso especial atención a que como la
fenomenología es el discurso posterior a la experiencia, no puede recapturar la riqueza de la
experiencia propiamente tal. Este punto de vista influenció posteriormente a la psicoterapia
existencial, la psicología humanista y la terapia gestalt.

Jacob Levy Moreno, M.D. desarrolló la técnica del psicodrama. Este enfoque considera que los
clientes asignan a miembros de sus familias para actuar en otros roles dentro de ella, para
ayudarle así al cliente a descubrir dinámicas familiares inconscientes. Este método estuvo
fuertemente influenciado por formulaciones psicodinámicas.

Virginia Satir y las Estructuras Familiares. Ubicar a los miembros de la familia según son vistos
por el cliente, fue considerado un método efectivo para combinar lo cognitivo y lo
experimental, permitiendo que se logre el objetivo de darle nueva forma a la familia

Ruth McClendon y Leslie Kadis son una pareja que realiza entrenamiento en terapia familiar en
Canadá. Se especializan en intervenciones familiares breves. Bert Hellinger reconoce que se
entrenó en terapia familiar con ellos y que fue allí donde encontró por primera vez las
constelaciones familiares. Ellos practicaban las esculturas familiares de Virginia Satir y la
reconstrucción familiar.

Si bien las constelaciones de Hellinger también usan representación visual, se diferencia del
Psicodrama y de las Esculturas Familiares pues los representantes permanecen en silencio y se
permiten ser impactados internamente por el poder de la dinámica familiar que se manifiesta
a través de la Constelación que ha sido establecida por el cliente. Para maximizar la apertura a
esta posibilidad, los representantes no son esculpidos, sino simplemente puestos en un lugar.
Al permitir que este proceso ocurra y combinado con la postura del facilitador, surge el rol del
método fenomenológico.

3. ASPECTOS TEÓRICOS

Cuando Hellinger usó el método fenomenológico, descubrió principios que apoyaban el flujo
de amor en las familias. Llamó a estos principios “los órdenes del amor”.
Algunos principios fundamentales del trabajo con constelaciones familiares y Organizacionales
son:

– Derecho a la pertenencia.

Todos los miembros de un sistema familiar u organizacional tienen los mismos derechos de
pertenecer a él y dichos derechos suponen unas obligaciones de realizar un esfuerzo de apoyo
para conservarlo y renovarlo.

– Dar y tomar.

Cuando no existe en una familia u organización un equilibrio entre lo que sus miembros dan y
lo que toman entonces se suscita el descontento y los sentimientos de culpa, lo que puede
llevar a tener que compensar dichos desequilibrios. El intercambio entre dar y tomar crea
vínculos mutuos.

– Quien lleva más tiempo tiene prioridad.

Siempre tiene prioridad sobre sus iguales aquel que llegó antes, pues adquirió al incorporarse
una serie de derechos que no ostentan los que llegaron después, que deben reconocer dichos
derechos. Los que ostentan una jerarquía más alta en el sistema familiar u organizacional
deben reconocer a los que estuvieron antes porque les aporta muchos beneficios, al poderse
apoyar en dicha experiencia. Siempre merecen una especial referencia los iniciadores o
fundadores del sistema familiar u organizacional.

– Fortalecer o debilitar.

Cuando una persona ocupa un lugar correcto y adecuado en su sistema se siente en él seguro,
y con serenidad y fuerzas para la realización de sus funciones. Por el contrario, cuando una
persona no ocupa el lugar que le corresponde suele tener fantasías de grandeza y ello le
debilita porque ahí no recibe el reconocimiento de los demás, no se valora a sí misma o no
encuentra el apoyo necesario. Los sentimientos debilitadores que, a veces, expresan los
representantes de una constelación suelen estar relacionados o con patrones antiguos o con
injusticias cometidas en el sistema anteriormente.

– La conciencia de grupo.

Podemos distinguir entre conciencia personal que es la que cada uno de nosotros sentimos y
una conciencia de grupo que es aquella que no sentimos y que únicamente podemos conocer
por sus efectos. En las constelaciones familiares podemos ver esos efectos al tomar conciencia
de los destinos trágicos que se repiten en una familia. Esta conciencia grupal da prioridad a la
supervivencia del grupo. Así tienen preferencia los que aparecieron antes en el tiempo sobre
los que lo hicieron después. Por ejemplo, cuando se comete una injusticia con alguien
excluyéndolo, se rompe el equilibrio entre el dar y el tomar, y un miembro que nace después
va a intentar corregir el desequilibrio, reparar la injusticia, en aras de la supervivencia del
grupo y reivindicando su derecho a pertenecer a él. De esta forma es como los miembros, a
veces son sacrificados por la supervivencia del grupo. Lo que hacemos con la representación es
mirar aquí quién pagó el precio y quién tuvo la ganancia.
El trabajo con constelaciones familiares trata de la reconciliación. Se trata de dejar el pasado
allí donde corresponde, es decir que sea pasado y para ello es necesario reconciliar el pasado.
Así se llega a estar en paz con las personas que nos hirieron. Pues cuando el pasado no está
reconciliado entonces los miembros actuales expían algo que corresponde a otro miembro y
otro tiempo sin que dicha expiación tenga ya que ver con el hecho concreto que ocurrió. Aquí
es donde se producen las implicaciones sistémicas.

Con respecto al método empleado en las constelaciones familiares se establece un paralelismo


con Jung cuando se refiere al método:

«El método… consiste, por un lado, en hacer consciente lo más acabadamente que sea posible
la constelación de contenidos inconscientes, y por el otro, en una síntesis de estos con la
conciencia por un acto de reconocimiento. Todo conocedor de la antigua ciencia natural y
filosofía de la naturaleza sabe hasta qué punto se proyectan los datos del alma en lo
desconocido del fenómeno exterior.

En realidad esto ocurre hasta tal punto que de ningún modo podemos hacer afirmaciones
sobre el mundo en sí ya que, siempre que queremos hablar de conocimiento, estamos
constreñidos a convertir el acontecer físico en un proceso físico».

– Tipos de sentimientos en la intervención.

Los sentimientos que debemos reconocer y diferenciar son aquellos que nos resulten válidos
para trabajar con la persona y que nos lleven a una solución.

Bert Hellinger distingue cuatro tipos de sentimientos que nos pueden resultar muy útiles para
la intervención:

1- Sentimientos de tipo primario, son aquellos que llevan a la acción, que dan fuerza y tienen
que ver con lo que ocurre en el momento. Son sentimientos simples que no requieren mucha
explicación, suponen tranquilidad. Tienen poca duración y alcanzan su meta enseguida,
produciendo en los demás empatía porque se sienten libres, ya que la persona que muestra
dichos sentimientos es fuerte.

2- Sentimientos de tipo secundario, son aquellos que impiden la acción, absorben la energía,
llevan a la duda para impedir la acción. El otro quiere convencernos de su incapacidad
pasándonos la responsabilidad de su vida pero, eso sí, cualquier solución que le demos no le
valdrá y además, si caemos en esa trampa de trabajar con él automáticamente él detectará
que somos, al menos, tan incompetentes como él para lograr una solución.

Son esas personas que van de víctimas, cuyo diálogo interno está basado en frases como:
«siempre me ocurre lo mismo», «los demás no me quieren», «nadie cuenta conmigo», etc.
todo ello dicho con la mirada hacia el suelo. Suponen movimientos circulares cuya energía no
lleva a ningún lado, a nada.

Estos sentimientos los detectamos cuando nos ponemos nerviosos con lo que el otro nos dice.
Son los más expresados, más exteriorizados, ya que lo que se pretende con ellos es
convencernos de que la persona que nos los comunica no puede hacer nada, por eso los
exagera y los dramatiza. Así se siente débil, junto con los demás al no haber nada con lo que se
le pueda ayudar. Duran mucho ya que pretenden mantener la situación de no-actuar y
empeoran al ser expresados, por eso las terapias basadas en cuidar dichos sentimientos duran
tanto, porque desvían la atención e impiden la percepción que el terapeuta tiene del
problema.

3- Sentimientos sistémicamente adoptados, son aquellos mediante los cuales una persona
está enajenada, fuera de sí, no pudiendo los demás hacer nada por ella porque es un
sentimiento ajeno. Es cuando alguien nos cuenta algo que vemos que no corresponde con la
situación actual de la persona. Lo que debemos hacer es devolver dichos sentimientos al lugar
que les corresponde.

4- Meta-sentimientos, son aquellos que se expresan sin emoción. Son una fuerza
concentrada como el valor, la humildad como asentimiento al mundo tal como es, la
serenidad, etc. También existe el meta-amor que es un amor superior y la meta-agresión que
supone hacer daño a alguien sin querer hacerle ningún mal, este es el caso del cirujano y del
psicoterapeuta por ello ambos necesitan de mucha fuerza. La sabiduría supone la posesión de
toda la meta-sentimiento y conlleva el valor, la humildad y la fuerza. Supone un actuar
sabiendo lo que tengo que hacer y lo que no.

No es deducido y el sabio sabe enseguida lo que corresponde. Es un actuar diferente a lo que


se esperaría. Se adquiere como un premio de la experiencia y el esfuerzo, como un fruto
maduro. La aplicación de la meta-sentimiento es de suma importancia para la supervisión
clínica.

El terapeuta deberá:

– Mantener una actitud atenta, sin intenciones y orientada hacia los recursos.

– Encarar la realidad aceptándola tal como es, sin miedos y sin remontarse a teorías o
experiencias anteriores.

– Tener en cuenta no sólo el problema presentado por el cliente sino el contexto familiar más
amplio.

Pasos hacia una imagen de solución

Lo que guía a una constelación es el asunto presentado. El proceso evolucionará desde una
imagen que refleja el problema hacia una imagen de solución, pero recorriendo una serie de
pasos intermedios necesarios para llegar a dicha imagen final. Estos pasos intermedios son el
camino que se recorre desde unas imágenes a otras, por lo que mediante ellos se produce un
cambio progresivo de imágenes que posibilitan las que el cliente se queda como últimas
imágenes de la constelación.

El terapeuta tiene que plantearse: quiénes fueron excluidos de la familia u organización


injustamente para poder ser integrados, cuáles son las hipotecas del pasado sobre las que se
asienta el sistema, si los sentimientos expresados por los representantes son primarios o
secundarios, si el problema planteado puede encontrar la solución en el nivel del sistema o ha
de pasarse a un nivel más elevado, donde encontrar la fuerza para el cliente y si las dificultades
del sistema representado se basan en problemas de relación o de estructura.

Para más información a quien pueda interesar ahondar en este tema, aquí les dejo bibliografía
al repecto:

* Bert Hellinger. (2001). Órdenes del Amor. Barcelona: Herder Editorial S.L.

* Bertold Ulsamer. (1999). Sin Raíces no hay Alas. Barcelona: Luciérnaga.

* Bert Hellinger y Gabriele ten Hövel. (1999). Reconocer lo que es. Barcelona: Herder.

* Bert Hellinger y Jirina Prekop. (1998). Si supieran cuánto les amo. México: Herder.

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