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INGENIERÍA GENÉTICA

La concentración de estrellas en el Cavendish incluye a quienes realizarían descubrimientos


esenciales para el ulterior desarrollo de la Ingeniería Genética y la Biología Molecular. Francis Crick
(1916-2004 ) y el estadounidense James D. Watson (1928- ), describirían el primer modelo de
doble estructura helicoidal para los ácidos nucleicos y por esta contribución compartieron el
premio Nóbel en Fisiología y Medicina en 1962.

A partir de 1962, se suma a esta comunidad de Cambridge, F. Sanger (1918- ), el primero en


descifrar la estructura de la secuencia de aminoácidos de una proteína, la insulina, por lo cual
mereció el premio Nóbel de 1958, y el único químico en archivar un segundo premio Nóbel en la
propia especialidad, 22 años después, por su contribución decisiva a la determinación de la
secuencia de las bases nitrogenadas en los ácidos nucleicos, principales responsables del código
hereditario.
Al otro lado del Atlántico, a partir de la década del treinta, en la institución que más tarde se
convertiría en Universidad de Rockefeller se incubaba un fuerte movimiento en el campo de la
Química de los compuestos naturales que, luego de la segunda guerra mundial, se convertiría en
liderazgo de la ciencia estadounidense. Uno de los iniciadores de este movimiento es John H.
Northrop (1891 – 1987), premio Nóbel en 1946, por su contribución al aislamiento y
determinación estructural de las importantes enzimas digestivas proteolíticas, tripsina y pepsina.
En esta Institución transcurren las trascendentales investigaciones de William H. Stein (1911 –
1980) y Stanford Moore (1913 -1982) que representan una contribución decisiva a la comprensión
de la relación entre actividad catalítica y estructura de los sitios activos de la ribonucleasa; así
como los estudios de nuevas rutas en la síntesis de péptidos y proteínas en una matriz sólida
conducidos por Robert B. Merrifield (1921- ).
En otro “santuario” estadounidense de la investigación en el campo de los compuestos naturales,
la Universidad de Harvard, se suceden nuevas conquistas.

Un equipo de químicos relevantes se concentró en los laboratorios de investigación de este centro


a fines de los años cincuenta. Entre ellos cabe mencionar especialmente a Robert B. Woodward
(1917 – 1979), Premio Nóbel en 1965, cuyo equipo en la década del 40 consigue la obtención de la
quinina, luego en los años cincuenta reporta la síntesis de esteroides como el colesterol y la
cortisona, en la siguiente década demuestra la vía que conduce a la obtención de la clorofila, y ya
a inicios de los setenta corona con el éxito la síntesis de la vitamina B-12.
En las décadas de los setenta y los ochenta ha aparecido en escena un nuevo tipo de
neurotransmisor de origen proteico, las endorfinas. Roger Guillemin francés – estadounidense,
ha estudiado la producción de este tipo de hormona péptidica del cerebro y los mecanismos
de su acción. Por lo visto se ha descubierto el tipo de sustancia que desempeña importantes
roles en los mecanismos conducentes a la aparición de las emociones placenteras
relacionadas con el sentimiento de felicidad. Guillemin ha merecido el Premio Nóbel de
Fisiología en 1977.
En conclusión, durante este siglo la Química de los compuestos naturales ha vencido
importantes problemas en las esferas de la síntesis y análisis de complejas moléculas
bioactivas; y en la comprensión teórica del rol catalítico de los biopolímeros y el mecanismo de
su interacción en el metabolismo de los seres vivos.

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