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Tanto para Arrighi, como para Wallerstein, el capitalismo es una economía-mundo

que coexiste en un sistema interestatal. Es decir, es un sistema que se desarrolla globalmente


que necesita del Estado para existir. El capitalismo necesitó del Estado para aparecer y para
sobrevivir. Pero por sus características no puede haber ningún poder político ni económico que
sea absoluto. Lo que hay son hegemonías, es decir poderes económico-políticos que dominan
en un determinado ciclo. Para Arrighi han existido cuatro potencias hegemónicas, cada una de
las cuales han sobrevivido a partir de la crisis de la anterior, aprendiendo de ella y superándola.

La primera hegemonía es la de las ciudades-Estado italianas de los siglos XV-XVI. El


Estado más poderoso es Venecia, en el que una oligarquía capitalista detenta el poder de
Estado. Mientras que en las otras ciudades-Estado italianas hay un equilibrio de poder. Pero
ya antes, en los siglos XIII y XIV, se sentaron en Florencia las bases de las altas finanzas en su
que condujeron en el siglo XV a la oligarquía financiera y política de los Médici. Pero el primer
ciclo sistémico de acumulación capitalista se dio finalmente en Génova. El capital genovés
monopolizó inicialmente el Mediterráneo y el sur de la Península Ibérica. La expansión
financiera estaba vinculada con la intensificación de la competencia inter-capitalista, que se
manifestaba en las guerras entre las ciudades-Estado y en el interior de las mismas. De todas
las guerras solamente sobrevivió Venecia como Estado, pero el capital estaba en Génova y
aparece entonces una especie de burguesía constituida por el capital florentino.

Surge posteriormente el segundo ciclo capitalista, a partir de la hegemonía de Holanda


y de las Provincias Unidas, que se constituyen como Estado soberano. Holanda se convierte en
el líder de la economía-mundo capitalista en Europa y en un Estado militarmente poderoso.

Esto abrió el camino al tercer ciclo liderado por Gran Bretaña, que combinó el poder
territorial de un Imperio con la economía del libre comercio. En el siglo XVIII, Londres
desbanca a Holanda como centro de las altas finanzas. Gran Bretaña había perdido en la Guerra
de la Independencia Americana, donde estos fueron apoyados por Francia y por Holanda. El
gobierno de Gran Bretaña tuvo un crédito ilimitado y esto produjo una extraordinaria expansión
industrial y comercial. En el siglo XIX el poder británico sobre el sistema-mundo estaba en su
apogeo.

De Holanda a Gran Bretaña se pasó de una internalización de los costes de


protección a una internalización de los costes de producción. El capital italiano había
invertido comercial y financieramente, el capital holandés había internalizado a través del
Estado los costes de protección y el capital británico lo había hecho con la propia
producción de bienes. Las bases de la acumulación británica había sido el capitalismo
financiero aprendido de los genoveses y los holandeses, el modelo imperialista ibérico y la
revolución industrial.

De acuerdo con Wallerstein, la economía-mundo capitalista es un invento del mundo


moderno que no se convirtió en imperio gracias a las técnicas del capitalismo y la tecnología de
la ciencia moderna.

A finales del siglo XV y principios del XVI nació la economía-mundo capitalista.


Entendida como un espacio con límites relativamente definidos, una gran zona geográfica
dentro de la cual existe división del trabajo, un significativo intercambio de bienes esenciales
como así también un importante flujo de capital y de trabajo. Se caracteriza por no estar
limitada por una estructura política unitaria, sino que existen múltiples unidades políticas
vinculadas entre sí dentro de un sistema interestatal. De hecho, una economía-mundo
comprende muchas culturas y grupos, todo unificado por la división de trabajo.

La economía-mundo capitalista es considerada un sistema mundial porque es mayor que


cualquier unidad política jurídicamente definida. Y es una economía-mundo porque el vínculo
básico es económico, aunque está reforzado en cierta medida por vínculos culturales y políticos.

La economía-mundo capitalista está dividida en Estados de centro y áreas periféricas.


La división de una economía mundo supone una jerarquía de tareas ocupacionales. El proceso
de desarrollo de una economía mundo trae consigo adelantos tecnológicos que hacen posible su
expansión. La moderna economía-mundo es y sólo puede ser una economía mundo capitalista

Una economía-mundo capitalista es un conjunto de muchas instituciones. Las


instituciones básicas son el mercado, o mejor dichos los mercados, las compañías que compiten
en los mercados, los múltiples Estados dentro del sistema interestatal, las unidades domesticas,
las clases y los grupos de estatus.

Las técnicas del capitalismo moderno y la tecnología de la ciencia moderna, permitieron


que la economía-mundo moderna creciera, produjera y se expandiera sin la emergencia de una
estructura política unificada. La peculiaridad del sistema mundial moderno es que una haya
sobrevivido durante más de quinientos años y que no haya llegado a transformarse en un
imperio-mundo.
El comercio a larga distancia, era un comercio de bienes de lujo no de bienes masivos.
Era un comercio que se beneficiaba de las disparidades de precio, dependía de la política y de
las posibilidades económicas de los ricos. Sólo con la expansión de la producción en el marco
de una economía-mundo moderna podría convertirse en un comercio masivo.

El mercado es una institución virtual, un espacio de intercambio dotado de


organización, una estructura en la que los individuos y compañías compran y venden
mercancías. Existe como totalidad en la economía-mundo y de forma segmentada para todos los
bienes de consumo, para el capital y para los distintos tipos de trabajo.

Influye en todos los procesos de decisión pero nunca funciona libremente. El mercado
absolutamente libre sólo funciona como una ideología pero nunca como una realidad cotidiana.
Un mercado totalmente libre volvería imposible la acumulación incesante de capital, los
capitalistas no necesitan de mercados completamente libres sino de mercados parcialmente
libres.

La vida material es la esfera básica de la vida humana, es la parte activa de la vida de


los hombres. La vida material es el trabajo, se trabaja para tener un salario porque para que el
capitalismo sea posible, la vida tiene que estar centrada en el trabajo.

Los ciclos sistémicos de acumulación son unidades de análisis histórico comparativas


que representan etapas particulares del desarrollo del sistema-mundo capitalista desde sus
orígenes hasta la actualidad. Tres influencias teóricas son cruciales para la construcción de este
concepto, de Braudel, las expansiones financieras, de Marx, las fases de expansión material y
financiera, y de Gramsci la derivación del concepto de hegemonía mundial.

Arrighi entiende por ciclo sistémico de acumulación capitalista a la fase de expansión


material seguida por la fase de expansión financiera promovida y organizada por la misma
agencia o agencias que protagonizaron la anterior fase.

A través de una serie de ciclos sistémicos de acumulación la economía-mundo


capitalista pasó de ser un sistema en el que las redes de acumulación se hallaban subordinadas a
las redes de poder, a un sistema en el que las redes de poder se hallan subordinadas a las redes
de acumulación.

El caos sistémico denomina a las fases de cambio propias del capitalismo como sistema
histórico mundial. Es una situación de ausencia de organización dónde un conjunto de pautas y
normas de comportamientos se imponen sobre las anteriores. Cuando el caos sistémico
incrementa, la demanda de orden tiende a generalizarse cada vez más. El Estado que se halle en
condiciones de satisfacer esta demanda sistémica de orden podrá convertirse en potencia
hegemónica del sistema interestatal.

Para Arrighi, el concepto de hegemonía mundial se refiere a la capacidad de un Estado


de lidera el sistema interestatal. La capacidad de poder afirmar que representa el interés
general, de afirmar verosímilmente que es la fuerza motriz de una expansión de poder colectivo
o que la expansión de su poder respecto a algunos o todos los demás Estados, es de interés
general.

Wallerstein agrupa los países en tres grupos: ÁREAS CENTRALES: Inglaterra, los
Países Bajos y el norte de Francia. Áreas PERIFÉRICAS: América Latina, Europa Oriental y
Europa Central. ÁREAS SEMI-PERIFÉRICAS: Irlanda, Alemania, los países nórdicos, Italia,
sur de Francia y la Península Ibérica.

El Feudalismo es el sistema anterior al capitalismo. La agricultura es la base de su


economía. El propietario de la tierra posee control social. La mayor parte de la población
desarrolla su vida en el campo, estableciéndose una relación de dependencia con el propietario.
La sociedad está dividida en tres clases: los terratenientes que poseen el control social que
conforman la Nobleza, la Iglesia que también es propietaria y el resto de la población. A cada
clase se accede por nacimiento y no es posible pasar de un estamento a otro. El hombre tiene un
escaso control sobre los medios naturales.

Durante el Feudalismo la circulación de oro provocó una activación de la economía, lo


que ocasiona un crecimiento del poder adquisitivo que fomenta la demanda, el incremento de la
demanda promueve el aumento de los precios. Los precios que más aumentan son los alimentos.
Este aumento se produce en una época en la que el crecimiento de la población es superior al de
los alimentos, por lo que la demanda es superior a la oferta. Durante esta época los precios
aumentan más que los salarios, lo que originará un superbeneficio para los que controlan los
alimentos. Los salarios no aumentan porque, aunque la población y la oferta de trabajo sí
aumentan, la demanda de trabajo no se incrementa.

La acumulación de capital originada en el comercio de larga distancia y en las


altas finanzas, la gestión del equilibrio de poder y la comercialización de la guerra se
complementaron recíprocamente y estimularon una extraordinaria concentración de
riqueza y poder en manos de la oligarquías que dominaban las ciudades-Estado del norte
de Italia.
En primer lugar las ciudades-Estado del norte de Italia constituyeron un sistema
capitalista de construcción del Estado y de organización de la guerra. El Estado más poderoso
de este subsistema, Venecia, fue el verdadero prototipo de Estado capitalista. Sus adquisiciones
territoriales se hallaron sometidas a un cuidadoso análisis coste-beneficio y se efectuaron tan
sólo para incrementar la rentabilidad de las actividades comerciales de la oligarquía que ejercía
el poder del Estado.

En segundo lugar, la situación de equilibrio de poder existente entre las autoridades


centrales del sistema medieval (el Papa y el Emperador) permitió la emergencia del enclave
capitalista del Norte de Italia, la sede geopolítica de ese equilibrio. Y el equilibrio de poder entre
las mismas les permitió la preservación de su independencia y autonomía. El equilibrio de poder
fue esencial para el desarrollo del capitalismo como modo de dominio dentro del sistema
medieval.

En tercer lugar, la industria de protección, es decir, de organización de la guerra y


construcción del Estado, permitió que las ciudades-Estado italianas lograran transformar
en ingresos parte de sus costes de protección y conseguir que las guerras se pagaran por sí
mismas. Las ciudades-Estado italianas utilizaron un mecanismo mediante el cual los gastos
militares estimulaban las rentas de los ciudadanos que habían efectuado tales gastos,
incrementando los ingresos tributarios y la capacidad de financiar nuevos ciclos de gasto militar.

En cuarto lugar, los dirigentes capitalistas de las ciudades-Estado italianas establecieron


amplias redes de diplomacia residencial. Mediante estas redes llegaron a conocer y a obtener
información sobre las ambiciones y recursos de otros dirigentes, lo cual era necesario para
manipular el equilibrio de poder vigente con el fin de minimizar los costes de protección. La
rentabilidad del comercio a larga distancia dependía esencialmente del control cuasi-
monopólico de información.

Las altas finanzas son una invención florentina. Sus bases se sentaron durante la
expansión comercial de finales del siglo XIII y principios del siglo XIV. El liderazgo de las
empresas comerciales florentinas se basó en el comercio de asuntos de religión en nombre de
Roma, en combinación con el comercio de lana.

Cuando la tasa de crecimiento disminuyó, los banqueros florentinos buscaron un nuevo


punto de apoyo y lo encontraron en la demanda de capital en busca de inversión generada por
la lucha de poder entre los emergentes Estados territorialitas de Europa Occidental.
El dominio oligárquico de las familias acaudaladas finalizó con el control del gobierno
y el dominio monárquico de la familia Médici que usaban la competencia de capital en busca de
inversión entre Francia e Inglaterra generada por la Guerra de los Cien Años a su favor,
terminadas la guerra la monarquía de los Médici llegó a su fin.

La expansión material del primer ciclo de acumulación genovés fue promovida y


organizada por una agencia dicotómica formada por un elemento territorialista aristocrático
(ibérico), y por un elemento capitalista burgués (genovés), que se especializó en la compra-
venta de mercancías.

Durante el siglo XV el capitalismo genovés se desarrolló siguiendo una senda que se


diferenciaba radicalmente de la de las restantes ciudades-Estado italianas. El capitalismo
milanés, veneciano y florentino se desarrolló apostando por la construcción del Estado y optó
por estrategias y estructuras cada vez más rígidas de acumulación de capital. El capitalismo
genovés optó por la construcción de mercados y se enmarcó en estrategias y estructuras
cada vez más flexibles de acumulación.

La clase capitalista genovesa del siglo XV se hallaba atrapada en un punto muerto. El


comercio a larga distancia de épocas anteriores generó luchas domesticas competitivas y
disputas interminables que destruyeron los beneficios obtenidos. Y las oportunidades para el
comercio a larga distancia conllevaban riesgos que no sólo eran altos, sino incalculables.

El camino obvio para superar este punto muerto fue establecer relaciones de
intercambio político con gobernantes territorialistas de la península ibérica, que se sentían
impulsados a abrir nuevos espacios comerciales.

La expansión transcontinental del comercio Ibérico de finales del siglo XV y principios


del siglo XVI fue promovida y organizada esta agencia empresarial dicotómica basada en
una relación de intercambio político.

Los financieros genoveses que se aprovecharon de esta relación se vieron afectados por
toda una serie de crisis cuyo origen fue español en todos los casos, sin embargo, estas crisis no
los arruino, ya que siempre consiguieron cargar la perdidas sobre sus clientes y competidores.
Las finanzas, y no el comercio, se habían convertido en el polo fundamental de la relación.

El poder de las empresas genovesas continuó creciendo mediante la expansión de sus


sistema de redes comerciales hasta que se sintió lo suficientemente fuerte como para intentar
hacerse con el control de las finanzas de la España Imperial a expensas de los Fugger y de otros
financieros de Amberes. Este periodo se caracterizó por una intensificación en la competencia
inter-capitalista en el norte de Italia que se convirtió en la principal sede de la expansión
financiera.

A medida que se incrementaron las presiones competitivas y se intensificó la lucha por


el poder, el capital excedente que ya no encontraba oportunidades rentables de inversión en el
comercio se mantuvo líquido y se utilizó para financiar las crecientes deudas públicas de las
ciudades-Estado.

El decaimiento del dominio genovés en las altas finanzas europeas, la progresiva


erosión del poder de la España imperial y la ruptura de la alianza hispano-genovesa sólo
puede comprenderse en el contexto de la intensificación de las luchas competitivas que
favorecieron al capitalismo holandés.

La dialéctica entre capitalismo y territorialismo es anterior al establecimiento de un


sistema interestatal europeo. Sus orígenes se remontan a la formación en las ciudades-Estado
capitalista en el norte de Italia.

El capitalismo y el territorialismo son lógicas de poder opuestas y representan


estrategias de construcción del Estado. En la estrategia territorialista, el control sobre el
territorio y la población constituye el objetivo, y el control sobre el capital en busca de inversión
es el medio para construir el Estado y para librar la guerra. En la estrategia capitalista, el control
sobre el capital en busca de inversión constituye el objetivo, y el control sobre el territorio y la
población son los medios para conseguirlo.

El afán bélico de los titulares del poder exigía que se extraigan recursos para la guerra
de las poblaciones que controlaban y así fomentar la acumulación de capital por parte de
aquellos que les podían ayudar mediante el préstamo y la compra. La guerra, la extracción y
acumulación de capital interactuaron para configurar la construcción del Estado en Europa.
Estados chantajistas que creaban amenazas para luego vender protección. En tiempos de guerra,
los dirigentes encargaban a corsarios o contrataban a bandidos para que atacasen a sus
enemigos.

Los recursos para la construcción de Estado de la oligarquía capitalista holandesa se


habían forjado en una larga lucha de emancipación contra el dominio imperial español. Para
tener éxito en esta lucha, se estableció una alianza en la cual el poder se compartía con intereses
dinásticos de La Casa de Orange. El poder de la oligarquía capitalista dentro del Estado
holandés le permitió dotarse de recursos suficientes para plantear y resolver los problemas
alrededor de los que giraba la lucha del poder europeo.

La crisis socio-económica debilitó a la nobleza de tal forma que los campesinos


incrementaron constantemente su participación en el excedente en toda Europa. Implicó la
elevación del nivel de vida de las capas inferiores y una relativa nivelación de las rentas que
representó para las clases superiores la crisis real.

La solución a esto sin que haya un cambio social drástico era la creación de un sistema
capitalista mundial, una nueva forma de apropiación del excedente. El tratado de Westfalia era
una afirmación del Estado soberano y de un nuevo sistema económico. Con la paz de Westfalia
de 1648 emergió un nuevo sistema de dominio mundial. En los tratados que le siguieron, se
proclamó la restauración de la libertad de comercio mediante la abolición de las barreras que se
habían levantado durante la Guerra de los Treinta años, se introdujeron normas para proteger la
propiedad y el comercio de los no combatientes y la limitación de las represalias en beneficio
del comercio.

El primer fundamento y base del sistema westfaliano era el respeto de la soberanía


nacional y el del equilibrio de las potencias. Este principio se desarrolla con el surgimiento de
los Estados modernos que rechazan el modelo imperial. La paz westfaliana, además de
estabilizar el tablero político europeo, instala los cimientos del derecho internacional. El
sistema westfaliano tenía por objetivo mantener el sistema geopolítico, es decir, mantener el
Statu Quo.

Las Provincias Unidas crearon las condiciones de igualdad efectiva entre los Estados
europeos que luego sería el sistema de Westfalia. Pero los holandeses nunca gobernaron el
sistema que habían creado. Tan pronto como el sistema de Westfalia se halló en
funcionamiento, las Provincias Unidas comenzaron a perder su recientemente adquirido
estatus de potencia mundial.

Durante más de medio siglo los holandeses continuaron dirigiendo los Estados del
nuevo sistema de Westfalia en una dirección específica: la expansión comercial de ultramar
respaldada por su poder naval.

Los principales beneficiarios del nuevo sistema de dominio fueron los antiguos aliados
de las Provincias Unidas: Francia e Inglaterra. Durante el próximo siglo y medio el sistema
inter-estatal se halló dominado por la lucha entre estas dos grandes potencias para conseguir la
supremacía mundial.

Los esfuerzos de los dos rivales se concentraron progresivamente en la incorporación de


la fuente de riqueza y poder del Estado capitalista. Francia e Inglaterra lucharon por el
control del atlántico.

Éste se hallaba definido por tres componentes fundamentales: el colonialismo de


colonos, la esclavitud capitalista y el nacionalismo económico. Estos tres componentes
fueron esenciales para la reorganización del espacio político/económico mundial.

El colonialismo de colonos y la esclavitud capitalista resolvieron el problema del


trabajo colonial, se perfiló como el factor decisivo de la expansión de la infraestructura y de los
mercados necesarios para sostener los esfuerzos productivos de los colonos.

El nacionalismo económico era la acumulación interminable de excedentes del


comercio colonial interestatal. Y además se refería a la construcción a la economía nacional o
domestica.

Luego que Gran Bretaña venciera en la Guerra de los Siete Años (1756-1763), la lucha
librada con Francia por la supremacía mundial llego a su fin. Pero esto no la convirtió en
hegemonía, sino que se entró en un creciente caos sistémico. Gran Bretaña conquistó la
hegemonía creando un nuevo orden mundial a partir de este caos sistémico.

Este caos sistémico fue el resultado del conflicto social y las luchas por el poder. Los
agentes de esta nueva ola de rebeldía sistémica por el Atlántico fueron los colonos, los
esclavos de plantación y la clase media metropolitana. Esta rebelión produjo una trasformación
en las relaciones gobernante-súbdito en la Américas y en la mayor parte de Europa y provocó el
establecimiento de un nuevo tipo de hegemonía mundial, el Imperialismo del Libre Comercio,
que que remplazaría al sistema de Westfalia.

La Francia napoleónica produjo violaciones a los principios del Sistema de Westfalia.


Usurpó los derechos de propiedad y las libertades de comercio de los Estados no-combatientes
mediante las expropiaciones, los bloqueos y la economía dirigida.

El Reino Unido logro hacerse hegemónico, dirigiendo una vasta alianza de fuerzas
dinásticas en la lucha contra esas infracciones de sus derechos absolutos de gobierno y a favor
de la restauración del Sistema de Westfalia. Los británicos dirigieron el sistema interestatal
que estaba a punto de ser destrozado en la lucha contra las pretensiones imperialistas de la
Francia napoleónica.

La capacidad de Gran Bretaña de re-estructurar el mundo con el fin de adaptarlo a sus


propios intereses nacionales, fue una manifestación de hegemonía: es decir, la capacidad de
anunciar con credibilidad que la expansión del poder del Reino Unido era de interés general. La
expansión de poder de los gobernantes británicos frente a otros gobernantes se presentaba como
la fuerza motriz de una expansión general de la riqueza de las naciones.

Un nuevo grupo de Estados de comunidades nacionales que habían conseguido la


independencia de viejos imperios, se sumaron al grupo de Estados dinásticos y oligárquicos que
habían formado el sistema de Westfalia. Las relaciones interestatales comenzaron a ser regidas,
ya no por los intereses de los monarcas, sino por los intereses de estas comunidades nacionales.
La democratización del nacionalismo.

La expresión Imperialismo del Libre Comercio pone en relieve la administración


británica del sistema-mundo en base a cimientos de dominio imperial y acumulación mundial
mediante el libre comercio. Al abrir su mercado doméstico, los gobernantes británicos crearon
redes mundiales de dependencia y lealtad vinculadas a la expansión de la riqueza y el poder del
Reino Unido. Este control sobre el mercado mundial, combinado con el dominio del equilibrio
de poder global, permitió al Reino Unido gobernar el sistema interestatal como un imperio.

Los recursos extraídos en forma de tributos de sus dominios se utilizaron para reforzar y
expandir su poder coercitivo y llegaron a Londres para ser reciclados en los circuitos
financieros, lo cual hizo de Londres el centro natural de las Altas Finanzas. El patrón-oro y el
constitucionalismo fueron los instrumentos de adhesión al nuevo orden internacional para los
pequeños países.

El Sistema de Westfalia se basaba en el principio de que no había ninguna autoridad por


encima del sistema interestatal. El Imperialismo de Libre Comercio, sentó el principio de que
las leyes que operaban en el interior de los Estados y que regían las relaciones entre los mismos
se hallaban sometidas a la autoridad superior de una entidad metafísica, un mercado mundial
gobernado por sus propias leyes y presentó su supremacía mundial como la materialización de
esta entidad.

A finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, el régimen británico desbancó al
régimen holandés mediante la internalización de los costos de producción.
Entenderemos por internalización de los costes de producción al proceso mediante
el cual las actividades de producción se incluyen en el ámbito organizativo de las empresas
capitalistas y se someten a la economización de recursos.

El comercio triangular fue una ruta comercial que se estableció en el océano


Atlántico desde el siglo XV hasta el siglo XX, e involucraba a Europa, África y América. La
ruta iniciaba en Europa Occidental con suministros de todo tipo. En la costa occidental
de África los productos se intercambiaban por esclavos. La siguiente escala era en las islas de
las Antillas o la costa de América, donde la mayor parte de las mercancías y los esclavos eran
vendidos para ser explotados en minas y plantaciones. Las materias primas producidas por la
mano de obra esclava (azúcar, tabaco, cacao) y los metales preciosos se destinaban a Europa
para elaborar productos manufacturados e intercambiarlos por esclavos repitiendo el ciclo.

El comercio triangular, produjo un triple estimulo en la industria británica. Las


ganancias obtenidas suministraban una de las principales contribuciones a esa acumulación del
capital que financió la Revolución Industrial en Inglaterra.

Su contribución más importante fue la expansión de las redes de comercio, de


acumulación y de poder inglés. Promovió el traslado de la actividad comercial desde
Ámsterdam a las ciudades portuarias inglesas. El tráfico de esclavos era la fuente de todo.

Se crearon así nuevas industrias en Inglaterra. El comercio exterior posibilitó el


desarrollo del transporte naval y la construcción de barcos. El desarrollo del transporte
naval y la construcción de barcos condujeron al crecimiento de las grandes ciudades.

Locke afirma que Dios ha dado a los hombres la razón para hacer uso de la naturaleza
para mayor comodidad de su existencia y que pertenece a la humanidad comunitariamente al ser
productos de la naturaleza. Pero cada hombre posee una propiedad que le pertenece a él mismo
y nadie tiene derecho a esa propiedad, ya que el trabajo empleado en dicha propiedad la hace
ser propiamente suya, y al haber empleado su trabajo en esa propiedad hace que el resto de los
hombres no tengan ya derecho sobre ella. Pues ha sacado esa propiedad del estado en el que
pertenecía comúnmente a todos y la ha hecho suya.
Por lo tanto, Locke afirma que es el trabajo el que te da derecho a esa propiedad, es el
trabajo que empleas el que hace que seas propietario y no la avaricia. Así pues, nadie debe
interferir en la propiedad del otro, porque es esta propiedad conseguida con el esfuerzo que
caracteriza al hombre. Pero al igual que hay que castigarle en la justa medida en que ha
realizado la ofensa, según Locke, podrás ser propietario en la medida en que trabajes para
conseguirlo. Por eso es el gobierno el encargado de regular el derecho de propiedad. El gobierno
únicamente se encuentra para preservar ese derecho y castigar a aquél que atente contra él.

Los pobres se transformaron gradualmente en una clase de trabajadores libres que fue el
resultado de la persecución de la vagancia y la promoción de la industria nacional, ayudada por
una expansión continua del comercio exterior.

Ésta era ya una sociedad semi-comercial, cuyos miembros representativos estaban a


favor del trabajo y no podían aceptar la concepción medieval de que la pobreza no era un
problema, ni la de que los desempleados eran simplemente ociosos.

La propuesta de Bellers se basaba en asignar a los pobres de la aldea a los


contribuyentes locales para que trabajaran. Así la idea de que el pauperismo podría tener alguna
utilidad se había apoderado firmemente de la mente de la gente. El plan de Bentham era la
comercialización del desempleo a escala gigantesca.

No había todavía una concepción ni un procedimiento aceptado pata obtener beneficios


de los pobres. Había un acuerdo completo sobre la conveniencia de una población grande, tan
grande como fuese posible, ya que el poder del Estado consistía en hombres. Se aceptaban
también las ventajas de la mano de obra barata, porque sólo así podrían florecer las
manufacturas. Además, si no hubiese pobres, ¿Quién manejaría los barcos e iría a la guerra?

Estaban convencidos de que una organización apropiada del trabajo de los


desempleados debe producir un excedente; el que Bellers, el humanitario, esperaba usar sobre
todo en el alivio de otros necesitados; Bentham, el liberal, quería que el excedente se entregara a
los accionistas; Owen, el socialista, quería que se entregara a los propios desempleados.
La integración vertical es la integración de las operaciones de una empresa con la de
sus proveedores y clientes para la centralización de capital. La integración horizontal es la
integración de empresas que compiten entre sí para la centralización de capital.

INGLATERRA ALEMANIA ESTADOS UNIDOS


INTENTO DE
EXTROVERSIÓN AUTOCENTRISMO (+)
AUTOCENTRISMO (-)
FLEXIBILIDAD Y
COMPETITIVIDAD
INTEGRACIÓN INTEGRACIÓN
FISIÓN Y
HORIZONTAL VERTICAL
DESCENTRALIZACIÓN

SUSPENSIÓN DEL SUSTITUCIÓN DEL


CONTROL DEL MERCADO
MERCADO MERCADO

EMPRESA-BRITÁNICA:

 SISTEMA DE EXTROVERSIÓN.
 DE FUSIÓN FLEXIBLE.
 COMPLEMENTARIEDAD ENTRE ECONOMÍA DE PAÍSES CUYO CENTRO ES
“GRAN BRETAÑA”.
 COMPETENCIA ENTRE ENTIDADES FUSIONADAS.
 CONTROLA EL MERCADO.

Se controla el mercado cuando se reduce o elimina la independencia de acción de


aquellos a quienes se vende o se compra. Formalmente el proceso de compra-venta permanece
intacto, pero una importante cuota de mercado controlada por una unidad o por un grupo de
unidades particulares asegura una actitud de los clientes.

EMPRESA ALEMANA:

 SURGE COMO RESPUESTA DEFENSIVA A LAS PRESIONES COMPETITIVAS.


 CENTRALIZACIÓN DEL CAPITAL.
 INTEGRACIÓN HORIZONTAL.
 SUSPENSIÓN DEL MERCADO.

Cuando la unidad que efectúa la planificación firma contratos en los que se especifica
los precios y cantidades que deberán comprarse a lo largo de dilatados periodos de tiempo. Se
crea un matiz de contratos mediante la cual cada empresa elimina la incertidumbre. En este
caso, el Estado garantiza un precio suficiente, con un marguen adecuado, para cubrir los costes.
Y se compromete a comprar lo que se produce o compensar totalmente en caso de cancelación
de los contratos, fracaso técnico o ausencia de demanda. Así, efectivamente, el Estado suspende
el mercado con toda la incertidumbre al mismo.

EMPRESA ESTADUNIDENSE:

 SURGE COMO RESPUESTA DEFENSIVA A LAS PRESIONES COMPETITIVAS.


 SE BASA EN LA INTERNACIONALIZACIÓN DEL MERCADO MUNDIAL EN SU
INTERIOR. ES DECIR UNA INTEGRACIÓN DE SUBPROCESOS DE
PRODUCCIÓN E INTERCAMBIOS SECUENCIALES.
 PRIMERO INTEGRACIÓN HORIZONTAL Y LUEGO INTEGRACIÓN VERTICAL.
 SUSTITUCIÓN DEL MERCADO.

Mediante la integración vertical la unidad que efectúa la planificación se hace con el


control de la fuente de abastecimiento o del mercado, una transacción que se halla sujeta a
negociación sobre los precios y cantidades es reemplazada, por una transferencia realizada de la
unidad que efectúa la planificación. Esta internalización en el interior de la unidad planificadora
de transacciones previamente ejecutadas en el mercado no elimina totalmente la incertidumbre
inherente al mismo, porque ésta unidad todavía tiene que competir por los inputs primarios que
no puede producir por sí misma y por el poder de compra de los consumidores finales.
Sustituye la incertidumbre vinculada a la regulación efectuada mediante el mercado de los
subprocesos secuenciales de producción, por incertidumbres menores y más manejables
derivadas del abastecimiento de los inputs primarios y de la enajenación de los productos
finales.

Alemania fue el epicentro proteccionista. El desempleo, el malestar laboral, el


hundimiento de los valores inmobiliarios, la crisis fiscal y las recesiones industriales y
comerciales indujeron a Bismarck a intervenir con el fin de proteger a la sociedad alemana.

Se estableció una relación de intercambio político entre el gobierno alemán y un grupo


de empresas comerciales (los principales socios eran los bancos y empresas industriales). El
gobierno hacia lo posible por facilitar la expansión de las empresas y estas hacían lo posible por
la unidad de la economía domestica y dotar al Estado de un aparato industrial-militar.

Cuando los recursos empresariales y monetarios de los bancos se vieron liberados por la
nacionalización de ferrocarriles, estos se apresuraron para tomar el control de la industria
alemana en complicidad con un pequeño grupo de empresas industriales. La economía
doméstica alemana empezaba a parecerse a una gran fábrica.

Los grandes bancos facilitaban el funcionamiento de las empresas. Los bancos adquirían
nuevos medios para incrementar su control sobre el sistema industrial, hasta poder controlar la
totalidad de la economía nacional.

Desde la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del XX Estados Unidos había
recibido inversión extrajera, en particular británica, por lo tanto se había transformado en
deudor además de proveedor de materias primas. Y por lo tanto iba a equilibrar su cuenta
corriente mientras se incrementaba su papel de proveedor de bienes para el gasto bélico.

Estados Unidos cancela su deuda con Gran Bretaña, como resultado de esto, no
desplaza a Gran Bretaña pero se une en la producción del dinero mundial y el dólar se convierte
en dinero de reserva. Ni el dólar, ni la libra conforma el grueso de las divisas extranjeras en
poder de los bancos centrales, esto significa que ninguno de ellos es la moneda mundial,
ninguno puede regular el comercio mundial.

En el mismo proceso Estados Unidos adquiere activos extranjeros y comienza a


acumular pasivos de las naciones europeas. La adquisición de esta masa de dinero por E.E.U.U.
y la imposibilidad de los países deudores cancelen su deuda va a significar que Estados Unidos
congele la concesión de préstamos.

El proceso de guerra va a permitir a Estados Unidos continuar su expansión y a la vez


desarrollar los nuevos instrumentos en los que se va a basar su posterior hegemonía,
básicamente el poderío en armamentos. Estados Unidos al final del periodo bélico disfruta del
virtual monopolio sobre la liquidez mundial y la mayor parte de las reservas de oro mundial,
junto con ello centraliza la capacidad productiva. En este proceso Estados Unidos demuestra
que podía salir fortalecido en un contexto de Caos Sistémico.

Antes del estallido de la l Guerra mundial, habían comenzado ya a organizarse


poderosos movimientos sociales de protesta en todo el mundo. Estos movimientos tenían por
objetivo la revolución de los pueblos no-occidentales por un lado, y de las masas desposeídas
del mundo occidental por el otro, sobre la cual se basaba el imperialismo del libre comercio. El
poder social de los desposeídos se incrementó como consecuencia del aumento de sus luchas
para conseguir protección estatal en sus condiciones de subsistencia.

Estados Unidos logró desempeñar la función hegemónica, en primer lugar, dirigiendo el


sistema interestatal hacia la restauración de los principios, normas y reglas del sistema de
Westfalia y, posteriormente, gobernando y remodelando el sistema que habían restaurado con el
fin de dar cabida a las demandas de los pueblos no occidentales y de las masas desposeídas.

Después de la ll Guerra mundial, se concedió a todo pueblo, fuera occidental o no


occidental, el derecho, a la autodeterminación, es decir, a constituirse en una comunidad
nacional y, una vez constituida, a ser aceptada como miembro de pleno derecho del sistema
interestatal.

Cuando los instrumentos de poder más tradicionales se desplegaron para organizar la


protección y reorganización del mundo libre el FMI, el Banco Mundial y las Naciones Unidas se
convirtieron en instrumentos manejados por el gobierno de los Estados Unidos para ejecutar sus
funciones hegemónicas.

En EEUU se determinó la necesidad de elaborar un nuevo tipo humano conforme al


nuevo tipo de trabajo y de proceso productivo. Las iniciativas puritanas tienen el fin de
conservar, fuera del trabajo, un cierto equilibrio psicofísico que impida el colapso fisiológico
del trabajador. La preocupación es mantener la continuidad de la eficiencia física del trabajador.

El denominado alto salario es el instrumento para mantenerlo en forma estable el


sistema de producción. Es preciso que el trabajador gaste para mantener, renovar y
posiblemente acrecentar su eficiencia muscular nerviosa, no para destruirla o cortarla.

Gramsci resalta dos enemigos del prohibicionismo, uno es el alcohol y otro el abuso e
irregularidad de la sexualidad. Con respecto al primero, se busca impedir su consumo porque
destruye físicamente al trabajador y disminuye su aptitud para realizar los movimientos
mecánicos propios de este nuevo proceso productivo.

Al hablar de la cuestión sexual podríamos decir que el industrialismo busca la


monogamia, quiere que el hombre trabajador no disipe sus energías en la búsqueda desordenada
de la satisfacción sexual ocasional. El trabajador que luego de una noche de excesos se dirige a
trabajar no es un buen trabajador. Se busca por medio de esta suerte de puritanismo que el
trabajador gaste su salario en bienes destinados al uso y goce familiar.

Los industriales norteamericanos buscaron crear un nuevo tipo de trabajador y de


hombre. Taylor expresaba que el fin de la sociedad norteamericana era desarrollar en grado
máximo en el trabajador las actitudes maquinales y automáticas, destruir el viejo nexo
psicofísico del trabajo profesional calificado que exigía cierta participación activa de la
inteligencia, de la iniciativa del trabajador y reducir las operaciones productivas a su solo
aspecto físico y maquinal.

Su teoría se refiere a los cambios de volumen del empleo y la producción en el sistema


económico en su conjunto, en contraste con la teoría tradicional, que se refiere primordialmente,
a la economía de la empresa singular y de la industria singular.

Explica que la inflación y el paro dependen del volumen de demanda efectiva. Cuando
la demanda es deficiente se produce el paro, y cuando la demanda es excesiva se produce la
inflación.

El dinero desempeña tres funciones: la de medio de cambio, la de unidad de cuenta y la


de acumulador de valor. La función de acumular valor es la más importante para la economía
monetaria que define Keynes.

Los que tienen riqueza de la que consumen pueden acumular el exceso de varias formas,
entre las que se cuentan atesorar dinero, prestar dinero o invertirlo e. Si optan por acumular su
riqueza en forma de dinero, no obtienen interés, si prestan su dinero, perciben interés, y si
adquieren un capital de inversión, esperan percibir beneficios.

Pero tiene que haber una explicación especial de por qué la gente prefiere a veces
acumular riqueza en la forma de dinero. Keynes da como respuesta a esto que el dinero puede
ser la forma más segura para acumular riqueza. Si fuese un mundo en el que pudiera predecirse
el futuro económico con precisión matemática, no tendría sentido acumular riqueza en la forma
de dinero. El interés se ha considerado por los economistas como una recompensa al ahorro, una
recompensa por posponer el consumo, como un premio.

La producción que excede al consumo habitual se llama inversión. La misma


comprende actividades tales como construir nuevas fábricas, nuevas casas, nuevos ferrocarriles
y otros tipos de bienes que no han de ser consumidos con tanta rapidez como se producen.
La teoría de Keynes afirma que el empleo depende de la cantidad de inversión. El
empleo en la actividad de inversión ayuda a mantener la demanda de la producción existente de
bienes de consumo. Si disminuye la inversión, se origina el paro.

Los economistas clásicos se ocupan del comportamiento racional en un mundo racional,


Keynes se ocupa del comportamiento racional en un mundo irracional. La teoría general de
Keynes es una macroeconomía. La de la teoría clásica es una microeconomía.

Puede resumirse que en un mundo en que el futuro económico es incierto y en que


el dinero es la forma más importante de acumular riqueza, el nivel general de empleo
depende de la relación entre los beneficios esperados de la inversión y el interés que hay
que pagar. Si hay confianza en el futuro, habrá inversión real y habrá empleo.

LA CARTA ATLÁNTICA

Desde el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Roosevelt ya había previsto cuáles


debían ser los principios del nuevo orden mundial posterior a la contienda. Estos principios
quedaron plasmados en la Carta Atlántica:

 La renuncia a la ganancia de territorios conquistados durante la guerra.


 La aclaración y revisión de fronteras de acuerdo con los países interesados.
 Libertad de circulación por todos los mares y océanos.
 Renuncia al uso de la fuerza para dirimir las controversias internacionales.
 Una nueva era de cooperación para impulsar el comercio mundial con la participación de
todos los Estados.

La firma de la Carta Atlántica había sido la condición impuesta a Gran Bretaña por
Estados Unidos para entrar en la guerra mundial en defensa de los países aliados contra
Alemania. Los estadounidenses estuvieron planificando este momento casi desde que comenzó
la guerra.

El orden que se quería establecer para la nueva era debía evitar los errores que habían
sido la causa de las dos guerras mundiales del siglo XX.

LAS PRIORIDADES NORTEAMERICANAS

La pretensión de Estados Unidos estaba en que las bases del nuevo orden, estuvieran
fundamentadas en un liberalismo económico internacional con el dólar como medio de pago
internacional predominante.
El objetivo prioritario de Estados Unidos era lograr la prosperidad y el pleno empleo en
el interior de los Estados Unidos, para ello, el medio necesario era el acceso de las empresas
norteamericanas a los mercados mundiales para colocar sus excesos de producción que habían
alcanzado gracias a las dos guerras. Una liberación completa del mercado daba ventaja a
Estados Unidos.

EL OBSTÁCULO DE LA COMMONWEALTH

El gobierno británico pretendía conservar el dominio y el control sobre el comercio de


las antiguas colonias del imperio, configuradas en el seno de la llamada Commonwealth.

Gran Bretaña, después de la Segunda Guerra, pretendía implantar un librecambio


mundial asimétrico que le permitiera mantener los privilegios de su imperio colonial.

La Commonwealth, o comunidad de naciones miembros del imperio británico,


funcionaba como un mercado interior en cuyo seno los países miembros se concedían ventajas,
pero mantenían fuertes barreras y restricciones frente a los países no pertenecientes al imperio.

CARACTERÍSTICAS DE LA PROPUESTA DE KEYNES

Estados Unidos, había convocado la Conferencia de Bretton Woods con el objetivo de


solucionar tres problemas:

 Cómo estructurar el orden monetario mundial de la nueva era y bajo qué patrón de moneda.
 Cómo debían corregirse y financiarse los desequilibrios de las balanzas de pagos a corto y
medio plazo.
 Cómo debía promoverse y financiarse el desarrollo armónico de todos los países.

Esto trataba de evitar los tres grandes problemas que se habían generado desde durante
la gran depresión y la caída del patrón oro:

1. El problema del patrón oro y su falta de liquidez.


2. El problema de los ajustes de las balanzas de pagos y de las devaluaciones competitivas de
monedas.
3. El problema del desarrollo armónico de los pueblos.

Para afrontar la solución de estos problemas, la conferencia de Bretton Woods tenía


especial interés en escuchar las propuestas de Keynes, pero resultaron demasiado
independientes de los intereses políticos norteamericanos:
Crear una nueva moneda de alcance mundial, independiente del dólar, de la libra
esterlina y de cualquier otra moneda. Esta nueva moneda debería estar avalada por todos los
países y sometida al control de una autoridad supranacional, A esta moneda la llamó bancor.

La puesta en circulación del bancor hubiera supuesto una renuncia a una cierta cantidad
de soberanía nacional de los países por igual, pero hubiera tenido la ventaja de garantizar a
todos la liquidez necesaria para expandir el comercio y lograr el ajuste en las balanzas de pagos
de todos, sometiendo todo ello a la supervisión de un organismo internacional común, lo cual
hubiera permitido la igual financiación del desarrollo de todos los países y continuar con un
crecimiento económico sostenido.

Las propuestas de Keynes estaban dirigidas a la creación de una estructura de


funcionamiento institucional que permitiera garantizar el desarrollo armónico de todos los
países y que condujera al pleno empleo en todos ellos:

 Creación de un Banco Mundial, encargado de realizar la correspondiente programación de


las inversiones para el desarrollo.

 Creación de una Organización del Comercio dirigida a controlar los precios internacionales y
establecer las normas necesarias de equilibrio.

 Creación de un Fondo Emisor De Moneda para dotar de suficiente liquidez al sistema y


procurar el equilibrio de las balanzas de pagos.

CARACTERÍSTICAS DE LA PROPUESTA ESTADOUNIDENSE

Ante la propuesta de Keynes, el Subsecretario del Tesoro, Harry Dexter White, y un


grupo de expertos norteamericanos emitieron un contra-informe. En éste, se defendía la
supremacía del dólar como moneda básica del sistema, convertible en oro a una paridad fija y,
además, los siguientes puntos fundamentales:

Consolidar el dólar como única moneda de reserva internacional.

Todas las demás monedas se someterían a una paridad fija con el dólar y ésta con el oro.
De este modo se evitarían todos los movimientos especulativos sobre las monedas y sus
devaluaciones competitivas.

Todos los países quedarían sometidos también a la disciplina de un Fondo Monetario


Internacional encargado de velar por la estabilidad del cambio de las monedas respecto al dólar
y de facilitar la financiación necesaria para alcanzar los ajustes de las balanzas de pagos a corto
y medio plazo.
Como consecuencia, el ajuste ante un déficit permanente de la balanza de pagos recaería
siempre sobre los países deficitarios, es decir sobre los países pobres y subdesarrollados. Los
países con superávit no tendrían ninguna obligación al respecto.

Por su parte, Estados Unidos, al ser emisor de la moneda de reserva, se beneficiaría de


los desequilibrios de los demás países. Los déficits propios en la balanza de pagos de Estados
Unidos serían financiados por los demás países al mantener éstos monedas de reserva
nominadas en dólares.

Estados Unidos no se vería obligado a realizar ajustes interiores de ninguna clase ante
un déficit crónico en su balanza de pagos, porque es beneficiario de los déficits crónicos de
todos los otros países. Y, al suministrar la liquidez internacional emitiendo moneda en la medida
necesaria para que los demás países pudieran acumular reservas, nominadas en dólares, se
apropiaba en la misma medida de la riqueza ajena.

LA SOLUCIÓN RESULTANTE DE LOS PACTOS DE BRETTON WOODS

La solución adoptada en Bretton Woods fue la propuesta de Estados Unidos y sus


representantes. Se decidió por la institucionalización de un sistema de moneda internacional
fundado en el dólar y dirigido por un Fondo Monetario Internacional encargado de administrar
el modelo y garantizar su funcionamiento. Los Estados Unidos pasaron a conservar todo el
poder de emisión de moneda internacional y de creación de liquidez. Se establecía una
organización mundial, el FMI, para el control de la estabilidad de los cambios de todas las
monedas entre sí, con respecto al oro y al dólar.

Se incorpora la idea de Keynes sobre un Banco Mundial que se creó con la


denominación de Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (BIRD).

El sistema monetario mundial iba a estar controlado por organizaciones internacionales,


el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, en las que el voto y la posición de
Estados Unidos iba a ser en todo momento el factor determinante. Las autoridades
norteamericanas pasaban a ser la piedra angular del sistema, como emisoras de la moneda de
reserva.

La noción de internalización de costes de transacción es la característica específica


del ciclo de acumulación estadounidense. Son los costes vinculados a la transferencia de in-putts
a lo largo de una cadena de organizaciones independientes que conectan la producción primaria
con el consumo final. Así se constituían las economías de velocidad y no economías de tamaño.
Así se podía someter los costes, riesgos e incertidumbres relacionados al desplazamiento de esos
bienes. Cuando regularizaron flujos de tesorería, las empresas comenzaron a disfrutar de
ventajas competitivas frente a las empresas unidepartamentales.

TAYLORISMO

El interés por incrementar el potencial productivo de la industria, llevó a Frederick


Taylor, a efectuar un detallado estudio de las funciones fabriles, con el objetivo de eliminar
todos los movimientos inútiles y mal concebidos, y establecer, mediante la cronometración de
cada tarea específica, el tiempo necesario para realizarla. Así se creó la gestión científica, cuyos
fundamentos eran:

 La división del trabajo de cada obrero en tareas lo más específicas y simples posible,
cronometradas y diseñadas por la dirección de la empresa.
 Todo el proceso productivo pasa a estar planificado y controlado desde la gerencia.
 La implementación de sistemas de pagos de salarios diferentes según los resultados, como
incentivos a la producción.

El Taylorismo permitió incrementar la intensidad del trabajo, reducir los costos de


producción, y aumentar los beneficios. La descomposición y simplificación de cada tarea, hacía
que el obrero sea fácilmente reemplazable y, por lo tanto, menos costoso.

El Taylorismo buscó resolver la crisis, a través de la Organización Científica del


Trabajo con la eliminación de los tiempos muertos, la reducción de costos, el obrero
reemplazable y barato mediante la descomposición de sus tareas.

FORDISMO

Ford profundiza las lógicas de Taylor e incorpora la cadena de montaje. En los inicios
de la cadena, se encuentra el transportador de cinta, donde todas las piezas de un producto,
pasan frente a los obreros que montan una pieza cada uno, y al final de la serie, el montaje está
terminado.

El problema que se presenta, es que los obreros manejan el ritmo del trabajo.
Se conserva el principio de montaje de piezas sucesivas, pero se añade un detalle técnico: al
estar la pieza fijada al transportador, el ritmo del trabajo es establecido mecánicamente por la
velocidad dada a la cadena.
Se pasa de la máquina universal (donde se realizan varias operaciones y requieren
operarios especializados) a la máquina especializada (donde se realiza una sola operación y no
requiere de obreros especializados).

El transportador, no sólo elimina los tiempos muertos, sino que también los convierte en
tiempo de trabajo productivo. La línea de montaje, lleva hasta sus límites a la división del
trabajo.

Gramsci plantea que el fracaso en el intento de implementar el modelo americanista en


Europa se debe principalmente a la composición demográfica europea. Es por ese motivo que el
americanismo encuentra tantas resistencias.

Gramsci dice que una condición preliminar para la aplicación del modelo americanista
es la composición demográfica racional. Dicha composición consiste en que no existan clases
sociales numerosas que no posean una función esencial en el sistema productivo, vale decir, que
sean parasitarias.

La tradición europea se ve caracterizada por la existencia de aquellas clases meramente


parasitarias creadas por la riqueza y la complejidad de la historia del viejo continente que dejó
un cúmulo de sedimentaciones pasivas a través de los fenómenos de saturación y fosilización
del personal estatal, de los intelectuales, del clero y la propiedad terrateniente. Puede decirse,
según Gramsci, que cuánto más vetusta es la historia de un país, más numerosas y gravosas son
esas sedimentaciones de masas holgazanas e inútiles que viven del patrimonio de sus
antepasados, de estos pensionados de la historia económica.

EEUU no tiene grandes tradiciones históricas y culturales, pero tampoco está gravada
por esa capa de plomo; esta es una de las razones principales de su formidable acumulación de
capitales, no obstante el nivel de vida de sus clases populares, superior al europeo. La no
existencia de esas sedimentaciones viscosamente parasitarias, residuo de fases históricas
pasadas, ha permitido dar una base sana a la industria reduciendo cada vez más la función
económica del transporte y el comercio, convirtiéndose en una real actividad subalterna de la
producción y facilitando así la inclusión de dichas actividades en la función productiva misma.
ADAM SMITH

Los bienes deben ser útiles, deben tener valor de uso. Después en el intercambio está el
valor de cambio.

Teoría del valor-trabajo: el trabajo es la medida real del valor de cambio (a pesar de que
comúnmente el valor no se estima en términos de trabajo, porque es muy difícil de medir, en
cambio se comparan unos artículos por o por dinero). Esto quiere decir que existe un precio
nominal y otro precio real (el trabajo). La medida real del valor es el trabajo.

DAVID RICARDO

Smith habla de valor de uso, todos los productos deben usarse, y del valor de cambio.
Esto quiere decir que si no se usan nadie va a querer cambiarlos. Sin embargo, en el caso del oro
y la plata, tienen un alto valor de cambio a pesar de no ser muy utilizados, y por el contrario, el
agua y el aire, no tienen valor de cambio y sí de uso. Con estos ejemplos David Ricardo descarta
entonces la idea de Smith de utilidad para tener valor.

Agrega la novedad de que el valor de un bien se lo da la escasez, poniendo el ejemplo,


de aquellos bienes que por ser irreproducibles tienen un alto valor de cambio. Sin embargo, es
un caso atípico, en la mayoría de los bienes, el valor, como ya decía Smith también, se lo da el
trabajo incorporado (teoría del valor-trabajo).

KARL MARX

El valor de la mercancía se determina por el trabajo incorporado. Es importante aclarar


que cuando hablamos de mercancías estamos hablando de trabajo social, es cuando hablamos de
productos, que se producen para el uso inmediato, que podemos hablar de trabajo a secas, pero
así, sujeto a la división del trabajo, nos referimos al trabajo social.

Las cantidades de trabajo se miden por el tiempo que dura el trabajo en todo su proceso.
El salario no responde a esto, siempre va a ser inferior. El precio expresa en el mercado su valor
casi exacto, entonces, esto quiere decir que la ganancia no es un recargo. El obrero vende al
capitalista su fuerza de trabajo, esto quiere decir, su capacidad de trabajar. La fuerza de trabajo
equivale a los artículos de primera necesidad, es decir, lo que el obrero necesita para poder vivir
y para perpetuar su fuerza de trabajo. Por pagar por ella el capitalista tiene derecho en utilizarla
todo el tiempo que quiera. Esa es la diferencia entre fuerza de trabajo y tiempo de trabajo. Una
vez pagada la fuerza de trabajo, todo lo demás que trabaje el obrero será la ganancia del
capitalista, esto es la plusvalía, que consiste en aprovechar al obrero al máximo más allá de las
horas que este necesita para su propia reproducción. El salario parece que paga el trabajo, pero
solo paga la fuerza de trabajo.

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