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PSICOLÓGICA

PRÁCTICAS DE CRIANZA: COMO EDUCAR A NUESTROS HIJOS DE 0 A 12


AÑOS.

I. DATOS GENERALES:

Denominación : “Practicas de crianza, como educar a


nuestros hijos de 0 a 12 años”
Institucional educativa : Pronoei “Mis angelitos”
Dirigido a : Madres de família.
Número de participantes máximo : 30
Número de participantes mínimo : 10
Número de sesiones :1
Lugar : I. E. Víctor Raúl Haya de la Torre
Dirección : Jr. Miguel Grau 613 Bs. As. Norte
- Víctor Larco.
Tiempo de duración de cada sesión : 45 - 50 minutos (aproximadamente)
Fecha de ejecución : 24 de abril de 2015.
Responsable : César Rojas Guevara.
Ps. Asesor : Patricia Rodríguez Mendoza.

II. OBJETIVO GENERAL

Concientizar a los padres de familia sobre la importancia de la práctica de pautas de


crianza positivas en sus hijos e hijas de 0 a 12 años.

III. DESCRIPCIÓN DE LA SESIÓN:

A. Sesión N° 01:

Título: Prácticas de crianza, como educar a nuestros hijos de 0 a 12 años.

Ambiente: Aula del Pronoei “Mis angelitos”.


OBJETIVO ACTIVIDAD PROCEDIMIENTO MATERIALES TIEMPO RESPONSABLE
ESPECIFICO

Se iniciará la sesión presentando a los(as) participantes la temática y Hoja de registro


el objetivo de la charla a desarrollar. Seguidamente se procederá a de asistencia.

plantear las siguientes interrogantes: ¿A qué nos referimos cuando Pizarra


Lluvia de ideas 5 min.
hablamos sobre Práctica de crianza? ¿Cómo criamos a nuestros hijos
Plumones
según su edad?
Dar a conocer a
Luego el facilitador procederá con la exposición del tema: Prácticas
los padres de
de crianza, como educar a nuestros hijos de 0 a 12 años, donde el
familia sobre la contenido de la exposición se basara en brindar pautas de como
importancia de la Exposición del tema Pizarra 25 min César
responder adecuadamente a sus necesidades del niño según
práctica de pautas dependiendo de su edad acorde a las características del Plumones Rojas Guevara
de crianza comportamiento de un niño de 0 a 12 años.
positivas en sus
Posteriormente, el facilitador mencionará algunas situaciones
hijos e hijas de 0 cotidianas o ejemplos concretos donde se den los comportamientos
Retroalimentación Ninguno 10 min.
a 12 años. descritos anteriormente de acuerdo a su edad, de modo que las
participantes brindaran sus opiniones y las describirán.

Por último, se anima a las participantes que nos describan verbalmente


algunas pautas de crianza que le hayan resultado nuevas o interesantes
Evaluación Volantes 5 min.
y ponerlas en práctica; se brindará algunas recomendaciones y la
Trípticos
entrega de trípticos.
IV. MARCO TEÓRICO

A. PRÁCTICAS DE CRIANZA: COMO EDUCAR A NUESTROS HIJOS

a) Prácticas de crianza
Según Izzedin y Pachajoa (2009, citado en Aguirre, 2000) refieren que “son
acciones, comportamientos aprendidos de los padres ya sea a raíz de su propia
educación como por imitación y se exponen para guiar las conductas de los
niños.

b) Como responder adecuadamente a sus necesidades según dependiendo de


su edad
En muchas ocasiones, los adultos vemos comportamientos en los niños que
no entendemos y podemos vernos desbordados por no saber actuar
correctamente. A medida que crecen, los niños manifiestan conductas y actitudes
relacionadas con los cambios físicos, cognitivos, emocionales y de desarrollo
social que están experimentando. Es así que, para entender mejor el
comportamiento de nuestros hijos o hijas es importante conocer las
características de su desarrollo evolutivo, así como sus necesidades de acuerdo a
su edad, ya que nos facilita la comprensión de su comportamiento y nos da
herramientas para actuar de acuerdo a su ritmo de desarrollo y a las
responsabilidades que pueden asumir.

Es importante tener presente que cada niño o niña es único y diferente a los
demás y tiene su propio proceso evolutivo y desarrollo (algunos empiezan a
hablar antes que otros o pueden empezar a caminar sin haber gateado antes, por
ejemplo). Es por ello que la parentalidad positiva exige paciencia, dedicación y
esfuerzo. No siempre es fácil, pero educar en positivo es posible. Ofrecemos aquí
pautas y herramientas que pueden ayudar a los padres y las madres en su tarea
más apasionante, la de educar a los hijos.
 El bebé de 0 a 12 meses: ¿Cómo responder adecuadamente a sus
necesidades?
La dependencia del bebé hacia el adulto es total y en esta etapa se
desarrolla el vínculo afectivo con la persona que ofrece los cuidados. Su
equilibrio y bienestar emocional y físico y el adecuado desarrollo de sus
capacidades cognitivas (memoria, atención, razonamiento y lenguaje)
dependerán en buena medida de la respuesta protectora del adulto. Si el bebé
no recibe continuamente afecto y cuidados es probable que sufra ansiedad o
miedo y desarrollará un fuerte sentimiento de desconfianza hacia su figura
de apego.
Hasta que adquiere el lenguaje, el bebé se comunica con movimientos
y expresiones. Al no disponer de herramientas de comunicación verbales
durante sus primeros años de vida necesita que sus padres sean muy
observadores y atiendan sus demandas lo antes posible. Esto se consigue
mediante un contacto cercano y continuo, ya que el recién nacido busca la
interacción social y gestual con la madre. Él busca y espera una respuesta a
sus acciones. Si el niño o niña no tiene respuesta, se inhibe y deja de
comunicarse.
Es muy positivo que interactúes con él cuando empiece a gorjear
(hacer ruidos con la garganta); de esta manera estimulas el desarrollo de su
lenguaje. A veces puede llorar sin razón aparente después de haberle
alimentado o cambiado los pañales. Es importante no ignorar su llamada de
atención, intentar tranquilizarle y averiguar qué le pasa, ¡no nos lo puede
contar con palabras! Existen formas de calmarle cuando está irritable como
mecerlo suavemente, ponerle música suave, darle masajes o susurrarle
palabras tranquilizadoras.
 El niño y la niña de 12 a 36 meses: ¿Cómo responder adecuadamente a
sus necesidades?
Es muy importante para su desarrollo permitirle explorar, pero debe
ser en un entorno seguro, ya que no conoce los peligros que puede correr (si
cruza solo la calle, si juega con objetos punzantes o tóxicos) y tiende a
meterse las cosas en la boca. Es importante estimular su lenguaje: hablarle,
contarle cuentos, tener paciencia cuando trate de expresarse.

Debes ayudarle a manejar su frustración. En esta etapa los padres están


muy preocupados por protegerle de peligros y el niño o la niña se sentirán
muy frustrado porque diariamente oye muchas veces la palabra “no”. A
veces será difícil que deje de hacer ciertas cosas porque se mostrará
obstinado y tendrá rabietas. Será necesario armarse de paciencia, ayudarle a
verbalizar lo que siente y contarle cómo te sientes tú.

A partir de los 3 años es importante introducir normas de convivencia


en casa (no se pinta las paredes, ni se pega a los demás, después de jugar se
recoge la habitación) y explicarle los motivos de estas normas con un
lenguaje adecuado a su edad porque ha alcanzado la habilidad de captar la
relación causa–efecto. Mediante normas e instrucciones claras y simples,
podemos empezar a enseñarles a controlar su impulsividad y a asumir
responsabilidades.

 El niño y la niña de 3 a 6 años: ¿Cómo responder adecuadamente a sus


necesidades?
El niño domina muchas palabras y manifiesta su constante curiosidad
por conocer los nombres de los objetos, su funcionamiento, preguntando sin
parar el "¿Por qué?" de las cosas. Es la edad de las preguntas: "¿Por qué el
cielo es azul?", "¿Por qué el agua moja?", "¿Por qué sale el sol?"... Muchas
veces los adultos se sienten agotados frente a estos "asaltos de curiosidad".
Otras veces, simplemente no saben contestar o están cansados de justificar
todo lo que dicen o piden al niño que haga. Entonces a veces utilizan su
autoridad sin más: "¿Por qué tengo que comer?", "Porque lo digo yo",
"Porque sí". Lo ideal sería argumentar nuestras respuestas de forma sencilla
y comprensible pero también lógica, para que el niño se sienta satisfecho de
la respuesta y sobre todo aprenda a dialogar.

Por otro lado, el juego es la actividad más importante del niño o niña
pequeños. El juego favorece el desarrollo de habilidades psicosociales y
físicas. Estimula el desarrollo motor, puesto que exige al niño o niña
moverse, correr, saltar, caminar así como favorece el desarrollo de la
inteligencia, porque lo lleva a explorar el mundo que lo rodea y a repetir
acciones en los objetos disponibles para conocerlos mejor.
Los padres pueden ayudar a los niños a aprender a través de sus juegos,
nombrándoles las cosas con las que están jugando, explicándoles las
características y funciones de las cosas que van descubriendo, contestándoles
sus preguntas, animándoles a que inventen nuevos juegos y permitiéndoles
explorar, imaginar e inventar, de modo que cuando el niño o niña juega y
convive con otros niños aprende a ponerse en el lugar del otro, a comprender
a los demás. Además, descubre la amistad y la lealtad así como, cuando
presta sus juguetes o juega con sus demás pares, comienza a manifestar su
capacidad de compartir y aprende a respetar reglas.

El contacto con distintas personas es importante para el desarrollo


psicológico del niño o niña. Éste puede establecer vínculos afectivos con
otros niños y adultos cercanos y aprender a interactuar con ellos.

A partir de los 4 años los niños no solamente considera a los demás como
"otros", sino que toma conciencia de su propia individualidad y de su
diferencia con respecto a los demás: el "quiero" y sobre todo el "No quiero"
son las palabras que más resuenan en la casa. No es egoísmo ni mal genio:
su hijo está entrenando sus fuerzas para ver la capacidad que tiene de
modificar el entorno según sus gustos, y también está buscando los límites a
su voluntad, si es que existen. Aquí el papel de los padres es muy importante,
dado que son ellos los que marcan esos límites.
Los niños necesitan saber que su voluntad tiene unos límites. Por esta razón,
por ejemplo, cuando aparecen las rabietas es importante que el adulto tenga
clara la respuesta que quiere dar a su hijo. Firmeza no quiere decir
autoritarismo. Los padres pueden decir que no, con tono seguro y tranquilo,
aun cuando el niño se eche al suelo llorando como un desesperado
(normalmente en un lugar público, como en el supermercado o en la calle, y
también en casa cuando hay invitados), intentando por todos los medios que
los padres cedan a su voluntad y le den lo que quiere. En estos casos, si
queremos que esta conducta desaparezca del repertorio de sus
comportamientos, lo mejor es ignorarle completamente. Entonces el niño
entenderá que "no es ésta la forma" de pedir algo. Por lo contrario, si nos
sentimos condicionados por la presencia de otras personas, por lo que
pensarán o dirán de nosotros, y damos al niño lo que pide a gritos para que
se calle, estamos reforzando su conducta: es una forma de confirmarle que
con este modo de actuar, al final obtiene el resultado buscado. Es importante
que los padres tengan claros estos límites - y que no sea el niño el que los
regule - ya que son necesarios para su buen y normal desarrollo. El intentar
"desafiar" les confiere un sentido de iniciativa personal.

El niño y la niña en esta etapa quiere ayudar, pero su coordinación


motora fina aún no está del todo desarrollada, por lo que derrama las cosas
y ensucia mucho. Debemos dejarle colaborar, enseñarle cómo hacer las cosas
y tener paciencia, no regañarle o impedir que haga cosas por sí mismo que
no sean peligrosas (servirse alimentos, vestirse).
A partir de los 4 a 5 años que los niños manifiestan un interés relativo
hacia las diferencias sexuales anatómicas. Niños y niñas descubren que
tienen órganos genitales diferentes. Este interés está motivado
exclusivamente por curiosidad y no hay que temer que la exploración, propia
o del otro sexo, tenga repercusiones en el desarrollo normal del niño. Desde
un punto de vista educativo es importante saber que, una vez satisfecha esta
curiosidad, los niños no suelen prestar mayor interés en el tema. Es durante
este período cuando suele llegar la pregunta tan difícil para los padres:
"¿Cómo nacen los niños?" podemos responder: “es cuando un bebé sale de
la barriga de la mamá”.

Durante estos años, empiezan los primeros celos en la familia, sobre


todo si nace un hermanito pequeño, ya que el tiempo y las atenciones de los
padres no son dedicados exclusivamente hacia él como antes; es por ello de
que el niño perciba que sus padres siguen queriéndole y el hermano no le ha
"sustituido" frente a ellos.

Un importante avance en la autonomía del niño se verifica cuando


aprende a controlar sus necesidades fisiológicas de ir al baño. Este
verdadero logro para el niño, debería de ser reforzado positivamente por los
padres cuando se consigue. Sin embargo, no hay que regañarlo si el control
de orina se retrasa hasta los 6 años. Tampoco hay que regañar cuando hay
"accidentes", por ejemplo cuando el niño está demasiado ocupado en jugar
y "se le olvida", porque lo único que se consigue es un sentimiento de
frustración y vergüenza por su incapacidad de controlarse; además le
creamos inseguridad en relación con el ambiente. Simplemente hay que
"recordarles" periódicamente si tienen necesidad de orinar, hasta que ellos
sean capaces de darse cuenta y controlarse solos.
Puede empezar a desarrollar miedo a muchas cosas: a la oscuridad, a
monstruos imaginarios, a que le abandonen, etc. Necesita saber que le
mantendrás a salvo; que si te ausentas, volverás. No debes avergonzarle por
sus miedos o quitarles importancia: esto sólo le hará sentirse más vulnerable.
Cuando tenga miedo, escúchale y reconfórtale, ofrece protección y evita
exponerle a películas, imágenes o sonidos que puedan provocarle pesadillas.

 El niño y la niña de 6 a 10 años: ¿Cómo responder adecuadamente a sus


necesidades?
La entrada en la escuela marca un hito importante en la evolución del niño:
que empiece a “sentirse grande”. Toda su curiosidad y energías se centran
en el aprendizaje, gracias a las habilidades de leer y escribir que adquiere, la
vida es ahora como una aventura.

Debemos estar atentos a síntomas de inseguridad en la escuela ya que


pueden provocar tristeza, apatía o rabia. Es necesario hablar con el niño o la
niña de su cotidianidad y apoyarle y motivarle con las tareas escolares (cómo
disfrutar de lo que aprenden y la importancia de la educación) para evitar
sentimientos de fracaso. Equivocarse forma parte del aprendizaje, pero es
necesario que averigües las razones por las que puede presentar un bajo
rendimiento en la escuela porque pueden ser muchas: problemas para prestar
atención, de vista, de audición, de comprensión del lenguaje, de ansiedad.

El niño suele compartir con los padres los sucesos de su quehacer diario,
cuando éstos demuestran su interés en que quieren sentirse escuchados:
“Papá, ¿sabías que...?” o también la edad en que empiezan los acertijos:
“Mamá, adivina: ¿qué hacen...?”. Los padres a veces están ocupados,
cansados por el trabajo o pueden tener preocupaciones. No obstante, sería
conveniente que, aunque durante poco tiempo, les dedicaran atención
exclusiva, para que así los niños sigan percibiendo que son importantes y
queridos por ellos.
Cada niño o niña posee unos rasgos de temperamento particulares que
influirán en la manera de adaptarse y responder ante nuevas situaciones.
Nunca debes compararle con otros niños o niñas y siempre debes reforzar
sus esfuerzos con muestras de cariño y elogios.
Es muy positivo que a la hora de poner normas y sanciones contemos con su
opinión, así el niño o la niña percibe que nos importa y le hacemos ser
consciente de su responsabilidad en sus actuaciones. En esta etapa comienza
a desplegar gran parte de las conductas que ha aprendido de nosotros a la
hora de resolver conflictos. Ayudarle a expresar verbalmente sus
frustraciones contribuirá a que sea capaz de autorregular sus emociones y a
que disminuya el nivel de malestar ante situaciones difíciles.

Aparte de la escuela, los niños necesitan poder seguir jugando. Es


importante que los padres sigan dejando a sus hijos del verdadero "tiempo
libre", para que puedan jugar con sus amigos o correr al aire libre, cuando
esto sea posible. No toda actividad tiene que ser estructurada, ya que se
puede sobrecargar al niño con exigencias de adultos: pretender que vaya a la
escuela, practique un deporte, estudie un instrumento musical, se dedique a
una actividad manual y prepare la clase del día siguiente, todo en una tarde,
sería agobiante para cualquiera de nosotros. El objetivo principal de este
período debería ser el ofrecerles alternativas, abrirles puertas para que vean
lo que existe a su alrededor, descubrir posibles intereses y ensayar las
propuestas que la vida diaria nos ofrece... pero con tranquilidad.
Es importante para su desarrollo que las rutinas y horarios de sueño,
higiene, ejercicio físico regular y alimentación sigan siendo estables. Esa
estabilidad sigue siendo fundamental para garantizar su adecuado desarrollo
y facilita el establecimiento de normas y la asunción progresiva de
responsabilidades por su parte.
Es una etapa ideal para transmitir valores de convivencia igualitaria y
de justicia social. Los padres debemos corregir actitudes poco deseables. Por
otro lado, se debe compartir el tiempo libre u ocio en familia como por
ejemplo: dar un paseo, salir caminar, jugar, etc.

 El niño y la niña de 10 a 12 años

A esta edad, es probable que su hijo muestre ya claras señales de una


creciente independencia de la familia y un mayor interés en los amigos, es
por ello que el sistema de normas y sanciones debe ser revisado y dialogado
con ellos. Esto quiere decir que las normas se deben replantear y adaptar a
su mayor autonomía. Esto implica necesariamente más libertad de actuación,
pero también exige más responsabilidad por su parte. Las normas deben
seguir basándose en los mismos principios de diálogo y respeto.
El vínculo afectivo establecido previamente y el estilo de comunicación
utilizado los años anteriores tendrá una gran influencia en esta etapa de
“crisis” y cambios. Es muy importante acompañarles en su propio desarrollo
del sentido de lo que está bien y lo que no.

Dedique tiempo a su hijo. Hable con él de sus amigos, sus logros y de


los retos que habrá de enfrentar. Mostrar actitud de escucha y reflexionar con
nuestros hijos e hijas los distintos puntos de vista. Con esto estaremos
demostrando respeto hacia ellos y enseñando con el ejemplo. Ya que
dialogar con su niño(a) sobre los pros y contras de los temas que nos
preocupan es más efectivo que prohibir. Si anteriormente has establecido
unas bases de confianza mutua y hablas sin tabúes de distintos temas, le estas
dando herramientas de autoprotección, capacitándole para decidir por sí
mismo con la seguridad de que pueden acudir a ti si tienen algún problema.
A partir de los 11 a 12 años, podrían comenzar a presentarse los cambios
físicos de la pubertad, especialmente en las niñas. Es por ello necesario
hablar con su hijo sobre los cambios físicos y afectivos normales de la
pubertad, es por ello necesario prepararlos a su niño(a) para estos
cambios. Trate de empezar a hablar de la pubertad antes de que empiece en
su niño(a). A veces, puede aparecer temprano y sorprender, por ejemplo,
cuando la voz de un niño se quiebra por primera vez o una niña tiene su
primer período en la escuela. Esto puede ser perturbador para su hijo o hija.
Muchas escuelas explican a los niños los cambios físicos relacionados con
la pubertad entre quinto y séptimo grado. Averigüe si la escuela de su niño
hace esto y cuándo, y también asegúrese de hablar con su niño sobre el tema
en su casa. Prepárelo de antemano para lo que oirá. Después, pregúntele si
tiene alguna duda o cómo se siente con respecto a lo que oyó. Algunos niños
también reciben información a través de la educación religiosa que ofrece su
iglesia. Si su niño no recibirá ninguna instrucción al respecto en la escuela u
otros sitios, usted puede iniciar la conversación sacando un libro de la
biblioteca, pidiendo información al consultorio de su médico o
imprimiéndola de algunos de los sitios web que se mencionan al final de este
artículo. Su niño tal vez se sienta incómodo leyendo estos materiales con
usted, pero puede sugerirle leerlos por separado y luego conversar juntos del
tema.
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

Aguirre, E. (2000). Socialización y prácticas de crianza. En Aguirre, E. & Durán, E. (Ed).


Socialización: prácticas de crianza y cuidado de la salud, Bogotá. CES - Universidad
Nacional de Colombia.

Izzedin Bouquet, R. y Pachajoa Londoño, A. (2009). Pautas, prácticas y creencias acerca de


crianza…ayer y hoy. Recuperado de:
http://www.scielo.org.pe/pdf/liber/v15n2/a05v15n2.pdf

Save the children (2009). Creciendo como padres y madres. Recuperado de:
http://www.savethechildren.es/docs/Ficheros/191/guia-padres-2009.pdf

Save the children (2012). ¿QUIÉN TE QUIERE A TI?: Guía para padres y madres: cómo
educar en positivo. Recuperado de:
http://www.savethechildren.es/docs/Ficheros/523/SC_PARENTALIDAD_Guia_Q
UIEN_TE_QUIERE_A_TI_vOK.pdf

UNICEF (2004). Desarrollo Psicosocial de los niños y las niñas. Recuperado de


http://www.unicef.org/colombia/pdf/ManualDP.pdf

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