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ENCEFALITIS AUTOINMUNE
Natalia Quiñones
PROFESIÓN
LABORATORIO CLÍNICO
H.G.G.B
21 de Noviembre, 2018
1
Definiciones
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Resumen
Palabras claves
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Introducción
El pronóstico del paciente con encefalitis es incierto, sin embargo, a pesar de ser una
patología severa con elevada mortalidad y riesgo de secuelas neurológicas y
cognitivas, el oportuno tratamiento y medidas de apoyo durante la fase aguda, pueden
llevar a la mejoría clínica completa de los pacientes (Glaser et al. 2006)
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trabajo descubrió que la proteína diana de los autoanticuerpos es el receptor NMDA,
un receptor de glutamato, que es esencial para el control de la memoria, emoción e
impulsos, así como para las funciones vegetativas (Kreye et al. 2016). Actualmente
se sabe que esta encefalitis afecta a pacientes de todas las edades, principalmente
niños y adultos jóvenes, y que la asociación tumoral, generalmente un teratoma de
ovario, es sexo y edad dependiente, siendo su asociación a la edad pediátrica muy
inusual (Dalmau et al. 2008).
Las encefalitis infecciosas son las más frecuentes y, por lo tanto, los criterios
diagnósticos y las directrices de consenso existentes se centran en un origen
infeccioso, sin embargo, en los últimos años la prevalencia de encefalitis autoinmune
ha aumentado de acuerdo al creciente número de nuevas formas de encefalitis
provocadas por anticuerpos dirigidos contra el sistema nervioso identificándose como
formas de encefalitis autoinmune (Graus et al. 2016).
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Un grupo final incluye otras formas de encefalitis autoinmune en las que los
antígenos frente a los que actúan los anticuerpos aún no están esclarecidos.
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puede llevar semanas obtener los resultados. La evidencia más importante para un
diagnóstico correcto es la prueba de sangre o del LCR para los autoanticuerpos
patógenos subyacentes (Forum Sanitas 2017). Cabe destacar que la ausencia de
anticuerpos no excluye un origen autoinmune, por otra parte, la presencia de
anticuerpos en el LCR y la respuesta a terapia inmunesupresora permiten descartar
otras etiologías como las infecciones virales (Basáez and Miranda 2016).
Objetivo General
Objetivos Específicos
Justificación
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con la finalidad de instaurar precozmente un tratamiento dirigido de acuerdo al agente
causal de la patología y así disminuir la mortalidad y secuelas de la enfermedad.
Epidemiología
Dentro de la etiología, el 40% de los casos son infecciosos, 40% son debido a causas
desconocidas y al menos el 20% son inmunomediadas, siendo dentro de este último
grupo, las encefalitis autoinmunes mediadas por anticuerpos contra el receptor de
NMDA (anti-NMDAR) (4%) y encefalitis por anticuerpo del complejo VGKC (3%)
(Granerod et al. 2010). La encefalitis anti-NMDAR afecta predominantemente a niños
y adultos jóvenes (mediana de edad, 21 años), con predominio de casos en mujeres
(4:1) que se tornan menos evidentes después de los 45 años (Graus et al. 2016).
Hasta el 58% de las mujeres jóvenes afectadas tienen un teratoma ovárico, mientras
que, en hombres y niños, la asociación con tumores es menos frecuente (Graus et al.
2016).
Presentación Clínica
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El desarrollo de la enfermedad habitualmente ocurre en varias fases (Figura 2) y
puede manifestarse con varios síndromes distintos complicando su reconocimiento.
La presentación clásica consiste en una disminución progresiva subaguda (días a
algunas semanas) del nivel de conciencia, también puede haber cefalea y fiebre como
síntomas prodrómicos, pero de menor cuantía respecto a las encefalitis infecciosas
(Newman et al. 2016). Aproximadamente el 70% de los pacientes con encefalitis
autoinmune tienen fiebre prodrómica de bajo grado, malestar o cefalea (Newman et
al. 2016). Puede haber fluctuaciones y cognición alterada. En cuanto a la memoria,
especialmente la retención de nueva información puede estar afectada desde el inicio
del cuadro clínico (Newman et al. 2016).
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Principales subtipos de encefalitis autoinmunes
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Alrededor del 70% de los individuos afectados tienen carcinoma bronquial,
carcinoma de mama o timoma. En consecuencia, la detección de anticuerpos
contra AMPAR puede ser la primera indicación de un tumor subyacente. En
aproximadamente el 50% de los casos se observa una superposición con otras
enfermedades autoinmunes sistémicas (por ejemplo, diabetes mellitus, síndrome
de Raynaud, hipotiroidismo). La mayoría de los pacientes investigados hasta ahora
demuestran una reactividad aislada a GluR1 (30%) o GluR2 (60%), con solo el
10% que muestra la presencia simultánea de anticuerpos contra ambas
subunidades. Por lo tanto, ambos tipos de anticuerpos deben ser determinados
(Schlumberger y Gosink 2015).
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interactúa con el canal de potasio dependiente de voltaje Kv4.2. Es un importante
regulador de la excitabilidad de la membrana en las células piramidales del
hipocampo. Los principales síntomas de la encefalitis asociada con anti-DPPX son
inquietud, falta de memoria, confusión, alucinaciones, espasmos musculares y
temblor. La diarrea severa y la pérdida de peso también ocurren con frecuencia.
Un resultado serológico positivo no debe excluir una investigación del tumor
(Schlumberger y Gosink 2015).
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DPPX Encefalopatía de evolución Buena respuesta a neoplasias de
lenta (8 meses). Pródromo con tratamiento. 60% con estirpe B en 7%
pérdida de peso y diarrea. mejora sustancial o (linfoma de
encefalitis límbica. síntomas moderada, 23% células del manto,
de hiperexcitabilidad del SNC. estacionarios, 17% de linfoma B,
Disfunción cerebelosa o de muertes, vinculadas a no leucemia linfoide
tronco y disautonomía tratamiento. 23% de crónica de estirpe
recaídas, la mayoría en no B)
tratados
CASPR2 Síndrome de Morvan, Aproximadamente
encefalitis límbica, un 30% timoma
hiperexcitabilidad del nervio
periférico
Los anticuerpos que actúan contra las estructuras intracelulares de las neuronas
conocidos como "clásicos" u ‘’onconeuronales’’anti-Hu, -Yo, -Ma2, -Ri o –
amphiphysine, provocan frecuentemente pérdida neuronal y predominan respuestas
dirigidas a las neuronas mediadas por los mecanismos de las células T citotóxicas ya
que los anticuerpos no pueden alcanzar los epítopos intracelulares. Tienen una fuerte
asociación a tumores, como es el caso de los anticuerpos anti núcleo neuronal tipo 1
y tipo 2 (ANNA-1 y 2) o anti Hu y anti Ri respectivamente (Newman et al. 2016;
Wandinger et al. 2012) Aquí se mencionan especialmente carcinomas de mama o
bronquios, linfomas, melanomas o cánceres de ovario.
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T-CD4, T-CD8, y células B (C). Las células B madurarán a células plasmáticas, y
éstas producirán anticuerpos contra el antígeno expresado en el tumor y en el sistema
nervioso central (SNC). Los linfocitos B y T (tanto CD4 como CD8) frenarán el
crecimiento del tumor, pero al mismo tiempo a reaccionaran contra zonas del sistema
nervioso, que de forma correcta están expresando el antígeno. Las células B y las T-
citotóxicas tienen la capacidad de pasar la barrera hematoencefálica (BHE) y atacar
también a las células del SNC. El antígeno expresado por el tumor es idéntico al que
expresan las células neuronales, y por razones desconocidas se rompe la tolerancia
inmunológica a este antígeno propio que de forma correcta se está expresando en el
tejido nervioso. Y al mismo tiempo, la inflamación facilitaría el paso de clones
autorreactivos circulantes, que re-estimularían la respuesta inmunológica, expansión
clonal y diferenciación en células plasmáticas productoras de anticuerpos. En
consecuencia, se produce un daño neuronal que se refleja en los diferentes síntomas
que muestran los pacientes. En el caso de los síndromes que afectan al SNC, se ha
detectado un incremento de IgG en el LCR, lo que sugiere que hay una síntesis
intratecal de estos anticuerpos (Dalmau et al 2018; Darnell et al 2003).
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la internalización del receptor antigénico, causando la disfunción de este (Dalmau et
al. 2018; Moscato et al. 2010)
Diagnóstico
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Los principales métodos utilizados para determinar autoanticuerpos contra
antígenos de superficie de células neuronales son la inmunohistoquímica de
fluorescencia y la inmunocitoquímica. La presencia de estos anticuerpos en muestras
de suero o LCR produce una tinción característica en cortes de tejido cerebral de rata
(cerebelo, hipocampo), tinción de la superficie de neuronas del hipocampo cultivadas
y actividad con células no neuronales (por ejemplo, células de riñón embrionario
humano) diseñadas genéticamente que expresan el antígeno objetivo en alta
concentración en su superficie, es decir, están específicamente transfectadas
(Wandinger et al. 2012) (Figura 5, B.1) siendo esta última la prueba con mayor
sensibilidad y el gold standard en el diagnóstico de autoanticuerpos antineuronales
ya que son óptimamente adecuadas como sustrato para la detección de anticuerpos
monoespecíficos altamente sensibles (Forum Sanitas 2017), los cuales se identifican
mediante inmunofluorescencia indirecta (IFI) y un hallazgo positivo en el contexto de
los síntomas clínicos es evidencia de encefalitis autoinmune (Wandinger et al. 2012)
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así como una serie de anticuerpos adicionales marcados con fluorescencia (verde)
(Figura 5, A). Los anticuerpos se unen a su antígeno objetivo y luego se hacen visibles
mediante una reacción de color con un anticuerpo secundario marcado con
fluorescencia. (Figura 5, B) De esta manera, los autoanticuerpos pueden mostrarse
en cortes del cerebro mediante la unión a células modificadas genéticamente que
expresan el antígeno diana correspondiente en la superficie.
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Procedimiento de 30 min (muestra) / 30 min (conjugado), a temperatura
prueba ambiente
Microscopía Objetivo: 20x Fuente de luz: EUROIMMUN-LED,
EUROStar Bluelight o mercurio-vapor lámpara, 100 W
Filtro de excitación: 450-490 nm, filtro de color: 510 nm,
filtro de bloqueo: 515 nm
Estabilidad 18 meses desde la fecha de fabricación de + 2 ° C a + 8
°C
Formato del kit de 10 portaobjetos con 3 o 5 campos de prueba
prueba
Tabla 2. Detalles técnicos del método ‘‘IIFT Autoimmune Encephalitis Mosaic 6’’.
Adaptada de (Euroimmun 2015).
Pruebas complementarias
Advertencias en el diagnóstico.
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La prueba del LCR se indica con la menor sospecha de encefalitis autoinmune, ya
que los parámetros del LCR (proteínas, número de células, lactato) pueden
proporcionar muchas otras indicaciones de la presencia de un proceso inflamatorio
como la encefalitis autoimune, en la cual, aproximadamente el 80% de los pacientes
tiene una pleocitosis linfocítica del LCR de leve a moderada (generalmente <100
leucocitos/L), el 30% tiene un aumento leve a moderado de la concentración de
proteínas, y el 50-60% tiene bandas oligoclonales (Damato 2016).
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investigarse activamente para iniciar rápidamente una inmunoterapia eficaz. Este
mecanismo patológico no se limita a HSV-1 y la formación de anticuerpos del receptor
NMDA (Forum Sanitas 2017).
Diagnóstico Diferencial
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Figura 7. Diagnóstico diferencial. LCR: líquido cefalorraquídeo; EBV: virus Epstein
Barr; HHV-6 virus: virus herpes tipo 6; VZV: virus varicela zóster; VIH: virus de
inmunodefciencia humana; HSV: virus herpes simple; EEG: electroencefalograma;
RM: resonancia magnética; QS: química. Adaptado de (JC et al. 2017).
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Tratamiento
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Figura 8. Generalidad del tratamiento de la encefalitis autoinmune. Adaptado de
(Collao et al. 2018)
Perspectivas
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justifica la implementación de una prueba de anticuerpos. En consecuencia, se entra
en un círculo vicioso que impide que esta enfermedad tome relevancia en los
laboratorios del país, ya que las manifestaciones psicóticas de esta enfermedad llevan
a los pacientes a ver primero a los psiquiatras, lo que a menudo resulta en un
diagnóstico erróneo, por ende, el número de personas en todo el mundo que sufren
de encefalitis autoinmune esta subestimado.
Hay un largo camino por delante en la lucha para diagnosticar y tratar a las
personas con encefalitis autoinmune a nivel mundial, y esta comienza con la difusión
del conocimiento sobre la enfermedad y sus manifestaciones psiquiatras, siguiendo
con la implementación de métodos diagnósticos más asequibles que permitan que los
pacientes en nuestro país tengan una mejor oportunidad de combatirlos, para lo cual
es importante que el laboratorio asuma su papel en los procesos de toma de
decisiones clínicas e intervenciones médicas frente a sospechas de encefalitis
autoinmune, teniendo como prioridad adquirir un método diseñado para ayudar al
diagnóstico de encefalitis por anticuerpos dirigidos contra antígenos de la superficie
neuronal, y así lograr entregar de manera confiable el resultado en unos pocos días,
ya que este hallazgo a menudo depende de decisiones terapéuticas de gran alcance
para que los pacientes puedan recibir un tratamiento eficaz, volver a la normalidad y
evitar la vida en el psiquiatra que a veces conlleva un diagnóstico erróneo con
esquizofrenia o trastorno bipolar.
Conclusión
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autoanticuerpos está en el contexto de encefalitis sin agente causal identificado y en
los cuadros sugerentes de encefalitis límbica. La clave para un diagnóstico adecuado
es la prueba de sangre o LCR en los pacientes que padezcan esta enfermedad para
detectar la autoanticuerpos patógenos subyacentes; lo cual constituye el gold
standard para diagnosticar la encefalitis autoinmune, sin embargo, otras medidas de
diagnóstico, como EEG o RM también pueden ayudar a los clínicos a obtener el
diagnóstico final. La detección de autoanticuerpos neuronales es esencial para el
diagnóstico rápido y el inicio de nuevos pasos de diagnóstico (búsqueda de tumores)
y terapéuticos (inmunoterapia).
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Bibliografía
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Granerod, Julia et al. 2010. “Causes of Encephalitis and Diff Erences in Their Clinical
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Wandinger et al. 2012. “New Serological Markers for the Differential Diagnosis of
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