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BOLILLA 4- ACCIÓN.

1-Concepto: la acción es un derecho a peticionar la intervención de la jurisdicción, la cual reconoce raigambre


constitucional (arts. 14,18, y 33 CN.) Como dicha petición se canaliza a través del proceso, hay una correlación entre
jurisdicción, acción y proceso, conceptos que se completan con los de pretensión y demanda.
Evolución del concepto en la doctrina: se utiliza dicha palabra como sinónimo de derecho subjetivo cuanto de
pretensión, de demanda, de vía procesal o de facultad de obtener la actividad jurisdiccional.
Escuela clásica: identificación de la acción con el derecho. Durante el tercer periodo del procedimiento romano, la
llamada escuela clásica construyó una teoría civilista de la acción. Ella encontró su principal exponente en Savigny.
Sostenía Savigny que la acción no era sino “el aspecto particular que todo derecho asume a consecuencia de su lesión”.
La acción era el derecho puesto en movimiento por efecto de su violación. Para este autor cuando la violación del
derecho se produce, aparece un estado nuevo: el estado de defensa, llama acción al conjunto de modificaciones en el
derecho por efecto de la causa referida.
Como consecuencia de esta identificación de la acción con el derecho dinamizado por su violación, las conclusiones son:
1) no hay derecho sin acción, de lo contrario el derecho no sería más que letra muerta; 2) no hay acción sin derecho, del
cual ésta no es más que un elemento, y 3) según la naturaleza del derecho violado, será la acción que lo defienda.
Esta corriente doctrinaria es de corte civilistico porque parte del esquema que proporciona la obligación. El deudor debe
cumplir aquello a que se obligó; si no lo hace, el acreedor recurre al Estado para que condene al deudor remiso al
cumplimiento exacto de aquello que prometió. De tal manera, la acción no seria más que uno de los modos en que
puede ser ejercido un derecho subjetivo.
En cuanto a la definición de Celso, este dice que “la acción no es otra cosa que el derecho de perseguir en juicio lo que a
uno se le debe”. Esta concepción, adoptada por Justiniano, se sustentaba en la acción como un derecho autónomo y
distinto del subjetivo.
En época de Diocleciano es cuando, suprimidas las figuras del pretor y del juez, que son suplantadas por un único
magistrado a quien se le asigna tanto el acordar la formula como el resolver el litigio, se conciben unificados acción y
derecho.
Con la palabra acción, señala Oderigo, se quiere significar con ella un determinado derecho a restablecer el orden
jurídico alterado. Se habla, de la acción reivindicatoria, acción por daños y perjuicios, acción revocatoria, etc.
Esa idea nacida en el derecho civil y llamada clásica o monista, ha sido abandonada por la gran mayoría de los autores
del derecho procesal. El que haya sido desechada obedece a que se muestra insuficiente para dar respuesta a
importantes cuestiones.

Doctrina moderna: autonomía de la acción. La concepción anterior estuvo vigente hasta que, en la segunda mitad del
siglo XIX, la doctrina alemana abrió nuevos horizontes al sostener ideas diametralmente opuestas a las que estaban
entonces. Estas nuevas corrientes tienen su origen en 1856.
Windscheid destacó la acción como un concepto diferente y autónomo del derecho subjetivo, concibiéndola como un
poder- sólo agotable con la sentencia- de hacer valer en juicio una pretensión contra el demandado. También la separó
de la pretensión y de la demanda. Muther la visualizo dirigida contra o hacia un juez, dándole un cariz netamente
publicístico. Sostuvo que la acción es un derecho subjetivo que no sólo se dirige contra el deudor para obtener de tal
modo el cumplimiento de una obligación antes resistida por éste, sino también contra el Estado, al cual se reclama la
prestación de la tutela jurídica mediante el dictado de una sentencia favorable.
La acción, aunque tiene su génesis en la violación de un derecho subjetivo privado, es independiente de él y está
regulada por el derecho por el derecho publico.
A partir de la polémica Windscheid- Muther se elaboran diversas teorías para explicar este fenómeno de la acción,
dirigiéndose ellas por dos caminos bien diferenciados. Por un lado, las que la consideran un derecho concreto que sólo
compete a quienes tienen razón; la acción no es el derecho, pero no hay acción sin derecho. Por otro, las que de una u
otra forma participan de la idea de la acción como un derecho abstracto de obrar, que cabe incluso a quienes no tienen
derecho, la acción seria el poder jurídico que tiene toda persona de acudir a los órganos jurisdiccionales para
reclamarles la satisfacción de una pretensión.
Para quienes consideran la acción como un derecho concreto, únicamente son titulares de él quienes obtienen una
sentencia favorable; si al dictarse sentencia se rechaza la demanda, se entiende que no hubo acción.
Las teorías que parten de la idea de que la acción es un derecho abstracto, consideran que los sujetos tienen derecho al
proceso, aun cuando no obtengan una sentencia favorable, porque al iniciarlo ignoran cual va a ser el resultado del
pleito. A pesar de la demanda sea infundada, el juez no puede obviar el considerarla, aunque solo sea para desestimarla.

Teoría de Chiovenda: este autor fue quien inició la escuela procesal italiana, ejerció notable influencia entre los autores
argentinos. Deja perfectamente aclarada la diferencia entre el derecho de acción y el derecho sustancial o derecho a
obtener una prestación de otra persona.
Consideró a la acción como un derecho potestativo diferente de la obligación y autónomo respecto de ella, tanto en lo
que atañe a su nacimiento como a su extinción, que no tiende a obtener la prestación prometida sino que busca, como
efecto jurídico, provocar a acción del Estado.
La acción es un derecho que se ejerce frente al Estado y no contra de él, y que garantiza al acreedor de la obligación que
el Estado pondrá a su alcance todos los medios posibles para asegurar su cumplimiento. La acción se ejerce, entonces,
contra el adversario y frente al Estado.
Los derechos potestativos: son aquellos a los cuales no corresponde una obligación, por lo tanto, no existen medios de
compulsión para obligar su cumplimiento.

Posición de Guasp y Palacio: Guasp dice que el derecho de acción es el poder concedido por el Estado para formular
pretensiones; Palacio la define como el poder de hacer valer una pretensión.
Éstos son, los criterios de la doctrina moderna. Coincidiendo con Couture, se estable que ninguna de las reseñadas
teorías tiene toda la razón ni carece en absoluto de ella.

2) Importancia del estudio de la acción: la acción es un derecho concreto del sujeto frente al Estado, del cual es titular
todo aquel que pueda obtener un pronunciamiento de mérito, es decir un pronunciamiento expreso sobre el fondo de la
cuestión en debate, sobre el derecho sustancial invocado por las partes. No toda persona que se presenta ante el juez
haciendo una petición es titular del derecho de acción; sólo lo es quien puede lograr una sentencia de merito.
Para obtener una sentencia sobre el fondo deben ser cumplidos los presupuestos procesales, o dicho de otra forma, los
requisitos necesarios para la constitución valida de un proceso.
Los presupuestos procesales son aquellos que permiten al juez dictar una sentencia de “merito”. Son en realidad
requisitos previos a la sentencia de fondo.
Siempre que se hace una petición al juez ése debe proveerla, aun cuando sea para decir que él no es competente para
entender en el proceso. En el proceso regular el juez tiene el deber de proveer sobre el mérito, en aquel otro en que
falta un presupuesto el deber del juez es solo el de dictar una resolución en la que declare cuales son las razones por las
que no entra al examen de la causa.
Antes de considerar el fondo de la cuestión el juez examinará, a) si se han dado los presupuestos procesales, b) si no
existe ningún impedimento para la constitución válida del proceso y, c) si se cumplen las condiciones de la acción.
Los presupuestos procesales son: a) JUEZ COMPETENTE, b) CAPACIDAD DE LAS PARTES, c) DEMANDA VALIDA y d)
INEXITENCIA DE UN PROCESO IGUAL EN TRAMITE. Los aspectos negativos de estos presupuestos, incompetencia del
juez, falta de personería, defecto legal y litispendencia; no permiten un proceso regular.
Cuando el juez es incompetente el expediente se remite al juez competente para su tramitación (art. 354 inc. 1 CPN), y
de no ser así, el interesado podrá promover nuevamente la demanda ante el juez competente. Dentro del concepto de
juez competente incluimos el requisito de que no existan causales que lo obliguen a excusarse o permitan a las partes
recusarlo.

ART. 3 COD. PROC. PROV: INDELEGABILIDAD: La competencia tampoco podrá ser delegada, pero está permitido
encomendar a los jueces de otras localidades la realización de diligencias determinadas.
Los jueces provinciales podrán cometer directamente dichas diligencias, si fuere el caso, a los jueces de paz.

ART. 4: DECLARACION DE INCOMPETENCIA: Toda demanda deberá interponerse ante juez competente, y siempre que
de la exposición de los hechos resultare no ser de la competencia del juez ante quien se deduce, deberá dicho juez
inhibirse de oficio.
Consentida o ejecutoriada la respectiva resolución, se remitirá la causa al juez tenido por competente.
En los asuntos exclusivamente patrimoniales no procederá la declaración de incompetencia de oficio, fundada en
razón del territorio.

ART. 355 EFECTOS DE LA RESOLUCION QUE DESESTIMA LA EXCEPCION DE INCOMPETENCIA: Una vez firme la
resolución que desestima la excepción de incompetencia, las partes no podrán argüir la incompetencia en lo sucesivo.
Tampoco podrá ser declarada de oficio
ART. 356: RESOLUCION Y RECURSOS: El juez resolverá previamente sobre la declinatoria y la litispendencia. En caso de
declararse competente, resolverá al mismo tiempo sobre las demás excepciones previas.

La resolución será apelable en relación, salvo cuando se tratare de la excepción prevista en el inciso 3) del artículo 350
y el juez hubiera resuelto que la falta de legitimación no era manifiesta, en cuyo caso sin perjuicio de lo establecido en
dicho inciso, la decisión será irrecurrible.

(ART. 350, INC. 3: Falta de legitimación para obrar en el actor o en el demandado, cuando fuere manifiesta, sin
perjuicio, en caso de no concurrir esta última circunstancia, de que el juez la considere en la sentencia definitiva).

ART. 357: EFECTO DE LA ADMISION DE LAS EXCEPCIONES:


Una vez firme la resolución que declarare procedente excepciones previas, se procederá:
1. A remitir el expediente al Tribunal considerado competente, si perteneciere a la jurisdicción provincial. En caso
contrario, se archivará.
2. A ordenar el archivo si se tratase de cosa juzgada, falta de legitimación manifiesta, prescripción o de las previstas
en el inciso 8) del artículo 350, salvo, en este último caso, cuando sólo correspondiere la suspensión del
procedimiento.
3. A remitirlo al Tribunal donde tramite el otro proceso si la litispendencia fuese por conexidad. Si ambos procesos
fueren idénticos, se ordenará el archivo del iniciado con posterioridad 4. A fijar el plazo dentro del cual deben
subsanarse los defectos o arraigar, según se trate de las contempladas en los incisos 2) y 5) del artículo 350, o en el
artículo 351. En este último caso se fijará también el monto de la caución.
Vencido el plazo sin que el actor cumpla lo resuelto se lo tendrá por desistido del proceso, imponiéndosele las costas.

La capacidad de las partes se refiere a la de los sujetos para estar en juicio (tener la edad requerida por la ley en cada
caso, y no estar inhabilitado o interdicto) y, si se actúa por medio de apoderado, que éste tenga representación
suficiente, es decir que el mandato lo habilite para actuar en ese juicio en nombre del mandante.
La demanda es el acto de iniciación del proceso por el cual se ejercita la acción. El concepto de demanda valida como
presupuesto procesal ésta tomado en sentido amplio, comprendiendo todo acto que indique el ejercicio de la acción, ya
sea por los particulares, como en el caso de la demanda civil, o por el Ministerio Publico cuando formula la acusación en
la apertura del plenario en los procesos penales.
Según el tipo de demanda se exigen distintos requisitos de admisibilidad, cuyo incumplimiento determinará que el
proceso no pueda constituirse válidamente; tal el caso de la presentación del titulo ejecutivo cuando se inicia un proceso
de ese carácter.
La existencia de otro proceso igual, en tramite, impide la continuación del segundo, el que corresponde archivar (art.
354, inc. 2, CPN)
ART. 88 CPP: ACUMULACION OBJETIVA DE ACCIONES:
Antes de la notificación de la demanda el actor podrá acumular todas las accione que tuviere contra una misma parte,
siempre que:
1. No sean contrarias entre sí, de modo que por la elección de una quede excluida la otra.
2. Correspondan a la competencia del mismo juez.
3. Puedan sustanciarse por los mismos trámites.

ART 89: LITISCONSORCIO FACULTATIVO: Podrán varias partes demandar o ser demandadas en un mismo proceso
cuando las acciones sean conexas por el título, o por el objeto, o por ambos elementos a la vez.

ART. 90: LITISCONSORCIO NECESARIO: Cuando la sentencia no pudiere pronunciarse útilmente más que con relación a
varias partes, éstas habrán de demandar o ser demandadas en un mismo proceso.
Si así no sucediere, el juez de oficio o a solicitud de cualquiera de las partes, ordenará, antes de dictar la providencia
de apertura a prueba, la integración de la Litis dentro de un plazo que se señalará, quedando en suspenso el
desarrollo del proceso, mientras se cita al litigante o litigantes omitidos.

Cumplidos los presupuestos procesales, quien persigue un pronunciamiento favorable a su pretensión deberá
cumplimentar una segunda etapa: ejercer una “acción” valida. Condiciones: 1) legitimación, 2) interés, 3) vigencia. Si no
se logran tales requisitos, el juez rechazara la demanda porque el actor “carece de acción”; en tal caso, el juzgador no
llega a examinar la existencia de un “derecho” sustancia favorable al actor sino que detiene su examen en las
“condiciones y requisitos de la acción” y puede resultar que rechace la demanda porque la “acción” se ha extinguido,
por ej. Por prescripción, o porque en “ese momento” no se dan las condiciones y requisitos de la acción, dando una
sentencia que produce “autoridad de cosa juzgada formal”, con efecto temporario; de tal manera que la demanda
pueda ser iniciada nuevamente cuando se den los requisitos que faltaban a la anterior. Si el actor no cumple con lo
requisitos de la acción, el demandado puede oponer las excepciones de falta de legitimación, prescripción, o cosa
juzgada, según el caso, o bien alegar falta de interés.
Examinados con resultado favorable los presupuestos procesales y las condiciones de la acción, recién entonces el juez
resolverá si el peticionario es merecedor de tutela jurídica por tener “derecho”, según las normas del derecho sustancial.
La legitimación activa supone la identidad entre la persona a quien la ley le concede el derecho de acción y quien asume
en el proceso el carácter de actor; la legitimación pasiva existe cuando hay identidad entre la persona habilitada para
contradecir y quien ha sido demandado.
En cuanto al interés, Alsina establecía que sin interés no hay acción y que el interés es la medida de la acción. El interés
como requisito de acción exige, en primer lugar, que la finalidad que el solicitante se propone lograr mediante el
ejercicio de la acción no pueda ser alcanzada sino por medio de la sentencia judicial. En segundo lugar, que la decisión
judicial, en caso de acceder a la pretensión, no mantenga a las partes en la misma situación en la que éstas se
encontraban antes del proceso.
Cuando falta interés, el juez no pronunciará sentencia sobre el fondo del asunto, porque el peticionario carece de
acción; su fallo se limitará a señalar tal circunstancia.
La vigencia de la acción supone que ésta no se haya agotado con su ejercicio mediante la obtención de una sentencia
pasada en autoridad de cosa juzgada, y que el derecho no esté prescripto. De ser así, el juez tampoco pronunciará
sentencia de merito.

3) Bilateralidad de la acción: una de las finalidades esenciales del Estado es la de administrar justicia, dirimiendo los
conflictos que puedan enfrentar a distintos sujetos. Es llevada a cabo mediante los órganos de la jurisdicción que habrán
de resolver tales controversias de un modo definitivo, ofreciendo a los contendientes recorrer, bajo su dirección, un
camino común: el proceso.
Quien reclama ante la jurisdicción (el actor) algo contra otra persona, tiene el mismo derecho al proceso que su
contendor. Uno y otro pedirán, al amparo de la ley que entienden los asiste, la tutela jurisdiccional. Quien soporta el
embate del actor (el demandado) tiene también derecho a obtener una sentencia que resuelva la demanda deducida en
su contra por el primero. Además, dispone de la acción, ya que, al igual que su contrincante, pide que se proteja su
derecho con la fuerza del Estado.
Hay que oír previamente ambas partes, tendrían que “oír las dos campanas”, con mayor razón se patentiza tal necesidad
cuando alguien es acusado penalmente; aquí es mas apremiante el derecho a ser oído antes de ser condenado por el
delito que se le imputa.
“EXCEPCIÓN”, esto es, el derecho que cabe a las personas para oponerse a las acciones- civiles o penales- que se
promuevan en su contra. También se utiliza el termino “excepción” para aludir a la pretensión del demandado que,
excusándose únicamente en el derecho de fondo, solicita que se lo libere de soportar la pretensión del actor. Ej.
Excepción de pago, de compensación, de dolo, etc.
En un tercer sentido, mas restringido “excepción” se usa para denominar a ciertos tipos específicos de defensas que
regulan los códigos procesales, y que tienen que oponerse antes de la contestación de la demanda en los procesos de
conocimiento, o cuando se es citado de venta o intimado de pago en los de ejecución.
La primera acepción equivale a defensa, la segunda a pretensión, y la tercera a procedimiento.
La excepción o derecho a la contradicción no es otra cosa que la acción que se concede al demandado o, si se prefiere,
una modalidad de la acción derivada de la distinta posición que asumen las partes en el proceso.
El demandado puede no solo defenderse sino también atacar deduciendo una demanda reconvencional, es decir,
convirtiendo al actor en demandado.
ART 361: RECONVENCIÓN: En el mismo escrito de contestación deberá el demandado deducir reconvención, en la
forma prescripta para la demanda, si se creyere con derecho a proponerla. No haciéndolo entonces, no podrá
deducirla después, salvo su derecho para hacer valer su pretensión en otro juicio.
La reconvención será admisible si las pretensiones en ellas deducidas derivaren de la misma relación jurídica o fueren
conexas con las invocadas en la demanda.
Reconvención es una demanda que se promueve contra el actor. De tal modo el actor-reconvenido se convierte en
demandado y el demandado-reconviniente del actor.

4) Acción, pretensión y demanda: la pretensión constituye el contenido de la voluntad petitoria, la aspiración postulada
por quien ejercita la acción. Para que la pretensión sea acogida en la sentencia, ella debe ser fundada, es decir, debe
tener amparo legal, debe estar reconocida en el derecho sustancia. Si la pretensión es rechaza por medio de una
sentencia que declare que el demandante no tenía razón, igualmente se habrá ejercido la acción. La pretensión estaría
dada por la clase de pronunciamiento que se reclama al órgano jurisdiccional (condena, declaración, etc.)
Pretensión del objeto, ese es el bien de la vida sobre el cual debe recaer el pronunciamiento pedido. En ciertos casos, el
actor puede obtener la pretensión sin lograr el objeto, por ej. Cuando se obtiene una sentencia favorable, de acuerdo
con la pretensión deducida, pero el condenado es insolvente.
La demanda es el acto de iniciación del proceso por el cual se ejercita la acción. Tiene la función de determinar la
apertura del proceso. Generalmente, la demanda contiene la pretensión. Esta debe contener entre otros requisitos, la
petición en términos claros y positivos.
ART. 333: FORMA DE LA DEMANDA
La demanda será deducida por escrito y contendrá:
1. El nombre y domicilio del demandante.
2. El nombre y domicilio del demandado.
3. La cosa demandada, designándola con toda exactitud.
4. Los hechos en que se funde, explicados claramente.
5. El derecho expuesto sucintamente, evitando repeticiones innecesarias.
6. La petición en términos claros y positivos.
La demanda deberá precisar el monto reclamado, salvo cuando al actor le fuere posible determinarlo al promoverla,
por las circunstancias del caso, o porque la estimación dependiera de elementos aún no definitivamente fijados y la
promoción de la demanda fuese imprescindible para evitar la prescripción de la acción. En éstos supuestos, no
procederá la excepción de defecto legal.
La sentencia fijará el monto que resulte de las pruebas producidas.

SINTESIS: la acción es el derecho de lograr un pronunciamiento judicial sobre el fondo, que aplique la ley a un caso
determinado. La demanda es un acto de petición mediante el cual se ejercita el poder de accionar, en merito a la
dinámica del proceso se la considera un acto de iniciación. La pretensión es lo que se pide al juez, el pronunciamiento
que se desea obtener de la jurisdicción. Si la pretensión es infundada, si ella no tiene tutela jurídica, será rechazada en la
sentencia.

5- Acumulación de pretensiones: es posible que un mismo y único proceso el juez tenga sometidas a su decisión más de
una pretensión.
ART. 88: ACUMULACION OBJETIVA DE ACCIONES
Antes de la notificación de la demanda el actor podrá acumular todas las accione que tuviere contra una misma parte,
siempre que:
1. No sean contrarias entre sí, de modo que por la elección de una quede excluida la otra. Requisitos de admisibilidad de la
2. Correspondan a la competencia del mismo juez. . acumulación
3. Puedan sustanciarse por los mismos trámites.

Para que proceda la acumulación no es indispensable que exista conexidad entre las distintas pretensión; sin embargo,
no debe ser admitida cuando ella sea fuente de demoras o hiciese más gravoso el proceso. Es necesario tener en cuenta
que con la acumulación de pretensiones se persigue la economía procesal; por ello, es inadmisible cuando se produce el
efecto contrario. Esta acumulación es facultativa para el actor.

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