EL ÁRBOL PRESUMIDO

Había una vez en un bosque, un árbol grande, pero era tan grande, que por su tamaño se
volvió muy presumido.

Ese árbol se volvió así porque tenía unas ramas grandes, unas hojas largas y una copa
enorme y alta que los demás.

Pero de repente aparece un árbol normal como los demás árboles que existen en los
bosques, se dirige a ese árbol enorme y le dice: ¡Hola árbol! Y el árbol enorme se le queda
viendo y no le habla; luego el árbol normal le vuelve hablar y le dice ¿Cómo te llamas? El
árbol presumido con un gesto le contesta al árbol noble haaa ¿yo?, Si tú, haaa…, me llamo el
único árbol genial; responde el árbol presumido. Woow que bonito nombre, contesta el árbol
noble.

Luego el árbol normal y noble le dice; ¿Porque te gusta que te llames así? El responde,
porque soy el único árbol en el mundo que tiene hojas, ramas y copas grandes y enormes. No
soy igual que los demás arbolitos que son simples, sencillos, normales y comunes. El árbol
noble responde; podrían ser muy simples esos árboles que tú dices, pero no presumidos
como tú.
Sabes que árbol presumido, todo lo que tú tienes también yo las tengo y soy uno de los
árboles simples que tú dices y además de eso tengo algo que tú no la tienes.
El árbol genial muy sorprendido y curioso le pregunta al árbol simple. Haber dime ¿Qué es lo
que tú tienes de diferente que yo?
Entonces el árbol noble responde; tengo unos frutos dulces y deliciosos que solo yo las
puedo tener y mi familia también; eso sí es muy novedoso, pero con eso no me presumo,
tampoco me hace ser más que los demás árboles. Yo amo a todos los árboles y no tengo
porque hacer de menos a ellos todos somos seres vivos y compartimos nuestros lugares
donde vivimos.

Al escuchar todo lo que dijo el árbol noble, el árbol genial empezó a reír ja ja ja, porque le
había dado envidia, odio, rencor y un resentimiento en el mismo.

Luego el árbol noble le pregunta ¿Y porque te ríes tanto al caso que dije algo malo? Yo nada
más dije lo que es y lo que pienso.
Responde el árbol presumido es que no creo lo que tú me dices
Pues para que veas que es cierto lo que te digo; toma y le da uno de sus frutos en la mano,
¡wooow! Eso sí es real.
Ahora sí creo lo que tú me has dicho, es cierto que no soy el único árbol genial hay mejores
que yo.
Desde ese entonces el árbol presumido le dice al árbol simple, Podemos ser amigos; por su
puesto, yo no tengo porque ser presumido y orgullosos claro que sí, le responde el árbol
noble. Desde ese entonces se volvieron amigos y ya no siguió con lo presumido que era ese
árbol. Colorín colorado ese cuento se a cavado. FIN.