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• La Historia. Concepto
Historia Pragmática: Pretende sacar enseñanzas del pasado y hacer del relato histórico
una exposición de máximas morales. Ejemplo: Polibio.
Historia Genética: Intenta algo más que la narración de los hechos y la inducción de las
máximas morales. Los acontecimientos son un todo orgánico, íntimamente ligado, cuya
orientación es necesario indagar. Se estudian las causas del proceso histórico y la
finalidad del mismo (el término lo inició Voltaire).
Historia del Derecho: Analiza el pasado jurídico, entendiendo por tal, no sólo el estudio
aislado de un código o una ley o una determinada institución, sino el estudio dinámico
del derecho y sus realizaciones.
El derecho es un elemento de la cultura y como tal necesita ser captado por medio de la
historia, que nos muestra el origen, desarrollo y modificación de las instituciones
jurídicas. Se busca el derecho real, muchas veces opuesto al derecho legislado. (El
derecho no es sólo una teoría o una ley positiva, sino una vida).
Así, en códigos tan racionalistas como el Código Civil Chileno, un medio de interpretar
una expresión oscura de la ley, es recurrir a la historia fidedigna de su establecimiento.
Sujetos de la Historia del Derecho son las personas naturales y las personas jurídicas.
El objeto de la Historia del Derecho es el conocimiento de los hechos del hombre que
han influido en la génesis, desarrollo o extinción del derecho, de modo directo o
indirecto. Entre estos hechos, están las fuentes del derecho, las doctrinas de los
filósofos del derecho y las circunstancias ideológicas, políticas o económicas que han
enmarcado el proceso histórico del derecho.
• Entre las clasificaciones que se plantean, destaca la que distingue entre Historia
Externa e Historia Interna, que se debe al filósofo y matemático alemán Gottfried
Wilhelm Leibnitz (1646 – 1716): La historia externa comprende todo el movimiento
social de un pueblo; en tanto que las ideas y los hechos que lo constituyen que se
traducen en el derecho, que es materia de la historia interna. De aquí se ha llegado a
estimar que la historia externa es la de las fuentes e historia interna la de las
instituciones. Sin embargo, a veces es imposible hacer la distinción entre fuente e
institución, como en el caso del derecho consuetudinario y, por otra parte, para entender
la vida del derecho, es necesario incluir factores de orden social, cultural y económico.
• Historia como Suceder e Historia como Saber: Otra clasificación es la distingue la
Historia como “Suceder” (Historicidad) y la Historia como “Saber” (Historiografía). La
historia como suceder o realidad está constituida por las cosas hechas por el hombre
en el tiempo. Este tipo de historia existe con entera independencia del historiador y las
fuentes del conocimiento histórico. Hablar de de la historia como suceder es referirse a
las cosas que en el tiempo suceden o acontecen por la acción del hombre. La historia
como saber o Ciencia Historiográfica en cambio, es relato o narración y su objeto
consiste en la recreación del pasado y en reflexionar sobre él. No todo acto del proceso
de suceder o acontecer ejecutado por el hombre merece ser considerado por la historia
como ciencia o historiografía. Un suceso es histórico desde esta perspectiva, no tanto
por su calidad de pasado, sino porque la presencia que tuvo en el tiempo de alguna
manera permanece en otro presente distinto de aquél en que se produjo. La recreación
de ese pasado requiere de un historiador y la utilización de un método apoyado en la
selección, crítica e interpretación de las fuentes del conocimiento histórico.
Otras clasificaciones:
Hay que distinguir dos grandes etapas: la época pre constitucional y la época
constitucional.
La época pre constitucional o Período Hispánico comienza jurídicamente con la toma de
posesión de Chile para la Corona de Castilla en Copiapó por Pedro de Valdivia a fines
de 1540 y con la fundación el 07 de Marzo de 1541 del Cabildo de Santiago, primera
manifestación institucional chilena. Este período se cierra el 18 de Septiembre de 1810,
con la instalación de la Primera Junta Nacional de Gobierno. En esta etapa, Chile fue
una provincia o reino de la monarquía indiana unida a España por el vínculo personal
del Rey común. En ella se distinguen el período de la Casa de Austria (1516 – 1700) y
el período de la Casa de Borbón (1700 – 1810).
La época constitucional comprende:
La Revolución Emancipadora, desde el 18 de Septiembre de 1810 hasta la Batalla de
Chacabuco el 12 de Febrero de 1817, que puso fin a la administración española.
La formación de la República, que se extiende desde el 12 de Febrero de 1817 hasta la
Batalla de Lircay, el 17 de Abril de 1830, en que concluye el período de la Anarquía y de
ensayos de gobierno.
La República Organizada, que se inicia con el triunfo pelucón en Lircay en 1830 y
jurídicamente con la Constitución de 1833 y se extiende hasta el Quiebre Constitucional
de 1973. En este período hay que distinguir cuatro etapas:
a) Época conservadora o pelucona, de 1831 a 1861;
b) Época liberal, de 1861 a 1891;
c) Época Parlamentaria, de 1891 a 1924, y
d) Época presidencial, desde 1925 hasta nuestros.
1.-Período Hispánico.
Esta época se inicia con la toma de posesión de Chile para la Corona de Castilla, en
Copiapó, por Pedro de Valdivia a fines de 1540 y con la fundación el 07 de Marzo de
1541 del Cabildo de Santiago y termina con el establecimiento de la Primera Junta
Nacional de Gobierno el 18 de Septiembre de 1810.
A este largo período se le ha llamado “Colonia”, por los historiadores del siglo XIX, pero
el término carece de exactitud jurídica. En los documentos legales y políticos de la
corona española o en las obras de los tratadistas o jurisconsultos de la época se llama
a las nuevas tierras como “Reinos” o “Provincias” o “Estado de las Indias” pero no figura
“colonias”.
A este período se le denomina también “período español” o “período de la monarquía
indiana”, aludiendo al hecho que se llama “Derecho Indiano” al que se aplicaba en
América por la Corona española.
España llevó a cabo la colonización del Nuevo Mundo en condiciones más favorables
que las que tenían otros pueblos de Europa Occidental. España poseía una tradición
guerrera excepcional por los largos siglos de lucha contra el Islam; era un pueblo de
navegantes experimentados, ya que la flota dominaba el Mediterráneo y la costa del
Atlántico; con el matrimonio de los reyes de Castilla y Aragón se había consumado la
unidad política española; la fe católica había llegado a constituir un elemento
determinante de la unidad nacional, y coincidió con el momento de máximo esplendor
para las letras y las artes de la península.
En la época medieval, las facultades de los reyes se hallan limitadas por los principios
superiores del derecho natural, que inspira y justifica toda la legislación positiva. La
comunidad, primero a través de la Curia Plena, integrada por nobles y obispos, y luego
las cortes, en que se agregan los mandatarios de las ciudades, equilibra el poder del
monarca, obligándole a pedir su consentimiento para los asuntos de gobierno más
importantes. En Castilla, los municipios se multiplicaron en un ambiente de libertad e
independencia y con ellos los fueros o conjuntos de normas jurídicas en que las
garantías individuales y los derechos de la persona se consagran cuidadosamente.
Con el matrimonio de los Reyes Católicos (1469), junto con producirse la asociación de
las Coronas de Castilla y Aragón y el término de la guerra contra el Islam (1491), se
robustece el poder real y declina la vida municipal y de las Cortes. Esta unión de
Castilla y Aragón, junto con la conquista de Granada y la anexión de Navarra, se
consolida la unidad política española. Por otra parte, la religión católica que fue decisiva
en la guerra contra el Islam, llega a constituir un elemento determinante de la unidad
nacional.
La Donación Pontificia:
Castilla había orientado su acción expansiva hacia el Atlántico, donde chocó muy luego
con Portugal. La guerra terminó con el Tratado de Alcaçovas, suscrito en 1479 y 1480 y
confirmado por el Papa. Según el Tratado, Portugal se aseguró el domino de las islas
Madera, Azores y Cabo Verde y toda la costa de Guinea y Castilla circunscribió sus
aspiraciones africanas a las Islas Canarias.
Pero el primer viaje de Colón movió a Fernando el Católico a pedir al Papa el dominio
de las tierras descubiertas y por descubrir en aquellas partes del océano. El Papa
Alejandro VI, basándose en la doctrina de los canonistas de la época y aceptada por el
Código de las Partidas, que concedía a los Papas el dominio temporal universal y el
derecho a instituir soberanos, emitió con fechas 03 y 04 de Mayo de 1493 las bulas
Inter Caetera, por las que donó a los Reyes de Castilla y León y a sus sucesores las
tierras firmes descubiertas y por descubrir que se hallaren al occidente de una línea
trazada de polo a polo a 100 leguas al oeste de las islas Azores y que no hubiesen sido
poseídas antes de la reciente Navidad por algún príncipe cristiano.
LA ENCOMIENDA:
La ley considera al indio como un incapaz relativo. En sus actos jurídicos, debía
comparecer mediante un representante que velaba por sus intereses.
Las razones que justificaron la creación de la encomienda fueron religiosas y de orden
político económicas. La razón religiosa: dar cumplimiento a los deseos del Papado de
que se evangelizaran las tierras de América, de acuerdo a la Bula Inter Caetera de
1493. Razones político económicas: premiar a los conquistadores y sus descendientes.
La encomienda consistía en el privilegio otorgado por el Rey a un benemérito de las
Indias para recibir por sí y su inmediato sucesor, el tributo que un grupo de indios
estaban obligados a pagar en su calidad de súbditos de la corona, con cargo de cuidar
del bien espiritual y temporal de los encomendados y de defender la tierra del indio.
La encomienda era sólo una percepción de tributo y no implicaba la cesión de tierras
del indio ni la anulación de su libertad. El beneficio duraba sólo por dos vidas: la del
encomendero que lo había obtenido y su inmediato sucesor. Los indios no quedaban
(como los siervos medievales) adscritos a la tierra ni sujetos a la jurisdicción del señor y
con su trabajo libre percibían un salario y pagaban así el tributo. Seguían siendo
súbditos directos de la corona y ésta en cualquier momento podía anular la concesión
en caso de abuso del encomendero.
Sin embargo, la escasez de mano de obra y la necesidad de los españoles de concurrir
periódicamente a la guerra, hizo que los encomenderos, interesados en asegurar el
tributo del indio y en disponer de mano de obra en sus haciendas, sustituyeran la
percepción del impuesto por el trabajo personal del indio.
Para impedir los abusos y humanizar la situación de los indios, se dictó en tiempos del
Gobernador Hurtado de Mendoza la “Tasa de Santillán”, que obtuvo aprobación real en
1561. Esta tasa mantuvo el servicio personal, pero lo limitó a los naturales de 18 a 50
años de edad y estableció entre ellos el trabajo por turno (“mita”). Los indios mineros
adquirieron el derecho a percibir el “sesmo” o sexta parte del oro extraído y los
labradores y pastores a recibir ropa y los últimos, además, animales.
En 1580, el Gobernador Martín Ruiz de Gamboa dictó una nueva tasa, que hizo cesar
el servicio personal y lo sustituyó por un tributo en oro o especies para los
encomenderos. Pero tres años más tarde, el Gobernador Alonso de Sotomayor derogó
dicha tasa y con algunas modificaciones, restableció la Tasa de Santillán.
Los Obispos y los jesuitas fueron enemigos del trabajo obligatorio y presionaron a la
Corte y al virrey del Perú para su supresión. Para dar un ejemplo del trato que debía
darse a los indios, los jesuitas en 1608 se comprometieron ante el Protector de Indios
de Santiago a garantizar en sus casas la libre contratación del trabajo indígena,
obligándose a pagar al obrero el salario familiar, jubilación a los cincuenta años de edad
o cuando se imposibilitare para el trabajo y una especie de pensión vitalicia para la
viuda. Esta reglamentación voluntaria del trabajo influyó en la legislación positiva,
produciéndose en 1621 la dictación por el virrey del Perú Príncipe de Esquilache, de la
tasa que lleva este nombre, que contó en 1622 con la sanción real y que en 1680 fue
incorporada en la Recopilación de Leyes de Indias.
La tasa de Esquilache suprimió el servicio personal obligatorio del indio encomendado,
disponiendo la periódica tasación de los tributos por las autoridades. Reglamentó el
salario de los empleados domésticos, obligando al patrón a darles habitación, vestuario
y alimento y permitirles abandonar el trabajo al término del año, que era la duración del
contrato. También dictó normas sobre el contrato de los trabajadores agrícolas,
estipulando que era obligación trabajar ciento sesenta días al año y recibir del patrón un
pedazo de tierra para su propio cultivo, semillas y bueyes y utensilios de labranza en
préstamo para su explotación. Además, debían percibir jornal por cada día de trabajo,
deduciéndose del jornal el tributo.
Los Cabildos:
El cabildo de Santiago estaba integrado por dos Alcaldes que servían de jueces; seis
Regidores encargados de la administración de la ciudad; el Procurador, que tenía la
representación legal de la comunidad; el Alguacil Mayor, jefe de la policía urbana; el
Alférez Real, que custodiaba el estandarte real y el Fiel Ejecutor, que controlaba los
precios y aranceles. En la elección del Cabildo no intervenía directamente el pueblo,
sino que al término de cada año, sus componentes designaban a las personas que
debían sucederles. Aparte de sus reuniones ordinarias en que asistían todos sus
miembros, el Cabildo solía convocar a asambleas públicas de los vecinos principales de
la ciudad, para dirimir asuntos de alta importancia; eran los Cabildos Abiertos (Ejemplo:
elección de Valdivia como Gobernador).
Las atribuciones de los Cabildos fueron en un principio muy amplias, sobre todo las del
Cabildo de Santiago, por ser la ciudad cabecera del reino. En el orden político, entre
otras, llegó hasta nombrar Gobernador Interino a Valdivia; a sucederle en cuerpo a su
muerte como autoridad interina; y a exigir a los Gobernadores nombrados por el Rey un
juramento al tomar posesión del cargo. Como guardianes de los intereses de la
comunidad, los Cabildos se sintieron con derecho a deponer a las autoridades tiránicas,
como ocurrió en 1655 en que el de Concepción depuso al Gobernador Antonio Acuña y
Cabrera. Estas atribuciones políticas de los Cabildos no derivaban de la ley, sino que de
la Costumbre y se redujeron con la creación de la Real Audiencia desde 1609.
Los Cabildos ejercían también funciones administrativas: cuidar de las obras públicas,
administrar el hospital de la ciudad, controlar a los gremios de artesanos, fijar los
precios de los artículos de primera necesidad y organizar las milicias locales. También
administraban justicia en primera instancia por medio de los Alcaldes y en segunda
instancia por dos de sus miembros.
La Legislación en Chile:
Las Leyes para Chile eran preparadas por el Consejo de Indias, que se enteraba de las
necesidades locales por los informes oficiales del Gobernador, de la Audiencia y de los
Obispos. Además, cualquier particular podía libremente hacer llegar hasta el Rey sus
inquietudes por correspondencia. Con frecuencia, los Cabildos delegaron procuradores
hasta la Corte para presentar quejas o peticiones, que influyeron en la legislación.
30-agosto-2011
El Período de la Casa de Borbón en Chile (1700 – 1810):
Los Mayorazgos:
El aumento de la riqueza y el mayor bienestar general se tradujo en la fundación de
algunos mayorazgos, encargados de asegurar la estabilidad y el lustre de los linajes de
la aristocracia. El Mayorazgo consiste en el derecho a suceder en un conjunto de
bienes sujetos al perpetuo dominio de una familia, con prohibición de enajenarlos.
Los mayorazgos fueron instituidos al finalizar la Edad Media por la nobleza, para no
empobrecerse. Es una institución que encuentra sus orígenes en el fideicomiso romano:
la vinculación. Vinculación o efecto de vincular es la unión y la sujeción de los bienes al
perpetuo dominio de una familia, con prohibición de división o enajenación. Las
vinculaciones que pasaron a Chile son los mayorazgos y las capitanías. El fundador del
mayorazgo que impone la vinculación sobre los bienes muebles o inmuebles podía
conformarse a la ley de sucesión regular de la Corona de España, caso en que el
mayorazgo era regular; si se apartaba, era irregular. El mayorazgo regular es aquel a
cuya sucesión se nombra primero al hijo mayor y a sus legítimos descendientes,
prefiriendo siempre el mayor al menor y el varón a la mujer y después a los demás
hijos, atendida la línea, el grado, el sexo y la edad. Esta vinculación se fue haciendo
sucesiva, pero en un principio sólo se extendía a cuatro sucesores. El primer
mayorazgo se fundó en Chile en 1693 por don Pedro Torres y todos los restantes en el
siglo XVIII, ascendiendo en total a no más de veinte mayorazgos. Desde 1693 hasta
1810, se fundaron catorce mayorazgos en Chile, cifra a la cual hay que agregar siete
vinculaciones que producían efectos muy similares. Destacaron por su riqueza los
Larraín, Irarrázaval, Lecaros, García Huidobro, Valdés, Balmaceda, Ruiz Tagle y Toro
Zambrano. Esta institución tuvo en Chile una gran importancia, porque ella mantuvo por
varias generaciones el poder económico de un grupo de grandes familias que formaron
parte de la clase dirigente del país.
La población en Chile:
Los Cabildos:
La legislación:
En los dos siglos anteriores, la mayoría de las leyes provenientes de España tenían la
forma de “Reales Cédulas”, que eran disposiciones del rey dictadas con el concurso del
Consejo de Indias. En el siglo XVIII, de acuerdo a ese espíritu centralizador y absoluto,
se legisla a través de “Reales Órdenes”, que son mandatos directos del Rey
transmitidos por intermedio de un Ministro.
Los reyes borbones pretenden ejercer el Patronato no como una concesión del Papa,
sino como un atributo inherente a la soberanía del Estado.
En cuanto a las órdenes religiosas, en 1767, el gobierno español ordenó la expulsión de
los jesuitas de todos los dominios de la monarquía. Esta expulsión tuvo diversas
causas, entre ellas la influencia antirreligiosa de origen francés, pero la más relevante
fue el deseo del absolutismo de extirpar las doctrinas sobre el origen popular de la
soberanía y la limitación del poder, que enseñaban los jesuitas.
En Chile, la expulsión de los jesuitas tuvo importantes consecuencias: se cerraron
numerosos establecimientos educacionales (14 en Santiago, con más de mil alumnos);
la Iglesia perdió a 127 sacerdotes escogidos; las artes y la manufactura en formación
quedaron privadas de sus mejores maestros y operarios; los bienes de los jesuitas
fueron incautados y vendidos en pública subasta. Algunas de las haciendas de los
jesuitas sirvieron de base a la fundación de mayorazgos: la Compañía de Rancagua al
mayorazgo Toro Zambrano; Calera de Tango al mayorazgo Ruiz Tagle y Bucalemu al
Mayorazgo Balmaceda.
En 1748, los jesuitas habían introducido en Chile la primera imprenta, la que después
de su expulsión fue entregada a la Universidad de San Felipe.
La Educación:
Por iniciativa del Gobernador Ambrosio de O’Higgins, los Cabildos costearon escuelas
de primeras letras. La educación secundaria recibió un duro golpe con la expulsión de
los jesuitas. Para compensar el cierre en Santiago del Convictorio de San Francisco
Javier, en 1778 se fundó allí el Colegio de San Carlos.
En 1797, por la iniciativa de don Manuel de Salas, se fundó en Santiago la Academia de
San Luis, establecimiento de educación técnica, en el cual se enseñaba geometría,
aritmética y dibujo.
En 1713, el Alcalde Santiago don Francisco Ruiz de Berecedo propuso a la Corona la
fundación de una Universidad en la ciudad. En 1738, se dictó la orden de erección de la
Real Universidad de San Felipe, pero ella comenzó a funcionar en 1758. En ella se
enseñó derecho, teología, filosofía, matemáticas y medicina. La Universidad de San
Felipe contaba con las mismas facultades que las de Lima y México: Teología, Filosofía,
Derecho, Medicina y Matemáticas.
El local que albergó a la Universidad fue terminado en 1764. Ocupaba media manzana,
cuyo frontis daba a la calle Agustinas, el costado poniente a la de San Antonio y la parte
posterior a la calle del Chirimoyo, actual Moneda. El hecho de carecer Buenos Aires de
una Universidad y de no contar la que existía en Córdoba de Tucumán de una Facultad
de Derecho, trajo una afluencia continua de estudiantes argentinos a Santiago. En
1810, doña Dolores Egaña, hija de don Juan Egaña, se matriculó para estudiar
Filosofía.
Junta de Cádiz.
El fundamento jurídico de la Junta de Cádiz está en el Código de las Siete Partidas,
cuya segunda partida dispone que cuando el rey no puede gobernar por ausencia,
enfermedad u otra causa, el poder vuelve a la comunidad y ésta debe elegir una junta
provisoria de gobierno hasta que el rey vuelva a gobernar.
Esta junta organizada en Castilla y las que se formaron después en América, tienen
todas ese fundamento. El título 15 ley Tercera de la Segunda Partida, que dice,
“los reyes vienen de Dios por mano del pueblo y para bien del pueblo”, y si los reyes no
pueden gobernar por no tener tiempo, por muerte, por enfermedad u otra causa, “deben
juntarse los principales y elegir sujetos formales para que gobiernen”. Esta ley disponía
que la Junta debía elegirse por Cabildo Abierto, o sea, por todos los vecinos y que los
miembros de la Junta debían ser un número impar para efecto de las votaciones.
Lo importante de esta Junta es que el rey ya no gobierna, sino que lo hace el pueblo,
pero esta Junta sólo es competente para gobernar el reino de Castilla y ningún otro
reino.
En América, un sector de los súbditos también son partidarios de formar Juntas, para
reemplazar a los Gobernadores y Virreyes, según el caso. El fundamento está en que
los poderes de Virreyes y Gobernadores habían caducado, desde que el rey había
caído preso, porque el poder había vuelto al pueblo.
La Junta de Cádiz observó que la pluralidad de Juntas locales y provinciales entorpecía
el manejo de la guerra contra Napoleón. El 25 de Septiembre de 1808, las Juntas
decidieron formar una Junta Central Suprema y Gubernativa de España e Indias, que
actuara en forma unitaria.
La Junta Central tomó una serie de decisiones; entre otras, en Enero de 1809 invitó a
los americanos a formar sus propias Juntas. En Mayo de 1809, convocó a cortes
generales y extraordinarias, con diputados elegidos por cada 50.000 habitantes.
Además, el 29 de Enero de 1810, nombró un Consejo de Regencia que asumió todo el
poder.
Las Cortes extraordinarias se reunieron el 24 de Septiembre de 1810, sosteniendo que
representaban legítimamente a la Nación. Los españoles así radicaron el Poder
Constituyente en la Nación.
Se produjo un debate en las Cortes para aprobar una Constitución, en que salen
victoriosos los liberales, para despejar los obstáculos sociales y económicos que
impedían el desarrollo de la burguesía.
En ejercicio de la soberanía nacional, las Cortes sancionaron la Constitución Política de
la Monarquía Española de 19 de Marzo de 1812.
Esta Constitución de 1812 española tenía, entre otras características:
1. Consagraba expresamente la soberanía nacional: El Artículo 1º estableció que la
Nación era la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios. El Artículo 3º
dispuso: “la soberanía reside esencialmente en la nación y por lo mismo pertenece a
ésta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales”.
2. Se consagró en el texto constitucional el principio de la división de poderes.
3. Se declararon sucintamente los derechos individuales: El Artículo 4º establecía: “La
Nación está obligada a conservar y a proteger por leyes sabias y justas la libertad civil,
la propiedad y los demás derechos legítimos de todos los individuos que la componen”.
4. No contempló derechos políticos inmediatos para las castas. La constitución
estableció que comprendían la Nación española los españoles de ambos hemisferios
pero no otorgó a todos los mismos derechos: De partida no se abolió la esclavitud
aunque sí el tráfico de esclavos.
5. Estableció responsabilidad por infracción de Constitución: Se veló por el respeto al
orden constitucional, estableciendo el mecanismo de responsabilidad por infracción de
Constitución.
6. Regulaba la suspensión de garantías como fórmula de derecho constitucional de
excepción: La Constitución estableció la suspensión de garantías individuales como
mecanismo de protección extraordinaria del Estado.
7. La constitución es un texto jurídico del tipo código. En el Discurso Preliminar así
como en diversos decretos, se califica a la constitución como código político. También
se la llama Código Constitucional.
8. La Constitución consagró la religión católica como oficial del Estado.
9. Es una constitución extremadamente rígida: la modificación de las normas
constitucionales debe hacerse con un sistema más complejo, más exigente que la
modificación de la ley común y corriente.
10. Se reguló pormenorizadamente el proceso de formación de la ley.
Juntas en América.
En América, el movimiento juntista logró triunfar en algunos lugares, así como en otros
triunfaron los realistas. El primer intento fue la formación de Juntas en 1809 en La Paz y
en Quito, pero fueron disueltas por el sector realista. La Primera Junta es la de Buenos
Aires el 25 de Mayo de 1810. En Julio de 1810, se organizaron las de Caracas y
Bogotá, que reemplazaron al Virrey de Nueva Granada.
En Septiembre de 1810, el Cabildo de Santiago, en cabildo abierto elige una junta de
gobierno.
Todos los reinos indianos donde se formaron Juntas, tarde o temprano se
independizaron a partir de 1816 con la Declaración de Independencia de las provincias
del Río de la Plata; la de Chile en 1818 y la de Bolivia fue la última en 1825, después de
la Batalla de Ayacucho.
El único territorio sudamericano que se mantuvo dentro de la monarquía española fue
Chiloé hasta 1826.
Caso aparte es Cuba, que se mantuvo hasta 1898, cuando por presiones de Estados
Unidos sobre España, se logró la Independencia.
La Independencia no se consumó con la constitución de las Juntas y tampoco en el
momento en que ella se proclamó. Se desarrolló en un período de aproximadamente
catorce años y se obtuvo cuando los ejércitos criollos derrotaron a las fuerzas realistas
en las llamadas “guerras de independencia”. Estas guerras tuvieron el carácter de
guerras civiles, porque se enfrentaban casi siempre españoles y criollos, pero en ambos
bandos había de unos y de otros, atendido que España enviaba a América escasos
contingentes militares.
Apuró el proceso de emancipación la reacción que provocó en América la restauración
absolutista de Fernando VII en 1814. Con su vuelta al poder, Fernando VII desconoció
la Constitución Liberal de 1812 e intenta recuperar el control de América.
Más adelante, el movimiento liberal español de 1820 vuelve a imponer la Constitución
de 1812, fue contrario al intento de Fernando VI de enviar nuevos y fuertes
contingentes militares para “pacificar América”. En 1823, no obstante haberla jurado en
1820, Fernando VII volvió a abolir la Constitución de 1812.
1°. Dictó un Reglamento electoral de 10 de Diciembre de 1810. Tiene por objeto elegir
un Congreso Nacional de 42 diputados para que ejerzan el poder legislativo. Se busca
la separación de poderes. Este primer Congreso Nacional fue elegido durante los
primeros meses de 1811.
2°. La Junta desconoció los nombramientos de autoridades hechos por el Consejo de
Regencia (General Javier Elío).
3°. Decretó la libertad de comercio con las naciones aliadas de España.
4º. Estableció relaciones con la Junta de Gobierno de Buenos Aires.
5°. Creó nuevos regimientos, organizando cuerpos armados a lo largo de todo el país
para asegurar la defensa del reino.
6°. Reemplazó la Real Audiencia, estableciendo la Corte de Apelaciones.
7°. El 4 de Julio de 1811 se celebró la primera reunión o sesión del Congreso Nacional.
Este Congreso se abocó a redactar una Constitución para Chile.
8°. Martínez de Rozas encabezó la redacción del primer reglamento constitucional, que
entró en vigencia al 14 de Agosto de 1811. Este texto constitucional fue aprobado por el
Congreso Nacional.
06 de septiembre 2011.-
Los realistas apoyados por la Audiencia, intentaron detener la apertura del Congreso y
derrocar a la Junta con un golpe militar que encabezó el 01 de Abril de 1811 el Teniente
Coronel Tomás de Figueroa. El intento fracasa, siendo fusilado Figueroa y disuelta la
Audiencia. Por esta razón, las elecciones en Santiago sólo se realizaron en Mayo. El 04
de Julio de 1811 se inauguró el Congreso y cesó la Junta en sus funciones.
En el Congreso predominó un espíritu moderado de reformas y fueron pocos los
diputados que deseaban cambios más audaces (Ej.: Bernardo O’Higgins) y que optaron
por retirarse del Congreso. La familia de los Larraín, llamada de los Ochocientos,
preparaba el golpe militar, que se vio encabezado por José Miguel Carrera, recién
llegado de España, que tiene un claro espíritu separatista, el 04 de Septiembre de
1811.
El Congreso entró en una etapa de importantes reformas: 1.- creación de la provincia
de Coquimbo, 2.- creación del Supremo Tribunal Judiciario en reemplazo del Consejo
de Indias; 3.- suspendió las remesas de dinero que se enviaban al Perú, para el pago
de agentes de la Inquisición en Chile, lo que equivalía a terminar con ese tribunal; 4.-
suprimió los derechos parroquiales que se pagaban a los curas por óleos, casamientos
o entierros y los sustituyó por un sueldo para la mantención de los curas párrocos; 5.-
abolición parcial de la esclavitud, mediante la LIBERTAD DE VIENTRES, propiciada por
Manuel de Salas: aprobada el 11 de Octubre de 1811, establecía que los hijos de
esclavos nacerán libres y todos los esclavos que pisen el territorio chileno serán libres a
los seis meses (hasta entonces, en ningún país de América se había dado este paso);
6.- envío de don Francisco Antonio Pinto como agente diplomático ante la Junta de
Buenos Aires, 7.- dictación del reglamento Constitucional Provisorio y 8.- Nombramiento
de una comisión para redactar un proyecto de Constitución Política definitiva.
Un segundo golpe militar de don José Miguel Carrera, que rompió con los Larraín, trajo
la instalación de una Junta encabezada por él. Ante la resistencia del Congreso,
Carrera lo clausuró el 02 de Diciembre de 1811.
Las rivalidades políticas que distrajeron a los componentes del primer Congreso,
dilataron la dictación de la Constitución Política.
El 13 de Noviembre de 1811 se designó una comisión encargada de redactar el
documento, que no alcanzó a cumplir el encargo, porque Carrera disolvió el Congreso
el 02 de Diciembre.