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CAPITULO XX

OPERACIONES DE CRÉDITO EN PARTICULAR


OPERACIONES ACTIVAS (4)

20.- CRÉDITOS DE HABILITACIÓN O AVIO Y REFACCIONARIOS.

20.1.- GENERALIDADES

Los créditos de habilitación o avio y los refaccionarios, se distinguen por su


destino específico: son créditos destinados al fomento de la producción, y
constituyen modalidades de la apertura de crédito. Se encuentran reglamentados
por la LTOC y, cuando el acreditante es un banco, es menester tomar en
consideración también las disposiciones de la LIC sobre el particular. Como
vemos, no se trata de contratos exclusivamente bancarios, ya que pueden ser
celebrados por cualquier persona, aun cuando sean las instituciones y las uniones
de crédito quienes los llevan a cabo con mayor frecuencia como acreditantes.

20.2.- CRÉDITO DE HABILITACIÓN O AVIO. DEFINICIÓN Y ELEMENTOS.


GARANTÍAS.

El crédito de habilitación, también conocido como avio, es el contrato en virtud del


cual el acreditante se obliga a poner una suma de dinero a disposición del
acreditado, y este a su vez, a invertir el importe del crédito precisamente en la
adquisición de materias primas y materiales, y en el pago de los jornales, salarios
y gastos directos de explotación indispensables para los fines de su empresa, y a
reintegrar las cantidades correspondientes mas sus accesorios, en los términos
convenidos (cfr. art. 321 LTOC).

De tal definición se advierte que el crédito se destina a gastos que se invierten en


bienes que van a formar parte del activo circulante, apoyando al proceso
inmediato de la producción de una empresa que esta preparada para tal efecto.

También se infiere de lo anterior la existencia de dos elementos personales


fundamentales que concurren a la celebración del contrato: el aviador (acreditante)
y el aviado (acreditado)

Esta clase de créditos tienen como garantía natural del cumplimiento de las
obligaciones del acreditado, las materias primas y materiales adquiridos, así como
los frutos, productos o artefactos que se obtengan con el crédito, aunque estos
sean futuros o pendientes. No obstante el acreditante puede pedir al acreditado el
otorgamiento de otras garantías que le confieran mayor seguridad en la
recuperación del crédito concedido, como pueden ser hipoteca, prenda, fianza,
obligación solidaria u otras (art. 322 LTOC).

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20.3.- EL CRÉDITO REFACCIONARIO. DEFINICION Y ELEMENTOS.
GARANTÍAS.

El crédito refaccionario es el contrato en virtud del cual el acreditante se obliga a


poner una suma determinada de dinero a disposición del acreditado, y este a su
vez a invertir su importe en la adquisición de aperos, instrumentos, útiles de
labranza, abonos, ganado o animales de cría, en la realización de plantaciones o
cultivos cíclicos o realización de obras materiales necesarias para el fomento de la
empresa del acreditado, quien debe restituir al acreditante el monto de que
disponga mas los accesorios correspondientes en el plazo convenido. También
puede pactarse que parte del importe del crédito se destine a cubrir las
responsabilidades fiscales que pesen sobre la empresa del acreditado o sobre los
bienes que este use con motivo de la misma al tiempo de celebrarse el contrato, y
que parte asimismo de ese importe se aplique a pagar los adeudos en que hubiere
incurrido el acreditado por gastos de explotación o por la compra de los bienes
muebles o inmuebles o de la ejecución de las obras que antes se mencionan,
siempre que los actos u operaciones de que procedan tales adeudos hayan tenido
lugar dentro del ano anterior a la fecha del contrato (art. 323 LTOC).

Es importante señalar que cuando el acreditante es un banco, no excederá del


cincuenta por ciento la parte del crédito refaccionario que se destine a cubrir los
pasivos mencionados, salvo autorización expresa de la Comisión Nacional
Bancaria (art. 66 fr. V LIC).

De lo anterior se infieren los siguientes aspectos:

a) Los elementos personales fundamentales son el acreditante (refaccionador) y el


acreditado (refaccionado);

b) el crédito tiene por objeto preparar a una empresa para el fenómeno de la


producción;

c) el crédito ha de destinarse básicamente:

* a la adquisición de ciertos bienes que formaran parte del activo fijo;

* al pago de deudas adquiridas por el acreditado con motivo de la adquisición de


tales bienes en el ultimo ano;

* al pago de adeudos fiscales.

En forma análoga a como ocurre con los créditos de avio, el refaccionario queda
garantizado en forma natural, simultánea o separadamente, con las fincas,
construcciones, edificios, maquinarias, aperos, instrumentos, muebles y útiles, y
con los frutos o productos futuros, pendientes o ya obtenidos, de la empresa a
cuyo fomento se haya destinado el crédito. El acreditante puede -y suele-

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también solicitar al acreditado garantías adicionales del cumplimiento de sus
obligaciones.

La garantía que se constituya por préstamos refaccionarios sobre inmuebles


comprenderá:

a) El terreno constitutivo del predio;

b) los edificios y cualesquiera otras construcciones presentes y futuras mientras


subsista el adeudo;

c) las accesiones y mejoras;

d) los muebles inmovilizados y los animales fijados en el contrato, como pie de


cría en los predios rústicos destinados total o parcialmente a la ganadería; y,

e) la indemnización que se obtenga por pago de seguro en caso de siniestro sobre


dichos bienes.

En virtud de esta garantía de naturaleza real, el acreedor tendrá derecho de


preferencia para el pago de su crédito con el producto de tales bienes, sobre todos
los demás acreedores, salvo los hipotecarios inscritos con anterioridad (arts. 332 y
333 LTOC).

20.4.- ASPECTOS COMUNES A AMBAS FORMAS DE CRÉDITO.

Como hemos visto, los contratos de habilitación y los refaccionarios se distinguen


básicamente por el destino que se da a los créditos que en su virtud se otorgan.
El refaccionario tiene por finalidad preparar a la empresa para producir, mientras
que el avio posibilita la producción de una empresa que ya esta preparada para
ello.

Luego, las diferencias entre ambos créditos son únicamente de grado, no de


naturaleza, pues los dos son formas de apertura de crédito con destino especifico
y con garantías naturales. Por ello, la normatividad establecida por la ley para
estos contratos es esencialmente la misma.

20.4.1.- FORMA.

Establece la LTOC que estos contratos se formalizaran por escrito, en contrato


privado por triplicado ante dos testigos, y el cual deberá reunir los siguientes
requisitos:

a) Expresaran el objeto de la operación, la duración y la forma en que el


acreditado podrá disponer del crédito correspondiente;

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b) fijaran con toda precisión los bienes que se afecten en garantía, y señalaran las
demás condiciones y términos del contrato;

c) se ratificara ante el encargado del Registro Publico de la Propiedad; y,

d) se inscribirán en el Registro de Hipotecas correspondiente a la ubicación de los


bienes afectos en garantía, o en el de Comercio cuando la garantía no incluya
bienes inmuebles.

Como en todos los casos, estos contratos no surtirán efectos frente a terceros sino
desde la fecha de su inscripción en el registro.

Ahora bien, cuando el acreditante es una institución bancaria, deben observarse


también las siguientes prescripciones formales de acuerdo al articulo 66 de la LIC:

a) Se consignaran, según convenga a las partes, en póliza ante corredor publico,


en escritura publica o en escrito privado, que en este ultimo caso se firmara por
triplicado ante dos testigos y se ratificara ante notario publico, corredor publico,
juez de primera instancia en funciones de notario o ante el encargado del
Registro Publico correspondiente; y,

b) sin establecer mas formalidades que las señaladas, se podrán establecer


garantías reales sobre bienes muebles (prenda) o inmuebles (hipoteca),
además de los que constituyan la garantía natural que corresponda.

La ventaja de consignar el crédito en escritura pública, es que posibilita la


procedencia de la acción hipotecaria, conforme al artículo 444 del Código de
Procedimientos Civiles del Estado de Chihuahua, y sus equivalentes de otras
entidades de la República.

20.4.2.- DISPOSICIÓN Y DESTINO DEL CRÉDITO.

En ambas especies de contratos, el acreditante cumple con su principal obligación


al poner a disposición del acreditado las sumas de dinero correspondiente. Una
vez que este hace uso del crédito, debe destinar su importe a los fines pactados
según la naturaleza del contrato.

Al efectuar la disposición relativa, el acreditado podrá otorgar a la orden del


acreditante pagares que representen las disposiciones que haga del crédito
concedido, siempre que los vencimientos no sean posteriores al crédito, que se
haga constar en tales documentos su procedencia de una manera clara y que
contengan los datos de registro respectivos (art. 325 LTOC) Los pagarés
otorgados con motivo de los contratos de crédito refaccionario y de habilitación o
avío, son títulos de crédito de naturaleza especial, cuyo objeto es el de
cumplimentar una garantía colateral de pago otorgada en el contrato, y
representar las disposiciones que se hagan del crédito, por lo que éstos
documentos difieren de los pagarés ordinarios y típicos, precisamente por su

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particular vinculación con el contrato que les da origen y, por ende, sólo pueden
hacerse exigibles por el acreditante de acuerdo con lo convenido en el contrato y
no en forma autónoma. (1)

Una vez dispuesto el crédito por el acreditado, surge el derecho y la obligación del
acreditante de cuidar que su importe se invierta precisamente en los objetos
destinados en el contrato, so pena de perder la preferencia en el pago que le
confieren las garantías de que disfrute (art. 327 LTOC).

Por ello, el acreedor tiene en todo tiempo el derecho de designar un


INTERVENTOR que vigile el cumplimiento de las obligaciones del acreditado,
quien tiene el deber de facilitar al interventor el cumplimiento de sus funciones.

Si el acreditado emplea los fondos que se le suministraren en fines distintos de los


pactados o no atiende su negociación con la debida diligencia, el acreditante
podrá rescindir el contrato, dar por vencida anticipadamente la obligación y exigir
el reembolso de las sumas que haya proporcionado, mas sus accesorios
(intereses, gastos, comisiones, etc.) (art. 327 LTOC).

20.4.3.- LA PRENDA COMO GARANTIA DE CUMPLIMIENTO DE LAS


OBLIGACIONES DEL ACREDITADO.

Hemos señalado que en los créditos de que tratamos existen garantías naturales
que, en el caso del avio puede constituirse por algunos bienes muebles
fundamentalmente, y en el caso del refaccionario pueden ser también inmuebles.
Cuando la garantía, natural o pactada, recae sobre un bien mueble, estamos en
presencia de una prenda, que es un derecho real que se constituye sobre un bien
mueble enajenable para garantizar el cumplimiento de una obligación y su
preferencia en el pago.

Ahora bien, la prenda por regla general se perfecciona desde el momento en que
el bien mueble correspondiente se entrega materialmente al acreedor. Sin
embargo, tratándose de los créditos en comento, la cosa podrá quedar en poder
del deudor, quien se considerara para efectos legales, como depositario judicial de
los frutos, productos, ganados, aperos y demás muebles pignorados, pero podrá
usar de ella conforme a lo que se pacte en el contrato (arts. 329 LTOC y 66 fr. III y
IV LIC).

20.4.4.- LA HIPOTECA COMO GARANTÍA DEL CUMPLIMIENTO DE DE LAS


OBLIGACIONES DEL ACREDITADO.

Naturalmente, cuando la garantía real constituida a favor del acreditante recae


sobre un bien inmueble, estamos en presencia de una hipoteca, que consiste en
un derecho real que se constituye sobre un bien de esa naturaleza que no se
entrega al acreedor, para garantizar el cumplimiento de una obligación y su
preferencia en el pago, y que, entre otras formalidades debe inscribirse en el
Registro Publico de la Propiedad para que surta efectos frente a terceros. Cuando

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la hipoteca se otorga en función del otorgamiento de créditos de avio o
refaccionarios, el acreditante debe permitir y no estorbar la explotación de los
bienes afectos en garantía de los mismos (art. 67 LIC).

20.4.5.- SISTEMA DE PRELACIONES EN EL PAGO

Los créditos de habilitación debidamente registrados, se pagaran con preferencia


a los refaccionarios, y ambos con preferencia a los hipotecarios inscritos con
posterioridad. Cuando el traspaso de la propiedad o negociación para cuyo
fomento se haya otorgado el préstamo sea hecho sin consentimiento previo del
acreedor, este tendrá el derecho a rescindir el contrato o a dar por vencida
anticipadamente la obligación y a exigir su pago inmediato (art. 328 LTOC).

20.4.6.- TERMINACIÓN DEL CONTRATO

Los contratos de habilitación y refaccionario pueden darse por concluidos por


rescisión, por acuerdo entre las partes, por otras causas indicadas en el contrato o
por las diversas razones establecidas por la ley para estas especies de créditos o
para el de apertura de crédito de cuya naturaleza participan.

20.5. CUESTIONARIO Y ACTIVIDADES.


1.- Señale cual es el destino específico de los créditos refaccionario y de
habilitación.
2.- Defina a cada uno de estos contratos y señale las diferencias que entre ellos
existen.
3.- Explique cuales son las garantías naturales que se otorgan por el acreditado en
cada uno de éstos créditos.
4.- Indique como se denominan las partes en cada uno de éstas operaciones de
crédito.
5.- Detalle la forma que deben revestir los contratos de referencia.
6.- Explique la manera en que pueden concluir estos contratos.
7.- Con los datos y orientación que proporcione el profesor, el alumno elaborará
contratos de crédito refaccionario y/o de habilitación o avío.

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(1) Cfr. Ejecutoria sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado en materia civil del Primer
Circuito. Semanario Judicial de la Federación, Octava época, Tomo I, Segunda Parte-1, Enero a
Junio de 1988, Pág. 222.

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