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Lederach
Paula Fregenal Melgosa
Las personas
Es indispensable que se determine que personas o grupos están involucrados
directamente y quienes aunque no estén implicados directamente en el conflicto pueden
influir en el desarrollo y resolución del mismo. Esta determinación es importante para
comprender cuál es la magnitud del problema. De este modo, debemos hacernos una serie
de preguntas que permitan conocer a los implicados: “¿Quienes están involucrados y qué
papel tienen en el conflicto?, ¿Cómo pueden influir sobre el mismo?”.
No podemos obviar el hecho de que cada persona adquiere una posición determinada en
función de una serie de valores, intereses, necesidades y percepciones sobre el problema,
los cuales motivan sus acciones y comportamientos. No obstante, es importante tener en
cuenta que las perspectivas de las partes involucradas en el conflicto están condicionadas
por emociones intensas que dominan su razonamiento. Asimismo, la percepción propia
de carácter limitado sesga la concepción global que supone el conflicto.
Todo conflicto a cualquier nivel se arraiga en dos fenómenos; el poder y la estima propia.
El poder hace referencia a la influencia mutua y en dicho concepto existen diferentes
bases, como por ejemplo el nivel económico, el social o la capacidad de manipulación o
control. Respecto a la estima propia, se centra en la oposición con los deseos del otro
que supone una la valoración personal del conflicto, y esto hace que solo se conciban dos
posibles resultados: perder o ganar.
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Irene Herrero Benito La estructura y dinámica del conflicto de
Lederach
Paula Fregenal Melgosa
El proceso
El proceso es el modo en el que el conflicto se desarrolla y la forma en que la gente trata
de resolverlo, ya sea para bien o para mal. En este aspecto, tiene gran importancia la
comunicación. La comunicación suele deteriorarse a medida que existen acusaciones de
tipo personal que nada tienen que ver con el problema esencial. A este fenómeno se le
añade la generalización del problema que repercute en la proliferación de los conflictos.
De este modo, el asunto conflictivo se convierte en una serie de diferencias mezcladas y
confundidas hasta el punto que no pueden marcarse los límites. En consecuencia, en lugar
de centrarse en el desarrollo futuro de la relación, se hacen notables las recriminaciones
inculpatorias a la otra parte con el fin de infringirle daño y demostrar su falta. En tercer
lugar, las personas en conflicto acuden a un tercero para buscar apoyo en lugar de acudir
a resolver el conflicto con aquella persona implicada en el mismo. De esta manera, suele
perpetuarse la mala información, los estereotipos y la formación de coaliciones
innecesarias.
El problema
El conflicto forma un todo que es la dinámica y la estructura del problema. Así se pueden
distinguir conflictos innecesarios y conflictos genuinos en función de la percepción que
se tiene del mismo. El conflicto genuino es aquel en el que existen diferencias esenciales,
o sea, puntos concretos que separan a las personas y que generan, por tanto, cierta
incompatibilidad. Esta incompatibilidad viene dada por los intereses, las necesidades y
los deseos diferentes de cada uno, las diferencias de opinión sobre el procedimiento a
seguir, el criterio a seguir para tomar una decisión, a quién corresponde qué, a la hora de
repartir recursos, o bienes materiales, las diferencias de valores y las cuestiones concretas
de dinero, tiempo, tierra, derechos, compensaciones, etc. Sin embargo, el conflicto
innecesario se caracteriza por una mala comunicación, la formación de estereotipos, la
desinformación o el mal entendimiento.
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Irene Herrero Benito La estructura y dinámica del conflicto de
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A partir de esta teoría nos centraremos en cada uno de los componentes explicando
aquellas pautas que faciliten el análisis y resolución de conflictos.
En relación al proceso, se deberán analizar los siguientes aspectos o puntos del conflicto:
2. La comunicación:
a. De qué forma se comunican las partes implicadas.
b. Quién habla, cuándo, cuánto y por qué.
c. Observar la existencia de alteraciones: estereotipos, rumores, mala
información, etc.
d. Proponer cómo podría mejorarse la comunicación.
Y será importante para la resolución del conflicto el poner de manifiesto los patrones de
comunicación existentes y descubrir los sentimientos de la gente en relación al modo de
tomar decisiones. Así como, entender el equilibrio o desequilibrio de poder en la relación
y desarrollar un proceso que parezca justo.
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Irene Herrero Benito La estructura y dinámica del conflicto de
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Paula Fregenal Melgosa
f. Tener en cuenta qué necesidades se deberían cubrir para que ambas partes
estén satisfechas.
g. Conocer la diferencia de valores existentes y saber qué papel juegan en el
conflicto.
2. Realizar un listado de los puntos concretos para resolver.
3. Analizar los recursos existentes:
a. Limitaciones y posturas extremistas.
b. Personas que puedan tener un papel constructivo en el conflicto.
c. Los objetivos alcanzables que pueden aceptar ambas partes.
d. Intereses y necesidades comunes.
e. Propuestas que está dispuesta a cumplir por ambas partes.
Para resolver el conflicto deberemos ayudar a identificar cuáles son las necesidades e
intereses subyacentes y evitar centrarnos en la posiciones de cada una de las partes. Por
ello deberemos clarificar áreas de interés y problemas específicos separando las personas
de los problemas, así como descubrir las necesidades e intereses básicos subyacentes a
los problemas e identificar los principios y valores comunes.
Lederach, J. P. (1992). Enredos, pleitos y problemas: una guía práctica para ayudar a
resolver conflictos. Guatemala: Semilla.
Lederach, J. P. (2000). El abecé de la paz y los conflictos: Educar para la paz (Vol. 104).
Madrid: Los libros de La Catarata.