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III.- ARGUMENTOS:
Expone la recurrente, Kelly Marisol Paredes Paucar, como fundamentos de
su pedido de desafectación:
a) Mediante escritura pública de compraventa, de fecha 17 de marzo del
2017, adquirió el derecho de propiedad del bien inmueble ubicado en
la Av. 13 de noviembre N° 610 – 614, tercer piso, departamento E, Distrito
de El Tambo, Provincia de Huancayo y departamento de Junín, de
102.79 m2, cuyas linderos y medidas perimétricas corren inscritas en las
Partida Electrónica N° 11028844, del Registro de Predios Zona Registral
VIII – Sede Huancayo, de parte de sus originarios propietarios Juan
Carlos Cabello García y Claudia del Pilar Espinoza Veliz.
b) Pese a que los demandados ostenta la propiedad del citado inmueble,
se ha dispuesto el embargo en forma de inscripción.
c) La recurrente no ha asumido ninguna clase de obligación dineraria con
la ejecutante BANCO INTERBAK, por lo que no debe responder con sus
bienes las obligaciones dinerarias de terceras personas.
d) Precisa que a la fecha de adquisición de la propiedad no se
encontraba anotado gravamen alguno sobre el referido inmueble,
pues, el embargo en forma de inscripción fue inscrito el 24 de
noviembre del 2017, cuando la recurrente ya era propietaria del
inmueble, por haberlo adquirido con documentos público de fecha
cierta (17/02/2017), por lo que éste derecho posee mayor antigüedad
que el embargo inscrito; concluyendo que se ha producido una
indebida afectación de su propiedad con la medida cautelar.
misma no encuentra otro sustento que no sea el registro público, esto es la aplicación
del principio de prioridad registral.
En efecto, conforme a lo ya expuesto, al prescindirse del registro público como medio
de solución del conflicto de derechos, corresponde adoptar el criterio ajeno a la
prioridad registral, que hace primar el derecho subjetivo alegado por el tercerista, no
pudiendo el acreedor embargante imponer su inscripción, al no ser aplicables las
reglas registrales. De este modo, conforme también a la doctrina prevaleciente, al
tercerista le corresponde acreditar que su derecho de propiedad data de un momento
anterior a la traba del embargo. En ese caso, su pretensión deberá ser amparada.
Consideramos que la propiedad inmobiliaria no inscrita en nuestro país, no es una
propiedad oculta, clandestina; simplemente es propiedad, de conformidad con el
sistema de transmisión de la propiedad inmueble recogido en el artículo 949 del
Código Civil, el cual sólo exige el consentimiento de las partes contratantes, y como ya
se acotó, no necesariamente se requiere la entrega de posesión del bien ni la
inscripción en el Registro Público, por lo que siendo esto así, se favorece la tesis de
protección al derecho de propiedad frente al embargo.
Finalmente, debe señalarse que no se puede avalar la solución brindada por aquél
sector doctrinario, sobre la base de imputar “diligencia” o “negligencia” a los sujetos,
pues ello significa perder la perspectiva del contexto histórico cultural en el cual nos
encontramos; en donde nuestro sistema de transferencia de propiedad es para los
especialistas jurídicos, lo suficientemente complicado y difuso como para que podamos
afirmar que se trata de una información que es conocida por el promedio de
justiciables, esto es, si este sistema de transferencia es complicado de entender para los
profesionales del derecho, es de imaginar lo que puede significar para la comunidad en
general tener claros temas sobre cómo se perfecciona una transferencia o cuál es la
función que cumple el Registro Público respecto de su adquisición, para no citar temas
evidentemente técnicos como el de la prelación o la fecha cierta. A lo cual debe
agregarse que, la falta de inscripción registral, muchas veces no obedece a la
negligencia de los propietarios, sino a un problema estructural del Estado, evidenciado
en el complejo y oneroso acceso a la inscripción, que requiere muchas veces actos
previos y burocráticos, como regularizaciones municipales y administrativas (licencias,
permisos y autorizaciones); registrales, como la inmatriculación, tracto sucesivo;
tributarias, como el pago de impuestos; entre otros. Es precisamente debido a la
problemática registral expuesta, que en el Perú sólo se han inscrito el 30% de las
propiedades inmuebles, porque de acuerdo al artículo 949 del Código Civil, la
inscripción no es obligatoria ni constitutiva del derecho real de propiedad; por ende el
Código Civil incurriría en una contradicción si prefiere el embargo inscrito, porque
para que se transfiera la propiedad inmueble sólo es necesario el acuerdo de
voluntades entre el vendedor y el comprador".(...)".