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J. M. GOROSPE AROCENA1
M. GARRIDO GALLEGO1
J. VERA GIMENEZ2
J. MÁLAGA GUERRERO3
1 Médico Foniatra. Médico Adjunto de la Unidad de Foniatría y Logopedia del Hospital Universitario de
Salamanca. Profesor de la Escuela de E. P. de Foniatría, Título Propio de la Universidad de Salamanca.
2 Psicólogo del Lenguaje. Psicólogo Adjunto de la Unidad de Foniatría y Logopedia del Hospital Universitario
de Salamanca. Profesor de la Escuela de Logopedia de la Universidad Pontificia de Salamanca.
3 Médico Foniatra. Jefe de la Unidad de Foniatría y Logopedia del Hospital Universitario de Salamanca.
Director de la Escuela de E. P. de Foniatría, Título Propio de la Universidad de Salamanca.
2
Editorial: Instituto de Migraciones y Servicios Sociales
Madrid, 1997
ISBN: 84-88986-46-7
3
NOTA:
Esta revisión pretende sólo facilitar la tarea del profesional durante el proceso de valoración
de la discapacidad en los trastornos del lenguaje, el habla o la voz. La medicina es una ciencia
sometida a un cambio constante. A medida que la investigación y la experiencia clínica
amplían nuestros conocimientos, son necesarios cambios en las actuaciones
DIAGNÓSTICAS Y TERAPEÚTICAS. LOS AUTORES Y EDITORES DE ESTE
TRABAJO SE HAN ESFORZADO EN SER rigurosos y precisos; han contrastado sus
opiniones con fuentes consideradas de confianza, en un esfuerzo por proporcionar una
información completa y general, de acuerdo a los criterios aceptados en el momento de la
publicación. Sin embargo, debido a la posibilidad de que existan errores humanos o se
produzcan cambios en los criterios médicos, ni los editores ni cualquier otra fuente implicada
en la programación o la publicación de este libro, garantizan que la información contenida en
el mismo sea exacta y completa en todos los aspectos, ni aseguran que su contenido sea
suficiente para llevar a cabo la tarea de valoración de los trastornos mencionados. Tampoco
son responsables de errores u omisiones, ni de los resultados que con dicha información se
obtengan. Convendría recurrir a otras fuentes de información complementarias y partir de una
formación profesional especializada suficiente.
4
Agradecimientos:
A los profesionales del Area de Valoración del INSERSO, Dña. Mercedes Gonzalez, D. Luis
Aréjola, Dña. Asunción, Dña. Maribel y, en general, a todos los encargados provinciales y
autonómicos de la valoración de minusvalías que participaron en los grupos de trabajo y en
los cursos para la revisión de baremos de discapacidad. Sus valiosas aportaciones nos han
permitido acceder a la comprensión del concepto de discapacidad, especialmente en su
aplicación a los trastornos del lenguaje, el habla y la voz. Las críticas, discusiones y
comentarios han enriquecido notablemente nuestra visión de la patología del lenguaje y nos
han empujado a observar con un especial interés, la repercusión de los diferentes trastornos en
la vida diaria del sujeto, yendo más allá de la valoración clínica del cuadro. Este manual no
habría sido posible sin esta experiencia previa.
A todos los pioneros en el estudio de la patología del lenguaje, el habla y la voz y en especial
al Dr. Jorge Perelló Gilberga , médico foniatra autor de la más relevante obra completa
sobre anatomo-fisiología, clínica, diagnóstico y tratamiento de estos trastornos.
Al Area de Publicaciones del INSERSO por la confianza demostrada hacia nuestro trabajo,
al promover esta edición.
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INDICE.
Prólogo 13
I. Introducción. 17
1.- Conceptos básicos .................................................................................................... 19
1.1.- Aproximación Lingüística ................................................................................ 19
1.2.- Aproximación Psicológica................................................................................ 23
1.3.- Esquema Básico Anatomo-funcional ............................................................... 34
1.4.- Aproximación Neuropsicológica ...................................................................... 36
1.5.- Visión de conjunto............................................................................................ 40
1.6.- Delimitación de términos ................................................................................. 44
2.- Criterios generales de clasificación de los Trastornos del lenguaje oral .................. 47
2.1.- Lenguaje–Habla–voz. ....................................................................................... 47
2.2.- Trastornos del Desarrollo / Trastornos del lenguaje ya establecido. ................ 50
2.3.- Trastornos Primarios / Secundarios del desarrollo del lenguaje....................... 50
2.4.- Trastornos Expresivos / Trastornos Receptivo-expresivos. ............................. 51
2.5.- Clasificación de los Trastornos del Lenguaje. .................................................. 52
II.- Evaluación. 58
1.- Dificultades de evaluación. ...................................................................................... 62
2.- Exploración y Diagnóstico del trastorno. ................................................................. 63
2.1.- Método General. ............................................................................................... 63
2.1.1.- Anamnesis. ............................................................................................... 64
2.1.2.- Exploración del lenguaje, el habla y la voz. ............................................. 65
2.1.3.- Exploración física. .................................................................................... 65
2.1.4.- Exploración Audiológica. ......................................................................... 66
2.1.5.- Evaluación Psicológica. ............................................................................ 67
2.1.6.- Exploraciones Complementarias. ............................................................. 68
2.1.7.- Diagnóstico. .............................................................................................. 69
2.1.8.- Conclusiones. ........................................................................................... 69
2.1.9.- Informe. .................................................................................................... 69
2.2.- Exploraciones Específicas. ............................................................................... 71
2.2.1.- Lenguaje ya establecido. Afasias y trastornos asociados.......................... 71
2.2.2.- Lenguaje en desarrollo. Retrasos del Lenguaje. ....................................... 71
2.2.2.- Voz. Disfonía............................................................................................ 80
2.2.2.1.- Coordinación Fono-Respiratoria....................................................... 82
2.2.2.2.- Cualidades acústicas ......................................................................... 84
2.2.2.3.- Medida de la eficiencia o habilidad fonatoria ................................... 84
2.2.2.4.- Laringo-estroboscopia....................................................................... 92
2.2.3.- Articulación en la Disartria. ..................................................................... 93
2.2.3.1.- Sistema Fonador-Respiratorio .......................................................... 96
2.2.3.2.- Frecuencia del Movimiento Alternado ............................................. 97
2.2.3.3.- Frecuencia del Movimiento en Secuencia ........................................ 97
2.2.3.4.- Pruebas de esfuerzo .......................................................................... 98
2.2.3.5.- Habla Conversacional ....................................................................... 98
2.2.3.6.- Praxias Bucofonatorias ..................................................................... 99
2.2.3.7.- Repetición ......................................................................................... 99
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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Indice
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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Indice
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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Indice
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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Indice
PRÓLOGO
Nació nuestra unidad con un claro espíritu universitario, de constante renovación y contraste
de pareceres. La docencia impartida para médicos especialistas en Foniatría ha sido una
constante desde sus inicios por lo que no es extraño que cerca del 50% de los médicos de
nuestra especialidad ejercientes en España, hayan salido de nuestras aulas.
El funcionamiento del Servicio, con sus sesiones clínicas semanales para la discusión de
aquellos casos complejos donde al clínico se plantea la duda y las sesiones bibliográficas,
donde se pasa revista a todo lo que se publica de actualidad, ha hecho progresar a nuestro
servicio de una manera extraordinaria. Lo que parece imperceptible día a día a lo largo de los
años, se ha convertido en un cambio de dimensiones inesperadas.
Contar con tres médicos, 9 logopedas, un psicólogo del lenguaje y una audióloga infantil,
amen de los residentes de la Escuela de Foniatría supone concentrar un gran número de
profesionales con formación y puntos de vistas diversos en la evaluación, diagnóstico,
pronóstico y tratamiento de los trastornos del lenguaje, habla, voz y audición.
Una vez unificados los criterios evaluativos, se hacía necesario emprender una clasificación
en cuanto a los conceptos que manejamos. Una ciencia tan nueva como la nuestra, tiene
todavía dificultades para calificar cuadros nosológicos y para poner de acuerdo a los
profesionales sobre la denominación de los mismos.
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
14
Prólogo
CAPÍTULO I
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
INTRODUCCIÓN
16
Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
I. INTRODUCCIÓN.
Este problema se hace especialmente patente en el caso de los trastornos que afectan al
desarrollo del niño. Aunque la evaluación y comprobación es, en muchos casos, difícil por el
carácter multifactorial del desarrollo, es evidente que, con frecuencia, los trastornos de
aprendizaje, el fracaso escolar y las dificultades en la inserción social y laboral tienen su
inicio en trastornos del desarrollo y, especialmente, dada su elevada incidencia, en los
trastornos del desarrollo del lenguaje. No hemos encontrado reflejada esta posibilidad en las
guías actuales de evaluación de la discapacidad.
Este manual ha surgido como producto inevitable del proceso de discusión y revisión de los
baremos de discapacidad, llevado a cabo por el INSERSO, a lo largo de 1995. La Unidad de
Foniatría del Hospital Clínico de Salamanca fue invitada a colaborar con los grupos de trabajo
del INSERSO, aportando los criterios y bases para la valoración de la discapacidad en los
trastornos del lenguaje, el habla y la voz. El conocimiento y la experiencia profesional de los
especialistas en valoración de discapacidades del INSERSO y nuestra propia aportación fue
permitiendo, ya no sólo la descripción de los grados de discapacidad que definen las tablas de
valoración sino, especialmente, los fundamentos, criterios, conceptos básicos y aspectos a
destacar dentro de la compleja semiología de la patología del lenguaje.
17
Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Con este trabajo que ahora se publica, sólo pretendemos continuar un proceso de revisión de
la discapacidad asociada a la patología del lenguaje, el habla y la voz, del que hemos podido
extraer ciertas conclusiones que en este momento nos parecen las más oportunas. Somos
conscientes de que la revisión puede llegar a ser tan compleja como el propio proceso que
estamos analizando; en este sentido, queremos destacar la provisionalidad de las
proposiciones que ahora lanzamos para su estudio, en los diferentes grupos de trabajo y
entornos interesados por este campo.
Los grupos de trabajo y los cursos promocionados por el INSERSO durante 1995 deberían
servir de motor para nuevas iniciativas.
18
Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Para comprender el carácter de las limitaciones que los trastornos del lenguaje, el habla o la
voz determinan en la comunicación verbal es necesario un conocimiento básico de los
procesos implicados en el acto de hablar.
En el estudio de la patología del lenguaje se suele aplicar un modelo que distingue cuatro
unidades lingüísticas y tres articulaciones. Una unidad articulatoria superior es aquella en la
que participan varias unidades articulatorias inferiores. El hablante selecciona ciertas
unidades articulatorias inferiores y lleva a cabo una integración seriada de acuerdo con los
convencionalismos de la lengua.
Este esquema (Esquema 1.1), aunque clásico dentro de las teorías lingüísticas, es válido para
clasificar la semiología de los trastornos del lenguaje, el habla y la voz. El hablante selecciona
ciertos rasgos de acuerdo a las reglas de un sistema fonético y al integrarlos en una ejecución
1 El término "articulación" en este contexto lingüístico no tiene ninguna relación con el mismo término
utilizado en las disartrias o "trastornos de la articulación"; se emplea en este caso en el sentido de “relación entre
unidades”.
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
1 Monema: la unidad lingüística más pequeña dotada de significado; lexema: monema con significación plena;
morfema: monema con significación gramatical. Así, del lexema “jardín” deriva la palabra “jardinero” al
combinarse con el morfema “ero”. Las palabras compuestas se forman por reunión de dos o más lexemas como
en “sacacorchos”. Hay palabras que son morfemas; así el artículo, la preposición, etc.; son palabras sin
significado propio, que tienen un significado gramatical.
20
Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
4.- Nivel pragmático: que se refiere a los efectos que el hablante espera producir sobre el
interlocutor y a los medios específicos utilizados para este fin. El sujeto hace un uso
determinado del lenguaje en diferentes situaciones de comunicación; sus emisiones están
orientadas en un sentido específico que se estudia bajo la perspectiva de las “funciones del
lenguaje”. El uso del lenguaje, la intención comunicativa, el nivel pragmático, impregna
todos los niveles antes citados, determina numerosos rasgos suprasegmentales de la expresión
como el tono o la intensidad de la voz y regula los elementos extralingüísticos de la
comunicación (gestos faciales y corporales, mirada, etc.). El saber usar el lenguaje consiste en
algo más que poder generar una secuencia sintácticamente bien estructurada con determinado
significado literal. Un determinado tipo de oración puede tener diferentes funciones
dependiendo del tema que se trate, de la relación que exista entre hablante y oyente en un
momento dado y, en general, de otros aspectos de la situación (*Dale, 1980*). Así, “Debe
usted probar estas deliciosas pastas” no pretende obligar sino ofrecer con la máxima cortesía.
El lenguaje, la situación, el hablante, el oyente, el tema y otras variables, afectan al uso del
lenguaje.
La Pragmática se ocupa del conjunto de reglas que explican o regulan el uso intencional del
lenguaje, teniendo en cuenta que se trata de un sistema social compartido, con unas normas
para su correcta utilización en contextos concretos.
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
El Protocolo pragmático de Prutting y Kirchner (*Prutting, Kirchner, 1983*) nos aporta una
esquematización de las habilidades pragmáticas, que facilita su exposición:
•aspectos vinculados a la actividad expresiva o forma en que se emite el
mensaje:
–verbales: uso adecuado de los elementos que definen la
inteligibilidad, de la intensidad, de la prosodia, de la
duración del mensaje, etc.
–no verbales: relación física con el interlocutor, postura y
movimiento corporal, gestos, expresión facial, dirección de
la mirada, etc.
•aspectos vinculados a la actividad proposicional o utilización de los
elementos lingüísticos para modificar el significado de las
expresiones:
–verbales: selección de las palabras y del orden gramatical de
acuerdo al contexto, uso adecuado de la información
conocida y de la nueva información compartida con el
interlocutor, etc.
–verbales, no verbales y paralingüísticos: adaptación del estilo
comunicativo, etc.
•aspectos vinculados a la actividad ilocutiva (intenciones del sujeto) y
perlocutiva (efectos sobre el interlocutor) o interrelación entre
interlocutores:
–adopción del rol adecuado al contexto: directivo /
condescendiente, pregunta / respuesta, demanda / respuesta,
comentario / reconocimiento, etc.
–variedad de actos del lenguaje: selección, introducción y
mantenimiento adecuado del tema, uso adecuado del turno
de palabra (inicio, respuesta, revisiones y correcciones de la
conversación, tiempos de pausa, superposiciones o
interrupciones, mantener un adecuado feedback con el
interlocutor, concisión o adaptación en la extensión de las
intervenciones, etc.
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
La lingüística sigue planteando constantemente nuevos modelos teóricos que, más allá de los
postulados de la gramática generativa y transformacional, van determinando nuevas
posibilidades de análisis de la semiología de los trastornos del lenguaje. Aunque es un método
de estudio especialmente fructífero tanto en la patología del lenguaje infantil como en la del
adulto, muchas de las propuestas actuales no han encontrado aún una aplicación extensa en la
evaluación clínica diaria.
1Sintagma: es la combinación de dos o más monemas, que funcionan como un todo dentro de la oración.
Oración es una unidad lingüística dotada de significación, que no pertenece a otra unidad lingüística mayor y que
comunica un sentido completo.
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Un camino ya trazado que puede sernos útil en el inicio de este apasionante viaje lo
constituye el intento de conceptualización científica del lenguaje (*Belinchón & Rivière &
Igoa, 1992*) que permite diferenciar en él tres aspectos o dimensiones: • la dimensión formal
o estructural relacionada con la descripción de «cómo es» el sistema lingüístico en sí mismo;
• la dimensión funcional, que aborda el estudio de «para qué» les sirve el lenguaje a los
usuarios y, finalmente, • la dimensión comportamental relacionada con el «cómo» se utiliza el
lenguaje cuando se producen y comprenden los mensajes comunicativos.
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En esta primera encrucijada se nos abren tres posibles posibles rutas a tomar y debemos
conocer el lugar al que podrían conducirnos cada una de ellas. La primera de ellas nos llevaría
al territorio en el que el lenguaje es estudiado con el propósito de describir los elementos que
lo componen -señales, signos o símbolos– y que son "relevantes para un organismo porque
remiten a objetos o aspectos de la realidad distintos a ellos mismos" (*Belinchón & Rivière &
Igoa, 1992*). En definitiva lo que hacen no es sino representar una realidad física o mental y
en virtud de esa capacidad pueden influir sobre el comportamiento de los organismos. Hablar
de lenguaje nos remite siempre a la idea de disponer de un conjunto de signos que pueden ser
descritos individualmente y/o como miembros de un grupo y de un sistema que se organiza
respecto a la posible combinatoria que les hace inteligibles. Esa correspondencia entre signos
y significados exige a los organismos que los usan la capacidad de vincularlos y en cuanto tal,
esa vinculación, es una mediación entre señales físicas -que son los signos- y los significados
a los que refieren, correspondencia que no se evidencia físicamente mientras que los signos sí
y, en muchas ocasiones, también los objetos a los que tales signos remiten.
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Cuando nos acercamos al lenguaje afirmando que está formado por un conjunto de signos
estamos sentando las bases para poder describirlo formalmente en cuanto sistema que posee
una serie de unidades básicas y que existen una serie de reglas que gobiernan el modo de
combinarlos, y observar que un organismo vivo que utiliza lenguaje le hace poseedor de esa
capacidad de vincular fenómenos que tienen características completamente diferentes y
relacionarse con cada uno de ellos, los signos o las realidades a las que se vinculan, de forma
diferenciada. La relación entre la visión directa del humo como señal de un incendio
desencadena una respuesta de evitación del peligro de características parecidas a la visión de
la señal física (acústica o visual) del indicador de incendio en un edificio aunque no tengamos
ninguna evidencia de su presencia física. Desde este punto de vista, la capacidad de utilizar el
lenguaje constituye un mecanismo básico de adaptación al medio de todos los organismos. Al
mismo tiempo el uso de signos es un saber en sí mismo que el individuo/organismo posee.
Además, ese saber constituye uno de los elementos básicos de la memoria y condiciona la
adquisición de conocimientos nuevos.
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
control de la atención y resolución de problemas, ... (*López Ornat, 1991*, *Díaz & Berk,
1992*, pág. 55)
Veamos ahora las consecuencias de levantar un plano tal como lo hemos hecho del lenguaje
en relación con nuestro viaje: la valoración de la discapacidad en los trastornos del lenguaje,
la audición y la voz.
La dimensión estructural del lenguaje nos planteaba algunos asuntos cuya perspectiva
práctica en relación con el objetivo de este apartado, la evaluación del lenguaje desde un
enfoque psicológico, pueden resultarnos útiles. El primero de ellos tiene que ver con la idea
de que usar lenguaje exige a los organismos que acaban utilizándolo una vinculación entre
dos elementos diferentes: el referente, es decir el medio a través del cuál logramos hacer
presente algo, y lo referido, o significado. La discusión sobre el origen de esta vinculación ha
ocupado un tiempo enorme a los investigadores y teóricos del desarrollo y resultaría un
atrevimiento considerarla totalmente resuelta (para un análisis más extenso de esta discusión
ver (*Aitchison, 1992*, págs. 93-122). Nos inclinamos, al aceptar un origen
fundamentalmente social en el aprendizaje de esa vinculación, por la línea de pensamiento
que pone el énfasis y, por tanto la responsabilidad, en el desarrollo del lenguaje -y también de
otras funciones psicológicas superiores- en el contacto entre individuos con un dominio de
esas funciones, e individuos con una potencialidad para adquirirlas. Defensores de esta línea
de pensamiento han sido los investigadores y teóricos del enfoque conocido como histórico-
cultural (*Palacios, 1992*) que vinculan el proceso de desarrollo del niño a la adquisición de
instrumentos y estrategias psicológicas que recibe de quienes le rodean y de las que se apropia
por un proceso de interiorización. El lenguaje y, por tanto el uso de herramientas simbólicas
en las actividades de interacción no escaparían a esta explicación (*Wertsch, 1988*, *Rogoff
1992*). Profesar tal creencia conduce a tener presente en cualquier versión aplicada de la
misma el papel del "entorno" cuando procedamos a describir situaciones concretas. Otra
consecuencia derivada de la necesidad de conocer los mecanismos que permiten que un sujeto
realice vinculaciones entre significante-significado tiene que ver con el curso normal de dicho
desarrollo. Si se confirmase que en el curso del desarrollo de las actividades lingüísticas del
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Por último, también resultado del discurrir por los dominios de la dimensión estructural del
lenguaje se deriva el hecho de considerar el lenguaje en sí mismo: sus componentes -
características físicas, perceptivas, elementos mínimos diferenciales del significado, etc.-, las
reglas que rigen su combinatoria, los significados, las condiciones de uso. Este plano de
descripción formal del lenguaje invade el terreno de lo que desde la lingüística se nos invita a
diferenciar como fonología, morfología, sintáxis, semántica y pragmática, que desembocaría
en la necesidad de disponer de criterios para describir al individuo-lingüístico desde cada uno
de estos aspectos. Necesitaremos, por tanto, disponer de herramientas ad hoc que nos
permitiesen llevar a cabo la tarea anunciada.
La dimensión comportamental del lenguaje tendría como centro de interés el estudio de los
procesos que el sujeto realiza cuando recibe una información lingüística, cómo la interpreta y
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
organiza un tipo de comportamiento que podamos considerar como una respuesta o los pasos
que da en relación con la planificación de una conducta lingüística y/o comunicativa dada. En
la realización de estas actividades hay acontecimientos de naturaleza física y observable y
otros de naturaleza más abstracta y, por tanto menos observables, que basan su actividad
sobre información representada en nuestros sistemas de conocimiento o de almacenamiento
de información. Hablar, escribir o realizar una acción como respuesta a una petición son
ejemplos de dichos comportamientos observables, mientras que la persona que escucha una
conferencia está, igualmente, realizando procesos de análisis de la información no accesibles
a primera vista a un observador externo, pero que, como en el caso de una respuesta a una
pregunta, exige acceder a algún lugar que permita identificar el significado de la misma y
elaborar una estrategia de respuesta. En la exploración de ambos territorios que forman parte
de la dimensión comportamental del lenguaje, también puede resultar útil, a veces
imprescindible, reclutar descripciones de los acontecimientos que tienen lugar en ellos, su
secuencia y el proceso global.
Los dos aspectos que sobre el lenguaje se han abordado con más persistencia desde la
psicología han sido los vinculados con la dimensión funcional y comportamental asumiendo
la concepción de que la actividad lingüistica del individuo humano se la considera una
capacidad que aparece como consecuencia de las características específicas de corte
biológico y psíquico que la especie posee de forma natural. Sólo más recientemente el
enfoque formal o estructural se ha incorporado al quehacer de la psicología pero con el
propósito de reconvertir su análisis en procedimientos o criterios para intervenir sobre las
conductas: los trastornos fonéticos se describen con objeto de considerar cuando un sujeto
necesita ser rehabilitado, p.e.; o las dificultades sintácticas o semánticas como manifestación
de que un sujeto no adecúa su comportamiento o conocimiento a un determinado contexto
conversacional o comunicativo. Cuando los humanos nos comunicamos evidenciamos esa
capacidad y la realización de un análisis sistemático de la misma permitirá un conocimiento
de su naturaleza así como de los requisitos que deben darse para que ésta se presente en cada
individuo concreto. Se hace conveniente, por tanto, conocer las descripciones que de tal
capacidad se han realizado desde la psicología.
Pero no sólo en cuanto al objeto de estudio la psicología del lenguaje orienta su rumbo hacia
continentes concretos dentro del universo que es el objeto de estudio general de la psicología,
sino que utiliza procedimientos también específicos para explorarlos y describirlos. La
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
En psicología del lenguaje los experimentos han sido fundamentalmente clasificados en tres
grandes grupos: los que ponen en juego la comprensión lingüística, los que cuestionan la
producción y los que intentan combinar comprensión y producción. La utilización o recurso a
estas técnicas tanto con propósitos descriptivos como de investigación presentan problemas y
peculiaridades no siempre fáciles de solventar.
Por último, dentro de este grupo de enfoques metodológicos en el estudio del lenguaje de los
que ha hecho gala la psicología para describir esa capacidad que es el lenguaje, se encuentran
los modelos computacionales caracterizados por elaborar artificios de simulación realizados
mediante el uso de máquinas de procesamiento de información cuyo punto de partida está en
considerar que el tipo de actividad que realiza la mente humana se parece o puede parecerse a
la que realiza un ordenador. Esta estrategia se debe a la aceptación de una equivalencia
funcional entre las operaciones que realiza la mente humana y las que puede realizar una
máquina que procesa información. Tres características son fundamentales en este enfoque
(*Boden, 1988*):
• adoptan un enfoque funcionalista de la mente en la que los estados mentales se
definen de forma abstracta en términos del papel causal que desempeñan (en
relación con otros estados mentales y la conducta observable). El funcionalismo es
una filosofía de finales del siglo pasado según la cual la mente era considerada en
términos de propiedades de cómputo. Cada fenómeno psicológico se consideraba
estar provocabo por algún procedimiento eficaz, algún conjunto especificable de
forma precisa de instrucciones que definen la sucesión de estados mentales dentro
de la mente.
• conciben la mente como un sistema representacional, y ven la psicología como el
estudio de los diferentes procesos computacionales mediante los que se construyen
las representaciones mentales, se organizan, interpretan y transforman.
• ven la neurociencia desde una perspectiva computacional, analizando qué clase de
operaciones lógicas o relaciones funcionales están inmersas en las redes neurales.
Lo que hace el cerebro y no lo que es desde el punto de vista físico es la cuestión
fundamental.
Por lo que acabamos de divisar, la estrategia de avance propuesta por la psicología del
lenguaje permite equipar a esta expedición con materiales nuevos que facilitarán nuestra
marcha. Nos conduce al terreno en el que el lenguaje es considerado como una capacidad
resultante de ciertas condiciones físcas y mentales de la especie y, por tanto, su ausencia o
pérdida podrán ser reconvertidas en términos de incapacidad o discapacidad. Nos
proporciona la necesidad de vincular la actividad lingüística con otras funciones cognitivas. y
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Enre las consecuencias de la aproximación psicológica al estudio del lenguaje, que por su
particular relevancia es necesario mencionar, se halla la aparición de descripciones que se
caracterizan por querer dar una imagen no sólo funcional sino también estructural del sistema.
Veamos algunos ejemplos. El enfoque procedente de la «psicología cognitiva»,
"... refiere la explicación de la conducta a entidades mentales, a estados, procesos y
disposiciones de naturaleza mental, para los que reclama un nivel de discurso
propio, que es distinto de aquel que se limita al establecimiento de relaciones entre
eventos y conductas externas y del referido a los procesos fisiológicos subyacentes a
las funciones mentales." (*Rivière, 1987*, pág.23)
En ese sentido se considera que los procesos que tienen lugar en la mente humana se parecen
a las operaciones de un ordenador. La concepción del ser humano como procesador de
información se basa en la aceptación de esa analogía. Como se podría esperar, no hay un solo
paradigma cognitivo que simplificase la tarea de entender al individuo como un modelo
concreto de procesador de información. El supuesto fundamental del enfoque cognitivo y de
su principal heredero (*Belinchón & Rivière & Igoa, 1992*) el «paradigma computacional» o
de «procesamiento de la información» es la llamada descomposición recursiva de los
procesos cognitivos por la que «cualquier hecho informativo unitario puede describirse de
modo más completo en un nivel más específico (o "inferior") descomponiéndolo en sus
hechos informativos más simples» (*Palmer & Kimchi, 1980*, pág. 47, citado por *Pozo,
1993*). Todo proceso o actividad que tiene lugar en la mente de un sujeto puede ser reducido
a las unidades mínimas de que esté compuesto. Un modelo de interpretación del
funcionamiento de dichos subprocesos, el conocido como el «enfoque clásico» -que es el de
procesamiento de la información o computacional ya mencionado- describe los procesos
cognitivos como la reunión de una serie de ellos para constituir un «programa» y se utiliza el
recurso a los diagramas de flujo para expresar su funcionamiento secuencial:
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
P roces os
sintácticos
P roces os
fonológicos
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
ítem que, no tiene significado alguno en el habla castellana, según el mencionado diagrama
incluirían un intento de acceso al Léxico de Input Ortográfico lugar en el se almacena
información ortográfica de las palabras, y sólo información ortográfica, no información sobre
el significado. Al no ser una palabra no tendrá acceso al almacén mencionado. A partir de la
existencia de otro proceso que consiste en el reconocimiento previo de las letras antes que la
palabra misma, este sería el primero en entrar en acción ante una palabra escrita. En el
almacén o módulo de procesamiento lingüístico denominado sistema semántico es donde se
encuentran las informaciones relativas al significado de las palabras.
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Identificación A bs tracta
de letras
Léxico de Input
Ortográfico
Reglas de conversión
Ortografía - Sonido
Sistema s emántico
Léxico de Output
Fonológico
PALABRA HABLADA
Tomado de Kay & Lesser, 1995
Para llegar a él primero hay que reconocer las letras y luego entrar en el Léxico de Input
Ortográfico, pero en el caso de nuestro item, larofa, no existe un representante ortográfico en
tal almacén. En caso de haber sido una palabra esta hubiese sido la vía de acceder a
comprender su significado. Pero ¿qué es lo que hace posible que leamos esta no-palabra? Al
no haber ningún representante de ella en el Léxico de Input Ortográfico no puede seguir el
camino que comunica con el resto de elementos del sistema hasta llegar al Léxico de Output
Fonológico lugar donde se encuentran las palabras por lo que deberá existir una vía
alternativa que permita realizar su lectura llegando a la pronunciación adecuada de la no-
palabra. Esta vía alternativa está representada en nuestro diagrama de flujo por las reglas de
conversión ortografía-sonido que permiten reconocer los sonidos correspondientes a partir
de la percepción de la secuencia larofa y que, una vez aplicadas permiten pronunciar la
palabra. Disponemos pues, hasta ahora, de dos rutas de reconocimiento de palabras escritas,
la ruta-léxica que atraviesa el léxico de input ortográfico, sistema semántico y léxico de
output fonológico y la ruta-no-léxica que seguiría los derroteros de las reglas de
33
Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
El análisis del diagrama de flujo anterior nos ha podido ayudar a aproximarnos a un aspecto
de las aportaciones que el desembarco de la psicología y más concretamente de la psicología
que hemos llamado «cognitiva» en el estudio del lenguaje ha producido, el análisis de la
secuencia de procesamiento de la información que esa "máquina computacional" en que
convierten al individuo humano realiza.
Volviendo ahora la vista hacia el mapa del camino recorrido, la triple conceptualización del
lenguaje como estructura, función y comportamiento nos condujo ante las puertas de su
posible descripción desde tres planos diferentes. La operativización realizada por la
psicología cognitiva del comportamiento lingüístico nos ha proporcionado una explicación
de los acontecimiento existentes por debajo de la codificación y decodificación lingüística. La
combinación de ambos criterios y el uso de las herramientas de descripción por ellas
propuestas nos va a permitir organizar un modelo general de exploración de la conducta
lingüística que permita responder a los objetivos concebidos para este volumen y que será
abordado más adelante.
Durante la comunicación verbal se ven implicados numerosos mecanismos que pueden ser
esquematizados siguiendo el gráfico siguiente. Se pueden plantear múltiples esquemas. El que
proponemos (Esquema 1.5) es sencillo, funcional, no precisa conocimientos anatómicos
precisos y permite plantear aspectos patogénicos de los trastornos del lenguaje, el habla y la
voz (*Mysak,1980*).
Esquema 1.5. Esquema anatomo-funcional del lenguaje
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
P ercepción
Anális is
Almacenamiento
Integración
Comprens ión
Estímulo Inicial
P lan de A cción
P rograma Motor
Acto Motor
S
S. Auditivo S. Articulatorio S
I
I
S S
T
T
E S. Visual S. Fonatorio
M E
M
A
A
S. Táctil-cenestésico S. Res piratorio
R
E
E
C F
E
E SISTEMA DE
P C
RETR OCONTROL T
T
REC EPC ION EXPRESION O
O R
R
35
Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Esta visión cibernética de los mecanismos del habla ayuda a la comprensión del sofisticado
sistema soporte del habla pero tiene grandes limitaciones en cuanto a la descripción de los
mecanismos superiores del lenguaje. Para complementar en este sentido los fundamentos
biológicos del lenguaje, plantearemos de forma superficial las aportaciones de la
neuropsicología al estudio de los fundamentos del lenguaje.
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
El Sistema Nervioso Central se divide desde el tálamo (cerebro anterior) en dos mitades,
derecha e izquierda, separadas físicamente y conectadas por haces de fibras. Cada hemisferio
cerebral se divide en cuatro lóbulos (frontal, parietal, temporal, occipital) separados por
pliegues o hendiduras. Cada lóbulo tiene una función sensorial o motora distinta (localizada
en las áreas de proyección primaria motora o sensorial). El lóbulo occipital, recibe
información del sistema visual –área visual primaria modal específica; el lóbulo temporal,
recibe información del sistema auditivo –área auditiva primaria modal específica; la parte
anterior del lóbulo parietal es somatosensorial; la parte posterior del lóbulo frontal, motora.
Rodeando las áreas primarias, se encuentran las áreas secundarias modal–específicas, que
llevan a cabo un procesamiento en patrones integrados más complejos. El resto del cortex –el
que no está ligado a sentidos específicos–, se denomina inespecífico o de asociación. Las
zonas del cortex que se sitúan próximas a las áreas secundarias pierden la especificidad modal
(áreas terciarias) e integran información de diferente carácter sensorial, actual y almacenado.
Las lesiones de las áreas primarias cursarían con déficit sensoriales específicos como una
ceguera en la parte correspondiente del campo visual o una deficiencia auditiva centrada
principalmente en la dificultad para localizar la fuente sonora en el espacio; las de las áreas
secundarias también determinarían trastornos sensoriales específicos pero complejos como la
agnosia visual (se puede ver pero no reconocer) o la agnosia auditiva (incapacidad para
reconocer sonidos verbales o no verbales); las lesiones de áreas supramodales producirían
alteraciones mentales complejas que ponen en evidencia la asimetría hemisférica (alteración
de la comprensión verbal por lesión del hemisferio izquierdo).
Las áreas motoras se pueden representar de una forma paralela a la planteada para la
información aferente. La parte posterior del lóbulo frontal (por delante del surco central o de
Rolando) es el área motora primaria que conecta directamente con los sistemas motores, de
tal manera que evidencia una representación sistemática y ordenada del sistema muscular.
Directamente por delante de esta banda se encuentra el área premotora que integra acciones
motoras más complejas. Las áreas prefrontales (parte anterior del lóbulo frontal) se asocian a
funciones superiores relacionadas con la organización y planificación motora (capacidad para
secuenciar actos, para inhibir actos inadecuados, etc.) e incluso con la conducta o la emoción.
Las lesiones en áreas motoras cursarían con parálisis y las de áreas premotoras con trastornos
en la organización de los movimientos.
La comprensión y expresión del mensaje verbal es una actividad mental compleja y como tal
integra en su conjunto todos los procesos y estructuras cerebrales. En este sentido conviene
recordar el concepto de “sistemas funcionales complejos y móviles”. No hay que plantearse la
localización de diferentes funciones cerebrales complejas, sino la “distribución dinámica de
los sistemas funcionales en las regiones centrales del sistema nervioso” (*Luria, 1984*). El
cerebro humano representa un sistema funcional complejo que trabaja con la participación
permanente de, por lo menos, tres bloques fundamentales uno de los cuales, asegura la vigilia
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Las alteraciones del primer bloque funcional cursarían con una disminución inespecífica del
tono cortical y una dificultad en la capacidad para orientar selectivamente la actividad
psíquica; las del segundo bloque determinarían un déficit en la recepción y transformación de
la información incluida la comprensión verbal; las del tercer bloque alterarían el proceso de
elaboración activa, programación, regulación y control de las acciones, incluida la
codificación del mensaje verbal. “Cada una de estas formas de alteración de la función
cerebral, elimina una u otra de las condiciones precisas para la realización de la actividad
consciente y conduce a su desintegración y a la descomposición de los sistemas funcionales
complejos” (*Luria, 1980*). La afectación de uno u otro de estos sistemas cerebrales altera la
actividad consciente de una forma específica.
Tomando como referencia el conocimiento clásico de los procesos que sustentan el lenguaje
y sus alteraciones, el concepto de bloques funcionales y las aportaciones de la psicología
cognitiva, se han desarrollado esquemas que integran las interacciones funcionales de las
diferentes unidades de procesamiento del lenguaje oral y escrito; analizan el conjunto de
funciones supuestamente implicadas en la recepción y expresión del lenguaje oral y escrito y
sus conexiones en redes o diagramas que se conocen como “arquitecturas funcionales del
lenguaje”. Estos esquemas pretenden integrar y relacionar todos los componentes funcionales
que interaccionan durante la comunicación; en el momento actual, aún muestran limitaciones
a la hora de incluir ciertos aspectos psicolingüísticos y paralingüísticos, procesos perceptivo-
auditivos y de producción del habla, etc. Estos modelos neurocognitivos permiten plantear
herramientas de exploración específicas para cada una de los procesos integrados en sus
propios marcos teóricos y plantear programas terapeúticos específicos para cada sujeto, de
acuerdo a las hipótesis que hayan podido surgir de la exploración detallada.
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Además existe un área específica, ZONA CENTRAL DEL LENGUAJE, constituida por un área
cortical de asociación inespecífica o supramodal, situada a nivel del lóbulo parietal inferior
del hemisferio izquierdo (circunvolución angular y supramarginal) y de capital importancia en
la extracción de la significación de los mensajes lingüísticos, en la selección de categorías
gramaticales apropiadas, en la selección de unidades específicas de un campo semántico, en la
capacidad de relacionar frases del mismo significado usando transformaciones sintácticas o
en la capacidad para hacer uso de un nivel adecuado de vocabulario (*Peña, Barraquer,
1983*). Establece conexiones con las zonas que le rodean (corteza asociativa visual, corteza
asociativa somestésica y área de asociación auditiva junto a área de Wernicke).
Por otro lado, el papel del tálamo y el sistema límbico en la conducta lingüística es evidente
aunque aún hoy no es posible definir el mecanismo por el que las lesiones talámicas afectan al
lenguaje y la memoria (*Rapin, 1987*, *Peña, Barraquer, 1983*).
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Algunos aspectos del lenguaje guardan relación con el hemisferio derecho: aspectos
prosódicos, comprensión del lenguaje afectivo, colaboración en la extracción de la
significación con el hemisferio izquierdo, aportando su procesamiento sintético, unitario,
global (el hemisferio izquierdo llevaría a cabo un procesamiento analítico, secuencial,
especializado en el análisis fonético y sintáctico).
Aplicando este esquema a los procesos patológicos que nos ocupan podemos diferenciar
claramente la hipoacusia (que afecta inicialmente al proceso sensorial -sistema receptor-), los
déficit en los procesos perceptivo-auditivos (por alteraciones del sistema integrador inferior
aferente y sistema integrador superior) que pueden acompañar a las deficiencias auditivas y a
las alteraciones del lenguaje propiamente dichas y las alteraciones que afectan propiamente al
lenguaje y a los procesos verbales - retrasos del lenguaje, afasias receptivas, deterioros
neuropsicológicos, etc. (por alteraciones del sistema integrador superior).
La sordera, al actuar sobre la entrada al sistema podría parecer de especial relevancia; sin
embargo, la normalidad de los procesos neuropsicológicos que sustentan la decodificación del
mensaje verbal, permite disponer de estrategias alternativas de comunicación y compensar, al
menos parcialmente, el déficit sensorial. Los procesos patológicos que alteran los elementos
1 En los puntos 2.2.5.2 –Valoración de habilidades auditivas, y en el punto 2.2.5.6 –Evaluación de las
dificultades de comunicación, del capítulo II de esta publicación, se plantean dos esquemas complementarios
que profundizan en el estudio de etapas y procesos implicados en el procesamiento perceptivo-auditivo y en el
análisis de las habilidades puestas en juego durante la comunicación oral, en el caso de una persona con
deficiencia auditiva.
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Además, imbricada en ambas dimensiones y definiéndolas en gran medida, hay que tener en
cuenta la COMPETENCIA COGNITIVA. El ritmo y la cualidad del desarrollo perceptivo-motor y
del desarrollo de las competencias lingüísticas se encuentran íntimamente ligados al
desarrollo cognitivo.
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Por otro lado, en el adulto, las alteraciones en estos mecanismos citados pueden limitar la
ejecución o puesta en juego de la competencia lingüística, sólo en algunas situaciones de
comunicación. Un sujeto con lenguaje normalmente desarrollado que sufre un trastorno en los
mecanismos perceptivos o motores (hipoacusia, disartria, disglosia o disfonía), tendrá
dificultades para oir el mensaje, para articular con precisión o para hacerse oir en algunas
situaciones de comunicación, pero su competencia lingüística normal le permitirá superar
estas dificultades en otros contextos comunicativos. La persona con pérdida auditiva será
capaz de decodificar mensajes verbales, cualquiera sea su nivel de complejidad, siempre y
cuando se supere su dificultad en la recepción; con amplificación, facilitando la recepción con
lectura labial o presentando el mensaje por otra vía sensorial (lenguaje manual, lenguaje
escrito, etc.). Se ve claramente que la dificultad receptiva de la persona con deficiencia
auditiva, no tiene nada que ver con la dificultad comprensiva que se le plantea a una persona
con limitaciones afásicas. Las limitaciones en la comprensión auditiva del paciente afásico
serán evidentes en todos los contextos comunicativos que se planteen.
No obstante, en el niño, no siempre es fácil este análisis; el uso y el contenido del lenguaje,
el desarrollo fonológico y la precisión fonética ligada a la maduración perceptivo-motriz y, en
fin, la inteligencia y el lenguaje, son en cierta medida “caras de la misma moneda”, facetas de
una conducta compleja.
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Vamos a definir algunos términos que es preciso diferenciar claramente antes de plantearse
otros aspectos. Entre otros, comunicación, comunicación verbal y no verbal, comunicación
oral y no oral, comunicación gestual, lenguaje oral, lenguaje gestual, lenguaje de signos,
lenguaje signado, etc...
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
(auditivo, visual, táctil) (*Rondal, Brédart, 1988*). La comunicación más usual entre los
hombres se basa en la comunicación verbal y concretamente en el lenguaje oral (auditivo-
oral), junto a otros elementos no verbales cuya importancia no hay que desestimar.
Lenguaje de signos: utiliza los gestos y signos manuales para la comunicación de ideas y
sentimientos. El código, complejo y estructurado, se fundamenta en la configuración,
localización y movimiento de las manos. La expresión facial, la actitud y el movimiento
corporal pueden tener funciones gramaticales. Llegan a ser sistemas lingüísticos
estructurados, con sistemas gramaticales diferenciados de las lenguas orales de las
comunidades con las que convive (*Marchesi, 1987*). No obstante hay un continuum entre el
lenguaje oral y lenguaje de signos en el que se pueden observar diferentes grados de
utilización de estructuras gramaticales de uno y otro lenguaje, dependiendo de diferentes
circunstancias pero, especialmente, del individuo que lo utiliza; así, el lenguaje de signos de
un oyente se verá mas influido por el lenguaje oral que el de una persona sorda.
Lenguaje manual: se entiende por lenguaje “pidgin” el que se desarrolla por el contacto
entre hablantes de diferentes lenguajes; no es el primer lenguaje de nadie y se utiliza sólo en
situaciones de contacto como la citada. La relación entre el lenguaje de signos y el lenguaje
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
El lenguaje manual comprende “la utilización de los signos del lenguaje de signos, pero en
el orden del lenguaje oral” (*Marchesi, 1987*). Es un híbrido entre el lenguaje de signos y el
lenguaje oral; es un lenguaje “Pidgin”. Suele incluir el uso de la dactilología (deletreo manual
para representar las letras del alfabeto).
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
2.1.- Lenguaje–Habla–voz.
Los trastornos del lenguaje afectan a la capacidad para manejar los símbolos lingüísticos en
la comunicación verbal. Estarían en relación con limitaciones en la competencia lingüística
(alteraciones del uso, la forma o el contenido del lenguaje). En estos trastornos, el explorador
puede constatar alteraciones en varios de los siguientes niveles: pragmático, semántico,
morfosintáctico, fonológico y fonético.
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Por otro lado, se dice que en los trastornos del Habla se ven afectados solamente los niveles
fonológico y / o fonético. Cuando nos planteamos dentro de los trastornos del habla, sólo los
determinados por alteración de los mecanismos perceptivo-motores del habla, no hay
dificultad; la disartria, la disglosia y la disprosodia de la hipoacusia son, sin lugar a dudas,
cuadros patológicos que no ponen en evidencia limitaciones en la capacidad lingüística del
sujeto, al contrario que en los trastornos del lenguaje. En estos casos la alteración asienta, en
los mecanismos perceptivo-motores del habla y no se encuentra comprometida de forma
relevante la competencia lingüística. La disartria y la disglosia se consideran trastornos de la
articulación pero este término no se aplica a los problemas que cursan con alteraciones
fonológicas.
La polémica por tanto surge cuando nos planteamos los trastornos determinados por
limitaciones en la capacidad para la selección-secuenciación de fonemas en la transmisión de
significados (trastornos fonológicos). Clásicamente los trastornos del desarrollo del lenguaje
que afectan exclusivamente al nivel fonológico se denominan Retrasos del Habla. La
contradicción es evidente pues en este caso el sujeto no muestra la habilidad suficiente para
manejar los símbolos lingüísticos y transmitir significados; además la alteración no tiene nada
que ver con posibles alteraciones perceptivo-motoras (aunque puedan actuar como
condicionantes). Es por tanto el nivel fonológico el que plantea la dificultad a la hora de
contraponer lenguaje y habla (*Barrueco, Málaga, 1991*). No obstante si se sigue
manteniendo esta clasificación (*Barrueco, Málaga, 1991*) y se siguen incluyendo entre los
trastornos del habla los Retrasos del Habla, hay que suponer que una razón puede ser la
proximidad de estos cuadros. Los procesos que presentan sólo alteraciones de los niveles
fonológico y/o fonético, •afectan sólo a la vertiente expresiva, •no muestran limitaciones en el
uso y contenido de las expresiones verbales, la repercusión sobre el desarrollo verbal del niño
es menos relevante y el pronóstico suele ser favorable.
Los trastornos de la voz son procesos que afectan a la emisión vocal y cuando forman parte
de un trastorno disártrico responde al mismo proceso patogénico que el resto de los síntomas
articulatorios; en este caso se incluyen dentro de los trastornos de la articulación; si se
presenta de forma aislada suele merecer una aproximación específica (disfonías, etc.).
Entre los trastornos del habla se incluirían por tanto disartria, disglosia, disfemia y dislalia.
Dentro de los trastornos del desarrollo en el niño, se suelen diferenciar, aún actualmente, los
retrasos del lenguaje de los retrasos del habla.
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Por otro lado, hay que tener en cuenta que el término “habla” se utiliza para referir muy
diferentes significados. El sentido corriente actual más extendido de este término es
sinónimo 1 de conversar, charlar, departir, etc., palabras que de ninguna manera olvidan
ninguno de los elementos propios del lenguaje (contenido, etc.). “Habla” tiene, en lenguaje
corriente, un sentido de “facultad de hablar: perder o recobrar el habla” o también el de
“manera peculiar de hablar alguien: el habla de los niños, etc.) (*Moliner, 1987*).
En el campo de la lingüística también se establece una diferencia entre habla y lengua. Para
F. de Saussure la lengua es “un producto social de la facultad del lenguaje” y por tanto es
“exterior al individuo que por si sólo no puede crearla ni modificarla”. Por el contrario el
habla es un fenómeno individual: “al separar la lengua del habla se separa a la vez, lo que es
social de lo que es individual” (*Martinez Celdrán, 1984*). Siguiendo al mismo autor, la
lengua es social, esencial y psíquica; el habla es individual, secundaria o accesoria y
psicofísica, es el hecho positivo o material. El término habla en este contexto tendría el
sentido de “realización individual y física de la lengua de una comunidad, en un momento
dado”.
1 Actualmente no existe una palabra usual para referirse a la acción de hablar en un sentido coloquial como
“parlamento” en lenguaje arcaico o “discurso” si se refiere a una exposición solemne.
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Por otro lado, continuando con los criterios generales de clasificación, es necesario
diferenciar todos aquellos trastornos que inciden sobre el lenguaje en desarrollo, de los que
afectan una vez el lenguaje se ha desarrollado y consolidado. Es decir, en general, se
distinguen los procesos que afectan al niño de los que afectan al adulto. El Diagnostic and
Statistical Manual of Mental Disorder – DSM-IV atiende y diferencia, en un contexto más
general, los Trastornos Mentales de Inicio en la Infancia, la Niñez o la Adolescencia
(*American Psychiatric Association, 1996*).
Este criterio queda plenamente justificado en base a dos factores principales que hay que
considerar:
a.- al incidir en la etapa de adquisición, las alteraciones de las estructuras biológicas
o de los procesos que sustentan el lenguaje, incluso cuando se circunscriben a
los sistemas periféricos receptores o efectores que en el adulto determinarían
exclusivamente un déficit sensorial o motor, en el niño pueden llegar a
determinar un menoscabo permanente en la capacidad de comunicación y en el
desarrollo cognitivo y social. Esta afirmación es evidente en el caso de la
sordera prelocutiva o de la afasia infantil; otras alteraciones graves en la
vertiente expresiva (disartria o disglosia) también pueden tener una repercusión
relevante en el desarrollo del lenguaje oral.
b.- no es posible valorar un trastorno del desarrollo del lenguaje en un sólo momento;
es preciso un planteamiento de valoración longitudinal (evolutiva) y, aún y
todo, en muchas ocasiones no será posible llegar a una conclusión definitiva en
un tiempo razonable y el diagnostico se expresará de forma provisional.
Se trata de diferenciar desde el punto de vista etiológico, aquellos trastornos en los que es
posible diferenciar un síndrome o enfermedad principal del que parece formar parte la
deficiencia del lenguaje –trastornos secundarios a hipoacusia, deficiencia mental, etc.–, de los
que no parecen estar asociados a ningún otra alteración aparente y suficiente que los justifique
y se presentan como el cuadro principal –trastornos primarios o específicos–.
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
No obstante, no hay que olvidar que el hallazgo de un factor etiológico relevante, no excluye
la existencia de otros (*Crystal, 1983*, *Deonna, 1991*), ni determina una evolución única o
conocida; la evolución del lenguaje normal y patológico está sujeto a múltiples factores
individuales y ambientales que determinan una gran variabilidad en la expresión clínica. Así,
una hipoacusia podría asociarse a un trastorno específico del desarrollo del lenguaje o tendría
una especial relevancia si su inicio fuera temprano o si surgiera en un entorno socio-familiar
desfavorable o en un entorno lingüístico en el que dominara el lenguaje gestual.
Tampoco hay que olvidar que en ocasiones un trastorno es clasificado como idiopático
porque las limitaciones diagnósticas no han permitido detectar posibles factores etiológicos.
Especialmente en el caso de los Trastornos del desarrollo del lenguaje es evidente esta
circunstancia. Durante mucho tiempo ha sido un criterio diagnóstico de primer orden en el
caso de las disfasias, la exclusión de lesión cerebral; en los últimos años, los nuevos métodos
diagnósticos han permitido conclusiones provisionales respecto a la neuropatología de la
disfasia; la disfasia podría estar relacionada, de manera similar a la dislexia, con falta de
asimetría del planum temporale y microdisgénesis localizada en la región insular izquierda
de origen probablemente perinatal (*Kaufmann, 1991*). Por tanto, es necesario plantear con
flexibilidad la diferenciación primario-secundario.
En el caso de las afasias del adulto es evidente la afectación diferenciada de una y otra
vertiente de la comunicación. La clasificación básica se reduce a cuatro formas básicas: afasia
motora, afasia sensorial, afasia mixta y afasia global. No cabe duda de que en ninguno de los
tipos se presenta una normalidad completa en la vertiente menos afectada; en la afasia motora
hay una cierta limitación en la comprensión y en la afasia sensorial la expresión, aunque no
presenta alteraciones motoras, se desvía de la normalidad en forma de exceso
desproporcionado respecto al contenido.
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Ya comentamos que los trastornos del habla y la voz sólo interesan a la vertiente expresiva.
Proponemos la siguiente clasificación global de los trastornos del lenguaje que es aplicable a
nivel clínico, atiende los criterios anteriormente citados, incorpora en esta primera
aproximación sólo criterios etiológicos, facilita el diagnóstico diferencial y permite establecer
escalas de gravedad que orientarán el pronóstico. La clasificación se expone en la Tabla
“Clasificación de los Trastornos del Lenguaje Oral” (Esquema 1.8).
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Introducción
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Afasia Infantil
Trastornos del Lenguaje Afasia del Adulto
ya Establecido Asociadas a Síndromes Psiquiátricos (Esquizoafasia, ...)
Asociadas a Deterioro Neuropsicológico (Demencias)
Disfonía
Trastornos del Habla o la Disfemia
Voz Disartria del adulto
Disglosia del adulto
Así, los trastornos del desarrollo del lenguaje tanto primarios como secundarios, afasia,
disartria, disglosia y disfonía pueden abordarse desde clasificaciones más exhaustivas que se
desarrollarán en los apartados correspondientes.
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Introducción
CAPÍTULO II
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
EVALUACIÓN
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
II.- EVALUACIÓN.
Así, por ejemplo, será necesario conocer si la alteración expresiva es una distorsión
articulatoria propia de la disartria o una transformación parafásica propia de la afasia; en la
misma línea habrá que conocer si los síntomas afásicos forman parte de una Demencia o si la
disartria es congénita o secundaria a un proceso vascular agudo, a un proceso tumoral o a una
enfermedad neurológica degenerativa. Una parálisis recurrencial, un carcinoma de laringe,
una disfonía funcional y una disfonía psicógena pueden expresarse con el mismo grado de
alteración vocal; solamente una valoración funcional de la voz, incluyendo una
exploración laringoestroboscópica, podrá diferenciar los cuadros mencionados y establecer
las posibilidades de tratamiento y recuperación o de discapacidad permanente.
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
“Es preciso analizar la historia y la evolución del proceso médico incluyendo los posibles
hallazgos de exploraciones previas, el tratamiento y las respuestas al mismo y el efecto del
proceso en sí sobre las actividades del paciente. Antes de emitir un juicio sobre deficiencia
debe demostrarse que el proceso existe desde hace algún tiempo, que es estable y que no
es probable que varíe en los próximos meses a pesar del tratamiento. La historia anterior
debería ser compatible con los hallazgos actuales. Las guías no deben ser la única base para
hacer estimaciones directas de la discapacidad o para fijar subsidios económicos. El
responsable de la valoración de la repercusión de una deficiencia sobre las actividades de la
vida diaria del sujeto o en la idoneidad para el empleo, debe llegar a una conclusión
basándose en la valoración de la información médica y no médica disponible. Las Guías
pueden ayudar a resolver esta situación pero no aportan respuestas completas o definitivas. El
médico debe aportar algo más que un porcentaje. La descripción completa del cuadro médico
junto a la asignación del porcentaje, ayudará al responsable en la valoración de la repercusión
de la deficiencia sobre las actividades de la vida diaria del paciente” (Tabla 2.1) (*American
Medical Association, 1994*, *American Medical Association, 1993*).
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Actividad Ejemplo
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Nos encontramos con dos grandes dificultades; por un lado, la falta de capacidad
institucional para afrontar la tarea diagnóstica en esta patología y, por otro, la falta de
métodos objetivos de valoración y de criterios unánimes de clasificación. Además, las
clasificaciones basadas en general en criterios etiológicos o semiológicos, normalmente no
hacen referencia a la gravedad del trastorno.
Por otro lado, la valoración del grado de discapacidad de los trastornos del habla y la voz se
basa fundamentalmente en una apreciación subjetiva del grado de audibilidad, inteligibilidad,
fatiga, distorsión, etc. (*American Medical Association, 1994*, *American Medical
Association, 1993*), cualidades dificilmente estandarizables.
En el caso de las afasias del adulto, contamos con baterías ampliamente aplicadas y con
baremos adaptados a la población que nos ocupa (*Goodglass, Kaplan, 1983*, *Christensen,
1978*, *Kertesz, 1990*, *Peña, 1990*, *Wechsler, 1985a*, *De Renzi, Vignolo, 1962*). Las
más clásicas pueden considerarse comparables en cuanto al método de exploración y en
cuanto a los items o subtest atendidos.
Las categorías que proponemos para la clasificación del grado de discapacidad en los
trastornos del lenguaje, el habla o la voz pretenden, exclusivamente, agrupar niveles de
competencia en la comunicación. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las conductas
comunicativas que observamos son el resultado final de procesos patológicos complejos, en
relación con múltiples circunstancias asociadas. Se valoran la riqueza expresiva, la
adecuación de las expresiones, la comprensión de palabras o frases, la claridad de la
articulación o la cualidad de la voz, sólo en el contexto que planteamos al sujeto.
Indudablemente, al margen de las exploraciones orientadas a la valoración de la discapacidad,
el paciente habrá de ser observado desde otras perspectivas que intentarán indagar en los
procesos alterados y en las habilidades respetadas, con vistas a plantear posibles orientaciones
terapeúticas.
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
2.1.1.- Anamnesis.
Una anamnesis que incluya datos relacionados con el desarrollo psicomotor, del lenguaje,
cognitivo, afectivo y social del individuo; datos relacionados con posibles antecedentes
personales patológicos y datos de la enfermedad actual, su evolución y momento actual,
haciendo especial hincapié en las actitudes y habilidades en la comunicación oral y escrita.
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
entrevista, específicos para cada patología, que evaluan el uso del lenguaje y otras
estrategias de comunicación en diferentes situaciones de la vida diaria.
Antes de iniciar la valoración del lenguaje propiamente dicho, es preciso hacer una
evaluación preliminar en la que descartar o anotar alteraciones del nivel de conciencia o la
capacidad de concentración, alteraciones del pensamiento, procesamiento cognitivo,
dificultades visuales o práxicas que pudieran limitar el rendimiento en las pruebas verbales,
confundiendo los resultados.
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Las pruebas habituales son: •audiometría liminar y supraliminar de tonos puros, vía ósea y
vía aérea, con cascos o a campo abierto; •impedancimetría incluyendo timpanometría y
reflejos estapediales; •logoaudiometría o audiometría vocal con o sin ayuda auditiva, con o
sin ruido y con o sin lectura labial, para la determinación al menos del URV (umbral de
recepción verbal con listas de palabras polisílabas) y del Umbral de Máxima Discriminación
o Discrimax (con listas ponderadas de palabras bisílabas) siguiendo la metodología y el
material verbal propuestos por De Cárdenas y Marrero (*De Cárdenas, Marrero, 1994*,
*Alpiner, Schow, 1993*).
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Hay que recalcar que la valoración del deficiente auditivo no termina con la exploración
auditiva comentada. Después del tratamiento con amplificación y, en general, después de la
rehabilitación audiológica, es útil evaluar la restauración de las funciones de comunicación y
las observaciones audiológicas con la ayuda auditiva es sólo una parte del proceso. Hay que
determinar también la discapacidad causada por el déficit y la compensación conseguida tras
el tratamiento.
Las escalas de autovaloración pueden cubrir este objetivo. Aún hoy no tenemos la
herramienta ideal. La más frecuentemente usada en USA es la HHIE -Hearing Handicap
Inventory for the elderly- que recientemente ha sido revisada su aplicación a adultos o HHIA -
Hearing Handicap Inventory for Adults (*Newman, Weinstein, 1991*). La CPHI -
Communication Profile for the hearing impaired- (*Demorest, Erdman, 1986*) y la Escala
Denver (*Alpiner, Chevrette, 1993*) son también de uso frecuente. La “McCarthy-Alpiner
Scale of Heraing Handicap”- M.A Scale (McCarthy, Alpiner, 1983) es de rápida aplicación y
cumple los criterios básicos para el uso clínico habitual.
Al abordar la lectura de este apartado se habrá encontrado el lector con el uso del término
evaluación sustituyendo la trayectoria hasta ahora seguida en anteriores apartados. Conviene
aclarar las razones.
Una segunda razón para el uso del término evaluación tiene su origen en la propia amplitud
del mismo (*Fernández Ballesteros, 1992*) ya que connota la integración y valoración de la
información recogida sobre las características psicológicas del/los sujetos/s en estudio, el
contexto y las posibilidades o necesidades de intervención. Un ejemplo tomado de nuestra
actividad clínica nos ayudará a entender mejor lo aquí expuesto.
J. A. y D. son dos sujetos disfémicos de 20 y 26 años respectivamente que se
encuentran en rehabilitación. Los bloqueos que en el proceso habitual de
comunicación que presenta J.A. son prácticamente los mismos en cuanto a la
gravedad y frecuencia que los que presenta D.: tienen lugar tanto al inicio como en
mitad de cualquier emisión verbal; se acompañan de movimientos motores
involuntarios; interfieren de forma importante el proceso normal de comunicación.
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Cuando se les interroga por las actividades habituales, en el caso de J.A. se trata de
un sujeto bien integrado, que participa frecuentemente en actividades de grupo con
sus amigos, asiste a clases de carnet de conducir, trata de superar las dificultades
que le supone hablar en grupo tomando la iniciativa, no tiene dificultad para
formular preguntas en situaciones de grupo..., etc. D., en cambio, no tiene apenas
actividades de intercambio social, rehuye toda situación que le suponga someter a
prueba su capacidad de habla, En respuestas a una escala de autovaloración de su
problema J.A. le da una puntuación de 5 (0= no interferencia sobre mis actividades
cotidianas; 5= interferencia moderada ; 10= total interferencia sobre mis actividades
cotidianas) y D. lo puntúa con un 8.
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
2.1.7.- Diagnóstico.
El diagnóstico final ha de incluir el •diagnóstico del trastorno del lenguaje, habla o voz y del
proceso primario en su caso, •una valoración de la gravedad y el pronóstico, atendiendo las
posibilidades de recuperación parcial o total o el carácter estable y permanente de los
hallazgos, •el impacto de la patología en la actividad habitual o en otras habilidades y la
•pertinencia en su caso de nuevas evaluaciones.
2.1.8.- Conclusiones.
Los resultados anteriores se utilizarán para establecer la correlación del cuadro con los
criterios específicos de evaluación de la discapacidad y con los porcentajes correspondientes a
las discapacidades específicas. La descripción completa del cuadro médico junto a la
asignación del porcentaje ayudará al responsable que llevará a cabo la valoración de la
repercusión de la deficiencia sobre las actividades de la vida diaria del paciente (*American
Medical Association, 1994*, *American Medical Association, 1993*).
2.1.9.- Informe.
Las indicaciones de las Guías AMA para la elaboración de informes son muy completas y
resumen todas los comentarios que pudiéramos hacer. Por ello, reproducimos casi los
criterios más significativos (*American Medical Association, 1994*, *American Medical
Association, 1993*).
“La valoración de la repercusión de una deficiencia sobre las actividades de la vida diaria del
sujeto o sobre la idoneidad para el empleo, debe fundamentarse en la valoración de la
información médica y no médica disponible”. Por ello, el informe del médico ha de atender la
circunstancia de que la información va a ser utilizada por otro profesional. Los informes han
de ajustarse en lo posible a las recomendaciones y estándares propuestos para la valoración de
un trastorno.
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
copias de los registros médicos de consulta u hospitalarios existentes, aun cuando el informe
comente ya la historia médica y la evolución”.
“La evaluación no implica únicamente una exploración sino también observaciones respecto
al tratamiento del proceso”.
“El informe debe partir sólo de la información contienda en la historia médica. Los datos
que debe incluir se exponen en el esquema “Datos fundamentales del informe médico final”
(Esquema 2.3) (*American Medical Association, 1994*, *American Medical Association,
1993*).
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Hasta aquí hemos planteado una aproximación global al proceso de valoración diagnóstica
de los trastornos del lenguaje. A continuación se presentan algunos aspectos específicos de la
evaluación de cada uno de los trastornos básicos del lenguaje, el habla o la voz. Se
incluyen pruebas clínicas elementales, orientaciones, test estandarizados, escalas y
cuestionarios. No siempre será posible o pertinente la aplicación de las diferentes pruebas y la
relación que presentamos no es exhaustiva, sólo orientativa.
Se hace una revisión de la evaluación del paciente afásico en el apartado 1.4 del capítulo V
de este libro.
Como hemos expuesto en el punto 2.1.2 de este capítulo, en la exploración del lenguaje
infantil es especialmente necesario combinar la aplicación de test estandarizados o escalas
de desarrollo, que nos aportarán datos más exhaustivos, cuantitativos y contrastables, con
exploraciones practicadas en situación más flexible y natural (pruebas no estandarizadas)
71
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
que aportarán muestras más reales del rendimiento lingüístico del paciente y permitirán
valorar de una forma más evidente el rendimiento en situaciones reales de comunicación. Las
pruebas no estandarizadas exigen al explorador conocimientos profundos de psicolingüística,
precisamente por la falta de contextos protocolizados (*Rondall, Seron, 1988a*).
Si tenemos en cuenta que las producciones lingüísticas del niño hay que entenderlas como
una conducta, como un medio de comunicación con los demás y como una manera de
describir la experiencia de la realidad, no sólo nos tendremos que fijar en las verbalizaciones
del niño sino que será preciso observar y constatar las conductas y acciones del niño y,
además, el contexto, las acciones y las expresiones de los interlocutores a las que responde el
niño (*Siguan, Colomina, 1990*).
Puede ser aconsejable en algunos casos, realizar grabaciones audio-visuales que permitan
contrastar las observaciones. Siempre habrá que guardar REGISTROS que incluyan datos sobre
el contexto y las acciones del niño y los interlocutores, las expresiones de los interlocutores
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
que sean necesarias para analizar las producciones o la comprensión y una transcripción
fonética siguiendo la ortografía estándar de las verbalizaciones del niño o descripciones de la
comunicación no verbal. Se suelen aconsejar las indicaciones de Bloom y Lahy (*Bloom,
Lahey, 1978*) para el registro de las observaciones; en cuatro columnas paralelas se registra
de izquierda a derecha el tiempo, el contexto y la acción de los adultos, las producciones
verbales de adultos, las producciones verbales del niño y el contexto y acción del niño. Las
conductas y verbalizaciones se sitúan en la misma línea y permite un análisis simultáneo del
contexto y la producción lingüística; simultáneamente se registran con símbolos y
abreviaturas preestablecidos las miradas, las acciones y los gestos del niño y del adulto,
quedando consignadas a parte las que se producen coincidiendo con las emisiones del
interlocutor. Este sistema de registro cuenta con símbolos específicos para resolver las
transcripción de palabras ininteligibles, de la entonación, las pausas, etc. Para una descripción
detallada, consultar el artículo original o un capítulo específico en: Metodología para el
estudio del lenguaje infantil de Siguan M, Colomina R y Vila I. Vic: Ed. Abril, 1990,
páginas 33 - 50.
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Las expresiones del niño se pueden evaluar en base a situaciones de lenguaje espontáneo en
el que interactúan el niño y el interlocutor o buscando producciones verbales específicas en
un contexto controlado; el LENGUAJE DIRIGIDO. El examen del lenguaje dirigido debe seguir
siempre al del lenguaje espontáneo y debe construirse ”a medida” teniendo en cuenta las
conclusiones de la evaluación del lenguaje espontáneo (*Rondall, Seron, 1988a*). En general
se utiliza como referencia material gráfico que represente escenas o con secuencias que
relatan una historia. También se pueden utilizar tareas como la descrita en el apartado de
comprensión; completar oraciones con palabras o frases esperando diferentes estructuras
sintácticas, describir el uso de objetos, enunciar opuestos, imaginar situaciones sociales
(roles) interpretando papeles definidos (“Mira, este niño se ha caído y su amigo le ayuda.
¿Qué le estará diciendo?” o, “Este niño quiere un juguete igual que el que tiene su amigo” -en
la lámina se puede ver el juguete-. “Cuando vaya a la tienda, ¿Qué le dirá al dependiente?”).
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Bosch tras una investigación con una muestra de 293 niños entre los 3 y los 8 años a los que
aplica una prueba de desarrollo fonológico (*Bosch, 1984*), describe cuatro patrones
fonológicos:
-patrón I: patrón de habla correcta;
-patrón II: errores aislados y esporádicos, de algún sonido consonántico en alguna
posición o de mayor dificultad;
-patrón III: errores en fonemas clave del sistema fonológico pero no sistematizados;
-patrón IV: errores sistematizados (en todas las posiciones) principalmente de
fricativas y líquidas y gran número de procesos de simplificación con lo que se
compromete la inteligibilidad.
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
(holofrase); •18 - 24 meses: emisiones de dos elementos yuxtapuestos, uno de los elementos
puede ser la negación; •24 - 30 meses: secuencias de tres elementos (sin palabras de función)
ordenados; •30 - 36 meses: frases de cuatro elementos, primeras partículas funcionales
(pronombres personales de tercera persona, artículo determinado, algún adverbio de lugar,
aplicación progresiva de la coordinación de género y número, primeras oraciones compuestas
yuxtapuestas o copulativas; •3 años: oraciones compuestas coordinadas (disyuntivas y
adversativas) y subordinadas elementales, utilización de tiempos verbales como el pretérito
perfecto y el futuro en forma de perífrasis, lenguaje en general flexible y suficiente; •4 años:
van apareciendo el resto de elementos gramaticales (verbos auxiliares, pretérito indefinido,
preposiciones, adverbios, pronombres posesivos); •5 años: adquiere el uso de oraciones con
estructura más compleja y, en general, va completando procesos de adquisición y corrigiendo
errores, empieza a ser capaz de analizar y corregir expresiones lingüísticas (conciencia
metalingüística) y su lenguaje, en general, –hacia los cinco o seis años– es básicamente
similar al del adulto salvo algunas incorrecciones o algunos aspectos de especial complejidad
(*Dale, 1980*).
Se pueden aplicar sistemas de valoración del desarrollo del lenguaje que aportan datos
cuantitativos, necesarios en muchas ocasiones en la asistencia clínica, para comparar estadios
evolutivos en un mismo paciente o, incluso, entre sujetos. Son los llamados ÍNDICES DE
DESARROLLO (*Siguan, Colomina, 1990*).
La LONGITUD MEDIA DEL ENUNCIADO o LME –conocida como MLU o Mean Lenght of
Utterance– que crece de manera constante hasta los 3 o 4 años de edad (*Acosta, Moreno,
1996*) es una medida relativamente fiable del desarrollo lingüístico del niño hasta que toma
valores de 4.0; a partir de este punto, las habilidades gramaticales adquiridas permiten
constreñir la longitud del enunciado. Es necesario contabilizar en las producciones verbales
diferentes, el número de monemas y el número de enunciados, entendiendo por tales, las
unidades que tienen pleno significado y que van claramente separadas por las pausas propias
de la emisión verbal. Hay que tener en cuenta que •las emisiones valoradas no contengan más
de un 20% de lenguaje imitativo, que •las autorepeticiones no determinen cambios de estadio,
que •no incluyan “rutinas” frecuentes (poemas, etc.) y que •la proporción de oraciones
copulativas no sea alta. Con esta medida pueden establecerse cuatro estadios (*Dale, 1980*) :
– estadío I: MLU ≤ 2 – estadío II: MLU ≤ 2.5
– estadío III: MLU ≤ 3.0 – estadío IV: MLU ≤ 3.5
Algunas de las normas para el cálculo de la MLU en español, propuestas por I. Vila (*Vila,
1984*), relacionadas con las expresadas por R. Brown (*Dale, 1980*), son adecuadas para
esta tarea :
1.- Los diminutivos de uso común en los niños no parecen indicar en su producción,
el uso de un sufijo. Por ello, se contarán como 1 monema.
2.- El morfema del plural se cuenta como un monema más.
3.- Todas las palabras compuestas (cumpleaños, chu-chu, baloncesto) se contarán
como un monema.
4.- Todas las expresiones con valor pragmático en el discurso contarán como un
monema.
5.- Las muletillas como “um”, “eh”, etc. no se cuentan.
6.- Las frases hechas y fórmulas sociales emitidas como un todo, se cuentan como un
monema.
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
7.- Las fórmulas o expresiones encadenadas y emitidas como un todo, como “ya
está”, etc., se cuentan como un monema.
8.- Todos los nombres, los morfemas libres (artículos, preposiciones, conjunciones,
verbos auxiliares y negación), los determinantes (demostrativos, posesivos,
indefinidos y numerales) y los pronombres se cuentan como un monema.
9.- Las inflexiones de los verbos se cuentan como otro monema.
En este nivel es posible evaluar también desde la vertiente comprensiva o desde la expresiva.
Se atiende la habilidad para reconocer palabras, expresiones y frases –y evocar los objetos y
acciones que representan y sus relaciones– y la habilidad para seleccionar palabras y
expresarlas de la manera adecuada (implicaciones morfosintácticas, suprasegmentales, etc.)
para transmitir ideas, sentimientos, etc. Al valorar el desarrollo semántico es preciso valorar
cómo utiliza el niño los términos del adulto. La presencia de una palabra en el vocabulario de
un niño no revela el significado que le asigna. En un principio los niños manejan un número
limitado de rasgos semánticos (hipótesis de los rasgos semánticos) a la hora de aplicar o
relacionar un término a un objeto o acción. Esto hace que la utilización de las palabras no se
ajuste estrictamente a la forma en que lo hacen los adultos. Así, es normal el •uso
excesivamente general o restringido de las palabras (sobrextensión o infraextensión de
significados –supergeneralización o subgeneralización–, superposición parcial entre la palabra
del adulto y la del niño, etc.), el •uso de palabras para referirse a objetos, acciones o
relaciones erróneas (referente erróneo o ausencia de correspondencia) o la •ausencia de
palabra para un significado ya adquirido (palabras déficit) (*Acosta, Moreno, 1996*, *Dale,
1980*). Es decir, el clásico recuento de palabras no revela aspectos tan importantes en el
desarrollo semántico como la valoración del significado que el niño asigna a las palabras que
usa, las relaciones de los significados de las palabras, el proceso mediante el cual se unen los
significados de las palabras para obtener el significado de la oración (*Dale, 1980*) o la
importancia del contexto en el significado de las palabras. Estas últimas circunstancias son
especialmente importantes en el uso adecuado de palabras de función o de significado
semántico-gramatical.
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
•designación objetos o imágenes a partir de estímulos verbales que pueden ser palabras o
frases que incluyan los elementos que queremos valorar; es necesario haber planificado el
estímulo para que las posibles respuestas puedan ser evaluadas; •órdenes verbales de
complejidad creciente; •expresión de antónimos; •completar frases: el pájaro vuela y el pez
...; •definición de funciones: para que sirve ...; •nombrar objetos o acciones que se incluyan
en determinadas categorías: cosas para comer, frutas, etc.; •descripción de láminas que
representen entornos diversos; •representación y simulación de situaciones con objetos reales,
juguetes, láminas, etc. o sin ellos: en la tienda, en el recreo, se ha caído un niño, etc. ...;
La siguiente lista de pruebas estandarizadas no pretende ser exhaustiva; sólo citamos las que
son de uso más frecuente en nuestro entorno: •Prueba para la evaluación del desarrollo
fonológico de Laura Bosch (*Bosch, 1982*), •Registro fonológico inducido de Monfort y
Juarez (*Monfort, Juarez, 1990*), •Test de Illinois de habilidades psicolingüísticas (*Kirk,
McCarthy, 1980*), •Test de figura / palabra de Gardner (*Gardner, 1987*), •Test de
Morfosintaxis de Aguado —TSA— (*Aguado, 1989*), •Test de conceptos básicos de Boehm
(*Boehm, 1983*), •Test de comprensión auditiva de Carrow –Carrow Elicited Language
Inventory– (*Carrow, 1975*), •Prueba de lenguaje oral de Navarra (PLON) de Aguinaga
(*Aguinaga, Armentia, 1991*), •Prueba del lenguaje oral de Nieto (*Nieto, 1984*), •Test de
Peabody de vocabulario en imágenes (*Dunn, Dunn, 1981*), •Escala de Inteligencia
Wechsler para niños –WISC– y Escala de Inteligencia Wechsler para preescolar y primaria –
WPPSI– (*Wechsler, 1985b*, *Wechsler, 1986*), •Escala de desarrollo lingüístico de
Reynell (*Reynell, 1985*), etc. Sólo describiremos, de forma superficial, los aspectos más
relevantes de algunas de estas pruebas:
.- Prueba para la evaluación del desarrollo fonológico de Laura Bosch (*Bosch,
1982*): da información de los sonidos que forman el repertorio del niño y el
uso que hace de ellos en lenguaje espontáneo, haciendo referencia a trastornos
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
1Párrafo propuesto por D. Enrique Fontanillo Marino (lingüista ), extraído de la novela Tiempo de Opera de
Enrique Fontanillo Merino. Con permiso del autor.
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
¿Quieren que les hable de mi abuelo? Bien, tiene casi 93 años, aunque
razona con la misma rapidez de siempre. Viste una antigua levita
negra, a la que por lo común le faltan varios botones. Una larga barba
le cubre el mentón, causando en quienes lo observan un profundo
sentimiento de respeto. Cuando habla, lo hace con una voz algo
cascada y temblorosa. Dos veces al día toca en un pequeño órgano, y
lo hace con entusiasmo y gran habilidad. Salvo en el invierno, cuando
se lo impiden la nieve o el hielo, sale a caminar despacio al aire libre,
todos los días. Muchas veces le decimos que debe caminar más y
fumar menos, pero él siempre contesta: “¡Pamplinas!” El abuelo tiene
un lenguaje muy moderno.1
•secuencias automáticas (números, días de la semana, etc.);
•prueba de esfuerzo: contar números alto y rápido (2 números por segundo) hasta
200 y comprobar el deterioro del habla;
•tos como emisión refleja;
•risa como emisión automática e involuntaria.
Hay que tener en cuenta que es posible la existencia de trastornos que solamente se expresen
en contextos específicos con gran variabilidad o de forma aparentemente injustificada –
disfonías psicógenas–, en momentos o condiciones determinadas –disfonías hipofuncionales–
, de forma esporádica –disfonías por exposición a tóxicos o irritantes ambientales–, tras
esfuerzo prolongado –disfonías por sobrecarga o disfonías hipofuncionales–, mostrando una
disociación automático-voluntaria –apraxia de la fonación– o sin alteración del nivel reflejo –
disfonía psicógena.
A pesar de que insistiremos en la realización de pruebas que objetiven los síntomas vocales
y cuantifiquen la desviación, sigue siendo la opinión global del especialista el elemento
esencial del proceso de evaluación de la discapacidad asociada a los trastornos vocales. Claro
está que el análisis que el experto tiene que aplicar a sus impresiones tiene que estar dirigido
por protocolos rigurosos.
1 Traducción del fragmento “El abuelo” tal y como lo proponen Darley, Aronson y Brown.
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Con vistas a comparar diferentes momentos en la evolución, puede ser adecuado aplicar una
escala de gravedad global que integre todos los desajustes planteados en el párrafo anterior:
desincronización •leve, •moderada, •severa, •grave 1. Si las alteraciones en la coordinación
fono-respiratoria dependen de la aparición súbita de irrupciones que no son constantes (por
ejemplo movimientos involuntarios en las disartrias o fluctuaciones en relación con factores
emocionales, etc.) es conveniente introducir una escala de valoración de la frecuencia de los
síntomas: alteraciones, •intermitentes, •esporádicas, •frecuentes o •constantes 2.
1 Escala de gravedad adaptando los criterios generales de clasificación en cuatro grados de la intensidad de los
síntomas según la AMA (*American Medical Association, 1994*): •Mínima: los síntomas o signos son molestos,
pero no causan una disminución apreciable de la capacidad del sujeto para mantener la fonación. •Leve: el sujeto
tolera los síntomas o signos que causan cierta disminución de la capacidad del sujeto para mantener la fonación.
•Moderada: los síntomas o signos causan una disminución importante de la capacidad del sujeto para mantener
la fonación. •Marcada: los síntomas o signos imposibilitan la fonación.
2 Escala de valoración de la frecuencia adaptando los criterios generales de clasificación en cuatro grados de
la frecuencia de los síntomas según la AMA (*American Medical Association, 1994*): •Intermitente: los
síntomas o signos tienen lugar durante menos de una cuarta parte del tiempo durante el que habla el paciente.
•Esporádica: los síntomas o signos tienen lugar durante entre una cuarta parte y la mitad del tiempo durante el
que habla el paciente. •Frecuente: los síntomas o signos tienen lugar durante entre la mitad y las tres cuartas
partes del tiempo durante el que habla el paciente. •Constante: los síntomas o signos tienen lugar durante entre
las tres cuartas partes y la totalidad del tiempo durante el que habla el paciente.
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
La valoración de las cualidades acústicas (intensidad, tono y timbre) se puede llevar a cabo
por medio de la llamada "escucha funcional" de expertos entrenados en valoración
psicoacústica o utilizando métodos de análisis espectrográfico. Se consignarán datos respecto
a Intensidad media conversacional, Tono medio de la voz hablada y Timbre de la voz.
Hay muchas escalas de valoración de voces patológicas. La que planteamos fue propuesta
por la Japan Society of Logopedics and Phoniatrics; es la ESCALA GRBAS para la
evaluación de la ronquera (*Hirano, 1981*). Consta de 5 escalas:
-G (grade): grado de ronquera o anormalidad de la voz.
-R (rough): voz bronca o áspera. Representa la impresión psicoacústica de
irregularidad en la vibración de los repliegues. Se corresponde con
fluctuaciones irregulares en la frecuencia o en la amplitud del sonido glótico.
Se utilizan sinónimos como “retumbar de ruido sordo”, golpeteo o “traqueteo o
ruido de sonaja”.
-B (breathy): voz soplada. Representa la impresión psicoacústica de escape de aire a
través de la glotis. Se corresponde con la formación de turbulencias en el flujo
de aire.
-A (asthenic): voz asténica. Representa la impresión psicoacústica de falta de
potencia o debilidad de la voz. Se relaciona con intensidad débil y del sonido
glótico y/o con una falta de armónicos agudos.
-S (strained): voz tensa, apretada, forzada o estridente. Representa la impresión
psicoacústica de estado hiperfuncional de la fonación. Se relaciona con
frecuencia fundamental anormalmente alta, con ruido en altas frecuencias y/o
con riqueza de armónicos en altas frecuencias.
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
La prueba más extendida es la valoración del TIEMPO MÁXIMO FONATORIO (TMF o MPT:
maximum phonation time): emisión de una vocal sostenida durante el mayor tiempo posible,
tras una inspiración máxima. En principio es válida cualquier vocal, pero habitualmente se
usa la /a/ como la vocal que más fácilmente se suele emitir de forma natural y con suficiente
sonoridad. La emisión de la vocal /e/ es la que determina una forma del tracto vocal (desde la
glotis hasta los labios) más uniforme; el tracto vocal en la emisión de /e/ es casi como un tubo
sin estrechamientos relevantes; esto hace que sea especialmente válida para valorar el sonido
glótico en los estudios acústicos de las perturbaciones de la frecuencia y la amplitud. La /i/ y
en general los tonos agudos tienden a determinar una mayor constricción del vestíbulo
laríngeo y bandas ventriculares (en especial en sujetos con actitud hiperfuncional). La actitud
durante la emisión de la vocal ha de ser relajada y natural, emitiendo la vocal en un tono
fundamental y a una intensidad confortables, cuidando en lo posible la verticalidad (postura
erguida) de la cabeza y la columna cervical y dorsal, sin tensiones, sentado o de pie. Hay que
evitar la tensión oro-faringo-laringea excesiva o la inhibición; en este sentido puede ayudar
provocar en el sujeto una actitud vocal adecuada sugiriendo una situación como la de llamar a
alguien desde lejos, proyectando la voz –¡eh!– y manteniéndola todo el tiempo posible. Se
miden tres intentos y se consigna el valor más alto.
Los TMF normales propuestos por diferentes autores varían pero pueden considerarse los
siguientes: 25 a 35 segundos en los hombres, 15 a 25 segundos en las mujeres y 14 a 20
segundos en los niños. Valores inferiores a 10 segundos en hombres y mujeres o de 7 a 10
segundos en niños, pueden considerarse patológicos (*Prater, Swift, 1986*, *Perelló, Salvá,
1980*, *Jackson Menaldi, y cols, 1992*, *Hirano, 1981*). El TMF se verá acortado en caso
de •incompetencia glótica por cierre insuficiente o por alteraciones de la masa o elasticidad de
los repliegues (lesiones neurológicas o morfológicas o déficit funcionales), en caso de •falta
de apoyo espiratorio (enfermedades respiratorias, déficit funcional, descoordinación fono-
respiratoria por lesión neurológica) o en caso de •mala técnica vocal.
En patología vocal casi todos los procesos determinan un uso ineficaz de la columna de aire
movilizada por el sistema respiratorio; se habla de EFICIENCIA FONATORIA (la fonación
globalmente), eficiencia glótica (capacidad glótica para transformar el aire espirado en
sonido) y eficiencia respiratoria (capacidad del sistema respiratorio para empujar una
columna de aire de forma regular y adaptada a las necesidades del discurso). El término
Eficiencia Glótica (GE) se refiere, en principio, al cociente entre la intensidad sonora a nivel
de la glotis (I GL) y la potencia subglótica (W SUB = Presión subglótica * MFR) según la
fórmula GE = I GL / W SUB .pero la dificultad de medición de este valor hace que se utilicen
otras alternativas. En este sentido se suelen utilizar fórmulas diversas para valorar
indirectamente estos valores.
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Para la clínica diaria el cociente de fonación puede ser un sustituto adecuado del MFR
(*Hirano, 1981*), siempre que se mida con una fonación confortable.
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Octava 1ª 2ª 3ª 4ª 5ª
Para calcular la extensión tonal se localizan las frecuencias en Hz del tono fisiológico más
alto (HPT o highest physiological tone) y del más bajo (LPT o lowest physiological tone) y
se cuentan los semitonos intermedios. Clásicamente se ha medido pidiendo al sujeto que
repita el tono-estímulo producido con un piano o instrumento similar o simplemente pidiendo
que emita una escala cantada descendente y ascendente a partir de una nota de referencia. Es
recomendable objetivar la medida de la frecuencia del tono emitido con algún aparato de
medida (estroboscopio, “pitch meters”, sistemas informáticos de análisis acústico, etc.).
La extensión normal es variable y depende en gran medida de la educación vocal; los datos
aportados por diferentes autores varía en gran medida y proponen como valores normales 36
semitonos para el hombre (tres octavas) y en 30 semitonos en la mujer (2 octavas y media).
Sin embargo, nos parece más ajustado a la realidad de nuestro entorno considerar como límite
de la normalidad los 24 semitonos de extensión tonal en el hombre y la mujer propuestos por
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Böhme y Hecker (*Böhme, Hecker, 1970*). Perelló, autor español, dice que la extensión
normal suele ser de una octava o una octava y media en las voces no cultivadas y de hasta
tres octavas en las voces cultivadas (*Perelló, Mas, 1980*).
El Tono de la voz hablada suele estar elevado en el Sulcus vocalis y descendido en el edema
de Reinke y en casos de virilización en la mujer. El trastorno vocal más frecuente con
alteración del tono habitual de la voz hablada es el trastorno de la muda en el hombre
(puberfonía).
La medición del tono medio de la voz hablada o del tono habitual durante el habla sólo
puede llevarse a cabo de forma objetiva y contrastable utilizando aparatos de medida. La
oferta actual de sistemas informáticos permite acceder a modelos no demasiado caros. Otros
métodos de medición como los que se efectúan tomando como referencia el tono de un
diapasón o un instrumento musical, restringen en gran medida tanto el intercambio o
comparación de datos entre profesionales como el acceso al dominio suficiente de esta
técnica, ya que exige un oído especialmente entrenado. Las desviaciones claramente
patológicas, como las comentadas en este párrafo (puberfonía, algunos casos de sulcus, edema
de Reinke), son evidentes para el clínico, pero si debemos establecer un sistema de control
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
objetivo tanto de la evolución como del grado de desviación respecto a la normalidad, será
necesario utilizar sistemas de medición normalizados y objetivos. Es conveniente, de una u
otra manera, tomar como referencia diversos contextos ya que el tono habitual podría variar.
Se recomienda observar y comparar una muestra representativa del habla del sujeto:
•expresiones espontáneas, •lectura de pasajes normalizados, •secuencias automáticas
(números, días de la semana), •vocales alargadas al final de una palabra, •vocales sostenidas
con el mínimo esfuerzo, •repetición de frases estandarizadas, etc.
Más importante para la inteligibilidad del habla es el RANGO FRECUENCIAL DEL HABLA
(SFR o speech frequency range) que traduce las variaciones de la frecuencia fundamental a lo
largo del discurso; la monotonía limita en cierta medida la inteligibilidad y las posibilidades
expresivas del sujeto; los rasgos suprasegmentales permiten establecer contrastes de
significado más allá de las palabras o incluso de la estructura morfosintáctica; la monotonía
en el discurso llega a comprometer la atención del interlocutor. Sin embargo no contamos con
valores clínicos orientativos que nos permitan delimitar el rango de normalidad y los valores
críticos indicativos de alteración patológica. Podemos realizar una valoración subjetiva y
objetiva de la monotonía de las emisiones y la comparación de diferentes momentos
evolutivos, en un mismo paciente. El rango entre los valores extremos de la frecuencia
fundamental de las emisiones y la desviación estándar, son los valores que orientan respecto a
la monotonía o a la riqueza de las inflexiones. Los gráficos de tono e intensidad permiten
comprobar gráficamente el curso de las variaciones a lo largo de la frase. La muestra de habla
debe integrar especialmente situaciones que se caractericen por la espontaneidad. En este
caso, para medir el Rango Frecuencial del Habla no son válidas las secuencias automáticas
(que tienden a ser monótonas) ni las vocales sostenidas; hay que pedir al sujeto que salude o
“se presente” con la mayor naturalidad, que lea un párrafo normalizado o que repita una frase
coloquial de la forma más espontánea.
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
La intensidad de las emisiones del sujeto tiene una especial relevancia en la definición de la
inteligibilidad y audibilidad en diferentes contextos de comunicación; sin embargo hay que
tener en cuenta varias consideraciones. Cuando objetivamos el nivel de presión sonora
estamos midiendo tanto la energía de los sonidos armónicos significativos (en el sentido de
permitir la transmisión de significados) del habla, como la del ruido acompañante. En los
casos extremos (esfinter glótico irregular pero suficiente que produce un nivel alto de ruído),
estaríamos midiendo una intensidad elevada (pero de ruido) que de nada serviría al sujeto
para hacerse entender. El ruido o ronquera, que acompaña a la disfonía, “desdibuja” las
características espectrales de la voz; por otro lado, la baja intensidad reduce la relación
señal / ruido hasta valores que, en algunos entornos sonoros, podrían llegar a ser negativos; es
decir, siempre hay que valorar la intensidad de la señal junto a sus características espectrales,
si queremos sacar conclusiones respecto a la audibilidad e inteligibilidad. La intensidad
excesiva en el habla conversacional puede ser molesta o incluso para algunos oyentes puede
ser más dificilmente inteligible, pero nunca compromete la comunicación.
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
relativa de estos factores en una limitación observada. Los resultados son en general poco
fiables si se establecen siguiendo la técnica clásica (delimitando el rango de intensidad tono a
tono a partir de un estimulo emitido por un piano o instrumento similar).
Los sistemas informáticos actuales permiten una gran libertad a la hora de definir el marco
de la prueba. Nos parece muy oportuna la denominación de campo vocal (*Schutte, 1975*,
*Rauhut, Stürzebecher, 1979*) como referencia al área “utilizada” por un sujeto durante el
uso fisiológico de su voz en situaciones de voz hablada o voz cantada. Si con un sistema
informatizado realizáramos el “campo vocal” con todas las emisiones habladas o cantadas
que realiza un paciente durante la exploración, obtendríamos una representación gráfica
adecuada de las posibilidades reales de su sistema fonatorio; pero este método no ha sido
protocolizado en el sentido de precisar los fragmentos que deberían ser incluídos en la
determinación del campo vocal. No obstante no hay que olvidar que el valor del fonetograma
es en cuanto a representación gráfica; sus valores directos de frecuencia - amplitud son de
difícil utilización clínica; podrían utilizarse valores relacionados con el área perfilada entre
los valores límite de frecuencia - amplitud.
2.2.2.4.- Laringo-estroboscopia
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
En todos los trastornos del habla es preciso diferenciar los trastornos de carácter fonético
que afectan exclusivamente la articulación (alteraciones que asientan a nivel sensorio-motor),
de los que afectan a procesos neuropsicológicos y psicolingüísticos (dificultades
comprensivas o expresivas del lenguaje: retraso del desarrollo del lenguaje, afasia, apraxia).
En este sentido es preciso utilizar las pruebas indicadas para cada objetivo. Nunca hay que
suponer la integridad de los diferentes niveles del lenguaje; especialmente en el caso de la
disartria pero, en general en todos los trastornos del habla, es preciso descartar
expresamente alteraciones asociadas en otros niveles.
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Formando parte del cuadro disártrico suelen presentarse alteraciones vocales (disfonía) que
tendrán que ser valoradas siguiendo las indicaciones (en cuanto a métodos de exploración) del
apartado correspondiente (punto anterior). Obviamente, en estos casos la disfonía forma parte
del cuadro disártrico y la valoración de la discapacidad debe ser global abarcando la
disartria en su conjunto.
El tono muscular suele afectar a los aspectos articulador, resonancial y fonador del habla. El
temblor, en general no afecta de forma significativa a la capacidad articulatoria, resonancial o
fonatoria. Los movimientos involuntarios pueden interrumpir temporalmente el discurso o
interferir en la precisión y sentido de los movimientos.
En el examen de las disartrias es fundamental valorar el resultado sonoro final. Los signos o
síntomas acústicos, valorados en diferentes contextos como los indicados en el punto anterior
(2.2.2. Voz. Disfonía) nos aportarán datos sobre la normalidad en la actuación de los
diferentes componentes motores en el curso del habla y, por otro lado, estos signos acústicos
podrán ser relacionados con los diferentes niveles neurofisiológicos y nos ayudarán en el
diagnóstico topográfico de la lesión.
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Al valorar el tiempo máximo de fonación hay que diferenciar las limitaciones vinculadas a la
falta de apoyo respiratorio o de estabilidad del soplo, de las que dependen de una
insuficiencia glótica o de un cierre excesivo.
Las enfermedades que afectan la eficacia del sistema respiratorio, provocando fenómenos
obstructivos o restrictivos incluidas las enfermedades neurológicas y neuromusculares,
desviaciones de la columna dorsal, obesidad, etc., se acompañan de limitaciones del flujo
espiratorio o de los volúmenes respiratorios, con lo que pueden llegar a comprometer el
mantenimiento de una columna de aire suficiente para las diferentes situaciones o necesidades
fonatorias.
Esta prueba es muy útil para valorar la velocidad y regularidad de los movimientos
musculares recíprocos de los diferentes articuladores (labios, lengua, maxilar inferior, etc..).
Se lleva a cabo pidiendo al paciente que emita, repetitivamente y durante el mayor tiempo
posible, las sílabas / pa /, / ta / o / ka / (*Darley, Aronson, 1978*). Se valorará la velocidad de
emisión (normal, excesivamente rápida, precipitada, lentificada) y el ritmo (emisión rítmica
con intervalos regulares entre sílabas mantenidos durante toda la prueba, emisión de ritmo
irregular o disritmica).
Es válida esta prueba para apreciar la amplitud de los movimientos y la calidad de los
sonidos emitidos, así como la coordinación fono-respiratoria. Es válida por tanto para valorar
la válvula palatofaríngea (hiper o hiponasalidad, es decir, con o sin escape de aire por fosas
nasales durante la fonación) y el resto de los articuladores.
Esta prueba valora la capacidad para pasar con rapidez de una posición articulatoria a otra.
Se pide al paciente que emita, repetitivamente y de la forma más prolongada y rápida posible,
la secuencia silábica / pa-ta-ka /. Los pacientes con disartria, en general, no tendrán excesivos
problemas para ejecutar los cambios articulatorios (aunque las emisiones se verán
impregnadas por las dificultades propias de cada disartria). Sin embargo, los pacientes con
dificultades apráxicas tendrán dificultad para conseguir la secuencia, tendencia a interrumpir
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Son las pruebas que exigen al paciente mantener durante mucho tiempo un esfuerzo fono-
articulatorio. En las enfermedades de la placa neuromuscular, en las miopatías y, en menor
grado, en algunas que afectan al núcleo motor o al axón, es claramente apreciable el deterioro
de las cualidades de la emisión. Las pruebas posibles son muy variadas; puede pedirse la
emisión a intensidad alta de números (como la descrita en el punto 2.2.2) o textos
prolongados.
En esta parte de la valoración se estudian de manera integrada todos los aspectos implicados
en la emisión del discurso en relación con cada uno de los sistemas (fono-respiratorio,
palatofaríngeo, articulador, etc.). Se anotan las características del habla en los siguientes
niveles:
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Entre los movimientos propuestos para valorar las praxias bucofonatorias se incluyen: meter
y sacar la lengua, elevar la punta de la lengua fuera de la boca, tocar los dientes superiores
con la punta de la lengua, morderse la lengua, pasar la lengua por los labios, enseñar los
dientes, abrir y cerrar la boca, inspirar y espirar por la nariz, por la boca, inflar los carrillos,
silbar, tragar, bisbisear, chascar la lengua, toser, etc.
Hay que observar si se ejecuta el movimiento a la orden verbal, a la imitación, sin titubeos,
con movimientos de ensayo-error, si precisa el apoyo visual o la referencia táctil de la mano
para conocer la posición de los órganos fono-articulatorios y si las dificultades son de falta de
fuerza, amplitud del movimiento, descoordinación o imprecisión.
2.2.3.7.- Repetición
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
En las apraxias hay que esperar la aparición espontánea de frases hechas y estereotipias bien
articuladas; la dificultad para expresarlas de forma voluntaria en repetición, es lo que
caracteriza a los trastornos apráxicos.
2.2.3.8.- Rinolalia
Se suele diferenciar la •rinolalia abierta (la válvula no cierra el paso para la articulación de
fonemas orales no nasales), de la •rinolalia cerrada (cierre velar inadecuado al articular
nasales u obstrucción al paso de aire sonorizado hacia la cavidad nasal, reduciendo la
sonoridad de las consonantes nasales). La rinolalia abierta afecta especialmente la
inteligibiliad del habla; la rinolalia cerrada altera el timbre sin limitar de forma significativa la
articulación y la inteligibilidad. La •rinolalia mixta se caracteriza por la combinación, en
diferentes grados, de ambas circunstancias.
Hay muy diferentes pruebas para valorar la insuficiencia velar; queremos destacar los dos
métodos más eficaces y sencillos. En primer lugar, la valoración acústica del habla
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Hay otras pruebas funcionales sencillas que ponen en evidencia la insuficiencia velar (mejor
que cualquier prueba complementaria): •retener aire insuflando los carrillos (imposible en
caso de insuficiencia moderada a severa), •soplar o aspirar agua por un tubito (difícil en caso
de insuficiencia), •producir un ronquido al inspirar por la nariz con la boca cerrada, •prueba
de Schlesinger o comparar el escape de aire en decúbito supino y en bipedestación (en la
paresia o parálisis la insuficiencia velar disminuye en decúbito supino pero no en la
disglosia), etc.
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Sin embargo lo más importante es la repercusión que la rinolalia llega a tener sobre la
articulación y sobre la inteligibilidad en diferentes situaciones comunicativas; el análisis de
los errores articulatorios es siempre la exploración más significativa.
2.2.3.9.- Inteligibilidad
Los planteamientos del punto anterior (la articulación en las disartrias) es aplicable en gran
medida a las disglosias, en cuanto a técnica exploratoria.
Hay que evaluar los errores articulatorios y las alteraciones del timbre y la resonancia en los
mismos contextos que los planteados para las disartrias: •habla espontánea, •repetición de
sílabas, palabras o frases, •vocal sostenida y •series automáticas. La rinolalia se objetivará de
manera similar a las disartrias.
Hay que describir los errores articulatorios definiendo el •tipo de error (omisión, distorsión,
sustitución), •el fonema alterado, •las posiciones del fonema en las que se hacen patentes los
errores, •las desviaciones del punto y/o el modo de articulación, •el control de los errores en
repetición, •la existencia o ausencia de autocorrección y •la influencia del ritmo
conversacional en el control de los errores.
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
“El examen auditivo es uno de los ejes fundamentales de la audiofoniatría. No sólo para
conocer y calibrar adecuadamente el déficit auditivo de un sujeto determinado, sino para
investigar hasta qué punto influye en todas las perturbaciones del lenguaje y del habla.”
(*Perelló, Mas, 1980*).
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Procedimiento Fundamento
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
2) Otras situaciones
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
El diagnóstico del tipo de hipoacusia es necesario tanto para la valoración médica (en el
sentido de conocer el origen y patogenia del trastorno) como para estudiar la repercusión
sobre el desarrollo de la audición y del lenguaje o para analizar aspectos audiométricos y
audioprotésicos.
1 Umbral sensitivo promedio por VO: 15, 30, 45 y 60 dB para las frecuencias 125, 250, 500 y 1000 Hz
respectivamente (*Lehnhardt, 1992*) dentro de una amplia variación interindividual.
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
decibelios. Este esquema pretende establecer una equivalencia aproximada entre umbrales
auditivos en diferentes frecuencias y su posible repercusión sobre la detección de estímulos
verbales y ambientales. El nivel de sonoridad de los diferentes fonemas se ha establecido
considerando una intensidad conversacional normal.
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
complejidad del proceso que tendrá que desarrollar el sujeto. Las tareas de
identificación se denominan también “tareas de reconocimiento de objetivo-
fijo o elección-forzada” y representan un paso intermedio entre las de
discriminación (entre dos elementos) y las de reconocimiento en conjuntos
cerrados y abiertos.
f.- Reconocimiento: las representaciones infantiles de objetos, acciones y sucesos
pueden vincularse, en las etapas más tempranas, al fenómeno sonoro que les
puede corresponder (un sonido, la sirena, puede representar al camión de
bomberos); el sonido y su representación van adquiriendo cierto significado
incluso en etapas tempranas prelingüísticas. En este sentido, el reconocimiento
auditivo se basa en “conocer” el sonido (*Laughton, Hasenstab, 1993*). El
sujeto percibe en toda su complejidad auditiva el estímulo y es capaz de
vincular una imagen mental de un sonido con el estímulo actual, en base a las
características percibidas y a la información acumulada de experiencias
anteriores. Si el sonido reconocido es un sonido verbal entran en juego
procesos de decodificación lingüística que implican el conocimiento de la
lengua. El sujeto que reconoce una palabra podría ser capaz de repetirla sin
necesidad de haber llegado a su comprensión; sin embargo, la relación entre
reconocimiento de una palabra y comprensión es muy estrecha y en muchas
ocasiones el sujeto explorado utiliza su conocimiento del significado verbal de
la palabra para mejorar sus resultados en tareas de reconocimiento de palabras.
g.- Comprensión: si se refiere a sonidos verbales, el sujeto ha detectado la expresión,
diferenciándola del entorno sonoro como significativa; ha reconocido su
estructura fonológica y morfosintáctica como una unidad y ha extraído su
significado. En el caso de sonidos ambientales, una secuencia de sonidos
individuales reconocidos adquiere significado en base a procesos de
integración supramodal, al contexto en el que se producen y a la aplicación de
experiencias previas y del conocimiento que el oyente tiene sobre situaciones
semejantes.
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
diferentes pruebas teniendo en cuenta el nivel que se pretende explorar. Las pruebas para
explorar el NIVEL SENSORIAL PRIMITIVO serían las tareas de detección (responder a la
presencia-ausencia de sonido) de tonos puros y de estímulos verbales (detección de fonemas
vocálicos y consonánticos) y ambientales, así como los procedimientos de evaluación
electrofisiológica (potenciales evocados). La exploración del NIVEL DE REPRESENTACIÓN
PERCEPTUAL se tendría que dirigir a la valoración de la capacidad de discriminación de
atributos del sonido verbal y no-verbal (duración, ritmo, acentuación, características
segmentales y suprasegmentales) intentando reducir al mínimo la influencia de fenómenos
lingüísticos. Las pruebas del NIVEL COGNITIVO-LINGÜÍSTICO se aplicarían una vez
analizadas las dificultades inherentes a los niveles anteriores; obviamente las tareas incluidas
en este nivel pondrían en juego todos los procesos sensoriales, perceptivos y cognitivo-
lingüísticos.
Estamos de acuerdo sólo parcialmente con este planteamiento. Por un lado, nuestro punto de
vista respecto a los procesos implicados en la decodificación y codificación verbal se ha
planteado en la introducción y a ella nos remitimos. Por otro, coincidimos en que es obligado
aislar en lo posible los diferentes procesos a evaluar, tanto en el niño como en el adulto. Sin
embargo también hay que tener en cuenta que hasta los procesos sensoriales más primitivos
(por utilizar la terminología del planteamiento anterior) siempre están influidos por la
actividad cortical. La atención auditiva selectiva se fundamenta en experiencias sensoriales,
perceptuales, lingüísticas y comunicativas previas que facilitan y simplifican la tarea de
selección de elementos significativos; el conocimiento del contenido, del contexto o del
interlocutor influyen incluso en las tareas de orientación hacia el origen del estímulo auditivo-
verbal durante la comunicación verbal; la discriminación auditivo-fonética se ve en gran
medida facilitada por el conocimiento de nuestra lengua; incluso las sílabas sin sentido
(logotomas) forman parte del repertorio de sonidos de la lengua. Por ello nunca hay que
olvidar estos fenómenos, incluso en las tareas pretendidamente perceptuales de
discriminación de atributos en sonidos verbales y no verbales. Nos parece oportuna la llamada
de atención de Moeller y Carney (*Moeller, Carney, 1993*) respecto a los diferentes niveles
de procesamiento implicados de manera especial en en niño en desarrollo, pero esta
observación no debe llevar a la clasificación estanca de las diferentes pruebas auditivas.
Vamos a comentar algunas pruebas especialmente significativas en relación con los procesos
de detección, discriminación, identificación y reconocimiento. La exploración de la
comprensión auditiva ya ha sido comentado en el apartado correspondiente a la exploración
de los trastornos del desarrollo del lenguaje o de la afasia.
2.2.5.2.1.- DETECCIÓN
En base a las orientaciones aportadas por la audiometría liminar o por las pruebas
electrofisiológicas se procedería a valorar la detección auditiva de sonidos ambientales y
verbales atendiendo factores ligados al contexto y a las características acústicas del estímulo.
Hay que tener en cuenta: el nivel atencional, la relación del estímulo con el contexto en el que
se desarrolla el test, la expectativa del sujeto, el nivel de desarrollo psicomotor, cognitivo y
lingüístico, la colaboración y comprensión de la prueba, las preferencias del paciente y el tipo
de respuesta motora o verbal que esperamos, el nivel de pérdida auditiva en cada banda
frecuencial, el nivel de sonoridad del estímulo y sus características espectrales y las
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
2.2.5.2.2.- DISCRIMINACIÓN
Vamos a describir sólo algunas de las posibles pruebas de valoración de la discriminación
auditiva.
Los test basados en la PERCEPCIÓN DE CAMBIO / NO-CAMBIO son aplicables en los casos en
los que se espera un bajo rendimiento. Se reproducen secuencias de sonidos verbales o no
verbales y se pide al sujeto que responda cuando se produzca algún cambio. Cuando se
utilizan secuencias verbales se introducen los cambios a nivel de rasgos segmentales (cambios
del fonema-diana en la secuencia silábica) o suprasegmentales (cambios de la duración de la
palabra); en secuencias no verbales se puede plantear la discriminación de cambios en la
duración, el tono, la intensidad o la fuente.
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
El CID EARLY SPEECH PERCEPTION TEST (ESP) de Geers y cols. (*Geers, Moog, 1991*) está
diseñado para medir las habilidades iniciales de percepción del habla en niños sordos
profundos. Las tareas están diseñadas para niños con habilidades auditivas y vocabulario
limitados. Las puntuaciones situarán al niño en una de las cuatro categorías siguientes:
-Categoría I o No Percepción de patrones: en el extremo más bajo de esta categoría
se sitúan aquellos que no detectan ni el habla amplificada. También se incluyen
los que detectan el habla pero no han desarrollado ninguna habilidad para
discriminar patrones; son incapaces de discriminar auditivamente entre
palabras o frases que se diferencian por la duración (por ejemplo, entre pera y
melocotón). En niños que detectan los sonidos verbales se plantean tareas
sencillas de discriminación por duración como indicar el objeto
correspondiente a una vocalización contínua y larga (por ejemplo una uuuuuhh
asociada a la imagen de un tren largo) o al correspondiente a una vocalización
interrumpida (por ejemplo jop, jop, jop asociada a la imagen de un conejo que
salta).
-Categoría II o Percepción de patrones: incluye niños que han desarrollado mínimas
capacidades de percepción del habla. En el extremo inferior si sitúan niños que
justo han empezado a discriminar palabras o frases de diferente duración pero
sólo en conjuntos limitados o cerrados de palabras. En el extremo superior se
sitúan los niños que llevan a cabo esta tarea sin dificultad e incluso diferencian
palabras por la acentuación (cámara de pantalón). Sin embargo no pueden
utilizar información espectral para discriminar entre sonidos vocálicos o
consonánticos.
-Categoría III o Cierta Identificación de palabra: incluye niños que demuestran
alguna mínima habilidad para hacer uso de la información espectral y de la
entonación. Son capaces de discriminar entre palabras o frases de acentuación
y duración similares, cuando contienen patrones vocálicos altamente
diferenciados (pata de cubo). La tarea es difícil para ellos y dependen los
resultados de las diferencias del patrón vocálico.
-Categoría IV o Consistente Identificación de palabra: incluye niños que demuestran
una gran facilidad para utilizar la información espectral en la discriminación.
Discriminan fácil y consistentemente entre palabras monosílabas con diferente
patrón vocálico, en conjuntos cerrados.
Estas categorías de desarrollo perceptivo muestran una clara correspondencia con el nivel de
desarrollo del lenguaje. Los niños de las categorías I y II suelen presentar un ritmo de
adquisición del lenguaje oral muy limitado, a diferencia de los niños de las categorías III y IV
que pueden llegar a demostrar avances significativos en la adquisición del lenguaje oral.
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Existe una versión estándar que plantea las tareas de discriminación en conjuntos cerrados
de 12 figuras a diferencia de la versión para bajo nivel verbal que presenta conjuntos cerrados
de 4 objetos (*Geers, Moog, 1991*).
Básicamente este test tiene cuatro ventajas destacables: •incorpora una jerarquía en los
niveles de destreza; •plantea un vocabulario adecuado para niños sordos; •representa con
dibujos u objetos el estímulo auditivo; •los estímulos están grabados pero se pueden presentar
de viva voz si es necesario (*Beiter, Brimacombe, 1993*). Existe una versión reciente en
español de la Universidad de Navarra, revisada por los autores A. E. Geers y J. S. Moog
(*Huarte, Molina, 1996*) que, una vez superados ciertos aspectos de su estandarización que
nos parecen poco precisos, sería interesante utilizar tanto por aprovechar el método general de
la prueba como por seguir la clasificación en cuatro categorías perceptivas. Como en la
versión original, cuenta con una VERSIÓN ESTÁNDARD para niños entre 4 y 15 años que
muestran un nivel suficiente de vocabulario y otra VERSIÓN SIMPLIFICADA para niños entre 2
y 4 años. La prueba está estructurada en tres niveles de dificultad progresiva; sólo se aplica un
nivel cuando se ha conseguido una puntuación del 75% o superior en el nivel anterior; el
material verbal elegido puede formar parte del repertorio habitual incluso en niños sordos
profundos con deficiente desarrollo del lenguaje. La versión en español cuenta también con
soporte audio en CD. Los tres apartados o subtest son: Percepción de patrones, Identificación
de bisílabos e Identificación de monosílabos. En los tres se presenta el estímulo verbal junto
al apoyo gráfico de la lámina correspondiente que representa 12 imágenes correspondientes a
cada una de las 12 palabras de cada subtest. En el subtest de Percepción de patrones se
plantean 12 palabras (pan, sol, tren, cuna, silla, pato, bebe, mamá, camión, pelota, zapato,
autobús) que se diferencian por el número de sílabas (3 monosílabas, 6 bisílabas y 3
trisílabas) o por la acentuación (3 bisílabas agudas y 3 bisílabas llanas). No queda claro en la
versión española cómo presentar los estímulos en el subtest de Percepción de patrones; si
pretendemos que el niño identifique en base a la discriminación de palabras por duración o
por la acentuación, tendríamos que ocultar en la lámina las representaciones de las palabras
que exigieran para su discriminación, la percepción de información espectral. Si presentamos
las doce imágenes, el niño tendría que poner en juego habilidades perceptivo-auditivas
semejantes a las del subtest de identificación de bisílabos; nos parece, en este sentido, que en
cada presentación sólo se podrían plantear cuatro imágenes correspondientes a una palabra
monosílaba, dos bisílabas de diferente acentuación y una trisílaba. El subtest de
Identificación de Bisílabos incluye 12 palabras bisílabas llanas (perro, casa, coche, cuna,
pato, ojos, boca, mano, vaca, silla, leche, globo) y el de Identificación de Monosílabos 12
palabras monosílabas (pan, sol, flor, tren, pez, luz, seis, rey, dos, pie, sal, tres). Todas las
palabras se presentan aleatoriamente dos veces cada una. Las puntuaciones establecidas para
cada categoría perceptiva se resumen en la tabla “Puntuaciones del CID ESP test de Geers y
cols.” (Tabla 2.11).
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Se suelen presentar por separado los valores obtenidos en “Percepción de patrones” y los
obtenidos en “Identificación de Palabras” (bisílabos y monosílabos), en forma de porcentajes.
En la VERSIÓN SIMPLIFICADA DEL CID EARLY SPEECH PERCEPTION TEST (ESP) se utilizan
palabras escogidas del repertorio habitual del niño y se debe preparar el material de apoyo
visual con objetos o imágenes adecuadas. Se trata de adaptar el material verbal y gráfico al
nivel de desarrollo del niño; por tanto no es posible partir de material estandarizado. Se
presentan los estímulos de cuatro en cuatro, tanto en las tareas de percepción como en las de
identificación de palabras. En Percepción de patrones sólo se plantean diferencias
monosílabo - trisílabo. En identificación de bisílabos y monosílabos se plantean
consideraciones equivalentes en cuanto al material verbal y gráfico. Como en la versión
estándar, se deben superar al menos 6 items (75%) para pasar al nivel siguiente y para pasar a
la categoría IV, es necesario al menos 10 respuestas correctas en identificación de
monosílabos (*Huarte, Molina, 1996*). En situaciones de muy bajo desarrollo auditivo y
verbal se pueden plantear, en sustitución del subtest de percepción de patrones, tareas de
elección forzada entre dos alternativas con sonidos no verbales que se diferencian por
aspectos perceptivos básicos como continuo - discontinuo, siempre asociándolos a alguna
imagen u objeto que los representará (tren, sonido continuo; conejo que salta, sonido
interrumpido) (*Moeller, Carney, 1993*).
2.2.5.2.3.- IDENTIFICACIÓN
La identificación del estímulo diana dentro de un conjunto cerrado y conocido es una tarea
de dificultad intermedia entre la discriminación y el reconocimiento y es comparable a
algunos test de elección forzada.
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
material sonoro grabado, agrupado en varias categorías: sonidos del propio cuerpo, sonidos
del ambiente, de la naturaleza, de instrumentos musicales, superposición de sonidos para la
discriminación figura-fondo, secuencias para trabajar la memoria y asociación auditivas y
secuencias para trabajar la interpretación de acontecimientos. Se acompaña de material
gráfico que permite solicitar al sujeto asociaciones auditivo-visuales, seleccionando por
ejemplo una de las cuatro imágenes de una lámina una vez presentado el estímulo sonoro.
Este material no aporta un sistema de baremación pero si se emplea sistemáticamente, en
condiciones uniformes, puede ser muy útil para comparar resultados en un mismo paciente en
diferentes circunstancias (con y sin ayuda protésica, evolución, evaluación de la terapia, etc.)
y para perfilar una descripción adecuada de habilidades y deficiencias.
2.2.5.2.3.- RECONOCIMIENTO
El material anteriormente citado para explorar la discriminación e identificación de SONIDOS
AMBIENTALES –ejercicios de I. Bustos para el desarrollo de la discriminación auditiva
(*Bustos, 1981*)–, puede utilizarse para valorar el nivel de reconocimiento, siempre que se
anule el apoyo gráfico. No obstante pueden ser válidos otros materiales sonoros grabados
elaborados para el entrenamiento auditivo (*Bruno, Brusi, 1991*) o incluso grabaciones
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Evaluación
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Las recomendaciones generales respecto al material verbal se pueden definir atendiendo las
características principales enumeradas por Davis y Silverman (*Davis, Silverman, 1970*)
respecto a las CID Everyday Speech Sentences:
•el vocabulario es apropiado para adultos;
•las palabras aparecen con alta frecuencia en uno o más de los “inventarios
de palabras bien conocidas” en la lengua inglesa;
•no se usan nombres propios;
•se usan ampliamente expresiones comunes, giros no pertenecientes a jergas
y contracciones;
•se evitan excesos fonéticos y trabalenguas;
•la redundancia es alta;
•el nivel de abstracción es bajo;
•la estructura gramatical varía ampliamente;
•las frases varían en longitud;
•se usan diferentes tipos de oraciones, incluyendo enunciativas,
interrogativas, imperativas y dubitativas.
Se consideran los siguientes niveles de dificultad en relación con los estímulos presentados:
•pruebas de conjunto cerrado (closed-set): se presentan al paciente palabras
o frases pertenecientes a un conjunto limitado de elementos
previamente establecido;
•pruebas de conjunto abierto con apoyo : se presentan palabras o frases que
no conoce el paciente pero que están relacionadas con una palabra,
tema, contexto o escena gráfica que se ofrecen al paciente como clave
o apoyo visual;
•pruebas de conjunto abierto o libre elección (open-set): se presentan
palabras o frases que no conoce el paciente, sin ayudas gráficas ni
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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(*Lancha de Lara, 1973*) no responden a los criterios básicos que debe reunir el material
verbal para logoaudiometría; contiene construcciones que no corresponden al lenguaje
coloquial, excesos fonéticos y contenidos figurativos que llevarían al paciente a inferencias
erróneas (“Calienta la casa el brasero”, “El rey reina su reino”, “Un chopo mira la luna” o
“Un capitán vigila su campo”). Las traducciones y adaptaciones de pruebas diseñadas para
otros entornos lingüísticos, evidencian construcciones sintácticas forzadas poco habituales en
lenguaje coloquial, elementos gramaticales inadecuados y, en general, no son representativas
del habla de nuestro entorno. En el momento actual sólo contamos –en cuanto a material
publicado– con la traducción de las frases cotidianas del Central Institute for the Deaf (CID)
incluidas en el protocolo de la Universidad de Navarra (*Huarte, Molina, 1996*). Por otro
lado, el Test de Frases de Elección Abierta con Apoyo, del mismo protocolo (*Huarte,
Molina, 1996*), ha sido desarrollado originalmente en español; por sus objetivos y contenido
de las frases parece estar orientado a la evaluación de pacientes infantiles. Dispone de 120
frases creadas en relación con 30 gráficos que representan escenas en general de la vida
cotidiana que deberían servir de orientación al paciente. No obstante, tenemos que decir que
no hemos encontrado referencias bibliográficas en relación con la descripción de la
metodología utilizada en el diseño de la prueba.
2.2.5.3.- Logoaudiometría
120
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
121
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
A continuación (Tabla 2.14. y Tabla 2.15) exponemos algunos ejemplos normales y patológicos
de curvas de discriminación con diferente material verbal –números, bisílabos y
monosílabos– según Y. Pasik (*Pasik, 1990*). En la curva de discriminación o curva de
inteligibilidad, en el eje horizontal se anota la intensidad en dB y en el vertical el resultado en
porcentajes. En la mayoría de los gráficos logoaudiométricos se utilizan dos escalas de
intensidad; una en dB SPL (sound pressure level) y otra en dB HL (hearing level); en
logoaudiometría los 0 dB HL se corresponden con unos 15 o 20 dB SPL, que es el URV en
sujetos normoyentes (*Gómez Ullate, Gómez Ullate, 1982*). En principio no hay un patrón
único de normalidad; la morfología de la curva de discriminación depende del material verbal
utilizado (*De Cárdenas, Marrero, 1994*); no obstante, al margen de las variaciones
determinadas por el material verbal y las condiciones de la pruba, comentamos los conceptos
clásicos de normalidad y alteración en logoaudiometría.
70
60 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 dB HL
% 50
40 6
30
20
10
0
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 1 10 1 20 dB S P L
Curvas de i ntel i gi bi li da d:
1 Curva de Números n ormal 2Curva de B i síla bos n ormal
4 Curva de Mono síla bos n ormal 3 Cu rva d e B is íl ab os en p érdi das c ond ucti vas
5 Curva de B is íl ab os en H. n euros ens oria l: 20 % de p érdi da de d is crimi na ci ón.
6 Curva de B is íl ab os en H. n euros ens oria le s con re crui tme nt y di storsi ón
122
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
1 Hip oac usi a co ndu ctiva d e 35 dB (Núme ro s) 2 Hip oac usi a ne urose nso ri al ;
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Teniendo en cuenta que el material verbal empleado define los resultados, aportan curvas de
referencia provisionales (Tabla 2.16), obtenidas en un estudio de normoyentes llevado a cabo en
un estudio multicéntrico (*De Cárdenas, Marrero, 1994*).
124
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
El URV con las listas de polisílabos si sitúa entre 5 y 10 dB por encima de la media de los
umbrales en 500, 1000 y 2000 Hz. Consideran normal, un incremento de hasta 15 dB por
encima de la media.
La dificultad del hipoacúsico en ambientes ruidosos tiene cierta relación con la circunstancia
de que los hablantes no suelen incrementar el nivel de intensidad del habla en proporción al
incremento del ruido de fondo (*Mueller, Grimes, 1993*); así, el hablante en una situación de
ruido habitual (45 dB SPL) habla a 55 db SPL, luego la relación señal/ruido es al menos
125
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
+10dB; cuando el ruido es de 55 dB, el promedio del habla es de 61 dB (relación s/r, +6 Db);
y cuando el ruido llega a 65 dB, el promedio del habla es 68 dB (relación s/r, sólo +3 dB). La
relación s/r llega a ser 0 dB o peor cuando el ruido de fondo excede los 75 dB. La relación s/r
en las aulas suele ser de +4 dB y pude ser 0 dB o incluso llegar a valores negativos.
126
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Para que el Criterio del paciente sobre la cualidad del habla recibida con un audífono sean
válidas, es preciso crear un entorno sonoro similar al de las condiciones habituales del sujeto
y, si se pretende comparar entre diversas ayudas auditivas, hay que tener en cuenta que la
memoria auditiva sólo permitirá comparar entre pequeñas diferencias siempre que el intervalo
de tiempo sea mínimo. D. Hawkins (*Hawkins, 1985*) recomienda una escala de términos
bipolares, como los que se exponen en la tabla “Términos bipolares de D. Hawkins” (Tabla
2.18), para valorar la cualidad del habla en audioprótesis.
El Criterio del paciente sobre la inteligibilidad del habla obtenida con la ayuda auditiva, se
utiliza siempre formando parte de un protocolo completo de evaluación que incluya pruebas
de reconocimiento de material verbal. Se trata de establecer con el paciente una valoración de
la inteligibilidad del habla en entornos sonoros similares a los habituales del paciente e
incluso con el apoyo de la lectura labial.
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
El concepto Lectura del habla es más amplio que el de Labio-lectura, aunque clásicamente
han sido equivalentes. La Lectura del Habla incluiría además de la lectura labial (LL), otras
estrategias como la observación de la expresión facial, la utilización integrada de la audición
residual o el uso de la información que proporciona el conocimiento del contexto semántico y
gramatical (*Alpiner, Schow, 1993*) y su entrenamiento se orientaría a estimular el
reconocimiento de marcas gestuales, expresiones faciales, marcas del entorno etc.
128
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Sin embargo, es preciso evaluar la labiolectura aun cuando las mediciones sólo permitan
clasificaciones cualitativas como: lectura labial excelente, media y pobre. Tanto para orientar
como para evaluar el tratamiento hay que diferenciar la importancia relativa de cada una de
las diferentes estrategias (ayuda auditiva, lectura del habla o lectura labial, inferencia,
dominio del contexto y la interacción, etc.) que la persona con pérdida auditiva puede poner
en juego durante la comunicación.
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
La HHS -Hearing Handicap Scale- fue desarrollada en 1964 por High, Fairbanks y Glorig
(*High, Fairbanks, 1964*), para medir la discapacidad o minusvalía auditiva y se puede
considerar la primera escala de autovaloración. Aún hoy, no tenemos la herramienta ideal
pero se han desarrollado múltiples métodos de evaluación de la discapacidad. La más
frecuentemente usada en USA es la HHIE -Hearing Handicap Inventory for the elderly-
seguida de la CPHI -Communication Profile for the hearing impaired-, la HHIA -Hearing
Handicap Inventory for Adults- y la Escala Denver.
Las escalas de autovaloración (AV) se han desarrollado para cumplir múltiples objetivos. En
principio, aportan información sobre cómo ve un paciente su pérdida auditiva y cómo valora
los efectos discapacitantes que imprime en su vida. Pero ésta es sólo una de las posibilidades.
Las escalas de AV pueden cubrir, entre otros, los siguientes objetivos (*Alpiner, Schow,
1993*):
•screening: - asociado a una historia del proceso y una audiometría tonal
pueden servir de base para la identificación de pérdidas auditivas y su
eventual orientación hacia el especialista. La American Speech-
Language-Hearing Association (ASHA) ha aconsejado el uso de las
escalas SAC y HHIE-S (*ASHA (American Speech-Language-
Hearing Association),1992*). Al final de este capítulo presentamos
una traducción de las escalas SAC y SOAC que pueden utilizarse
como herramientas de screening para evaluar el estatus auditivo del
sujeto y aportar una visión general de la deficiencia auditiva y de la
discapacidad en la comunicación.
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Los resultados, en algunos casos, permiten asignar grados o categorías que definen
situaciones de discapacidad. La escala de cuatro categorías desarrollada en un principio por
Schow y Tannahill (*Schow, Tannahill, 1977*) para clasificar los resultados de la Hearing
Handicap Scale, ha sido frecuentemente utilizada y adaptada a otros cuestionarios posteriores.
Atiende cuatro categorías:
•0-20%: No discapacidad auditiva.
•21-40%: Leve discapacidad auditiva.
•41-70%: Media-moderada discapacidad.
•71-100%: Severa discapacidad.
Vamos a describir más ampliamente algunas escalas que nos parecen de especial interés en
la valoración de la discapacidad en la comunicación, secundarias a deficiencias auditivas.
Entre los cuestionarios habitualmente utilizados como herramientas de screening hemos
seleccionado la Self-assessment of Communication (SAC) y la Significant Other Assessment
of Communication (SOAC) (*Schow, Nerbonne, 1982*). Como escalas de tamaño
intermedio destacaremos la Denver Scale Communication Function (*Alpiner, 1974*) y la
McCarthy-Alpiner Scale of Heraing Handicap (McCarthy , Alpiner, 1983). Describiremos
sólo superficialmente la Communication Profile for the Hearing Impaired - CPHI (Demorest,
Erdman, 1986), como cuestionario extenso que puede permitir profundizar en el diagnóstico
de la discapacidad. También nos parece de especial interés la Alpiner - Meline Aural
Rehabilitation (AMAR) Screening Scale (*Alpiner, Meline,1991*) que a pesar de su reducido
tamaño se ha demostrado eficaz en la identificación de sujetos con necesidad de
rehabilitación aural; se interesa tanto por las dificultades comunicativas y el impacto de la
deficiencia auditiva en la vida del sujeto como por el nivel del paciente en habilidades
auditivas y visuales; permite diferenciar aquellos sujetos para los que la ayuda auditiva ha
sido suficiente para mitigar las dificultades de comunicación de aquellos que precisan además
una rehabilitación aural. Respectio a este último punto, hay que tener en cuenta que las
escalas de AV sólo pueden ofrecer una orientación general; la indicación de la terapia debe
descansar siempre en las observaciones clínicas del especialista (*Stephens, Hétu, 1991*).
133
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
diferentes situaciones (items 1 a 6), •sobre la sensación de discapacidad del sujeto (items 7 y
8) y •sobre la percepción que el paciente tiene de la actitud de los demás hacia sus habilidades
auditivas. La forma SAC es la de autovaloración para el paciente y la forma SOAC ha de ser
completada por personas cercanas al paciente (incluso personal de residencias o clínicas de
larga estancia).
134
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
diagnóstica. Si se aplican a pacientes de nuestro entorno, las conclúsiones no tienen por qué
coincidir con las planteadas en la prueba original.
Nombre
Rodee solamente un número en cada pregunta. Si tiene audífono, por favor, complete el
formulario de acuerdo a como sea su comunicación cuando no lo usa.
135
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Otra gente
10. ¿Le dejan los demás fuera de las conversaciones o llegan a enfadarse por su sordera?
1 Casi nunca 2 ocasionalm 3 sobre la 4 frecuenteme 5 prácticame
) (o nunca) ) ente (sobre ) mitad del ) nte (sobre ) nte siempre
1/4 del tiempo 3/4 del (o siempre)
tiempo) tiempo)
Nombre
136
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Rodee solamente un número en cada pregunta. Si el paciente / cliente tiene audífono, por
favor, complete el formulario de acuerdo a como sea su comunicación cuando no usa el
audífono.
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Otra gente
138
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Dirección
Ocupación
Tonos Puros:
dB (re: ANSI)
Habla:
OD ______ dB OD ______
OI ______ db OI ______
Satisfacción
Examinador:
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
El siguiente cuestionario se diseñó para evaluar sus habilidades de comunicación, tal y como
las ve usted. Se le pedirá su juicio o valoración en cada afirmación, tal y como se indica a
continuación.
Si usted considera la afirmación como sólo ligeramente relacionada con cualquiera de los
extremos, por favor ponga la marca como sigue:
Conforme X Disconforme
o
Conforme X Disconforme
Comentarios:
Comentarios:
3. Algunas veces mi familia toma decisiones por mí porque les lleva mucho tiempo
discutirlo conmigo.
Conforme Disconforme
Comentarios:
140
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
4. Mi familia llega a enojarse cuando les pido que repitan lo que se ha dicho porque no les
he oído.
Conforme Disconforme
Comentarios:
Comentarios:
6. Ahora me intereso por las cosas menos que cuando no tenía un problema auditivo.
Conforme Disconforme
Comentarios:
Comentarios:
Comentarios:
Comentarios:
10. Tiendo a ser negativo sobre la vida en general, por mi pérdida auditiva.
Conforme Disconforme
Comentarios:
11. No tengo una vida social como antes de empezar a perder la audición.
Conforme Disconforme
Comentarios:
12. Desde que tengo problemas de audición no me gusta ir a los sitios con amigos.
Conforme Disconforme
Comentarios:
13. Desde que tengo problemas de audición dudo para encontrarme con gente nueva .
Conforme Disconforme
Comentarios:
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Conforme Disconforme
Comentarios:
Comentarios:
16. Por mi dificultad para comprender lo que me dicen, algunas veces hago preguntas
equivocadas.
Conforme Disconforme
Comentarios:
Comentarios:
Comentarios:
Comentarios:
Comentarios:
Comentarios:
Comentarios:
23. Rara vez miro la expresión de la cara de la gente cuando les hablo.
Conforme Disconforme
Comentarios:
142
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Comentarios:
25. Por la dificultad que tengo para comprender lo que me dicen, algunas veces hago
comentarios inadecuados a la conversación.
Conforme Disconforme
Comentarios:
Nombre Puntuación:
Fecha
Claramente Claramente
disconforme conforme
7. La gente no se da cuenta de lo 1 2 3 4 5
frustrado que me quedo cuando no puedo oir o
comprender.
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Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
144
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Forma A
Nombre Fecha
Ocupación: Tfno.:
Dirección
Tipo
Tiempo
Satisfacción
Examinador
Oído derecho
AEREA
OSEA
Oído izquierdo
AEREA
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
OSEA
Instrucciones
Se le pedirá que indique su reacción ante cada afirmación, con una X, en el espacio
apropiado. Por favor, marque como en el ejemplo, con una sola respuesta en cada pregunta.
Al marcar su respuesta, por favor tenga en cuenta que “SIEMPRE” significa todas las veces o
en todas las ocasiones. “NORMALMENTE” se refiere a generalmente, comunmente o de
ordinario. “ALGUNA VEZ” significa ocasionalmente o en varias ocasiones. “RARAMENTE” se
refiere a rara vez o infrecuente. “NUNCA” significa, no nunca o ninguna vez.
Si no está actualmente empleado, por favor responda “N/A” en el sentido de “no aplicable”.
Todas las respuestas serán estrictamente confidenciales y se usarán solamente para ayudar al
audiólogo a comprender lo que significa tener una pérdida auditiva y los efectos que tiene en
su vida.
146
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
8. Siento que la gente en general comprende lo que significa tener una pérdida
auditiva.
10. Tengo miedo de que la gente no me aprecie si descubren que tengo una
pérdida auditiva.
12. La gente actúa enojada cuando no puedo comprender lo que se está diciendo
en una conversación en grupo.
14. Los extraños reaccionan con dureza cuando no comprendo lo que dicen.
15. Pido que repita a una persona cuando no oigo o comprendo lo que dice.
147
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
27. Mis compañeros de trabajo saben lo que significa tener una pérdida
auditiva.
Siempre Normalmente Alguna vez Raramente Nunca
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
30. Confío en hacer una buena labor en mi trabajo, aún teniendo una pérdida
auditiva.
Para la baremación se determinó, en base a los estudios estadísticos oportunos, que los que
puntuaran dentro del percentil 85th o más alto por el número de errores, podrían ser
identificados como sujetos con "necesidad absoluta de rehabilitación" (individuos que
demuestran dificultades significativas en el uso de recursos y habilidades y de la información
auditivo-visual); los que se situaran entre los percentiles 84th a 70th se considerarían como
sujetos con "necesidad cuestionable de rehabilitación" (individuos con moderada dificultad en
la adaptación psicológica, social o vocacional por la pérdida auditiva y/o limitada aptitud en
el uso de ayudas visuales o auditivas para potenciar su habilidad comunicativa); los que
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
puntuaran entre el percentil 69th y el 1th, como sujetos en los que es "improbable que
necesiten rehabilitación".
Aptitud
1.- Esta escala se debería administrar en un local silencioso. Los items se presentan en forma
de entrevista.
3.- Las cinco frases de aptitud visual se presentan cara a cara a una distancia de 3 a cinco
pies (entre 90 y 150 cm) a una velocidad articulatoria de normal a lenta y sin voz. Las
respuestas orales del paciente se puntúan teniendo en cuenta si el paciente ha identificado la
idea de la frase estímulo. Rodear el signo menos en las frases no identificadas.
4.- Para la aptitud auditiva, se presentan seis items del tipo CVC o CV. Para cada uno de los
seis items, el examinador pide al paciente que rodee una de las dos palabras. La palabra se
presenta de viva voz en una habitación silenciosa a una distancia de cinco pies (150 cm). Se
sujeta una tarjeta perforada de 5 * 8 (12,5 * 20 cm) a tres pulgadas (75 mm) de la boca del
examinador para que el paciente no pueda recibir ninguna pista visual.
5.- Las puntuaciones AMAR se calculan con el número total de problemas indicados en el
formulario del test.
6.- El tiempo total necesario para la administración del test, el puntaje y la interpretación es,
aproximadamente, 15 minutos.
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Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Nombre
Ocupación:
(Elegir uno)
Problemas Parte I
Problemas Parte II
151
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
2. Fit Kit + –
3. Thin Fin + –
4. ThumbSum + –
5. Tie Thigh + –
6. Kick Tick + –
00 - 10 problemas = No necesita
Para sustituir los pares mínimos de la Parte III, “Aptitud auditiva”, podría emplearse el Test
de Rasgos Distintivos de Cárdenas y Marrero (*De Cárdenas, Marrero, 1994*) en
presentación cerrada y adaptando la puntuación a 6 puntos para los casos de máximo
rendimiento. Hay que tener en cuenta que el baremo habría de utilizarse sólo como
orientación ya que el estudio de los resultados parte de la aplicación del test a una muestra
determinada (48 varones de habla inglesa, con una edad media de 62 años y con pérdidas
auditivas leves y moderadas) (*Alpiner, Meline, 1991*). Al utilizar esta escala con material
verbal en español perdemos toda oportunidad de aplicar con rigor su baremo. Sería
interesante contar con una adaptación española, baremada para la población de nuestro
entorno.
El tratamiento dado a este apartado en el desarrollo general del libro podría confundir al
lector al separar la exploración psicológica del resto de exploraciones específicas. El análisis
de los contenidos de los apartados anteriores despejará esa duda ya que permite comprobar la
abundancia de criterios, explicaciones y técnicas psicológicas en la aproximación a cada uno
de los trastornos. No obstante hemos querido reflejar aquí algunos elementos adicionales que
deberían tenerse en cuenta en una aproximación psicológica que recoja, además, de forma
más extensa los criterios que expresábamos en el apartado 2.1.5.
152
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
En relación con el mayor determinismo biológico de las primeras etapas del desarrollo del
individuo McCall (citado por *Palacios & Marchesi & Coll, 1992*) propone el concepto de
canalización con el que se hace referencia al hecho de que los seres humanos somos más
semejantes los unos a los otros en función de la proximidad con las etapas más tempranas de
nuestro desarrollo. Mientras que el calendario de desarrollo evolutivo de los bebés es muy
semejante de una cultura a otra, las diferencias se agudizan a medida que nos alejamos de la
primera infancia. La postura, en cambio, que atribuye la responsabilidad en el proceso de
desarrollo al entorno social y cultural estaría reflejada por la idea que Vygotski definió en su
ley de la doble formación de los procesos superiores recoge la idea de desarrollo que hemos
querido expresar:
«En el desarrollo cultural del niño, toda función aparece dos veces: primero, a nivel social, y
más tarde, a nivel individual; primero entre personas (interpsicologíca), y después, en el
interior del propio niño (intrapsicológica). Esto puede aplicarse igualmente a la atención
voluntaria, a la memoria lógica y a la formación de conceptos. Todas las funciones superiores
se originan como relaciones entre seres humanos» (citado por*Rivière, 1988*)
Para poder operacionalizar los conceptos hasta ahora expuestos de forma que se conviertan
en procedimientos de actuación debemos dar algunos pasos más. El primero de ellos lo
haremos retomando algunos de los planteamientos ya expuestos en capítulos anteriores (véase
cap. I). Pero como algo previo consideramos conveniente proponer una descripción general de
los principales subsistemas o componentes del procesamiento del lenguaje que se postulan
desde diversas teorías de la actuación lingüística (*Belinchón & Rivière &Igoa,1992*)
(Esquema 2.20).
153
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
proces os proces os
acústico-fonéticos articulatorios
Según este modelo existirían tres niveles generales en los procesos de comprensión y
producción del lenguaje: procesos «periféricos» que comprenden los perceptivos y motores;
un nivel «intermedio» de carácter lingüístico, que abarca los procesos léxicos, sintácticos y
semánticos; y un nivel «central» o inferencial que, además de información lingüística incluye
información extralingüística. En los procesos más periféricos lo que el oyente/lector realiza es
la descodificación para identificar las letras o fonemas que componen el enunciado; el
hablante, en cambio, articula para expresar el enunciado o emisión verbal. En los procesos
intermedios a partir de una representación abstracta el oyente/lector tiene que reconocer las
154
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
unidades léxicas que integran el enunciado, es decir, ha de acceder al sistema semántico, esa
especie de silo o almacén mental donde se identifican las palabras mediante la comparación
de las señales físicas con una representación almacenada. En el camino de salida, cuando el
hablante quiere comunicar algo, el origen está en la representación semántica de la palabra
que provoca un proceso de selección entre las distintas etiquetas léxicas que poseemos. Por
último en los procesos centrales se interpreta no la veracidad de los mensajes sino la
intencionalidad del emisor o del receptor, además de los procesos discursivos, organizando
una representación global del significado del discurso que escucha o del texto que se lee. En
este nivel se emplea tanto información lingüística como extralingüística.
Esta descripción nos permite situarnos en algún nivel de ese continuum de procesos para
intentar abordar el grado y calidad de la actividad que presenta. Pero lógicamente esto sólo
puede tener lugar en «procesadores» que hayan construido en alguna medida dichos
componentes. Pero ¿qué sucede cuando esos componentes están en fase de construcción y
consolidación o lo están en fases muy tempranas? Ahora se vuelve pertinente retomar la di-
ferenciación entre Trastornos del Desarrollo / Trastornos del lenguaje ya establecido, que nos
conduce a tomar en consideración diferentes tipos de datos. Abordaremos en primer lugar
aquellos que tienen que ver con los trastornos del desarrollo del lenguaje.
¿Qué sería conveniente conocer cuando un sujeto que se encuentra en las primeras etapas de
su desarrollo lingüístico presenta un aparente desviación del curso habitual de desarrollo?
Cuando McCune-Nicolich (*McCune Nicolich, 1981*) propone una vinculación entre la
aparición y secuencia del desarrollo simbólico y la posterior adquisición del lenguaje no está
haciendo una propuesta únicamente correlacional. Si el lenguaje y el juego simbólico reflejan
el desarrollo de la subyacente habilidad simbólica, debería esperarse que estos procesos se
155
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
desarrollasen paralelamente, con evoluciones a niveles más avanzados que tienen lugar
cercanos en el tiempo, sugiriendo una estructura común. Ambas conductas vocal-
articulatorias en el leguaje y en la conducta gestual en el juego son usadas para representar
información sobre los objetos y acontecimientos del mundo real. El tipo de conductas
simbólicas que se pueden observar en estas etapas tempranas de aparición del lenguaje son las
siguientes:
• Conductas presimbólicas: En el juego, los niños reconocen objetos tales como un
vaso, peine y biberón mediante el uso de gestos asociados con dichos objetos. En el
lenguaje, han sido identificadas de forma análoga las conductas vocales
presimbólicas y gestuales, que preceden a las palabras referenciales. Estas incluyen
patrones consistentes de sonidos, a menudo acompañados de la extensión de la
mano o de señalar, lo cual sirve para advertir de los deseos del niño o llamar la
atención de los cuidadores.
• Conducta simbólica centrada: ambas, conducta de simulación y palabras
referenciales, indican el comienzo de una separación entre los medios utilizados
para decir algo y el significado mismo. En el juego, los niños demuestran
conocimiento de acciones con significado (comer, dormir) y el potencial para usar
esa acción en el juego (p. ej. comida simulada, acción de dormir simulada). Tales
acciones se centran en las propias actividades y cuerpo del niño. En el lenguaje, el
niño demuestra conciencia de que las palabras tienen significado y que tales
significados pueden ser usados para la comunicación.
• Esquemas simples diferenciales: el niño reconoce los significados de diferentes
acciones y las separa de sí mismo, las descentra aplicando sus propios esquemas a
otros objetos (por ejemplo dar de beber a la muñeca) y mediante la simulación de
usar prestado los esquemas de otros (p. e. simular a llamar por teléfono). Para
McCune-Nicolich tal tipo de juego sugiere que la palabra es conocida en más
diferentes términos porque las acciones son reconocidas como separadas de los
participales en la acción.
• Combinaciones simbólicas lineales basadas en el contexto: lenguaje y juego
simbólico van de unidades aisladas a la combinación de varias. Se plantean dos
niveles de combinaciones iniciales de palabras: las primeras se caracterizan por su
linealidad, son elementos verbales reunidos sólo en virtud de la común referencia al
contexto más que en virtud de reglas sintácticas; las segundas parecen basarse en
reglas y se describen en el siguiente apartado.
• Combinaciones simbólicas jerárquicas: que un niño sea capaz de realizar una
producción lingüística "basada en reglas" supone una estructura jerárquica que
permite que los elementos sean ordenados de acuerdo con un plan. El elemento
esencial es que una estructura interna permite a los elementos simbólicos ser
relacionados con otros directamente, de manera más abstracta que la implicada por
la yuxtaposición de elementos en relación con el contexto. El nivel 5 del juego ha
sido también descrito como jerárquico porque el niño usa las correspondencias
simbólicas generadas mentalmente (p. ej., palo=caballo) para dirigir las conductas
simuladas (p. ej., alimentar al "caballo") o planear mentalmente una conducta
simulada anteriormente ejecutada.
(*McCune Nicolich, 1981*)
Volterra et al. (*Volterra & Bates & Benigni & Bretherton & Camaioni, 1979*) también ven
equivalencias entre el desarrollo del juego y el lenguaje en varias dimensiones: correlaciones
en la frecuencia y velocidad, superposición en el contenido referencial y paralelismo en los
niveles cualitativos y cuantitativos.
156
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
trastorno de desarrollo del lenguaje. Lo esperable es que si esta vinculación entre el desarrollo
del juego simbólico y la conducta lingüística existe, en los sujetos cuya sintomatología básica
es la no aparición habitual del desarrollo lingüístico deberíamos encontrarnos una evolución
normal al menos de las conductas simbólicas.
Los datos disponibles hasta ahora en relación con el desarrollo de los procesos de
simbolización mediante el estudio del desarrollo del juego nos permiten aceptar la presencia
de comportamientos evolutivos sin los cuales la aparición posterior del lenguaje no tendría
lugar en la forma en que habitualmente tiene lugar en los niños. Por tanto, la presencia de
tales requisitos, es decir, la manifestación de conductas simbólicas en niños sometidos a
estudio por su aparente trastorno en el desarrollo del lenguaje -sea cual sea la causa que pueda
estar por debajo-, será un indicador de trastorno específico del desarrollo lingüístico y no la
consecuencia de un déficit cognitivo general. Se hace por tanto necesario disponer de algunas
referencias evolutivas en relación con la aparición de las conductas de juego simbólico que
puedan orientarnos en la valoración de los sujetos candidatos a ser diagnosticados como
trastornos de desarrollo del lenguaje. Ofrecemos a continuación (Esquemas 2.22 (*Marchesi,
1987*) y 2.23) algunas tablas elaboradas a partir de informaciones dispersas en la literatura que
pueden servirnos de referencia.
157
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
158
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Esquema 2.22. Estructura simbólica del inicio del lenguaje. Estudios naturalistas
Edad en FENSON & LARGO & LEZINE, 1973 LOWE, 1975 NICOLICH,
meses RAMSAY, 1980 HOWARD, (N=77, Edad= 10 - (N=244, Edad= 1977
(N=72, Edad= 1979 24) 12 - 36) (Longitudinal,
13, 19, 24) (N=112, Rango Edad= 14 - 26)
de edad= 10 -
24)
12 -13 Actos Autosimulaci Uso apropiado de
...... autodirigidos ón algunos objetos.
14 ...... Autoalimentación Simulación
simulada. autorrelaciona
da.
15 ...... Autosimulaci La muñeca es un Simula correr
ón dominante compañero pasivo por sí misma y
en los abrazos, asearse.
besos, arrullos
simulados.
16 ...... Secuencias
de acciones
aisladas.
18 - 19 Simulación de Todo tipo de La muñeca es un Comienza la Las
...... muñecas temas; muñecas compañero activo, simulación secuencias
relacionadas; pasivas. come, se asea, se entre dos incluyen varias
secuencias de viste. agentes acciones.
una sola acción. (muñecas).
20 - 22 Sustitución de Aumenta el Secuencias
...... objetos (p. e., un juego entre dos planificadas;
papel equivale a muñecas Sustitución de
una muñeca) afines; objetos.
secuencias de
acciones
aisladas.
24 ...... Secuencias Secuencias; La muñeca Busca objetos Busca
que incluyen muñeca activa. simulada es fuente perdidos. objetos
varias acciones de acción, p. e. perdidos.
en orden pone el espejo en
adecuado. la mano de la
muñeca y se mira;
usa objetos
ausentes.
30 ...... Uso de Uso de
sustituciones objetos
de objetos. ausentes;
muñeca activa.
Traducido de McCune-Nicolich, Lorraine, Toward Symbolic Functioning: Structure of Early Pretend
Games and Potential Parallels with Language, Child Development, 1981, 52, 785 - 797.
Además del progreso en el desarrollo del juego simbólico como medida indirecta del
desarrollo lingüístico se han realizado estudios que han intentado abordar el desarrollo del
lenguaje con las funciones u objetivos que logramos en nuestros intercambios comunicativos
(*Halliday, 1982*). Los resultados de algunas investigaciones (*Belinchón, 1985*) muestran
que los niños despliegan una amplia gama de funciones antes de completar su desarrollo
sintáctico; el desarrollo de dichas funciones no parece ser independiente del desarrollo
159
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
estructural del lenguaje y su orden de adquisición es relativamente universal siendo las más
tardías las relacionadas con realidades no presentes o con la negación de la existencia de algo
que implican capacidades de representación más poderosas y «desligadas» de lo inmediato
(*Belinchón & Rivière & Igoa, 1992*, pág. 219). Las investigaciones sobre el desarrollo de
las funciones comunicativas han aportado la idea de que existiría una cierta anticipación del
desarrollo funcional con respecto al estructural hecho que indicaría una organización del
procesamiento de la información relativamente jerárquico, situándose en niveles más altos los
mecanismos vinculados con el comportamiento funcional. Si estos no existen, el lenguaje
presenta alteraciones en sus componentes pragmáticos y también en algunos aspectos
estructurales.
Un procedimiento que consideramos que puede ser útil en relación con la exploración de los
trastornos de desarrollo del lenguaje podría ser el que a continuación desarrollamos en forma
de esquema (Esquemas 2.24 - A, 2.24 - B, , 2.24 - C, , 2.24 - D y 2.2.4 - E y Esquema 2.25).
160
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
161
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Funciones pragmáticas
Denominación
Atribución
Demanda
Comentario
Uso de formas verbales de pasado o
futuro
Demanda de objetos no presentes
Demanda de información
Afirmación
Lingüísticas Rechazo
No existencia
Llamadas de atención
Expresiones ritualizadas
Inclasificables
162
Evaluación
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intensidad Logoaudiometrías
2. Discriminación auditiva
Discriminar igual-diferente Elaboración ad hoc según
Pares de palabras perfil fonológico
Tareas de rimas
3. Habilidades Segmentación, adición, Protocolos de exploración
sustración de sílabas / fonos complementaria
4. Nivel representacional Análisis de los componentes Tareas de tipo: Semejanza
del sistema lingüístico fónicos de las palabras fonológica de las palabras.
163
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
•ITPA
1. Forma de la frase / •Juegos dirigidos
gramática •P.L.O.N.
•Lenguaje espontáneo •Berko Test
•Elicitado •TSA / STSG
2. Relaciones de orden de los •etc.
componentes, manejo de Observación:
reglas sintácticas •Lenguaje espontáneo:
observación naturalista,
observación estructurada.
Comprensión
•Completar frases
Percepción /
164
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Acceso al léxico:
Percepción /
165
Evaluación
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Leiter
Raven Puntac ión
Columbia Media
Otros
si
E xpl oraci on es
co mpl emen ta ri as
Tras torno cognitiv o-lingüís tico
lenguaj e
El proceso anteriormente reflejado que hemos elaborado en forma de esquema nos permite
confeccionar un procedimiento de análisis y exploración de las dificultades lingüísticas de
166
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
sujetos con trastornos en su desarrollo que nos aporta datos importantes en cuanto al
diagnóstico diferencial de los trastornos generales cognitivos y al mismo tiempo nos permite
establecer los niveles de gravedad y el componente del proceso lingüístico que resulta más
afectado.
En el primer cuadro se exponen los componentes del sistema lingüístico que pueden ser
objeto de estudio en función de la dimensión comportamental considerada: comprensión
versus producción. En los cuadros siguientes se proponen formas de análisis específicos para
cada uno de los subcomponentes, sean procesos receptivos o procesos expresivos. La
obtención de todos estos datos nos indicará un perfil en el desarrollo lingüístico del sujeto que
compararemos con los resultados en tareas cognitivas de carácter no lingüísticos o menos
saturadas de ese factor. La comparación entre ambos perfiles nos dará pie a tomar en
consideración el trastorno como específico del lenguaje y dentro de ellos los factores
especialmente afectados.
La otra parte del tándem con que iniciábamos la reflexión sobre la evaluación psicológica
del comportamiento lingüístico la constituía los trastornos del lenguaje ya establecido. Tal
como se reflejaba en el apartado 2.2, capítulo I, del presente volúmen, por tales entendíamos
los que tienen lugar una vez el lenguaje se ha desarrollado y consolidado. Siguiendo el mismo
planteamiento reflejado para los trastornos de desarrollo del lenguaje quizá sea conveniente
ahora desplegar de nuevo algún tipo de plano funcional del sujeto psicológico con objeto de
entender los aspectos que de su procesamiento pueden ser objeto de análisis. Hemos optado
por los planos elaborados a partir de una perspectiva cognitiva neuropsicológica por lo que
consideramos conveniente aclarar el porqué de esa perspectiva. Tal como sugieren Colthearth
(*Colhearth, 1986* ) y Ellis (*Ellis, 1983*) la neuropsicología cognitiva se plantea dos
objetivos: el primero el de explicar el funcionamiento del comportamiento cognitivo
preservado y alterado que puede observarse en pacientes con daño cerebral en términos de
afectación de uno o más de los componentes de una teoría o modelo de funcionamiento
cognitivo normal. El segundo, extraer conclusiones sobre los procesos cognitivos
normales/intactos a partir de las estructuras de capacidades afectadas y preservadas que
pueden observarse en pacientes con daño cerebral.
Lo que nos aporta este enfoque, en el propósito que rige la confección de este trabajo, es la
creación de una serie de coordenadas que a modo de paralelos y meridianos nos permiten
identificar el lugar en el que nos encontramos y a qué distancia del resto de los lugares que se
consideran necesario visitar. El esquema que a continuación se refleja (Esquema 2.26)
constituye uno de los planos que describen la organización del sistema de procesamiento
lingüístico que ha sido diseñado a partir del mencionado enfoque de la neuropsicología
cognitiva.
167
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Conversión Identificación
acústico-fonológica abs tracta de letras
Sistema de Reconocimiento
de objetos vis uales
Aunque este modelo no es aceptado por todos aquellos que se dedican al estudio del
procesamiento lingüístico desde la perspectiva mencionada, nos permite avanzar en la
dirección de interpretar las distintas pautas de los trastornos lingüísticos, elegir pruebas y
diseñar programas de intervención.
Veamos la forma en que podemos hacer uso de él. Cuando a un sujeto le sometemos a la
descripción de un dibujo o lámina en el que se encuentran reflejadas diversas situaciones de la
vida cotidiana, lo que el sujeto tiene que realizar es intentar describir lo que en ella ve para lo
cual tiene que acceder a algún lugar donde se encuentren almacenados los significados. La
lingüística usa el término semántica cuando discuten aspectos relacionados con el significado
de las palabras. Tal como señalan otros autores (*Ellis & Young, 1988*) podemos referirnos
a las representaciones internas de las palabras y de los objetos como representaciones
semánticas. Estas representaciones no incluyen las etiquetas léxicas de los conceptos sino que
deben ser recuperadas separadamente. El término que tenemos que recuperar deberá
encontrarse almacenado en algún lugar, alguna clase de memoria cuya finalidad sea hacer
accesibles las formas habladas de las palabras apropiadas a los significados que se desea
168
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
El mismo proceso descrito para la producción del habla tendría lugar, con las características
propias descritas a partir de este modelo, para la producción de palabras escritas. Pero
también sería de aplicación a los procesos de comprensión de oraciones y/o de un discurso.
Por tanto, cualquiera de las vías del procesamiento lingüístico del plano que hemos reflejado
anteriormente pueden ser objeto de chequeo desde una perspectiva de estudio psicológico.
Nos queda por delante la forma de operativizar dicho proceso.
Cualquiera que sea la técnica escogida para la descripción del funcionamiento lingüístico
deberá tener en cuenta que se trata de una parte del proceso de exploración psicológica que
debe realizarse en la Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del
Lenguaje, el habla y la voz y, en consecuencia, deberán completarse estos datos con los
procedentes de otras aspectos del funcionamiento psicológico del individuo como por
ejemplo el resto de sus capacidades cognitivas no lingüísticas, su afectación anímica e
interferencia en el proceso de integración o adaptación personal y social, situación de su
entorno familiar, etc. No es objeto de análisis de este trabajo el repasar los enfoques y
169
Evaluación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
170
Evaluación
CAPÍTULO III
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
DISCAPACIDAD EN LA COMUNICACIÓN
172
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
173
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
1.- ANTECEDENTES.
el esquema clásico
174
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Profundiza en el proceso (no siempre obligado) que se observa entre el factor etiológico, la
enfermedad, la respuesta del individuo y la respuesta de la sociedad. Un proceso etiológico
provoca una serie de cambios en el organismo que se “manifestarán” por los rasgos clínicos
de la enfermedad; el proceso patológico se “exterioriza” por la toma de conciencia del sujeto,
por la llamada de atención de alguna persona cercana o en el marco de un programa de
reconocimiento; la toma de conciencia o sus consecuencias (respuesta psicológica ante la
enfermedad) pueden determinar limitaciones en el rendimiento funcional y en las actividades
del individuo, "objetivizándose" la enfermedad; las circunstancias anteriores pueden colocar
al sujeto en situación de inferioridad en relación con los otros, adquiriendo el proceso una
dimensión social.
175
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
La deficiencia, discapacidad y minusvalía, según la OMS, son fenómenos que se definen por
las desviaciones respecto a la norma. El grado de desviación se podrá determinar en base a la
evaluación de unos criterios definidos a partir de:
•criterios estadísticos sobre la normalidad y sus desviaciones;
•formulación de criterios estandarizados para asignar ciertos fenómenos a
una clase específica;
•las normas sociales o las respuestas de la sociedad.
1.1.1.- Deficiencia
En el punto 1.1.4 y 1.1.5 de este capítulo trataremos las deficiencias del lenguaje y las
deficiencias auditivas.
1 Los números entre [...], se refieren al código asignado en la CIDDM a cada deficiencia deficiencia o
discapacidad.
176
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
1.1.2.- Discapacidad
Puede surgir como consecuencia de una deficiencia o como respuesta del individuo a
deficiencias físicas, sensoriales o de otro tipo.
En los puntos 1.1.6 y 1.1.7 trataremos las discapacidades relacionadas con el lenguaje, el
habla y la voz. No analizaremos específicamente las discapacidades relacionadas con la
pérdida auditiva, salvo en lo que se refiere a su relación con el lenguaje, el habla y la voz. Las
discapacidades vinculadas a la localización en el tiempo y en el espacio [11], otra
discapacidad para escuchar [24], otra discapacidad de identificación [12], tolerancia al ruido
[74], discapacidades de una determinada aptitud [8], de la seguridad personal [13], otra
discapacidad de carácter educativo [16], del rol familiar [17] y ocupacional [18] y, en general,
las diferentes limitaciones que podría llegar a presentar un sujeto con deficiencia auditiva, se
deben plantear en el contexto de la valoración de la discapacidad directamente determinada
por la hipoacusia. En este sentido es interesante la propuesta de D. Stephens y R. Hétu
(*Stephens, Hétu, 1991*) respecto a la clasificación de la discapacidad auditiva.
1.1.3.- Minusvalía
177
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
limita o impide el desempeño de un rol que es normal en su caso (en función de su edad, sexo
y factores sociales y culturales”.
Hace especial mención a que la referencia que define la valoración de minusvalía se centra
en la norma del grupo en el que se integra el sujeto.
178
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Por los cuadros incluidos en el primer grupo y por la terminología, cabe deducir que en la
DE grave de la comunicación [30] se tendrían que incluir tanto los trastornos que expresan
alteración de la competencia comunicativa 1 (autismo), como los que expresan alteración de
la competencia lingüística 2 (disfasia). El criterio central parece ser la gravedad del trastorno;
sin embargo, al diferenciar la DE debida a lesión cerebral, se introduce un criterio etiológico,
quizás refiriéndose indirectamente a la afasia. Es sorprendente que no se cite específicamente
en ninguna de las categorías de las DE, el trastorno afásico. No queda claro si el término
Mutismo [30.0] se refiere al Mutismo total adquirido definido por De Ajuriaguerra en
relación con trastornos histéricos (*De Ajuriaguerra, 1991*), al Mutismo selectivo
(*American Psychiatric Association, 1996*) o al Mutismo acinético (*Perelló, 1990*, *Peña,
Barraquer, 1983*).
En la DE de comprensión y uso del lenguaje [31] se incluyen por una parte trastornos que
afectan a la competencia lingüística en diferentes dimensiones del lenguaje (semántica y
sintáctica) y por otra, un trastorno específico del lenguaje escrito (dislexia grave y otra
dislexia). El término “uso del lenguaje” parece que tendría que referirse al nivel pragmático
pero, las alteraciones relacionadas con esta dimensión lingüística (competencia lingüística o
competencia comunicativa), se incluyen entre las DE del habla [37.6, 37.7, 38]. Por otro lado,
1 Competencia comunicativa en el sentido expresado en los puntos 1.5 –competencia comunicativa– y 1.6 –
comunicación– del capítulo I de esta publicación.
2 Competencia lingüística en el sentido expresado en el punto 1.5 del capítulo I de esta publicación.
179
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
En la DE de otras funciones lingüísticas [33], por las alteraciones incluidas, nos parece
que habría sido más adecuado el término “DE de la comunicación no verbal”, que se refiere a
aspectos paraverbales y para-no-verbales de la comunicación (cambios de la voz, expresiones
faciales y de la mirada, gestos, ocupación del espacio, etc.) y al uso de códigos no verbales en
la comunicación (por ejemplo, el lenguaje gestual, el lenguaje no verbal y el lenguaje gráfico).
No obstante hay que tener en cuenta que gran parte de las deficiencias que se citan en esta
categoría pueden ser síntomas •de incompetencia pragmática (orientación del cuerpo en
predisposición a la comunicación, postura inadecuada)–, •de actitud inadecuada ante la
comunicación –en el sentido de ajuste de aspectos afectivos y emocionales(tensión muscular,
desasosiego, inquietud, etc.)– e incluso, •de cuadros neurológicos o neuropsicológicos por
lesión del sistema nervioso central –las deficiencias citadas son frecuentes, por ejemplo, en
las disartrias centrales (reducción de la expresión facial, gestos anormalmente limitados,
pautas idiosincrásicas o involuntarias del movimiento corporal, ) y en las afasias (ecolalia,
ecopraxia)–. Oscureciendo aún más el criterio central de esta categoría se incluyen otras DE
de comprensión o de formulación del lenguaje verbal.
Dentro de las DE del habla [35 - 39], predominan los trastornos de la voz y de la
articulación 1. Sin embargo, se citan algunas deficiencias que se relacionan con la
competencia lingüística y pragmática [37.5, 37.6, 37.7 y 38]. La regulación del contenido del
discurso (observaciones repentinas fuera de lugar, respuestas sin venir a cuento o murmurar
1 Trastornos de la articulación, del habla o de la voz en el sentido propuesto en los puntos 1.5 y 2.1 (capítulo I)
de esta publicación.
180
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
fuera de contexto, en los códigos 37.5 y 37.6), la adecuación al contexto (uso excesivo de
acertijos, humor inadecuado, no hacer comentarios adicionales, etc., en los códigos 38.1, 38.2
y 38.4) y la aceptación de las normas de interacción comunicativa (hablar simultáneamente o
fuera de turno, habla anormalmente larga o personas difíciles de interrumpir, en los códigos
37.7 y 38.3), son procesos normalmente vinculados a la competencia pragmática, a cuadros
afásicos, a alteraciones del sistema extrapiramidal como el síndrome de Gilles de la Tourette
(*Kolb, Whishaw, 1986*) o a otras deficiencias psicológicas. Las deficiencias citadas como
gramática distorsionada, falta de conexión lógica, empleo de neologismos y pobreza del
contenido del habla, son síntomas claramente vinculados a cuadros afásicos [30 y 31] o a
otras deficiencias psicológicas [2].
En las DE del habla [35 - 39], aparte de la categoría 38 (DE del contenido del habla) que
guardaría una relación más lógica con las DE de las funciones del lenguaje [30 - 34], parece
que se establece la clasificación en base a los siguientes criterios:
•trastornos de la fluidez y del ritmo conversacional [37],
•trastornos de la emisión vocal que impiden el control de los elementos
suprasegmentales del lenguaje [36] y, finalmente,
•otros trastornos de la articulación y de la voz [35]: alteraciones de la
emisión vocal secundarios a parálisis laríngea, a laringectomía o a
otras deficiencias de la laringe o de la producción de la voz, disartria y
otras deficiencias de los órganos del habla (entre la que podrían
incluirse las disglosias).
Respecto al punto 36, nos parece que es equívoco identificar una alteración del control
fonatorio, con las posibles funciones que las características de la voz, puedan llegar a tener en
la definición del significado del discurso. Si la “falta de cambios en el timbre y sonoridad”
[36.0] y la “deficiencia de modulación de la voz” [36.1], hubieran sido determinados por una
selección inadecuada de rasgos suprasegmentales, el problema se vincularía con alteraciones
en la competencia lingüística; si, por el contrario, han sido determinados por fallos en los
mecanismos de control motor (disartria) o en los mecanismos de emisión vocal (disfonía), la
deficiencia no tiene nada que ver con la “gramática no verbal”, ni con la “función de la voz”.
En conclusión, nos parece que la clasificación de las deficiencias del lenguaje [3] propuesta
por la OMS (*Organización Mundial de la Salud, 1994*) precisa una revisión conceptual
profunda.
181
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
No vamos a analizar las deficiencias del órgano de la audición [4] en todas sus dimensiones.
Sólo nos referiremos a la DE de discriminación del habla [46] como sistema receptor del
habla.
De la misma manera que se cita la deficiencia de discriminación de habla, habría que hacer
referencia a la deficiencia en la discriminación de otros sonidos. D. Stephens y R. Hétu
(*Stephens, Hétu, 1991*) proponen incluir entre las deficiencias auditivas, además de las
alteraciones de la sensibilidad, las que afecten a las discriminación/resolución frecuencial del
sonido, a la resolución temporal, a la resolución espacial, a la resolución de los componentes
del habla, al procesamiento de la intensidad y el tinnitus. Estas deficiencias serían
deficiencias simples; los autores proponen incluir otras deficiencias complejas (en el sentido
de estar influidas por ciertos factores cognitivos no-auditivos); entre estas últimas diferencian
la reducción de la discriminación del habla en silencio y en ambiente ruidoso, la deficiencia
para reconocer la música y la reducción de la discriminación de sonidos ambientales. Aunque
es discutible el argumento que utiliza para diferenciar entre deficiencias simples y complejas
(todo procesamiento sensorial esta influido por factores cognitivos), nos parece muy
pertinente su propuesta en relación con la necesidad de ampliar los criterios de clasificación
de las deficiencias auditivas. La tabla 3.4 (Tabla 3.4) (*Stephens, Hétu, 1991*), reproduce la
proposición de estos autores.
1 Ver puntos 2.2.5.2 sobre valoración de habilidades auditivas y 2.2.5.2.3 del capítulo II sobre reconocimiento
y material verbal.
182
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Stephens y Hétu (*Stephens, Hétu, 1991*) aportan una visión, ampliada respecto a la de la
OMS, de la deficiencia, discapacidad y minusvalía en audiología. Su aproximación al estudio
de las discapacidades desde un punto de vista restringido a la audición, impide un
planteamiento adecuado de la relación lenguaje - audición y de la implicación de la
comunicación no-verbal; al margen de estas consideraciones introducen aspectos que nos
parecen de interés. Consideran seis discapacidades, de las incluidas en la clasificación de la
OMS, como discapacidades potencialmente relacionadas con la pérdida auditiva, tal y como
se expone en la tabla siguiente (Tabla 3.5) (*Stephens, Hétu, 1991*):
Hay que tener en cuenta que la relación de las deficiencias auditivas con la DI para entender
el habla [20] es indirecta; no hay que confundir DI para escuchar [23] –vinculada a la
sensibilidad y discriminación auditivas–, con DI para entender el habla [20] –relacionada con
la competencia lingüística. La clasificación de la OMS excluye específicamente las DI para
escuchar, al definir las DI para entender. Sin embargo, la DE auditiva, a largo plazo, puede
183
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
No exponemos esta clasificación con la intención de proponerla como modelo sino para
llamar la atención sobre la necesidad de introducir descripciones más precisas en cuanto a la
discapacidad para escuchar y discriminar el habla en diferentes situaciones comunicativas
(cara a cara, en grupo, con / sin ruido, a través de sistemas de reproducción del sonido, etc.) y
en cuanto a las diferentes capacidades implicadas en el procesamiento de sonidos ambientales
(detección, localización en el espacio, identificación, reconocimiento, etc.).
Las deficiencias del lenguaje, el habla, la voz y la audición (como sistema receptor del
habla), pueden asociarse a discapacidades englobadas dentro de las siguientes categorías:
•Discapacidades de la comunicación [2],
•Discapacidades de una aptitud determinada [8] y
•Discapacidades de la conducta [1].
Las más evidentes son las limitaciones de la comunicación pero no hay que olvidar el papel
del lenguaje y el de la comunicación oral y escrita, en gran parte de las actividades de la
persona.
184
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Nos parece que esta clasificación podría clarificarse reagrupando algunas categorías y
ampliando la clasificación de discapacidades para hablar y la de discapacidades para
escuchar.
185
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Por otro lado, de la misma manera que en la vertiente receptiva se separa la recepción
(“escuchar el habla” o integridad de los procesos sensoperceptivos), de la comprensión verbal
(“entender el habla” o integridad de los procesos neuropsicolingüísticos), en la producción de
mensajes verbales habría que diferenciar la codificación verbal –en el sentido de competencia
lingüística para elaborar el mensaje–, de la realización, producción o ejecución –o proceso
que implica la actuación de procesos de programación y ejecución motora, la integridad de los
procesos perceptivomotores. Nos parecen procesos claramente diferenciables, los que definen
la discapacidad en las afasias y disfasias, de los que se podríamos observar en las disartrias,
disglosias o disfonías 1.
Entre las aptitudes que cita la OMS como relevantes para la reinserción profesional –
Discapacidades de una determinada aptitud [8]–, podrían verse limitadas por deficiencias de
la competencia lingüística: la capacidad para la realización de tareas tales como la
186
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Desde luego, ésta no es una lista exhaustiva; sólo pretende llamar la atención sobre las
múltiples implicaciones del lenguaje en las actividades de la vida diaria y en los procesos de
desarrollo y readaptación social, profesional y ocupacional.
Algunas de las limitaciones con las que podría cursar un trastorno del lenguaje se incluyen
en la categoría Discapacidades de la conducta [1] de la clasificación de la OMS.
El sujeto que sufre una deficiencia grave del lenguaje, por limitaciones inherentes al propio
trastorno afásico o disfásico, podría llegar a tener dificultad en alguna o algunas de las
capacidades que destacamos a continuación:
•DI en lo referente a la localización en el tiempo y el espacio [11]. Incluye:
perturbación de la capacidad del sujeto para localizar debidamente
187
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Nos parecen de especial interés las orientaciones generales que aporta la “Guía para la
evaluación de las deficiencias permanentes” de la American Medical Association
(*American Medical Association, 1994*, *American Medical Association, 1993*).
Destacamos las consideraciones respecto a la valoración médica y a la elaboración de
registros e informes. En el glosario se aclaran términos específicos, se plantean escalas de
gravedad y frecuencia y se delimitan numerosos aspectos técnicos como deficiencia
permanente, existencia de pruebas médicas, actividades de la vida diaria, agravamiento,
causalidad, recidiva, nueva lesión, posibilidad y probabilidad, etc. Todas las precisiones
mencionadas son indispensables para la estandarización de procedimientos de evaluación e
informe de deficiencias y discapacidades.
1 En todas las discapacidades que citamos en este punto, sólo hemos “incluido” aquellas especificaciones que,
propuestas en la clasificación de la OMS, consideramos potencialmente limitadas en algunos trastornos graves
del lenguaje.
188
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
normalidad. La normalidad varía con la edad, el sexo y otros factores y debe determinarse
mediante estudios adecuados de poblaciones representativas.
1 La AMA define las actividades de la vida diaria en el cuadro que reproducimos en la introducción del
capítulo II de esta publicación.
189
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
una tarea específica, con o sin adaptación”, (?) ... “no presenta discapacidad ni minusvalía
respecto a una tarea”. Nos parece que la definición y las precisiones son contradictorias.
Consideramos por tanto más oportuno, utilizar la aproximación de la OMS, para definir
los términos deficiencia, discapacidad y minusvalía y aplicarlos al estudio actual de las
deficiencias, discapacidades y minusvalías asociada a los trastornos del lenguaje, el habla y la
voz.
Sin embargo, nos parece que hay que atender algunos aspectos respecto a clasificación de la
discapacidad en los trastornos del lenguaje y el habla.
En el punto 4.1a se define la afasia como una alteración que afecta a la comprensión y
utilización de símbolos lingüísticos tanto a través del lenguaje oral como del escrito. Incluye
una aclaración que apoya nuestro punto de vista en cuanto a la diferenciación lenguaje, habla
voz: “La afasia debe diferenciarse de la disartria, que es una articulación imperfecta del
habla por trastornos del control muscular, y de la disfonía, que es una alteración de la voz
que determina dificultad para hablar”. En la tabla de valoración de la deficiencia asociada a
la afasia y disfasia se utiliza una fórmula que nos parece adecuada: “... alteración en la
comprensión y producción de símbolos lingüísticos ...”. Nos parece muy oportuno prever que
tanto las alteraciones de la comprensión como las de la expresión, puedan progresar en la
escala de severidad. Por otro lado, hace una aclaración de términos “disfasia - afasia” que no
nos parece oportuna en el momento actual; la disfasia, en nuestro entorno (*Barrueco,
Málaga, 1991*, *De Ajuriaguerra, 1991*, *Serra, 1991*) y en la definición de autores de
reconocido prestigio internacional (*Aram, Nation, 1975*, *Deonna, 1991*, *Rapin, Allen,
1988*) es un trastorno grave que afecta al lenguaje en desarrollo; la afasia es la pérdida del
lenguaje ya adquirido.
190
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
La tabla de criterios de deficiencia del habla (Tabla 3.8) del punto 9.3d de las Guías AMA,
incluye todos los conceptos necesarios para definir las diferentes situaciones y limitaciones de
comunicación ligadas a las alteraciones del habla y la voz (*American Medical Association,
1994*, *American Medical Association, 1993*). Teniendo en cuenta su interés, hemos
adoptado gran parte de estos criterios, a la hora de definir las categorías en las tablas de
valoración de la discapacidad asociada a las alteraciones de la voz y el habla –propuesta que
planteamos en el capítulo VI de esta publicación. Los conceptos audibilidad, inteligibilidad,
funcionalidad, intensidad, importancia del contexto y del interlocutor, etc. se revisarán en el
punto 3 de este capítulo.
191
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
III Puede producir el habla con Puede realizar ALGUNO de los Puede enfrentarse con ALGUNA
una intensidad suficiente para actos articulatorios necesarios en de las exigencias de articulación
ALGUNAS de las necesidades la comunicación oral de cada y fonación para la comunicación
comunicativas de cada día tales día; puede normalmente de cada día con velocidad y
como una conversación cercana; conversar con la familia y facilidad adecuadas pero a
sin embargo tiene considerables amigos; sin embargo los extraños menudo puede mantener
dificultades en las situaciones de pueden encontrar dificultades emisiones continuas de habla
ruido citadas arriba; la voz se para entender al paciente y sólo por cortos periodos de
cansa rápidamente y tiende a pueden pedirle a menudo que tiempo; puede dar la impresión
hacerse inaudible a los pocos repita de que se fatiga rápidamente
segundos
IV Puede producir el habla con Puede realizar POCOS de los Puede enfrentarse con POCAS
una intensidad suficiente paraactos articulatorios necesarios en de las exigencias de articulación
POCAS de las necesidades la comunicación oral de cada y fonación para la comunicación
comunicativas de cada día; día; puede producir algunas de cada día con velocidad y
apenas puede ser oído por un unidades fonéticas; puede facilidad adecuadas tales como
oyente cercano o por teléfono, conseguir aproximaciones para palabras aisladas o frases cortas
quizás puede llegar a producir un
alguna palabra como nombres de pero no puede mantener un flujo
susurro audible pero no tiene vozmiembros de la propia familia; ininterrumpido de habla; el habla
sonora sin embargo es ininteligible fuera es laboriosa, la velocidad es de
de contexto una lentitud no funcional
V No puede producir el habla con No puede realizar NINGUNO No puede enfrentarse con
una intensidad suficiente para de los actos articulatorios NINGUNA de las exigencias de
NINGUNA de las necesidades necesarios en la comunicación articulación y fonación para la
comunicativas de cada día oral de cada día comunicación de cada día con
velocidad y facilidad adecuadas
Traducida de la AMA, 1993
192
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
193
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
194
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Los criterios propuestos no deben considerarse como una norma. Remitimos al lector a la
directiva que las instituciones públicas consideren pertinente para la valoración de
deficiencias, discapacidades y minusvalías, en cada momento.
Esta perspectiva nos orientaría hacia la valoración de las habilidades perdidas y conservadas,
según un modelo ideal; hay que tener en cuenta no obstante, que cuando se evalúa la
discapacidad ligada a una deficiencia, lo más pertinente es aplicar en el protocolo de
exploración, situaciones próximas a la realidad social de nuestro entorno. Así, cuando se
valora la comprensión de frases coloquiales en diferentes situaciones de relación señal / ruido,
aplicamos nuestro conocimiento de los diferentes contextos sociales, para evaluar la
discapacidad en una perspectiva real. Por ejemplo, la valoración más adecuada de la
discapacidad en la comunicación, en una persona con deficiencia auditiva, debe incluir en
algún momento, la evaluación del aprovechamiento integrado de todas sus habilidades
(auditivo-protésicas, de lectura labial y de inferencia o deducción por el contenido lingüístico
y el contexto).
Por otro lado, es frecuente considerar menos relevante, una hipoacusia moderada en un
sujeto que habitualmente se desenvuelve en entornos sin ruido y con interlocutores conocidos
que una hipoacusia equivalente a la del caso anterior, en un sujeto que se desenvuelve
habitualmente en entornos ruidosos y en grupos numerosos; incluso aunque su rendimiento
protésico fuera similar. En el caso de otras patologías; se tiende, por ejemplo, a dar más
importancia a las limitaciones determinadas por la anomia en un sujeto con dedicación
profesional vinculada a las relaciones interpersonales o las limitaciones vocales en una
persona dedicada a la docencia. Sin embargo, aunque esta consideración clínica pueda ser
pertinente, lo más adecuado será valorar con los mismos criterios la discapacidad y dejar para
195
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Sí hay que tener en cuenta ciertas peculiaridades del sujeto, a la hora de aplicar protocolos
de valoración. Así, deberemos adaptar las pruebas de vocabulario, reconocimiento o
comprensión de palabras y frases, lectura y comprensión de textos, etc., a la edad, nivel
cultural y capacidad de colaboración del sujeto (estado general, atención y concentración,
motivación, etc.).
Hemos atendido tres ejes fundamentales para agrupar las deficiencias, antes de peroceder a
la valoración de la discapacidad:
-la función especificamente alterada: lenguaje, habla o voz.
-la edad: trastornos del niño y del adulto.
-la gravedad de la alteración.
196
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
2.2.2- Edad
Este criterio se aplica tanto a las deficiencias del lenguaje como a las del habla. Deben
considerarse de forma similar todos los procesos que inciden durante el desarrollo del
lenguaje, aunque aparentemente sólo afecten a la articulación. Argumentábamos este criterio
en el capítulo I: punto 1.5, Visión de conjunto y punto 2.2, Trastornos del desarrollo -
Trastornos de lenguaje ya establecido. La deficiencias de la voz, sin embargo, no se
consideran bajo esta perspectiva ya que no suelen expresarse con la suficiente gravedad, como
para comprometer el desarrollo lingüístico.
197
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Se ha definido la escala de gravedad en cinco grados tanto en el caso de los trastornos del
desarrollo del lenguaje y la afasia como en las deficiencias del habla, la voz o la audición.
Para destacar las diferencias y equivalencias, se han reservado denominaciones similares para
los grados que se consideran de similar menoscabo en la comunicación.
Así, en las deficiencias del desarrollo del lenguaje y la afasia, los grados de la escala de
gravedad se identifican en los siguientes términos:
•Grado I: Mínima limitación para la comunicación verbal.
Mínima limitación para comprender o expresar
•Grado II: Moderada limitación para la comunicación verbal
Moderada limitación para comprender o expresar
•Grado III: Severa limitación para la comunicación verbal
Severa limitación para comprender o expresar
•Grado IV: Grave limitación para la comunicación verbal
Grave limitación para comprender o expresar
198
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
En las deficiencias del habla y la voz y en las deficiencias postlocutivas, los grados de la
escala de gravedad se identifican en los siguientes términos:
•Grado I: Mínima limitación para la comunicación verbal.
Mínima limitación para la recepción y articulación en la deficiencia auditiva
Mínima limitación para la articulación
Mínima limitación para la emisión vocal
•Grado IIa y IIb: Moderada limitación para la comunicación verbal
Moderada (IIa) y Severa (IIb) limitación para la recepción y articulación en
la deficiencia auditiva
Moderada (IIa) y Severa (IIb) limitación para la articulación
Moderada (IIa) y Severa (IIb) limitación para la emisión vocal
•Grado IIIa y IIIb: Severa limitación para la comunicación verbal
Grave (IIIa) y Muy grave (IIIb) limitación para la recepción y articulación en
la deficiencia auditiva
Grave (IIIa) y Muy grave (IIIb) limitación para la articulación
Grave (IIIa) y Muy grave (IIIb) limitación para la emisión vocal
•En las deficiencias del habla y la voz y en las deficiencias auditivas
postlocutivas, no se consideran los grados IV y V de limitación en la
comunicación.
TDL: Trastornos del desarrollo del lenguaje; CV: Comunicación verbal; DE Aud: deficiencia auditiva
199
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Hay que tener en cuenta que en el caso de las deficiencias auditivas postlocutivas se debe
valorar además, la discapacidad asociada a la falta de sensibilidad auditiva y a la falta de
discriminación de sonidos ambientales, señales de alarma y otros sonidos que permiten
orientarse en el espacio. En la deficiencia de la emisión vocal por laringectomía, la
discapacidad asociada a la extirpación de la laringe; en las disartrias, la discapacidad
relacionada con los déficit motores asociados o en las parálisis laríngeas, la discapacidad
asociada a la deficiencia de la prensa abdominal.
200
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Los conceptos específicos que definen las categorías en las diferentes tablas se pueden
organizar en tres grupos:
1 Dale utiliza los términos competencia lingüística y producción en el sentido que nosotros queremos dar a la
expresión “aspectos vinculados a la producción”. El sentido que queremos dar a los términos “producción o
realización” no es estrictamente el que propone Noam Chomsky en la distinción “competencia - actuación”. Con
“aspectos vinculados a la producción”, nos queremos referir a todos los procesos motores (incluida la
programación), perceptivo-motores y biomecánicos que sustentan la expresión verbal.
201
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
En general se puede decir que los Trastornos del Desarrollo del Lenguaje y las Afasias
cursan con alteraciones de la competencia lingüística y, por otro lado, los trastornos del habla
(Disartria, Disfemia) y de la voz (Disfonías) con alteraciones de la producción o realización y
las deficiencias auditivas (hipoacusias) con alteraciones en la recepción.
1 Ya hemos comentado el carácter particular de la apraxia del habla, “a caballo entre la afasia y la disartria”.
podría ser considerado por algunos una limitación lingüística. En el marco clínico y práctico que define esta
publicación, nos parece oportuno considerar la apraxia del habla junto a otros trastornos de la producción. En los
capítulos V y VI, se define esta alteración.
2 La OMS se refiere a las Discapacidades para escuchar y, más específicamente, a la Discapacidad para
escuchar el habla [23], en el sentido de pérdida o reducción de la capacidad para recibir mensajes verbales
(*Organización Mundial de la Salud, 1994*).
202
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
esta definición, se tiende a dar especial importancia a la precisión en la articulación, pero hay
otros factores implicados. Destacamos los siguientes:
•factores ligados a la articulación: precisión en la articulación de fonemas,
ritmo conversacional estable, resonancia oral o nasal adecuadas a las
necesidades articulatorias, acentuación, duración de fonemas e
intervalos, aparición de ruidos o sonidos inadecuados que enmascaren
la señal significativa, etc.
•factores ligados a la fonación: emisión vocal sonora estable y mantenida,
intensidad suficiente, duración de la emisión adecuada a la longitud
de las emisiones entre pausas, cambios de tono e intensidad ajustados
a la prosodia del discurso, adecuada sonorización o definición del
rasgo sonoro/sordo, timbre definido que facilite la identificación de la
voz, presión sonora y características espectrales del ruido glótico,
relación señal / ruido de la voz o grado de ronquera, etc.
•factores ligados al entorno: nivel de ruido y condiciones acústicas de la
estancia, características espectrales del ruido de fondo, relevancia de
otros estímulos sensoriales, etc.
•factores ligados al discurso: familiaridad del contenido, intervenciones
apropiadas al contexto y al contenido del discurso, construcciones
adecuadas en su forma (morfología y sintaxis), etc.
•factores ligados a la relación entre hablante y oyente: grado de relación
entre interlocutores que influye en el mayor conocimiento de los
temas de predilección, de la forma del lenguaje (fonología,
morfología y sintaxis) característica del hablante, de los errores o
imprecisiones articulatorias, del significado particular de los
elementos no verbales del discurso, etc.
•factores ligados a la actitud del interlocutor: predisposición, motivación,
interés por el contexto comunicativo, etc.
Algunos de los factores mencionados guardan relación con lo que las Guías AMA
(*American Medical Association, 1993*, *American Medical Association, 1994*) llaman
“audibilidad” y “eficiencia funcional”. Hay que tener en cuenta que la inteligibilidad está muy
ligada a la audibilidad y a la eficiencia funcional y depende de estas; la inteligibilidad del
discurso depende del resultado final de todos los fenómenos articulatorios, fonatorios,
lingüísticos y paralingüísticos.
Las Guías AMA definen la AUDIBILIDAD como una característica basada “en la capacidad
del paciente para hablar a un nivel suficiente como para ser oído”. Sin embargo, la posibilidad
de ser oído, no sólo depende de la presión sonora o intensidad de la señal hablada. Dos voces
con igual nivel de presión sonora pueden determinar umbrales de audibilidad muy diferentes,
dependiendo de la relación señal / ruido o grado de ronquera, del timbre característico y, en
general, de las características que permitan su identificación respecto al ruido de fondo; es
frecuente el caso de voces que presentan niveles de intensidad sonora elevada pero son
dificilmente audibles en entornos de ruido habitual, porque gran parte de la presión sonora
esta vinculada al ruido de la propia señal vocal. Así, por ejemplo en el caso de laringectomías
parciales con un alto grado de constricción en una “neoglotis” muy irregular.
203
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Nos parece de especial interés atender una variable que podríamos denominar “EFICIENCIA
FUNCIONAL”. Las Guías AMA definen la eficiencia funcional, como una característica basada
“en la capacidad de producir una velocidad de habla satisfactoriamente rápida y de mantener
esta velocidad durante un periodo útil de tiempo”; sin embargo, al perfilar los grados de
discapacidad, en la columna de la eficiencia funcional, insiten en ofrecer una perspectiva
global que incluye fonación y articulación, valorando aspectos como la facilidad, el tiempo de
emisión eficaz, la fatiga rápida, etc. Este sentido es el que queremos destacar. Puede ser
fácilmente olvidado en el contexto de la consulta diaria, que la calidad de la voz y la
articulación observadas en la exploración, pueden ser sólo representativas de las situaciones
de baja exigencia. Así, los casos límite en la eficiencia glótica, pueden permitir una emisión
sonora funcional, sólo cortos periodos de tiempo; por ejemplo, hablar en un grupo numeroso
durante unos minutos, a partir de los cuales la voz pasa a ser áfona durante un tiempo más o
menos prolongado, hasta que el sistema fonatorio se recupera.
204
Discapacidad en la Comunicación
Valoración de la Deficiencia y la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
articulación y a la fonación, una vez controladas las variables relacionadas con el resto de los
factores mencionados en el párrafo anterior (factores ligados al entorno, al discurso, a la
familiaridad con el paciente, etc). Dado que no es posible reproducir en un contexto de
exploración clínica, todas las situaciones de comunicación, hay que completar la información
obtenida por observación con los datos aportados por la anamnesis.
205
Discapacidad en la Comunicación
CAPÍTULO IV
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
208
Trastornos del Lenguaje en Desarrollo
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
209
Trastornos del Lenguaje en Desarrollo
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Para la valoración de la discapacidad en los trastornos del desarrollo del lenguaje, vamos a
seguir el esquema planteado en el capítulo I, punto 2.5 –Clasificación de los Trastornos del
Lenguaje.
Nos ha parecido interesante hacer una revisión del grado de limitación para la comunicación
que podría plantearse, en cada uno de los tipos diagnósticos atendidos con más frecuencia en
la clínica diaria. En la tabla “Trastornos del desarrollo del lenguaje” (Tabla 4.1) se presentan
esquemáticamente los cuadros que podríamos considerar más fácilmente identificables,
teniendo en cuenta la realidad clínica y la terminología más extendida en nuestro entorno.
210
Trastornos del Lenguaje en Desarrollo
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
sólo tiene que ser considerada como tal; nuestra intención es perfilar un marco de
orientaciones generales abierto a todas las discusiones y precisiones posteriores.
211
Trastornos del Lenguaje en Desarrollo
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
1.1.- Dislalia.
Debería realizarse una nueva evaluación a los seis meses de la primera consulta para
confirmar el diagnóstico.
212
Trastornos del Lenguaje en Desarrollo
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Si el diagnóstico ha sido correcto, hay que esperar que hacia los siete años el niño habrá
superado las dificultades más relevantes y únicamente persistirán un escaso número de
errores de habla no sistemáticos y sin repercusión importante sobre la inteligibilidad o la
eficiencia funcional de la expresión oral.
En los Retrasos del Lenguaje se encuentra cierto grado de afectación de uno o varios de los
siguientes niveles: pragmático, semántico, sintáctico, fonológico o fonético. Si el retraso del
lenguaje es receptivo–expresivo será apreciable cierto nivel de retraso en el desarrollo de la
comprensión auditiva. No obstante, el retraso diagnosticado como leve representa un retardo
leve en la adquisición del grado de habilidad comprensiva o expresiva correspondiente a cada
edad y se espera una resolución íntegra sin secuelas.
Debería realizarse una nueva evaluación a los seis meses de la primera consulta para
confirmar el diagnóstico.
Como en el caso anterior se encuentra cierto grado de afectación en uno o varios de los
niveles pragmático, semántico, sintáctico, fonológico o fonético y, si el retraso es receptivo–
expresivo será también apreciable cierto grado de limitación en la comprensión auditiva. En
el caso de los retrasos moderados se han valorado como significativos, sistemáticos y
patológicos los errores de habla (que limitan la capacidad para establecer contrastes de
significado), la restricción en el uso de estructuras morfosintácticas adecuadas a la edad a
213
Trastornos del Lenguaje en Desarrollo
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Si el diagnóstico ha sido correcto, hay que esperar que hacia los siete años el niño habrá
superado las dificultades más relevantes y únicamente persistirán un escaso número de
errores de habla no sistemáticos y sin repercusión importante sobre la inteligibilidad. No
obstante sí pueden ser apreciables con cierta frecuencia, las limitaciones en la riqueza y
habilidad lingüísticas que pueden determinar cierto menoscabo en la eficiencia funcional de
la expresión oral. En estos casos podría esperarse un menoscabo en torno al Grado II.
El término disfasia, dentro del marco de los trastornos del desarrollo del lenguaje, se reserva
para denominar los retrasos más graves y duraderos que, de forma sistemática, por su mala
evolución, determinan una limitación permanente en la evolución cognitiva y en la capacidad
para adquirir y manejar otros códigos lingüísticos (lenguaje lecto-escrito). Con referencia a
este trastorno se habla de disfunción en los mecanismos o sistemas cerebrales comprometidos
en la comprensión, elaboración y producción del lenguaje.
214
Trastornos del Lenguaje en Desarrollo
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
La confirmación del diagnóstico con frecuencia se retrasa hasta edades avanzadas (5, 6, 7
años dependiendo del subtipo disfásico). Se puede hacer especialmente difícil el diagnóstico
temprano del Síndrome de déficit lexico-sintáctico. En muchas ocasiones, el paciente
disfásico tiene un diagnóstico inicial de Retraso moderado o grave del lenguaje. Por otro lado,
la falta de personal especializado en el diagnóstico de esta patología determina, también con
frecuencia, que estos niños sean calificados de torpes o retrasados mentales.
El niño con un trastorno disfásico, aun a los siete años, puede presentar dificultades
relevantes en la riqueza y habilidad lingüísticas que pueden determinar un menoscabo
significativo en la funcionalidad de su expresión y/o comprensión oral. En los casos más
graves podría esperarse un menoscabo aún a esta edad, en torno al Grado IV.
Retraso Leve del • Remisión total sin secuelas con • No se considera menoscabo
Habla tratamiento adecuado significativo.
215
Trastornos del Lenguaje en Desarrollo
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Retraso • Remisión total sin secuelas con Edades tempranas (1): Grado III
Moderado Habla tratamiento adecuado. Evolución (1): mejoría; Grado I
• Sin tratamiento adecuado y en Permanente: Poco probable y en
medio social desfavorable puede general sólo si factores asociados;
llegar a determinar limitaciones nunca mayor de Grado II. A valorar
leves permanentes en la capacidad a partir de los 14 años.
de comunicación y aprendizaje.
Retraso Leve del • Remisión total sin secuelas con • No se considera menoscabo
Lenguaje tratamiento adecuado. significativo.
En la tabla “Deficiencias del Desarrollo del lenguaje” (Tabla 4.3) se definen los grados de
discapacidad en base a descripciones que facilitan la identificación de los cuadros observados.
El evaluador deberá intentar establecer la máxima correspondencia entre las características de
la situación observada y las definiciones de las categorías.
216
Trastornos del Lenguaje en Desarrollo
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
217
Trastornos del Lenguaje en Desarrollo
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
En los trastornos del desarrollo del lenguaje secundarios a lesión neurológica o morfológica,
sordera, deficiencia mental o alteración psiquiátrica hay que tener en cuenta el proceso causal
y su repercusión sobre el desarrollo lingüístico. El conocimiento de la etiología de una
deficiencia del lenguaje, nos permitirá prever en cierta medida las dificultades más relevantes
y la posible asociación de otras deficiencias. Así, habrá que descartar posibles hipoacusias
sensoriales en las encefalopatías o hipoacusias conductivas en las disglosias, posibles
alteraciones articulatorias añadidas en los casos de daño cerebral, déficit intelectivos en
numerosas malformaciones congénitas o, en general, todas las asociaciones propias de los
síndromes conocidos.
En algunos casos, las discapacidades asociadas se tendrán que combinar para evaluar la
Discapacidad global; en otros, uno de los trastornos será el relevante para determinar la
Discapacidad global. En este sentido utilizamos el término “secundario”; el trastorno
secundario puede ser el segundo en orden, tiempo o lugar pero también, el que está
subordinado a otro. Así, la valoración de la discapacidad asociada a la deficiencia del
lenguaje en un niño con retraso mental, debe incluirse o debe ser atendida, como un proceso
que forma parte de la deficiencia intelectiva.
2.1.- Disglosia.
Las disglosias son las alteraciones del habla o en algún caso del lenguaje, secundarias a
alteraciones morfológicas de los órganos articulatorios. Teniendo en cuenta las técnicas
actuales, hay que esperar en gran parte de los casos, una remisión total del cuadro tras el
tratamiento quirúrgico y rehabilitador.
218
Trastornos del Lenguaje en Desarrollo
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
219
Trastornos del Lenguaje en Desarrollo
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
En el caso de que la evaluación se lleve a cabo en un ADULTO con tan sólo trastornos de
habla secundarios a lesión cerebral pre o perinatal, se aplicarán las tablas de valoración de
anomalías del habla. En el caso de un adulto con evidencia de alteraciones del habla y del
lenguaje secundarias a encefalopatía pre o perinatal, se aplicarán las tablas de trastornos
del desarrollo.
El trastorno del lenguaje secundario, se evalúa con los mismos criterios que en los trastornos
específicos del desarrollo del lenguaje. Hay que tener en cuenta que el hallazgo de un factor
etiológico no define de forma exclusiva el trastorno del lenguaje. Por ello nos podremos
encontrar con cuadros similares a cualquiera de los descritos como trastornos específicos,
aunque probablemente destacará especialmente la alteración a nivel fonético. Unicamente en
los casos más extremos, cuando el trastorno articulatorio impide la posibilidad de elaborar
una expresión oral inteligible, la necesidad de acudir a técnicas alternativas de comunicación,
determinará una clara singularidad a estos trastornos.
El hecho de tener que hacer uso de técnicas alternativas de comunicación, implica que nos
encontramos ante casos de grave o total discapacidad para la comunicación pero, hay que
evaluar el grado en que las técnicas alternativas pueden llegar a compensar, en cierta medida,
las limitaciones en la comunicación. Si el sujeto llegara a mostrar un nivel de desarrollo
lingüístico y cognitivo adecuados y las técnicas alternativas de comunicación le permitieran
expresar mensajes (audibles o visibles para el interlocutor), habría que considerar su
discapacidad para la comunicación verbal menos grave que si no se reunieran las
circuntancias detalladas.
2.3.- Hipoacusia.
220
Trastornos del Lenguaje en Desarrollo
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
La gravedad del trastorno va a depender de múltiples factores y no sólo del nivel de pérdida
auditiva. Los factores más relevantes son:
-Pérdida auditiva: atendiendo a la pérdida combinada de ambos oídos se pueden
atender cinco niveles fundamentales; hipoacusia leve, media, severa, profunda
y cofosis 1. Hay que tener en cuenta que el nivel de pérdida auditiva no es el
único condicionante audiológico y audioprotésico del aprovechamiento de los
restos auditivos y de las prótesis convencionales.
-Edad de inicio de la hipoacusia: se diferencian cuatro tipos fundamentales de
hipoacusia, dependiendo del momento de aparición. Sorderas o hipoacusias
congénitas -que ya existen en el momento del nacimiento o que se inician
antes de los 3 meses de edad-; sorderas o hipoacusias prelocutivas -inicio antes
del desarrollo del lenguaje, entre los 3 meses y los 2 años-; sorderas
perilocutivas -inicio durante el desarrollo del lenguaje, entre los 2 y los 5 años-
; sorderas o hipoacusias postlocutivas -inicio después de la consolidación del
lenguaje, después de los 5 años-. En algunos trabajos sobre la evolución de
niños con sorderas profundas, se ha barajado la hipótesis de que ciertas
diferencias evolutivas en las sorderas de inicio anterior a los 3 meses de edad
podría tener relación con la experiencia auditiva temprana. Por ello se
diferencian también las sorderas prelocutivas congénitas de las prelocutivas
adquiridas después de esta edad.
En general, el inicio tardío de la hipoacusia y la existencia de restos auditivos
aprovechables durante los primeros años van a marcar diferencias muy
importantes en la evolución. Un caso particular es el de las sorderas
progresivas de inicio congénito, pre, peri o postlocutivo.
Aunque hemos propuesto un criterio concreto, hay cierta falta de unanimidad al
establecer la edad crítica, entre sorderas pre y postlocutivas. Unos autores
(*Beiter, Brimacombe, 1993*) proponen la edad de los 5 años para marcar el
límite entre sorderas pre y postlocutivas y otros (*Hasenstab, 1989*) la de los 3
años.
Desde hace unos años, se intenta relacionar el momento de inicio de la sordera con el
momento de aplicación del tratamiento protésico con implante coclear en la
definición de criterios de clasificación de las hipoacusias. La eficacia del
tratamiento con implantes cocleares multicanales permite prever una evolución
radicalmente diferente en los niños a los que se aplica precozmente este
tratamiento. En este sentido Laughton y Hasenstab (*Laughton, Hasenstab,
1993*) diferencian las sorderas postlocutivas que reciben el implante poco
tiempo después del inicio la pérdida auditiva, de las sorderas postlocutivas que
reciben el implante dos o más años después del inicio.
-Diagnóstico precoz y tratamiento instaurado: el diagnóstico precoz y la aplicación
de un tratamiento protésico, rehabilitador y educativo adecuados, mejora
1 Se trata con mayor amplitud este tema, en el punto 2.2.5.1. del capítulo II de esta publicación.
221
Trastornos del Lenguaje en Desarrollo
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Por ello, no es posible considerar de forma global e indiferenciada a los pacientes con
sordera y limitación en el desarrollo del lenguaje. Tampoco es suficiente considerar el nivel
de pérdida auditiva.
Se pueden analizar tres niveles en el desarrollo perceptual de todos los sistemas sensoriales y
también en el auditivo (*Aslin, Smith, 1988*): •el nivel sensorial primitivo (que incluiría la
detección del sonido), •el nivel de la representación perceptual (que incluiría las habilidades
par discriminar diferentes sonidos) y •el nivel lingüístico/cognitivo (que incluiría el
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Por regla general en nuestro país, la sordera profunda prelocutiva, determina aún, casi
ineludiblemente, un limitación grave y permanente en el desarrollo lingüístico, cognitivo y
social. Incluso en sujetos con lenguaje gestual, éste, con frecuencia, se habrá adquirido tardía
y parcialmente, lo que habrá determinado limitaciones severas en el desarrollo de habilidades
lingüísticas y cognitivas. En el mejor de los casos, el niño con lenguaje de signos integrado en
una comunidad de sordos, por las dificultades que la sociedad establece en el entorno escolar,
verá limitadas gravemente las posibilidades de acceso al aprendizaje y a un formación
adecuada. Por otro lado, el niño con implante coclear parece que llega a adquirir habilidades
lingüísticas, comparables hasta cierto punto con las que caracterizarían a los niños con
deficiencias auditivas severas (*Geers, Moog, 1996*); esto, que significa un avance que hace
unos años era inimaginable, no permite olvidar la perspectiva en cuanto a la repercusión de la
sordera sobre el desarrollo del individuo.
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población de sordos en otros paises pero, en España, la falta de baterías aplicables a una
población tan específica dificulta en gran medida la valoración de la deficiencia. En el mismo
sentido, la valoración de la comunicación a través del lenguaje gestual es siempre difícil, dada
la falta de especialistas en lenguaje expertos en lenguaje de signos.
Las hipoacusias en sus diferentes grados (leve, moderada, severa), en relación con los
restantes factores comentados, podrán determinar grados de discapacidad variables desde la
normalidad o la limitación moderada hasta, de forma excepcional, la limitación total del
lenguaje.
Aunque la confirmación diagnóstica de la sordera puede ser temprana (sin límite inferior de
edad), la determinación del nivel de pérdida auditiva y aún más del aprovechamiento
protésico puede ser difícil y retrasarse varios años.
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No hay un patrón característico del lenguaje en las deficiencias intelectuales. Hasta cierto
punto, tampoco hay una correlación directa entre logopatía y grado de deficiencia. En
ocasiones nos podemos encontrar una cierta organización del lenguaje con estructuras
sintácticas más ó menos adecuadas y sin dislalias; aún en este caso, es característica la falta de
contenido conceptual y la dificultad de acceso a estructuras sintácticas complejas.
Así, serán característicos entre otros aspectos, la ecolalia ( repetición de la última sílaba,
palabra ó incluso frase entera emitida por el interlocutor), las frases estereotipadas y el
concretismo (la palabra queda íntimamente ligada al objeto ó acción).
Dependiendo de la etiología podrían asociarse otros trastornos específicos del desarrollo del
lenguaje, del habla o la voz y otras alteraciones neurológicas (sensoriales, motoras,
convulsivas).
Igual que en el caso anterior, los retrasos del lenguaje secundarios a trastornos psiquiátricos
y especialmente a los trastornos profundos del desarrollo (autismo, etc.) se valorarán como
parte del síndrome del que forman parte.
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Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
No se atienden en este trabajo los trastornos de la adquisición del lenguaje escrito. Hay que
tener en cuenta que, con frecuencia, los Trastornos del Desarrollo del Lenguaje pueden cursar
con retrasos destacables en la adquisición de la lecto-escritura que pueden llegar a ser
permanentes en el caso de las disfasias.
Por tanto, en el caso de escolares o adolescentes con secuelas de Retrasos del desarrollo del
lenguaje o disfasias, hay que tener en cuenta que:
Somos conscientes de que el lenguaje escrito debería abordarse junto al lenguaje oral, más si
se está evaluando la discapacidad en la comunicación. Sin embargo, la complejidad de las
deficiencias del lenguaje, el habla y la voz y las circunstancias del programa, obligó a los
grupos de trabajo del INSERSO a posponer esta valoración. Iguales circunstancias nos han
llevado en este momento a posponer la valoración de los trastornos del lenguaje escrito.
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CAPÍTULO V
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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La afasia es una alteración del lenguaje debida a lesión cerebral focal que puede interesar
tanto a la expresión, como a la comprensión verbal, así como también a la representación
gráfica del lenguaje (lectura y escritura). La afasia implica la falta de habilidad para
comprender el lenguaje escrito ó hablado; se altera el manejo apropiado de los símbolos
lingüísticos a través de la voz, la escritura ó el gesto (*Barraquer Bordás, 1976*). Los
pacientes con afasia no pueden convertir con precisión, las secuencias de las representaciones
mentales no verbales que constituyen el pensamiento, en los símbolos y organización
gramatical que constituye el lenguaje (*Damasio. 1992*).
Los trastornos del lenguaje que se deben a parálisis ó descoordinación de la musculatura del
habla o la escritura, ó a una visión ó audición defectuosa, ó a un deterioro intelectual grave,
no son en sí mismos trastornos afásicos. Tales trastornos, pueden no obstante, acompañar a
una afasia, complicando así las manifestaciones clínicas del defecto del lenguaje propiamente
dicho.
1.1.- Semiologia
Desde una perspectiva semiológica podemos observar lo que está conservado, deducir lo que
falta y estudiar el lenguaje que aparece y de qué forma se encuentra alterado.
La expresión verbal puede estar reducida tanto a nivel articulatorio como nominal y
sintáctico. La reducción puede llegar al grado máximo y entonces el sujeto, sólo podría emitir
sonidos indiferenciados.
Se expresa por una gran variedad de posibles deformaciones de los fonemas; es el nivel de la
anartria de Pierre Marie ó del síndrome de desintegración fonética de Alajouanine,
Ombredanne y Durand; el paciente sólo puede emitir algún fonema y además de forma
distorsionada (*Alajouanine, Ombredanne, 1939*).
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SUSPENSIÓN DEL HABLA: es poco frecuente y de difícil valoración ya que un sujeto puede
dejar de hablar por problemas diferentes a los propiamente afásicos; lo más común es que sea
un estado transitorio después de la instauración aguda de algunas afasias.
ANOMIA: falta del vocablo o falta del nombre. Es la incapacidad para evocar el nombre que
designa una cosa. El aspecto semántico ó fonémico del nombre se ha perdido.
PERSEVERACIÓN: fragmento que aparece una y otra vez pero no de una forma fija. Persevera
en un esquema, un fragmento ó una palabra. También informa de la deformación del lenguaje.
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– Parafasia fonémica ó literal: consisten en una mala pronunciación por adición, omisión ó
desplazamiento de fonemas. Los fonemas emitidos pertenecen a la lengua; simplemente se
seleccionan fonemas inesperados. Algunos rasgos fonémicos de las palabras están
preservados (usualmente las vocales y el número de sílabas). Cuando las palabras están muy
distorsionadas por una parafasia literal, utilizamos el término de distorsión neológica.
La distinción de las parafasias fonémicas con las transformaciones de los fonemas que
aparecen en el síndrome de desintegración fonética se hace en base a:
- El flujo verbal es laborioso y lento en la desintegración fonémica;
contrariamente es rápido en las parafasias fonémicas.
- La estructura de las transformaciones es estable en la desintegración
fonémica y variable en la parafasia fonémica.
- La producción de errores está en función de la dificultad fonética de los
vocablos en la desintegración fonética y no lo está en la parafasia
fonética.
- En la desintegración fonémica pueden aparecer “neofonemas” que no se
encuentran en el inventario de la lengua normal; esto no ocurre en la
parafasia fonémica ya que en este caso, las producciones pueden
segmentarse en fonemas pertenecientes a la lengua del sujeto.
– Parafasia Verbal Morfológica: sustitución de una palabra por otra que se parece en la
forma. A veces existen problemas de valoración entre una parafasia fonémica y verbal
morfológica; entonces es preciso valorar el contexto e interpretar las intenciones del sujeto.
– Parafasia Verbal Semántica: la palabra que sustituye tiene una relación conceptual con la
sustituida; “madre” en lugar de “esposa”, “mesa” por “silla”, “bueno” por “malo”.
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de la repetición iterativa, una y otra vez, de un vocablo, unas veces sugerido inicialmente por
el explorador y otras por la visión de una persona ó de un objeto. Esta iteración puede ser
exagerada de tal manera que el afásico repite cada vez de nuevo, este mismo vocablo, cuando
se le muestran cosas diferentes. Es la perseveración llamada intoxicación por la palabra.
- Neologismos: se llama así a cualquier segmento lingüístico emitido como una palabra,
aunque no exista en el lenguaje de la comunidad verbal del sujeto. En la práctica es muy
difícil a veces la diferenciación entre parafasia fonémica y neologismo.
Son más difíciles de caracterizar ya que su apreciación es indirecta porque se realiza sobre la
base de la reacción del enfermo a las emisiones verbales del examinador, tanto si esta
reacción es verbal como si no. Para valorarla adecuadamente hay que eliminar todas las
informaciones no auditivas que puedan acompañar al mensaje verbal y se evitará inducir las
respuestas.
Hay que tener en cuenta que existen factores ligados a la lesión cerebral que influyen en la
comprensión:
- fatiga: el rendimiento es mejor al principio de la exploración.
- lentitud: tiempo de reacción alargado.
- perseveración: pueden interferir especialmente en los procesos de
comprensión verbal ya, que los pacientes se quedan bloqueados en la
primera orden.
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El lenguaje escrito es un sistema aún más sutil que el oral, ya que, esquemáticamente, puede
decirse que implica la “simbolización de una simbolización”, siendo el signo escrito, signo
del signo oral.
a.- Agrafia
-Agrafia afásica: está ligada al trastorno afásico total. De manera general, la lengua escrita
suele verse más afectada que la hablada.
b.- Alexia
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Cuando este trastorno se presenta sin otros trastornos del lenguaje ó con muy pocos se habla
de alexia pura ó de "ceguera verbal".
-Alexia afásica: deriva de una pérdida del valor semántico de los signos del lenguaje escrito.
La lectura global de palabras es más fácil que la lectura aislada de letras. Hay una disociación
entre la verbalización y la comprensión de las palabras escritas. Junto a este tipo de alexia hay
agrafia.
-Hemianopsia: las vías visuales, desde el nervio óptico, van a parar a la parte posterior del
tálamo óptico, a los cuerpos geniculados externos y, de aquí, a la cisura calcarina. Una lesión
que afecte al lóbulo temporal puede afectar a estas vías. Si afecta a alguna fibra, pueden
aparecer cuadrantanopsias.
De forma general, se distinguen los síndromes afásicos corticales y los subcorticales, según
la localización principal de la lesión cerebral responsable (*Helm Estabrooks, Albert, 1994*).
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Cuando el paciente presenta una afasia de Broca expresada en su máxima gravedad (no
emisión de vocablos ó producciones verbales reducidas a estereotipias sin significado) y un
grave trastorno de la comprensión auditiva (no es capaz de designar objetos, acciones ó
colores), estamos en presencia de una afasia global. Si los síntomas que se manifiestan no
son los de mayor gravedad diremos que se trata de una afasia no fluida mixta.
Es no fluente. Depende de una lesión que afecta a la tercera circunvolución frontal del
hemisferio izquierdo y a la sustancia blanca subcortical, extendiéndose posteriormente a la
porción inferior de la zona motora.
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Escritura: supresión ó casi. El paciente puede realizar estereotipias gráficas. Poca evolución
a la mejoría si es que se da. Agramatismo escrito y posibilidad de alteración del grafismo y
automatismos de la escritura. La comprensión del lenguaje escrito está más comprometida
que la del oral.
Es una afasia fluente. Depende normalmente de una lesión en la parte posterior de la primera
circunvolución temporal del hemisferio izquierdo.
En la FASE INICIAL o aguda, que dura semanas ó meses, se manifiestan los siguientes
síntomas: logorrea, el paciente se muestra excitado, habla sin que se le incite a ello, gesticula
de manera exagerada y su prosodia generalmente es buena. En sus producciones verbales
observamos transformaciones verbales de todo tipo (parafasias fonémicas, verbales,
neologismos y disintaxias), dando lugar a una jerga que enmascara la anomia. La repetición
es incanalizable. La comprensión verbal se encuentra severamente alterada; el paciente falla
en la realización de órdenes simples. A veces, por defecto agnósico, su comportamiento es
semejante al de un hipoacúsico. La lectura es defectuosa aunque puede ser menos que los
defectos del lenguaje oral. Puede existir disociación entre la comprensión del lenguaje oral y
la del escrito. En la escritura, por lo general, hay conservación del grafismo y de los
automatismos, pero está muy alterada en forma de paragrafias. Junto a toda esta
sintomatología el paciente presenta anosognosia.
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disociación, observando una comprensión escrita casi normal y comprensión oral aún muy
afectada. La comprensión de la lectura puede ser proporcional a la del lenguaje oral
Según algunos autores se da por lesión del fascículo arqueado o por lesión profunda del giro
supramarginal; también pueden hallarse lesiones en la circunvolución temporal superior o en
la ínsula (*Geschwind, 1965*, *Damasio, Damasio, 1980*).
Repetición: se producen numerosas parafasias literales; rara vez presenta dificultad para
repetir palabras familiares y frases cortas. Se desconcierta ante palabras polisílabas; tiene
particular dificultad ante oraciones compuestas, sobre todo con pronombres y conjunciones.
El comportamiento es distinto según se repitan números ó palabras. La repetición de números
es normal ó se dan parafasias verbales; en la repetición de palabras se dan parafasias literales
con diversos intentos, dudas, vacilaciones, etc.
Lectura: muestra los mismos defectos que en repetición; en general hay mejoría ó
desaparición de los trastornos.
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Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Lectura y escritura: severamente alteradas; en algunos casos la lectura en voz alta es casi
normal; comprensión del material leido, muy alterada.
La lesión sería de menor tamaño que la causante de la afasia de Broca, ocupando una región
inmediatamente anterior ó superior, respecto al área de Broca tradicional (pie de la tercera
circunvolución frontal), ó de la región subcortical profunda al área de Broca.
La etiología posible es intoxicación por CO, trauma que da lugar a edema cerebral, hipoxia,
oclusión carotídea, etc.
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Trastornos del Lenguaje ya establecido
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
En la mayor parte de los casos, la patología se distribuye a nivel de las zonas cerebrales
distales de los territorios vasculares, entre el territorio de la silviana y el de las arterias
cerebral anterior y posterior.
Esta forma de afasia puede darse por lesión témporo-parietal que puede extenderse al giro
angular.
Todos los aspectos del lenguaje están tan severamente alterados que no existe ya un patrón
distintivo de componentes preservados y alterados.
Sólo la articulación está algunas veces preservada en las pocas palabras ó expresiones
estereotipadas que se mantienen.
La comprensión auditiva del paciente, en aquellos temas que se refieren a él, puede parecer
bastante buena en comparación con su mal rendimiento en todos los subtests formales del
área de comprensión auditiva.
La lesión asociada con la afasia global es usualmente grande, abarcando las zonas del
lenguaje, tanto prerrolándicas como posrrolándicas.
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Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Existe una zona límite entre la Afasia de Broca y la Afasia Global, para la que se ha
acuñado el término de "Afasia no fluida mixta". Se aplica a pacientes que poseen
manifestaciones de la Afasia de Broca pero cuya comprensión auditiva está demasiado
alterada para asignarlos a la categoría de Afasia de Broca. Son pacientes que tienen cierto
grado de comprensión auditiva y cierta capacidad para producir algunas palabras ó frases.
Algunos síndromes afásicos cuentan con una semiología característica o evolucionan de una
determinada manera, por el contexto en el que se produce el cuadro afásico (edad, dominancia
manual, medio lingüístico,...etc), o bien, por la localización lesional. Consideramos formas
especiales de afasias las siguientes: afasias subcorticales, afasias puras (sordera verbal pura,
alexia sin agrafia, agrafia, apraxia del habla ), afasias en la infancia, afasia del zurdo, afasia
cruzada, afasia del bilingüe, afasia del sordomudo, síndromes de desconexión callosa (afasia
táctil unilateral, agrafia y apraxia unilaterales, afasia hemióptica). A continuación estudiamos
de forma más detallada, algunas de ellas
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Trastornos del Lenguaje ya establecido
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Se trata de una disminución en la capacidad para ejecutar los movimientos apropiados para
la articulación del habla, sin que puedan ser explicados por parálisis, debilidad ó
incoordinación de la musculatura del habla (*Darley, Aronson, 1978*).
La apraxia oral y la apraxia del habla pueden presentarse en forma independiente ó coexistir.
La apraxia oral puede ser la base de una apraxia del habla. La apraxia del habla puede ser
pura ó presentarse junto a un trastorno del lenguaje, como se observa en la Afasia de Broca
clásica. Algunos expertos no aceptan que lo que se conoce como apraxia del habla sea un
trastorno puro de la praxis; consideran los elementos apráxicos en la afasia de Broca, más
como un problema lingüístico, que como un problema motor.
Cuando el paciente apráxico tiene dificultad para articular una determinada palabra, da
muestras claras de que su problema no está en hallar la palabra. Su problema incluye el
procesamiento, no de las unidades con significado del lenguaje, sino más bien de las unidades
sin significado; la programación de las posturas elementales para el habla y su secuencia.
Características de la apraxia:
- Contraste entre las ejecuciones voluntarias e involuntarias: puede contar, maldecir, rezar,
saludar etc., pero cuando debe concentrarse en una palabra, experimenta gran dificultad, hace
varios intentos y ensaya varias veces. La existencia de islas de habla fluida, rodeadas de
trechos de habla mal articulada, identifica este problema como diferente a cualquier otro
relacionado con la comunicación.
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Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
- Articulación: el paciente se esfuerza por hallar las posturas articulatorias correctas y las
secuencias de las mismas. A menudo se comporta como si estuviera inseguro de donde tiene
la lengua ó de como moverla. Se dan muecas faciales acompañadas por movimientos
silenciosos; algunos parecen ser fortuitos mientras que otros, son con claridad posturas
equivocadas. A veces, trata de usar los dedos para "ayudar" a la lengua a asumir la posición
correcta. Los errores son inconstantes: dominan los de sustitución, adición, repetición,
prolongación de fonemas, etc. ... Puede haber apraxia de la fonación.
La apraxia oral es un trastorno ideomotriz de los músculos orales que no afecta al habla. Es
la incapacidad para realizar movimientos que no son del habla, con los músculos de la
laringe, faringe, lengua y mejillas aunque se conservan los movimientos automáticos y, a
veces, hasta los imitativos de esos mismos músculos. Este trastorno no surge de la parálisis,
debilidad ó incoordinación de la musculatura oral. Se puede tratar de un trastorno aislado ó
puede coexistir con una apraxia del habla. La apraxia oral se denomina apraxia bucofacial.
Se debe diferenciar el trastorno práxico oral, de los trastornos de las vías motoras
relacionadas con los sistemas de la motoneurona superior e inferior. Un examen cuidadoso
del nervio craneal indicará si el trastorno se origina en el nivel superior de la planificación, en
contraposición a las deficiencias motoras de nivel inferior asociadas, ya sea con lesiones
supranucleares ó con lesiones de los nervios craneales.
En general, al verse afectadas las vías motoras, la deficiencia alcanza tanto los actos orales
reflejos, como los voluntarios. La parálisis, debilidad e incoordinación limitarán los actos
motores orales voluntarios. Se observarán los efectos de la parálisis, debilidad ó
incoordinación en los actos más reflejos de masticación y deglución. Las lesiones
supranucleares se asocian a desviación típica de la lengua, músculos orales hipertónicos,
paresia palatal y disminución del reflejo nauseoso. La paresia facial es hipotónica. Las
lesiones extrapiramidales producen movimientos involuntarios de los músculos orales; los
movimientos atáxicos de los músculos orales se producen en los trastornos cerebelosos. La
exploración de la apraxia oral debe incluir un nivel espontáneo con respuesta a órdenes dadas
y un nivel que apunte a la capacidad para imitar acciones.
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Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Es un trastorno del lenguaje consecutivo a una afección objetiva del SNC y producido en un
sujeto que ya ha adquirido un cierto nivel de comprensión y de expresión verbal.
El estado actual de la definición de afasia infantil está hipotecado por la edad, ya que para
definir esta patología debemos basarnos en la existencia previa de lenguaje antes de
producirse el proceso patológico y está claro que los límites del inicio del lenguaje son
imprecisos y variables dependiendo de cada sujeto. Para Barraquer (*Barraquer Bordás,
1976*) tendrían características diferenciadoras de las del adulto, las afasias comprendidas
entre los cinco y los diez años. La semiología de la afasia infantil se caracteriza por reducción
del lenguaje espontáneo; nunca se presenta logorrea y es rara la existencia de parafasias.
La evolución del cuadro afásico en el niño depende en gran medida de la edad de aparición:
– desde los dieciocho meses a los cuatro años, la alteración afásica es, en general,
rápidamente compensada;
– de los cuatro a los diez años, se observa la afasia con características semiológicas
propias que la diferencian de la afasia del adulto y solo desaparece
progresivamente;
– después de los diez años aparecen el mismo tipo de afasias que en el adulto,
siguiendo unas fases de recuperación semejantes.
En los niños pequeños, la recuperación de una afasia adquirida que requiere el cambio de la
dominancia cerebral, se consigue a expensas de alguna habilidad cognitiva (*Rapin, 1987*).
Estos niños recuperan el lenguaje, pero raramente vuelven al nivel que poseían antes de surgir
la afasia (*Alajouanine, Lhermitte, 1965*, *Woods, Carey, 1979*). Es como si el lenguaje
estuviera impidiendo el acceso al uso cortical de otras actividades o, quizá, como si se hubiera
apropiado de circuitos previamente neutrales, disponibles para operaciones temporales como
la solución de problemas o el aprendizaje de capacidades nuevas (*Lomas, Kimura, 1976*).
Por este motivo, niños con hemiplejia derecha y lenguaje normal, tienen déficits en
capacidades visuo-espaciales que normalmente nos indicaría la existencia de patología
hemisférica derecha.
Aparte de la afirmación de que el niño afásico se recupera mejor que el adulto, el clínico
deberá guardarse de emitir un pronóstico concreto ya que en la actualidad, no tiene ninguna
otra certidumbre. En cuanto al porvenir del niño afásico es preciso señalar que, en general,
persisten ciertos trastornos del lenguaje y que el porvenir escolar y profesional es delicado.
Encuadramos este síndrome dentro de las afasias infantiles, por la edad en que aparece y
porque siempre están presentes los trastornos del lenguaje; sin embargo, se desconoce su
etiopatogenia. El síndrome de Landau-Kleffner comprende dos síntomas principales: las
alteraciones del lenguaje y los trastornos electroencefalográficos. Se citan también otros dos
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Trastornos del Lenguaje ya establecido
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
síntomas que no son constantes: las crisis comiciales y las alteraciones del comportamiento
(*Dugas, 1979*).
Existe una clara relación de la evolución con la edad en que han comenzado los trastornos.
Cuando su comienzo es después de los seis años, la curación es más probable; cuando las
alteraciones comienzan antes de los seis años, nos encontramos con secuelas más o menos
graves. La evolución también está relacionada con la duración de los trastornos del lenguaje;
un mutismo que dura más de cuatro años, está relacionado con una recuperación solamente
parcial (*Rapin, Mattis, 1977*).
En cuanto al pronóstico, no todos los estudios aportan los mismos resultados. En conjunto,
1/3 de los niños se recuperan más ó menos totalmente, 1/3 permanece con dificultades
importantes de lenguaje y el tercio restante tendrá una afasia permanente.
Como ya hemos definido con anterioridad la afasia es un trastorno del lenguaje, que es una
forma de función simbólica; puede interesar tanto a la expresión como a la comprensión
verbal, así como también a la representación gráfica del lenguaje (lectura y escritura). La
afasia implica la falta de habilidad para comprender el lenguaje escrito ó hablado; afecta a la
habilidad para manejar apropiadamente los símbolos lingüísticos de la voz, la escritura ó el
gesto.
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Trastornos del Lenguaje ya establecido
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
En general los objetivos de la exploración son reconocer la existencia del síndrome afásico
y en caso de que así sea, hacer una descripción exhaustiva que nos permita identificar la
forma clínica de la afasia. Confrontando los resultados de la exploración del lenguaje con los
obtenidos en el resto de la exploración neurológica y todos los datos de la Hª clínica podemos
tener una idea en cuanto a la naturaleza de la localización, de la ó las lesiones cerebrales del
enfermo. Si un primer examen permite, en general, realizar un diagnóstico y establecer un
pronóstico en cuanto al curso eventual de la enfermedad responsable de la afasia, a menudo,
no permite (en particular cuando la alteración está ligada a una enfermedad vascular ó
traumática) establecer un pronóstico en cuanto al grado probable de recuperación del
trastorno afásico. Será más adecuado pronunciarse después de un período de evolución
(examinando al paciente a ser posible de la misma manera que la primera vez); así se irá
obteniendo un control evolutivo del paciente. Los resultados obtenidos en el examen
exhaustivo del paciente permiten diseñar un programa terapeútico. La exploración del
paciente afásico permite una valoración del nivel de eficacia en distintas tareas de la función
lingüística en el momento del examen. El dictamen sobre el grado de discapacidad se basará
en los rendimientos obtenidos por el paciente en las distintas tareas.
En la mayoría de los enfermos, en todo caso cuando se trata de obtener un primer balance
exhaustivo, es preferible proceder para cada una de las pruebas del examen a partir de las
tareas más simples a las más complejas, de las más elementales a las más elaboradas. Por el
contrario, en un paciente cuya afasia ha regresado mucho y vamos a revisarle iremos de tareas
más complejas a más sencillas.
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Trastornos del Lenguaje ya establecido
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Propondremos la descripción de una lámina y preguntas sobre temas familiares a las que el
paciente debe responder. En este apartado sacaremos conclusiones sobre la fluencia,
dependiendo de la longitud de las frases producidas ó del número de palabras por minuto.
También obtendremos datos sobre el esfuerzo articulatorio, la existencia ó no de disprosodia
y el grado de fatiga del paciente en su función articulatoria. En este apartado analizaremos la
dificultad para encontrar palabras y las alteraciones que se derivan de esta dificultad; así
mismo examinaremos si los contenidos del lenguaje producido por el paciente son adecuados
ó no.
1.4.1.2. Repetición
Probaremos la capacidad del paciente para repetir sílabas, palabras, seudopalabras ó frases.
Estas pruebas son muy útiles para comprobar las transformaciones fonémicas.
1.4.1.3. Denominación
Los resultados obtenidos en este apartado son muy útiles para diferenciar la dificultad
articulatoria afásica, de la propia de la disartria. Pediremos al paciente que recite los días de la
semana, meses del año,..etc.
Es difícil de valorar. Los problemas de la comprensión oral son más difíciles de caracterizar
ya que su apreciación es indirecta porque se realiza sobre la base de la reacción del enfermo a
las emisiones verbales del examinador, tanto si esta reacción es verbal como si no.
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Trastornos del Lenguaje ya establecido
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Existen un conjunto de alteraciones que debemos tener en cuenta a la hora de valorar los
resultados de las pruebas de comprensión ya que pueden interferir de forma negativa en su
realización. Estas son: déficits en la producción lingüística, afectación motora, alteraciones en
el reconocimiento visual, en la memoria a corto plazo, etc. Recordemos los factores, ligados a
la lesión cerebral, que pueden influir en la comprensión y que hemos comentado con
anterioridad (punto 1.1.3 de este capítulo): fatiga, tiempo de reacción prolongado y
perseveración.
Las dificultades de valoración son debidas a que tanto la lectura como la escritura dependen
de factores educacionales y de la actividad laboral que el enfermo realizara previamente. La
mayor parte de las pruebas, cuyo objetivo es diagnosticar la existencia de afasia y encuadrarla
clínicamente, exploran los siguientes apartados.
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Trastornos del Lenguaje ya establecido
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
El paciente debe leer las órdenes, sin verbalizar en voz alta, y ejecutarlas
Se trata de completar una serie de oraciones y párrafos con palabras de elección múltiple; su
objetivo es valorar la comprensión de oraciones y textos.
La mecánica será valorada teniendo en cuenta toda la producción escrita del paciente, desde
la escritura de su nombre y dirección hasta la escritura narrativa. El recuerdo de los símbolos
escritos se valora mediante la escritura seriada y el dictado elemental de letras números y
palabras. El rendimiento en la tarea compleja de escribir oraciones se valora mediante la
escritura narrativa y la escritura de oraciones al dictado.
En muchos casos se deben estudiar los déficits asociados a la afasia. Debemos tener datos
fundamentalmente del rendimiento obtenido por el paciente afásico en todo lo relacionado
con las praxias: praxias constructivas, praxias bucofaciales, praxias de las extremidades,
movimientos globales del cuerpo y acciones seriadas con objetos.
250
Trastornos del Lenguaje ya establecido
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
En otros muchos pacientes es preciso conocer sus rendimientos en las pruebas que exploran
gnosias visuales, espaciales, gnosis digital,..etc.
En todos es muy importante conocer su rendimiento intelectivo; para ello será preciso
aplicar las pruebas más adecuadas a cada paciente.
Todas las pruebas usadas en la valoración del paciente afásico intentan cumplir con los
objetivos anteriormente señalados, unas con más acierto que otras. En general, constan de
diversas subpruebas que aportan datos sobre los déficits existentes en las diferentes tareas
lingüísticas, pero algunas pruebas tienen un objetivo muy preciso, como es el de valorar la
comprensión verbal; entre estas tenemos el Token test (*De Renzi, Vignolo, 1962*), y el test
de los tres papeles de Pierre Marie (*Kerstez, 1986*).
Hace más de veinticinco años que se tiene clara la necesidad de aplicar pruebas
estandarizadas en el estudio de la afasia. Entre las pruebas diseñadas inicialmente destacan el
examen de la afasia de Eisenson (*Eisenson, 1954*) y el test de Minnesota para el
diagnóstico de la afasia (*Schuell, 1972* ). Más tarde aparecieron:
- EL TEST DE BOSTON PARA EL DIAGNÓSTICO DE LA AFASIA (*Goodglass ,
Kaplan, 1983*): del que existe una adaptación española muy usada en la
práctica clínica de nuestro país (*Goodglass, Kaplan, 1986*).
- La WESTERN BATTERY OF APHASIA ( *Kerstez, 1979*): parte de los mismos
principios que el Test de Boston pero su aplicación lleva menos tiempo, existe
también, una adaptación española (*Kertesz, 1990*).
- El PROGRAMA INTEGRADO DE EXPLORACIÓN NEUROPSICOLÓGICA. Test
barcelona (*Peña, 1990*): ofrece al explorador un amplio conjunto de pruebas
que abarcan una exploración neuropsicológica completa.
- TEST PARA EL EXAMEN DE LA AFASIA (*Ducarne de Ribaucourt, 1975*): es uno
de los primeros test de afasias adaptados en España.
Hay pruebas que se acercan al problema de una manera nada psicométrica, más flexibles en
su aplicación; entre ellas está la exploración neuropsicológica de Luria que ha sido
sistematizada por Christensen (*Christensen, 1978*). Se basa en la selección de un conjunto
de pruebas que se adaptan a los problemas y necesidades de cada paciente, observando
detalladamente su conducta y realizando un análisis cualitativo de las alteraciones
encontradas en la evaluación.
Desde enfoques cognitivos e intentando superar las limitaciones propias de las pruebas
estandarizadas, se han diseñado baterías que facilitan la investigación centrada en el proceso.
Valorando la conducta del paciente en el momento de ejecutar las distintas subpruebas de la
exploración y permitiendo modificaciones flexibles, de acuerdo a cada paciente, proporcionan
información útil, para comprender las estrategias que usa el paciente al resolver con éxito una
tarea; el cómo se pueden reforzar éstas y cómo se pueden compensar los puntos débiles
observados. Este tipo de exploraciones siempre parten de la aplicación de una prueba
tradicional y cuantitativa. Se han elaborado diversas baterías; entre ellas:
251
Trastornos del Lenguaje ya establecido
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Por otra parte existen un conjunto de pruebas que tienen como objetivo estudiar los aspectos
pragmáticos de la comunicación. Evalúan las estrategias del paciente para enfrentarse a las
actividades cotidianas y la forma en que sustituye el sistema lingüístico deteriorado; analizan
la comunicación teniendo en cuenta, no solo los aspectos lingüísticos, sino también los
paralingüísticos y no verbales que son utilizados por el sujeto en su afán por comunicarse
(gestos, dibujo, entonación melódica, etc). Desde la publicación del Perfil de Comunicación
Funcional (*Sarno, 1969*), se han elaborado y puesto en práctica protocolos que intentan
analizar los aspectos anteriormente mencionados:
- TEST DE LAS CAPACIDADES COMUNICATIVAS EN LA VIDA DIARIA (*Holland,
1980*): es una batería diseñada para evaluar fundamentalmente la capacidad de
comunicación por encima de las alteraciones específicas del lenguaje. Evalúa
los recursos del paciente para afrontar su entorno cotidiano. El CADL nos
informa sobre la comunicación funcional del paciente, cómo se desenvuelve en
la vida diaria, el tipo de estrategia sustitutiva que usa y la adaptación de la
respuesta; nos da pautas para la planificación de la rehabilitación y aporta
información sobre el pronóstico y la posibilidad de integración familiar y
laboral de los pacientes. Existe una versión española (*Manning 1992*) que
consta de 71 items agrupados en diez categorías.
- PROTOCOLO PRAGMÁTICO (*Prutting, Kirchner, 1983*): valora treinta conductas
pragmáticas que se agrupan en cuatro categorías: actos expresivos,
proposicionales, ilocutivos y perlocutivos.
- INDICE DE EFECTIVIDAD COMUNICATIVA (*Lomas, Pickard, 1989*): puntúa la
conducta del afásico en 16 situaciones que abarcan cuatro categorías de
comunicación:
a) Necesidades básicas: cómo se enfrenta a situaciones en las que tiene que
comunicar necesidades de vestido, aseo, comida, adoptar una postura
etc.
252
Trastornos del Lenguaje ya establecido
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Por último, otras pruebas han sido diseñadas para ser un instrumento que controle la
evolución del paciente y la efectividad de la terapia:
- PERFIL DE EFICIENCIA COMUNICATIVA (*Helm Estabrooks, Albert, 1994*). Está
compuesto de dos índices principales: El Indice de Eficiencia Léxica, que mide
la proporción de palabras informativas con respecto al total de palabras
producidas, y el Indice de Soporte Gramatical, que mide la gramaticalidad de
las frases que contienen estas palabras informativas.
- TEST DE BOSTON PARA LA VALORACIÓN DE LA AFASIA SEVERA
(*Helm Estabrooks, Ramsberger, 1989*): Test especificamente diseñado para
valorar los resultados en comunicación en la Afasia severa. Valora habilidades
lingüísticas y paralingüísticas que rara vez son valoradas en otras pruebas
La valoración del afásico debe hacerse cuando el paciente esté en las condiciones adecuadas
de colaboración; es decir, un estado general que le permita adoptar una postura adecuada
(sedestación a ser posible) y mantenida y un grado de atención y concentración suficientes
para realizar las tareas que se le piden. Cumplidos estos mínimos requisitos, el clínico debe
decidirse por el tipo de prueba a aplicar para tipificar la afasia y establecer la conducta a
seguir. Si es posible, usaremos una prueba estandarizada (Test de Boston o similar) y
aplicaremos una escala de comunicación funcional. A estas pruebas debe añadirse una
exploración cognitiva y una valoración del perfil afectivo-emocional del paciente; además
siempre es conveniente tener información sobre la situación familiar y valorar el grado de
colaboración en la terapia.
El periodo de recuperación para la afasia severa es más largo que el de otros síndromes
afásicos, aunque los resultados de estudios como el de Nicholas y cols (*Nicholas,
253
Trastornos del Lenguaje ya establecido
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Helm Stabrooks, 1993*) indican que la mejoría más importante se da en los seis primeros
meses. Sin embargo, es preciso señalar que las habilidades de comunicación no verbal,
mejoran más en la segunda mitad del primer año, que en la primera mitad (*Sarno, Levita,
1981*). El estudio realizado por Nicholas y cols (*Nicholas, Helm Stabrooks, 1993*) nos
muestra que la comprensión auditiva mejora principalmente, en los segundos seis meses.
Las mejorías significativas después del primer año son excepcionales, pero en la afasia
global, la recuperación de la comprensión auditiva se puede observar a partir del año y hasta
los dos años después del accidente (*Karbe, Kessler, 1995*). En todos los estudios realizados,
la mayoría de los pacientes con afasia global siguieron con la calificación de global después
de los dos años de evolución; no obstante mostraban mejorías en habilidades de
comunicación.
254
Trastornos del Lenguaje ya establecido
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
En la tabla siguiente (Tabla 5.1) se definen los grados de discapacidad en base a descripciones
que facilitan la identificación de los cuadros observados. El evaluador deberá intentar
establecer la máxima correspondencia entre las características de la situación observada y las
definiciones de las categorías.
Como orientación, vamos a describir algunos extremos más significativos en relación con la
discapacidad en los principales tipos de afasia:
.- Afasia Motora debemos esperar desde un Grado II hasta una Total
limitación para comprender o expresarse (Grado V). El Grado V
estaría en relación con una afasia motora que cursara con supresión
del lenguaje oral, agrafia total y apraxia que impidiera un adecuado
uso del gesto en la comunicación. El grado II estaría en relación con
un cuadro residual de afasia motora en la que el paciente presentara
anomia, agramatismo y disprosodia, con alteraciones en la escritura
semejantes a las presentadas en el lenguaje oral.
.- Afasia de Wernicke: se observan diferentes grados de discapacidad, si
bien podría oscilar entre el Grado V y el Grado III. El Grado V se
255
Trastornos del Lenguaje ya establecido
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
La valoración se dará como definitiva, por regla general, al año de haberse instaurado el
cuadro afásico, sólo si el paciente ha tenido acceso a tratamiento rehabilitador; si no ha sido
así, será preciso, antes de realizar la valoración definitiva, ensayar el efecto de la
rehabilitación del lenguaje, durante un periodo no inferior a tres meses.
En pacientes mayores de 65 años, cuyo síndrome afásico haya sido calificado como global,
la valoración definitiva podrá realizarse a los tres meses de instaurada la afasia.
256
Trastornos del Lenguaje ya establecido
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
forman parte. Las tablas de valoración de los trastornos afásicos pueden aplicarse para
apoyar la evaluación global del trastorno.
257
Trastornos del Lenguaje ya establecido
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
El final del periodo crítico teórico para el desarrollo del lenguaje se sitúa en torno a los cinco
años, pero no es posible establecer una edad que delimite el “final del desarrollo del
lenguaje”. En la preadolescencia, el desarrollo de un pensamiento más lógico, formal e
imaginativo, va permitiendo el acceso a la comprensión de expresiones más abstractas;
también a estas edades se van adquiriendo los niveles más sofisticados del dominio
pragmático. En principio, la repercusión de la sordera profunda postlocutiva sobre el
lenguaje, va siendo menos drástica al avanzar la edad; las sorderas que inciden en torno a los
cinco años, determinan todavía graves limitaciones en el desarrollo verbal, si no es posible
compensar el déficit sensorial; a partir de esta edad, hay que esperar una reducción progresiva
en la severidad de la limitación verbal.
Por ello, aunque no hay un límite preciso establecido, parece razonable plantear el límite de
los 14 años, como techo máximo de aplicación de los criterios establecidos para la valoración
de las deficiencias del desarrollo del lenguaje. Es decir, la sordera profunda postlocutiva de
comienzo anterior a los catorce años, tendría que considerarse bajo la perspectiva planteada
para las hipoacusias prelocutivas y los trastornos del desarrollo del lenguaje. Para los casos
restantes –hipoacusias postlocutivas del adulto– nos planteamos las siguientes reflexiones.
La sordera postlocutiva ciertamente tiene una repercusión menos relevante sobre el lenguaje
oral, que las sorderas peri y prelocutivas. No obstante, tampoco se puede considerar la
discapacidad secundaria a hipoacusias adquiridas, como una pérdida exclusivamente
sensorial. La sordera puede limitar la capacidad para manejarse e integrarse en un mundo
esencialmente sonoro, cargado de códigos y señales de alarma basados en esta vía sensorial;
pero también puede limitar la capacidad para oir, y por tanto comprender y mantener, una
conversación.
258
Trastornos del Lenguaje ya establecido
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
en pacientes adultos con sorderas de aparición temprana y de larga evolución; éste podría ser
el caso de sujetos de medio social poco estimulante, con escasas posibilidades de
interrelación social adecuadas a su sordera, o de acceso limitado a la información escrita. En
estas circunstancias se puede ir asociando una limitación en la complejidad y en la claridad o
especificidad de las expresiones utilizadas; la dificultad para mantener intercambios verbales
con su entorno, puede ir determinando una inhibición progresiva de las necesidades y la
intención comunicativa, modelando incluso la forma expresiva; las posibilidades de acceso a
nuevas informaciones y con ello, las posibilidades de adaptación al entorno social y laboral
pueden verse limitadas.
Estas son las diferencias que queremos valorar, independientemente del nivel de pérdida
auditiva. Es muy notable en la clínica diaria, la diferente adaptación de cada paciente a su
sordera y la diferente repercusión que ésta va teniendo sobre su capacidad de comunicación;
incluso hablando de niveles de pérdida auditiva semejantes que tendrían que ser valorados,
según el criterio clásico y el criterio de la AMA, con el mismo grado de discapacidad.
259
Trastornos del Lenguaje ya establecido
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
como para variar en un rango entre el 0 y el 100%, en los test de reconocimiento de bisílabos;
es decir, su dificultad se expresa por la limitación en la discriminación verbal, no por la
limitación en la sensibilidad auditiva. Como apuntábamos en el apartado 2.2.3 no se puede
valorar la discapacidad por hipoacusia, atendiendo exclusivamente el nivel de pérdida
auditiva.
Aunque no se debe generalizar, sin plantear la necesidad de evaluar cada caso particular 1,
podemos decir como orientación que:
•en la hipoacusia leve, se puede prever que, con la ayuda protésica convencional, se
compensarán la mayoría de sus dificultades; a más de 1 metro de distancia y en
grupo comenzaría a perder alguna parte del discurso (*Pasik, 1990*); no se
puede esperar ninguna alteración del habla ya que con estrategias comunes
podría enfrentarse a todas las situaciones de comunicación de la vida diaria;
•en la hipoacusia moderada se compensará parcialmente la dificultad con la ayuda
protésica convencional; en general podrán beneficiarse del entrenamiento
auditivo principalmente orientado a la comunicación en ambientes ruidosos;
con las ayudas indicadas podrá sostener una conversación en la mayoría de las
situaciones normales de comunicación de la vida diaria; no se puede esperar
ninguna alteración del habla o el lenguaje salvo alguna dificultad para controlar
la intensidad de sus emisiones;
•en la hipoacusia severa se presentará una clara dificultad en ambiente ruidoso con
personas propias y extrañas, a pesar de la adaptación protésica, de la lectura
labial y del entrenamiento auditivo; se puede esperar cierto deterioro del habla
a nivel de la prosodia y algunas alteraciones articulatorias pero no alteraciones
de la competencia verbal;
•en la hipoacusia profunda con restos auditivos y algún rendimiento verbal de la
ayuda protésica convencional se beneficiarán del entrenamiento auditivo pero
siempre encontrarán limitaciones, con propios y extraños; la comunicación
dependerá principalmente de la lectura labial pero junto a la información
aportada por el audífono en ambientes sin ruido, puede reconocer y
comprender un porcentaje suficiente del discurso como para seguir una
conversación sobre temas conocidos, si el interlocutor conoce su problema; las
alteraciones en la prosodia y la articulación son constantes y en caso de inicio
temprano pueden presentarse limitaciones de la inteligibilidad de las
expresiones;
•en la hipoacusia profunda sin restos auditivos que no se beneficia de la ayuda
protésica, el sujeto sólo puede hacer uso de la lectura labial y el conocimiento
del contexto para seguir las conversaciones, a no ser que se comunique con
lenguaje de signos en un entorno lingüístico afín; tiene dificultad para la
1 En el punto 2.2.5 del capítulo II, se plantean las pautas de valoración de las habilidades auditivas con material
verbal, con y sin ayuda protésica y en diferentes situaciones de relación señal - ruido.
260
Trastornos del Lenguaje ya establecido
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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Trastornos del Lenguaje ya establecido
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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Trastornos del Lenguaje ya establecido
CAPÍTULO VI
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Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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Trastornos del habla y la voz
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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Trastornos del habla y la voz
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
La Apraxia del Habla es un trastorno a caballo entre las alteraciones afásicas y las
disártricas. La limitación asienta en la capacidad para elaborar de forma adecuada la
programación secuencial de los actos motores individuales que sustentan las emisiones
articuladas del lenguaje oral; y no se justifica con posibles alteraciones del sistema motor
(parálisis, paresia, lentitud o incoordinación). El trastorno apráxico repercute en la capacidad
de comunicación siempre de forma grave y puede confundir al examinador la variabilidad de
los errores articulatorios que, al contrario que en las disartrias, suelen ser inestables (no
siempre afectan al mismo fonema o grupos de fonemas y la misma palabra puede ser emitida
con diferente precisión en intentos consecutivos) y permiten revisiones que pueden acabar
con éxito; es característica la disociación automático-voluntaria. Dado que es un trastorno
apráxico la dificultad se presenta cuando la acción se afronta de manera voluntaria y las
emisiones automáticas pueden mostrar expresiones articuladas de la mayor complejidad
motora sin alteración aparente. Habitualmente se presenta asociada a trastornos disártricos,
afásicos o a ambos y la valoración será conjunta, empleando la tabla de evaluación de las
afasias (si forma parte de un cuadro afásico) o la de las disartrias (si el trastorno es
exclusivamente apráxico o apráxico y disártrico), a pesar de ser un trastorno alejado,
especialmente de las disartrias, desde el punto de vista patogénico.
Finalmente se puede incluir dentro de los trastornos del habla la disfemia o tartamudez,
teniendo en cuenta que el síntoma fundamental y característico es la alteración de la fluidez.
El síndrome disfémico incorpora con frecuencia transformaciones de carácter psicolingüístico
que podrían tener mayor relevancia en la limitación de la capacidad de comunicación del
paciente pero consideramos que su valoración es dificilmente cuantificable y que los síntomas
disfémicos más objetivables son los vinculados al habla.
266
Trastornos del habla y la voz
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
En la tabla “Deficiencias del Habla” (Tabla 6.1) se definen los grados de discapacidad en base
a descripciones que facilitan la identificación de los cuadros observados. El evaluador deberá
intentar establecer la máxima correspondencia entre las características de la situación
observada y las definiciones de las categorías.
267
Trastornos del habla y la voz
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Agrupamos estos dos trastornos por coincidir ambos en que el síntoma principal asienta a
nivel fonético. La disglosia y la disartria impiden al sujeto conseguir un adecuado resultado
sonoro final. Son alteraciones de la articulación.
Las DISARTRIAS son alteraciones del habla debidas a trastornos del control muscular —
paresia, lentitud, incoordinación— de los mecanismos de expresión del lenguaje, por lesión
del sistema nervioso central, del sistema nervioso periférico o del propio músculo. Las
disartrias son síntomas neurológicos complejos cuya evolución y expresión clínica están
ligadas a las de la enfermedad neurológica causal; por ello el diagnóstico de la disartria está
vinculado al de ésta, ha de incluir una exploración neurológica general y exige un diagnóstico
diferencial con otros trastornos del lenguaje y cognitivos.
En las disartrias se presentan alteraciones en uno o varios de los procesos motores básicos de
expresión del lenguaje: respiración, fonación, articulación, resonancia y prosodia. El nivel de
la lesión determinará el tipo y las características de la disartria. Las alteraciones en los cinco
procesos mencionados intervienen en la determinación de la falta de precisión y eficacia de la
articulación.
Las disartrias se pueden clasificar ajustándose a múltiples puntos de vista; así, según su
etiología (tumoral, vascular, traumática,..), el momento de aparición (congénita o adquirida),
la entidad patológica de la que forma parte (parkinson, distrofias musculares, ...) o el nivel
afectado del aparato fono-articulatorio (resonador, respiratorio, fonatorio, articulatorio, ...).
Sin embargo, la clasificación más aceptada es la que se basa en la lesión neuroanatómica o
nivel neurofisiológico afectado. Según esta clasificación se diferencian los siguientes tipos :
-Disartria Flácida. Disartria periférica (por lesión de la neurona motriz inferior)
-Disartria Espástica (por lesión de la neurona motriz superior)
-Disartria Atáxica (por lesión del cerebelo y sus vías)
-Disartria Discinética (por lesión extrapiramidal)
-Disartria Mixta (por lesión a varios niveles).
Las Disartrias Periféricas (por lesión del núcleo motor, del axón, de la placa neuromuscular
o del propio músculo) se incluyen dentro del llamado Síndrome Motor Periférico (parálisis,
atrofia muscular, hipotonía y fasciculaciones) y se caracterizan, a nivel de habla, por
presentar síntomas más puros, específicos y determinados. La posibilidad de establecer una
relación directa entre lesión neurológica y efecto directo sobre las estructuras articulatorias,
permite comparar esta alteración con las alteraciones morfológicas o mecánicas de la
articulación (disglosias). Así, los patrones acústicos de la parálisis del velo del paladar y de la
disglosia por velo corto congénito son equivalentes.
Por otro lado, las Disartrias Centrales (por lesión de los sistemas piramidal, extrapiramidal
o cerebeloso y sus vías), se incluyen dentro del Síndrome Motor Central (aunque tiene un
carácter inespecífico se pueden englobar síntomas como la espasticidad, hipotonía, rigidez,
tensión, distonías y espasmos, actividad tonico-postural anómala, movimientos involuntarios
coreicos o atetósicos, temblor, tics simples o complejos, parálisis o paresia con dificultad
para la realización de actos motores voluntarios, sincinesias, ataxia, etc..); los síntomas a
nivel de habla son más complejos y suelen comportar trastornos de la coordinación
268
Trastornos del habla y la voz
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Por otro lado, si es posible la aplicación de un tratamiento médico o quirúrgico, habrá que
posponer la valoración de la discapacidad permanente a la finalización de la terapia.
Teniendo en cuenta que las alteraciones del habla en la disglosia están determinadas
exclusivamente por la deformación de los órganos articulatorios, el tratamiento quirúrgico
es casi siempre una solución eficaz. La valoración de la discapacidad permanente ha de
esperar por tanto a la aplicación previa del tratamiento quirúrgico o protésico y al
tratamiento rehabilitador correspondiente. Es frecuente el tratamiento quirúrgico en más de
un tiempo quirúrgico.
Los cuadros más frecuentes son: - Disglosia labial {Labio leporino (parcial, subtotal y total),
Frenillo labial superior hipertrófico, -Fisuras del labio inferior, Macrostomía (alargamiento de
la hendidura bucal), Traumatismos e intervenciones quirúrgicas}; - Disglosia mandibular:
{Atresia mandibular, S. de Pierre Robin, Progenie, Disóstosis maxilofacial (S. de
Franceschetti o S. de Treacher-Collins, Anomalías dentarias, Ortodoncia y prótesis dentarias,
traumatismos e intervenciones quirúrgicas}; - Disglosia lingual.: {Anquiloglosia (frenillo
lingual); Traumatismos (glosectomía, fulguración, etc.); Malformaciones de la lengua;
Macroglosia; Glosoptosis};- Disglosia palatina.: {Fisura palatina, Fisura submucosa, Paladar
269
Trastornos del habla y la voz
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Las disglosias que inciden durante el desarrollo del lenguaje pueden alterar el proceso de
adquisición por lo que con frecuencia habrá que valorar el problema global como un
trastorno del desarrollo del lenguaje.
Las disglosias más graves en el momento actual se asocian a procesos tumorales que exigen
amplias resecciones quirúrgicas para las que la cirugía reconstructiva sólo aporta
soluciones parciales, más orientadas a la recuperación de las vías naturales de respiración y
deglución que a la recuperación de la palabra. En estos casos habrá que atender obviamente
otros aspectos discapacitantes propios del proceso tumoral y del tratamiento quirúrgico.
270
Trastornos del habla y la voz
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Algunos sujetos no disfémicos pueden presentar iteraciones y errores de habla con una
frecuencia a veces similar a los sujetos catalogados o diagnosticados como disfémicos. Por
ello es preciso resaltar el resto de aspectos que diferencian al sujeto con tartamudez. Tres
aspectos fundamentales son: •la tensión muscular excesiva durante el habla y el ritmo
respiratorio inadecuado, •la ansiedad ante ciertas situaciones de comunicación social y •la
expectativa negativa del sujeto disfémico ante su habilidad en la dicción. Se suman por tanto
factores fisiológicos (tensión de los músculos implicados en la articulación), factores
psicológicos (ansiedad, evitación, estrategias de superación de la dificultad, etc.) y factores
situacionales.
Los problemas de fluidez que presentan los niños entre 3 y 5 años, se suelen considerar
normales en el proceso de adquisición y desarrollo del lenguaje.
Entre los 6 y los 10 años muchos sujetos que habían mostrado una conducta compatible con
la tartamudez fisiológica, superan esta problema hasta su resolución.
Por ello, no creemos oportuno plantear esta evaluación con fines de valoración de
discapacidad:
271
Trastornos del habla y la voz
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
- sin consultar previamente con el especialista que atiende al paciente, sobre la posible
repercusión negativa de la valoración del trastorno en el marco de una minusvalía.
Hay que tener en cuenta la gran variabilidad que suele presentar la expresión del sujeto con
disfemia, dependiendo del contexto comunicativo y la evolución frecuente con periodos de
remisión parcial o total, junto a periodos de reagudización de la sintomatología. Estas
circunstancias obligarían, más que nunca, a relacionar los datos obtenidos en la exploración,
con la información aportada por el sujeto y por las personas de su entorno, para poder extraer
una idea global de la situación de discapacidad en la que se encuentra el sujeto.
272
Trastornos del habla y la voz
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
La tartamudez puede formar parte de enfermedades neurológicas que cursan con disartria, de
cuadros de limitación intelectiva o de retrasos en el desarrollo del lenguaje; en estos casos
habrá que evaluar el trastorno de acuerdo al trastorno neurológico, cognitivo o lingüístico. Lo
mismo sucede en el caso de la tartamudez afásica; la falta de fluidez forma parte de la afasia y
no se ha de considerar como una limitación ajena.
Es posible que en algunos casos la limitación más relevante se relacione, más con la actitud
del individuo ante las relaciones sociales que con un trastorno del lenguaje o del habla,
independientemente de que este último haya influido sobre aquella, en un principio. El propio
síndrome disfémico puede incluir aspectos particulares relacionados con la personalidad del
sujeto y con sus posibilidades de interrelación social. Siempre que se observen deficiencias
psicológicas [2] (las agrupadas bajo este epígrafe en la CIDDM), potencialmente vinculadas a
discapacidades de la conducta [1], tanto si se consideran una respuesta del individuo ante el
trastorno de la fluidez, como si no se observa relación alguna, habría que evaluar esta
dimensión y considerarla a la hora de establecer el grado de discapacidad.
273
Trastornos del habla y la voz
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Hay que tener en cuenta el esfuerzo que el sujeto se ve obligado a hacer para mantener el
discurso y los síntomas objetivos y subjetivos que van apareciendo a lo largo de un uso
prolongado de la voz y que se expresa clínicamente por la aparición de nuemerosos síntomas
subjetivos (sensación de falta de aire al hablar, de fatiga ante esfuerzos ligeros, moderados o
extremos, sensación de tensión y esfuerzo exagerado para emitir la voz, dolor, sensación de
cuerpo extraño, etc.).
Entre las desviaciones funcionales hay que citar dos tipos clínicos principales: disfonía
hipofuncional y disf. hiperfuncional. En la primera domina la hipotonía y la hipocinesia, en
la segunda la hipertonía y la hipercinesia, el exceso.
En las disfonías hipofuncionales apenas se encuentra lesiones asociadas pero pueden ser el
resultado de un proceso sistémico (enfermedades que cursan con alteración del estado
general, enfermedades endocrino-metabólicas, etc.) o de un cuadro hiperfuncional de larga
evolución. La repercusión de la disfonía hipofuncional sobre la funcionalidad vocal es
relevante (máximo grados IIb y, en casos muy extremos, IIIa) y su tratamiento suele estar
vinculado al de la enfermedad causal. El tratamiento rehabilitador suele ser menos eficaz que
en las disfonías hiperfuncionales.
274
Trastornos del habla y la voz
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Las disfonías orgánicas son muy diversas en su expresión y en su etiología y una misma
lesión puede presentarse con diferente gravedad y diferente limitación vocal. Por ello el
diagnóstico de cualquier disfonía ha de incluir una valoración funcional que juzgue la técnica
vocal, las características de la voz y una descripción de la lesión y de su efecto sobre la
ondulación mucosa (laringo-estroboscopia). Dentro de este grupo, las limitaciones más graves
suelen asociarse a las laringectomías totales y parciales. La laringectomía total en principio
deja sin voz al paciente pero las estrategias utilizadas por algunos pacientes (voz bucal o
faríngea) y, especialmente, los tratamientos paliativos (erigmofonía, voz traqueoesofágica,
fístulas fonatorias y mecanismos externos (prótesis laríngeas como la electrolaringe o laringe
artificial eléctrica) determinan cierta variabilidad en la clasificación de la discapacidad.
En las laringectomías totales o parciales, las parálisis o las lesiones laríngeas que impiden la
creación de un estrechamiento suficiente al paso del aire en cualquier nivel del tracto laríngeo,
la limitación vocal puede llegar al grado V siempre que no sea posible la aplicación
satisfactoria de ningún método técnico, quirúrgico o rehabilitador.
Las disfonías psicógenas también adoptan una expresión clínica muy diversa. La disfonía
suspirosa (voz encubierta por el escape intenso de aire y débil, por la “actitud” de los
repliegues en fonación), la hipofuncional de la depresión y la afonía psicógena o histérica
(emisión de voz áfona constante), son algunos de los cuadros más frecuentes. Aunque
ocasionalmente puede asociarse algún signo de sobrecarga o complicación laríngea (lesiones
serosas, congestión, etc.), lo más habitual es la completa normalidad de las estructuras
laríngeas en la laringoscopia; los hallazgos estroboscópicos guardarán relación con el tipo de
aproximación de los repligues vocales durante la fonación. Básicamente se pueden esperar
todas las alteraciones estroboscópicas “funcionales”; los cambios en la masa y elasticidad de
los repliegues vocales guardarán relación con la “actitud fonatoria”.
275
Trastornos del habla y la voz
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Se incluye por el momento, entre las disfonías de carácter psicógeno, un trastorno vocal muy
grave, de curso normalmente progresivo con escasos periodos de mejoría parcial, que puede
llegar a determinar graves limitaciones. Nos referimos a la Disfonía Espástica que, por otro
lado, es especialmente resistente a cualquier método terapéutico. En casos avanzados de la
enfermedad el paciente emite las palabras con gran dificultad y esfuerzo, cortando el ritmo del
discurso e incluso la palabra de una forma que recuerda el síntoma disfémico; la voz llega a
ser muy débil o incluso áfona por la gran tensión del esfinter glótico. En estas condiciones y
si los periodos de limitación vocal grave son más prolongados que los periodos de
normalidad podría considerarse una limitación máxima de Grado IIIa. La disfonía espática
puede presentar normalidad estructural del aparato vocal o solamente signos de sobrecarga. El
tratamiento con toxina botulínica suele aportar, en general, remisiones temporales de la
sintomatología. No hay que confundir la Disfonía espástica con cuadros hiperfuncionales
psicógenos menos graves.
En la tabla “Deficiencias de la Voz” (Tabla 6.3) se definen los grados de discapacidad en base
a descripciones que facilitan la identificación de los cuadros observados. El evaluador deberá
intentar establecer la máxima correspondencia entre las características de la situación
observada y las definiciones de las categorías.
276
Trastornos del habla y la voz
CAPÍTULO VII
277
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
COMPARACIÓN DE GRADOS
278
Comparación de grados
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
279
Comparación de grados
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Con las siguientes tablas pretendemos facilitar la comparación de las escalas de gravedad
propuestas para cada grupo de deficiencias. Cada cuadro plantea la definición del grado de
discapacidad correspondiente en cada grupo o categoría de deficiencias. Esperamos que
facilite la discusión; es dificil establecer comparaciones entre capacidades esencialmente
diferentes entre sí pero, es preciso analizar el equilibrio entre las diferentes deficiencias y
revisar lo adecuado de cada uno de los elementos de las definiciones.
280
Comparación de grados
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
En la siguiente tabla (Tabla 7.1), se resumen los elementos fundamentales para la definición
del Grado I de Discapacidad – Mínima Limitación para la Comunicación Verbal, en cada uno
de los trastornos de la comunicación.
Hay que tener en cuenta que en las Hipoacusias postlocutivas del adulto se combinará la
discapacidad asociada a la pérdida de sensibilidad auditiva.
281
Comparación de grados
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
En la siguiente tabla (Tabla 7.2), se resumen los elementos fundamentales para la definición
del Grado II, IIa y IIb de Discapacidad – Moderada Limitación para la Comunicación Verbal,
en cada uno de los trastornos de la comunicación.
282
Comparación de grados
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
En la siguiente tabla (Tabla 7.3), se resumen los elementos fundamentales para la definición
del Grado III, IIIa y IIIb de Discapacidad – Severa Limitación para la Comunicación Verbal,
en cada uno de los trastornos de la comunicación.
Se utiliza la fórmula •Severa Limitación para Comprender o Expresar, en los Trastornos del
desarrollo del lenguaje (TDL) y en las Afasias; •Grave Limitación para la Recepción-
Articulación (Grado IIIa) y •Muy Grave Limitación para la Recepción-Articulación (Grado
IIIb), en las Hipoacusias postlocutivas del adulto; •Grave Limitación para el Habla (Grado
IIIa) y •Muy Grave Limitación para el Habla (Grado IIIb), en la apraxia, disartria, disglosia y
disfemia y •Grave Limitación para la Emisión Vocal (Grado IIIa) y •Muy Grave Limitación
para Emisión Vocal (Grado IIIb), en las disfonías.
283
Comparación de grados
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
En la siguiente tabla (Tabla 7.4), se resumen los elementos fundamentales para la definición
del Grado IV de Discapacidad – Grave Limitación para la Comunicación Verbal, en los
trastornos del desarrollo del lenguaje y en las afasias.
284
Comparación de grados
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
En la siguiente tabla (Tabla 7.5), se resumen los elementos fundamentales para la definición
del Grado V de Discapacidad – Total Limitación para la Comunicación Verbal, en los
trastornos del desarrollo del lenguaje y en las afasias.
Se utiliza la fórmula •Total Limitación para Comprender o Expresar, en los Trastornos del
desarrollo del lenguaje (TDL) y en las Afasias; en las hipoacusias postlocutivas del adulto, las
alteraciones del habla y las alteraciones de la voz, no se considera este grado de discapacidad
para la comunicación.
285
Comparación de grados
CAPÍTULO VI
287
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
BIBLIOGRAFÍA
288
Bibliografía
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
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Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Chang 156
Chevrette 78; 170; 175; 180
Chevrie Müller 75
Christensen 70; 318
Clemente 75
Cohen 223
Colhearth 208
Coll 191
Colomina 31; 83; 84; 90
Coltheart 209
Cotheart 211
Crystal 49; 55; 59; 60; 61
Cuetos 209
Dale 19; 89; 90; 92; 254
Damasio 289; 300
Darley 98; 115; 117; 119; 121; 305
Davis 147
De Ajuriaguerra 55; 59; 61; 223; 239; 242
De Cárdenas 77; 145; 149; 151; 153; 154; 156; 157; 189
De Renzi 70; 317
De Vega 35
Del Río 21; 85
Demorest 77; 171
Deonna 60; 61; 239; 242; 310
Deutsch 41; 44
Díaz 26; 29
Downs 133; 282
Ducarne de Ribaucourt 317
Dugas 310
Dunn 70; 93; 96; 211
Eisenson 317
Elliot 148
Ellis 208; 209
Enderby 321
Erber 135
Erdman 77; 171
Fairbanks 168
Fernández Ballesteros 78
Fijalkow 52
First 61
Fortich 132
Frances 61
Fritzell 69
Gardner 70; 93; 94
Garrido 69
Geers 141; 143; 281
Geschwind 300
Gómez Ullate 152; 154
Goodglass 70; 297; 317
Grimes 159; 162
304
Indice de autores
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Guixá 60
Hagen 322
Halliday 20; 26; 200
Hasenstab 130; 131; 135; 136; 137; 276; 278; 282
Hawkins 161
Hecker 106; 107
Helm Estabrooks 297; 318; 320
Helm Stabrooks 321
Hétu 170; 220; 227; 228; 229
hevrie Müller 70
High 168
Hirano 76; 101; 103; 104; 105; 109
Holland 319
Huarte 143; 145; 147; 151; 165
Hynd 223
Igoa 23; 24; 30; 33; 191; 200
Ingram 55; 59; 61
Jackson Menaldi 103; 105
Jeffers 166
Juarez 70; 93; 94
Juilland 156
Kaplan 70; 297; 317; 318
Karbe 321
Katz 148
Kaufmann 60
Kay 35; 37; 209; 211; 318
Kerstez 317; 321; 322
Kertesz 70; 317
Kessler 321
Kimchi 33
Kimura 309
Kirchner 21; 319
Kirk 70; 93; 94
Kitzing 76
Kolb 225
Lahey 85
Lancha de Lara 150
Laughton 131; 135; 136; 137; 276; 278; 282
Launay 59; 133
Le Normand 70; 75
Lecours 300
Lehnhardt 140
Lendrem 321
Lerman 148
Lesser 35; 37; 209; 211; 318
Levita 321
Lhermitte 300; 309
Lincoln 321; 322
Lomas 309; 319
López Ornat 26; 29
305
Indice de autores
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Löwe 132
Ludlow 55; 70; 75
Luria 42; 43
Málaga 55; 57; 69; 239; 242
Manning 319
Marcelli 55; 59
Marchesi 53; 54; 191; 196; 197
Marrero 77; 145; 149; 152; 153; 154; 156; 157; 189
Marshall 322
Martinez Celdrán 58
Mas 73; 76; 97; 107; 123; 126; 149
Mattis 310
Mc Cabe 321; 322
McCarthy 70; 78; 93; 94; 163; 164; 166; 169; 171; 182
McCune Nicolich 194; 196
Meadow 280
Meline 170; 186; 189
Mesulam 43
Miller 200
Miyamoto 141
Moeller 138; 139; 145; 148
Molina 143; 145; 147; 151; 165
Moliner 58
Monfort 70; 93; 94
Moog 141; 143; 281
Moreno 20; 70; 75; 84; 85; 87; 90; 92
Morrison 107
Mueller 159; 162
Müller 69
Mulley 322
Myklebust 55
Mysak 38
Nation 55; 61; 239; 242
Nerbonne 169; 170; 172; 173
Newman 77
Nicholas 321
Nieto 70; 93
Northern 133; 282
Ombredanne 290
OMS 131; 132; 214; 215; 217; 218; 219; 220; 221; 226; 231; 233; 234
Osberger 141
Palacios 27; 191
Palmer 33
Pasik 154
Peña 45; 70; 72; 73; 75; 223; 317
Peña Casanova 304
Perelló 59; 73; 76; 97; 103; 105; 107; 123; 126; 149; 223
Pérez 304
Pickard 319
Poch 149
306
Indice de autores
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Pozo 33; 34
Prater 103; 105
Prutting 21; 319
Rammage 107
Ramsberger 320
Rapin 44; 45; 55; 61; 70; 75; 239; 242; 310
Rauhut 111
Reynell 93; 96
Rinos 22
Risucci 55
Rivière 23; 24; 30; 33; 191; 200
Rogoff 27
Rondal 52; 53
Rondall 59; 83; 87; 93
Ross 148
Salvá 103
Sánchez 52
Sarno 319; 321
Sasaki 76
Schlesinger 280
Schow 77; 127; 151; 163; 168; 169; 170; 172; 173
Schuell 317
Schutte 111
Seron 59; 83; 87; 93
Serra 22; 55; 239; 242
Siguan 31; 83; 84; 90
Silverman 147
Smith 138; 280
Springer 41; 44; 141
Stephens 170; 220; 227; 228; 229
Stürzebecher 111
Swift 103; 105
Tannahill 169
Tato 149; 150
Taylor 94
Tompkins 322
Utley 165
Valle 209
Valmaseda 280
Vignolo 70; 317
Vila 31; 90
Volterra 196; 200
Wechsler 70; 93; 96; 211
Weinstein 77
Wertsch 27
Whishaw 225
Wiig 70
Wilson 55
Wingate 342
Woods 309
307
Indice de autores
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Young 209
308
Indice de autores
X.- INDICE DE MATERIAS
actividad
ilocutiva 21
perlocutiva 21
Actividades de la vida diaria 62
afasia 43; 223; 261
anómica 273; 293
anterior capsular putaminal 276
de Broca 269
de Conducción 271; 293
de Wernicke 270; 293
global 269; 274; 294
global capsular putaminal 276
infantil 279
Mixta 275
Motora 293
motora ó de Broca 268
motora transcortical 273; 293
no fluida mixta 269
posterior capsular putaminal 276
sensorial ó de Wernicke 268
Sensorial Transcortical 272; 293
talámica 275
Transcortical Mixta 273; 293
Afasias 292
subcorticales 275; 294
afonía 220
Agnosia Auditivo-Verbal 242
agnosia verbal auditiva 280
Agnosias visuales 268
Agrafias
afásicas 266
de aspecto apráxico 267
espaciales 267
agramatismo 47; 263
Alexia
afásica 267
agnósica 267
ambientes normales 232
ambientes ruidosos comunes 232
anamnesis 67
anartria 261
anomia 47; 263
apraxia 44; 110
del habla 276
oral 278
Apraxia del habla 294; 302
Apraxia del Habla. 242
Apraxias 268
309
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
310
Indice de materias
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
codificación 43
Combinaciones simbólicas jerárquicas 176
Combinaciones simbólicas lineales 176
Comparación de Grados 317
Competencia
Lingüística 228
competencia cognitiva 44
competencia comunicativa 19; 44
competencia lingüística 19; 44
competencia pragmática 19; 44
comprensión 47; 124; 187
verbal 79
comprensión auditiva 46
comprensión oral 284
comprensión verbal 43; 265
Comunicación 47
no oral 48
no verbal 48
verbal 48
comunicación verbal 45
Conciencia del entorno 208
Conducta simbólica centrada 176
Conductas presimbólicas 175
conjunto abierto 134
conjunto cerrado 134
contrastes
segmentales 132
suprasegmentales 132
coordinación
fono-respiratoria 107
coordinación fono–respiratoria 90
coordinar 43
cualidades acústicas 92
Curva de Discriminación 137; 138
Curva de Inteligibilidad 137; 139
decodificación 42
deficiencia 195; 198; 214
auditiva 154; 249
de aprendizaje 203
de comprensión y uso del lenguaje 202
de discriminación del habla 205
de funciones extralingüísticas y sublingüísticas 202
de otras funciones lingüísticas 202
del habla 203
grave de la comunicación 201
deficiencias
auditivas 206
auditivas postlocutivas 299; 300
auditivas postlocutivas en el adulto 223
de la voz 223; 314; 315
311
Indice de materias
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
312
Indice de materias
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
313
Indice de materias
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Psicológica 71
evolución
clínica 74
experimentación 29
exploración
Audiológica 70
complementaria 73
de lenguaje oral 68
morfo-funcional 69
exponentes lingüísticos 20
expresar 220
expresiones ligadas al contexto 232
extensión
tonal 96
fisura palatina 112
flujo aéreo medio 95
fonación 220
fonetograma 100
Foniatría 63
Frecuencia del Movimiento Alternado 107
Frecuencia del Movimiento en Secuencia 108
frecuencia media del habla 97
función paradigmática 18
función sintagmática 18
función comunicativa 153
funcionalidad 217
funciones
comunicativas 25
funciones comunicativas 180; 182
funciones del lenguaje 20; 27
Ganancia
Funcional 145
grado de pérdida auditiva 118
grados de discapacidad 225
Grave (IIIa) y Muy grave (IIIb) limitación
para la articulación 226
para la emisión vocal 226
para la recepción y articulación en la deficiencia auditiva 226
Grave limitación
para Comprender o Expresar 323
para el Habla 321
para la comunicación verbal 226; 323
para la Emisión Vocal 321
para la Recepción-Articulación 321
gravedad 222; 225
habilidad
fonatoria 93
habilidades
auditivas 43; 114; 115; 121
habilidades comunicativas 20
314
Indice de materias
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
habilidades lingüísticas 43
habilidades pragmáticas 20
habla 50; 52
Habla Conversacional 108
Habla espontánea 283
habla ininteligible 220
Hemianopsia 268
Hemihipoestesia 267
Hemiplejía 267
hiperfunción 103
Hipernasalidad 106; 112
hipoacusia 43; 47; 117; 249
congénita 118
leve 298
moderada 298
perilocutiva 118
perinatal 118
postnatal 118
prelocutiva 118
prenatal 118
profunda 296; 298
severa 298
Hipoacusias
centrales 117
conductivas 117
congénitas 250
mixtas 117
perceptivas 117
perilocutivas 250
postlocutivas 250
prelocutivas 250
hipoacúsico 120
hipofunción 103
Identificación 123; 127; 132
de Bisílabos 130
de Monosílabos 130
impedancimetría 70
índice de diversidad lexical 83
índice de complejidad sintáctica 83
Informe 74
insuficiencia velar 112
integración 43
Inteligibilidad 106; 113; 217
inteligibilidad, 230
intencionalidad comunicativa 19
intensidad 92; 217
intensidad vocal 100
interlocutores familiarizados 232
jerga 270
Jergafasia 265
315
Indice de materias
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
316
Indice de materias
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
317
Indice de materias
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
presentaciones
bisensoriales 149
vía auditiva 149
vía visual 149
presentación
auditivo-visual 149
Problemas
en el discurso 22
en la sintaxis 21
fonológicos 21
lexicales 21
morfológicos 21
pragmáticos 22
semióticos 21
procesos
«periféricos» 173
producción 184; 187
programa moto 43
propios y extraños 232
prueba de esfuerzo 90, 108
psicología cognitiva 31
rango de intensidad de la fonación 99
Rango de Intensidad del Habla 99
rango frecuencial 96
rango frecuencial del habla 98
rasgos distintivos 131
recepción 46
recepción sensorial 43
reconocimiento 114; 123; 133
de frases 135
reconocimiento del habla 149
reinserción
profesional 211
relación señal/ruido 143
rendimiento funcional 196
Repetición 110; 283
representaciones semánticas 189
representación
perceptual 124
Retraso Leve del Habla 237
Retraso Leve de Habla 238
Retraso Leve del Habla 244
Retraso Leve del Lenguaje 237; 240; 244
Retraso Moderado de Habla 239
Retraso Moderado del Lenguaje 237; 240; 244
Retraso Moderado Habla 237; 244
revisiones periódicas 77
rinolalia
abierta 111
cerrada 111
318
Indice de materias
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
mixta 111
Ritmo conversacional 105
ronquera 92
ruido 149
habitual 143
segmental 18
Severa limitación
para Comprender o Expresar 321
para el Habla 319
para Emisión Vocal 319
para la comunicación verbal 226; 321; 322
para la Recepción-Articulación 319
Síndrome de Landau-Kleffner 280
Sistema
Efector 37
Integrador Inferior Aferente 37; 43
Integrador Inferior Eferente 37
Integrador Superior 37; 43
Receptor 37
Sensor de retrocontrol 37
Transmisor Aferente 37
Transmisor Eferente 37
sistema funcional complejo 39
sistema semántico 33
sonidos ambientales 133
sordera
profunda postlocutiva 295
sordera profunda prelocutiva 253
sordo 120
suprasegmental 18
Suspensión del habla 262
tartamudez 308
temas específicos 232
temas familiares o coloquiales 232
Temblor vocal 105
tiempo máximo fonatorio 93
timbre 92
toma de conciencia 196
tono 92
tono habitual de la voz hablada 97
Total limitación
para Comprender o Expresar 324
para la comunicación verbal 226; 324
transformación fonética 46
trastornos
de la articulación 51
de la voz 88
del desarrollo 224
del Habla 51; 103
del lenguaje 51
319
Indice de materias
Valoración de la Deficiencia y la Discapacidad en los Trastornos del Lenguaje
Expresivos 55
fonológicos 51
Primarios 54
Receptivo-expresivos 55
Secundarios 54
secundarios del desarrollo del lenguaje 246
Trastornos del Desarrollo del Lenguaje 50
umbral
de audición más confortable 137; 139
de Detección Verbal 137; 138
de distorsión 144
de Máxima Discriminación 70; 137; 138
de recepción verbal 70; 137; 138; 141
Umbral de Recepción verbal 141
unidad articulatoria inferior 16
unidad articulatoria superior 16
unidad lingüística 16
Valoración del Estado Mental 66
vertiente
comprensiva 42
expresiva 46
receptiva 46
vía
auditivo-visual 146
vida cotidiana 199
visión
cibernética 37
voz
apretada 93
áspera 106
aspirada 106
asténica 92
bronca 92
estrangulada 106
forzada 93
húmeda 106
soplada 92
tensa 93
Zona Anterior del Lenguaje 41
Zona Central del Lenguaje 41
Zona Posterior del Lenguaje 41
320
Indice de materias