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Jornadas sobre "Ambiente y Riegos:

Modernización y Ambientalidad”

Curso 10 - Riego localizado gota a gota y microaspersión: emisores y equipamiento; elección de


emisores y equipamiento, repercusiones ambientales
Jornadas sobre "Ambiente y Riegos: Modernización y Ambientalidad”, La Antigua (Guatemala), 11 al 14 de agosto de 2008,
Red Riegos, CYTED y AECID

Riego localizado gota a gota y microaspersión: emisores y equipamiento;


elección de emisores y equipamiento, repercusiones ambientales

Roberto Villafañe

Facultad de Agronomía, Universidad Central de Venezuela, Maracay, Venezuela;


vr1905@cantv.net

1. Introducción
La escasez de agua dulce en el mundo y la creciente demanda de la misma por las poblaciones
la industria y la agricultura obligan a un uso cada vez más eficiente, donde las pérdidas
superfluas puedan se minimizadas al máximo. En este sentido las diferentes tecnologías de
riego disponibles tienen que ser optimizadas para lograr este objetivo. Particularmente el
riego localizado presurizado parece ser la tecnología con mayores posibilidades de éxito y con
los menores impactos al ambiente.
En el riego presurizado localizado, el agua se distribuye en el campo por un sistema de
tuberías que operan por lo general a baja presión. Las tuberías terminales de la red contienen
dispositivos de emisión que mojan una fracción del suelo, la próxima a las plantas,
descargando caudales pequeños con alta frecuencia. Esta forma de riego permite una
adecuada aplicación del agua, reduciendo las pérdidas por evaporación y percolación; además,
es posible incorporar fertilizantes y agroquímicos al agua de riego, con lo cual se logra mejor
efectividad de estos productos y se garantiza mayor rendimiento del cultivo, reduciendo los
riesgos de contaminación de aguas superficiales y freáticas. Dentro de esta tecnología está el
goteo y la microspaersión; en el primero el agua se aplica con emisores que descargan el agua
gota a gota y con el segundo el agua se aplica mediante emisores denominados difusores o
microaspersores que descargan el agua en forma de lluvia muy fina cerca de la planta,
generando un disco de mojado alrededor del tronco de la planta que no supera los 6 m de
diámetro.

2. Adaptación de la tecnología de riego


El riego localizado se adapta a cualquier cultivo, excepto aquellos con alta densidad de
siembra, por razones obvias. Los microaspersores y goteros suelen utilizarse en huertos
frutales mientras las mangueras de goteo y las de exudación son empleadas en cultivos poco
espaciados como hortalizas, algodón, caña de azúcar, raíces y tubérculos, etc.
El riego localizado puede instalarse en cualquier tipo de suelo, en terrenos accidentados,
inclinados o de poca pendiente, y en cualquier condición climática; sólo la microaspersión
puede presentar alguna limitación de suelo, pendiente y/o clima.

3. Ventajas y limitaciones del riego localizado


Entre las ventajas del riego localizado están los bajos requerimientos de agua por su alta
uniformidad de aplicación y reducción de la evaporación; además, si el riego es de alta
frecuencia, se minimizan las posibilidades de déficit hídrico en las plantas, garantizando
mayor rendimiento del cultivo. Por otra parte, pueden aplicarse fertilizantes, nematicidas,
fungicidas, insecticidas y algunos acondicionadores de suelo con el agua de riego, reduciendo

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los costos de aplicación de estos productos y aumentado su efectividad. El costo de bombeo


es menor que en aspersión por los bajos requerimientos de caudal y presión.
Las limitaciones más importantes en riego localizado están en el alto costo del equipo, el daño
frecuente en las tuberías por los roedores, la acumulación de sales en la periferia del bulbo de
humedecimiento y la obstrucción de los emisores; esto último ocurre, no sólo por las
partículas orgánicas y minerales en suspensión que no logran ser retenidas en los filtros, sino
también por los precipitados de calcio y magnesio, y de hierro y manganeso. Los precipitados
de calcio y magnesio se previenen con la aplicación de ácidos al agua de riego antes de
finalizar el tiempo de aplicación del agua; los de hierro y manganeso se previenen aireando el
agua previamente, mediante agitación mecánica o caídas sucesivas, para provocar la
precipitación antes que el agua llegue al cabezal de riego.

4. Diseño agronómico del sistema de riego


Por las múltiples experiencias que han sido alcanzadas en el transcurso de los últimos años, se
hace necesario, al momento de planificar un proyecto de riego, tomar en cuenta las
necesidades del cultivo y el comportamiento del mismo para poder hacer una distribución
adecuada del sistema de riego y sus accesorios.
En el diseño agronómico se armonizan las necesidades de agua del cultivo con la capacidad
de almacenamiento de agua del suelo, para definir el volumen de agua a reponer, el tiempo de
aplicación del agua, el menor intervalo entre riegos y el agua extra para control de la
salinización. Con esta información se puede seleccionar el emisor y definir la operación del
riego.

4.1. Selección del emisor


La primera pregunta que nace al momento de seleccionar el tipo de emisor, es cuál es el
mejor? Y la respuesta es que no existe sistema alguno que pueda cumplir en forma total con
los requerimientos del cultivo, si no existe una combinación adecuada de los mismos, para
cumplir con los fines que fueron desarrollados.
Antes de seleccionar el emisor hay que definir que se desea obtener de cada uno de ellos sean
goteros, mangueras de goteo, mangueras de exudación, microaspersores o difusores. El tipo
de emisor va a cambiar si éste va a ser enterrado o si se lo mantendrá sobre la superficie del
suelo, si se va a fertirrigar en forma localizada o si se fertilizará el área completa o si
solamente se va a regar en forma complementaria después de haber aplicado el fertirriego. Se
debe conocer de cada sistema las fortalezas y debilidades, durabilidad, propensión al
taponamiento, etc.
En cualquier caso, para seleccionar un emisor se requiere conocer la infiltración básica o
mínima del suelo (Ib) y la porción de área a humedecer por planta o área mojada (Am). La
infiltración básica del suelo se puede obtener en una prueba de bulbo o utilizando cualquier
otro procedimiento de obtención de la infiltración que se adapte al tipo de emisor. El área
mojada se calcula a partir del marco de plantación (MP) y la fracción de área a humedecer
(C). Si se trata de cultivos espaciados como los frutales se puede considerar un C entre 0,30 y
0,40, y si se trata de cultivos poco espaciados como las hortalizas, la caña de azúcar, el
algodón, etc., un C entre 0,40 y 0,70. Estos rangos son producto de la experiencia y de
trabajos evaluativos realizados en diferentes partes del mundo.
En general, para calcular el caudal de referencia por planta se puede utilizar la expresión
siguiente:
q = Ib MP C (1)

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donde:
q = caudal de referencia por planta (l h-1)
Ib = infiltración básica (mm h-1)
MP = marco de plantación (m2)
C = fracción de área a humedecer
Con este caudal y el número posible de emisores por planta, se selecciona el emisor a partir de
catálogos. Una vez seleccionado el emisor, se toma en cuenta su caudal (qe), la presión de
trabajo requerida (Po), las exigencias del filtrado (mesh), el diámetro de los conductos o
salidas del emisor, los químicos que pueden ser utilizados en el agua, el coeficiente de
variación y la pérdida de carga localizada que puede producir en la tubería.
El paso siguiente es determinar la profundidad de suelo a humedecer y la lámina de riego neta
(Lr). La profundidad de suelo a humedecer corresponde a la profundidad donde se encuentra
el 80 % de las raíces, lo cual equivale, a groso modo, al 60 % de la profundidad radical total.
Si el suelo tiene una profundidad inferior a la obtenida en el cálculo, ya sea porque existe un
estrato arenoso o rocoso, se adopta la profundidad útil que tenga el suelo. En dicha
profundidad de determina la lámina de agua fácilmente aprovechable (Let) que no es otra cosa
que la lámina de agua contenida entre máxima retención en condiciones de campo y la
humedad retenida a 70, 140 o 210 kilopascales de tensión si se rata de un cultivo sensible,
intermedio o tolerante a los déficit de agua. Esta forma de cálculo permite aprovechar al
máximo la capacidad de almacenamiento de agua útil del suelo. A partir de esta lámina y de la
fracción de lavado para el control de la salinización si fuera el caso, se calcula la lámina de
drenaje (Ld). Con ambas láminas se obtiene la Lr; es decir:
Lr = Let + Ld (2)
donde:
Lr = lámina de riego neta (mm)
Let = lámina de agua fácilmente aprovechable (mm)
Ld = lámina de drenaje para el control de la salinización (mm)
El requerimiento de riego por planta corresponde al volumen que se debe suministrar en un
riego. Aquí se consideran las pérdidas debidas a la falta de uniformidad en la descarga de los
emisores por la variación propia entre ellos debido a manufactura, por las diferencias en la
presión de trabajo y por las obstrucciones parciales. Dichas pérdidas reducen la eficiencia de
aplicación, que en términos generales puede estar, en un equipo bien instalado y operado,
entre 0,85 y 0,95. En consecuencia, el requerimiento de riego puede calcularse con la
expresión siguiente:
Lr Am
Rr = (3)
Efa
donde:
Rr = requerimiento de riego por planta (l)
Am = área mojada (m2)
Efa = eficiencia de aplicación del sistema
Se puede ahora calcular el tiempo de aplicación:

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Rr
ta = (4)
n qe
donde:
ta = tiempo de aplicación (h)
Rr = requerimientos de riego por planta (l)
n = número de emisores por planta
qe = caudal del emisor seleccionado (l h-1)

4.2. Definición de la operación del riego


En este aparte se define el número de unidades operacionales en que se dividirá el sistema de
riego. Comenzamos por definir el número de turnos de riego por día:
Jornada
x= (5)
ta + tm
donde:
x = número de turnos de riego por dia
Jornada = número de horas diarias disponibles para regar
ta = tiempo de aplicación (h)
tm = tiempo para mantenimiento de los equipos de riego (limpieza de filtros, etc)
Luego se procede con el cálculo del intervalo mínimo entre riegos:
L et C
Ir = (6)
Etc´
Etc´ = Etc max (0,0085PC + 0,15) (7)
donde:
Ir = mínimo intervalo entre riegos (días)
Let = lámina de agua fácilmente aprovechable (mm)
C = fracción de área a humedecer
Etc´ = evapotranspiración máxima para riego localizado (mm día-1)
Etcmax = evapotranspiración máxima del cultivo (mm día-1)
PC = porcentaje de cobertura del cultivo
Con el número de turnos de riego por día y el intervalo entre riegos podemos calcular el
número máximo de unidades operacionales que puede tener el sistema de riego:
y = x Ir (8)
donde:
y = número máximo de unidades operacionales
x = turnos diarios de riego
Ir = intervalo mínimo entre riegos (días)

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Con el caudal disponible en la unidad de producción se puede luego calcular la superficie


máxima de cada unidad operacional:
Q MP A
a= 4
= (9)
10 n qe y
donde:
a = superficie máxima de cada unidad operacional (ha)
Q = caudal disponible en la unidad de producción (m3 h-1)
MP = marco de plantación (m2)
n = número de emisores por panta
qe = caudal del emisor seleccionado (l h-1)
A = superficie destinada al sistema de riego (ha)
y = número total de unidades operacionales
Si el caudal disponible en la unidad de producción supera el área prevista a regar, entonces
aplicamos la última parte de la ecuación y con el valor de “a” se calcula el caudal requerido
por el sistema (Q´).

5. División del área y trazado de la red


El área se divide de acuerdo al número total de unidades operacionales obtenidas en el cálculo
anterior, utilizando para ello la forma del terreno y la topografía.
En cuanto al trazado de las tuberías, puede emplearse cualquiera de los procedimientos
gráficos o analíticos existentes, tomando siempre en consideración los aspectos siguientes:
• Forma del terreno
• Pendientes
• Existencia de vías, canales de drenaje, tuberías, etc.
• Ubicación de la fuente de agua y de las fuentes de energía
• Marco de plantación y orientación de las hileras del cultivo
En general las tuberías deben ser colocadas siguiendo cierta pendiente para contrarrestar las
pérdidas de carga producidas por fricción con la ganancia de presión lograda por desnivel. En
algunos casos las líneas regantes pueden ir en contra de la pendiente, pero esto debe evitarse.
En todo caso, conviene siempre colocar las líneas regantes en el sentido en que están las
hileras del cultivo.
En la Figura 1 se muestra un trazado típico, donde la operación de las tuberías múltiples se
asemeja a la operación de los laterales de un sistema de riego por aspersión móvil o
semimóvil; es decir, si dos múltiples están operando simultáneamente una es la más lejana y
otra es la más cercana al cabezal para repartir mejor el caudal en la tubería secundaria.

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CABEZAL
TUBERÍA PRINCIPAL

TUBERÍA SECUNDARIA

1 4

2 5
LLAVES DE PASO

3 6 MÚLTIPLE O TERCIARIA

LÍNEAS REGANTES O LATERALES

Fig. 1. Trazado de un sistema de riego localizado constituido por seis unidades operacionales.

6. Cálculo hidráulico de las tuberías


Las líneas regantes y las tuberías terciarias se diseñan como tuberías de salidas múltiples
mientras las secundarias y la principal se diseñan por tramos con caudal contante. Puede
emplearse cualquiera de las fórmulas propuestas en la literatura; en este caso se propone la
ecuación de Hazen-Williams:
0,2053
⎡ ⎛ Q ⎞
1,852 ⎤
⎢10,64 (L + n Le) ⎜ ⎟ F⎥
⎢ ⎝ 3,6 C ⎠ ⎥
D = 1000 ⎢ ⎥ (10)
hf ± desnivel
⎢ ⎥
⎢⎣ ⎥⎦

donde:
D = diámetro de la tubería (mm)
L = longitud de la tubería (m)
Le = longitud equivalente por cada salida en caso de tuberías con salidas múltiples (m)
n = número de salidas
Q = caudal de la tubería (l h-1)
hf = pérdida de carga permisible (m)
F = factor reductor por número de salidas (Tabla 1)
desnivel = positivo si la tubería va en descenso.

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Tabla 1. Valores del factor reductor F para tuberías de salidas múltiples (líneas regantes y tuberías
terciarias).
Primera salida a
Número Salidas a igual
la mitad de la
de salidas distancia
distancia
1 1 1
2 0,639 0,518
3 0,535 0,441
4 0,486 0,412
5 0,457 0,397
6 0,435 0,387
7 0,425 0,381
8 0,415 0,370
9 0,409 0,374
10 0,402 0,371
11 0,397 0,369
12 0,394 0,367
13 0,391 0,366
14 0,387 0,365
15 0,384 0,364
16 0,382 0,363
17 0,380 0,362
18 0,379 0,361
19 0,377 0,361
20 0,376 0,360
22 0,374 0,359
24 0,372 0,359
26 0,370 0,358
28 0,369 0,357
30 0,368 0,357
35 0,365 0,356
40 0,364 0,355
50 0,361 0,354
100 0,356 0,353
200 0,354 0,352

La longitud equivalente no es otra cosa que el número total de tramos de tubería del mismo
diámetro que suman una pérdida de carga por fricción equivalente a la pérdida de carga
localizada producida por las conexiones contenidas en la tubería. Este aspecto es de particular
importancia en las líneas regantes y tuberías terciarias (multiples) por el número elevado de
conexiones a los largo de ellas. En el caso de las líneas regantes con emisores integrados o
embutidos (interlínea) instalados en fábrica, los proveedores suministran las especificaciones
de caudal, presión y pérdida de carga para diferentes combinaciones de longitud y pendiente;
en el caso de emisores insertados sobre la línea (goteros o microaspersores), es necesario
utilizar la fórmula antes indicada, donde habrá que suministrar la información sobre longitud
equivalente del emisor o conexión. Las expresiones que se indican en el Tabla 2 sirven para
calcular la longitud equivalente.

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Tabla 2. Longitud equivalente (m) para pérdidas producidas por emisores y conexiones.
Tipo de conexión Fórmula
Sobre la línea tipo grande (cabeza de 7,5 mm de ancho) 23,04 D-1,84
Sobre la línea tipo estándar (cabeza de 5 mm de ancho) 18,91 D-1,87
Sobre la línea tipo pequeño (cabeza de 3,5 mm de ancho) 14,38 D-1,89
Emisor interlínea (Le = 0,23 m)
Conexión tipo T (para laterales con elevadores y tuberías terciarias) 0,09 D-0,95
D = diámetro interior de la tubería (mm)

Particularmente para el caso de microtubos la longitud equivalente es función del diámetro de


la tubería lateral y de la longitud del microtubos dentro del lateral. En este caso se puede
utilizar la información contenida en el Tabla 3.

Tabla 3. Longitud equivalente para pérdidas de carga producidas por microtubos.

Longitud del microtubo dentro de la tubería (cm) Diámetro del lateral (mm)
16 20
1 0,17 0,06
10 0,20 0,06
20 0,25 0,10
30 0,31 0,13

6.1. Líneas regantes


Las líneas regantes pueden ser tuberías con salidas muy espaciadas como es el caso de
tuberías con microaspersores o goteros multisalidas, o tuberías con salidas poco espaciadas
como es el caso de las tuberías con goteros insertados o embutidos, o simplemente mangueras
de goteo o mangueras de exudación. Particularmente las mangueras de exudación tienen un
funcionamiento hidráulico muy particular. En todo caso, para garantizar una alta uniformidad
de descarga la diferencia de presión a lo largo de ellas no debe superar el 5 % de la presión de
operación del emisor (o de la presión de operación de la manguera en el caso de las
mangueras de exudación). En el caso de tuberías con goteros instalados de fábrica, mangueras
de goteo y mangueras de exudación, los fabricantes suministran información sobre el
comportamiento de estos laterales bajo un rango de pendientes; en estos casos no hay
necesidad de realizar cálculos.
En los otros casos hay necesidad de realizar los cálculos, para lo cual se puede emplear la
fórmula de Hazen-Williams o cualquier otra fórmula. Preliminarmente se realizan los cálculos
sin considerar las pérdidas localizadas, para obtener un diámetro de referencia con el cual se
escoge un diámetro comercial para calcular la longitud equivalente del emisor. Una vez
obtenida la longitud equivalente se recalcula el diámetro utilizando la fórmula de Hazen-
Williams completa. Si el diámetro obtenido es muy diferente al utilizado para el cálculo de la
longitud equivalente, se utiliza dicho diámetro para reiniciar el cálculo.

6.2. Tuberías múltiples


En este caso también se emplea la fórmula de Hazen-Williams sin considerar las pérdidas
localizadas, para obtener un diámetro de referencia con el cual se escoge un diámetro
comercial para calcular la longitud equivalente de las conexiones de las líneas regante que
pueden ser del tipo T. Con la longitud equivalente obtenida se recalcula el diámetro utilizando
la fórmula completa. Si el diámetro obtenido es muy diferente al utilizado para el cálculo de la

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longitud equivalente, se utiliza dicho diámetro para reiniciar el cálculo. En este caso, la
pérdida de carga permisible también es el 5 % de la presión de operación del emisor.

6.3. Tuberías secundarias


El caudal de la tubería secundaria es la suma de los caudales de las tuberías múltiples que
operan simultáneamente y la longitud utilizada para el cálculo es la máxima longitud que
conduce el caudal de la unidad operacional. En el caso del trazado mostrado en la Figura 1, la
longitud sería la que va desde la conexión con la tubería principal hasta donde están las llaves
del punto 5. La pérdida de carga permisible aquí también es 0,05 Po.

6.4. Tubería principal


Si la tubería principal alimentara a más de una tubería secundaria simultáneamente, el caudal
será la suma de los caudales de las tuberías secundarias que operan simultáneamente y la
longitud a utilizar para el cálculo del diámetro será la mayor que conduce el caudal completo
del sistema. La pérdida de carga permisible es en este caso 0,1Po.

7. Diseño o selección de los componentes del cabezal

7.1 Depósito de decantación


Los depósitos de decantación se utilizan cuando el agua transporta mucho sedimento y/o
cuando contienen hierro y manganeso. Estos depósitos se construyen con una profundidad
mínima de un metro y de forma rectangular (Figura 2), donde el largo es cinco veces el ancho.
Las dimensiones del depósito se calculan utilizando las expresiones siguientes:
Q
A = 0,1Fs (11)
Vs
Vs = 9,54 *10 −5 d 2 (12)
A=BL (13)
L=5B (14)
donde:
A = área del depósito (m2)
Q = caudal del sistema (l s-1)
Fs = factor de almacenamiento (> 1)
Vs = velocidad de sedimentación de las partículas en suspensión (cm seg-1)
d = diámetro de las partículas más pequeñas en suspensión (μ)
B = ancho del depósito (m)
L = largo del depósito (m)
Si las partículas son menores de 50 μ será conveniente realizar una prueba de sedimentación
en una columna de vidrio de la misma altura que tendrá de profundidad el depósito.

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Alimentación L

>1m Extracción

Fig. 2. Depósito de decantación.

7.2 Separadores de arena


Se consideran estos aparatos dentro del cabezal cuando los sedimentos en suspensión son
arenas, caso común en aguas provenientes de pozos con problemas en los empaques de grava.
Entre estos equipos existen los separadores de arena propiamente dichos y los denominados
hidrociclones; ambos se basan en el mismo principio, variando sólo la geometría de la cámara
filtrante. En la Figura 3 se muestra una gráfica que ilustra la manera de seleccionar el tamaño
del hidrociclón.

Curvas Dc

Q
Fig. 3. Selección de tamaño del hidrociclón (Dc) según el caudal (m3 h-1).
La selección se basa en escoger el diámetro de la parte cilíndrica más ancha del aparato (Dc),
entrando con el caudal del sistema. Al escoger uno en particular se puede saber la pérdida de
carga (h) que produce.

7.3 Filtros de arena


Los filtros de arenas son efectivos para retener sustancias orgánicas. El filtrado se hace en
profundidad; es decir a través de todo el espesor de arena o lecho filtrante contenido en él
(Figura 4) Los tanques son confeccionados de acero galvanizado, inoxidable o recubierto con
pintura antioxidante. Las arenas que se usan para llenar el tanque son clasificadas por número.
El lecho filtrante (arena) debe retener partículas de tamaño igual o mayor que 1/7 del diámetro
efectivo (De); es decir, el diámetro del orificio del tamiz que permite el paso del 10 % de la
arena filtrante.
El material adecuado es aquel que tiene un De igual al diámetros mínimo del gotero o al doble
del diámetro mínimo del miniaspersor.
El espesor mínimo del lecho filtrante es 50 cm y el caudal de referencia para el
dimensionamiento del tanque es 60 m3 h-1 por m2 de lecho filtrante.
La pérdida de carga permisible está entre 1 y 3 mca.

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Entrada
Cámara de
expansión

Salida Arena 50 cm

Fig. 4. Esquema que ilustra el funcionamiento de un filtro de arena.

7.4 Tanques de fertilización, inyectores y dosificadores


Los dispositivos que se utilizan para incorporar fertilizantes en la fertirrigación se ubican
entre el filtro de arena y los filtros de malla o disco (Figura 5). Dentro de estos dispositivos se
encuentran los tanque de fertilización, los inyectores tipo Venturi y los dosificadores.
Cuando se usa tanque se coloca el fertilizante en el recipiente, se cierra y se hace pasar parte
del agua del sistema por él haciendo uso de llaves de paso. El agua entra al tanque por en
fondo del recipiente y sale por la parte superior. Cuando ha pasado por el tanque un volumen
igual a su capacidad, ha salido un 63 % del fertilizante y cuando ha pasado el doble de su
capacidad ha salido un 86 % del fertilizante, y sólo cuando ha pasado un volumen igual a
cinco veces su capacidad es cuando todo el fertilizante ha salido del tanque, lo que indica que
la concentración de fertilizante en el agua de riego no es constante.

LLAVE PASO
FILTRO FILTRO
ARENA DISCO

TANQUE

Fig. 5. Disposición de un tanque de fertilización en el cabezal.

Para calcular la capacidad del tanque se puede utilizar la expresión siguiente:

df a
C= (15)
ta
donde:
C = capacidad del tanque (l)
df = dosis del fertilizante (kg ha-1)
a = área de la unidad operacional (ha)
El cálculo de la capacidad se realiza con los diferentes fertilizantes sólidos previstos en el
plan de fertilización, y se escoge el volumen que satisfaga la situación más crítica. Para
reducir la capacidad del tanque al máximo se puede planificar el manejo como fertirrigación;
es decir, fertilización con cada riego. Además esto permite reducir la salinidad de la solución
nutritiva aplicada y los riesgos de contaminación de aguas subterráneas.

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El caudal a circular por el tanque se puede calcular con la expresión que se indica a
continuación:
5C
q= (16)
ta
donde:
q = caudal que circula por el tanque (l h-1)
ta = tiempo de aplicación (h)
Para poder controlar el caudal que debe circular por el tanque conviene colocar un medidor de
caudal a la entrada o salida del tanque.
Los inyectores tipo Venturi son tubos provistos de un estrechamiento donde se coloca una
tubería cuyo otro extremo se coloca en un depósito donde está la solución fertilizante. Este
dispositivo va colocado en la posición en que está el tanque fertilizante; es decir, en paralelo;
de manera que la diferencia de presión provocada por el cierre parcial de la llave permita el
paso de parte del agua por el Venturi, generándose una succión del fertilizante con el
descenso de la energía de presión en el estrechamiento del instrumento.
La concentración de la solución fertilizante aplicada de esta manera es constante. La selección
del instrumento se hace en función del caudal que debe circular por él.
Los dosificadores son bombas que toman la solución fertilizante madre de un depósito sin
presión y la inyectan a la red a una presión superior a la del agua de riego. El mercado ofrece
equipos que requieren una fuente de energía propia (motor eléctrico o de combustión interna)
y equipos que aprovechan la energía hidráulica del propio sistema de riego. Algunos de ellos
permiten la automatización.

7.5 Filtros de malla y filtros de disco


Los filtros de malla constan de un soporte perforado recubierto por la malla y este conjunto
contenido dentro de una carcasa. El filtrado es en superficie. El tamaño del orificio de la malla
debe ser 1/10 del tamaño del orificio o sección del conducto del emisor para el caso de
goteros y 1/5 para el caso de miniaspersores.
La selección del tamaño del filtro se hace en función del caudal del sistema y la velocidad de
filtrado (Cuadro 4). La velocidad de filtrado se debe reducir en la medida en que el agua sea
más turbia. Con la velocidad de filtrado se obtiene del cuadro el caudal por área neta efectiva
(Ane); con el caudal del sistema se puede entonces calcular el Ane requerida, la cual debe ser
al menos 2,5 veces el diámetro nominal (m) de la tubería de acople del filtro.

Tabla 4. Obtención del caudal d referencia por m2 de área neta efectiva (Ane).
Velocidad de filtrado (m s-1) Caudal (m3 h-1) por m2 de Ane
0,4 1440
0,6 2160
0,9 3240

En los filtros de disco el elemento filtrante es un conjunto de anillos con ranuras que se
comprimen unos con otros, formado un cilindro de filtrado que actúa en profundidad, similar
al los filtros de arena. Su selección se hace tomando en consideración los requerimientos de
filtrado (mesh), el caudal y el diámetro de la tubería donde será instalado.

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7.6 Presión requerida en el sistema


Para calcular la presión requerida en el cabezal del sistema de riego hay que tener en
consideración la presión de operación del emisor y las pérdidas de carga que ocurren en las
tuberías y en el propio cabezal. Se puede utilizar para su cálculo la expresión siguiente:
H = 1,225Po + pérdidas en equipos del cabezal (17)
donde:
H = Presión requerida en el cabezal (mca)
Po = presión de operación de emisor (mca)
Si los emisores son autocompensantes se ajusta el coeficiente:
H = 1,275Po + pérdidas en los equipos del cabezal (18)
A la presión obtenida en cualquier caso se le puede agregar un 5 % por los diferentes
accesorios no contabilizados.

8. Bibliografía
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