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Introducción: Una Perspectiva de los Pactos de Dios

¿Qué es la teología sistemática?

Es una enseñanza compresiva y completa de los temas principales de las


Escrituras, presentados estos en categorías bíblicas. La idea es que no debemos
imponerle a la Biblia nuestra manera de pensar, sino pensar en las categorías que
la Biblia presenta sus temas. Esto nos lleva a una pregunta obligada:

¿Cuáles son los temas principales que la Biblia menciona?

Dios
Creación
Salvación

Estos son los tres puntos de enfoque principales de la teología sistemática. Se


habla de esto para observar donde encaja la doctrina de los pactos en la teología
sistemática.

a) Dios:

Su existencia:

La Biblia habla de la existencia de Dios, de su incompresibilidad, pues su


esencia es tan infinita que va más allá de nuestra mente finita. Pero también
habla de su congnosibilidad. Dios puede ser conocido con verdad y precisión
porque El se ha revelado en su palabra. El hecho de que El se haya dado a
conocer es el fundamento del conocimiento de Dios.

Su Naturaleza:

La Biblia habla de la naturaleza esencial de Dios, de que El es el Dios


viviente, de que El es Espíritu, de que tiene una voluntad soberana, de que El
es amor, de que tiene una mente infinita por lo que sabe todas las cosas reales
y posibles y que tiene todo el poder para hacer lo que El quiera simplemente
con desearlo.

Su Carácter:

La Biblia habla también sobre el carácter de Dios, de su santidad y justicia, de


su bondad y fidelidad. Ella habla también de su personalidad y nos dice que
ese Ser supremo existe en tres subsistencias personales (Padre, Hijo y Espíritu
Santo).
También la Biblia habla de los nombres de Dios, de su decreto, que El obra
según el consejo de su voluntad para la alabanza de su gloria, lo cual el
predeterminó desde antes de la fundación del mundo.

Estos son las aspectos principales de lo que la Biblia habla acerca de Dios,
que El existe, que lo podemos conocer, lo que es y como es, como debemos
acercarnos a El y que El decidió todo lo habría de suceder desde antes de la
fundación del mundo.

b) La creación original:

La Biblia nos dice que Dios hizo todas las cosas que hay en seis días literales,
según su propia voluntad y para su propia gloria. Ella nos dice que Dios
gobierna al mundo en su providencia y que el hombre, creado a su imagen y
semejanza, es la corona de la creación de Dios. La Biblia también nos dice
que el pecado ha distorsionado la imagen de Dios en el hombre y ha
deformado a toda la creación a través del hombre; nos dice que Dios tiene
misericordia sobre la creación original y es bueno para con todos, esto es lo
que llamamos gracia común, lo cual es gracia para los hombres y los animales
y bondad hacia el bueno y hacia el malo, que hace salir su sol sobre justos e
injustos.

En resumen, la bíblica nos habla sobre la creación original; que Dios la hizo y
la administra, que el hombre es la corona de la creación, que el pecado
distorsionó la imagen de Dios en el hombre y que Dios es tolerante y bueno
con su creación original.

c) La Salvación:

La gloria de la Biblia es lo que dice sobre la salvación del pecado. Las


Escrituras presentan el plan de salvación. Dios planificó la salvación desde
antes de la fundación de mundo. Dice el apóstol pablo: “que nos escogió
desde antes de la fundación del mundo para que seamos santos”; dice que
Dios logró la salvación enviando a su Hijo Jesucristo para salvar a pecadores
a través de su vida perfecta y su muerte expiatoria. La Biblia dice que Dios
aplica la salvación por medio de su Santo Espíritu. La Biblia nos dice que la
iglesia cristiana es la sociedad de los salvados y dice que Dios consumará la
salvación en el cielo, luego de que se hagan nuevos cielos y nueva tierra. Así
que, Dios tiene la salvación planificada desde antes de la fundación del
mundo, lograda por Cristo, aplicada por el Espíritu Santo y completada en la
gloria venidera.
La pregunta clave a todo esto es:

¿Dónde encaja el tema de los pactos de Dios en la teología sistemática?

Esto encaja entre el plan y el logro de la salvación. La persona y la obra de


Jesucristo no aparecen en un vacío. Con el cumplimiento del tiempo, Dios envió
a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley. La salvación no solo ha sido
planeada desde la eternidad, sino que también ha sido revelada dentro de un
marco o estructura previamente establecida por Dios y fundamentada en sus
promesas de salvación: los pactos. Así que los pactos de Dios son las promesas
para la salvación; El empieza a prometer salvación inmediatamente después de la
caída véase (Génesis 3:15) y El desarrolló estas promesas y le fue agregando,
hasta que en el cumplimiento del tiempo, El envió a su Hijo en cumplimiento de
esas promesas, para así lograr la salvación, la cual planificó desde antes de la
fundación del mundo.

Una perspectiva de todo esto:


Mateo 1:1

El primer capitulo del Nuevo Testamento es muy importante, ya que es todo


sobre Jesucristo, quien vino a salvar. El enfoque del Nuevo Testamento es
Jesucristo, su persona y sus obras, además, en este primer capitulo hay una
conexión entre Jesucristo y dos individuos: David y Abraham. De estas dos
personas en particular Jesucristo es descendiente y heredero, ya que Dios le
prometió a Abraham y a David que su heredero y su descendiente sería el Cristo,
el Rey del pueblo. Si no es entonces hijo de David y de Abraham no puede ser el
Mesías prometido. Es por eso que el énfasis de Mateo es que El es Hijo de David
y de Abrahán; El es aquel en quien se cumplen las promesas hechas a Abraham y
a David, y esas promesas no son promesas triviales, sino que son promesas
especiales, solemnes y confirmadas con juramentos y la Biblia tiene un nombre
especial para estas promesas confirmadas con juramentos: PACTO. Los pactos
son entonces promesas solemnes y Cristo viene en cumplimiento de esos pactos,
de esas solemnes promesas. Ahí es donde encaja y por eso es que encaja en ese
lugar y en este material. Todo es sobre las solemnes promesas de salvación que
Cristo viene a cumplir y que son cumplidas en bendición del pueblo de Dios en la
vida cristiana y la iglesia cristiana.
Introducción Exegética a los Pactos de Dios

I. Términos Bíblicos Para Pacto

a) Términos en el Antiguo Testamento

1- “Beriht". Traducido como “pacto”, “confederación”, “liga”; es el termino


principal en el Antiguo Testamento para referirse a los pactos divinos; también se
utiliza para referirse a pactos humanos. Este término es utilizado unas 287 veces.
Algunos textos en los que se usa esta palabra son Gn. 6:18; Ex. 2:24; Lv. 2:13;
Num. 10:33; Dt. 4:13; Jos. 3:3; Jue. 2:1,2; 1 Sam. 4:3-4; 1 Rey. 3:15; 2 Rey.
11:4; 1 Cron. 11:3; Sal. 25:10.

2- “Carath”. Traducido como “cortar”, “pactar”, “hacer pacto”. Se utiliza para


referirse tanto a pactos divinos como a pactos humanos. Se utiliza unas 13 veces
en el Antiguo Testamento: Dt. 29:12, 14; Jos. 9:15; 1 Sam. 11:2; 1 Rey. 8:9; 1
Cron. 7:18; 16:16; 2 Cron. 5:10; Neh. 9:38; Sal. 105:9; Isa. 57:8; Ezeq. 17:13;
Hag. 2:5.

3- “A’ lah”. Traducido como “juramento”, “maldición”. Se utiliza para referirse


tanto a pactos divinos como a pactos humanos. Se utiliza unas 10 veces en el
Antiguo Testamento: Gn. 26:28; Dt. 29:12,14; Neh. 10:29; Ezeq. 16:59; 17:13,
16, 18,19; Dan. 9:11.

4- “Shebuv’ ah”. Traducido como “juramento”. Se utiliza para referirse tanto a


pactos humanos como divinos. Se usa unas 10 veces en el Antiguo Testamento:
Gn. 26:3; Dt. 7:8; Jos. 9:20; 2 Sam. 21:7; 1 Rey. 2:43; 1 Cro. 16:16; Neh. 10:29;
Sal. 105:9; Jer. 11:5; Dan. 9:11.

5- “Shabah’”. Traducido como “jurar”. Se utiliza tanto para referirse a actos


divinos como a humanos. Se utiliza unas 55 veces en el Antiguo Testamento: Gn.
21:31; 22:16; 26:3, 31; 31:53; 50:24; Ex. 13:5,11; 32:13; 33:1; Dt. 1:8,35; Jos.
1:6; 5:6; Jue. 2:1; Sal. 89:3, 35,49; 110:4; Ezeq. 16:8; Miq. 7:20.

6- “Nasa’ yah”. Traducido literalmente como “levantar manos” y se usado como


una expresión de hacer pacto o juramento. Había una práctica entre los hebreos
de levantar las manos cuando se iba a hacer un juramento. Esta palabra aparece 3
veces en el Antiguo Testamento: Ex. 6:8; Num. 14:30; Neh. 9:15.
b) Términos en el Nuevo Testamento

1- “Diatheke”. Traducido como “pacto”, “juramento”. Es el equivalente del


término Antiguo Testamentario “Berith”. Hay una intima conexión entre la
usado 31 veces en el nuevo testamento. Es usado unas 31 veces en el Nuevo
Testamento: Mat. 26:28; Mr. 14:24; Lc. 1:72; Hch. 3:25; Hch. 7:8; Rom. 9:4; 1
Cor. 11:25; 2 Cor. 3:6; Gal. 3:15; Ef. 2:12; Heb. 7:22. Algo interesante sobre este
termino es que esta no es la palabra griega usual para referirse a pacto sino que
realmente denota una disposición, y consecuentemente también un testamento.
La palabra ordinaria para pacto es “suntheke”. ¿Por qué entonces la sustitución?
El hecho radica en que la palabra griega suntheke estaba basada en gran parte
sobre la igualdad legal de las partes. Pero en un pacto de Dios no hay igualdad,
pues Dios es infinitamente superior a sus criaturas racionales.

2- “Diatithemai”. Traducido como “señalar”, “hacer pacto” o “atestar”. Este


término es usado 6 veces en el Nuevo Testamento: Lc. 22:29; Hch. 3:25; Heb.
8:10; 9:16,17; 10:16.

3- “Omnuo”. Traducido como “jurar”. Se utiliza para referirse a pactos divinos.


Se utiliza unas 6 veces en el Nuevo Testamento: Lc. 1:73; Hch. 2:30; Heb. 6:13;
6:16; 7:21.

4- “Horkos”. Traducido como “juramento”. Se utiliza para referirse a pactos


divinos y es usado 4 veces en el Nuevo Testamento: Luc. 1:73; Hch. 2:30; Heb.
6:16,17.

5- “Horkomosia”. También traducido como “juramento”. Se utiliza para referirse


a los pactos divinos y se usa 4 veces en el Nuevo Testamento: Heb. 7:20, 21, 28.
II. La Idea General de los Pactos Divinos

¿Qué es un pacto?

a) Los pactos de Dios son promesas verbales hablada a los hombres en lenguaje
humano.

• Génesis 15:18: ´´ En aquel día hizo Jehová un pacto con Abrahán


diciendo ´´, o sea que es una promesa verbal que Dios le hace a Abrahán.

• Éxodo 19:5: ´´ Si diereis oído a mi voz y guardareis mi pacto ´´, obedecer


su voz, escuchar su voz y guardar su pacto, porque el pacto es hablado por
Dios.

• Éxodo 34:28: ´´ Y escribe estas palabras porque conforme con estas


palabras e hecho pacto con tigo y Israel ´´, así que son promesas verbales
habladas a los hombres en lenguaje humano.

b) Los pactos de Dios son más que simple o meras promesas, son promesas
solemnes, confirmadas y hechas firmes por un juramento.

• Salmos 89: 3, 34,35. Estos textos presentan de manera clara que la esencia
del pacto que hizo Dios con David su siervo escogido es una promesa que
El confirmó e hizo firme con juramento: “He hecho pacto con David mi
siervo con juramento”. También dice: “No olvidare mi pacto ni mudare lo
que a salido de mis labios una vez he jurado por mi santidad y no mentiré
a David”.

• Lucas 1:72-73: “Para hacer misericordia con nuestros padres y acordarse


de su santo pacto del juramento que hizo a Abrahán nuestro padre que
nos habría de conceder”. Este pacto del cuan hace mención es en su
esencia destilada el juramento que hizo a Abrahán nuestro padre.

Dios le hizo en el pasaje anterior una promesa a David y se la confirmó con


juramento. De igual manera hizo una promesa a Abraham y se la confirmó con
juramento. Esa promesa juramentada de Dios hacia Abrahán y hacia David es un
pacto.

• Deuteronomio 29:10-14. Este pasaje nos habla del pacto mosaico entre
Dios y el pueblo de Israel. Dios le esta hablando a la generación de
Israelitas que estaba en el desierto con la cual se hizo un pacto llamado en
la Escritura antiguo pacto. Cuando Israel entró en el pacto y en el
juramento que Jehová le hizo, ellos se convirtieron en el pueblo de Dios:
“Para confirmarte hoy como su pueblo y para que El te sea a ti por Dios
de la manera que El te ha dicho y prometió con juramento o le juro a tu
padre Abraham. Y no solamente con vosotros hago yo este pacto y este
juramento sino con...”, así que se nota la conexión intima entre un pacto y
un juramento.

• Hechos 3:25: “Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que
Dios hizo con nuestros padres, diciendo a Abraham: En tu simiente serán
benditas todas las familias de la tierra”. Dos cosas son claras: primero,
Dios promete a Abraham que en el serian benditas todas las naciones;
segundo, el autor divino le llama a esta promesa un pacto. ¿Dónde esta el
juramento? En Génesis 22:16-18 podemos ver el contexto cuando Dios
dio esta promesa a Abraham. Es interesante notar de que allí no
encontramos la palabra pacto, pero si la palabra juramento: “Por mi mismo
he jurado”. ¿Qué es lo que Dios promete con juramento a Abraham? “En
tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto
obedeciste a mi voz” (v. 18). Es a esto que el autor divino le llama pacto
en Hechos 3:25.

• Génesis 9:8-17. Vemos aquí que Dios esta haciendo un pacto con Noé y
su familia. La esencia o sustancia de este pacto esta en el verso 11:
“Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne
con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra”. Es
claro que hay un pacto, pues se menciona explícitamente. Es interesante
notar que aquí no se usa la palabra juramento, pero cuando leemos Isaías
54:9-10, vemos que si lo hubo: “Porque esto me será como en los días de
Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la
tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré”.

¿Hay un pacto entre Dios y Jesús? ¿Ha hecho Dios alguna vez una promesa
juramentada a Jesús con juramento?

Si, esta es “Y tu serás sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec”.


Si vemos el contexto en el libro a los hebreos y en los Salmos, notaremos que es
un juramento, un pacto. Así que es claro que los pactos de Dios son promesas
juramentadas y por eso se les llama solemnes promesas, son más que meras
promesas, son solemnes promesas confirmadas con juramento.

c) Los pactos de Dios son promesas solemnes, donde El dispone su favor y buena
voluntad.

Estas promesas de Dios son todas promesas de hacer el bien, no son amenazas ni
maldiciones. Algunas veces Dios jura en su ira “He jurado en mi ira no entraran
en mi reposo”, pero esto no es un pacto, porque en el pacto Dios siempre expresa
la buena voluntad, bendición, favor, fe, gracia, lo opuesto a ira u hostilidad.
• Génesis 6:8. La humanidad había llegado al colmo de la maldad, lo que
suscitó la santa ira de Dios a tal punto, que Dios se arrepintió de haber
hecho al hombre y decidió raer de la tierra a todo ser humano: “Rearé de
sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, pues me arrepiento
de haberlos hecho”. Pero Noé halló gracia o favor ante los ojos de Dios.
El preservó a Noé, no lo destruyó. Es en este contexto que Dios hace un
pacto con Noé. Dado que Noé anduvo rectamente delante de Dios, Dios le
ofrece su favor y su buena voluntad, lo opuesto a ira.

d) Algunos de los pactos de Dios tienen símbolos visibles asociados con ellos,
pero no todos. En el caso del que Dios hizo con Noé y su familia el símbolo fue
el arco iris, que sirve como recordatorio de la promesa.

En resumen, los pactos de Dios son promesas solemnes, donde Dios, por medio
de un juramento, promete su favor y buena voluntad hacia un siervo justo o hacia
una comunidad redimida. La esencia de un pacto son entonces las promesas
verbales y solemnes del favor y la gracia de Dios hacia los hombres.
III. Características de los Pactos Divinos

Los pactos de Dios en la historia de la redención manifiestan cinco


características:

1- Revelan solemnidad formal, pues se trata de promesas solemnes confirmadas


con juramento.

2- Al hablar de siete pactos como los más importantes, los pactos de Dios revelan
pluralidad numérica.

3- Dado que son diferentes compromisos con personas distintas, ratificados en


tiempo y lugares específicos y diferentes de la historia, los pactos de Dios
también revelan historicidad temporal.

• Génesis 15:18: “En aquel día” o sea es en un momento de la historia.


• Deuteronomio 5: “Hoy entran en este pacto”.
• Jeremías 31:33: “Este es el pacto que haré con la casa de Israel después
de aquellos días”.

4- Los pactos de Dios manifiestan perpetuidad orgánica, pues los pactos del
siervo justo, por lo menos de manera implícita, son una bendición no solo para el
siervo, sino también para sus descendientes. En el caso de una comunidad o una
sociedad, explícitamente incluyen una bendición a la posteridad. En el caso del
pacto mesiánico y el nuevo pacto, como Jesús no tiene hijos físicos, incluye una
posteridad espiritual.

5- Los pactos de Dios manifiestan unidad evangélica. Cada pacto esta revelando
algo más del plan de salvación del pecado por Jesucristo y mientras la historia va
pasando y sucediendo la revelación del evangelio tiene luz que va en aumento y
eficacia.
IV. La Identidad de los Pactos Divinos

a) Los pactos de Dios en el Antiguo Testamento

1- El pacto con Noé.


2- El pacto con la comunidad redimida del arca, hecho inmediatamente después
del diluvio.
3- El pacto con Abraham
4- El pacto con la comunidad redimida de Egipto: el Israel físico.
5- El pacto con David.

b) Los pactos de Dios en el Nuevo Testamento

1- El pacto con Jesús, que Él seria sacerdote para siempre según el orden de
Melquisedec.
2- El Nuevo Pacto, hecho con la comunidad redimida del pecado: el Israel
cristiano, los discípulos de Cristo, la iglesia cristiana.
c) La forma dual de los pactos de Dios. Hay dos tipos de pactos que Dios hace:
Los que El hace con un siervo justo y los que El hace con una comunidad
redimida. Todos los grandes pactos entran dentro de una de estas categorías.

• Génesis 6:18. En este pasaje el pacto se hace solamente con Noé y en el


contexto, Noé es presentado como un siervo justo y piadoso delante de
Dios, varón perfecto en sus generaciones.

• Génesis 9:9-10. En este pasaje el pacto no es solamente con Noé, sino que
este abarca a toda la comunidad que salió del arca, incluyendo a los
animales. ¿Qué tenían Noé, su familia y los animales en común? Ellos
eran una comunidad que estaba dentro del arca. Así que, fue establecido
con todos el que estaban en el arca, hombres y animales y sus
descendientes para siempre. ¿Qué experimentaron la familia de Noé y los
animales que estaban en el arca? Ellos experimentaron salvación. 1 Ped.
3:20 nos dice que Dios salvó de las aguas del diluvio a Noé, a su familia y
a los animales que estaban dentro del arca. No lo salvó del infierno,
porque los animales no van al infierno; tampoco lo salvó del pecado,
porque los animales no pecan. Fueron salvados por Dios de morir
ahogados en las aguas del diluvio. Ellos fueron una comunidad salvada
por Dios del diluvio, el cual representaba la ira de Dios y que trajo
destrucción a todo el mundo.

De forma similar tenemos el pacto con Israel. Se trata de un pacto con una
comunidad redimida, pero no del pecado ni del infierno, sino de la esclavitud en
Egipto.
• Éxodo 3:8: “y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y
sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye
leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del
ferezeo, del heveo y del jebuseo”. Aquí nos dice que él fue a librarlos, a
salvarlos, a rescatarlos de los egipcios.

• Éxodo 14:30: “Así salvó Jehová aquel día a Israel de mano de los
egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar”.

• Judas 5: “Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el
Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después
destruyó a los que no creyeron”.

Ellos no fueron salvados del pecado por la fe sino que fueron salvados de las
aguas del diluvio y de la esclavitud en Egipto. Tanto la salvación de las aguas del
diluvio como la de la esclavitud en Egipto son una ilustración de una tercera vez
en que Dios interviene en la historia para salvar a una comunidad y esa es la
comunidad que Dios salva del pecado en Cristo Jesús: “Y dará a luz un hijo, y
llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”
(Mat. 1:21).

En conclusión, vemos entonces dos tipos de pactos: el primero hecho con un


siervo: Noé. El segundo es hecho con la comunidad de todos los que habitaron en
el arca; no salvados del infierno ni del pecado, sino del diluvio; salvados por
Dios mismo del diluvio, una comunidad completa.
La siguiente tabla resume la identidad de los pactos de Dios en la Escritura y su
correspondiente categoría:

Pactos con un siervo justo Pactos con una comunidad redimida


El pacto con Noe La comunidad del arca
El pacto con Abraham El Israel físico salvado de Egipto
El pacto con David El Israel espiritual salvado del pecado
El pacto con Cristo
Introducción Teológica a los Pactos de Dios

I. Los Compromisos de los Pactos de Dios tienen un Enfoque de Redención:


Su Unión con Su Pueblo.

“Y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo” (Jeremías 24:7).

El pacto Abrahamico
El Antiguo Pacto
El pacto Davídico
El pacto Mesiánico
El Nuevo Pacto

Los pactos de Dios tienen un enfoque de redención y estas redenciones divinas


están saciadas al pueblo de Dios. Primero Dios redimió a su pueblo de Egipto y
luego lo redimió del pecado. Cuando los redimió de Egipto hizo el Antiguo
Pacto y cuando lo redimió del pecado hizo el Nuevo Pacto. El pacto de Dios con
su siervo justo Abraham y el pacto con su siervo justo David están íntimamente
conectados con la redención del Israel físico de Egipto y el pacto de Dios con su
siervo justo Jesús esta íntimamente conectado con la redención del Israel cristino
del pecado.

Todos estos pactos son llamados por Pablo en Efesios 2:12 como los pactos de
la promesa, de los cuales los gentiles eran extraños, pero ahora participantes en
Cristo. Si le perteneces a Jesús, eres simiente de Abraham; aunque no seas
descendiente físico de Abrahán, eres su hijo espiritual y heredero según la
promesa, aun cuando no seas descendiente físico: Gálatas 3:29: “Y si vosotros
sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la
promesa”.

Hay otros dos pactos que Dios hizo en la historia. Primero, antes del diluvio, hizo
un pacto con Noé su siervo justo (Gn. 6:18) y después del diluvio con la
comunidad redimida en el arca (Gn. 9:16-18).

La forma en que Dios salva

Hay tres economías de pactos divinos y esas economías se desarrollan dentro de


una misma comunidad y los últimos dos son muy significativos.

1- El primer pacto hecho con una comunidad para salvar toma lugar después del
diluvio y es conectado con su siervo justo Noé. Lo podemos ilustrar de la
siguiente: El siervo justo (SJ) esta conectado directamente con la comunidad
salvada (CS). Esta es la primera economía y todo lo demás toma lugar dentro
de esta, de generación en generación, desde el diluvio hasta el fuego, cuando
este mundo sea quemado. Todos aquellos que tienen vida hoy son
descendientes de Noé y están en un pacto con Dios por su conexión con Noe.
Se trata del mismo pacto que hizo con Noé y todos los que salieron del arca,
cuya señal es el arco iris.

2- Ahora de esa comunidad salvada del diluvio Dios escogió a un hombre y


decidió hacerlo padre de su pueblo: Abraham. Dios hizo un pacto con
Abrahán (Génesis 15) y se lo confirmó a Isaac y a Jacob sus hijos, y luego,
cuando el tiempo se acercó, Él cumplió la promesa y salvó a sus
descendientes, la nación de Jacob, a quien luego cambió su nombre por Israel.
A esta nación, conectada a Abraham, Dios la salvó de la esclavitud en Egipto
y luego le dio la tierra de Canaan como heredad y los hizo su pueblo en
cumplimiento de la promesa que le hizo a Abrahán, a Isaac y a Jacob y luego
hizo pactos, pacto que se le conoce como Antiguo Pacto.

Dentro de esta sociedad salvada de Egipto, encontramos que Dios escogió a


otro hombre y ese hombre es David y lo hizo a rey de ese pueblo y le
prometió que su reinado continuaría y que un hijo suyo (Cristo) se sentaría
sobre su trono y gobernaría su pueblo para siempre. Así continuó hasta que
se cumplió la promesa y en el tiempo Dios envió también a Jesús hijo de
Abrahán, hijo de David, en cumplimiento de la promesa.

3- Después hizo un pacto con Jesús, convirtiéndole en sacerdote para siempre


según el orden de Melquisedec y completa la salvación de su pueblo, a
quienes se les identifica como hijos espirituales de Abrahán y entonces hace
un pacto con ellos, llamado Nuevo Pacto, pacto que continua hasta que llegue
el fuego cuando entonces sea consumado en gloria.

La relación entre Noé y los que estaban en el arca es una ilustración de la


relación que hay entre el siervo justo Jesús y su pueblo, pueblo que Él salvó
del pecado. De igual manera, la relación entre Abrahán y David con el pueblo
de Israel es una ilustración de la relación entre Jesús y su pueblo, pueblo que
Él salvó del pecado.

Es impresionante y fascinante notar como todos estos pactos, el pacto con el


justo Abrahán, el pacto con el justo David, el pacto con el justo Jesús y los
pactos con las comunidades salvadas de Israel y del Israel cristiano (los
pactos de la promesa), están unidos en toda la historia de la redención, siendo
el centro de todos ellos Cristo mismo, en quien su pueblo recibe todas las
bendiciones de salvación del pecado en esta vida y en el mundo del porvenir.
Importancia Teológica de los Pactos de Dios con su Pueblo.

1- Los pactos de Dios determinan la estructura misma de la palabra de Dios:

¿Cuantas partes tiene la Biblia? Dos partes: el Antiguo Testamento y el


Nuevo Testamento.

¿Por qué? Porque Dios ha dado las Escrituras a su pueblo. Cuando redimió a
su pueblo en Egipto y estableció con ellos el Antiguo Pacto, les dio un cuerpo
de revelación en su idioma y cuando redime a su pueblo del pecado haciendo
con ellos un Nuevo Pacto, agregó un cuerpo adicional de revelación llamado
el Nuevo Testamento en griego, el lenguaje común del pueblo en Aquellos
días. Es por eso que tenemos hoy un Antiguo Testamento y un Nuevo
Testamento en una Biblia. Una Biblia porque es un solo pueblo de Dios y dos
Testamentos de revelación porque Dios hizo dos pactos con su pueblo,
primero el antiguo con el Israel hebreo y luego el nuevo con el Israel cristiano
y por eso la teología del pacto explica la estructura de la Biblia. Una Biblia y
dos partes, un pueblo de Dios y dos pactos (Nuevo y Antiguo).

El Antiguo Testamento ha sido reorganizado hoy en día: de Génesis a Esdras,


Nehemías y Ester, se describe la historia del pueblo de Dios bajo el antiguo
pacto; de Job a los Cantares de Salomón se concentra en la experiencia del
pueblo de Dios bajo el antiguo pacto; de Isaías a Malaquías (los profetas), se
concentran en la esperanza, la expectación del pueblo de Dios bajo el antiguo
pacto. De manera similar el Nuevo Testamento: de Mateo a Hechos habla de
la historia del pueblo de Dios en la generación apostólica bajo el nuevo
pacto; las cartas paulinas y las cartas católicas hablan sobre la dirección y la
regla apostólica de el pueblo de Dios bajo el nuevo pacto y el Apocalipsis se
concentra en la esperanza y la expectación de la segunda venida que
caracteriza al pueblo de Dios bajo el nuevo pacto.

2- Los pactos de Dios regulan la naturaleza de la obra de Cristo.

a) En virtud del pacto hecho con Abraham, El es la simiente prometida,


quien trae bendición espiritual a gente de todo pueblo, nación y lengua.
b) En virtud del pacto hecho con David, El es el heredero de David, el Rey
del pueblo de Dios que esta sentado en el trono gobernando para siempre.
c) En virtud del pacto mesiánico, El es sacerdote para siempre. El es el
sacerdote quien hace expiación, intercesión y viene a bendecir al pueblo
de Dios en virtud del nuevo pacto. Como Moisés hizo mediación en el
antiguo pacto como profeta, así también Jesús, como profeta y sacerdote
es quien hace mediación entre Dios y su pueblo en el nuevo pacto. El es el
profeta, el sacerdote y el rey en cumplimiento a las promesas hechas a
Abraham, David, al mismo Jesús y al Israel cristiano
II. Los Compromisos de los Pactos de Dios tienen una estructura de
benevolencia: Su Unión con la Raza de Noe.

“Y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne
que hay sobre la tierra” (Gn. 9:16).

Todos tienen un enfoque de benevolencia (buena voluntad). Toda esta bendición


del pueblo de Dios ocurre en el contexto del pacto que Dios hizo con Noé antes
del diluvio y luego el pacto que hizo con los moradores del arca después del
diluvio. Dios hace todas estas cosas en el contexto de benevolencia, favor y
gracia común al hombre y al animal, todos descendientes de los moradores del
arca.

III. Los Compromisos de los Pactos de Dios tienen un Fundamento Evangélico:


El Pacto de la Gracia de Dios.

“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya;


esta te herirá en la cabeza, y tu le herirás en el calcañar” (Gn. 3:15).

Todos estos pactos están unidos por un evangelio común y esto se revela primero
inmediatamente después de la caída cuando Dios dice “pondré enemistad entre ti
y la mujer y entre tu simiente y la simiente tuya esta te herirá en la cabeza y tú la
herirás el calcañar”. Aquí hay una promesa comúnmente llamada PACTO DE
GRACIA, promesa de la destrucción del diablo y de la redención a Eva y a sus
hijos espirituales por la obra del Cristo, la simiente de la mujer.

Así que desde el principio tenemos una promesa evangélica que une todos
estos tratados de gracia. Desde el mismo principio, inmediatamente después de
la caída, los hombres han sido salvados solo de una manera: por gracia mediante
la fe en el Señor Jesucristo, quien es la simiente de la mujer y quien habría de
destruir la obra del diablo. Esta promesa tuvo lugar mucho antes de cualquiera de
estos pactos y los une a todos, siendo el cumplimiento de esa bendita promesa de
que El enviaría a su Hijo y aplicaría redención a los descendientes espirituales de
Eva.

Esta es la ilustración teológica de los pactos de Dios. Los pactos de Dios tienen
una estructura de benevolencia, un fundamento evangélico (Génesis 3:15) y un
enfoque de redención, la redención del pueblo de Dios primero de Egipto y luego
del pecado.
Unidad 1: El Eterno Consejo de Redención

“Sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin
contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo” (1 Ped.
1:19-20).

Como se indicó en la introducción, los pactos de Dios se caracterizan por una


pluralidad numérica, pues son varios a través de la historia, algunos hechos con
un siervo justo, otros con una comunidad redimida. Sin embargo, hay una unidad
entre todos ellos, pues hay una promesa de redención en Cristo que permea todos
los pactos.

Esta promesa de redención no fue un plan B en la mente de Dios. Esta promesa


de salvación en Cristo fue planeada desde antes de la fundación del mundo: “ya
destinado desde antes de la fundación del mundo”. En los versículos 17 y 18
Pedro llama a los hijos de Dios a que caminen en santidad y temor “Conducíos
en temor todo el tiempo en que vuestra peregrinación”. Pero esto no es todo,
además, conecta este andar en santidad a la obra redentora de Cristo: “sabiendo
que fuisteis rescatado de vuestra vana manera de vivir, El no dice teniendo
dudas de que fuisteis rescatados sino que el dice: “sabiendo que fuisteis
rescatados con la sangre preciosa de Cristo”. Fuimos rescatados o liberados a
cambio de un pago y el pago no fue dinero, sino la preciosa sangre de Cristo, el
Cordero de Dios. Es bajo este fundamento entonces que Pedro se lanza sobre un
gran misterio, donde dice que Cristo fue “destinado desde antes de la fundación
del mundo, pero manifestado en los postreros días”, cuando llegó “el
cumplimiento del tiempo” decretado. Este Cordero sin mancha, el Hijo amado
del Padre desde la eternidad, fue enviado por el mismo Padre al mundo para
rescatar a su pueblo de sus pecados.

Estas palabras nos abren las puertas al gran misterio ya mencionado: el eterno
consejo de Dios. Este eterno consejo esta relacionado a Cristo y su obra redentora
e incluye al Dios Trino y a todas las relaciones eternas entre sus integrantes.

Efesios 1:11 nos dice: “En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido
predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el
designio de su voluntad”. La idea plasmada en el pasaje es que todo lo que
sucede, lo que Dios hace en la historia, fue lo mismo que el decidió y planeó
hacer en la eternidad pasada, es decir, desde antes de la fundación del mundo.
Por tanto, todo lo que Cristo hace en la historia para redimirnos no es un plan B
en la mente de Dios, sino que es exactamente lo que El había decretado con
relación a Cristo en la eternidad pasada.

Así que el pasaje sugiere primeramente que Dios el Padre mandó a Dios el Hijo
para completar una redención que ya habían planificado y lo hizo a través de su
encarnación, su ministerio público, su vida perfecta y su muerte expiatoria en la
cruz. Luego Dios lo levantó de los muertos y lo sentó en gloria a Su diestra con
el propósito de aplicar por medio del Espíritu Santo la redención a su pueblo y
desde allí vendrá al fin del mundo para completar la redención de aquellos que en
El esperan. Todo esto que Cristo hizo, hace y hará en el marco de la historia son
exactamente las cosas que Dios el Padre ha decretado o planificado, pues “El
hace todas las cosas según el designio de su voluntad”.

I. Una Reexaminación del Testimonio Bíblico al Eterno Consejo de la


Redención.

a) Contemplemos como el Hijo encarnado describe su misión y comisión de


redención.

¿Quien conoce mejor la misión del Hijo que el propio Hijo? Vamos entonces a
empezar con la descripción que El mismo da acerca de la misión y comisión de
redención.

• Juan 3:17: “Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al


mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él”. El pasaje enseña de
manera explicita que su primera venida tuvo como objeto una misión de
misericordia, una misión de rescate donde El habría de salvar a pecadores
de toda familia, lengua, tribu y nación de sus pecados. El énfasis del
pasaje es claro, el Padre lo envió a El en esta misión (v. 16).

• Juan 5:22-23-26-27: “Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el


juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre.
El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió… Porque como el
Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida
en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el
Hijo del Hombre”. Jesús dice que el Padre dio toda autoridad al Hijo para
juzgar a los hombres.

El Padre decidió darle al Hijo encarnado Jesús toda la autoridad y vida en si


mismo con el propósito de que el hombre honrara, glorificara y alabara a Dios
el Hijo, así como se honra, alaba y glorifica a Dios el Padre.

• Juan 6:37-39: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí


viene, no le echo fuera. Porque he descendido del cielo, no para hacer
mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del
Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada,
sino que lo resucite en el día postrero”. El pasaje nos habla de un grupo
de personas que fueron dados a Cristo por el Padre y que se les llama “los
que el Padre me da”. Sabemos que son personas porque Jesús dice
“vendrá a mí”, indicando con esto que tienen voluntad. Estas personas
vendrán a Cristo y Cristo los recibirá y los salvara eficaz y seguramente y
los resucitará en el día final, pues esta es la voluntad del Padre.
• Juan 8:42: “Jesús entonces les dijo: “Si vuestro padre fuese Dios,
ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido;
pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió”. Jesús claramente
dice que El vino a la tierra con una misión, una misión comisionada por
Dios el padre y que todo aquel que es de Dios le recibe y le ama como el
enviado de Dios.

• Juan 10:27-29: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y


yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de
mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las
puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos”. Jesús
habla de un grupo de personas a quienes llama “mis ovejas”. De ellas dice
que escucharán la voz de Cristo y vendrán a El. Una vez estén “en El”, su
salvación será segura, nada ni nadie podrá arrebatarlos de su mano. La
razón de que su salvación es segura es porque el Padre se los entregó a
Cristo y le dio la responsabilidad de llevarlos salvos a casa. Esto es
seguro, pues Cristo, quien tiene esta gran responsabilidad es Dios: “Yo y el
Padre Uno somos”.

• Juan 17:5,7-8,24. Cristo aquí le quita el velo al tiempo y nos da un


pequeño destello de los misterios de Dios en este consejo de redención. El
habla un poco de esta relación eterna y de sus experiencias eternas con el
Padre: “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella
gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese” (v.5). El habla también
de la gloriosa elección de Dios el Padre en la eternidad, por medio de la
cual tomó una elección bajo decreto: “Eran tuyos” y luego menciona su
comisión eterna: “aquellos que me has dado” (v.24). El recuerda cuando
en el cumplimiento del tiempo dejó el cielo al ser enviado por el Padre:
“han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me
enviaste” (v.8).

b) El Hijo encarnado describe la misión y la comisión del Espíritu Santo.

• Juan 14:16-17: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para


que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el
mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le
conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros”. Cristo afirma
que cuando ascendiera al cielo a la diestra de la majestad en las alturas,
Dios enviaría el Espíritu Santo a su pueblo en respuesta a sus oraciones. El
Espíritu moraría en sus corazones y estaría con ellos hasta el fin del
mundo. La venida del Espíritu es presentada en el pasaje como un regalo
del Padre a sus hijos. De modo que, el Espíritu también estaba
involucrado en el consejo eterno de redención.

• Juan 14:25-26: “Os he dicho estas cosas estando con vosotros. Mas el
Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre,
él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he
dicho”. El Padre decidió en la eternidad mandar al Espíritu. En este
aspecto del consejo eterno el Espíritu Santo da al Padre tomar la decisión
de enviarle a su pueblo.

• Juan 15:26: “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del


Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará
testimonio acerca de mí”. Es claro del texto que el Espíritu Santo no solo
es enviado por el Padre, sino también por el Hijo. De modo que, la
decisión de mandar al Espíritu Santo fue la decisión del Padre y del Hijo
en el eterno consejo de la Redención.

c) Contemplemos como el hijo describe su segunda venida

Juan 5:26-29: “De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando
los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. Porque
como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida
en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo
del Hombre. No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los
que están en los sepulcros oirán su voz y los que hicieron lo bueno, saldrán a
resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de
condenación”. El Padre le ha dado al Hijo autoridad en Si mismo para juzgar a
todos los hombres. El Padre enviará al Hijo a juzgar al mundo en el día final.
Esto es exactamente lo que decidió hacer desde antes de la fundación del mundo
y eso es exactamente lo que hará: “está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos” (CA). Hay muchos otros
pasajes que confirman lo que se ha dicho:

Isaías 42:1-4
Isaías 49:6
Isaías 53: 4, 7,10-12
Filipenses 2: 5, 7,9
Salmos 110:4
II. Un Sumario de la Enseñanza Bíblica sobre el Eterno Consejo de
Redención.

a) La naturaleza general y las características del eterno consejo de Dios

El consejo eterno es un aspecto del decreto de Dios y por lo tanto tiene todas las
características del decreto de Dios y debemos considerarlo como una decisión
de la voluntad de la Trinidad. O sea que el consejo eterno de redención surge
de la facultad que Dios tiene en su voluntad y en este consejo las tres personas se
relacionan según sus cualidades distintivas. En Efesios 1:11 la palabra traducida
como “Designio” es la palabra griega “Boule”, la cual significa “una decisión o
un plan de acción”. Este plan de acción es el plan que Dios en su soberana
voluntad decidió hacer. Es por eso que utilizamos la palabra “consejo” y es por
eso se dice que es un plan de acción diseñado y decidido por el Ser Supremo en
la función decretiva de su voluntad. Y este plan fue determinado, diseñado y
decidido desde antes de la fundación del mundo en su eterno decreto. Por lo
tanto, el consejo eterno de redención es incondicional, inmutable, invencible,
inmaculado y también es incomprensible.

b) El contenido esencial y las partes del eterno consejo de redención.

1- Las personas: La bendita Trinidad

Lo primero que vemos en el bosquejo es la maravillosa interrelación de las


personas de la trinidad en el eterno consejo de redención. Estas
interrelaciones están edificadas sobre un fundamento y el fundamento es que
hay un solo ser supremo, que solo al un solo se supremo, una naturaleza
divina, una mente divina y una voluntad divina. No son tres seres distintos al
mismo nivel, sino solo uno y ese Ser Supremo es el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo. No son tres mentes infinitas, sino una sola mete infinita y esa
mente omnisciente es la mente del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Por lo
tanto, no hay tres voluntades divinas, sino una sola y esa voluntad soberana es
la voluntad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

¿Como es que tres personas que tienen la misma voluntad toman decisiones?
¿Cómo se relacionan las personas divinas con esta decisión? Esto es
imposible de ilustrarse porque no existe otra condición tri-uni-personal, pero
como el Hijo habla de estas cosas es necesario considerarlas, reconociendo
que nos paramos en el borde de un precipicio divino, totalmente
incompresible para nosotros. Por lo tanto, con reverencia miremos y
contemplemos la gloria divina en este aspecto revelada en las Escrituras. Hay
ciertas ideas expresadas con cierta claridad por Dios el Hijo en los pasajes
que ya hemos visto.

La idea de igualdad dentro de la pluralidad, es decir, las tres personas son


iguales en el Ser Supremo, la idea de dar, enviar, deferir (complacer o
someterse) o hacer la decisión tal; la idea del siervo sufriente de Jehová
mencionado en Isaías 42, 49, 53 y Filipenses 2; Hebreos 7:21,28 combinado
con Salmo 110:4 (Señalar con juramento), nos muestran que no es el mejor
modelo el ver esta decisión como un contrato o como un acuerdo entre la
personas de la Trinidad, donde hacen estipulaciones y reestipulaciones, o sea
como que uno da para conseguir otra cosa del otro. El problema es que ese
tipo de presentación podría dar la idea equivocada como si el padre, el hijo y
el espíritu santo son tres seres diferentes cada uno con su propia voluntad esa
seria una presentación errada, no son tres seres divinos separados solo uno y
al una sola naturaleza divina, sola una mente infinita divina, solo una
voluntad soberana y esa mente divina y esa voluntad divina es la voluntad del
padre, la voluntad del hijo y la voluntad del espíritu santo. Si debiera
preocuparnos proteger la igualdad del padre, del hijo y del espíritu santo pero
también proteger la unidad del ser supremo.

Las Escrituras dicen que el Padre dio, asigno y confió un pueblo al Hijo.
Luego El Padre envió al Hijo (lo comisionó). Estos pasajes adscriben decisión
en el Padre y deferencia en el Hijo, pero noten cuidadosamente que esta
deferencia no es una subordinación eterna de la volunta del Hijo a la voluntad
del Padre, pues el Padre y el Hijo no tienen diferentes facultades de voluntad
(son uno). Desde antes de la fundación del mundo hay solo una voluntad, la
voluntad del Padre y la del Hijo. La voluntad de ambos se relaciona con la
decisión del consejo eterno: El Padre se relaciona a esta de una manera
decisiva, el Hijo de una forma deferencial en cuanto a la obra de redención,
pero de forma deferente en cuanto al enviar al Espíritu Santo. ¿Qué del
Espíritu Santo? El Espíritu Santo se relaciona de una manera deferente a esta
decisión eterna de su voluntad cuando se refiere a su misión redentora, pero
se relaciona de manera decisiva en cuanto a esta decisión eterna cuando se
refiere a la manera, el momento de su ministerio y su influencia (Hechos 13:
2; Hechos 16: 7; Hechos 20: 28; 1ra Corintios 12: 7, 11). Estos pasajes
hablan de la decisibidad del espíritu santo con relación a la obra de redención.

No debemos sorprendernos al enfrentar misterios incomprensibles. Si ni


siquiera podemos explicar la Trinidad, mucho menos las relaciones
interpersonales entre ellos. Una vez más llegamos al borde del precipicio o la
profundidad de las riquezas del ser y de la sabiduría de Dios.

2- La bendita provisión del eterno consejo de redención.

El pacto eterno de redención es un aspecto del eterno consejo de Dios una


decisión eterna o resolución de la voluntad de la trinidad en el cual Dios
padre confía su pueblo electo a Dios Hijo así designándolo su redentor y
representante y determinando enviarlo a la tierra para lograr su redención del
pecado por su encarnación, unción, vida perfecta y muerte expiatoria,
resucitarlo y enviarlo y sentarlo permanentemente con un juramento de pacto
eterno a su diestra para aplicar su redención y enviarlo a la tierra una segunda
vez en el ultimo día para completar su redención y juzgar al mundo en el cual
Dios Padre y Dios Hijo determinan y resuelven enviar a Dios Espíritu
Santo a la tierra para efectuar la aplicación de la redención a su pueblo
electo individualmente y en la conversión, vidas como santos y muerte
corporalmente en la iglesia y completamente en la resurrección a gloria y
Dios el espíritu como el espíritu del padre y del hijo resuelve y determina la
medida, la manera, el momento de su aplicación individual y corporativa de
la redención.

Aplicación Práctica

1) El eterno consejo de redención es un fundamento sólido para la seguridad y


confianza del pueblo de Dios. Este consejo eterno de redención une y asegura
todas las promesas y acciones relacionadas con la salvación, unifica toda
promesa de misericordia y acto de fidelidad, es el fundamento del pacto de
gracia, del evangelio de Cristo, de la redención consumada, aplicada y
completada y asegura el bien eterno de todo el pueblo electo de Dios y por
este consejo eterno de redención, la salvación de todos aquellos quienes el
padre confió al Hijo es absolutamente segura. Nadie le arrancara de las manos
del Padre las ovejas de Jesús. El esta comprometido a salvar a lo sumo a todos
los que en el confían; ningún poder en la tierra o en el cielo puede frustrar
cualquier aspecto del decreto eterno con relación al redentor.

2) El eterno consejo de redención aporta mas razones para agradecer y alabar al


Dios Trino. El Padre nos amo de tal manera que nos confió al Hijo y lo envió
para resistir su propia ira en lugar y a favor de todos aquellos que creen en El.
Meditemos en este amor y bendigamos a Dios por este don inefable.

3) Finalmente, el consejo eterno de redención nos llama a imitar la más


extraordinaria divina gracia y deferencia expuesta en “Filipenses 2: 15”.
Pablo nos exhorta que tengamos la actitud que hubo en Cristo, que con
deferencia infinita se hizo carne. El ejemplo de Cristo de gracia y deferencia
hace que todos seamos como el. Debemos seguir su ejemplo y sacar de
nuestras vidas y de nuestras iglesias toda envidia, egoísmo y promoción
carnal; debemos seguir su ejemplo y apartarnos del orgullo carnal que piensa
muy alto de si mismo, pero que pone muy poca atención o importancia a los
derechos, prerrogativas y preocupaciones de nuestros hermanos. Debemos
eliminar todo tipo de pleitos carnales sobre nuestra influencia, nuestro rol,
nuestro perfil. Debemos imitar a Cristo y su postura deferente en este consejo
eterno en cuanto a su misión de ser un siervo.

Es obvio que el pecado, la salvación y la redención no son un plan B en la


mente de Dios porque el hombre pecó, sino que realmente era el plan de Dios
desde antes de la fundación del mundo que hubiese pecado y con el la
necesidad de un Salvador. El eterno consejo de redención fue la decisión de
salvar antes de que hubiese pecado.
Unidad 2: La Prohibición Representativa

Génesis 2: 16-17: “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del
huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás;
porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”.

I. La Formulación Tradicional de Esta Prohibición: El Pacto de las Obras.

a) Desarrollo del pacto de obras.

La concepción reformada tradicional es que Adán fue la cabeza del primer pacto
que Dios hizo con el ser humano, llamado comúnmente pacto de obras. Según
este concepto tradicional, Adán y Cristo son ambos cabezas de pacto. Las partes
contratantes en el pacto de las obras fueron Dios y Adán. Adán no fue solo Padre
d la raza humana, sino también nuestra cabeza o representante. La promesa del
pacto de las obras fue vida eterna en su sentido más pleno, una vida eterna en la
que Adán y sus descendientes hubiesen vivido por encima de la posibilidad de
pecar. La condición de este pacto era una obediencia perfecta, no solo a la ley
moral que había sido escrita en sus corazones, sino también de manera particular
al mandato de no comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y el mal. El
castigo del pacto de obras era la muerte en su sentido más amplio: muerte física,
espiritual y eterna.

b) Definición del pacto de obras.

La confesión de fe de Westminster, en su párrafo II y en el capitulo 7 ha definido


el pacto de las obras como aquel convenio entre Dios y Adán en el que se
prometía la vida a Adán, y en éste a su posteridad, bajo la condición de una
obediencia personal perfecta.

c) Apoyo para el pacto de obras.

1. El argumento de que los elementos de un pacto están todos presentes:

• Las partes contratantes. Por un lado tenemos al Dios Trino y por el otro,
a Adán como su criatura dependiente. Dios toma la iniciativa y hace un
pacto con Adán, donde El mismo impuso de manera soberana esta
condición sobre el hombre. No hubo un diálogo entre las dos partes para
llegar a una conclusión. Como Señor y dueño de Adán, Dios tenía todo el
derecho de poner las condiciones del mismo.

• Una provisión de gracia. Según el texto, Dios puso al hombre en un


lugar de mucha felicidad. Dios preparó el jardín del Edén, donde la
presencia especial de Dios estaba. Allí estarían las necesidades del hombre
satisfechas; por eso se le llama paraíso. La generosidad de Dios puede ser
percibida en el verso 16, donde se expresa una libertad sin límites: “Y
ordenó el SEÑOR Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto
podrás comer”.

• Una prohibición especial. Dios dio a Adán un mandamiento adicional a


la ley escrita en su corazón. El no debía comer del árbol del conocimiento
del bien y el mal (v.17). Esta era especial en su naturaleza; es decir, no era
moral en su esencia, sino que era positiva. No había nada inmoral en
comer del árbol. Adán tenía que recibir la sabiduría según la manera que
Dios había establecido y en el tiempo de Dios. Mientras tanto, Adán debía
refrenarse, no porque era malo, sino simplemente porque Dios lo había
prohibido.

• Una advertencia solemne. Dios advirtió a Adán que este moriría el día
que comiera de este árbol. La muerte que se menciona en esta advertencia
es la muerte en el sentido más inclusivo de la palabra, que abarca desde la
muerte física hasta la vida espiritual. La idea fundamental de la muerte en
la Escritura no es la extinción o aniquilación del ser, sino el quedar
separado de la fuente de vida, con la resultante disolución, o miseria y
dolor. Esta sentencia de muerte era para que Adán no despreciara todo lo
que Dios le había dado.

• Una promesa implicada. Las palabras de Dios a Adán no eran una


simple advertencia, pues también había una promesa implicada. Si Adán
obedecía y se abstenían de comer del árbol, ellos también hubieran
alcanzado un nivel de vida y de comunión con Dios que no se podía
perder. Dado que Adán actuó como cabeza y representante de su
posteridad, el nivel de vida que este hubiese alcanzado hubiese sido
disfrutado por la misma.

2. El argumento de que la amenaza de muerte implica necesariamente una


promesa implícita. En la Biblia, muchas amenazas implican o incluyen
promesas positivas (Jonás 3:4). Ante la advertencia de Jonás, los habitantes
de Nínive infirieron que había una promesa: si ellos hacían caso a la
advertencia, serian perdonados. De igual manera, la amenaza del castigo a
Adán, implica la promesa de que si obedecían el mandato, obtendrían un nivel
de vida superior al que poseían; una vida de santidad en la presencia de Dios
y de una forma inmutable.

Por otro lado, la cercanía física entre el árbol de la vida y el árbol de la


ciencia del bien o el mal sugiere una relación. Si Adán se hubiese refrenado
de comer del árbol, hubiese tenido acceso al árbol de la vida. El árbol de la
vida es un símbolo de una vida mas allá de la que Adán hubiese alcanzado
si hubiese obedecido. Aparentemente Adán y Eva no habían tenido acceso
al mismo (Génesis 3:22). El adverbio “también” se usa en el verso 6, donde
se nos dice que Adán no había comido todavía del Árbol. ¿Por qué no
habían comido Adán y Eva del árbol de la vida? Tal vez la cercanía entre
ambos árboles los relaciona: uno era la recompensa del otro. Un argumento
a favor de esto es que en otros lugares de la Biblia se presenta el árbol de la
vida como recompensa al creyente. En proverbios, el árbol de la vida es
usado como metáfora para referirse a recompensas. En Apocalipsis, es
usado como símbolo de inmortalidad o vida eterna para aquellos que
perseveran (Apocalipsis 2:7; 22:2,14).

3. El argumento de que hay un paralelo entre Adán y Cristo. Según Romanos


5:12-21, Cristo, el segundo Adán, ganó para nosotros lo que Adán fallo en
lograr. De esta relación se infiere que hubo un pacto entre Adán y Dios. Este
no pudo lograr los términos y por ello Dios envía al segundo Adán.

4. El argumento de que Oseas 6:7 menciona explícitamente que hubo un pacto:


“Mas ellos, cual Adán, traspasaron el pacto; allí prevaricaron contra mí”.

d) La critica al pacto de obras.

• Hoekema argumenta que las Escrituras no mandan este pensamiento


especulativo. Este argumento lo basa en que no hay indicios de un pacto
de obras antes de la caída en los primeros capítulos de Génesis. No se dice
nada allí de juramento, ni de ceremonia, ni de ratificación, etc.

• Hoekema argumenta que esta concepción no reconoce los elementos de


gracia que formaron parte de la administración adámica. Aunque es
verdad que Adán y Eva recibirían la bendición de vida permanente en
comunión con Dios a lo largo de la senda de las obras (perfecta obediencia
a la ley de Dios), de ningún modo se sigue que con esta obediencia fueran
a ganar o merecer esta comunión permanente.

• Hoekema argumenta que la promesa de eterna salvación antes de la caída


es inconcebible. Su punto es que la palabra pacto en las Escrituras se
utiliza siempre en un contexto de redención. Dios establece su pacto con
el hombre caído, con el fin de proporcionar una forma mediante la cual el
género humano caído pueda ser redimido.

• Hoekema argumenta que esto haría el pacto una relación incidental o


complementaria entre la vida de Adán y Dios. Pero la realidad es, plantea
Hoekema, que Dios tenía el derecho a una obediencia perfecta sin tener la
obligación de prometerles nada en virtud de ser el Creador.
• Hoekema argumenta que la idea es de una indignidad de la soberanía y la
sabiduría de Dios.
II. Una Evaluación Exegética de esa Prohibición

Introducción: Aspectos de interpretación.

1- Perspectiva de la relación entre Génesis 1 y 2.

Génesis 1:26,27 presenta una descripción amplia y suficiente para abarcar la


relación entre Dios y Adán. Este pasaje resume de manera panorámica todo lo
encontrado en Génesis 2:5-25, aunque de una manera mas detallada. En otras
palabras, lo que se describe en Génesis 2:5-25 es resumido en Génesis 1:26-27 y
lo que encontramos en los versículos 16 y 17 del capitulo 2 podemos definirlo en
base a lo encontrado en Génesis 1:26-27. La prohibición definida en Génesis
2:16-17 no puede ser separada de la relación descrita en Génesis 1: 26,27.

2- Perspectiva de la relación entre Adán y Cristo.

Hay dos tipologías:

• Romanos 5:12-21. Aquí se presentan Adán y Cristo como representantes


de toda una humanidad.
• 1ra Corintios 15: 45. Aquí se presentan Adán y Cristo como iniciadores de
una manera de existencia humana.

3- Perspectiva de la relación entre la creación y la recreación (redención).

Hay continuidad, pero también discontinuidad entre la creación inicial y la nueva


creación. La redención no nos lleva al tiempo en Edén cuando no existía el
pecado, sino que crea o produce algo mucho mejor que ese estado antes del
pecado. Así que hay continuidad y discontinuidad, armonía, avance y progresión.

a) La Estructura de esta Prohibición: La relación original entre Adán y


Dios.

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra


semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las
bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y
creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra
los creó” (Génesis 1: 26,27).
1- La naturaleza filial de la relación de Adán con Dios.

La relación entre Adán y Dios era una relación de un padre y un hijo. Adán fue
creado a imagen de Dios y ser hecho a imagen de Dios implica ser hijo de Dios.
Dios es el Padre de Adán y Adán es el hijo de Dios (Génesis 5: 1-3). Set es la
semejanza de su padre Adán y Adán es la semejanza de su Padre Dios. El Nuevo
Testamento enseña lo mismo (véase Lucas 3: 23-38).

Así que la relación que tuvo Adán con Dios desde que fue creado en un principio
fue una relación de familia. No era una relación fría o impersonal, como si fuera
una relación entre dos partes que están haciendo un contrato; no era como la
relación de un juez desinteresado y un acusado, los cuales no están relacionados.
No es como la relación de un gobernante distante con un sujeto que ni siquiera
conoce; era una relación calida y de amor, como la relación de un Padre con un
hijo.

Así que es inadecuado presentar esta prohibición en categorías, tales como:


partes contratantes, estipulaciones y penalidades; eso sería correcto para una
empresa que esta organizándose. Pero tal presentación sería muy inadecuado para
definir la prohibición entre un padre hacia un hijo. En Génesis 2: 16-17 Dios no
le habla a Adán como si el fuera un abogado o un juez, sino que le esta hablando
como un Padre.

a) Era una realeza.

Adán era realeza. Decir que Adán era hijo de Dios implica que era el virrey de la
creación. El Salmo 8:3-9 nos enseña que Dios dio a la raza humana en Adán el
ser príncipe de la creación y tener dominio de toda obra de sus manos. Sin
embargo, no estamos negando que Dios era el gobernador, Señor o juez de Adán,
pues como Padre de Adán, le gobernaba y le juzgaba.

Así que esta relación era una relación muy especial, así como la relación entre un
Rey y un príncipe. Al mismo tiempo, el Rey no era solo Rey, sino también padre,
gobernador, autoridad y juez. Por el otro lado, el príncipe no era solo príncipe,
sino también hijo. Así que Dios tiene el dominio, el es el Rey y le concedió a
Adán ser príncipe de la creación y de tener dominio de toda obra de sus manos
(Salmos 8: 3-9).

b) Era un representante.

Como hijo de Dios, Adán estaba delante de su Padre en calidad de representante.


Desde el principio Dios hizo a Adán el representante y la cabeza federal de toda
la posteridad. Las escrituras lo enseñan claramente en Romanos 5: 12-21. En este
pasaje, Pablo traza un paralelismo entre Adán y Cristo, siendo el primero un tipo
del segundo. Pablo enseña aquí que en la prohibición dada a Adán, este actuó en
representación de toda su posteridad.
Esto no cancela que Adán sea hijo de Dios. Como hijo de de Dios, el representó a
toda la posteridad natural de la creación. De manera similar, Jesús no dejó de ser
hijo de Dios porque Dios lo hizo a representante o cabeza federal de toda su
posteridad espiritual.

2- Los privilegios de esta relación.

Nos enfocaremos en dos aspectos:

a) Dios dio a su hijo Adán vida, tanto física como espiritual. El tenía un
verdadero conocimiento de Dios y tenia una comunión cálida y filial con Dios.
En Juan 17: 3 Jesús define la vida eterna como conocer al Padre, es decir, tener
una relación especial con El. Adán tenia vida física y espiritual y por esa misma
razón tenia acceso y derecho al árbol de la vida (Génesis 2: 16), aunque la Biblia
no dice claramente si el comió antes de la caída.

b) Dios dio a su hijo Adán como casa el huerto en Edén, el paraíso. Vivió en un
lugar lleno de bendiciones y deleite, un lugar de belleza y comodidad donde Dios
proveyó abundantemente todo lo que el necesitaba. Adán no merecía estas cosas,
es decir, no se las ganó. Dios le dio todo esto a Adán desde el principio
libremente y por gracia.

Esta relación salió de un favor paternal y amoroso hacia un hijo que fue creado
justo y puro. Todas estas bendiciones fueron disfrutadas libremente de la mano
de un Dios creador, generoso, amante y dador. Es por esta razón que no es propio
hablar de esta relación como un frío contrato entre Dios y el hombre.

Con todos estos privilegios que Dios dio a Adán, vienen también
responsabilidades; las dos cosas van de la mano. Dios, Padre de Adán, regula la
relación que el tiene con su hijo. Hay una ley y hay responsabilidad, la cual se
deriva de los privilegios.

3- Las obligaciones filiales de la relación de Adán con Dios.

¿Cuáles eran las obligaciones que dan tenia con Dios?

1- Adán debía imitar de Dios su ejemplo paternal. Esto es verdad aun para los
hijos de Dios hoy en día (Efesios 5: 1). Adán fue creado a imagen de Dios su
Padre y este debía reflejar el carácter de su Padre dentro de la estructura que Dios
había creado e instituido para el. Adán debía reflejar el carácter de Dios en sus
relaciones y en sus funciones.
2- Además de reflejar el carácter paternal de Dios, Adán estaba obligado a
obedecer un mandato específico de Dios, una restricción especifica. Esto nos
lleva a Génesis 2: 16,17.

b) Las Características de esta Prohibición.

• El contenido esencial.
• La naturaleza representativa.
• Los propósitos benevolentes.

1- El contenido esencial (Génesis 2: 16). Adán tenia permiso de comer de


todo los árboles del huerto, excepto de uno. Hay dos árboles que se
mencionan en el contexto: el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del
bien y el mal. Sin embargo, Dios solo les prohibió el comer del segundo.

a) Una soberanía restrictiva. Dios le dijo a Adán que del árbol de la


ciencia del bien y del mal no debía comer. Este árbol estaba en medio
del jardín, próximo al árbol de la vida (Génesis 2: 9). Aparentemente
era bueno para comer y no tenia ningún veneno (véase Génesis 3: 6). El
punto es que Dios, el Padre amoroso y Creador, tenía todo el derecho
soberano de controlar la vida de Adán y su dieta.

b) Una solemne explicación paternal o advertencia (Génesis 2: 17).


Dios le dio a su hijo una explicación de por que no debía hacerlo: “El
día que de el comieres ciertamente morirás”. Dios le advierte a Adán
que el día que comiere de este árbol moriría. A veces los padres les dan
explicaciones a los hijos que los hijos no pueden completamente o
llanamente entender simplemente porque los hijos no tienen experiencia
en esas cosas. En tales casos, el hijo debe simplemente confiar en el
padre. De la misma manera, la explicación que Dios debía ser suficiente
para Adán. El debía creer que su Padre era mas sabio y que quería lo
mejor para el. Todo lo que esto significa que si Adán no desobedecía
continuaría disfrutado de la vida y de todos sus privilegios.

2- La Naturaleza representativa de esta prohibición paternal (Rom. 5:12-


21).

Dios le dio a Adán este mandamiento y lo hizo representante de su


posteridad en cuanto al mismo. Cuando el desobedeció, entonces toda su
posteridad desobedeció juntamente con el (véase Romanos 5: 19).
3- Los propósitos de esta prohibición paternal.

¿Para que Dios le dio esta prohibición a Adán? Dios lo hizo para hacerle un
mejor bien. Tres cosas nos guían a esta conclusión: El nombre del árbol, la
Naturaleza de Padre al dar la prohibición, el hecho de que Adán fue creado con
un propósito de ser representante y ser un tipo de Cristo.

Así que no debemos pensar que Dios estaba tentando a Adán, como cuando una
persona consigue un nuevo trabajo y es puesto a prueba los primeros 6 meses; Si
hacen un buen trabajo entonces lo fijan, sino, lo despiden. Recordemos que esto
fluye de un Padre amoroso que desea lo mejor para su hijo amado. Consideremos
además que Dios hizo a Adán un tipo de Cristo. Pero, ¿puso Dios a prueba a su
Hijo Jesucristo? ¿Fue su vida aquí en la tierra una prueba de Dios? El pensar de
esta manera es incorrecto, ya que la vida de Cristo no fue una prueba para ver si
iba a funcionar o no.

Si no era una prueba entonces ¿Qué era?

a) Era una prohibición simbólica, donde se mostraba la realidad de que Dios


es soberano y por lo tanto, esta al mando; pero es mucho mas que esto.

b) Era una prohibición educacional. El Padre le estaba enseñando al hijo la


diferencia entre lo bueno y lo malo de una manera personal y experimental.
De manera similar, el autor a los Hebreos nos enseña de que Cristo fue
tentado para así consolar a aquellos que son tentados (Hebreos 2:18); por
otro lado, por lo que padeció aprendió obediencia de manera experimental
(Hebreos 5: 8). De manera similar, Dios el Padre y Creador de Adán puso
esta prohibición y esta tentación para el bien de Adán. Adán habría de
aprender el bien y el mal con experiencia.

c) La Realización de esta Prohibición.

1- El actual e histórico resultado de esta prohibición.

Mucho de lo que se discute con relación a este tema tiene que ver simplemente
con asuntos hipotéticos o de asuntos que pudiese haber pasado. En este estudio
trataremos específicamente con lo que pasó.

a) Primero, Adán rompió el mandamiento o la ordenanza (Gn. 3:7). El comió


el fruto que no debía comer.

b) Segundo, debido a su desobediencia, el perdió el privilegio de la vida


espiritual (Génesis 3: 8) y de la vida física (Génesis 5: 5). Debido a su
trasgresión, Adán fue sacado de la vida de Dios y después de 930 años
murió físicamente.
c) A esto le agregamos la perdida del privilegio de vivir en Edén y tener
acceso al árbol de la vida (Génesis 3: 22).

d) Eventualmente Dios destruyó el huerto en Edén, el árbol de la vida y el


árbol de la sabiduría. Algunos pasajes de le Escritura parecen sugerirlo al
usar verbos en pasado para referirse al mismo (Ezq. 31:18).
Probablemente lo hizo con el diluvio, cuando destruyó todo lo que había
sido creado. Pero sea que haya sucedido en el diluvio o no, el pasaje nos
enseña claramente que no tenemos acceso al huerto ni al árbol de la vida
desde la caída. Génesis 3: 24 nos dice que un querubín cuidaba el camino
al árbol de la vida, pues en esos días los hombres podían acceder a aquel
lugar.

e) Toda la posteridad de Adán es pecadora como Adán y en Adán y esto nos


hace pecadores. Todos los hijos naturales de Adán fueron engendrados en
pecado, incluyendo esto culpa y corrupción. Esto es lo que nos enseña
Pablo en Efesios 2:1-3, donde se nos dice que el hombre nace siendo hijo
de ira, en pecado y alejado de la vida de Dios. Así que, la desobediencia
de Adán fue, es y siempre será imputada a sus descendientes.

2- Preguntas hipotéticas y especulaciones sobre el resultado de esta


prohibición.

Muchos padres cristianos, en algún momento u otro del devocional familiar,


probablemente han hecho peguntas como las siguientes:

¿Qué hubiese pasado si Adán no hubiese comido del árbol del conocimiento del
bien y del mal? ¿Qué tal si Eva hubiese comido del fruto pero Adán no?

Nosotros no podemos dar una respuesta completa a estas preguntas. Una cosa es
que nuestros hijos hagan este tipo de preguntas y otra muy distinta es crear una
teología usando como fundamento preguntas y especulaciones como esas.
Debemos fundamentar nuestra teología en hechos bíblicos revelados y no en un
racionamiento hipotético, especulaciones y extrapolaciones.

a) ¿Que tal si Adán no hubiese pecado? ¿Hubieran sido aceptos cada uno de sus
hijos delante de Dios por la virtud de Adán o por la virtud de cada uno en
particular? A la luz del paralelo con Cristo, deberíamos decir que al parecer la
obediencia de Adán hubiera sido imputada a su posteridad, así como les fue
imputada su desobediencia; pero ¿Qué tal solamente Eva hubiese comido?,
pero ¿que tal si hubiese sido uno de los hijos de Adán y Eva? ¿Qué hubiese
pasado entonces? ¿Qué enseña la Biblia sobre eso? la Biblia enseña que Eva
sabía que no debía comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, por lo
tanto pecó y por ello Dios la tomó como responsable de sus acciones. Adán
era la cabeza representante o federal de su posteridad y por ello se le llama
primero a el, pero Eva fue tomada también como responsable de sus propias
acciones, lo que quiere decir que no fue exonerada de lo que ella hizo.

b) Cuánto tiempo duro esta prohibición representativa? Si trazamos un paralelo


con las tentaciones de Cristo, es posible que se tratase de un periodo
concentrado de tiempo, es decir, que hubiese terminado así con sucedió con
Jesús.

c) ¿Cuánto tiempo hubiera pasado para que Adán pecara? ¿Se hubiera hecho
impecable al resistir el periodo de prueba y tentación? Esto es también
especulación. Si consideramos el paralelo con Cristo, su periodo de tentación
no tiene nada que ver con impecabilidad. Cristo es impecable antes y después
de ser tentado, por lo tanto, la pecabilidad y la impecabilidad de Adán no
tienen nada que ver con el tiempo transcurrido, así como en el caso de Cristo.
También es posible que fuese lo opuesto pero no podemos se dogmáticos en
el caso.

d) ¿Cuánto hubiera durado la vida de Adán en el edén? ¿Hubiera mandado Dios


a Adán directamente al cielo desde el momento en que hubiese pasado el
entrenamiento que el Padre le estaba dando al hijo? Algunos dicen que si. El
hecho de que Dios diseñó el día de reposo como un emblema del descanso
eterno podría sugerirlo. Sin embargo esto solamente puede existir si esta en
armonía con los propósitos de la creación. Debemos mantener la dignidad y el
valor de la obra de creación de Dios. Dios no iba a decir simplemente que
ahora se olvidaran de las ordenanzas que les había dado, las cuales tenían el
potencial de ser bendiciones largas. La labor de multiplicarse y llenar la tierra,
por ejemplo, es una labor que tomaría muchos seres humanos y mucho
tiempo. Consideremos por otro lado el valor y la permanencia del cuerpo
humano; aun ahora mismo nuestra esperanza no es estar simplemente en el
cielo en alma y sin cuerpo, sino que nosotros queremos estar en alma y en
cuerpo en cielos nuevos y tierra nueva. Lo que nos espera no es una
existencia sin cuerpo en el cielo.

No podemos entonces pensar que Adán no tenia nada que perder y que todo era
ganar, como si Dios le estuviese diciendo a Adán que obedeciera por un periodo
de prueba y entonces todo el mundo iría al cielo a disfrutar; recordemos que ya el
estaba en el paraíso en comunión plena con Dios. Es por eso que Dios se le
acerca y le recuerda que si desobedecía perdería todos los privilegios el y sus
descendientes después de el.
Resumen y conclusión

Adán, era el hijo de Dios, príncipe de la creación y representante de toda la


humanidad con realeza. El tenía vida espiritual y física y además acceso al árbol
de la vida. El tenía una vocación bendita definida por las ordenanzas de la
creación y endorsadas por el favor divino. El tenia la esperanza de pasarse la vida
disfrutando de la comunión con su Creador, llenando la tierra y laborándola.
Cada día de reposo el podía dejar su trabajo y pasarse el día en comunión plena
con Dios en el centro mismo del Edén y comer del árbol de la vida (Génesis 2:
1-3).

Todos estos privilegios de gracia llevaban consigo una obligación filial: el estaba
obligado a imitar a Dios, a reverenciar todo lo que Dios reverenciaba y a amar
todo lo que Dios amaba. Además de esto, tenia una prohibición, en su capacidad
de representante de toda la raza humana se le prohibió comer del árbol de
conocimiento del bien y del mal con un propósito representativo y educacional:
el debía aprender la moralidad obedeciendo a Dios. Si lo desobedecía perdería
sus privilegios. Tristemente pecó y trajo la culpa, la corrupción y el castigo de
ese pecado a toda su posteridad.
Unidad 3: La Proclamación de Emancipación (El Pacto de Gracia)

“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya;


ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Gn. 3:15).

Introducción

Los pactos de Dios descansan sobre un fundamento evangélico sólido. Este


fundamento es la promesa de redención dada a toda la descendencia de Eva
inmediatamente después de la caída del hombre. Dios promete esta salvación en
Cristo y la aplica al hombre aun antes de hacer pacto con Noé su siervo. La
proclamación de emancipación dada en Génesis 3: 15 unifica todos los pactos de
Dios y nos habla, a su vez, del diseño y del propósito de los mismos.

Esta declaración de guerra contra el diablo, muchas veces ha sido llamada el


pacto de gracia. Pero probablemente es sabio, antes de usar este término, saber
que significa, ya que de una o de otra manera puede influir en nuestra situación
eclesiástica.

Este texto no menciona la palabra pacto. Por otro lado, las Escrituras tampoco
llaman a lo proclamado en este pasaje “un pacto”. Por dos razones esta
declaración de guerra no encaja con el patrón de los pactos históricos de Dios:

1- En todos los pactos de Dios hay una promesa verbal dada a un siervo justo
o a una comunidad redimida, pero aquí Dios no le esta hablando a Eva,
sino que se dirige a la serpiente (Satanás).
2- Todos los pactos de Dios son compromisos o promesas solemnes de su
favor o bendición, pero no encontramos de manera explicita una expresión
de favor o bendición, sino de juicio, maldición y condenación. Dios no le
esta declarando la paz al Diablo, sino la guerra y esto es totalmente lo
contrario a lo que significa un pacto divino.

Aun así, aunque deban hacerse estas aclaraciones, esta declaración de guerra
contra el diablo es incondicional, perpetúa e inviolable y aunque no esta de
manera explicita, de manera implícita es un compromiso de salvar a Eva y su
descendencia.

Así que se manera explicita, a esta declaración la llamamos la proclamación de


emancipación; pero de manera implícita, es el pacto de gracia. Esto queda
evidenciado por varios elementos contenidos:
a) Las promesas implícitas dadas en el pasaje

1- Dios dice que pondrá enemistad entre la mujer y la serpiente, es decir, que
Eva estaría en una guerra espiritual contra el Diablo. Eva lucharía contra
el Diablo porque Dios causaría y sostendría una hostilidad espiritual entre
ellos. Así que, de manera implícita esto significa que Dios la libraría del
pecado ¿Quién esta en guerra con el diablo sino aquellos que son salvos
del pecado? Esto significa que su salvación seria completa y permanente.
Por lo tanto, esta salvación debe incluir la renovación moral de su
corazón, la conciliación legal de su record y una reconciliación personal
con Dios. El Señor agrega algo más, Dios dice que perpetuaría y
establecería esa misma lucha espiritual entre la simiente de Eva y la
simiente del diablo: “Pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu
simiente y la simiente de suya”. La promesa es entonces que aunque los
hijos espirituales de Eva andarían en guerra espiritual contra el diablo y su
simiente, estos le resistirán y vencerán. De manera que, la misma promesa
implícita de salvación que se da a Eva, también aplica a su simiente o
descendencia.
2- “Esta te herirá en la cabeza y tu la herirás en el carcañar”. El asunto no
termina aun, sino que uno de los descendientes de Eva destruiría al Diablo
hiriéndole o aplastándole la cabeza, aunque el diablo le heriría en el
conflicto. Es como la ilustración de un hombre que le pisa la cabeza a la
serpiente y en el proceso la serpiente le muerde el tobillo. Así que, en esta
proclamación de emancipación y de guerra, Dios promete redención de la
esclavitud y del Diablo a Eva y a sus descendientes a través del Hijo de
Eva.

b) Los participantes incluidos en este compromiso implícito.

¿Quien es la simiente de Eva? Después que muere Abel en Génesis 2: 25, Dios
da otro hijo a Eva, a quien esta Set. Con relación a este ella dice: “Dios me ha
sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín”. Abel y Set eran su
simiente. Caín no era su simiente, pues Juan dice que Caín era del malvado
(Véase 1 Juan 3: 10-12). Caín era uno de los hijos espirituales del diablo;
Jesucristo dice lo mismo sobre sus compatriotas malvados (Véase Juan 8: 44).
Allí El habla del odio, la mentira, el asesinato u homicidio, tal como procedió
Caín. Todos los hombres malvados que andan en el camino del odio y de la
mentira del diablo son su simiente espiritual y la simiente de Eva son los justos.
La simiente del diablo son los malvados, todos los impíos que son por naturaleza
hijos de ira. Y como Eva es la madre física de toda la raza humana, su simiente
son todos los elegidos de Dios para salvación en Cristo desde antes de la
fundación del mundo.

¿Quien es aquel hijo de Eva que habría de aplastar la cabeza de la serpiente?


Dice Juan que Jesucristo fue manifestado para este propósito (Véase 1 Juan 3: 8)
es claro que el hijo de Eva que habría de aplastar la cabeza de la serpiente es
Jesucristo. Así que ese aspecto final de la promesa es en referencia a la obra de
Jesús.

c) ¿Cuál condición presenta Dios para que este compromiso sea cumplido?

“Y pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu simiente y las simiente suya,


esta te herirá en la cabeza y tu la herirá en el carcañar”. ¿si que? Noten que no
hay ninguna condición sino que Dios en su soberana voluntad decide hacerlo. Así
que esta guerra espiritual se inicia con Dios y será llevada a cabo y concluida por
el poder de Dios. Es claro que si hay enemistad fue porque Dios la inició; si hay
guerra espiritual en la casa del diablo fue porque Dios la empezó y es Dios quien
la mantiene viva; es todo de Dios y solo su poder. Dios esta comprometido a
establecer, continuar y consumar esta guerra sin asistencia humana. La obra de
Cristo no puede fallar, su éxito es certísimo; el aplastará la cabeza del Diablo y
punto. No depende de la decisión de ningún pecador. Este compromiso de parte
de Dios es unilateral y monergístico e incondicional.

d) Observen que esta establecido en perpetuidad orgánica: “pondré enemistad


entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya”. No es algo que solo
incluye a Eva, sino también a toda su simiente. Toda su simiente experimentaría
todas las bendiciones de la redención consumada y aplicada. Así que claramente
esta proclamación de emancipación presenta perpetuidad orgánica, una
perpetuidad que es claramente espiritual y no meramente física. Hombres
perversos como Caín son la descendencia física de Eva, pero no son su simiente
y por lo tanto, no son participantes de esta promesa de gracia.

Este importantísimo pasaje testifica claramente que los participantes del pacto de
gracia están conectados orgánicamente con Eva de manera espiritual y no
solamente de manera física. En Juan 8 Jesucristo aplica este mismo principio a
Abraham y a su simiente. Dios entonces cumple con esta promesa de perpetuidad
cuando sobrenaturalmente genera la simiente espiritual de Eva. En otras palabras,
Dios esta comprometido con que en cada generación se siga propagando la
simiente espiritual de Eva. Si no fuese así, todos los hombres permanecerían
muertos en sus delitos y pecados. Esto nos da sólidas esperanzas para todas las
generaciones de pecadores. Dios se ha comprometido a librar a algunos ¡Bendito
sea su nombre!

e) Observe que la promesa implícita o el compromiso implícito en el texto es


inmutable también, pues la enemistad seria perpetua en cada generación. Así
que el pacto de gracia es siempre el mismo en toda la historia, de principio a fin.
Es por esta razón que Dios salva a los pecadores de todas las épocas solo de una
manera: el implementa esta promesa y aplica a sus elegidos la redención que El
promete en Cristo.
f) Observen también la inescrutabilidad del compromiso implícito. El esta
hablando de la simiente espiritual. Por un lado, Caín, Abel y Set, los tres eran
hijos físicos de Eva. Pero por otro lado, solo Abel y Set eran sus hijos
espirituales.¿Cómo podía Eva darse cuenta de la diferencia? ¿Cómo podía Eva
discernir y darse cuenta que Dios le aplicó redención a Abel y a Set pero no a
Caín? La diferencia fue la fe salvífica de Abel (Véase Hebreos 11: 4). Por otra
parte, Génesis 4:26 nos dice que en de los días de Set la gente comenzó a
confesar esa fe: “entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de
Jehová”.

En otro lugar Pablo dice: “el que invocare el nombre del Señor será salvo” y “si
confesares con tu boca que Jesús es el Señor y creyeras con tu corazón que Dios
le resucitó de entre los muertos, seréis salvos”. Fe salvífica en el corazón y
confesión en la boca de esta misma fe es una característica de la simiente
espiritual de Eva. Esto manifiesta una limitación cando se ha de identificar los
participantes de esta promesa. Nosotros los seres humanos podemos discernir si
una persona tiene fe, pero nuestro discernimiento humano es limitado, no
infalible. Solo Dios conoce el corazón, y la realidad es que algunas personas que
confiesan con la boca no tienen fe en el corazón. A veces la hipocresía es obvia,
pero a veces no es tan evidente. Dado que nuestro juicio nuestro acerca de los
participantes de esta promesa es limitado, hemos de cataloga este pacto de gracia
como inescrutable.

g) Observen finalmente que el pacto de gracia es un compromiso o una


declaración histórica: “Y Dios dijo a la serpiente”. Dios pronunció este
compromiso en Edén, justo después de la caída. Por lo tanto, este compromiso
sucedió en un tiempo de la historia: después de la caída del hombre.

I. El Fundamento Histórico y Eterno de la Proclamación de Emancipación o


Pacto de Gracia.

Este contenido se pronuncia inmediatamente después de la caída. La gloria de la


gracia de Dios brilla en contraste con el pecado. Adán se reveló al comer de la
fruta prohibida. En este momento Adán se vuelve un pecador culpable y un
pecador corrupto: ciego, muerto espiritualmente y esclavo del pecado. No solo
esto, dado que estaba actuando como cabeza federal o representante, arrastró
también consigo a toda su posteridad a este mismo estado de culpabilidad y
corrupción. Es en este contexto de ira y juicio divino que Dios toma la iniciativa
de mostrar la gloria de su gracia y misericordia. La gloria de la Biblia es que
Dios no deja al hombre en el fango, sino que promete rescatarlo de su condición
de pecado (Gn. 3:15), dándole así una esperanza al hombre.
II. La Cualidad Esencial de la Proclamación de Emancipación o Pacto de
Gracia.

El pacto de gracia es el solemne compromiso de lograr redención por Jesucristo y


aplicarla a todos los escogidos en Cristo. Se trata entonces de la promesa de
redención lograda y aplicada.

III. El Cumplimiento de la Proclamación de Emancipación o Pacto de Gracia:


El Evangelio y los Pactos de Dios.

Esta extraordinaria promesa unifica a toda la Biblia y a toda la historia de la


redención. Dios asocia dos cosas con el cumplimiento de esta promesa: el
evangelio de Dios y los pactos de Dios. Dios complementa su compromiso de
aplicar redención a través del evangelio y el cumple la promesa de lograr la
redención a través de su pactos de gracia. Hay entonces una conexión entre el
evangelio de Dios y los pactos de Dios; entre la redención lograda y la redención
aplicada.

A. Dios aplica la redención por medio del llamado general y eficaz del
evangelio.

Por medio del evangelio, su palabra y su Espíritu, Dios transforma de


hombres pecadores a santos, emancipa o libra a algunos de los hijos del
Diablo y de manera poderosa, crea simiente de Eva e implementa este
juramento o este compromiso Solemne (Véase I tesalonicense 1: 4-5, 2
Tesalonicenses 2: 7-14). Siempre ha sido así. Las Escrituras dicen en
Gálatas 3: 8: “Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por
la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham,
diciendo: En ti serán benditas todas las naciones”. No puede ser de otra
manera debido a la naturaleza inmutable del pecado del hombre y al
carácter inmutable de Dios. Así que Dios empieza a aplicar redención
desde la caída y continúa haciéndolo hasta hoy.

1- La identidad y unidad esencial del llamado y método evangélico de Dios.


El método o llamado de Dios siempre ha sido el mismo. Siempre ha sido un
llamado general con la palabra y un llamado eficaz con el poder del Espíritu.

a) El llamado general evangélico: Se trata de la libre oferta del evangelio a


todos los hombres. El mensaje del evangelio es sobre la liberación del
pecado en Cristo, donde se le requiera al pecador arrepentimiento y fe en el
Señor Jesucristo. Son las gloriosas y buenas noticias de que Cristo vino a
salvar pecadores perdidos. En este llamado, Dios ruega a los pecadores que se
arrepientan y crean. El ofrece a Cristo sinceramente con compasión y les urge
a que se arrepientan y a que huyan de la ira venidera antes que sea muy tarde.
Veamos siete textos que enfatizan la libertad de esta oferta:
• Isaías 45: 22: “Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra,
porque yo soy Dios, y no hay más”.
• Ezequiel 33: 11,18: “Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero
la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva.
Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh
casa de Israel?”; “Cuando el justo se apartare de su justicia, e hiciere
iniquidad, morirá por ello”.
• Mateo 11: 28-29: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados,
y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí,
que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras
almas”.
• Juan 5: 24: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al
que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha
pasado de muerte a vida”.
• Juan 6: 35,37: “Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene,
nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”; “Todo
lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo
fuera”.
• Hechos 2: 38-40: “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de
vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y
recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa,
y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el
Señor nuestro Dios llamare. Y con otras muchas palabras testificaba y les
exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación”.

b) El llamado eficaz evangélico. En el evangelio Dios llama, predica e insta a


los hombres a que se arrepientan y crean en Cristo. Es por esta razón que
algunas personas dicen que el arrepentimiento y la fe son las condiciones del
pacto de gracia, pues es la condición del evangelio. Pero no podemos olvidar
que el arrepentimiento y la fe son dones de Dios. Aquí es donde entra el
llamado eficaz. En el llamado eficaz del evangelio, Dios, a través de su
Espíritu Santo, regenera a los pecadores, los acerca a Cristo y crea en ellos
arrepentimiento y fe en conexión con el llamado general del evangelio. Esto
se comprueba en los siguientes pasajes:

• Romanos 8: 29-30: “Porque a los que antes conoció, también los


predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo,
para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que
predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también
justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó”.
• 1 Corintios 1: 9: “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la
comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor”.
• Efesios 2: 1-10
• Filipenses 1: 29: “Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo,
no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él”.
• 1 Tes. 1:4-5: “Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra
elección; pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras
solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena
certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de
vosotros”.
• 2 Tesalonicenses 2: 13-14: “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a
Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os
haya escogido desde el principio para salvación, mediante la
santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó
mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor
Jesucristo”.
• 2 Timoteo 1: 9: “quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no
conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que
nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos”.
• Tito 3: 5: “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos
hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y
por la renovación en el Espíritu Santo”.
• Santiago 1: 18: “El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de
verdad, para que seamos primicias de sus criaturas”.
• 1 Pedro 1: 23: “siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de
incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para
siempre”.
• 1 Pedro 2: 9: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación
santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de
aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”.

Esto pasajes son muestras de que Dios mismo crea y nos da la fe que El requiere
en el evangelio. Si no fuera así, ningún pecador muerto jamás se arrepintiera.
Por lo tanto, Dios no solo aplica la redención a través de un llamado general
aislado, sino que combina el llamado general y del llamado eficaz, siendo este
ultimo completamente incondicional. Esto es lo que las confesiones tratan de
decir cuando mencionan el llamado genera y el eficaz cuando hablan del método
a través del cual Dios cumple con esta promesa de emancipación.

2- La revelación progresiva del llamado general y eficaz de su evangelio. El


método y el mensaje del evangelio siempre ha sido el mismo, pero Dios va
progresivamente revelando mas luz sobre este mensaje, hasta que es
completado con el Nuevo Testamento.

3- Los medios instrumentales asociados con el llamado general y el llamado


eficaz.

a) Los medios permanentes: Los predicadores, la crianza en el temor a Dios y


la oración. Dios asocia el método evangélico con estos medios. Estos tres
medios los vemos en Noe, Eva y Abraham. Noé era un predicador de
justicia, Eva crió a Caín y a Abel y Dios respondió a las oraciones de
Abraham. Dios bendice la predicación de la verdad, bendice la crianza de
los padres piadosos y responde a las oraciones de su pueblo redimido.

Por un lado, Dios usa la predicación de la palabra. Esto es evidente en las


palabras de Jesús en Mateo 12:41, donde recuerda que las personas de
Nínive: “se arrepintieron con la predicación de Jonás… y una gran
multitud creyó”. Dios también usa el entrenamiento y la crianza de padres
piadosos (Génesis 18: 19, Proverbios 22: 15, 2 Timoteo 1: 15). Dios
también usa la oración del justo (1 Tim. 2:1-2).

¿Significa esto que todo el que oye el evangelio se salva? ¿Significa esto
que todos los hijos de todos los padre piadosos aprenden el temor de
Jehová? ¿Se arrepienten todos los pecadores por los cuales la iglesia ora? El
deseo de todos los cristianos es que fuese así, pero no es así. La verdad es
que Dios usa estos medios eficazmente como a el le place. Estos medios son
de grandes privilegios, pero los que participan en el pacto de gracia
solamente son los elegidos. No todos los que oyen el evangelio son elegidos
y no todos los que son criados en hogares piadosos son elegidos; ni siquiera
todos aquellos por los que los santos elegidos oran son elegidos. Todos los
que disfrutan de los privilegios de los pactos de Dios no necesariamente son
cristianos; una cosa es ser privilegiados en recibir los medios de gracia y
otra cosa es pertenecer al pacto de gracia.

b) Los diversos medios de gracia. Pero también hay otros medios de gracia
además de los anteriormente mencionados. En el viejo pacto, el pacto de
gracia era ministrado por las promesas, las profecías, los sacrificios, la
circuncisión, el cordero de la pascua y otros tipos de ordenanzas. En el
nuevo pacto, vemos el pacto de gracia ministrado por los sacramentos del
bautizo y la santa cena. Los medios usados en el nuevo testamento son
menos en cantidad pero son más eficaces. Dios cambia y regula estos
medios según la estructura de los pactos que El hace y cumple en cristo
Jesús.

B. Dios logra redención en Cristo en la estructura de sus pactos de gracia.

Dios hizo pacto con algunas comunidades redimidas. La Biblia menciona tres
comunidades redimidas con las que Dios hizo pacto: todos los que entraron en el
arca, todos los que fueron librados de Egipto (el Israel fisico) y todos los librados
del pecado (el Israel cristianos que es lo mismo que los discípulos de Jesús).

¿Cuál es la relación entre este grupo en que Dios aplica la redención y estas tres
comunidades o sociedades salvadas? Cuando el evangelio es predicado de
manera general y llega a individuos, aquellos individuos que pertenecen a la
simiente espiritual de Eva (los elegidos), independientemente del pacto a que
pertenezcan, al responder al llamado general con arrepentimiento y fe por un
llamado eficaz del Espíritu en sus corazones, entonces son salvos. En cada
generación Dios ha sacado a algunos y los ha salvado, formado así una sociedad
redimida.

La primera sociedad redimida fue la salvada del diluvio en el arca, la cual estaba
integrada Noé y su esposa, los hijos de Noe y sus esposas y los animales que
estaban dentro. Pero algunos de los que estaban dentro eran la simiente espiritual
de Eva y algunos no. Así que, a través de sus generaciones hay un remanente de
los hijos espirituales de Eva a quienes se les aplica el evangelio por la palabra y
el Espíritu. Esta sociedad de los que son salvados esta dentro de otra sociedad
más amplia. Este grupo que cree en Cristo dentro de esa sociedad mas amplia,
son la simiente de Eva. Los que están fuera de ahí, aun dentro de una sociedad
redimida, no han sido liberados del pecado. Estos son los hijos del diablo.

La segunda sociedad redimida fue la de los Israelitas que fueron librados de


Egipto (el Israel físico). De una manera similar, dentro de esa sociedad,
encontramos algunos hijos espirituales de Eva. La gran mayoría de estos judíos,
aunque salvados de la esclavitud en Egipto, no creyeron, dice la palabra, por lo
que no eran simiente espiritual de Eva ¿Qué le dijo Jesús a los Israelitas que
vivían en su tiempo? Jesús les dijo: “ustedes son hijos de vuestro padre el
diablo”. Por otro lado, Dios dice a través de su siervo Isaías: “todos los días abro
mis alas a este Israel desobediente”; también, a través de su siervo Jeremías dice:
“y todos estos son incircuncisos”; obviamente, el pasaje habla de la
incircuncisión del corazón. La mayoría, en todas las generaciones han sido
rebeldes y desobedientes, pero no todos. A Elías Dios dijo: “siete mil he
reservado que no se han inclinado a Baal”. Siempre ha existido ese remanente
fiel (la simiente espiritual de Eva y la simiente espiritual de Abraham) que recibe
la semilla del evangelio, que están en guerra con el diablo y que se le aplica la
redención.

Ahora ¿Qué sucede en el nuevo pacto? Diferente a las otras sociedades salvadas,
todos los que están dentro de este pacto son cristianos, salvados del pecado. Eso
es por ley: ninguno de los hijos del diablo tienen derecho a pertenecer a la iglesia.
La corporación del pueblo de Dios, por derecho, solo debe consistir de aquellos a
quienes la redención les ha sido aplicada. Pero hemos de recordar que esta
sociedad es inescrutable, es decir, es una simiente espiritual. Por esto es que
muchas veces, gente que dice ser cristiana y aun pareciendo serlo no los son.
Estos se meten escondidos en la iglesia porque nuestro discernimiento no es
infalible sino que es limitado. Nosotros no podemos ver el corazón de los
hombres. Es imposible estar cien por ciento seguros de lo que sucede en lo más
íntimo del alma de cada persona. Nosotros juzgamos según las apariencias. Lo
único que vemos es una confesión de fe cristiana y obras que pudieran testificar
ante nosotros de que alguien es cristiano.

¿Ha sido aplicada la salvación a una persona que haga una confesión de fe
publica? ¿Ha implementado Dios el pacto de gracia en esa persona? ¿Lo ha
convertido en su simiente espiritual y ha venido a ellos el evangelio con poder?
¿Son una nueva criatura en Cristo? ¿Pertenecen a esta sociedad? ¿Se le ha
aplicado la redención? Si es así, entonces lo entramos a esta sociedad. Pero
recordemos una vez más que tal sociedad no esta hecha de manera perfecta de los
hijos espirituales de Eva porque nuestro discernimiento tiene limitaciones. Hay
también otras limitaciones providenciales, como el caso del ladrón en la cruz, a
quien se le aplicó la redención, pero estaba limitado por los clavos de la cruz para
ser bautizado y unirse a la sociedad visible de los discípulos de Cristo. Pero en el
siglo venidero, cuando esta sociedad (la iglesia) sea glorificada, entonces todos
los redimidos seremos uno para siempre en los nuevos cielos y la nueva tierra.
Esta es la relación entre estos pactos con las comunidades que Dios salva y esta
proclamación de emancipación que Dios completa al aplicar la redención.

Resumen

• En su esencia, el pacto de gracia es incondicional, pero en su


cumplimiento a través del evangelio es condicional e incondicional.
• En su carácter, el pacto de la gracia es inmutable, pues su esencia no
cambia. Dios tiene un compromiso de aplicar la redención; pero en su
administración, hay diferentes economías a través de la cual es
administrada.
• En su perpetuidad de generación en generación es espiritual, de una
simiente espiritual y no solamente física.
• En su esencia es inescrutable, pues no podemos conocer de manera
infalible el corazón de aquel que profesa fe en Cristo; pero al mismo
tiempo es visible y en su apariencia en cierto grado es discernible.
• En cuanto a su historicidad, es instituido en la historia después de la caída
del hombre.
• Aunque su fundamento es el eterno consejo de Dios, es completado en
gloria.
• Las benditas funciones de la proclamación de emancipación o pacto de
gracia son: nos asegura victoria completa sobre todo enemigo divino, nos
da esperanza para la salvación de los pecadores en cada generación, nos
llama a usar los medios de gracia con diligencia y orando para que Dios
bendiga, nos asegura que el amor y favor de Dios hacia su pueblo nunca
cambiará y nos llama a apreciar y amar la iglesia de Cristo, la sociedad
visible de los santos, en la que es prometida que será aplicada la
redención.
Unida 4: El Pacto de Dios con Noe

“Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer,
y las mujeres de tus hijos contigo Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de
cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y
hembra serán… Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca;
porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación” Génesis 6: 18-19;
7:1.

Génesis 6, específicamente en el verso 18, contiene la primera referencia


explícita a un pacto en toda la Biblia. Cuando Dios dice “más estableceré” puede
también ser entendido como que “voy a hacerlo de esta manera” o “voy a
preparar esta estructura entre tú y yo”. Por otro lado, cuando Dios habla de “Mi
pacto”, Él habla de su promesa confirmada bajo juramento. Así que Dios le esta
diciendo a Noé “yo voy a establecer contigo una promesa solemne”.

I. Características del Pacto Noénico

a) El recipiente: Noé, el siervo justo de Dios (Gn. 6:9-18).

Noé es considerado en el pasaje como varón justo (V.9), como quien encontró
favor ante los ojos de Dios (V.8) en medio un mundo que estaba a punto de ser
juzgado por El. Dios vio que la maldad de los hombres era grande en el mundo y
que aun las intenciones de los pensamientos del corazón se inclinaban
continuamente al mal. Por esta razón, Dios decide raer de la faz de la tierra a todo
ser viviente: “Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado,
desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me
arrepiento de haberlos hecho”. Pero Noe halló gracia ante los ojos de Dios, por
lo que Dios decide hacerlo recipiente de su misericordia en medio de su ira. Por
esto Dios le ordena construir un arca. No solo esto, sino que también le dice a
Noe como hacerla.

Luego procede a comunicarle sus planes: “Y he aquí que yo traigo un diluvio de


aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo
del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá. Mas estableceré mi pacto (promesa
solemne confirmada bajo juramento) contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos,
tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo” (v.v.17-18). Esta es una expresión
del favor de Dios hacia Noé su justo siervo; una expresión de bondad,
misericordia y gracia a un hombre que caminaba con Dios. Dios entonces, en su
misericordia, decidió salvar un remanente de la raza humana y lo hace para
cumplir con el compromiso que el había hecho en génesis 3: 15, porque si el
destruía toda la raza humana incluyendo a Noé y a su familia, entonces no hay
cumplimiento de la promesa de emancipación a los descendientes de Eva.

Dios estaba enojado con la raza humana a tal punto, que destruyó la raza humana.
Pero dado que Dios es fiel y cumple su promesa solemne, entonces hace un pacto
con su siervo Noé, pacto que lo incluye a el y a sus descendientes. Es por esto
que cada una de las personas que están vivas en la tierra hoy día es parte de la
familia de Noé. Así que en primer lugar, el recipiente de este pacto es Noé, el
siervo justo de Dios.

b) La sustancia: “Entrarás en el arca” (Gn. 6:18, 19, 21).

¿Qué fue exactamente lo que Dios le dijo o le promete a Noé?

“Más estableceré mi pacto contigo y entraras en el arca tu y tus hijos y cuando


entres en el arca no vas a entrar solo, contigo trae tus hijos, las esposas de tus
hijos” (Gn. 6:18). Además, El agrega que de cada animal entraría un macho y
una hembra. Por esto llevaría consigo comida para todos ellos. Así que la
sustancia de este pacto con Noe es: “Entrarás en el arca”.

c) El cumplimiento (Génesis 7: 1).

¿Cómo se cumple este pacto?

Dios manda a Noé a entrar en el arca y le explica el porque este es el momento de


entrar en el arca (V. 4). Noé obedeció la voz de Jehová entrando el, su familia y
los animales de dos en dos (V. 9). Al séptimo día de darle estas instrucciones, las
aguas del diluvio vinieron sobre la tierra. Luego, en el versículo 13 leemos en
este mismo día entraron en el arca Noé, su mujer, sus hijos, las mujeres de sus
hijos, todos los animales silvestres según su especie, todos los animales
domésticos según su especie, todo reptil etc. Y luego en el versículo 23 leemos:
“Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde el hombre
hasta la bestia, los reptiles, y las aves del cielo; y fueron raídos de la tierra, y
quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca”. Es ahí donde la
promesa de Dios fue cumplida. Dios los entró al arca y les cerró la puerta
después que estaban dentro (V. 16).

A través de esta promesa que Dios le hizo a su siervo justo Noé Dios trajo
privilegios y bendiciones a su familia, y aun a las criaturas que estaban dentro.
Unidad 5: El Pacto con la Comunidad del Arca

“Los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia
de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas
personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua” (1 Ped. 3:20).

I. Su Fundamento:

a) Salvación divina de los moradores del arca (Gn. 6:13-15; 7:1,16; 8:1,15-
17; 1 Ped. 3:20).

Lo primero que vamos a considerar es la salvación divina a los moradores del


arca. Comienza el diluvio, conforme a lo que Dios había determinado. Noé y su
familia entraron al arca en obediencia al mandato de Dios y Dios cumple su
promesa y les salva del diluvio. Leemos en Génesis 8: 1 que Dios se acordó de
Noé y de todos los animales que estaban con el, por lo que hizo que
disminuyeran las aguas, descansando el arca en el tope de la montaña de Ararat.
Luego, en el verso 15, Dios mandó a Noé y a su familia a salir del arca, sacando
también a los animales. Así volvieron a la tierra.

b) La creación renovada, bendecida y un mandato (Gn. 9:1-7).

Es en ese contexto que Dios renueva con ellos la bendición y ordenanza de la


creación, así como le había dicho a Adán: “fructificad y multiplicaos y llenad la
tierra”. Dios puso el temor de ellos sobre los animales y les amplió la dieta que
había puesto en Edén. Dios había dado una dieta vegetariana a Adán y a sus
descendientes; ahora Dios también les dice que coman de la carne de los
animales, pero no la sangre. Luego instituye la pena capital para todo aquel que
cometa asesinato, poniendo esto como una regla de vida para este mundo
renovado. Estas cosas encontradas en Génesis 9: 1-7 son tan relevantes para Noé
y su familia como para nosotros. Es entonces en este contexto de salvación,
bendición y nuevas ordenanzas para vivir en este mundo que entonces Dios hace
tal compromiso con la comunidad del arca.

II. Sus Características

a) Los recipientes (Génesis 9: 8)

Notemos que en este pasaje Dios no solo habla de un pacto con Noe, sino
también con toda su familia y con todos los que fueron salvados del diluvio,
incluyendo los animales. Así que es claro que no solamente Noé recibió la
promesa de Dios, sino también todos los moradores del arca. No solo esto,
debido a que los pactos tienen una perpetuidad orgánica, la promesa también va
dirigida a los descendientes de los moradores del arca, incluyendo a los animales
(v.9). Esto nos muestra que un pacto divino no es un acuerdo entre Dios y el
hombre, pues ¿Cuáles fueron las condiciones que pusieron los animales? Ellos no
pusieron ninguna condición, simplemente recibieron el pacto ¿Es esto un
verdadero pacto entre Dios y las criaturas? La repuesta es si y lo sabemos porque
lo dice la Biblia le llama a esta promesa un pacto. ¿Qué es entonces un pacto
divino? Es una promesa solemne bajo juramento donde Dios promete su favor o
buena voluntad a sus criaturas, no solo racionales, también pudiera incluir a sus
criaturas irracionales.

b) La sustancia

¿Qué fue exactamente lo que Dios le prometió a esta comunidad salvada? Esto lo
vemos en el (V. 11) ¿Les prometió Dios a ellos que les salvaría del pecado? ¿Les
prometió Dios a ellos que todos se irían al cielo? La repuesta es no. ¿Qué fue lo
que le prometió? Dios les prometió que no destruiría más la tierra con un diluvio
de agua (V. 8). En Isaías 54: 9-10 vemos a Dios recordando esta promesa y dice:
“Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las
aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti,
ni te reñiré. Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se
apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová,
el que tiene misericordia de ti”. Dios hizo un compromiso bajo juramento de que
no volvería a mandar un diluvio para destruir la tierra. Esto fue lo que Dios le
prometió a Noé y a sus hijos y a los hijos de sus hijos y a todos sus descendientes
y eso es entonces lo que nos promete a nosotros, ya que todos nosotros somos
descendientes de Noé. Así que, la tierra no será destruida mas con agua; la
próxima vez será con fuego.

c) La señal

Los versículos 12-17 nos dicen que la señal de este pacto es el arcoiris. Dios le
dice a esta comunidad que pondría su arco entre las nubes y que al verlo
recordara su promesa: “Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del
pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la
tierra” (v. 16). ¡No es esto maravilloso! ¡Cuan bondadoso es Dios al hacernos
saber que no solo nosotros vemos el arcoiris, sino que también El lo ve y que
cada vez que lo hace recuerda la solemne promesa que le hizo hace miles de años
no solo a los moradores del arca, sino también a su descendencia después de ellos
perpetuamente, de que no volvería haber un diluvio para destruir todo el mundo.
Este arco es entonces un recordatorio para Dios.
III. El Cumplimiento

¿Cómo es cumplido este pacto? Génesis 8:21-22 nos da al respuesta:

“Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a


maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del
hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente,
como he hecho. Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la
siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche”.

Su promesa fue, es y será siempre segura porque nunca ha vuelto a ocurrir un


diluvio universal en la tierra. Localmente a veces los ríos traen una inundación;
muchas veces hay inundaciones con fuertes lluvias en muchos lugares de poca
elevación. Hoy día se habla de la inundación en el valle de cien años y lo que
quiere decir es que si tú vives en ese lugar de baja elevación, por lo menos una
vez cada cien años habrá una gran inundación. Los científicos señalan también lo
que ellos llaman lugares de inundación de quinientos años. Esto quiere decir que
si vives en ese lugar, cada quinientos años este lugar será inundado. Pero no ha
habido desde esa promesa solemne un diluvio de dimensiones universales. Dios
tiene de cuatro a cinco mil años siendo fiel a esta promesa y lo seguirá siendo
hasta el día en que la tierra sea destruida con fuego.

IV. Sus Funciones

a) Esta promesa produce estabilidad para esta vida presente: “Mientras la tierra
permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y
el invierno, y el día y la noche” (Gn. 8:22).

b) Esta promesa da a los pecadores un espacio e incentivo para arrepentirse:


“Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la
palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el
agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; pero
los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra,
guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres
impíos. Más, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es
como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según
algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no
queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2
Ped. 3:5-9).

Pablo nos dice en Romanos 2:4 que la bondad de Dios nos ha llevado al
arrepentimiento y ha continuado desde el agua del diluvio hasta el fuego. Este
mundo un día será destruido y la gracia común prometida a Noé y su familia
terminará. Pero eso sucederá cuando Cristo vuelva. Así que, hasta que no llegue
ese día, la familia de Noé tiene oportunidad para arrepentirse, y para ponerse en
el favor de Dios.
c) Esto facilita ilustraciones de la salvación en Cristo. Algo bueno del diluvio es
que facilita hacer ilustraciones de la salvación que hay en Cristo. Toda la
economía de que Dios primero hizo un pacto con su siervo justo y luego hizo un
pacto con su comunidad salvada es una perfecta o muy buena ilustración de
cómo Cristo nos salva. La misma manera con que Dios destruyó al mundo con
agua es una buena ilustración de cómo Dios destruirá esta tierra con fuego
(Mateo 34: 37).
Unidad 6: El Pacto Abrahámico

“En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto
obedeciste a mi voz” (Gn. 22:18).

Introducción: Un Sondeo al testimonio Escritural

• Gen 15:18: “En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A
tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río
grande, el río Eufrates”.

El primer pasaje que menciona de manera explicita un pacto con Abrahán es


Génesis 15: 18. La preocupación de Abrahán en este contexto es que no tiene un
heredero (Véase Génesis 15: 1-5) y Dios en su misericordia le promete con
juramento a Abraham que se lo dará. La Escritura testifica que Abraham creyó a
Dios, por lo que Dios le manda a hacer una ceremonia en la que Dios le profetiza
exactamente lo que le va a suceder a su posteridad: “y en la cuarta generación
volverán acá” (v.16); “en aquel día hizo Dios un pacto con Abrahán diciendo: A
tu descendencia daré esta tierra” (v. 18) y luego describe la tierra por heredad.
En base a la ceremonia realizada, pondremos también a los descendientes de
Abraham de manera implícita. El texto dice de manera explicita que el pacto fue
hecho con Abraham, pero debido a que los pactos conservan una perpetuidad
orgánica, el pacto se aplica también a sus descendientes.

¿Nos dice algo el pasaje de cómo este pacto fue ratificado? Este pacto fue hecho
durante la vida de Abraham, en conexión a su preocupación de no tener heredero.
Dios le hizo esta promesa: No solamente tendrás heredero, sino que tus
descendientes serán una gran multitud y heredaran esta tierra de Canaán. Pero
este pacto tenia una ratificación ceremonial: EL fuego pasando por el medio de
las dos mitades del animal (v. 17). Al leer el verso 9 notaremos que Dios le
ordena a Abraham traer una becerra, una cabra, un carnero, una tórtola y un
palomino, los cuales debían ser cortados por la mitad. Es por medio de estas
mitades que Dios cruza para ratificar aquel pacto. ¿Cómo sabemos que esto es
una ratificación del pacto? Jeremías 34:18-19 nos trae luz sobre el significado de
este partimiento de los animales y una antorcha de fuego cruzando por medio de
ellos. Este verso esta hablando de un pacto que la gente hizo con Dios y de una
ceremonia asociada o relacionada con este pacto. La ceremonia consistía en
dividían un becerro en dos y pasaban entre sus partes, siendo esto una ratificación
ceremonial del pacto. Eso es exactamente lo que sucede en Génesis 15, donde
Dios ordena a Abraham tomar ciertos animales y dividirlos en pedazos. La
diferencia es que no fue Abrahán quien pasó en medio de ellos, sino una antorcha
de fuego. Dios estaba simbolizando que Él mismo estaba pasando por las partes
de los animales comprometiéndose así a cumplir su promesa al patriarca.
• Gen. 17:1-13

En este pasaje a Abraham se le prometen dos cosas, una particular y otra general:

a) Particular (v.v. 4-6): Seria padre de multitud de gentes. El engendraría no solo


una nación, sino muchas naciones. El no seria solamente padre de Israel, sino
también padre de otras naciones. Debido a esto, Dios le cambia el nombre de
Abram a Abraham, esto es padre de muchedumbres.

b) General (v.v. 7-8): Sus herederos ocuparían la tierra de Canaán y serían un


pueblo de Dios.

Luego, en los versos 9 al 14 vemos que Dios establece un símbolo para aquel
pacto: La circuncisión. De lo que hemos aprendido del arco iris ¿Cómo funciona
entonces un símbolo? Recordemos que cuando Dios ve el arcoiris, El recuerda su
promesa. De igual manera, Abraham, al ver la circuncisión debía recordar la
promesa de Dios. Pero hay una diferencia también con el arcoiris, ¿Quién hace el
arco iris? ¿Dios requiere que los hijos de Noe hagan un arco iris? No, Dios es
quien hace el arco iris. Pero en relación a la circuncisión, Dios no viene a
circuncidar a los hijos de Abrahán, sino que les ordena a ellos que lo hagan como
parte de guardar el pacto. El les dio el privilegio de producir el símbolo para que
cuando lo vieran recordaran la promesa de Dios.

• Gen. 22:16-18: “y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por
cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de
cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del
cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia
poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas
las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz”.

¿Por qué traer este pasaje cuando no se menciona en este la palabra pacto?
Porque debido al juramento que Dios hace en el texto podemos notar que Dios
agrega una sustancia adicional. Además de esto, en Hechos 3:25 se le llama pacto
a lo que se promete en este pasaje: “Vosotros sois los hijos de los profetas, y del
pacto que Dios hizo con nuestros padres, diciendo a Abraham: En tu simiente
serán benditas todas las familias de la tierra”. La pregunta ahora es ¿Cuál es la
promesa que se agrega a las dadas en Génesis 17? Que en “su simiente” serían
benditas todas las naciones de la tierra. Notemos que no dice “simientes” como si
fueran muchas. Esta promesa se cumple con Cristo bendiciendo las naciones con
la luz del evangelio. Su descendiente, Cristo, bendeciría y heredaría la tierra.

• Gen. 26:3-5: “Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te


bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y
confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre. Multiplicaré tu
descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas
estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu
simiente por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis
mandamientos, mis estatutos y mis leyes”.

Aquí Dios le esta hablando a Isaac y le confirma dos de las tres cosas que le
prometió a Abrahán: que sus descendientes heredarían la tierra de Canaán y que
en su simiente, esto es Cristo, serían benditas todas las naciones.

• Gn. 28:13-14: “Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo:


Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la
tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Será tu
descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al
oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas
en ti y en tu simiente”.

Aquí Dios le estaba hablando a Jacob y le promete lo mismo que le prometió a


Isaac: que sus descendientes heredarían la tierra y que en su simiente, en Cristo,
serían benditas todas las naciones. De esta manera Dios confirma las promesas
dadas a Abraham.

• Ex. 6:2-6: “Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ. Y


aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en
mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos. También establecí mi
pacto con ellos, de darles la tierra de Canaán, la tierra en que fueron
forasteros, y en la cual habitaron. Asimismo yo he oído el gemido de los
hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de
mi pacto. Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os
sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su
servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes”.

En este pasaje, Dios le habla a Moisés, descendiente de Abraham, y le recuerda


el pacto, en especial le recuerda la parte de que Él seria su Dios y ellos le serian
por pueblo. Así que parte del cumplimiento del pacto con Abraham es cuando
Dios saca a los israelitas de Egipto y les entrega la tierra prometida. Ahí es
cuando Dios cumple esa parte de su promesa a Abraham, Isaac y Jacob, que Él
les daría la tierra por heredad.

• Lv. 26:42: “Entonces yo me acordaré de mi pacto con Jacob, y asimismo


de mi pacto con Isaac, y también de mi pacto con Abraham me acordaré,
y haré memoria de la tierra”.

El pacto Abrahamico se hace primero con Abraham, luego con Isaac y luego con
Jacob, siendo estos los receptores directos de este pacto. Dios promete acordarse
de ese pacto dado a Abraham y confirmado a Isaac y a Jacob, de que les daría la
tierra de Canaan por heredad.
• Hch. 3:25: “Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que Dios
hizo con nuestros padres, diciendo a Abraham: En tu simiente serán
benditas todas las familias de la tierra”.

Con relación al cumplimiento de la promesa aprendemos de este texto que Cristo


es la simiente. El cumplimiento de la promesa esta en la encarnación y en la
resurrección de Cristo, porque dicen las Escrituras que Dios levantó a su siervo
para bendecirnos y esta bendición es para cada persona que se arrepientan de su
maldad. Por lo tanto la bendición con la cual Cristo bendice a las naciones es una
bendición espiritual, las bendiciones espirituales del evangelio: justificación por
la fe, el don del Espíritu Santo, vida eterna, libertad del pecado. Estas son las
bendiciones espirituales que Dios les da no solamente a los judíos, sino a todas
las ramas de la raza humana que creen en el Mesías.

• Rom. 4:11-13: “Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la


justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre
de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe
les sea contada por justicia; y padre de la circuncisión, para los que no
solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de
la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado. Porque
no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que
sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe”.

• Gal 3:8, 16,29: “Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar


por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham,
diciendo: En ti serán benditas todas las naciones…Ahora bien, a
Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las
simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente,
la cual es Cristo… Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de
Abraham sois, y herederos según la promesa”.

En ambos textos notamos que las promesas fueron dadas a Abraham y a su


simiente, que es Cristo. Estas promesas habladas a Cristo incluyen también a sus
descendientes (porque sus descendientes son benditos en El) ¿Quiénes son los
descendientes de Cristo? No son sus hijos físicos, porque el no tiene hijos físicos,
sino sus hijos espirituales, su simiente y estos vienen no solamente de los judíos
sino también de los gentiles. Si tú eres de Cristo tú eres uno de sus hijos y
también un hijo espiritual de Abrahán, por lo tanto, heredero de la promesa de
“en tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra”.
I. Cualidades del Pacto Abrahámico

a) Receptores o participantes

1- Abraham y su simiente (Gn. 15:18; 17:1; Gal. 3:16-19)

2- Los patriarcas y su simiente (Lv. 26:42; Gn. 26:3-4; 28:13-14)

3- El Mesías, Cristo y su simiente (Gal. 3:19, 19,29).

b) La sustancia o promesas

1- Abraham será padre de muchas naciones (Gn. 17:4-6; Rom. 4:11, 12,
16,17).

2- La posteridad de los patriarcas heredaran Canaán como pueblo de Dios (Gn.


15:13-18; 17:7-8).

3- Los herederos de los patriarcas, Cristo, bendecirá y heredará el mundo (Gn.


22:16; Hch. 3:25; Gal. 3:16,29).

c) El símbolo del pacto: La circuncisión (Gn. 17:11-14; Rom. 4:11-12).

d) La ratificación: La ceremonia de la antorcha de fuego pasando por el


medio de los animales (Gn. 15:18).

II. EL CUMPLIMIENTO DEL PACTO ABRAHAMICO

a) El cumplimiento del compromiso con Abraham.

Dios cumple el compromiso de que Abraham sería padre de naciones, no


solamente en lo físico sino también en lo espiritual. En cuanto a lo físico, el es
padre de la nación que sale de Ismael (Véase Génesis 21: 13), de la nación que
sale de Esaú y de la nación que sale de Jacob. En cuanto a lo espiritual, el es
padre de la gran nación espiritual que sale de Jesús, pues si eres discípulo real de
Jesús, entonces vienes a ser descendiente espiritual de Abrahán y si tu eres su
descendiente, eres heredero de sus promesas.

b) El cumplimiento del compromiso con los patriarcas.

Con relación a la promesa hecha a los descendientes de Abraham (los patriarcas)


de que Isaac y Jacob vendrían a ocupar la tierra de Canaán, Dios la cumple al
sacar a los Israelitas de Egipto y al entrarlos en la tierra prometida para poseerla.
Algunos pasajes al respecto:

• Josué 21: 43-44: “De esta manera dio Jehová a Israel toda la tierra que
había jurado dar a sus padres, y la poseyeron y habitaron en ella. Y
Jehová les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que había jurado a
sus padres; y ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente,
porque Jehová entregó en sus manos a todos sus enemigos”.
• 1 Reyes 4: 21: “Y Salomón señoreaba sobre todos los reinos desde el
Eufrates hasta la tierra de los filisteos y el límite con Egipto; y traían
presentes, y sirvieron a Salomón todos los días que vivió”. Según el
pasaje, en los días de Salomón, Israel poseyó todos los reinos, desde el
Eufrates hasta la tierra de los filisteos, tal como Dios lo había prometido.
• Nehemías 9: 6-8: “Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos
de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los
mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los
ejércitos de los cielos te adoran. Tú eres, oh Jehová, el Dios que
escogiste a Abram, y lo sacaste de Ur de los caldeos, y le pusiste el
nombre Abraham; y hallaste fiel su corazón delante de ti, e hiciste pacto
con él para darle la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del
ferezeo, del jebuseo y del gergeseo, para darla a su descendencia; y
cumpliste tu palabra, porque eres justo”.

Estos tres pasajes muestran claramente sin ninguna duda que Dios cumplió
perfectamente lo que El había prometido a Abraham. Dios les dio toda la tierra
había prometido; nada faltó de todas las buenas cosas que Dios prometió:
tuvieron una gran multitud y se les dio toda la tierra que Dios les había
prometido.

Así que Dios cumple la promesa a Abraham de que este seria padre de multitud
de gentes cuando trajo de el muchas naciones físicas y una nación espiritual en
Jesús. Y es claro también que cumplió su promesa a los patriarcas de que
recibirían y conquistarían la tierra de Canaán en el Éxodo hasta ciertos límites,
los cuales fueron alcanzados durante los reinados de David y Salomón.

c) El cumplimiento del compromiso con Cristo.

Esta promesa dada a Abraham de que en SU SIMIENTE serian benditas todas las
naciones se cumple con Jesús y sus descendientes. Se trata de una multitud que
no pueden ser contada, de cada lengua, tribu y nación (Véase Apocalipsis 7: 9),
multitud que vencen sobre todos sus enemigos. Esta promesa le fue dada a
Abraham cuando este iba a sacrificar a Isaac en obediencia a Dios. La victoria es
alcanzada por esta gran multitud cuando Cristo es sacrificado, venciendo sobre el
pecado y sobre la muerte. Este es el fundamento sobre el que se desarrolla el
Nuevo Testamento. Así que es en Cristo que vemos cumplimiento de lo que se
había prometido a Abraham en Génesis 22 (Una gran multitud, victoria y una
bendición mundial).
III. LAS FUNCIONES DEL PACTO ABRAHAMICO

a) Unifica toda la historia de al redención subsiguiente. Todas las promesas


que fueron hechas de parte de Dios tienen cumplimiento a través de la historia.
Cuando Dios cumple su promesa hecha a los patriarcas con relación a la tierra y
toma a sus descendientes como su pueblo, los salva, convirtiéndolos así en una
comunidad salvada y hace un pacto con ellos (el viejo pacto). Cuando Dios
cumple la promesa de una bendición mundial y manda al Mesías y salva a su
pueblo del pecado, entonces Dios hace un nuevo pacto con su pueblo (nuevo
pacto). Así que el viejo pacto y el nuevo pacto son parte del cumplimiento de la
promesa que Él le hizo a Abraham.

b) Sirven de fundamento y estructura de los compromisos de Dios con su


pueblo. Provee todo lo necesario para hacer la transición entre el viejo pacto y el
nuevo pacto, porque estos dos aspectos están conectados uno con el otro, siendo
el primero es una ilustración del segundo. Vamos a ilustrarlo:

Los patriarcas son Abraham, Isaac y Jacob y la promesa se cumple primero con
el Israel hebreo con quien Dios hace un pacto (viejo pacto). Todos estos son
hijos físicos de Abraham y son todos circuncidados en su cuerpo a través de las
generaciones. Es en cumplimiento de la promesa que Dios le hizo a Abraham que
sus descendientes heredarían la tierra de Canaán y que serían su pueblo.

Es precisamente de este pueblo que viene el Mesías y por ser descendiente físico
de los patriarcas, El también fue circuncidado al 8vo día. Pero este pueblo se
caracterizaba porque aunque todos estaban circuncidados en su carne, no todos lo
estaban en su corazón. Pero Cristo, además de ser descendiente físico de los
patriarcas, Él es además la simiente a quien se le hizo la promesa de que vería
descendencia o linaje: “Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a
padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá
linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano
prosperada” (Isa.53:10). Esa descendencia o linaje es el Israel cristiano, que se
caracteriza por estar formado por personas de toda lengua tribu y nación que ha
sido circuncidados no en su carne, sino en su corazón: “En él también fuisteis
circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo
pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo” (Col. 2:11). De esta manera se
cumple la promesa de que en El serian benditas todas las naciones.

Por lo tanto, si le perteneces a Cristo, la simiente prometida de Abraham,


entonces eres descendiente espiritual de Abraham y heredero según la promesa.
Si le perteneces a El, también eres circuncidado, no en el cuerpo, sino en el
corazón. Es con este pueblo o simiente espiritual que Dios hace el nuevo pacto.
Notemos que entre ambos pactos hay una conexión que nos permite apreciar la
transición. La transición del uno al otro es orgánica, porque el pueblo de Dios en
el nuevo pacto esta unido orgánicamente al pueblo de Dios en el viejo pacto.
¿Cómo es que la generación de judíos se convierte en la generación apostólica?
Los judíos de viejo pacto son todos hijos físicos de Abraham, circuncidados en
su cuerpo. De ahí viene Jesús, al simiente prometida, quien atrae a si mismo
como un gran imán a todos los hijos espirituales de Abraham: “Y yo, si fuere
levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo” (Jn. 12:32). Esta atracción se
realiza por medio de la predicación de la cruz de Cristo (Evangelio).

Estas personas que son atraídos a Jesús, a pesar de ser hijos espirituales de Jesús
y de Abraham, no están organizados en una sociedad: “En aquel tiempo estabais
sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la
promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo” (Ef. 2:12). Jesús viene entonces
y los agrega a su sociedad y desgaja de su sociedad a todos los descendientes
físicos de Abraham que no han sido circuncidados en el corazón, aquellos que no
escuchan la voz de Cristo. Solo queda el remanente fiel del Israel hebreo de la
época apostólica y a este remanente se injertan los gentiles de todas las naciones
que creen. Aquí tenemos la grandiosa promesa de que en Cristo serian benditas
todas las naciones. Nadie queda fuera. Todo aquel que cree en la simiente, sin
importar que sea judío o gentil, es injertado en el pueblo de Dios, la sociedad del
nuevo pacto, a quien Dios promete que será su Dios y ellos serán su pueblo
(Rom.11).

¿Cómo podemos identificar visiblemente a los discípulos de Cristo en el nuevo


pacto?

Recordemos que no todos los judíos eran hijos espirituales de Abraham:


“Vosotros sois de vuestro padre el diablo” (Jn. 8:44). Lo que Cristo Jesús hizo
entonces es que tomó de los judíos a aquellos que eran circuncidados en el
corazón (remanente fiel) y hace un nuevo pacto con ellos. Todos los demás
fueron cortados de Israel. A estos dice: “este es mi pacto que haré con la casa de
Israel en esos días” (Jer. 31:33). Dios rectifica ese pacto con la sangre de la
Simiente prometida y les da una señal la noche en que murió (La santa cena):
“Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada” (Mr. 14:24).

¿Qué hacen los gentiles en este pacto? Esta es la parte más bella y asombrosa.
Cristo entonces sube al cielo y les da a ellos el inicial o las primicias de su
herencia enviándoles al consolador, el Espíritu Santo. El Espíritu Santo les da
poder para testificar de la obra de Cristo, no solo a otros judíos, sino también
hasta lo último de la tierra. Todos los gentiles que creen son injertados a ese
remanente fiel escogido por gracia. Entonces hay una gran controversia ¿Qué
hacemos con estos gentiles, tenemos que circuncidarlos para poder incluirlos a
Israel en el nuevo pacto? No, porque el distintivo de esta sociedad no es la
circuncisión física; no es la simiente física de Abraham, sino de sus
descendientes espirituales. La circuncisión distintiva no es en el cuerpo, sino en
el corazón. Así que, si tú eres de Cristo y estas circuncidado en el corazón, eres
entonces un descendiente espiritual de Abraham y eres bienvenido al nuevo pacto
que es en Cristo Jesús. ¿Hay un nombre nuevo para esta sociedad redimida del
pecado, formada por judíos y gentiles? Las Escrituras nos dicen que lo discípulos
fueron llamados cristianos por primera vez en Antioquia y es por eso que
llamamos a este pueblo el Israel cristiano.

Así que Cristo radicalmente reformó a su pueblo, cortando a todo lo malo e


injertando al remanente fiel todos los gentiles que creen el evangelio de Cristo,
haciendo con todos ellos un nuevo pacto. Un solo pueblo, un solo Salvador; un
solo olivo, una sola raíz; un solo redil, un solo pastor.

c) Nos suple de muchas lecciones e ilustraciones sobre la salvación del


pecado y la importancia de la fe para identificar a los miembros del nuevo
pacto.
Unidad 7: El Pacto Mosaico

“Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de
águilas, y os he traído a mí. Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis
mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque
mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa.
Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel” (Ex. 19: 4-6).

Introducción: Testimonio Escritural

• Éxodo 19:5-6: “Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi


pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque
mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente
santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel”.

¿Qué se ve en este pacto entre Dios y el pueblo de Israel a través de Moisés? La


promesa condicional fundamental sobre el cual todo lo demás descansa:
“Vosotros seréis mi especial tesoro”. Notemos que este pacto era condicional:
ellos serian su pueblo si obedecían las palabras del pacto. ¿Por qué debían ellos
obedecer a Dios? Para contestar esta pregunta es necesario contestar otra: ¿Qué
hizo Dios por ellos?

Dios los redimió o liberó de la esclavitud en Egipto. Este era entonces un pueblo
redimido, salvado por Dios, sostenido por Dios con mana del cielo y que recibió
heredad, por lo tanto le debían obediencia. Esto de ninguna manera es salvación
por obras, es gracia. Se trata de una redención de gracia: Fue por gracia que Dios
los liberó de Egipto y que los sostuvo en el desierto; es ahora en gracia que Dios
se les acerca y les demanda obediencia, no para ganarse el cielo, sino como
muestra de que le amaban y estaban agradecidos por lo que Dios había hecho por
ellos.

¿Cuáles eran las palabras del pacto que debían ser obedecidas? Al estudiar el
contexto histórico de la liberación de Egipto, notaremos que Dios le habló a
Moisés en el monte Sinaí. Moisés esta actuando como intermediario entre Dios y
el pueblo: Dios le habla a Moisés y Moisés le dice al pueblo lo que Dios dice.
Así que Moisés es el mediador. Por otro lado, la gente le habla a Moisés y
Moisés va y le dice a Dios lo que el pueblo ha dicho. Luego Dios le habla otra
vez a Moisés y responde a través de Moisés a lo que el pueblo había dicho. Así
que es una conversación y Moisés esta sirviendo como de mediador en el pacto.
Lo primero que Dios le dice a Moisés en el pacto es que les diga que obedezcan
mi voz. Ellos tienen que prepararse porque están a punto de escuchar la voz de
Dios hablándoles personalmente desde el cielo, algo que ningún pueblo había
experimentado: ellos escucharían la voz de Dios. Dios entonces da los diez
mandamientos al pueblo en Éxodo 20: 1-17. En este momento la gente ve la
tierra temblando y escucha la voz estruendosa de Dios, por lo que se llenaron de
temor y deciden que sea mejor Moisés quien transmita el mensaje que Dios
quería dar al pueblo. Moisés entonces les dice que no tengan miedo porque Dios
les esta enseñando a temerle.

La gente se paró de lejos mientras Moisés subió a la oscuridad de la montaña, a


la presencia especial de Dios. En el capitulo 20 les da los 10 mandamientos, los
cuales fueron escritos por el dedo mismo de Dios en tablas de piedra. Luego, en
el capitulo 21, Dios da a Moisés otras leyes para el pueblo, las cuales tenían
estatutos civiles, leyes ceremoniales y los principios que habrían de seguir en la
tierra de Canaán: “estas son las leyes que les pondrás”, leyes que están escritas
en los capítulos 21, 22 y 23. Dios le habló todas esas palabras a Moisés y luego
Moisés se las dice al pueblo (Véase Éxodo 24: 3). Luego Moisés escribe estas
leyes en un documento conocido como “El libro de la ley” o “El libro del pacto”.
Es aquí donde es comenzado este libro. El mismo fue completado en la llanura de
Moab, justo antes de entrar a la tierra prometida. Así que había una versión
original de este libro, la cual era algo resumida, pero suficiente para ellos
mientras tuvieron en el desierto. La otra versión, fue la versión completa, la cual
fue completada justo antes de entrar en la tierra de Canaan. Dios entonces
esperaba del pueblo que obedecieran todas las ordenanzas escritas en ese libro, el
cual fue rociado con sangre.

Hay entonces un documento separado que contiene la esencia de este pacto,


además de las escritura de los diez mandamientos. Por un lado tenemos los 10
mandamientos, escritos por el dedo mismo de Dios y por el otro, un libro escrito
por Moisés, el cual recogía todas las ordenanzas para el pueblo de Israel en la
tierra de Canaan. Dios esperaba entonces como condición que ellos fueran fieles
a las tablas de la ley y al libro de la ley.

• Éxodo 24:7-8: “Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el
cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y
obedeceremos. Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y
dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre
todas estas cosas”.

El pasaje nos habla del libro del pacto ya mencionado, en el que estaban escritas
todas las leyes y ordenanzas ceremoniales y civiles para los Israelitas en la tierra
de Canaan. No se esta hablando aquí entonces de los diez mandamientos, pues no
fue Moisés quien los escribió, sino Dios en dos tablas. Se esta hablando de los
mandamientos que Moisés escribió en el libro del pacto. Moisés los escribió
porque Dios se los había dado a el para que los escribiera. Esto muestra que los
mandamientos no eran de Moisés, sino que Dios se los dio a Moisés para que
este los enseñara al pueblo. ¿Están esas leyes adicionales a los 10 mandamientos
en la Escritura? Y si están, ¿En que parte de la Escritura están? ¿Dónde están
esas ordenanzas, esas palabras de Jehová en las Escrituras?: “Jehová hablo y
Moisés escribió”. Así que, estas leyes se encuentran en los escritos de Moisés, el
Pentateuco.
El pasaje también nos dice algo acerca de la ratificación de este pacto. Este pacto
fue ratificado o sellado con sangre. Esto es evidente porque se le llama “la sangre
del pacto”.

• Éxodo 24:12: “Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y


espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he
escrito para enseñarles”. Moisés sube al monte Sinaí, pues Dios le había
ordenado que subiera nuevamente para darle las tablas de la ley. En este
versículo encontramos una palabra muy interesante para referirse a los
diez mandamientos: “La ley y el mandamiento”. Aunque la reina Valera
de 1960 dice “y mandamientos”, tanto el texto hebreo como la Septuaginta
griega dicen: “la ley y el mandamiento”. En Romanos 7 Pablo usa esa
misma frase para referirse a los diez mandamientos. Un pasaje similar es
Éxodo 31:18. Así que vemos como se comienzan a multiplicar la cantidad
de versos que mencionan los diez mandamientos como algo muy especial,
como algo que Dios mismo hizo y lo escribió con su dedo.

• Éxodo 31:16-17: “Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel,


celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para
siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los
cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó”. Ahora Dios agrega
algo especial a este pacto: su símbolo (Éxodo 31: 12-16). El símbolo de
este pacto era el día de reposo (el sábado o séptimo día como día de
reposo). Como nosotros ya no vivimos bajo el antiguo pacto, vamos a
llamarle el Sabath judío. Esta era la señal del pacto entre Dios e Israel.

• Éxodo 34:27-28: “Y Jehová dijo a Moisés: Escribe tú estas palabras;


porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel. Y
él estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan,
ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras del pacto, los diez
mandamientos”. Notemos que hay una distinción entre lo que Dios escribe
en tablas de piedra y lo que Moisés escribe en el libro del pacto. Pero es
obvio que guardar el pacto implicaba sumisión a las palabras del libro del
pacto.

• Deuteronomio 4: 12-13: “Y él os anunció su pacto, el cual os mandó


poner por obra; los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de
piedra”. En este pasaje Dios llama al pacto mosaico su pacto. Las palabras
del pacto se refieren aquí a los diez mandamientos; conforme a estas
palabras Dios hizo pacto con Israel. Como condición de su pacto, Dios
requirió de los hijos de Israel obediencia a sus palabras plasmadas en los
10 mandamientos. Así que los 10 mandamientos no son invención
humana, sino a sus propias palabras dadas desde el cielo: “Oíd mi voz”.
Por lo tanto, cuando Dios dice “obedeced mi voz”, lo que quiere decir es
que obedezcan sus mandamientos.
• Deuteronomio 5:2-3: “Jehová nuestro Dios hizo pacto con nosotros en
Horeb. No con nuestros padres hizo Jehová este pacto, sino con nosotros
todos los que estamos aquí hoy vivos”. ¿Con quien hizo Dios este pacto?
La comunidad de Israel es el recipiente del pacto, el Israel hebreo.
¿Cuándo y Donde? Fue en Horeb y en el monte Sinaí. A este recipiente es
al que se le llama la generación del desierto de Israel.

• Deuteronomio 5: 22-23: “Estas palabras habló Jehová a toda vuestra


congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la
oscuridad, a gran voz; y no añadió más. Y las escribió en dos tablas de
piedra, las cuales me dio a mí. Y aconteció que cuando vosotros oísteis la
voz de en medio de las tinieblas, y visteis al monte que ardía en fuego,
vinisteis a mí, todos los príncipes de vuestras tribus, y vuestros
ancianos”.

• Deuteronomio 29: 1, 9, 12, 14, 21, 25, 29.

Deuteronomio significa “repetición de la ley”. Este libro se escribió 40 años


después del monte Sinaí. En este pasaje Moisés le esta recordando a ellos lo que
sucedió hace 40 años, cuando ellos entraron por primera vez al desierto.

“Estas son las palabras del pacto que Jehová mandó a Moisés que celebrase con
los hijos de Israel en la tierra de Moab, además del pacto que concertó con ellos
en Horeb” (v.1). Se hizo en la tierra de Moab y se hizo con los hijos de Israel en
el monte Sinaí en Horeb. Esto señala la historicidad temporal de este pacto.

La generación original con quien se hizo el pacto fue con esa generación que
salió de Egipto y fue llevada por Dios al desierto. Sin embargo, hay dos
individuos que representan la continuidad de esa generación: Josué y Caleb.

“Guardaréis, pues, las palabras de este pacto, y las pondréis por obra, para
que prosperéis en todo lo que hiciereis” (v. 9).

“Para que entres en el pacto de Jehová tu Dios, y en su juramento, que Jehová


tu Dios concierta hoy contigo” (12).

“Y no solamente con vosotros hago yo este pacto y este juramento, sino con los
que están aquí presentes hoy con nosotros delante de Jehová nuestro Dios, y con
los que no están aquí hoy con nosotros” (v. 14-15).

“y lo apartará Jehová de todas las tribus de Israel para mal, conforme a todas las
maldiciones del pacto escrito en este libro de la ley” (v.21). Aquí notamos las
penalidades o sanciones por traspasar el pacto. Eso nace de la realidad de que
este pacto era condicional y Dios. Si ellos eran fieles a las palabras del pacto,
serian su especial tesoro, pero si no, Dios los iba a maldecir con sanciones. Todas
esas sanciones están en Deuteronomio 28 con muchos detalles.
“Y responderán: Por cuanto dejaron el pacto de Jehová el Dios de sus padres,
que él concertó con ellos cuando los sacó de la tierra de Egipto” (v. 25).

“Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son
para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas
las palabras de esta ley” (v. 29).

Ahora esta nueva generación tiene una distintiva muy especial y la distinción esta
relacionada con dos cuerpos de agua: el mar Rojo para entrar al desierto y el río
Jordán para poder entrar a la tierra prometida. Desde el momento en que ellos
cruzan el río Jordán el mana cesó.

¿Qué paso? Primero, milagrosamente cruzan el mar rojo y entran al desierto. Tres
meses después se encuentran con Dios en el monte Sinaí. Allí se les entrega esos
aspectos del viejo pacto que leemos en Éxodo. Cuarenta años después
milagrosamente cruzan otro cuerpo de agua. Salen del desierto desde el valle de
Moab y milagrosamente cruzan el río Jordán y pasan a la tierra justamente frente
a Jericó. Lo que encontramos entonces en Deuteronomio sucedió en el valle de
Moab, al final de los cuarenta años, antes de cruzar el jordán y entrar a la tierra
prometida.

Así que Dios les dio este pacto en dos partes: la primera parte fue en el monte
Sinaí, tres meses después de haber cruzado el mar rojo y la segunda parte fue
cuarenta años después, en el valle de Moab, justamente antes de cruzar el río
Jordán. Es por esto que decimos que el pacto fue hecho primeramente con la
generación del desierto porque, se hizo justamente después que entraron en el
desierto y justamente antes de ellos salir. Pasaron allí cuarenta años y aun así hay
una continuidad con la siguiente generación: Josué y Caleb. Estos fueron
aquellos que milagrosamente cruzaron el mar rojo pero también cruzaron el río
Jordán. En ese sentido fue en una sola generación.

Así que la generación original del viejo pacto es la generación hebrea de Israel
que vivió en el desierto, a quienes Dios les dio todas estas instrucciones
justamente al entrar en el desierto y las concluyó justamente antes de salir del
desierto. En ambos casos, Sinaí y Moab, Moisés es el mediador que Dios usa
para con el pueblo. Jehová estaba hablando con el mediador y era el mediador
que le hablaba al pueblo. Es por esto que el antiguo pacto es un pacto mediado.

• Deuteronomio 31: 24-26: “Y cuando acabó Moisés de escribir las


palabras de esta ley en un libro hasta concluirse, dio órdenes Moisés a los
levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová, diciendo: Tomad este
libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del pacto de Jehová vuestro
Dios, y esté allí por testigo contra ti”.

El libro de la ley se concluyó en el valle de Moab, antes de cruzar a la tierra


prometida. En Deuteronomio 12:1 Dios les dice: “Estos son los estatutos y
decretos que cuidaréis de poner por obra en la tierra que Jehová el Dios de tus
padres te ha dado para que tomes posesión de ella, todos los días que vosotros
viviereis sobre la tierra”. Ellos debían tomar en serio estas cosas que han sido
escritas cuando estén en la tierra nueva.

La razón es porque este libro es el libro de la tierra, es decir, fue escrito para que
se guardase y se pusiese por obra en la tierra de Canaán: “cuidareis por poner
por obra en la tierra”. Es por esto que el libro de la ley fue completado
específicamente antes de ellos entrar, para que ellos pudieran ponerla en obra en
la tierra. Las Escrituras guardan para nosotros lo que Moisés escribió en el libro
de la ley (Deuteronomio caps. 12 al 28). Si leemos estas ordenanzas nos daremos
cuenta que no podemos guardarlas, cuidarlas, ni ponerlas por obra a menos que
vivamos en la tierra de Canaan. De hecho, en el capitulo 16 notaremos que
habían tres fiestas que ellos debían celebrar específicamente en la tierra de
Canaan.

Así que este viejo pacto tenía dos documentos: las tablas de piedra, escritas por el
dedo de Dios (los diez mandamientos) y el libro de la ley, el cual contenía las
leyes ceremoniales y las ordenanzas civiles que el pueblo debía guardar estando
en la tierra de Canaán y es por eso que Dios le completa ese libro de la ley
justamente antes de entrar en la tierra. En el monte Sinaí Dios les dio las tablas
de piedra y una versión inicial o introductoria del libro de la ley y en el valle de
Moab se los completó.

• 2 Reyes 17: 34-40. Este pasaje es importante porque toma todo lo que
hemos estudiado y lo resume. Dios entró en una relación especial de pacto
con la nación de Israel. El corazón de este pacto es que serian el pueblo de
Dios y que Él y solo Él seria su Dios. Este era el punto del pacto, tú eres
mi especial nación y yo soy tu único Dios. Y en esa relación tú has de
obedecer mi ley en la tierra y la ley moral. Pero ellos no lo hicieron; ellos
quebrantaron el pacto sirviendo a otros dioses, violando así sus leyes
morales del pacto.

• Jeremías 31: 31-34: “He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales
haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el
pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de
la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un
marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la
casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su
mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos
me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni
ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me
conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice
Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de
su pecado”.
¿Cuál fue el resultado de ese pacto que Dios hizo con ellos en el desierto? El
resultado es que ellos lo invalidaron al desobedecer el corazón mismo de este
pacto: Solo Dios debía ser su Dios y por lo tanto, debían hacer todo lo que Dios
les mandase. El era su dueño y por lo tanto ellos no debían tener ningún otro dios
que no fuera El. Pero una y otra vez ellos rompieron el pacto, yéndose en pos de
dioses ajenos y violando sus 10 mandamientos. Lo hicieron a tal punto todas las
maldiciones que Dios había prometido que vendrían si ellos no obedecían
vinieron sobre ellos. Hubo tiempos de bendición, aquellos días cuando
caminaron con Dios; pero al final, por la desobediencia, fueron sacados de la
tierra y llevados al cautiverio. Canaan era su tierra, ellos eran simplemente los
administradores. Aun así, el resultado es que a través de su desobediencia Dios
decide hacer un nuevo pacto con Israel. Este seria un pacto diferente del que hizo
con ellos en el desierto. Este viejo pacto no será para siempre, sino que vendrán
días en el se hará un nuevo pacto con Israel.

Ahora, en el nuevo pacto, Dios haría una obra trasformadora, santificadora y


preservadora. Una obra transformadora porque El pondría su temor dentro de
ellos. Santificadora porque escribiría su ley no en tablas de piedra, sino en su
mente y en su corazón. Es obvio que la ley aquí no se refiere a las leyes escritas
en el libreo de la ley, sino a sus mandamientos escritos en las tablas de piedra.
Eso es evidente porque nosotros los cristianos gentiles que estamos dentro del
nuevo pacto no tenemos ningún compromiso con el libro de la ley por no vivir en
la tierra de Canaan. Solamente cumplimos lo ceremonial, civil y judicial cuando
estas reflejan principios de la ley moral (los 10 mandamientos). Decimos esto
porque hay muchas personas que dicen que no hay ninguna base o fundamento
exegético en las escrituras para diferenciar la ley moral de la ley ceremonial. Pero
como hemos visto claramente, exegéticamente hay base sólida teológica para
distinguir dos documentos distintos. Hay una distinción entre las tablas de
piedra, que son las tablas de la ley y el libro de la ley. Este pacto también se
caracteriza por una obra preservadora, pues Dios promete poner su temor en el
corazón de ellos para que no se aparten de El.

• Gálatas 3:10, 19: “Porque todos los que dependen de las obras de la ley
están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no
permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para
hacerlas”. “Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de
las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la
promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un
mediador”.

En el contexto de este libro, Pablo de judíos que querían obligar a gentiles


conversos a circuncidarse, conforme a las ceremonias descritas en el libro de la
ley: Una circuncisión física, hecha al octavo día. Es en este contexto que dice que
no estamos obligados a cumplir lo escrito en el libro de la ley.

En cuanto al verso 19, Pablo usa la palabra “ley” en referencia al antiguo pacto y
dice que el mismo fue temporal y que solo tenía duración hasta que viniese la
simiente, a quien fue hecha la promesa, esto es, a Jesucristo. Así que la
generación final es la generación mesiánica (Véase Gálatas 3: 19) y por eso el
pueblo de Dios bajo el nuevo pacto no esta obligado a cumplir las leyes del libro
de la ley.

• Hebreos 8: 6, 7,13: “Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto


es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.
Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se
hubiera procurado lugar para el segundo”… “Al decir: Nuevo pacto, ha
dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está
próximo a desaparecer”.

El pasaje dice de manera clara que el antiguo pacto tenia un defecto.


Obviamente, el defecto estaba en ellos que invalidaron el pacto. Pero también se
deja claro que esta debilidad es la ventana que da paso a un mejor pacto. Este es
mejor porque esta establecido sobre mejores promesas (una promesa
transformadora, santificadora y preservadora) y cuyo mediador es Cristo, la
simiente de Abraham. La idea es que el pacto mosaico fue diseñado con este
defecto para abrir paso al nuevo. De hecho, cuando se dice nuevo pacto, el viejo
se da por obsoleto y por lo tanto, esta pronto a desaparecer. Esta es la idea
también de 2 Cor. 3, donde se nos dice que cuando Moisés (mediador del
Antiguo Pacto) resplandecía, Dios le ordenó poner un velo, para que así el pueblo
no pusiese su mirada sobre algo que iba a caducar o desaparecer. Dios Tenia
como plan que este pacto fuese una nana hasta que llegase la simiente, esto queda
claro porque las formas de adoración de este pacto eran solo hasta que llegase el
Mesías (Heb. 9:1-10).

• Hebreos 7: 11-12: “Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio


levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría
aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y
que no fuese llamado según el orden de Aarón? Porque cambiado el
sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley”.

El pueblo tenia que acercarse a Dios a través del ministerio del sacerdocio y el
punto focal o el enfoque de ese ministerio era la presencia especial de Dios
(Véase Hebreos 9: 1-10). La presencia especial de Dios se encontraba en el
tabernáculo en el caso del desierto y en el templo en el caso de la tierra. Fue allí
donde el pueblo tuvo una comunión con Dios de una manera especial. Según el
pasaje, el lugar de la presencia especial de Dios y el sacerdocio son lo que el
pueblo necesita para tener comunión con Dios. Los particulares de esa comunión,
sacerdocio, fiestas y sacrificios están escritos en el libro de la ley. Por eso es que
un cambio de sacerdocio implicaba un cambio de ley, porque la ley requiere que
los sacerdotes sean de la tribu de Leví y Jesús no es de esa tribu, Él es de la tribu
de Judá. Así que, todos esos aspectos de la ley que definían la comunión de Israel
con Dios a través del sacerdocio y la presencia especial de Dios, esas cosas han
cambiado en Cristo; ese es el punto de Hebreos 9: 1-10.

I. Fundamentos de este Pacto

a) Cumplimiento al pacto Abrahamico. En Éxodo 6: 2-8 Dios se le aparece a


Moisés y le recuerda que al sacar a Israel de Egipto para entrarles en la tierra
prometida El esta cumpliendo parte de la promesa hecha a Abraham y
confirmada a Isaac y Jacob. Así que, en el pacto mosaico se esta cumpliendo
el pacto Abrahámico.

b) El Éxodo de Egipto. El segundo fundamento es la gran obra de Dios para


redimir a los de Egipto cruzándolos por el mar rojo con un poder sobre
natural

c) La herencia de Canaan. La última parte del fundamento es cruzarlos por el


río Jordán con poder sobrenatural y entrarlos a la tierra de Canaán.

II. Características del Pacto Mosaico

a) Los receptores o participantes. El receptor de este pacto fue el Israel hebreo,


los hijos físicos de Abrahán, Isaac y Jacob. La generación original es la
generación del desierto y la hace con ellos hasta la llegada del Mesías Jesucristo.

b) La sustancia del pacto.

1- Las promesas. El corazón de este pacto es: “si diereis oído a mi voz, y
guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los
pueblos”. Si ellos eran obedientes a la voz de Dios, Dios seria su Dios y
ellos su pueblo y serian una nación de Reyes y sacerdotes.

2- Las condiciones. Las condiciones fueron obedézcanme en estas maneras:


- Guarden las leyes morales que están en las tablas
- Mientras estén en la tierra, obedezcan el libro. Todo esto porque “YO
soy tu Dios”.

3- Las sanciones. Si andan en obediencia a Mi serán benditos más y más en


la tierra en la que viven. Pero si me rechazan como Dios, violan mis leyes
y sirven a otros dioses, juicios progresivamente peores vendrán sobre
ustedes hasta que sean echados fuera de mi tierra.

c) La señal del pacto mosaico: el sábado judío. El símbolo de este pacto es el


día de reposo (el sábado o séptimo día).

d) La ratificación del pacto mosaico. Es ratificado en el monte Sinaí y en las


llanuras de Moab ceremonialmente con sangre.
e) El mediador del pacto Mosaico: Moisés. Dios le da las palabras del pacto a
Moisés y el las lleva al pueblo.

III. El Compañerismo del Pacto Mosaico: El Sacerdocio y el Templo Judío.


Dios hizo comunión con el pueblo a través del sacerdocio levítico y del templo
y/o tabernáculo.

IV. El Cumplimiento y el Resultado de este Pacto.

1- El cumplimiento. Cuando los hijos de Israel anduvieron en obediencia


experimentaron las bendiciones prometidas; pero en general, su patrón de
conducta fue de desobediencia y por lo tanto, de rechazo de parte de Dios.
Todas las maldiciones escritas cayeron sobre ellos y fueron incrementando
en severidad, hasta que fueron echados de la tierra y llevados en cautiverio
a Siria y a Babilonia.

2- El resultado. Dios en misericordia trajo un remanente fiel a la tierra y


promete enviarle al Mesías. Tristemente, cuando Jehová mismo se hizo
carne y habitó en medio de ellos, ellos le odiaron, le escupieron el rostro, lo
clavaron a una cruz y lo rechazaron hasta el día de hoy. Ellos rechazaron a
su Rey diciendo “no tenemos rey sino al cesar”. Por lo tanto, como dice el
Señor: “el reino de Dios será quitado de entre ustedes y dado a una nación
( θνει) que de frutos” (Mateo 21: 43). Esto nos lleva al final de antiguo
pacto y nos entra a la esperanza del nuevo.

V. LAS FUNCIONES DEL PACTO MOSAICO.

1- La ley de Dios, tanto la ley de las tablas como la del libro, establece y
regula la vida del pueblo especial de Dios. En las tablas tenemos las leyes
morales que siempre han de cumplirse y en el libro tenemos las ceremonias
que definen como ellos habían de tener comunión con El y los estatutos
civiles que gobernaban su vida en la tierra.

2- Conecta o establece el gobierno teocrático de Dios. ¿Quién es el rey del


pueblo de Dios? Jehová es rey. El es quien gobierna a su pueblo. Cuando
Dios forma a su pueblo, lo hace bajo un gobierno teocrático, no demócrata
ni republicano; es un reino donde Dios es el Rey.

3- Nos revela la permanente ley de Dios para todos los hombres en todas las
edades. Esa voz que ellos escucharon en el monte Sinaí es la voz de la
conciencia humana aclarada, purificada, codificada y amplificada con
truenos y centellas. Por eso dice Pablo: “por medio de la ley viene el
conocimiento del pecado”. Por otro lado Juan dice: “el pecado es la
transgresión de la ley”, es decir, de la ley de Dios.
¿Cuál ley de Dios? ¿El libro? No, Se trata de la ley dada en las tablas de piedra,
pues son ellas las que definen lo que es pecado. Pablo dice: “No conozco el
pecado excepto por la ley, Porque no conocía el pecado excepto que a ley dice
no codiciarás”. ¿Cuál ley dice esto? Este es el mandato del decágono que habla
del corazón, el décimo mandamiento. Fue eso lo que Dios utilizó para llevar a
ese fariseo (Saulo) a la convicción de pecado. Como fariseo, lo que le
preocupaba era la conducta externa. Pero un día descendió con poder en su
alma esta palabra: “no codiciarás” y ¿Dónde se codicia? Se codicia en el
corazón. Pablo reconoció que Dios quiere pureza de corazón y que la
obediencia a Dios no es conformarse con un juego de reglas externas humanas.
Es un asunto de amar a Dios en el alma. Cuando él vio eso, fue quebrantado
con convicción de pecado y se dio cuneta que merecía el infierno y que
necesitaba un Salvador. Es para esto que la ley fue diseñada: traer un
conocimiento experimental que produzca convicción de pecado a cada uno de
cada rama de la raza humana. Como diría Calvino: “La ley no fue dada para
someter a los antiguos, sino para alimentar su esperanza en el Mesías
prometido”.

4- El antiguo pacto y todas sus provisiones nos provee un rico y poderoso


retrato o ilustración de la persona y la obra de Cristo. Hay tantas
ilustraciones de Cristo con la manera en que Dios se relacionó con el pueblo
de Israel. Dios hace provisión para el pecado para su pueblo en el día de la
expiación, donde el sumo sacerdote como esta escrito en el libro de la ley,
una vez al año entra al lugar santísimo con sangre, confesando los pecados
del pueblo para el perdón de los mismos. Esa es una ilustración de cómo
Jesús trae su propia sangre, la lleva al lugar santísimo, la presenta delante de
Dios para que los pecados de su pueblo bajo el nuevo pacto sean
perdonados.

Por otro lado, Moisés, el mediador del antiguo pacto, ilustra a Cristo,
mediador del nuevo, cuando este dice: “y el Señor levantará un profeta
como yo”. Así que Moisés fue una ilustración de Jesús; así como Moisés
sirvió de mediador en el antiguo pacto, Jesús es le mediador del nuevo
pacto.

5- Nos suministra diversas lecciones espirituales y morales acerca de la


salvación (1 Corintios 10:6-11). El esta hablando de las experiencias de
Israel en los días de Moisés y dice en el verso 5 que la mayoría de ellos
quedaron postrados en el desierto por la desobediencia. En el verso 6 dice
que nosotros debemos de aprender lecciones morales y espirituales sobre la
salvación por la manera en la que Dios trato con Israel en el antiguo pacto.
Todas las experiencias de ellos fueron diseñadas para beneficio nuestro,
para que aprendamos lecciones morales y espirituales, para que de manera
fácil pudiésemos aprender y no de la manera difícil como le toco a ellos.
¿Cómo debemos pensar sobre el antiguo pacto?
¿Es la ley mala?
¿Son los diez mandamientos malos, porque el pueblo de Dios lo quebranto?
¿Fue malo el viejo pacto?

El autor de los hebreos dice que el nuevo pacto es un mejor que el antiguo,
basado en mejores promesas y con una mejor mediación que es la del Señor
Jesucristo, Jehová mismo. Pablo se hace esta pregunta en Romanos 7: 7: “¿es la
ley pecado? De ninguna manera”. Es aquí donde utiliza esta terminología
especial de “la ley y el mandamiento” que es la mima terminología utilizada en
Éxodo 24 para referirse al decálogo, pero en hebreo. Esto es lo que dice en
resumen: “La ley a la verdad es santa y el mandamiento es santo, justo y bueno”.
El problema no estaba en la ley en si, sino en los recipientes del pacto. Por eso es
que Pablo dice seguidamente que el pecado remanente que mora en el responde
seguidamente de manera negativa a la ley de Dios: El bien que desea hacer no lo
hace y el mal que no quiere hacer lo hace, pues hay otra ley en sus miembros que
lo lleva cautivo hacia el pecado. El problema no esta en la ley sino en mi
naturaleza caída.

Cuando se toma la buena ley de Dios y se le pone en un corazón carnal que


aborrece a Dios, siempre produce peor pecado del que había antes, “porque la
mente carnal es enemistad contra Dios, no se sujeta a la ley de Dios ni puede”.
Es por esto que el creyente debe mortificar el pecado. Pero por la gracia de Dios
cuenta con la ayuda del Espíritu Santo, quien es el agente de nuestra
santificación. Dios obró en nosotros por su Espíritu, escribiendo su ley en nuestra
mente y en nuestro corazón. Pero nuestra mortificación del pecado no es todavía
perfecta debido a mi pecado remanente. Pero gracias sean dadas a Dios que El
envió a Cristo, quien nació bajo esa ley y guardó esos diez mandamientos
perfectamente desde el momento en que entró hasta que salió, siendo ese el
sólido y seguro fundamento de mi justificación.
Unidad 8: El Pacto Davídico

Introducción: Testimonio Escritural

• 2 Sam 23:5: “No es así mi casa para con Dios; Sin embargo, él ha hecho
conmigo pacto perpetuo, ordenado en todas las cosas, y será guardado,
Aunque todavía no haga él florecer toda mi salvación y mi deseo”. Este
pasaje, aunque no nos dice de manera clara o explicita la sustancia del
pacto de Dios con David, sin embargo, si nos dice explícitamente que
hubo un pacto entre Dios y David su siervo justo.

• Sal. 89:3-4: “Hice pacto con mi escogido; Juré a David mi siervo,


diciendo: para siempre confirmaré tu descendencia, Y edificaré tu trono
por todas las generaciones”. Este Salmo fue escrito por Etán. El título no
inspirado de este es “el pacto de Jehová con David”.

El Salmista empieza alabando a Dios por sus misericordias, las cuales han sido
manifestadas de generación en generación. Esa misericordia se puede ver
especialmente en los pactos que Dios hace con sus siervos. Por su misericordia,
Dios hace pactos con hombre pecadores, dándoles promesas juramentadas de
favor y buena voluntad y por su fidelidad El perpetua esos pactos y cumple sus
promesas. Dios es confiable, El siempre guarda su palabra.

Ahora bien, hay un pacto específico que estamos viendo en este pasaje, un pacto
que nos habla mucho de la misericordia y del amor de Dios. Este pacto lo
tenemos en el verso 3: “Hice pacto con mi escogido; Juré a David mi siervo”. El
pasaje es claro: ¿Quién es el recipiente de este pacto? David, el siervo justo de
Dios. ¿Cuál es la sustancia de este pacto? Esta la vemos en el verso 4: “para
siempre confirmaré tu descendencia, Y edificaré tu trono por todas las
generaciones”.

Dado que en los pactos divinos hay perpetuidad orgánica, aunque el pacto fue
hecho con David, incluía de manera indirecta a sus descendientes, la simiente
real de David. El pasaje nos muestra que existe una relación muy especial entre
Dios y David su siervo, tanto así que a David Dios le pone como primogénito (v.
27). El Salmista nos dice que Dios es el Gran Rey y que los reyes son
simplemente ilustraciones de lo que Dios es. El rey de Israel es precisamente el
mas alto de esos reyes, pues el es rey en la teocracia en que la Dios es Rey. Así
que debe haber una relación especial entre Dios y el rey de Israel, la cual es
especificada en el verso 26: “El me clamará: Mi padre eres tú, Mi Dios, y la
roca de mi salvación”.
¿Qué tipo de relación es Padre-primogénito?
Él es su hijo. ¿Quiere decir esto que el rey de Israel era el hijo de Dios? En un
sentido si. Esto puede verse en la declaración enfática de Natanael cuando le dice
a Jesús: “Tú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel” (Juan 1: 49). El rey de Israel
en una manera especial es el hijo de Dios.

¿Dónde es que Dios específicamente le hace a David estas promesas? La repuesta


esta en 2 Samuel 7:14-16. Aunque en el contexto no se use la palabra pacto, es
claro a partir del Salmos 89 que hay una relación directa entre ambos pasajes:
Parte de 2 Samuel 7 esta citado en el Salmo 89.

El contexto que encontramos en 2 Samuel 7 es interesante: A Israel se le había


dado paz de sus enemigos, ya David no habitaba en cuevas, sino en paz en la casa
del rey y la presencia especial de Jehová aun estaba en el tabernáculo. Pero el
celo por la casa de Jehová consumía al cantor de Israel. David tenia una carga en
su corazón de hacerle a Dios una casa (el templo). Dios responde a David por
medio de Natán el profeta y le pregunta: “¿Tú me has de edificar casa en que yo
more?” (v. 5). Dios hace ver a su siervo que El no necesita una casa hecha por
manos de hombres. En cambio, Dios promete a David hacerle casa para el:
“desde el día en que puse jueces sobre mi pueblo Israel; y a ti te daré descanso
de todos tus enemigos. Asimismo Jehová te hace saber que él te hará casa” (v.
11). Noten el contraste: David esta preocupado por la casa de Dios, pero Dios le
promete una casa a David. Es aquí donde entra la promesa del pacto Davídico: “Y
cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré
después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su
reino” (v. 12).

Dios promete entonces a David que cuanto este muera su hijo se sentaría en su
trono y le edificaría casa a Jehová y su trono seria afirmado para siempre, a
menos que el rey ande por caminos pecaminosos (v.v. 14-15). Si el rey de Judá a
través de David andaba en caminos pecaminosos, entonces los juicios y las
maldiciones de Dios vendrían sobre él, pero aun así, nunca se les quitaría el reino
a los descendientes de David como se le quitó a Saúl.

Cuando Dios dice que no quitaría su misericordia de sobre él como la quito a


Saúl, se refiere al fin de su dinastía. Así que, la parte final de la promesa esta en
el verso 16: “Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu
rostro, y tu trono será estable eternamente”. Cuando Natán da este mensaje
divino a David, este responde con gozo y humillación: “¿quién soy yo, y qué es
mi casa, para que tú me hayas traído hasta aquí?” (v. 18).

Así que este grupo de promesas se enfocan en tres aspectos:

1- Se enfoca en Salomón (v.v. 12-13). Es específicamente de Salomón que se


habla cuando Dios dice: “Tu hijo se sentara su en tu trono y edificara casa a
Jehová”. Fue Salomón quien históricamente edificó casa a Jehová.
2- Se enfoca en la dinastía completa de David (versículos 13, 14).
3- Se enfoca en la permanencia eterna del reino del reino de David (V. 16)

Así que tenemos tres enfoques en esta promesa: Salomón construyendo el


templo, la dinastía de todos los reyes del linaje de David y el establecimiento del
reino de David eternamente.

• Salmo 132:12: “Si tus hijos guardaren mi pacto, Y mi testimonio que yo


les enseñaré, Sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre”.
Dado a la perpetuidad orgánica, el pacto también incluía a sus
descendientes. Si ellos se mantenían fieles al pacto y no andaban en
caminos pecaminosos, ellos se sentarían en el trono por siempre.

• Isaías 9:6, 7,11: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el
principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable,
Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de
su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su
reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora
y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto”. Parte de la
sustancia de este pacto era que uno de sus descendientes se sentaría en el
trono y reinaría para siempre en justicia. ¿En el trono de quien va él a
gobernar? En el trono de David.

• Isaías 11:1: “Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de
sus raíces”. El Mesías que reinaría para siempre, era descendiente o del
linaje de David.

• Zacarías 6:12-13: “Y le hablarás, diciendo: Así ha hablado Jehová de los


ejércitos, diciendo: He aquí el varón cuyo nombre es el Renuevo, el cual
brotará de sus raíces, y edificará el templo de Jehová. El edificará el
templo de Jehová, y él llevará gloria, y se sentará y dominará en su
trono, y habrá sacerdote a su lado; y consejo de paz habrá entre
ambos”. Zacarías escribió su libro después que los judíos regresaron del
cautiverio. Su misión dada por Dios era alentar al pueblo a seguir la
construcción del templo, la cual se había parado por el desaliento de los
enemigos. Algunos judíos de Babilonia trajeron una ofrenda a la casa de
Dios. Los que no pueden aportar al avance de una buena obra con sus
personas, deben, según puedan, hacerla avanzar con su bolsa: si algunos
ponen las manos, que otros las llenen. —Hay coronas por hacer y para
poner sobre la cabeza de Josué. Se usa la señal, hacer más notoria la
promesa de que Dios levantará, cuando se cumpla el tiempo, a un gran
Sumo Sacerdote como Josué, que no es sino la figura de Uno que está por
venir. Cristo es no sólo el Fundamento, sino el Fundador de este templo,
por su Espíritu y su gracia. Así como lo hizo Salomón El construiría la
casa de Jehová.
• Lucas 1:32-33: “Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el
Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de
Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin”. El Rey que vendría, el hijo
de David, el hijo de Dios, el rey de Israel, el Padre eterno y el príncipe de
paz que se sentará en el trono de David y que construirá la casa de Dios es
Cristo Jesús.

• Hechos 2:29-36: “Varones hermanos, se os puede decir libremente del


patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con
nosotros hasta el día de hoy. Pero siendo profeta y sabiendo que con
juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la
carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, viéndolo
antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en
el Hades, ni su carne vio corrupción. A este Jesús resucitó Dios, de lo
cual todos nosotros somos testigos. Así que, exaltado por la diestra de
Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha
derramado esto que vosotros veis y oís. Porque David no subió a los
cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi
diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Sepa,
pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien
vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo”. El pasaje hace
primero referencia a la promesa de Dios a David de que uno de sus
descendientes se sentaría en el trono y reinaría para siempre en justicia.
Luego conecta la promesa con la exaltación de Cristo luego de su
resurrección y con su sentarse a la diestra de la majestad en las alturas.
Con este evento, David recibió del Padre la promesa del Espíritu Santo.

• Hechos 13:32-37: “Y nosotros también os anunciamos el evangelio de


aquella promesa hecha a nuestros padres, la cual Dios ha cumplido a los
hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jesús; como está escrito
también en el salmo segundo: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy. Y
en cuanto a que le levantó de los muertos para nunca más volver a
corrupción, lo dijo así: Os daré las misericordias fieles de David. Por
eso dice también en otro salmo: No permitirás que tu Santo vea
corrupción. Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia
generación según la voluntad de Dios, durmió, y fue reunido con sus
padres, y vio corrupción. Mas aquel a quien Dios levantó, no vio
corrupción”. La promesa a David es que uno de sus descendientes reinaría
para siempre. Esta promesa se cumple en Cristo, quien es resucitado para
nunca más ver corrupción. El murió, pero resucito y vive para siempre,
por lo que su reino es sempiterno.
I. Las Características

a) Los receptores: El siervo justo David, su posteridad Real y su heredero Jesús.

b) La substancia: Perpetuo resinado sobre el pueblo de Dios, cuidado sobre la


casa de Dios.

II. El Cumplimiento

a) Salomón. Cuando David muere, Salomón su hijo es puesto sobre su trono y


durante su reinado construye casa para Jehová.

b) La dinastía de Reyes de David. Se cumple en los descendientes físicos de


David y Salomón, los cuales reinaron en Judá. En el reino de Judá, generación
tras generación, el linaje de David se mantuvo y cada estuvo en el reino. Hubo
una vez en la que se trató de destruir el linaje de David, cuando una mujer
malvada trató de matarlos a todos. Pero dado que Dios es fiel a sus promesas,
uno de ellos sobrevivió y fue guardado en secreto en la casa de Jehová de parte
de unos de los sacerdotes, siendo posteriormente rey, cumpliéndose así la
promesa.

Pero luego fueron a la cautividad, durante estos días no había rey en Judá y esta
es la carga del salmista en el Salmos 89. Se puede ver que se cumplió la promesa
en David, Salomón y sus hijos hasta el momento de la cautividad. Entonces el
salmista dice: “¿Dónde esta promesa hoy?” (Salmos 89: 18,49) ¿Dónde esta el
rey que ha de estar en el trono de David? Tu prometiste que su trono duraría para
siempre, ¿Dónde esta tu misericordia ahora? ¿Por qué estamos en cautividad y el
trono ha sido echado de la tierra?

c) El reinado perpetuo de Jesús. Mientras el pueblo de Dios estaba en el


cautiverio perdieron las esperanzas. Parecía que no habría más cumplimiento
porque no hay rey en la cautividad. Pero Dios cumple la promesa mandando a
Jesucristo y levantándolo de entre los muertos y sentándolo en el trono de David,
donde El ahora reina para siempre, pues todo dominio le ha sido dado en los
cielos y en la tierra.

III. LAS FUNCIONES

1- Hace perfecta la teocracia a través de un mediador. Dios reinaba sobre su


pueblo Israel a través de un mediador: el rey, quien era llamado su hijo.
Todavía en el nuevo pacto vivimos en una teocracia: Dios gobierna a su
pueblo a través de un mediador: Cristo.

2- Da paz, seguridad y estabilidad al pueblo de Dios en el viejo pacto.


3- Ilustra y manifiesta el gobierno del reinado de Cristo. Salomón sentándose
en el trono de David es una ilustración de Cristo y el linaje continuo de
David es una ilustración del reinado continuo de Cristo. Todas estas
ilustraciones son manifestadas en Cristo.

(Paréntesis: Los Votos)

¿Cual es la diferencia entre un Voto y un pacto?

Siempre son los hombres y nunca Dios los que hacen Voto. Algunos de los
pasajes más importantes que hablan sobre Votos son:

- El Voto de Jacob en Génesis 28.


- Los Votos Nazarenos en Números 6.
- Los Votos entre un hombre y una mujer en Números 30. Este nos muestra
que un voto esta ligado también a un juramento.
- El voto de Ana en 1 Samuel
- Eclesiastés 5: 4

Un voto es una promesa solemne y voluntaria de índole religiosa que un hombre


o una mujer hace delante de Dios. La clave aquí es que tiene que ser voluntario.
Ejemplo de esto es Ana, cuando esta quería tener hijo y era estéril. Ella hizo voto
delante de Dios (promesa voluntaria) de que si Dios le daba un hijo, ella lo
dedicaría a El para siempre. Una de las expresiones mas comunes de votos son
los votos matrimoniales, donde un hombre y una mujer se juran fidelidad
mutuamente.
Unidad 9: El Pacto Mesiánico

Testimonio Bíblico

• Sal. 110:1-4: “Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que


ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Jehová enviará desde Sión
la vara de tu poder; Domina en medio de tus enemigos. Tu pueblo se te
ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder, En la hermosura de la
santidad. Desde el seno de la aurora Tienes tú el rocío de tu juventud.
Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre Según
el orden de Melquisedec”.

En el Salmo 110:4 encontramos de manera explicita un juramento de Jehová, lo


que indica de manera clara que se trata de un pacto divino. En este pacto, el
Padre hace un solemne compromiso con el Hijo diciéndole: “Tú eres sacerdote
según el orden de Melquisedec”. Que es un pacto hecho con el Cristo, es evidente
a partir de las palabras del mismo Cristo, quien hace referencia a este texto
cuando dice que David en el Espíritu le llamó Señor (Mat. 22:43-45). A esto
agregamos que el escritor inspirado de la carta a los hebreos dice explícitamente
que se trata de Jesús: “Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para
siempre, Según el orden de Melquisedec” (Heb. 5:6, 10).

En el verso 1 el Padre le dice al Hijo: “siéntate a mi diestra”. Esto genera la


primera pregunta: ¿Cuándo sucede esto en la vida de Jesucristo? La Biblia nos
dice que Cristo, luego de resucitar, ascendió a los cielos y se sentó a la diestra de
al majestad en las alturas (Heb. 1:3). Por lo tanto, este evento tiene lugar luego de
Jesús resucitar y ascender al cielo. ¿Dónde sucede todo esto? Todo esto sucede
en el cielo, luego de al ascensión, lo que hace de este pacto y de su revelación a
nosotros algo extraordinario y único. Cuando Cristo asciende, lo primero que el
Padre hace es sentarlo a su diestra y luego le jura hacerlo sacerdote y Rey
perpetuamente: “eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec”

¿A que se refiere el Padre cuando dice “según el orden de Melquisedec”? En el


antiguo pacto, el sacerdocio era hereditario y estaba destinado para los Levitas
según el libro de la ley. El Sacerdocio de Melquisedec no tiene nada que ver con
el sacerdocio Levítico, pues Cristo no era de esta tribu sino de la de Judá. Pero
todavía sigue la pregunta: ¿Quién es Melquisedec? ¿Dónde habla la Biblia de
Melquisedec? La Biblia lo menciona por primera vez en Génesis 14. Este
personaje es ciertamente enigmático, pues no se sabe mucho de el. El único
poquito que se sabe esta en Génesis 14: 18-20.

Lo primero que se nos dice allí es que Melquisedec era sacerdote del Dios
Altísimo. Pero no es lo único. Se agrega a esto, en segundo lugar, que era rey de
Salem; de hecho, su mismo nombre significa rey de justicia o rey justo. Así que
encontramos en una misma persona realeza y sacerdocio. Esto es sumamente
importante, pues bajo el antiguo pacto no se podía ser rey y sacerdote a la vez; o
era uno o el otro. ¿Qué pasó cuando el rey Uzías trató de llevar a cabo el papel de
sacerdote? Dios hizo que cayera lepra sobre su cuerpo. Melquisedec tiene
entonces una cualidad distintiva: era rey y sacerdote a la vez, lo cual no podía ser
en ningún sacerdote levita ni en ningún rey Davídico.

En tercer lugar, en Génesis 14 no se menciona la genealogía de Melquisedec,


dato que es mencionado en hebreos 7:6. Esto no significa que no tuviese
genealogía, sino que debido a que el texto no la menciona parece no tener mucha
importancia. Algo adicional de Melquisedec es que era mayor de Abraham. Esto
es evidenciado por el hecho de que bendijo a Abraham. El mismo autor divino
dice que es el mayor el que bendice al menor y no lo contrario (Heb. 7:7).
También es evidente que él recibió los diezmos de Abraham.

Algo bastante interesante en el pasaje es que el trajo pan y vino. No es entonces


ninguna coincidencia que Jesús, el sumo sacerdote según el orden de
Melquisedec, instituyó la santa cena (el símbolo del nuevo pacto) utilizando pan
y vino.

En base a lo ya visto y expuesto, el sacerdocio de Melquisedec se caracteriza


entonces por ser un sacerdocio real y permanente, es decir, que es sacerdote y rey
para siempre. Es interesante notar que Dios hizo esta misma promesa a Israel; si
ellos obedecían sus leyes serían reyes y sacerdotes. Esta promesa es muy
importante, pues esta conectada a la promesa del nuevo pacto.

• Isa. 53:10: “Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a


padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado,
verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su
mano prosperada”. No puede haber ninguna duda de que todo el capítulo
53 esta describiendo a Jesucristo y su ministerio. Como todos los profetas,
Isaías comienza describiendo la humillación de Cristo (Isaías 53: 1-10) y
luego pasa a su exaltación (Isaías 53: 10-12). El verso 10 agrega algo
interesante: “Después de ser levantado de entre los muertos verá linaje”.
Así que este texto agrega que en conexión con su muerte y resurrección,
El tendría descendientes (hijos). Obviamente no se refiere a hijos físicos,
sino a hijos espirituales. ¿Quiénes son los hijos de Jesús? Esto lo veremos
mas adelante.

• Zac 6:12-13: “Y le hablarás, diciendo: Así ha hablado Jehová de los


ejércitos, diciendo: He aquí el varón cuyo nombre es el Renuevo, el cual
brotará de sus raíces, y edificará el templo de Jehová. El edificará el
templo de Jehová, y él llevará gloria, y se sentará y dominará en su
trono, y habrá sacerdote a su lado; y consejo de paz habrá entre
ambos”. Notemos que el pasaje nos habla de un consejo de paz entre el
Padre y el Renuevo, siendo esto una clara referencia a Jesús. Parte integral
de este consejo a pacto es que el Renuevo se sentaría en el trono de David
y reinaría. Pero no es lo único, también se dice que será sacerdote. Aquí
tenemos entonces otra referencia al sacerdocio real de Cristo.

• Gal.4:4-7: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a


su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los
que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y
por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su
Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo;
y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo”.

• Fil. 2:5-11: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en
Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a
Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando
forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la
condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta
la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo
sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el
nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en
la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el
Señor, para gloria de Dios Padre”.

El Padre había prometido bajo juramento al Hijo que le exaltaría hasta lo sumo y
que toda rodilla se doblaría y confesaría que El es Rey y Señor. Esa es
precisamente la promesa dada en el Salmo segundo. Pero parece haber una
condición o mandato: debía ser obediente hasta la muerte. Su exaltación debía ser
precedida por humillación y sufrimiento. Esta es la enseñanza dada por Isaías 53
cuando nos habla del Siervo Sufriente que luego es contado entre los grandes y
vería gran linaje. De hecho, esta fue la promesa que le sostuvo en medio de su
pasión: “el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando
el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Heb. 12:2).

• Heb. 2:13-14: “Y otra vez: Yo confiaré en él. Y de nuevo: He aquí, yo y


los hijos que Dios me dio. Así que, por cuanto los hijos participaron de
carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por
medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al
diablo”. En el pasaje se nos habla de unos hijos que le fueron dados al
Hijo. ¿Quiénes son estos hijos?

El mismo contexto de hebreos 2 nos ayuda a identificar a estos hijos. El verso 11


dice: “Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por
lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos”. Primero nos dice que Cristo
(el que santifica) y los que son santificados (los hijos), son todos de Uno. Luego
dice que debido a esto, el que santifica (Cristo), no se avergüenza de llamarlos
hermanos. Luego, el autor divino cita varios pasajes del Antiguo Testamento para
mostrar la relación entre El y las personas que El llama hermanos, las cuales son
las mismas personas que son llevadas a la gloria mencionadas en el verso 10.
Primero cita Salmos 22: 22: “Anunciaré tu nombre a mis hermanos; En medio de
la congregación te alabaré”. Luego, en el verso 13 cita a Isaías 8:18: “He aquí,
yo y los hijos que me dio Jehová somos por señales y presagios en Israel, de
parte de Jehová de los ejércitos, que mora en el monte de Sión”. Así que, en
base a lo que el contexto de Hebreos 2 dice, los hijos que Dios ha dado al Hijo
son los salvos, los cuales pueden ser considerados también como hijos de
Abraham, según el verso 16. Estos también se benefician perpetuamente de su
obra sacerdotal o intercesora (v. 17).

Así que el pasaje nos da una lista de cosas que describen a los hijos espirituales
de Cristo: Hijos traídos a la gloria, el pueblo por quien El hace la expiación, el
pueblo de Dios, la simiente espiritual de Abraham, sus hermanos.

• Heb. 5:5: “Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo


sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy”.

El pasaje de Hebreos 5 describe el trabajo sacerdotal de Cristo. El autor inspirado


cita el Salmo 110:4: “Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para
siempre Según el orden de Melquisedec” (v. 6). Además de esto, el autor cita El
Salmo 2:7: “Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te
engendré hoy”. Es interesante notar que el autor esta citando este Salmo para
probar que Cristo fue señalado como sacerdote. Pero la referencia del Salmo 2 es
“Mi Hijo eres Tu, yo te he engendrado hoy”. ¿Cuál es la conexión? El Salmo 2:6-
8 nos habla del evento que tiene lugar cuando Cristo exaltado hasta lo sumo en el
cielo, evento en el que es sentado en el trono y en el que se le da toda potestad en
el cielo y en la tierra. El evento es la coronación de Cristo como Rey, evento
estudiado en la unidad pasada a partir de Hechos 13:33. El cumplimiento de este
Salmo esta ligado a la resurrección de Cristo y a su ascensión y posterior
coronación en el cielo, donde es establecido con juramento como Sacerdote y
Rey para siempre. Es en este momento que se establece el pacto Mesiánico.

• Heb. 7:28: “Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres;


pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho
perfecto para siempre”.
El autor dice de manera clara que el sacerdocio Aarónico concluyó y por esto es
necesario un nuevo sacerdocio, el de Cristo, el cual es según el orden de
Melquisedec (v. 21). La razón de por que fue anulado el Aarónico para instituir el
de Cristo es porque tenemos mayor esperanza a través de este. Lo que el autor
trata de probar a lo largo del capitulo es la superioridad del sacerdocio de Cristo
sobre el de Aarón. La superioridad del sacerdocio de Cristo es demostrada por el
autor al mostrar que los sacerdotes del orden Aarónico fueron constituidos por la
ley, pero sin juramento; en cambio Cristo, el Hijo, fue hecho sumo sacerdote
eternamente con juramento, un juramento dado por el Padre. Para probar esto, el
autor cita el Salmo 110:4: “Tu eres sacerdote para siempre”. La implicación de
este juramento de hacerlo sacerdote para siempre es que mientras aquellos morían,
Cristo, en virtud de su resurrección, vive para siempre para interceder por ellos. Es
por esto que tenemos mas esperanza en este sacerdocio.

• 1Pe 2:9: “Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación
santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de
aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”.

¿Esta incluida la simiente espiritual de Jesús en este pacto? La promesa de ser real
sacerdocio se hace principalmente y explícitamente a Jesús, pero debido a la
perpetuidad orgánica de los pactos divinos, la promesa incluye también de una
manera implícita a sus descendientes espirituales. En el pacto Abrahamico su
simiente fue incluida; en el pacto Davídico su simiente real también fue incluida.
De igual manera la descendencia espiritual de Cristo esta incluida en esta promesa.
¿Cuál descendencia? La mencionada ya en Isaías 53 y Hebreos 2.

En el pasaje Pedro llama a la comunidad redimida “real sacerdocio”. Esto incluye


la idea de reyes y sacerdotes. Lo mismo que hubiese recibido Israel si hubiese sido
fiel al pacto, nosotros ahora lo recibimos por medio de Cristo. En Cristo somos
reyes y sacerdotes: “y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea
gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén” (Apoc. 1:6).

• Apocalipsis 2: 26-27: “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin,
yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y
serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido
de mi Padre”.

Esta es una cita del Salmo 2, donde Dios le dice al Hijo que le pida y él le dará por
herencia las naciones. En virtud de la perpetuidad orgánica, también a los
descendientes espirituales de Cristo, los cuales son coherederos juntamente con El,
les es dada autoridad sobre las naciones. Pablo nos dice que los creyentes, al
morir, son llevados al cielo y sentados juntamente con Cristo en los lugares
celestiales: “y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los
lugares celestiales con Cristo Jesús” (Ef. 2:6). Esta es la misma idea contenida en
Apocalipsis 3:21: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono,
así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”. La promesa
dada aquí es que todo aquel que termine su vida viviendo por, mediante y a través
de la fe, al entrar al cielo, compartirá con Cristo todas las cosas que le fueron
prometidas con juramento por el Padre. Como reyes reinamos con Cristo en los
tronos celestiales; como sacerdotes, ofrecemos a Dios sacrificios y ofrendas de
alabanza.

I. El Fundamento

a) La encarnación del Hijo. Lo que se le prometió al Mesías fue


fundamentado en su encarnación y esta es la que da Juan: “El verbo era
Dios… y el verbo se hizo carne”. A esto agregamos el sentido sinóptico con
el que empieza el Nuevo Testamento, en el libo de la genealogía de
Jesucristo el hijo de David, el hijo de Abraham, porque El es el
cumplimiento de las promesas hechas Abraham y a David. La promesa que
se le dio a Abrahán de que en su simiente serían benditas todas las naciones
y la promesa de que en la descendencia de David habría alguien que
reinaría para siempre se cumple en Cristo. No solo esto, Cristo es además el
cumplimiento a la promesa dada en Génesis 3:15 de que uno de los
descendientes de Eva aplastaría la cabeza de Satanás.

b) El ministerio publico de Dios Hijo. El Hijo vino de parte del Padre a


cumplir una misión, una misión que implicaba sufrimiento y dolor. Su
obediencia perfecta a este mandato del Padre precedería a su exaltación
hasta lo sumo.

c) La resurrección y ascensión de Dios Hijo. Es precisamente en virtud a su


resurrección que El pudo sentarse a la diestra del Padre y ser Rey y
Sacerdote para siempre.

II. Las Características

a) El receptor: Jesús, el Siervo fiel de Dios y su descendencia espiritual.

b) La sustancia: Sacerdocio real perpetuo.


c) La ratificación: La sesión (la coronación y el entrenamiento) de Cristo.

III. El Cumplimiento

a) En la vida de Jesús. El Padre cumple su promesa al Hijo cuando le exalta


hasta lo sumo a su diestra y le hace Rey y Sacerdote para siempre. Esto
tuvo lugar luego de su ascensión.

b) En la posteridad de Jesús (hijos espirituales). Al Ser unidos a Cristo por


la fe, somos hechos en El reyes y sacerdotes. Al morir partimos a su
presencia y somos sentados en los lugares celestiales juntamente con El
para reinar. Es en El que somos coherederos de todas las cosas.

IV. Las Funciones

a) Demuestran la superioridad y efectividad del trabajo de Cristo como


mediador.

b) Perpetúa la teocracia mediadora de Cristo.

c) Da paz y seguridad al pueblo de Dios bajo el nuevo pacto.


Unidad 10: El Nuevo Pacto

Testimonio Bíblico

• Isaías 54:9-10: “Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré
que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado
que no me enojaré contra ti, ni te reñiré. Porque los montes se moverán, y
los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el
pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de
ti”. Este pasaje nos habla de un pacto eterno, uno que no será quebrantado.
A la luz de Jeremías 31 y otros pasajes mas, resulta obvio que no se trata
del antiguo pacto, por la sencilla razón de que estos enseñan que el antiguo
pacto fue invalidado o quebrantado por ellos mismos y debido a ello Dios
decide soberanamente hacer un nuevo pacto. Lo que caracterizará este
pacto es que la misericordia de Dios nunca se apartaría de ellos.

• Isaías 59:20-21: “Y vendrá el Redentor a Sión, y a los que se volvieren de


la iniquidad en Jacob, dice Jehová. Y este será mi pacto con ellos, dijo
Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu
boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de
los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre”. Hay
varias cosas que este pasaje nos dice acerca de este nuevo pacto: primero
nos dice el tiempo en que seria hecho: “vendrá el Redentor a Sión”, siendo
esto una clara evidencia a la primera venida. En segundo lugar, el pasaje
nos dice con quien es hecho este pacto: “a los que se volvieren de la
iniquidad en Jacob”. El pasaje nos habla de Jacob, siendo esto una
referencia a Israel, pero agrega una restricción: los que se aparten de su
pecado. Luego el Señor agrega la sustancia: Que su Espíritu estaría en ellos
para siempre.

• Jeremías 31: 31-34: “He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales
haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el
pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la
tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un
marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa
de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente,
y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán
por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su
hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde
el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque
perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado”.

Este es definitivamente el pasaje mas completo acerca del nuevo pacto. Primero
nos dice con quien fue hecho este pacto: la casa de Israel y Judá. Obviamente, si le
agregamos lo dicho por el Señor en el pasaje anterior, hemos de entender que se
trata del remanente fiel de Israel y no todo Israel como nación; solo aquellos que
se aparten de sus iniquidades. En segundo lugar, nos dice el momento: “después
de aquellos días”. El pasaje no nos dice con cual generación de Israel, sino que
simplemente dice: “después de aquellos días”. En el contexto significa después
que regresen de la cautividad babilónica. En tercer lugar, el profeta nos da la
razón de por que un nuevo pacto: “porque ellos invalidaron el pacto”. ¿Cuál
pacto? Las palabras del profeta indican claramente que el pacto invalidado fue el
pacto mosaico o antiguo pacto. Esto queda evidenciado porque se trata del pacto
que Dios hizo con una comunidad (sus padres) cuando la sacó de Egipto.
Recordemos que el antiguo pacto fue proclamado por primera vez en las faldas del
Sinaí. En cuarto lugar, se nos dice aquí cual es la sustancia de este pacto, la cual,
es claramente múltiple: La ley de Dios ya no estaría más escrita en tablas de
piedra, sino en su mente y en su corazón y por ende, desde el más pequeño hasta el
más grande le conocería. Esto nos muestra que este pacto esta acompañado de una
obra santificadora de Dios. Ellos le serían por pueblo y El les sería por Dios (la
misma sustancia del pacto mosaico) y todos sus pecados serían perdonados.

• Jeremías 32:36-44: “Y con todo, ahora así dice Jehová Dios de Israel a
esta ciudad, de la cual decís vosotros: Entregada será en mano del rey de
Babilonia a espada, a hambre y a pestilencia: He aquí que yo los reuniré
de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo e
indignación grande; y los haré volver a este lugar, y los haré habitar
seguramente; y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios. Y les daré
un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que
tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos. Y haré con ellos pacto
eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en
el corazón de ellos, para que no se aparten de mí. Y me alegraré con ellos
haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi
corazón y de toda mi alma. Porque así ha dicho Jehová: Como traje sobre
este pueblo todo este gran mal, así traeré sobre ellos todo el bien que
acerca de ellos hablo. Y poseerán heredad en esta tierra de la cual
vosotros decís: Está desierta, sin hombres y sin animales, es entregada en
manos de los caldeos. Heredades comprarán por dinero, y harán escritura
y la sellarán y pondrán testigos, en tierra de Benjamín y en los contornos
de Jerusalén, y en las ciudades de Judá; y en las ciudades de las
montañas, y en las ciudades de la Sefela, y en las ciudades del Neguev;
porque yo haré regresar sus cautivos, dice Jehová”.

Este pasaje nos habla de un pacto de Dios con Israel, un pacto que seria hecho en
algún momento después de regresar de la cautividad. Obviamente no se trata del
antiguo, pues el pasaje nos dice que este pacto se caracteriza por ser eterno y como
hemos visto, el antiguo pacto no fue eterno, la misma case de Israel lo invalidó.
Luego el pasaje agrega parte de la sustancia de dicho pacto: “no me volveré atrás
de hacerles bien”. Dios se compromete a usar su poder para hacer que todo obre
para el beneficio de su pueblo. No solo esto, El no lo haría solo por cumplimiento,
sino que se alegraría en hacer bien a su pueblo. Otra parte de la sustancia es que El
pondría su temor en el corazón de ellos para preservarlos en la fe. Esta es
precisamente la razón de por que es eterno. El antiguo pacto no era eterno. Este
caducó porque ellos se apartaron de los términos del pacto. Pero el nuevo pacto
esta acompañado por una obra preservadora de Dios para que sus hijos nunca se
aparten de el. Esto asegura la permanencia dentro del pacto y la continua
bendición sobre ellos.

• Jeremías 33:14-26: “He aquí vienen días, dice Jehová, en que yo


confirmaré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel y a la
casa de Judá. En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar a David un
Renuevo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra. En aquellos días
Judá será salvo, y Jerusalén habitará segura, y se le llamará: Jehová,
justicia nuestra. Porque así ha dicho Jehová: No faltará a David varón que
se siente sobre el trono de la casa de Israel. Ni a los sacerdotes y levitas
faltará varón que delante de mí ofrezca holocausto y encienda ofrenda, y
que haga sacrificio todos los días. Vino palabra de Jehová a Jeremías,
diciendo: Así ha dicho Jehová: Si pudiereis invalidar mi pacto con el día y
mi pacto con la noche, de tal manera que no haya día ni noche a su
tiempo, podrá también invalidarse mi pacto con mi siervo David, para que
deje de tener hijo que reine sobre su trono, y mi pacto con los levitas y
sacerdotes, mis ministros. Como no puede ser contado el ejército del cielo,
ni la arena del mar se puede medir, así multiplicaré la descendencia de
David mi siervo, y los levitas que me sirven. Vino palabra de Jehová a
Jeremías, diciendo: ¿No has echado de ver lo que habla este pueblo,
diciendo: Dos familias que Jehová escogiera ha desechado? Y han tenido
en poco a mi pueblo, hasta no tenerlo más por nación. Así ha dicho
Jehová: Si no permanece mi pacto con el día y la noche, si yo no he puesto
las leyes del cielo y la tierra, también desecharé la descendencia de Jacob,
y de David mi siervo, para no tomar de su descendencia quien sea señor
sobre la posteridad de Abraham, de Isaac y de Jacob. Porque haré volver
sus cautivos, y tendré de ellos misericordia”.

El pasaje nos habla del pacto mencionado en el capitulo anterior, el cual es


llamado “el nuevo pacto”. Este pacto seria “en aquellos días”, siendo esto una
referencia a los días luego de la cautividad, como lo indica el contexto. El pasaje
también nos dice que se trata de un pacto eterno, el cual no puede ser invalidado,
así como no pueden ser eliminados ni el día ni la noche. Este pacto esta en intima
conexión con la venida del Mesías, específicamente de la primera, en la que el
quita el pecado y salva a Judá. También nos dice que hay una conexión con este
pacto y el pacto Davídico, en el que se le promete e a David un sucesor que
reinaría para siempre sobre su pueblo. Este rey es precisamente el mediador del
nuevo pacto.

• Ezequiel 16:60-62: “Antes yo tendré memoria de mi pacto que concerté


contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto
sempiterno. Y te acordarás de tus caminos y te avergonzarás, cuando
recibas a tus hermanas, las mayores que tú y las menores que tú, las cuales
yo te daré por hijas, mas no por tu pacto, sino por mi pacto que yo
confirmaré contigo; y sabrás que yo soy Jehová”. Dios promete hacer
memoria de un pacto que hizo con la casa de Israel, un pacto perpetuo.
Algo que caracteriza a los integrantes de este pacto es un sincero
arrepentimiento debido al recuerdo de sus iniquidades pasadas.

• Ezequiel 36:22-31: “Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová


el Señor: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi
santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde
habéis llegado. Y santificaré mi grande nombre, profanado entre las
naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las
naciones que yo soy Jehová, dice Jehová el Señor, cuando sea santificado
en vosotros delante de sus ojos. Y yo os tomaré de las naciones, y os
recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país. Esparciré sobre
vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y
de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré
espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de
piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi
Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y
los pongáis por obra. Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y
vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios. Y os
guardaré de todas vuestras inmundicias; y llamaré al trigo, y lo
multiplicaré, y no os daré hambre. Multiplicaré asimismo el fruto de los
árboles, y el fruto de los campos, para que nunca más recibáis oprobio de
hambre entre las naciones. Y os acordaréis de vuestros malos caminos, y
de vuestras obras que no fueron buenas; y os avergonzaréis de vosotros
mismos por vuestras iniquidades y por vuestras abominaciones”.

Aquí hay una referencia al mismo pacto del que se ha venido tratando. Se trata de
un pacto que tendrá lugar en algún momento luego de traer a su pueblo del
cautiverio. Se les promete allí un lavado de sus pecados e inmundicias. No solo
esto, se les promete un cambio de corazón, lo que indica que este pacto incluye
una obra trasformadora de Dios y se les promete el Espíritu de Dios mismo. Esto
es exactamente lo que vemos en Isaías 59:20-21. Luego hay una promesa de que
Dios mismo los haría caminar en sus estatutos, siendo esto una promesa análoga a
la de escribir su ley en sus mentes y corazones. Luego se agrega la substancia
principal de este pacto: “vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por
Dios”. Algo que caracteriza estas personas es un sincero arrepentimiento y dolor
en respuesta a que Dios mismo a través de su Espíritu les acordaría sus malos
caminos. Ellos entonces se arrepentirían y Dios los perdonaría.

• Lucas 22:20: “De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa,
diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se
derrama”. Este pacto, como otros pactos que hemos visto, tiene una
ratificación. El nuevo pacto es ratificado con la sangre de Cristo derramada
en la cruz y la santa cena se celebra en memoria de las promesas del pacto y
de la ratificación del mismo: “esta copa es el nuevo pacto en mi sangre”.
Así como en el pacto Abrahamico la circuncisión era un símbolo
obligatorio para Abraham y sus descendientes, de esta misma manera, la
santa cena es un recordatorio obligatorio para los miembros del pacto: “y
habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi
cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí” (1 Cor.
11:24). Este pasaje nos da entonces un poco de luz acerca del tiempo en que
seria hecho este pacto. Los profetas fueron un poco ambiguos con respecto
al tiempo, pues simplemente decían: “después de aquellos días”,
refiriéndose a algún momento después del regreso de la cautividad. Pero
este pasaje es mas especifico, pues nos dice explícitamente que sucede por
y a través de la persona y la obra de Cristo, ratificado con su misma sangre
derramada en la cruz.

• 1Co 11:25: “Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado,


diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las
veces que la bebiereis, en memoria de mí”.

Este pasaje pertenece a la epístola de Pablo a la iglesia en Corinto, una iglesia


mixta formada por judíos y gentiles. Surge una pregunta: Si el pacto según
Jeremías era con la casa de Israel y Judá, ¿Qué hacen estos gentiles participando
de la señal de un pacto que no les pertenece? Ilustrémoslos de la siguiente manera:

Tenemos al Israel bajo el antiguo pacto, la simiente física de Abraham y dentro de


ellos un remanente fiel, quienes son también hijos espirituales de Abraham,
circuncidados no solo en su carne, sino también en el corazón. A estos organizó
Jesús en una sociedad visible de discípulos. Así que, por primera vez se forma una
comunidad visible cuando empieza su ministerio. El estaba haciendo discípulos y
estos estaban confesando su fe en El. Cuando confesaban su fe en El, estaban
siendo bautizados. “Y el Señor levantará un profeta como yo” dijo Moisés. Luego
en Hechos 3:22-23 leemos que “cualquier alma que no escuche al profeta será
cortado del pueblo”. Así que aquellos que rechazaron a Cristo fueron cortados de
Israel. A eso se refiere Pablo cuando dice en Romanos 11 que las ramas naturales
que permanecieron en incredulidad fueron desgajadas. Según los términos del
nuevo pacto, solo el grupo que escuchó la voz de Cristo y le siguió es el verdadero
Israel. Es precisamente con estos que Dios hace el nuevo pacto: “ustedes me serán
por pueblo y yo les seré por Dios”. Es a estos que Jesús les dice: “haced esto en
memoria de Mi”. Lego este pacto es ratificado con su propia sangre. Así que la
generación fundadora del Israel cristiano bajo el nuevo pacto la encontramos en la
generación apostólica del Israel físico que creyó en Cristo. En ese momento de la
historia no era tan evidente que se trataba del Israel cristiano, pues la palabra
cristiano no existía todavía en ese momento, en el que todos eran hebreos. Es
precisamente a esta sociedad de cristianos israelitas a la que se le injertan los
gentiles que escucharon la voz de aquel gran profeta que prometió Moisés. ¿Cómo
sucedió esto? En Pentecostés, Dios les dio el Espíritu Santo como deposito. Es el
Espíritu Santo quien les da el poder de testificar hasta lo último de la tierra.
Cuando los gentiles escuchaban el evangelio y se convertían, eran injertados en
esta sociedad. Esto comenzó en la casa de Cornelio (Hch. 10), cuando Pedro fue
enviado por Dios por revelación divina y le dijo que también el Espíritu Santo
seria derramado sobre los gentiles. De esta manera Dios demostró que El no hace
acepción de persona, sino que al contrario, El quería que los gentiles también
fuesen incluidos en el Israel del nuevo pacto.
Fue ahí donde comenzó la gran controversia de si había que circuncidar a los
gentiles y hacerles cumplir la ley de Moisés escrita en el libro de la ley. La
respuesta a la interrogante era un claro no. A este nuevo grupo de gentiles
creyentes se les llamó cristianos. Esto comenzó en Antioquia. Es en este punto que
el Israel de Dios pasa a ser no solo un pueblo formado por judíos, sino también por
gentiles. Es por esto que los cristianos en Corinto toman la santa cena, porque la
iglesia es el Israel cristiano, el pueblo de Dios bajo en nuevo pacto, pueblo
bendecido con toda bendición espiritual.

• Efesios 2:10-12: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús


para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que
anduviésemos en ellas. Por tanto, acordaos de que en otro tiempo
vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión
por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. En aquel tiempo
estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los
pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo”.

Este pasaje corrobora con lo ya dicho en el pasaje anterior. Los gentiles estaban
lejos de a ciudadanía de Israel y de los pactos de la promesa. Dios entonces rompe
en Cristo la pared intermedia de separación entre judíos y gentiles, pasando a ser
un solo pueblo. Los gentiles fueron acercados a la ciudadanía de Israel y se les
hizo participantes de los pactos de la promesa y fueron circuncidados en el
corazón no por mano de hombre, sino por Dios mismo.

• Hebreos 7:22; 8:6: “Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto”;
“Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un
mejor pacto, establecido sobre mejores promesas”. . El pasaje nos habla de
un nuevo pacto. Este es contrastado con el antiguo pacto y es considerado
como un mejor pacto. Mejor pacto porque esta basado sobre mejores
promesas. Explícitamente se dice que Jesús mismo es el mediador de este
pacto.

• Hebreos 9:15: “Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que
interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo
el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna”.
Se llama a Jesús como el mediador del nuevo pacto, el cual seria ratificado
con su sangre derramada, siendo esta la causa de la remisión de los pecados
que se habían cometido bajo el primer pacto, para que de esta manera
pudiesen recibir la herencia eterna.

• Hebreos 12:24: “A Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre


rociada que habla mejor que la de Abel”. Este nos habla nuevamente de
Jesús como mediador del nuevo pacto y de la ratificación del mismo con el
derramamiento de su preciosa sangre.

• Hebreos 8:8: “Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el


Señor, En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo
pacto”. Aquí el autor cita el pasaje de Jeremías, donde se dice que el pacto
fue hecho de manera primaria con la casa de Israel y Judá.

• Hebreos 10:16: “Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos
días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las
escribiré”. Aquí el autor cita nuevamente Jeremías 31 y cita textualmente
una de las promesas para este pacto: Que su ley seria escrita en las mentes y
los corazones de ellos.

• Heb 9:20: “diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado”.
La sangre derramada de Cristo es la ratificación de este pacto y el medio
por el cual fueron compradas todas las promesas del mismo.

• Heb 10:29: “¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare
al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue
santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?”. Otra vez el autor a
los Hebreos identifica la sangre de Cristo con el nuevo pacto. El
descarriarse de la fe que una vez abrazó seria un acto de rebelión y
desprecio a la sangre del pacto.

• Heb 13:20: “Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor
Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno”.
Se menciona otra vez la sangre de Cristo como la base del nuevo pacto.
Algo interesante es que este pasaje identifica este pacto con el pacto eterno
prometido por Dios a través de los profetas.

I. Los Fundamentos del Nuevo Pacto

a) El pacto Mesiánico
b) El logro de la redención del pecado.
c) Recepción del pago parcial de la heredad: El Espíritu Santo.

El nuevo pacto tiene como fundamento el pacto Mesiánico, la redención del


pecado (no de Egipto) en la vida y muerte de Jesucristo y también la recepción
del pago inicial, es decir, el Espíritu Santo, quien es las arras de nuestra
herencia. Así como el Israel hebreo fue redimido de Egipto y recibió por
heredad la tierra de Canaán, así el Israel cristiano es redimido del pecado y
recibe la heredad del Espíritu Santo en la tierra y nuevos cielos y nueva tierra
en el siglo venidero.

II. Las Cualidades del Nuevo Pacto

a) Los receptores o participantes: el Israel cristiano, los discípulos de


Jesús.

1- La generación original: la generación apostólica.


2- Generaciones sucesivas del Israel cristiano, las cuales serian injertadas a
este pueblo por medio de la fe en el mediador de este pacto.
3- La última generación: la generación glorificada.

b) La sustancia: cada bendición espiritual. Hay en esta sustancia tres tipos


de bendiciones:

1- Una bendición moral. Esta bendición moral incluye una obra transformadora,
una obra santificadora y una obra preservadora de Dios.

• La obra transformadora: “Pondré mi temor en el corazón de ellos,


para que no se aparten de Mi”. La palabra que se traduce como
“temor” es la palabra hebrea “yir’ah”, la cual implica mas que un
simple temor; se refiere a la actitud con la que una persona reconoce el
poder y la condición de la persona a la que se reverencia y se le rinde
el debido respeto. Se trata entonces de una persona que realmente ha
sido circuncidada en el corazón y no por manos humanas, sino por el
Espíritu mismo.

• La obra santificadora: “Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su


corazón”. El pasaje de Jeremías deja totalmente claro que la ley moral
tiene vigencia en el NUEVO PACTO, aunque no como condición
para salvación, pues por las obras de la ley ningún ser será justificado.
Se trata de un instrumento de santificación en la vida de los
integrantes del pacto.

• La obra preservadora: “Pondré mi temor en el corazón de ellos para


que no se aparten de mi”. Los israelitas invalidaron el pacto porque se
apartaron de el. Es imposible para un verdadero integrante del nuevo
pacto que se aparte, pues Dios mismo lo preservará.
2- Una bendición legal: Dios perdonaría los pecados de ellos. El pecado es el
obstáculo que no nos deja disfrutar de la comunión con nuestro Dios. Una vez
el pecado ha sido removido, tenemos acceso directo a la presencia de Dios por
medio de Cristo.

3- Una bendición experimental o relacional: Todos le conocerán, desde el menor


hasta el mayor.

Describiremos esto con tres salones: el salón de operaciones, el salón


del tribunal y la sala. El paciente es llevado primero al salón de
operaciones. Allí se realiza una cirugía espiritual, donde el corazón de
piedra es sacado y es implantado un corazón de carne. En este nuevo
corazón son escritos los mandamientos de la ley de Dios,
específicamente los de las tablas de la ley. Luego, en el salón del
tribunal, la persona es perdonada de sus pecados y justificada. Luego, en
la sala, el paciente es llevado a conocer a su medico y tener comunión
con El, ya no como esclavos, sino como hijos. El los invita a formar
parte de su familia y derrama sobre el corazón de ellos el Espíritu de su
Hijo, por el cual pueden llamarle con confianza: ¡Padre! Estas
bendiciones caracterizaran al pueblo de Dios como sociedad, una
sociedad en la historia cuyas características serán que poseerán estas
bendiciones y cuyo nombre es el Israel de Dios.

¿Cuál es la condición para que esto suceda? No hay condición, esto solo
depende de Dios; en otras palabras, es incondicional. Dios lo hace todo
y punto, todo dependerá de El. Así que ¿Cuál es mejor? ¿La promesa
condicional del pacto mosaico o las promesas incondicionales del nuevo
pacto? El escritor a los hebreos dice que este es un mejor pacto,
establecido sobre mejores promesas, promesas incondicionales. En este
pacto encontramos el mismo tipo de incondicionalidad que encontramos
en el pacto de gracia.

c) La señal del nuevo pacto: La santa cena. Es precisamente con la sangre


de Cristo que son compradas las bendiciones del pacto.

d) La ratificación del nuevo pacto: La vida y muerte de Jesús. Este nuevo


pacto queda ratificado con una ceremonia solemne: el derramamiento de la
sangre preciosa de Cristo.

e) El mediador: Cristo Jesús. En el antiguo pacto Moisés fue el mediador. El


recibió la promesa de Dios y se la llevó al pueblo. Ahora en el nuevo pacto
¿Quién ocupa este papel? Según los pasajes vistos, Jesucristo es el
mediador. Dios viene a nosotros a través de un mediador, pero Dios mismo
es el mediador, Dios el Hijo.

f) La duración: Pacto perpetuo. A diferencia del antiguo pacto, el nuevo


pacto es eterno, es decir, no será quebrantado jamás. Dios ha prometido de
manera incondicional que este es un pacto perpetuo. Esto lo percibimos de
manera clara en Jeremías 32:40, donde se le llama “PACTO ETERNO”.
Esto lo contrasta del antiguo pacto, el cual fue quebrantado, según nos
enseña jeremías 31:31. No solo esto, Hebreos 8:13 nos dice que este pacto
ha desaparecido. La presencia de uno nuevo evidencia esta desaparición.

III. La Comunión del Nuevo Pacto

En este nuevo pacto no tenemos un lugar físico, pues Jesús vino a tomar el lugar
del templo: “Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo
levantaré… Mas él hablaba del templo de su cuerpo” (Jn. 2:19, 21). Así que, la
comunión en este nuevo pacto viene a través de la obra sacerdotal de Jesucristo.
Es a través de El que nos acercamos a Dios; nadie viene al Padre si no es por El.
En Cristo somos hechos reyes y sacerdotes y en virtud de su obra sacerdotal
podemos ofrecer sacrificios espirituales a nuestro Dios.

IV. El Cumplimiento y el Resultado del Nuevo Pacto.

Cuando una persona responde a la voz de aquel profeta del que Moisés habló
(Cristo) y le sigue, seguidamente es injertado en el pueblo de Dios; ahora el le
pertenece a Dios y Dios a El. Este pueblo se caracteriza porque ha sido perdonado
de sus iniquidades en la sangre de Cristo, lo que elimina el obstáculo que no lo
dejaba disfrutar de la comunión con su Dios. Ahora son sus hijos y tienes las arras
de la herencia que ha de recibir, el Espíritu Santo. Ahora disfruta de la comunión
con su Dios y nada ni nadie lo podrá separar de El hasta el fin del mundo. No solo
esto, es un pueblo que se caracteriza por ser celoso de buenas obras. Ellos tienen la
ley de Dios escrita en su mente y en su corazón y permanecerán en la fe porque
Dios pondrá su temor dentro de ellos para que no se aparten de El. Este pueblo
solo espera la consumación de su redención, cuando Cristo venga y resucite sus
cuerpos para estar junto a todos los demás redimidos y miembros del mismo pacto
para adorar a Dios en cielos nuevos y tierra nueva.

V. Las Funciones del Nuevo Pacto

1- Reforma y regula la vida del pueblo especial de Dios, esto es la iglesia


cristiana. Hay un patrón escrito en sus mentes y corazones: la ley moral de
Dios.
2- Le da estabilidad y seguridad a la iglesia en cada generación para siempre.
Como es un pacto eterno, nos da la seguridad de que habrá creyentes en todas
las generaciones hasta el fin del mundo.

3- Muestra la misma imagen del cielo y la gloria eternal: Todos los redimidos de
todas las edades, reunidos todos juntos con palmas en sus manos y dando
gloria a aquel que los salvó y que vive por los siglos de los siglos. Es cierto que
hay hipócritas en la iglesia. Jesús dice claramente que habrá también cizaña.
Pero en aquel día, Cristo hará separación, las ovejas estarán a su derecha y los
cabritos serán echados el infierno, lejos de Dios y del pueblo del pacto.

¿Cómo es que el Israel cristiano se propaga en las subsiguientes generaciones?


Recordemos que la simiente de Eva es una simiente espiritual. El Israel
cristiano son los hijos espirituales de Abraham unidos como una sociedad
visible. Los hijos de Jesús son hijos espirituales y por lo tanto, el principio de
perpetuidad orgánica en el nuevo pacto es el mismo que la del pacto mesiánico,
se trata de descendientes espirituales.

4- Provee la imagen mas clara del evangelio de salvación.


Aplicaciones a los Pactos de Dios

1- Los pactos de Dios traen estabilidad y previsibilidad a la historia. Estos pactos


nos dan muchas razones para agradecer y alabar a Dios por su fidelidad.

2- Proveen un fundamento sólido para la oración y para el ministerio. En Jeremías


38: 40 dice: “Pondré mi temor en su corazón”. Luego Jesús dice en Lucas
11:13: “Cuanto más nuestro padre celestial, al dar el espíritu santo a los que
se lo pidieren”. Juan Bunyan definió la oración como el derramar el alma o
corazón a Dios de manera sincera, conciente y afectuosa, buscando las cosas
que Dios ha prometido o que son conforme a su voluntad…”. Las promesas del
nuevo pacto deberían regular nuestras oraciones; deberíamos estar orando por
una mayor influencia del Espíritu Santo en nuestras vidas y porque Dios,
ponga más de su temor en nuestros corazones para obedecerle. Este es el
fundamento del ministerio, pues no tenemos fuerzas en nosotros mismos para
producir estas bendiciones; solo en el poder del Espíritu Santo podemos
obtenerlas. Es por esto que debemos siempre depender de Dios, pidiendo cada
día mayor gracia a aquel que da mayor gracia para nuestros ministerios.

3- Los pactos nos llaman a imitar la fidelidad de Dios y sus palabras. Las
Escrituras dicen: “¿Quién hallara al hombre fiel?”. Nosotros imitar a Dios
como hijos amados, siendo honestos y confiables. Debemos además reflejar
nuestra fidelidad a su palabra, andando en integridad en nuestras vidas.

4- Los pactos de Dios son un gran aliento al pueblo de Dios en sus aflicciones.
(Hebreos 6: 18) ¿Por qué Dios se esforzó para hacer todo esto, aun cuando El
no tenía que hacerlo? Si Dios no miente ¿por que jurar? El da juramentos para
consolarnos y estimularnos. Su gracia y misericordia son tan grandes que El
condesciende debido a nuestra debilidad. ¡Alabada sea la gloria de su gracia y
misericordia!

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