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Dr Ryke Geerd Hamer, "El testamento de una Nueva Medicina" - Vol.

"21.5.1.4. Reumatismo articular agudo.

El denominado reumatismo articular agudo, a menudo manifestado como monoartritis reumática


en una gran articulación, en el pasado era una denominada enfermedad o un síntoma muy frecue
nte.

Cualquier médico sabía que duraba durante algunos meses.

En general los pacientes tenían una fiebre moderada entre 38 y 39 grados. La articulación afectada
se enrojecía, estaba caliente, muy hinchada y dolorida y su funcionalidad era muy limitada.

No se sabía nada respecto a las causas, se sospechaba que las toxinas de los estreptococos, las raíc
es de dientes o los dientes cariados eran los “focos tóxicos”. Todo esto eran solamente suposicion
es.

Pero sin embargo el tratamiento aplicado era correcto: el paciente simplemente tenía que estar e
n cama durante 4-6 meses, no podía hacer absolutamente nada más. Estaba rigurosamente prohib
ido hacer agoaspiraciones en la rodilla, en el codo, en el hombro, o en las piernas cuando estaban t
an hinchadas.

Teníamos clínicas enteras especializadas en la curación del reumatismo articular agudo. Por lo que
se, jamás nadie ha muerto. Si hubiese sido de otra manera lo habría sabido, porque como médico
de guardia y médico termal en la clínica universitaria de Heidelberg, era el encargado de las relacio
nes con esas clínicas.

Eso que todavía no sabíamos en aquel momento, antes de la era TAC, es que:

a) cada uno de estos ataques de reumatismo articular agudo tenía una osteolisis en el hueso cerca
no a la articulación y

b) cada reumatismo articular agudo representaba una recalcificación en la fase de reparación y

c) el número muy aumentado de leucocitos que se encontraba, que considerábamos un síntoma d


e la inflamación, obviamente no era otra cosa que una leucemia.
d) Ni siquiera sabíamos que se trataba de la fase de reparación tras la resolución del conflicto de u
n programa especial, biológico y sensato, por ejemplo que afectaba a la rodilla con conflicto de des
valoración de sí mismo por no deportividad.

e) Además no podíamos saber todavía que los médicos serían tan infinitamente tontos como para
hacer una incisión en estas articulaciones fuertemente inflamadas para realizar una “biopsia inves
tigativa”, después de que con la ayuda de las TAC había sido posible descubrir la osteolisis en proxi
midad de la articulación, de tal manera que ahora el callo se derramaba en el tejido y casi siempre
se terminaba (en el caso del reumatismo agudo de la rodilla) con la amputación de la pierna despu
és del diagnóstico de “osteosarcoma”. Mortalidad: 98%. En el pasado no murió jamás ningún pacie
nte: se tenía una tasa de supervivencia del 100%.

Una vez me tomé la molestia de llamar a tres clínicas universitarias para preguntar donde estaba e
l departamento de reumatismo articular agudo o donde se mandaba a los pacientes con ese probl
ema. Las tres contestaron que ya no existían departamentos así, sino que a esos pacientes se les h
acía una biopsia y después se les mandaba al departamento de oncología para tratarlos con quimi
o, según el diagnóstico de “osteosarcoma altamente maligno”.

Ahora, en cualquier libro de oncología se puede leer que el osteosarcoma tratado con quimio, ope
raciones y morfina tiene una elevadísima tasa de mortalidad.

Sé bien lo que digo cuando afirmo que ningún médico puede ser tan infinitamente tonto como par
a no haber notado desde hace tiempo que en el pasado nadie moría de reumatismo articular agud
o y que hoy mueren prácticamente todos los que tienen los mismos síntomas, pero un diagnóstico
modificado (“osteosarcoma”)."

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