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Resumen Summary
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Revista de Educación
servación del mundo de la vida y, a la vez, together, one and the other in diversity,
renovarlo para hacerlo más justo e iguali- and originates in the in-between space,
tario. Es una formación política en el sen- establishing itself as a relationship. This
tido que le da Arendt (1997) a esta pala- implies a new teacher education,
bra, en cuanto significa estar juntos, y established and followed from educational
los unos con los otros de lo diverso; así, research, so that plural instances of
surge en el entre, estableciéndose como collaboration are facilitated, creating a
relación. Eso implica una nueva FD, ins- culture of communality and incorporating
talada y seguida desde la investigación the political dimension to life in the
para que habilite instancias plurales de classroom.
colaboración, creando una cultura de la
comunalidad e incorporando lo político a
la vida cotidiana de las aulas.
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El giro político: el Estado ante la for- rricular. Ambos procesos –el de la déca-
mación docente (FD) da del 90 y el actual-, a pesar de sus di-
ferencias tienen en común haber sido
La política educativa del estado argen- elaborados minuciosamente desde el ni-
tino ha puesto marcado énfasis, desde la vel central y los incluyo en el polo de la
gestión menemista de los noventa y has- prescripción porque son líneas políticas
ta el presente, en procesos de transfor- que han prescindido de la investigación,
mación educativa en los que la FD ha reemplazándola por teorías de expertos
ocupado un lugar de privilegio. Con mar- de las que se derivan las prescripciones.
cadas diferencias entre las distintas ges- Esta tendencia implica que se continúa
tiones de gobierno han mantenido en co- sin establecer un sistema nacional de
mún el enfoque tecnoburocrático propio investigación educativa que recoja datos
de los especialistas técnicos que desde empíricos en los que se funden las polí-
puestos públicos burocráticos o desde el ticas educativas y que sirvan, a la vez,
lugar que ellos delegan a otros expertos, como parámetros para la evaluación lon-
sin investigación previa, proponen, dise- gitudinal de las propuestas curriculares.
ñan y ejecutan las transformaciones edu- Además, la tendencia a la prescripción
cativas. Las condiciones de estas trans- prioriza ideas de especialistas que no
formaciones las he traducido en un bino- mantienen ningún tipo de estabilidad po-
mio que refiere a dos posturas antitéti- lítica y varían según los gobiernos de tur-
cas: Prescripción- Indagación. no, por lo que no asumen ninguna res-
Ubico la política neoliberal de los últi- ponsabilidad sobre las prescripciones re-
mos años en el polo de la prescripción comendadas. Las políticas de la prescrip-
por el carácter de las líneas de acción ción han instituido un sistema de accio-
sobre la Formación Docente que analiza- nes irresponsables ante la sociedad ya
ré en dos ámbitos específicos: los dise- que ningún «especialista de la reforma»
ños curriculares y el desarrollo profesio- asume responsabilidad alguna sobre di-
nal. chas prescripciones. De esta manera, se
En la década del noventa asistimos a transforma todo el sistema educativo na-
la primera etapa de cambios en los dise- cional en un campo experimental de teo-
ños curriculares de la Formación Docen- rías casuales. Por otra parte, demuestra
te promovida por el Estado Nacional, y, a la vigencia de las perspectivas curricula-
menos de ocho años desde su concre- res técnicas criticadas ya hace medio
ción, vuelve a insistirse en un nuevo cam- siglo por Schwab (1974) cuando afirmaba
bio y se da por tierra con las teorías de que las teorías curriculares estaban mo-
los expertos de los ‘90 (la tecnoburocra- ribundas por su inveterada confianza en
cia de entonces) que presentaron esa re- las teorías y en los teóricos que, de es-
forma como garantía de calidad en la for- paldas a la realidad del aula, no indagan
mación del profesorado. Sus teorías han pero recomiendan e imponen cambios.
sido desmentidas por el hecho contun-
dente de la cancelación del proyecto cu-
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discrimina, en fin, el aula donde se ex- cripción teórica es el del desarrollo profe-
cluye a niños y jóvenes del sistema y de sional continuo, en manos de la tecnobu-
la vida digna. La prescripción de la tecno- rocracia. Sobre la base de que toda trans-
burocracia cierra las puertas a la proble- formación requiere la capacitación de los
matización y al conocimiento científico. docentes ante los nuevos roles pensados
Por eso es endeble y cae con cada políti- por los expertos, se deciden capacitacio-
co que termina una gestión habilitando a nes en las que se invierten fuertes apor-
otro político que se rodea nuevamente por tes presupuestarios para el pago de ser-
el saber blindado de otros expertos. Y aquí vicios a los expertos encargados de la
habría que formular la diferencia que rea- capacitación. Si bien algunos de ellos han
lizara Arendt (2003) entre la política polí- construido sus propuestas a partir de la
ticamente auténtica y la política política- investigación, no es el caso de la mayo-
mente pervertida (Marchart, 2009). Es la ría de los capacitadores que se multipli-
paradoja política también planteada por can a lo largo y lo ancho de nuestro país.
Ricoeur (2003); por un lado, la política Y vuelven los expertos con sus teorías,
actualiza relaciones humanas propias del sin respaldo investigativo a prescribir prin-
vivir juntos, de la concordia racional ba- cipios de acción y de prohibición para las
sada en la discusión y, por otro, desarro- aulas: lo que se debe hacer y lo que no
lla males específicos que podemos lla- se debe hacer. Imponen métodos rígidos
mar males políticos, males del poder po- aunque los llamen estrategias, modelos
lítico. o técnicas, con lo que creen escapar del
Mientras la prescripción parte de un mecanicismo de lo metodológico, que
saber construido por expertos, que no es critican. Nadie investiga si esas prescrip-
problemático ni problematiza, la investi- ciones están permitiendo que nuestros
gación interroga la realidad, la plantea niños y jóvenes aprendan; los expertos
problemática y la indaga con rigurosidad del desarrollo profesional continuo sólo
científica para comprenderla y transfor- controlan que los docentes estén hacien-
marla. Necesitamos la investigación edu- do lo que los especialistas prescriben. No
cativa situada y especialmente responsa- hay responsabilidad alguna sobre el
ble para guiar las transformaciones. Y aprendizaje. Y en medio de esta confu-
responsable, adquiere todo el peso mo- sión que imponen las políticas neolibera-
ral que implica no experimentar con todo les del cambio, nuestros futuros profeso-
el país, y hacerse cargo no sólo del pro- res se «forman» en los esquemas más
ceso sino de los resultados. Porque toda rígidos del empirismo: mucha teoría de
transformación puede alterar el aprendi- «verdades» hechas y veinticinco días de
zaje de nuestros niños y jóvenes al punto práctica en la dura realidad que conocen
de dejarlos desprotegidos ante la mani- sólo por los discursos docentes. Retóri-
pulación del mundo adulto que no se res- ca, en lugar de intercambios con la reali-
ponsabiliza de los resultados. dad del aula, la única forma de habilitar
Otro de los ámbitos en que se pone para la FD una perspectiva hermenéutica
de manifiesto la supremacía de la pres-
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mundo de la vida y, a la vez, renovarlo ción para que los «nuevos» puedan ejer-
para hacerlo más justo e igualitario. Y eso cer su responsabilidad social en la pre-
implica, formarlos en instancias plurales, servación del mundo de la vida y a la vez,
creando una cultura de la comunalidad e renovarlo para hacerlo más justo e iguali-
incorporando lo político a la vida cotidia- tario. Y eso implica, una nueva FD, insta-
na de las personas. lada y seguida desde la investigación para
Sin embargo, esta posibilidad sólo que habilite instancias plurales de cola-
podría ser concretada si se logra un giro, boración, creando una cultura de la co-
tanto en la política educativa como en la munalidad e incorporando lo político a la
acción política de los universitarios. Para vida cotidiana de las aulas.
ello, la comunidad universitaria tiene que
enfrentar las políticas de la prescripción
haciendo su propio giro hacia la investi-
gación educativa. Nada se cambia si no
se produce conocimiento a través de la
investigación. A la vez, la misma investi-
gación permitirá a los universitarios,
abandonar el rol de intelectuales de la
reacción por el de intelectuales de la an-
ticipación, capaces de proponer alterna-
tivas fundadas ante la imposición arbitra-
ria de los expertos.
Y lo que es más importante, les per-
mitiría asumir una formación docente de
perspectiva política en la que se enseñe
a observar para comprender, a interac-
tuar para cooperar, a reflexionar para
actuar y a co-pensar para intervenir.
Competencias todas que no se aprenden
de los libros, sino de la teoría que se hace
fértil al iluminar la práctica. Los proble-
mas del mundo de la vida nunca dejarán
de rozarnos en nuestra profesión, aunque
siempre quede la posibilidad de silenciar-
los y convencernos de que sólo forma-
mos historiadores, geógrafos, matemáti-
cos o lingüistas y no profesores. En este
sentido, entendemos la formación docen-
te (FD) como acción de carácter político
que alienta la conformación de un espa-
cio abierto al aprendizaje de la participa-
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Notas
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Dra. en Ciencias de la Educación (UNLP). Profesora Titular de la cátedra Didáctica.
Facultad de Ciencias Humanas. Profesora Consulta de la Universidad Nacional de La
Pampa. Investigadora Categoría. Directora del Instituto de Ciencias de la Educación
para la Investigación Interdisciplinaria (Universidad Nacional de La Pampa). Email:
vilma@cpenet.com.ar
Bibliografía
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