Sei sulla pagina 1di 5

La libido en busca de objeto

La aportación primaria de Fairbairn a la historia de las ideas psicoanalíticas es


una solución diferente al problema de la compulsión de repetición, una
explicación diferente de la adhesividad de la libido. William Ronald Dodds
Fairbairn (1899-1964) fue entrenado en la British Psychoanalytical Society en la
década de 1930, cuando las enmiendas de Klein a la teoría de Freud eran aún
predominantes. Pero Fairbairn regresó a su casa en Edimburgo y pasó el resto
de su vida allí, en un virtual aislamiento de las batallas que se libraban en
Londres entre los kleinianos y los freudianos (de Anna). Esta vida en la periferia
parece haber propiciado que Fairbairn desarrollara en una serie de artículos, a
partir de 1940, una crítica radical de los puntales de la teoría freudiana.
Fairbairn cuestionó la premisa de Freud en el sentido de que la motivación
fundamental de la vida sea el placer, y propuso un punto de partida diferente: la
libido no busca el placer sino que busca objeto. El impulso motivacional
fundamental de la experiencia humana no es la gratificación y la reducción de
tensión que utilizan a otros como medios para un fin, sino la conexión con
otros como fin en sí mismo.
En la concepción de Freud, el infante opera como un organismo individual: los
otros sólo se tornan importantes en su función de satisfacer sus
necesidades. Fairbairn, en cambio, imaginó un infante preparado para la
interacción con un entorno humano. Según el sentir de Fairbairn, la premisa
de que la libido busca objeto ofrece un marco mucho más económico y
convincente para explicar las observaciones de Freud acerca de la ubicuidad
de la compulsión de repetición. La libido es adhesiva porque su verdadera
naturaleza es más la adhesividad que la plasticidad. El niño se apega a los
padres a través de cualesquiera formas de contacto que le brinden sus padres,
y esas formas se convierten en patrones de apego y conexión con otros para
toda la vida.
Dónde está el placer en el sistema de Fairbairn? El placer es una forma, tal vez
la más maravillosa, de conexión con otros. Si los padres entran en un
intercambio placentero con el niño, el niño se vuelve un buscador de placer, no
como un fin en sí mismo, sino como una forma aprendida de conexión e
interacción con los demás.
¿Qué pasa si los padres producen experiencias sobre todo dolorosas?
¿Evitará el niño a sus padres, como lo sugeriría la teoría del placer de Freud, y
buscará otros objetos que brinden mayor placer? No.
Una experiencia clínica formativa para Fairbairn fue su trabajo con niños
víctimas de abuso. Fairbairn se impresionó de la intensidad de su apego y lealtad
para con sus padres abusadores. La falta de placer y de gratificación. No
debilitaba en nada los vínculos. Antes bien, estos niños llegaban a buscar el
sufrimiento como forma de conexión, como la forma predilecta de conectarse
con otros. Los niños, más tarde adultos, buscan de los demás el tipo de contacto
que experimentaron en forma temprana en su. Desarrollo. Así como los patitos
se quedan pegados a cualquier objeto) que les brinde cuidado en el momento
apropiado y lo siguen a todas partes (Lorenz, 1966), así en la visión de Fairbairn
los niños se apegan poderosamente a sus cuidadores remprar1os y construyen
su subsiguiente vida emocional en torno al tipo de interacción que tuvieron con
ellos.
Consideremos la importancia de la «química» en el romance humano y en las
relaciones humanas en general. Los otros 110 son universalmente deseables de
acuerdo con su potencial para brindar placer, sino en función de su resonancia
con el apego a antiguos objetos, caminos y tenores de interacción depositados
en la temprana niñez como paradigmas básicos de amor,

Teoría del Desarrollo de las relaciones de objeto, basada en el tipo de


dependencia del objeto:

Como se mencionó anteriormente, para el autor el desarrollo de las relaciones de


objeto es esencialmente un proceso por el cual la dependencia infantil del objeto da lugar,
en forma gradual, a la dependencia de dicho objeto.

Este proceso del desarrollo se caracteriza por:

a) El abandono progresivo de una relación de objeto primaria, basada en la


identificación primaria.

b) Una adopción gradual de una relación de objeto basada en la diferenciación


de este último.

Este paulatino cambio tiene lugar en la naturaleza de la relación de objeto, va


acompañado por un cambio similar en el fin libidinoso, de manera que un fin oral primario
de succión, de incorporación y de “tomar”, pasa a ser reemplazado por un fin maduro, no
incorporativo, y de “dar”, compatible con la sexualidad genital desarrollada. (Fairbairn,
1940).

Esquemáticamente:

• Etapa de dependencia infantil, predomina el “tomar”, actitud incorporativa.


Comprende dos fases:
1. Fase oral primaria: Succión e incorporación. Actitud de tomar. Preambivalente.
Objeto parcial pecho.

2. Fase oral secundaria: Morder e incorporación. Ambivalente. Objeto total madre


tratado como pecho.

• Etapa de transición: entre las dos etapas de dependencia infantil (tomar) y la


dependencia madura (dar). Dicotomía y exteriorización del objeto incorporado. La
dicotomía del objeto es el proceso por el cual el objeto primario hacía el que se orienta
el amor y el odio es reemplazado por dos objetos uno aceptado hacia el que se dirige el
amor y uno rechazado hacia el que se dirige el odio. Ambos tienden a ser tratados como
objetos internalizados. La actuación de las técnicas rechazantes es el rasgo más
característico de la etapa de transición.

En este período de transición el proceso del desarrollo por el cual las relaciones de
objeto (basadas en identificaciones primarias) dan lugar a relaciones de objetos
diferenciadas. El resultado satisfactorio depende del éxito que acompaña al proceso de
diferenciación del objeto que depende del resultado del conflicto con respecto a la
separación del objeto (situación deseada y temida). ¿Cuál técnica se utiliza? Depende de
la naturaleza de las relaciones de objeto establecidas durante la dependencia infantil.

• Etapa de dependencia madura, caracterizada por la actitud de “dar”. Objetos


aceptados y rechazados, exteriorizados.

El rasgo distintivo de este esquema es que está basado en la naturaleza de la relación de


objeto y que la actitud libidinosa es relegada a segundo término.

Un estado de dependencia infantil, recurre por turno a una o a las cuatro técnicas de
transición (paranoide, obsesiva, histérica o fóbica).

La etapa de transición: entre la dependencia infantil y la dependencia


madura, sus técnicas y Psicopatología.

Para Fairbairn paranoia y neurosis obsesiva no deben ser consideradas como


resultados de una fijación anal primaria o secundaria sino como “estados resultantes de
la utilización de técnicas defensivas especiales que derivan sus patrones de procesos
excretorios rechazantes”. (Fairbairn, 1940). Son técnicas rechazantes (defecación y
micción son procesos rechazantes)

Ambas combinan la aceptación del objeto bueno con el rechazo del objeto malo. La
dependencia infantil es la identificación primaria con el objeto y en la dependencia
madura se da la relación de dos individuos completamente separados. El abandono de
esta primera dependencia a la segunda va acompañada de angustia. El gran conflicto de
la etapa de transición es “entre la necesidad progresiva de dominar la actitud infantil de
identificación con el objeto y el apremio regresivo de mantenerlo” (Fairbairn, 1940)

Técnica Paranoide: el más alto grado de rechazo al objeto porque el objeto


rechazado se encuentra externalizado y lo trata como a un perseguidor. Excreción para
rechazar contenidos del objeto y separarse de esos contenidos.

Técnica Obsesiva: es una transición entre la actitud de tomar (dependencia


infantil) y la de de dar (dependencia madura). Excreción para el control de lo que se da
o no. Conflicto entre expulsión y retención.

Técnica Histérica: emplea una técnica rechazante especial, contra un estado que
surge por fijación a una etapa que según Abraham es la fálica. Para Fairbairn la
sobreestimación del Edipo es un fenómeno más sociológico que psicológico, sería la
identificación de los órganos genitales como objetos parciales (pecho). El rechazo se
resolvería en un intento fallido de abandonar la actitud de la dependencia infantil.
Conflicto entre aceptación o rechazo del objeto. Sobrevaloración de los objetos reales y
desvalorización del mundo interno quedándose con el objeto malo. El sujeto siente que
él es el malo en tanto que los otros son buenos, hay una fuerte identificación con este
objeto malo, por lo tanto proyecta y evacúa al objeto bueno para salvaguardarlo.

Técnica Fóbica: se da una evasión hacia el objeto donde el objeto es aceptado, y


una evasión desde el objeto, donde es rechazado. Oscila entre escapar o someterse, intenta
huir del objeto malo y refugiarse en el objeto bueno, pero los pone afuera para huir y
vigilarlos, hay una ambivalencia entre separarse y regresar. Esta técnica tendría una
capacidad distributiva, ya que deposita lo bueno y malo en otro objeto externo, porque
ambos objetos están externalizados.

Esquemáticamente, la naturaleza de las relaciones de objeto de las cuatro

técnicas sería:

Técnica Objeto aceptado Objeto rechazado


Obsesiva Internalizado Internalizado
Paranoide Internalizado Externalizado
Histérica Externalizado Internalizado
Fóbica Externalizado Externalizado

Potrebbero piacerti anche