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MUJERES EN SITUACIÓN DE CALLE: INVISIBILIZADAS

Y ESTIGMATIZADAS. ESTUDIO DE CASO DE UN


DISPOSITIVO DE ATENCIÓN INNOVADOR
Longo, Roxana Gabriela; Lenta, María Malena; Zaldúa, Graciela
Universidad de Buenos Aires. Argentina

RESUMEN They were implemented: in-depth interviews with key informants


El abordaje de las personas en situación de calle configura un en- and participant observation in an alternative community team for
tramado de actores diversos y situaciones de vulnerabilidad social street women in CABA.
que se vinculan con las políticas públicas de protección social,
con las políticas de organización y garantía del derecho al traba- Key words
jo, las dinámicas de urbanización y uso del espacio público; así Gender, Human Rights, Devices
como también, con los procesos sociales de integración-social.
Enunciados discursivos no articulados con acciones y propuestas Introducción
fragmentadas escasamente implementadas, dan cuenta de la in- La existencia de personas transitando una gran parte de sus vidas
viabilidad de la protección integral, de la inclusión territorial y del cotidianas en el territorio de la calle en las grandes urbes no consti-
trabajo de numerosas personas en situación de calle. Se trata una tuye un fenómeno nuevo en América Latina en general, ni en Argen-
problemática compleja y dinámica, en donde la figura de la persona tina, en particular. Tampoco se trata de una cuestión homogénea.
en situación de calle generalmente ha quedado vinculada a este- A pesar que personas de diferentes las clases sociales, géneros y
reotipos masculinos que invisibilizan la realidad de las mujeres en edades ocupan cotidianamente sectores del espacio público para
situación de calle. El presente trabajo tiene como propósito: analizar desarrollar diferentes actividades y estrategias de superviviencia
un dispositivo innovador y alternativo a las lógicas tutelares y que en la calle, la definición de la cuestión como “problema social”,
promueve la accesibilidad a derechos de las mujeres en situación ha implicado diversas valoraciones y tipos de respuestas desde
de calle. Se trata de una investigación cualitativa con abordaje de el campo de las políticas públicas y de la sociedad civil (Carrasco
género a partir de una estrategia de IAP. Se implementaron: entre- Florido, 2014; Núñez, 2013; Panadero, Herrero y Vázquez Cabre-
vistas en profundidad a informantes clave y observación participan- ra, 2012). Su visibilidad se ha ido incrementando progresivamente
te a un dispositivo alternativo comunitario destinado a mujeres en desde la década de 1980 en Argentina, especialmente en el territo-
situación de calle en CABA. rio de la CABA (Tortosa, 2015; Boy, 2010).
En cuanto a la magnitud de personas, no existen estudios que coin-
Palabras clave cidan ni en la cantidad de personas ni en la metodología de rele-
Género, Derechos Humanos, Dispositivos vamiento. Según un censo realizado por el Gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires (GCBA) en el año 2015, el número ascendía 876
ABSTRACT personas viviendo en las calles de la CABA, un número similar al
WOMEN IN STREET SITUATIONS: INVISIBLE AND STIGMATIZED. identificado en 2013 en otro censo del mismo organismo. Sin em-
CASE STUDY OF AN INNOVATIVE CARE DEVICE bargo, un estudio de la organización Médicos del Mundo (MDM),
The approach of street people is a framework of diverse actors and sostiene que en 2012 había 16.353 personas en situación de calle
situations of social vulnerability that are linked to public policies en la ciudad, de las cuales el 86 por ciento de las personas eran va-
of social protection, with the policies of organization and guaran- rones y el 14 por ciento, mujeres. A su vez, en un informe de 2017,
tee of the right to work, the dynamics of urbanization and use of la misma organización estimó que la población en situación de calle
Public space; As well, with the social processes of social integra- en la CABA llegó a 22.000 personas en 2016. Al mismo tiempo, otro
tion. Discursive statements not articulated with fragmented actions informe de la Dirección General de Estadísticas y Censos del GCBA
and proposals scarcely implemented, counts on the unfeasibility (2016), sostuvo que el Centro de Atención Integral a Niños y Adoles-
of comprehensive protection, territorial inclusion and the work of centes (CAINA) brindó atención y protección integral diurna a 2.121
people in street situation. It is a complex and dynamic problem, niños, niñas y adolescentes en situación de calle, durante 2014.
where the figure of the person in the street situation has remained Finalmente, en 2017, entre el 8 y 15 de mayo se realizó el primer
linked to male stereotypes that make the reality of street women Censo Popular de personas en situación de calle en la CABA. Surgió
invisible. The objective of this work is to analyze an innovative and de la iniciativa de más de 40 organizaciones de la Sociedad Civil y el
alternative device to guardianship logics and that promotes acces- Consejo de Organizaciones sociales de la Defensoría y la Auditoria
sibility to the rights of women in street situations. This is a qualita- General de la CABA. Se estimó que son alrededor de 26.OOO perso-
tive research with the gender approach based on an IAP strategy. nas las que están en situación de calle o en riesgo de estarlo por su

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situación inminente de desalojo, que habitan estructuras tempora- opresión y exclusión que son fundantes de relaciones diferenciales
les o asentamientos sin servicios. La modalidad participativa pone de género y posicionan históricamente a las mujeres en situaciones
en cuestión las formas burocráticas censales que invisibilizan a las de desigualdad e inequidad, afectan también los modos en que mu-
personas y sus complejas situaciones y trayectorias, en particular jeres, varones y otras identidades de género transitan los procesos
las mujeres (CPPSC, 2017). de exclusión, así como también, las características de las políticas
Si bien los datos son heterogéneos y provienen de diferentes fuen- de reconocimiento (Zaldúa, Lenta, Longo, 2017).
tes, se puede señalar que la persistencia en la situación de calle de Si bien en los últimos años se han registrado algunos estudios que
un vasto número de personas, ya sean niños, niñas, adolescentes, visibilizan las trayectorias particulares de las mujeres adultas y jó-
adultos jóvenes o adultos mayores, mujeres y de todos los géneros, venes que habitan la calle de la CABA (Tortosa, 2015; Lenta, 2016;
da cuenta de procesos de vulnerabilización de algunos sectores Di Iorio, Rigueiral y Mira, 2015), en el campo de las políticas socia-
sociales en sociedades estructuralmente desiguales y periféricas. les son escasos los dispositivos que trabajan en el proceso de res-
El problema no se explica solamente por la condición de pobreza de titución de derechos de esta población. En este marco, en relación
un sector amplio de la población, sino que se vincula con las políti- a los dispositivos innovadores que se consideran como alternativos
cas públicas de protección social, con las políticas de organización a las lógicas tutelares y que promueven la accesibilidad a derechos
y garantía del derecho al trabajo, las dinámicas de urbanización y de las mujeres en situación de calle, surgen algunos interrogantes:
uso del espacio público; así como también, con los procesos socia- ¿cómo se definen las problemáticas de las mujeres en situación
les de integración social. Enunciados discursivos no articulados con de calle desde la perspectiva de estos dispositivos? ¿cuáles son
acciones y políticas sociales fragmentadas expresan la inviabilidad las estrategias de restitución de derechos que se plantean? ¿qué
de las propuestas de protección integral y de integración territorial obstáculos y facilitadores emergen en las prácticas de exigibilidad
y del trabajo. de derechos?
El proceso de gentrificación, es decir, de expulsión de los sectores
populares del centro hacia las periferias de las ciudades a través Estrategia metodológica
de políticas de negocio inmobiliario, llevó a que muchas familias La Investigación Acción Participativa como estrategia, parte del
de sectores medios y bajos se establecieran en el conurbano bo- supuesto de que todo proceso de investigación produce una trans-
naerense teniendo que regresar a la ciudad para realizar sus prác- formación en los sujetos participantes (investigadores e investi-
ticas de trabajo o supervivencias; o bien, debieron alojarse en te- gandos). Esta perspectiva dialógica, plantea visibilizar el carácter
rritorios precarios o de hacinamiento como las villas y los hoteles. político de toda investigación, al mismo tiempo en que enfatiza la
Según la Defensoría del Pueblo de la CABA (2016), este proceso se necesidad de promover la crítica en todo el proceso desencadena-
inició en el año 1947, que fija la referencia de la cifra de cerca de do por la propia IAP (Balcázar, 2003).
3.000.000 habitantes en la CABA como número estable, a pesar La investigación social cualitativa apunta a comprender la lógica
del crecimiento demográfico general del país. Asimismo, ubica en interna de los grupos, las instituciones y los actores respecto de: los
el 6 por ciento a la cantidad de población que tiene problemas valores culturales y las representaciones sobre su historia y temas
serios habitacionales en la ciudad, en cuanto a la calidad de la específicos; las relaciones entre los individuos, las instituciones y
vivienda y a la estabilidad de permanencia en la misma. En este los movimientos sociales; y los procesos histórico-sociales y de im-
marco, frente a los sucesos de crisis económicas como el 2001 plementación de políticas públicas y sociales (Minayo, 2009).
y lo acontecido en la última década, un vasto grupo de personas Desde este enfoque, el presente trabajo desarrolla una investiga-
llega a habitar por períodos de diferente duración, en el espacio de ción de tipo exploratoria descriptiva, a modo de estudio de caso
la calle (Arakaki, 2011). intrínseco (Yin, 2009), que se inscribe en el marco del proyecto
UBACyT (2014-2017) “Exigibilidad del derecho a la salud: prácticas
Las mujeres y la situación de calle instituyentes y dispositivos psicosociales en la zona sur de la CABA”
Aun en este escenario heterogéneo, complejo y dinámico, la figu- dirigido por la Prof. Graciela Zaldúa.
ra de la persona en situación de calle generalmente ha quedado El objetivo es analizar los discursos en torno a la restitución de de-
vinculada a estereotipos fundamentalmente masculinos. Tanto la rechos para mujeres en situación de calle en un dispositivo consi-
figura del “linyera”, el “chico de la calle” o el “homeless” refieren a derado como alternativo a las lógicas tutelares, ubicado en la zona
sujetos en general identificados como varones. Según Pojomovski, sur de la CABA y que denominaremos Casa de Mujeres.
Cillis y Gentile (2008), esta invisibilización de las mujeres en situa- El dispositivo Casa de Mujeres fue seleccionado como caso a tra-
ción de calle ha quedado mayormente subsumida en una combi- vés de un criterio intencional en función del tema a estudiar y por
nación de “niveles de silencio”: 1) la preponderancia histórica de tratarse de un caso extraordinario (Patton, 1990). Se trata de un
varones poblando las calles que llegó a percibir como marginal la dispositivo de alojamiento a mujeres en situación de calle, ubicado
constitución del fenómeno mismo; 2) la experiencia de un supuesto en la zona sur de la CABA y que se inscribe en el marco de la ley
carácter “neutro” del término “persona de la calle”, “gente en ca- CABA 3706/2010 de Protección y Garantía Integral de los Derechos
lle” o “persona en situación de calle”; y, 3) la naturalización de la de las Personas en Situación de Calle y en Riesgo a la Situación
división sexual de los espacios sociales que asigna a los varones, la de Calle. Su modalidad de gestión implica a un convenio entre una
calle y a las mujeres, el hogar, la familia. asociación civil que coordina el espacio y el GCBA, que financia
Los mecanismos de discriminación, invisibilización, subordinación, gran parte del proyecto. Su objetivo general es brindar alojamiento

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transitorio a mujeres en situación de calle para acompañarlas en el relacional ante la labilización de los lazos sociales. Ayres, Franca
proceso de autonomía habitacional, económica y psicosocial. Junior, Junqueira Calazans y Saletti Filho (2008) indican que los
El dispositivo funciona desde el año 2015 y es el único con estas procesos de vulnerabilización de sujetos y colectivos, implican con-
características destinado a mujeres adultas en situación de calle, siderar el inter-juego entre un componente individual (como capa-
en el ámbito de la CABA. Cuenta con un equipo técnico, un equipo cidad emocional y simbólica); un componente social (como relación
de operadoras, una coordinación y talleristas. Puede alojar a muje- con los otros sociales); y, un componente programático (como dis-
res con sus hijos o sin sus hijos. ponibilidad y acceso a la protección de las políticas sociales). De
En cuanto a la producción de los datos para este estudio, se tra- esta manera, la existencia de mujeres viviendo en las calles de la
bajó tanto con observación naturalística como con entrevistas en ciudad supone analizar la complejidad del devenir cotidiano de las
profundidad. mismas marcado por procesos de violentación agudos que envuel-
Siguiendo a Angroisino (2015), la observación naturalística asume ven aspectos simbólicos, materiales y subjetivos.
una posición de-colonial respecto de las prácticas de investigación, La pobreza es una de las principales barreras que afecta la salud y
superando la tensión observación-participación en el trabajo de el acceso a los derechos humanos de las mujeres en situación de
campo. Señala la importancia de la reflexividad del investigador/a calle. Las inequidades por razones de género y edad son factores
en torno a su género, clase, etnicidad, entre otras, como parte de la que condicionan la vida de las mujeres, lo que produce efectos
interpretación del producto etnográfico de la observación. En cuan- severos en la salud, en la vida cotidiana y en la supervivencia de
to a la entrevista en profundidad, la misma se considera como un las mismas.
espacio imaginario entre investigador e investigando. En éste se El enfoque de salud pública basado en el género parte del reco-
producen y reproducen sentidos, significaciones y representacio- nocimiento de las diferencias entre varones y mujeres, y nos sirve
nes en torno a diferentes tópicos (Kamberelis y Dimitriadis, 2015). para determinar cómo difieren los resultados, experiencias y ries-
Este instrumento se implementó con trabajadoras del dispositivo. gos sanitarios y sociales entre hombres y mujeres, niños y niñas, y
Los criterios de validez fueron credibilidad y auditabilidad (Mendi- para actuar en consecuencia. Los enfoques de género han permiti-
zábal, 2006). Desde la perspectiva del análisis crítico del discurso do comprender mejor los problemas sanitarios, sociales, culturales
(ACD) se abordó el caso a partir de la delimitación de ciertos ejes y subjetivos de las mujeres y determinar formas de abordarlos en
temáticos y nudos críticos que constituyen al problema abordado. mujeres de todas las edades. Integrar las perspectivas de género
Para el análisis de datos se realizó un registro magnetofónico de la significa tener en cuenta las diferentes necesidades de las mujeres
entrevista, se implementaron notas de campo y se trabajó con su y varones en todas las fases del desarrollo de políticas y progra-
desgrabación. mas. Las desigualdades de género continúan impidiendo lograr el
El ACD consiste en estudiar cómo un discurso, entendido como máximo nivel de salud. Estas desigualdades son más agudas en las
práctica lingüística, actúa en el presente manteniendo y promo- poblaciones más vulnerables (OPS, 2010).
viendo ciertas relaciones sociales (Stecher, 2010). Este abordaje Las inequidades por razones de género son factores que condicio-
metodológico se caracteriza por: considerar la relación dialéctica nan la vida de las mujeres. La permanencia cotidiana en el espa-
entre el discurso y las estructuras sociales, siendo el discurso mo- cio público, no como acceso, sino como un escenario primado por
delado y determinado por las macro y micro estructuras en las que lógicas de imposición, desamparo y discriminación. La exposición
está inserto, al mismo tiempo que contribuye a la construcción y de sus cuerpos y sus vidas son dos aspectos significativos en las
transformación de las mismas; reconocer al discurso como una de trayectorias de mujeres en situación de calle. Son cuerpos atrave-
las dimensiones de la vida social, entre otras no discursivas; estu- sados por dinámicas de racismo y sexismo que permean prácticas,
diar las relaciones entre saber y poder señalando el modo en que el representaciones sociales y discursos estigmatizantes y propician
discurso opera en los mecanismos de dominación y control social; procesos de naturalización e invisibilización que facilitan la viola-
promover un espíritu crítico supone un compromiso con los sujetos ción de derechos humanos:
sociales más desfavorecidos y un interés por dar cuenta del modo
en que los discursos abren posibilidades de resistencia ante los “(…) la situación de calle se asocia con el varón solo, ese es el
marcos culturales hegemónicos. estereotipo, entonces la mayoría de los dispositivos, han sido pen-
Respecto de los aspectos éticos, se respetaron los principios de sado para esa población. Lo cierto es que posiblemente, nunca
confidencialidad, voluntariedad y anonimato de los/as participan- tenemos datos del todo certeros, pero sí hay mayor cantidad de
tes, las instituciones y las mujeres a los que se hizo referencia. Se varones en situación de calle históricamente y luego de la crisis
solicitó autorización para el registro magnetofónico y se estableció del 2001, empiezan a verse transformaciones dentro de eso, em-
un contrato en forma oral en el que se presentó el proyecto marco pieza a ver una situación de calle mucho más compleja, donde
de investigación y sus objetivos. hay familias completas que se quedaron en la calle, empiezan a
ver mujeres, familias, (…) Se va complejizando la situación (…)
Resultados y discusiones no es que se mantuvo estable, sino que fue creciendo”. (Marcela,
La relación entre los varones y mujeres Trabajadora, 33 años)
La vulnerabilidad se constituye como una zona intermedia de fragi-
lidad entre la integración y la exclusión, donde se articulan la pre- En nuestras sociedades el “ser” mujer conlleva tareas y visiones
cariedad económica -asociada al trabajo- y la fragilidad del tejido particulares del mundo y corresponde al conjunto de efectos pro-

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ducidos en los cuerpos, conductas y orientaciones sexuales (Núñez, Otro tipo de abordaje posible
2013). En los procesos de situación de calle, la diferencia sexual Las historias de vida de las mujeres en situación de calle y las pro-
opera como materialidad: el sexo se ha convertido en una tecno- blemáticas que atraviesan interpelan a los dispositivos de atención
logía para el control de los cuerpos, logrando que unos cuerpos y develan la necesidad de trabajar desde una perspectiva en clave
importen más que otros (Butler, 2005). con los derechos humanos y las libertades de las mujeres. Es prio-
En las mujeres sus cuerpos han sido inscritos de manera violenta ritario detectar los obstáculos existentes en el acceso a los servi-
en lo femenino, determinados por el sistema sexo/género. A estos cios sociales, económicos, culturales y de salud. Se requiere acudir
cuerpos se les cuestiona no cumplir con los roles socialmente asig- a procesos dialógicos que contemplen las diferentes, costumbres
nados dentro de la separación binaria, y al estar marcados por la y culturas existentes. Acentuando en procesos y/o iniciativas que
calle, son leídos como cuerpos que no deberían existir (Lizarralde, empoderen a las mujeres como sujetas de derecho, de modo que
2014). Sus cuerpos cargan con marcas que incluso, en algunos desarrollen ampliamente su potencial como seres humanos:
casos, son las que las empujaron a la situación de calle situaciones
de abusos, violencias y pobreza estructural: “Se labura la idea de autonomía, que las pibas se puedan reconocer
como mujeres autónomas, capaces de decidir sobre sus cuerpos y
“(…) tenés, problemas de violencia, problemas emocionales, pro- sus vidas y después esta idea, de poder reconocer la situación de
blemas psíquicos, problemas de consumo, en este momento yo calle, como una experiencia y a partir de ahí poder definir para dón-
creo que, si vos me decís así rápidamente cuál es el top de los de ir, pero la idea no es normalizante. No tienen por qué responder
problemas, consumo y violencia, principalmente. Y después todos al estereotipo, si tienen ganas sí” (Carla, Trabajadora, 32 años).
los problemas que, por lo general la que ellas tienen, porque por
más que hay habitantes que no están con sus hijos, o no tienen Otro aspecto trascendental, es generar condiciones de equidad
hijos no significa que no tengan hijos” (Julia, Trabajadora, 35 años) en el acceso a las oportunidades en vivienda, salud, educativas y
culturales, prioridades para cualquier política integral de atención,
“(..) si tuviera que hacer el ejercicio de pensar en algún lineamien- promoción y garantía de los derechos humanos. Para lograr un des-
to general, que aparece como regularidad, varia en las mujeres, censo sostenido de estás problemáticas es necesario ampliar las
alguna es, la trayectoria vinculada a la violencia de género, mu- oportunidades educativas, formativas para las mujeres y las jóve-
chas mujeres que han sufrido violencia, así una trayectoria de dolor nes, adecuar los dispositivos, acoger sus necesidades de atención
marcada y después el consumo problemático de sustancias”. (Paz, específicas y resolver la formación deficiente en materia de proble-
Trabajadora, 28 años) máticas psicosociales. Es decir, es prioritario una estrategia integral
con la finalidad de brindar información oportuna a las mujeres, faci-
“Las pibas son expulsadas a la calle; por una situación familiar que litar procesos de autonomía en las decisiones y promover acciones
no toleraron, por abandono y después quedan enganchadas en esa en la comunidad con el fin de que desarrollen vidas saludables y
secuencia” ”. (Mariana, Trabajadora, 30 años) ejerzan sus derechos.
De este modo, instar a procesos de participación comunitaria de
Los cuerpos de las mujeres en las calles son cuerpos cuestionados, las mujeres, permite el desarrollo de la conciencia al compartir ex-
estigmatizados y abandonados. La vida en la calle tiene su genea- periencias con otras mujeres y aprender que es posible intervenir
logía en las trayectorias singulares de las mujeres signadas por y modificar en el sentido de las cosas y de sus vidas con acciones
diversas formas de violencias de género y expulsiones familiares, prácticas concretas. Desde un abordaje comunitario, es necesario
que se vinculan con consumos problemáticos de sustancias psi- generar procesos relacionales que promuevan el reconocimiento
coactivas las cuales, muchas veces, operan como intento de lazo de sí, para apuntalar las prácticas de cuidado de sí y de las otras.
ante la falta de sostén familiar y/o comunitario frente al sufrimiento. Se trata de una estrategia central subjetivamente que habilita el pa-
Así, desposeídas de apuntalamientos subjetivos las mujeres se ins- saje de la condición de precariedad subjetiva, en tanto orden ines-
talan en el territorio de la calle donde sus cuerpos se constituyen table del tiempo, el espacio y los vínculos; hacia el apoyo subjetivo
casi en el único soporte. Expoliadas de sus derechos como ciuda- y material que permite organizar un proyecto a futuro, a partir del
danas, las mujeres quedan sujetas al poder total del estado patriar- sostén psicosocial y la posibilidad del “hacer” con otros.
cal y, muchas veces, sus cuerpos son apropiados por las prácticas
clandestinas, pero también impunes, de trata de personas para la Reflexiones Finales
explotación sexual o la prostitución casi como única modalidad de Como escenario cotidiano, la calle se constituye en el territorio de
supervivencia (Zaldúa, Lenta, Longo y Sopransi 2016): despliegue principal de todos los momentos de la vida para las
mujeres en situación de calle. En este sentido, la calle es más que
“Está vinculado a un ambiente de vulnerabilidad total, donde el un lugar. Es un escenario móvil, variable, semantizable y rese-
cuerpo tiene otro registro, a mí me parece que es interesante la mantizable; donde se ponen en juego diversidad de actores con
situación de calle, donde la noción de corporalidad es otro tam- intereses particulares, percepciones, valoraciones y actitudes te-
bién, donde por qué se prostituye, lo que sucede es que es un rritoriales diferentes, que generan relaciones de complementación,
cuerpo que itinera, cansado, que no tiene donde”. (Carmén, Tra- cooperación, conflicto, enfrentamiento o amenazas. Las distintas
bajadora, 42 años) clases sociales, cruzadas por relaciones étnicas y por relaciones de

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poder de género, desarrollan su reproducción social en el espacio Dirección General de Estadísticas y Censos (2016). Buenos Aires en núme-
público de la calle. ros, año 3, número 3. Buenos Aires, Argentina: Gobierno de la Ciudad
El despliegue de dispositivos enmarcados en la defensa de los de- Autónoma de Buenos Aires.
rechos humanos y el enfoque de géneros sigue siendo un desafío Kamberelis, G., & Dimitriadis, G. (2015). Grupos Focales. En T. Denzin, & Y.
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requieren de dispositivos que problematicen los efectos subjetivos,
tina: Gedisa.
materiales y simbólicos de prácticas de estigmatización y de dis-
Lenta, M. (2016). Niños, niñas y adolescentes en situación de calle: dis-
criminación marcadas por diferentes tipos de inequidades según: cursos sobre la infancia y procesos de subjetivación. Buenos Aires,
clase, géneros, franja etaria, etnia o identidades disidentes. Particu- Argentina: Eudeba.
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172
GÉNERO Y SALUD: ESTUDIO SOBRE LA DOBLE JORNADA
LABORAL EN LAS MUJERES Y SU RELACIÓN CON EL
AUTOCUIDADO DE SU SALUD
Saavedra, Lucia Daniela
Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires. Argentina

RESUMEN Key words


El presente trabajo tiene por objetivo indagar acerca de la confor- Gender, Health, Self-care, Double workday
mación de la doble jornada laboral en mujeres empleadas domés-
ticas que trabajan en la Provincia de Buenos Aires. Esto interesa a Introducción:
los fines de analizar los beneficios y obstáculos que se presentan El presente escrito tiene por finalidad describir, analizar y mostrar
en éstas como consecuencia de la doble (o triple) jornada labo- los resultados obtenidos en una investigación realizada a cinco mu-
ral. Específicamente, se intentará describir y analizar desde una jeres empleadas domésticas que residen en la Provincia de Buenos
perspectiva de género los obstáculos que se les presentan a estas Aires, que conviven en pareja y con al menos un/a hijo/a. La misma
mujeres a la hora de realizar prácticas ligadas al autocuidado y al se realizó en el marco de la tesis de licenciatura de Psicología a fin
bienestar de su salud, concibiendo a la misma como un proceso de de poder analizar bajo una perspectiva de género la doble jornada
salud-enfermedad-cuidado. La hipótesis que atraviesa el mismo y laboral de estas mujeres y su relación con el autocuidado de su sa-
que intentaremos fundamentar sostiene que la doble jornada labo- lud. Se trata de un estudio exploratorio-descriptivo, donde se utilizó
ral que se presenta en el género femenino produce efectos en su metodología cualitativa para la recolección de datos y su análisis.
salud, a la vez que trae dificultades a la hora de acceder a servicios Se intentará en esta ocasión abordar la situación de las mujeres en-
de salud y/o realizar prácticas ligadas al autocuidado. Se trata de trevistadas inmersas en una doble jornada laboral, conformada por
un estudio exploratorio descriptivo, en donde se utilizó metodología su trabajo doméstico no remunerado y su trabajo extradoméstico
cualitativa para la recolección de datos y su análisis. Se realizaron remunerado, enfocándonos en las prácticas de autocuidado, la au-
un total de cinco entrevistas a mujeres que trabajan en servicio tonomía, el tiempo de ocio y el desarrollo personal. El trabajo estará
doméstico, dedicándole a éste al menos veinte horas semanales, atravesado por la certidumbre de que aquello que es estrictamen-
conviven en pareja y con al menos un/a hijo/a. te una consecuencia de factores culturales, es susceptible de ser
desnaturalizado, de-construido y re-construido, en pos de alcanzar
Palabras clave una sociedad más equitativa y más justa para varones y mujeres.
Género, Salud, Autocuidado, Doble jornada laboral
Trabajo doméstico no remunerado y trabajo doméstico remu-
ABSTRACT nerado: doble jornada laboral
GENDER AND HELTH: STUDY ON THE DOBLE WORKING DAY IN WO- La problemática aquí planteada se inscribe en el campo de la sub-
MEN AND THEIR REALTIONSHIP WITH THE SELF-HEALTH CARE jetividad con un enfoque de género y, en particular, en la relación
The present work has for aim investigate brings over the conforma- entre género y salud. Partimos de la corriente de la salud colectiva
tion of the double labor day in used domestic women who are do- donde se concibe a la salud como un proceso de salud – enfer-
mestic employees at the Province of Buenos Aires. This is interested medad – cuidado (Stolkiner, Ardila, 2012). Asimismo, adoptar una
to the ends of analyzing the benefits and obstacles that appear in perspectiva de género hace referencia a “incorporar el modo en
these as consequence of the double one (or triple) labor day. Specifi- que las asimetrías sociales entre varones y mujeres determinan
cally, an attempt will be made to describe and analyze from a gender diferencialmente el proceso salud-enfermedad-atención de ambos
perspective the obstacles presented by women in the practice of self- grupos genéricos” (Tajer, 2012, p.18).
care and health well-being, in the same way as a health-illness-care Veamos entonces algunas de estas asimetrías sociales: en nuestra
process. The hypothesis that crosses the same and that we will try to cultura, la circulación de la población femenina se ha limitado al
substantiate maintains that the doube working day that occurs in the ámbito privado, al cuidado del hogar y de los/as hijos/as como así
femenine gender produces effects on its health, while it brings diffi- también de los varones adultos. Hace varias décadas este panora-
culties in accessing health services and/or performing linked practi- ma ha ido cambiando con la inserción de las mujeres en el ámbito
ces to self-care. This is a descriptive exploratory study, where quali- laboral siendo esto consecuencia de múltiples factores políticos,
tative methodology was used for data collection and analysis. A total económicos y culturales (Fernández, A.M., 1993). No obstante es-
of five interviews were carried out on women working in domestic tos vertiginosos cambios, las mujeres siguen siendo en su mayoría
service, dedicating at least twenty hours a week to them, cohabiting las principales encargadas de las tareas que se desarrollan en el
with each other and with at least one child. ámbito doméstico, conjugando sus dos espacios: uno más reciente,

236
el público y otro más añejo, el privado. Un estudio realizado por el En este sentido, los únicos momentos en los cuales no están reali-
INDEC indica que la tasa de participación en actividades de trabajo zando tareas domésticas, son los momentos en que se encuentran
doméstico no remunerado medido en promedio de horas por día es fuera de su hogar, como por ejemplo, en sus trabajos remunerados:
del 58,2% en varones (tiempo promedio: 3,4 horas) y el 88,9% en el hogar se constituye así en un espacio exclusivamente laboral. En
mujeres (tiempo promedio: 6,4 horas) (INDEC, 2013). Dicho esto, el palabras de una de las entrevistadas: “(…) a veces, por ejemplo,
ingreso de las mujeres al mercado laboral, que ha ido en aumento vos decís ‘bueno mi marido llega de su trabajo ahora a las cuatro’,
en las últimas décadas, no es acompañado de una redistribución si tiene que ir a hacer otra cosa él va, pero sino ya su día terminó,
de las tareas domésticas que tradicionalmente se le adjudican a ¿me entendés? En cambio mi día no termina nunca, no termina”.
las mismas (Fernández A.M., 1993), situación que da origen a la Consideramos que la doble o triple jornada laboral trae como con-
conformación de la doble jornada laboral. secuencia la postergación del cuidado de sí en estas mujeres quie-
Hablamos de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado to- nes, las más de las veces, priorizan el cuidado de los demás. En
mando los aportes de Esquivel en relación a esta temática. Esta esta línea, por un lado, se produce un empeoramiento de la calidad
idea hace referencia al trabajo que se desempeña dentro de los de vida y, por otro, la sobrecarga de tareas y responsabilidades po-
hogares y que quien ejecuta este trabajo no obtiene remuneración dría traer aparejado un incremento de padecimiento psíquico que
por el mismo (Esquivel, 2013). Se define como trabajo puesto que podría ser evitado si existiera una paridad en el ámbito doméstico.
demanda el tiempo y la energía de la persona que lo realiza. Ade-
más, la autora postula: Sobre el autocuidado
“Es doméstico porque se realiza en la esfera de los hogares, o de Al pensar la noción de autocuidado nos serviremos de los apor-
la comunidad, pero fuera del espacio mercantil. Es cuidado porque tes realizados por Yolanda Arango Panesso quien postula que el
consiste en un grupo de actividades que sirve para el bienestar de autocuidado es un proceso, y su asunción contraría las funciones
las personas. Y es no remunerado porque emana de las obligacio- tradicionales adjudicadas a las mujeres, concebidas siempre como
nes sociales o contractuales” (Esquivel, 2013, p. 4). el soporte para los otros. Valorar el autocuidado está relacionado
En tal sentido, el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado con pensarse a sí mismas, ser capaces de priorizarse, de tomar
trae como consecuencia beneficios directos para las personas que decisiones que favorezcan su autoestima, su salud y su afectividad
lo reciben, no siendo así para las personas que lo proveen debido a (Panesso, 2007). En esta línea conceptual, el autocuidado se asume
que implica determinados costos tales como limitaciones, esfuer- como un proceso y no como un conjunto de acciones mecánicas;
zos extraordinarios, inversión de tiempo y energía, entre otros. entra en juego con las historias individuales de cada quien, la clase
Las entrevistadas refieren no repartirse las tareas con otros/as inte- social, el nivel educativo, las relaciones interpersonales, el ámbito
grantes de la familia, a menos que ellas insistan; además, mencio- laboral, etc. La autora lo define como:
nan que eventualmente reciben “ayuda” de parte de sus maridos. “La capacidad para decidir sobre su cuerpo y su salud física,
Así pues, cuando preguntamos con quienes se reparten las tareas mental y emocional en función de su desarrollo humano, como
del hogar, respondieron: “Con mi hija, la que te digo que es disca- ser social, a partir de la reafirmación como persona, en la pers-
pacitada, ella me ayuda un montón (…)”; “Y cuando mi marido me pectiva de su crecimiento personal y de sus necesidades, con-
puede ayudar, me ayuda (…) si le digo que me haga algún man- ducentes a una toma de decisiones conscientes y permanentes”
dado él me ayuda. Si tiene que limpiar limpia, a su forma, aunque (Panesso, 2000, p.13).
yo después vaya atrás”. Que alguien sea el/la que las “ayude”, da A partir de lo consignado en el apartado anterior, extraemos que
cuenta de que las responsables de las tareas son las entrevista- las entrevistadas no poseen horas disponibles para dedicarse a
das, siendo una ayuda para ellas cualquier acción que realice otro actividades que propicien el autocuidado y el desarrollo personal.
integrante de la familia. A partir de esto, podríamos pensar que no Esta afirmación no solo se desprende del hecho de que las en-
se reparten las responsabilidades y la preocupación que genera la trevistadas son las únicas responsables de las tareas domésticas
realización de las tareas, y lo que sí se reparte eventualmente es la sino que, además, deben realizar, por ejemplo, comidas especiales
ejecución de las mismas. para los integrantes del hogar que por distintos motivos (enferme-
Diremos entonces que, independientemente de sus jornadas la- dades, gustos, alergias) no pueden ingerir determinados alimentos.
borales remuneradas (trabajos part y full time como empleadas Algunos ejemplos: “Mi marido no sabe hacerse ni un huevo frito, él
domésticas en casas particulares), el trabajo doméstico no re- come lo que le hago yo, come lo que está en la mesa, lo que pasa es
munerado es responsabilidad exclusiva y excluyente de las cinco que no todo le gusta entonces tengo que buscarle la vuelta”; “No es
mujeres entrevistadas (aún conviviendo con varones adultos au- que no me gusta cocinar, sino que son complicados con la comida,
tosuficientes). En relación a esto, cuatro de las cinco entrevistadas y tengo que resolver eso”. Bonino Méndez (2000) lo conceptualiza
mencionaron que hay días en los que no tienen ganas de realizar como “trabajo emocional”, ya que implica que las mujeres estén
las tareas domésticas, no obstante no pueden abandonarlas ya que atentas, observen y ejecuten tareas individuales para cada inte-
no hay nadie que las haga por ellas. Aún cabe señalar que es un grante del hogar en beneficio de éstos. Las entrevistadas depositan
trabajo continuado, sin horarios ni vacaciones, hecho que se mani- así excesiva cantidad de horas y energías en este trabajo, algo que
fiesta en las respuestas de las entrevistadas al no poder consignar imposibilita el cuidado de sí, el tiempo disponible para el desarrollo
la cantidad precisa de horas que le dedican a las tareas domésticas personal, para el ocio dentro del hogar o para realizar actividades
ya que las realizan desde que se levantan hasta que el día finaliza. placenteras. En relación a esto, al preguntarles sobre la realización

237
de actividad física, cuatro de las entrevistadas mencionaron no rea- y las demás integrantes del hogar. Además, no disponen de tiempos
lizar ninguna actividad; algunas de ellas agregaron: “Por el horario de ocio para decidir qué hacer consigo mismas, son las únicas res-
de mi nene, que como soy yo la que lo tengo que llevar al colegio, ponsables de realizar las actividades para mantener el hogar, hecho
la que tengo que llevarlo a particular, la que tengo que ir a buscarlo, que impide que, si así lo desean, puedan abandonarlas. No realizan
él estuvo con problemitas de salud así que tenía médicos, y viste actividades placenteras ni que favorezcan su desarrollo personal,
cuando llegaba la verdad que ya no tenía ganas, fiaca”; “Falta de su autonomía y sus vínculos extra familiares. Si bien son las princi-
tiempo, porque yo podría hacer una rutina y salir a caminar, no pales en tomar las decisiones importantes del hogar, al encontrarse
necesito dinero, pero es falta de tiempo porque vos decís ‘bueno subsumidas en relaciones desiguales de poder, que se reflejan en
hay días que venís temprano’, sí, pero el día que vengo temprano la disparidad en el ámbito doméstico, no tienen capacidad de deci-
lo utilizo para hacer las compras, los lunes por ejemplo a la tarde, sión en relación a sus propios deseos e intereses.
entonces me dedico a ir al supermercado, a la verdulería, a hacer Consideramos que la no paridad en el ámbito doméstico y su con-
las compras para más o menos tener organizada la semana”. secuente doble jornada laboral dificulta la realización de prácticas
Se ha podido observar que si bien las entrevistadas se realizan relacionadas al cuidado de sí, al empoderamiento, al desarrollo
estudios de salud en centros formales de atención, que van de la personal y a fomentar la autoestima, ejes fundamentales a la hora
mano con los saberes reconocidos en el ámbito de la ciencia médi- de pensar la noción de autocuidado en el colectivo aquí abordado.
ca, aún están ausentes prácticas que le den forma al autocuidado. Estas cuestiones, aunque no tematizadas, latieron con firmeza en
Tal como lo expresa Panesso (2000): “es en el terreno del diario los discursos de las mujeres entrevistadas, aparecieron en forma
vivir – en los mundos de lo público y lo privado – que se tejen de preguntas retóricas, o se manifestaron en risas luego de escu-
las relaciones interpersonales de un cotidiano doméstico, laboral, charse a sí mismas haciendo una reflexión que las descubría en
familiar, comunitario en donde la vigencia del autocuidado toma una posición desfavorable. Es el inicio de un camino que las debe
forma” (p.9). Además, cuatro de cinco entrevistadas se encargan encontrar activas, responsables de su vida y su salud, propiciándo-
de la salud de sus hijos/as llevándolos al médico o seleccionando la se actividades placenteras, preguntándose qué estarían haciendo
alimentación que consumen, hecho interesante ya que los padres si no estuvieran asumiendo en solitario responsabilidades que no
de tales hijos/as no se encargan de esos asuntos. son solamente suyas.
Como hemos mencionado, las mujeres han accedido en gran me- Para concluir, se desprende de lo dicho que es necesario tanto que
dida a los espacios públicos, sin embargo, y en consonancia con lo las mujeres adopten un rol activo en el proceso de asumir el au-
que postula Débora Tajer (2012) aún se espera que sean las prin- tocuidado como así también la incorporación de políticas de salud
cipales encargadas del cuidado y la salud en las familias. En este que adopten una perspectiva de género donde se promueva la au-
sentido destacamos que la totalidad de las entrevistadas sienten tonomía de las mujeres, abordándolas como usuarias inmersas en
un malestar físico recurrente pero ninguna actúa en dirección de una multiplicidad de factores que hacen desigual su tránsito por el
erradicar el malestar. proceso de salud-enfermedad-cuidado.
Tres de las cinco entrevistadas no realizan actividades con per-
sonas que se encuentren fuera de su círculo familiar, hecho que BIBLIOGRAFÍA
dificulta otros aspectos del autocuidado, que si bien es un proceso Bonino Méndez, L. (2000). Los varones hacia la paridad en lo doméstico.
que se asume individualmente, también es menester abordarlo de Discursos sociales y prácticas masculinias. Buenos Aires: Mimeo.
Esquivel, V. (2013). El cuidado en los hogares y las comunidades. Informe
manera colectiva, siendo indispensable la unión de mujeres moto-
de investigación OXFAM.
rizadas por intereses comunes (Panesso, 2000).
Fernández, A.M. (1993). La mujer de la Ilusión. Pactos y contratos entre
Asumir el autocuidado, valorarse a sí mismas, dedicar tiempo a hombres y mujeres. Buenos Aires: Paidós.
actividades placenteras no solo requiere iniciativa individual sino Hernández Sampieri, R., Collado Fernández, C. & Lucio Baptista, P. (2004). Me-
un cambio cultural profundo en relación a los roles que cada uno y todología de la Investigación. México D.F.: McGraw-Hill Interamericana.
cada una encarna al interior del hogar. Instituto Nacional de Estadística y Censos (2013). Encuesta sobre trabajo
no remunerado y uso del tiempo.
Consideraciones finales Panesso Arango, Y. (2003). Autocuidado, género y desarrollo humano: ha-
Hasta aquí hemos visto cómo se ve afectada la cotidianidad de las cia una dimensión ética de la salud de las mujeres. En XVI Congreso
mujeres entrevistadas producto de la no paridad en el ámbito do- Mundial de Sexualidad y Desarrollo Humano: Del discurso a la acción.
méstico. La doble jornada laboral, consecuencia de la inequidad La Habana, Cuba.
en las tareas reproductivas y de cuidados, es un factor que coarta Panesso Arango, Y. (2000). Autocuidado de la salud: reflexiones desde los
aportes de género. En Primer Simposio Internacional de Salud y Géne-
las posibilidades de las mujeres, generando dificultades para que
ro. Sociedad Cubana de Medicina Familiar. Santiago de Cuba.
estas puedan asumir un rol activo como personas autónomas en
Stolkiner, A. y Ardila, S. (2012). Conceptualizando la Salud Mental en las
el proceso de salud-enfermedad-cuidado. Si bien las entrevistadas prácticas: consideraciones desde el pensamiento de la medicina so-
realizan algunas actividades relacionadas con su propio cuidado, cial/salud colectiva latinoamericanas. Vertex Revista Argentina de Psi-
estas son las que no entran en tensión con las tareas que realizan quiatría. Volúmen XXIII, 52-56.
diariamente, es decir, con el trabajo doméstico y extradoméstico. Tajer, D. (2012). Construyendo una agenda de género en las políticas pú-
Encontramos una relación particular con el cuerpo, considerado blicas en salud. En D. Tajer (comp.), Género y salud: las políticas en
como una “máquina” que debe estar siempre funcionando para los acción (pp. 17-36). Buenos Aires: Lugar Editorial.

238
VIOLENCIAS HACIA LAS MUJERES
EN SITUACIÓN DE CALLE
Tortosa, Paula Inés
Universidad Nacional de Lanús. Argentina

RESUMEN INTRODUCCIÓN
Son múltiples las formas y modalidades de violencias hacia las Esta investigación se desprende del trabajo realizado en la tesis
mujeres, las cuales se encuentran estructuradas por el sistema “Trayectorias de atención y cuidado de la salud de mujeres en si-
patriarcal que atraviesa las relaciones entre los géneros. Dada la tuación de calle en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires” para la
situación de precariedad material, las mujeres en situación de calle obtención del título de magister en la Universidad Nacional de Lanús.
(MSC) son más susceptibles a experimentar episodios de violencia,
lo cual profundiza aún más su problemática. El objetivo del pre- Violencias hacia las mujeres
sente trabajo es analizar las violencias que atraviesan las mujeres La Convención de Belem do Pará postula que la violencia hacia
en situación de calle en la CABA desde su propia perspectiva. La las mujeres es cualquier acción o conducta basada en su género
metodología utilizada es cualitativa con una muestra de 9 MSC, a que cause muerte o sufrimiento y constituye una violación a los
quienes se les administraron entrevistas semi-estructuradas acom- derechos humanos. Nuestro país adhiere a la Convención y en el
pañadas de observación participante. Luego se realizó un análisis año 2009 se promulga la Ley 26485 de protección integral de las
hermenéutico-dialéctico. Los resultados dan cuenta que las MSC mujeres. Postula como definición de violencia contra las mujeres
han padecido en sus trayectorias múltiples violencias tanto “den- “toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirec-
tro” como “fuera” de la calle. También se destaca el rol del Estado ta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una re-
en tanto perpetuador de muchas de estas formas de violencias vul- lación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integri-
nerando sus derechos. dad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así
también su seguridad personal”. Y agrega “Quedan comprendidas
Palabras clave las perpetradas desde el Estado o por sus agentes. Se considera
Situación de calle, Mujeres, Violencias, Derechos violencia indirecta, a los efectos de la presente ley, toda conducta,
acción omisión, disposición, criterio o práctica discriminatoria que
ABSTRACT ponga a la mujer en desventaja con respecto al varón”.
VIOLENCE AGAINST HOMELESS WOMEN Entonces según las definiciones propuestas por la Ley 26485 se
There are multiple forms and modalities of violence against women, entienden distintos tipos de violencias hacia las mujeres que pue-
which are structured by the patriarchal system that crosses rela- den ser clasificadas como: física, psicológica, sexual, económica y
tions between the genders. Given the situation of material scarcity, patrimonial, simbólica. También postula las distintas modalidades
homeless women are more susceptible to experiencing episodes en las que se puede desarrollar: doméstica, institucional, laboral,
of violence, which makes their problematic even more complex. contra la libertad reproductiva, obstétrica y mediática.
The objective of the present work is to analyze the violence that Para la antropóloga Rita Segato las estructuras elementales de la
the women in street situation in CABA from their own perspective. violencia están organizadas por el sistema patriarcal que institu-
The methodology used is qualitative with a sample of 9 homeless ye relaciones desiguales entre hombres y mujeres, estas últimas
women, who were given semi-structured interviews accompanied se encuentran en situación de subalternidad (Segato, 2003). Este
by participant observation. A hermeneutic-dialectical analysis was fenómeno en muchas oportunidades se encuentra naturalizado e
then performed. The results show that these women have suffered invisibilizado por gran parte de la sociedad inclusive las institucio-
multiple violence in their trajectories both “inside” and “outside” of nes públicas.
the street context. It also highlights the role of the State as perpe-
tuator of many of these forms of violence violating their rights. Mujeres en situación de calle
Artículos recientes como el documento “Women’s Homelessness:
Key words International Evidence on Causes, Consequences, Coping and Po-
Homelessness, Women, Violences, Rights licies” (Johnon, Ribar y Zhu, 2017) realizaron una reseña a nivel
internacional sobre el estado de situación acerca de las MSC en
distintas ciudades del mundo. En su análisis tuvieron en cuenta
lo que denominan causas y consecuencias de la situación de ca-
lle. Entre las primeras se destaca la violencia doméstica como un
evento estresante y desestabilizador que ha acercado a las mujeres
a la calle. Respecto a las consecuencias se destacan los impactos

270
materiales y psicológicos en el grupo familia. La situación de calle impacto en las políticas sociales y posiciona a las MSC como in-
afecta principalmente la salud y el bienestar emocional. Estas con- competentes para comprender su propia problemática. Como con-
secuencias se pueden encontrar también en varones en situación secuencia, las investigaciones que reproducen estas imágenes y
de calle, pero en el caso de las mujeres trae aparejado episodios de discursos no otorgan valor a los conocimientos propios de estas
abuso físico y sexual. También, problemáticas relacionadas con el mujeres.
consumo de sustancias psicoactivas, mayor inestabilidad laboral y Se utilizó el programa Atlas-Ti para la organización del material y
gran susceptibilidad de contraer el virus de HIV y otras enfermeda- el análisis realizado fue hermenéutico dialéctico (Minayo, 2009). El
des de transmisión sexual. trabajo se realizó con aportes de la Psicología Social Comunitaria
Diversos estudios demuestran que las MSC son más susceptibles (Zaldúa, 2011) y desde una perspectiva feminista, que atiende a la
que los varones a experimentar situaciones de violencia, produ- categoría de género como central para analizar las desigualdades
ciéndose la invisibilización de la problemática y profundizando aún histórico sociales de las relaciones sociales (Lagarde, 1996).
más la exclusión social (Asamblea UN, 1993; Herrero Fernández,
2003; Defensoría de Córdoba, 2012). Las mujeres en situación de RESULTADOS Y DISCUSIÓN
calle se encuentran bajo múltiples amenazas a su salud y su inte- Las formas y modalidades de violencias que han experimentado las
gridad física, habiéndose registrado en Brasil prácticas de extrema MSC tanto “dentro” como “fuera” de la calle son diversas y com-
violencia biomédica como la esterilización forzada y abortos invo- plejas. En principio es necesario ubicar dos cuestiones, la primera
luntarios (Tiradentes, 2007). es que en algunos casos las situciones de violencia constituyeron
En el caso de las MSC en CABA se evidencia la discriminación en una suerte de “puerta de entrada” a la calle, y la segunda es que en
las prestaciones sociales para las mujeres, en tanto están desti- este contexto de marginalidad las mujeres se encuentran aún más
nados mayoritariamente a varones en situación de calle (Tortosa, susceptibles a experimentar violencias.
2015). También, la culpabilización de las mujeres que son madres
y se encuentran en situaciones de extrema pobreza e indigencia Violencia Sexual
frente a algunos descuidos parecería ser una práctica habitual de Es definida como cualquier acción que implique una vulneración
las instituciones sociales, educativas y sanitarias (Zaldúa, 2011). al derecho de la libre elección sobre su vida sexual o reproductiva
Por ende, cabe preguntarse ¿qué formas de violencias experi- (Ley 26485, 2009). En este aspecto, haber sido violada a los 12
mentan las mujeres en situación de calle y en qué modalidades? años por su padrastro para Alicia (22 años) se encuentra relaciona-
¿Quiénes son los perpetuadores de dichas violencias? Y por últi- do con su acercamiento a la situación de calle y la problemática de
mo, ¿qué estrategias existen y pueden idearse para la erradicación consumo de sustancias psicoactivas.
de las mismas? También la violencia sexual aparece en el ámbito de lo público
como una amenaza:
Objetivo “Hacés una de la calle y fuiste. Vas a terminar violada o cualquier
El objetivo del presente trabajo es analizar las violencias que atra- cosa” (Romina, 27 años).
viesan las mujeres en situación de calle en la CABA desde su propia En este punto la entrevistada está haciendo referencia al consumo
perspectiva. de sustancias psicoactivas en el ámbito de la calle y como eso
puede traer el riesgo de padecer violencia sexual. En este punto
METODOLOGIA aparece la cultura de la violación como normalizadora de las con-
Se trata de un estudio cualitativo con una muestra de 9 MSC que ductas de las mujeres, y en particular, el acto de violación como una
estuvo sujeta a un criterio de saturación teórica y se caracterizó acción moral frente a conductas consideradas poco apropiadas por
por ser no probabilística, viable, accesible (Patton,1990 ; Minayo, parte de las mujeres (Segato, 2003).
2009). Se realizaron 9 entrevistas semi-estructuradas junto a ob- Las MSC relatan con angustia el peligro que representa para su
servaciones participantes en espacios cotidianos de las mujeres. bienestar físico y sexual ya que el pernocte en la vía pública en un
Se utilizaron criterios de la Ética Racional, que implica un posicio- terreno hostil y masculinizado. Sin embargo, frente a estas amena-
namiento implicado por parte de la investigadora para poder re- zas han podido idear estrategias de supervivencia tanto utilizando
cuperar el saber de las mujeres respecto de su problemática y se la fuerza física para defenderse y agrupándose con otros/as con
administró el Consentimiento Informado (Montero, 2001; Sopransi, quienes se sienten más seguras.
2011). Este posicionamiento ético devino de suma necesidad con
el objetivo de no estigmatizar ni re-victimizar a las MSC. Muchos Violencia Física
discursos e investigaciones asocian a las mujeres pobres a este- La violencia física contra las mujeres es entendida como cualquier
reotipos de alto contenido discriminatorio: como víctimas circuns- acción que produzca daño, dolor o riesgo de producirlo contra el
tanciales o estructurales; como criminales peligrosas e invasoras cuerpo de la mujer (Ley 26485, 2009). Cómo se señaló las MSC ex-
del espacio público; y también vagas- vividoras de los beneficios perimentaron múltiples episodios de violencia física en el contexto
sociales. Estas tres imágenes se encuentran constantemente en de la situación de calle como parte de su repertorio de recursos
interacción produciendo una significación social de las MSC como para mantener su integridad. No obstante, varias de ellas también
enferma, incoherente, víctima de violencia que puede volverse pe- atravesaron situaciones de violencia “fuera” del ámbito de la calle:
ligrosa en cualquier momento (Pardis, 2009). Esto tiene un claro “Yo tengo una puñalada de mi papá. [...] Y así mi viejo drogadicto,

271
golpeador, te la tenés que bancar […] Prefiero estar en la calle. Con padecimiento de Romina, quien prefiere que queden al cuidado de
gente que sé que sabe cómo soy, y por lo menos te lo demuestran su padre, frente al fantasma que sus hijos/as sen enviados a un Ho-
cada día. Y por lo menos tengo una sonrisa. Y no estar en una casa gar. En esta situación, se observa la creencia de que, frente a even-
que te dan un plato así. Y que te estén metiendo una pastilla, y te la tos adversas y por no contar con recursos económicos suficientes,
estén picando para quedar estúpida y que tus hijos te vean estúpi- el Estado dispondría de separar a los/as niños/as de sus familias.
da” (Romina, 27 años). “Que te saquen a los hijos” parecería ser una de las consecuencias
En este punto también se destacan los daños a la salud que trae más dolorosas de la situación de calle. El momento más crítico de
aparejada encontrarse en situación de calle y cómo trae conse- estas trayectorias y aparece como amenaza constante:
cuencias “a nivel anímico, a nivel físico, a nivel salud” (Susana, 41 “Y eso que nos decían: ‘ojo con los chicos, ojo que les van a sacar
años) y “tenés que estar constantemente pendiente que nadie te los chicos’. Todo el mundo lo dice. Y yo decía: ‘¿cómo me van a
lastime” (Carla, 35 años). sacar a mis hijos si son míos?´” (Gisel, 29 años).

Violencia Económica y patrimonial Violencia Simbólica


La violencia económica y patrimonial es la que causa daños a los La violencia simbólica se sustenta en los estereotipos que reprodu-
recursos y bienes de las mujeres. En este aspecto la situación de cen la dominación y desigualdad en las relaciones sociales, natura-
calle supone la privación material de una vivienda y las MSC relatan lizando la subordinación de la mujer (Ley 26485, 2009).
cómo su acercamiento a la calle se produjo a partir de situaciones Se destacan múltiples sentidos en relación a la maternidad y “fe-
de violencia patrimonial: mineidad” que entran en tensión y contradicción con prácticas de
“Vine a parar debajo de un puente porque me quedé en la calle. consumo de sustancia psicoactivas de las mujeres y formas de cui-
Estaba con mi primera pareja y el terreno que teníamos era toma- dados del cuerpo y de los/as hijos/as.
do. Y cuando nos vinimos una semana acá a juntar mercadería,
juntamos cartones, cuando volvimos no teníamos nada. El terreno Modalidades de Violencia: ¿quiénes ejercen y perpetuán la
estaba cerrado. […] y de mi familia nadie me daba lugar. Y vinimos violencia hacia las mujeres?
para capital. Nos quedamos acá donde estábamos juntando los Las modalidades de violencia que atraviesan las MSC que se han
cartones” (Evangelina, 35 años). señalado principalmente remiten a: la laboral, en tanto se encuentra
La falta de vivienda estable y la imposibilidad de acceso a la mis- obstaculizado el acceso al empleo; doméstica, es la ejercida por un
ma están presentes en todas las entrevistadas. También el anhelo integrante del grupo familiar; y la violencia institucional. Esta última
de un trabajo. En este punto la CEDAW explicita que el trabajo es la realizada por profesionales, trabajadores/as, funcionarios/as,
(entendido como empleo remunerado) es un derecho de todas las instituciones públicas que obstaculizan o retardan el acceso a las
personas y deben emplearse los medios necesarios para garanti- políticas públicas previstas por la Ley 26485.
zar que las mujeres puedan acceder con las mismas oportunida- Se registraron eventos de des-trato y abandono por parte de profe-
des que los varones. sionales de los programas de asistencia directa en la vía pública a
personas en situación de calle:
Violencia Psicológica “También te sentís mal y justo te pasan estos los del BAP, les decís
La violencia psicológica es la que causa daños emocionales y perju- como le dijo mi novio ‘mi novia está cagada de frio con un ataque
dica el desarrollo personal, ya sea que busca degradar, controlar las de asma’. ‘Nosotros no podemos hacer nada, tenés que llamar’. No
acciones mediante amenazas, acoso, hostigamiento, aislamiento o teníamos ninguna frazada, nos habían robado todas las frazadas.
descrédito. Este tipo de violencias se visibiliza en las MSC como No nos dieron bola directamente, llamábamos y nunca vinieron,
daños emocionales y como temor amenazante frente a que sean tuve que estar tapada con un cartón, con un ataque de asma casi
separadas de sus hijos. “Me los sacó mi papá” comienza Romina muerta, el pendejo parado alado mío así llorándome diciéndome,
explicando por qué no se encuentra con sus hijos. Las circunstan- ‘loca despertate’” (Romina, 27 años).
cias y los motivos en los cuales ocurrió este hecho son confusos y La mayoría de las violencias instucionales a MSC corresponden a
atravesados por reiteradas situaciones de violencia por parte de su obstáculos en las instituciones de asistencia a la población en si-
padre hacia ella: tuación de calle. La gestión de estos recursos sociales que propone
“Sí, me está volviendo loca. De donde estoy parando, mi viejo está el GCBA para MSC no siempre es sencilla:
enfrente. Y los veo a mis hijos de un momento al otro. Y no los “Y, sí de todo eso que dice que me pertenece y por alimento mu-
puedo ver, y me escondo atrás de un auto para que no me vean chas veces me dicen ‘señora puede ir’. Me dicen que una asistente
porque si no se cruza el bebé. Todo por la novia de mi papá” (Ro- social me puede hacer, pero siempre es un problema. Me dan vuel-
mina, 27 años). ta con una cosa. Una sola vez que fui, fui a verlo porque de acuerdo
“A mí, mi cabeza está todo el tiempo de cómo están mis hijos, no la fecha me dice ‘no, tiene que esperar que el sistema’. Al final me
sé nada, si están llorando. Y mirarlos de una vereda a otra y decir: citaron y tampoco cobré” (María, 64 años).
‘¡Dame mis hijos!’ Más a mi hija se va a la mi… La veo de una vere- El transitar por estos dispositivos de asistencia supone acatar cier-
da a otra. La ves que está creciendo y decís ‘paaa ya tiene el guar- tos requerimientos y condiciones (tener dirección en CABA o dos
dapolvo’. Tiene que ir al jardín y yo acá parada” (Romina, 27 años). años de residencia comprobable en caso del subsidio). En el caso
Esta cercanía-distante que mantiene con sus hijos es el principal de Carla, ella expresa: “el subsidio me fue negado” por no tener

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dirección en CABA, al igual que le sucede a Alicia. Esto implica que cas intersectoriales e instituciones y dispositivos que efectivicen
no califican para el ingreso al programa que otorga dinero mensual la accesibilidad a los derechos básicos como: la vivienda digna y
para el alquiler de una habitación. También presentan dificultades estable, educación, trabajo y salud estas situaciones opresivas se
en términos de “compatibilidades” entre los beneficios sociales de seguirán produciendo y reproduciendo.
GCBA y Nación.
“No cobro nada más. Nada más. Dicen que no me pueden dar como BIBLIOGRAFÍA
yo tengo una pensión… En realidad necesito ayuda porque yo es- Butler, J. (2007). El género en disputa: el feminismo y la subversión de la
toy criando también a mi nieto. No cobro nada todavía porque a él identidad. Ediciones Paidós Ibérica.
recién le están por hacer los documentos, así que… Bueno, está Butler, J. (2006). Deshacer el género. Barcelona, Paidós.
más complicado” (Ana, 51 años). Castellanos G. (2006). Sexo, género y feminismo: tres categorías en pugna.
Los recursos sociales se presentan como una “ayuda” para paliar Cali: Universidad del Valle.
CEDAW. (2007). Acercándonos a los derechos internacionales de protec-
las situaciones de precariedad material y económica que atraviesan
ción de los derechos humanos de las mujeres. IIDH.
las MSC. Sin embargo para la obtención de los mismos las mujeres
Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violen-
deben invertir gran parte de su esfuerzo y tiempo, y sortear diversas cia contra la Mujer (1994)“Convención De Belem Do Para”. Brasil.
trabas burocráticas. Se observa entonces, cómo para lograr obtener Defensoría del Pueblo de la Provincia de Córdoba (2014). Mujeres en si-
estas “ayudas” es necesario desarrollar cierto saber respecto de tuación de calle: Una aproximación reflexiva desde la perspectiva de
los recursos y circuitos institucionales. Esto genera un proceso de género. [Internet] Agosto 2012 [citado 1 may 2014]. Disponible en:
burocratización de la situación de calle, consume gran parte de su http://www.defensorcordoba.org.ar/archivos/publicaciones/ipsc-
tiempo y profundiza aún más la situación de exclusión social. 2012mujeres.pdf
Las gestiones de recursos sociales se vuelven rutinarias, ya pue- Dussel, E. (1988). Para una ética de la liberación latinoamericana. Bogotá,
den demorar varios meses y generan sensaciones de frustración, Nueva América.
pasivizando a las MSC a la espera de una respuesta (Rosa & García, Johnson, G., Ribar, D.C., & Zhu, A. (2017). Women’s Homelessness: Interna-
2009) y estas instituciones se tornan en un laberinto caótico (Mar- tional Evidence on Causes, Consequences, Coping and Policies.
Marchese, C. (2006). La construcción del signo “indigente” en el discurso
chese, 2006). No obstante, muchas mujeres generan un proceso
de las instituciones estatales de la Ciudad de Buenos Aires. Revista La-
de expertización y aprenden las lógicas burocráticas de estos es-
tinoamericana de Estudios del Discurso. [Internet] 2006 [citado 10 feb
pacios. De este modo, se agencian de ese saber-hacer y buscan 2010] 6(1). Disponible en: http://aledar.fl.unc.edu.ar/files/Marchese-
aliados/as estratégicos dentro de las instituciones. Tal es el caso Mariana-Carolina1.pdf
de Gisel que mediante una relación con una trabajadora social del Minayo, M.C. (2003). Investigación Social. Teoría, método y creatividad.
GCBA, implicada con su tarea, logró superar todos los obstáculos Buenos Aires: Lugar Editorial.
institucionales y poder acceder al subsidio habitacional y a un tra- Minayo, M.C. (2009). La artesanía de la investigación cualitativa. Buenos
bajo medianamente estable. Aires: Lugar Editorial.
Montero, M. (2001). Ética y política en psicología: las dos dimensiones no
Reflexiones finales reconocidas. En Revista Athenea Digital Nº0, 1:10.
La calle condensa un escenario de múltiples formas de violencias Montero, M. (2004). Introducción a la Psicología Comunitaria: desarrollos,
hacia las mujeres, lleno de potenciales amenazas, episodios hosti- conceptos y procesos. Buenos Aires: Paidós.
Lagarde, M. (1996). “El género”, fragmento literal: ‘La perspectiva de gé-
les y, también, impone cierta lógica de comportamiento violento por
nero’. Género y feminismo. Desarrollo humano y democracia. España:
parte de ellas para poder subsistir.
Ed. Horas y HORAS.
Estas distintas formas de violencias convergen en un punto cen- Ley Nacional 26.485 (2009). de protección integral para prevenir, sancionar
tral que atraviesa y es la violencia por parte del Estado tanto en y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desa-
sus instituciones y en las políticas sociales que tienen bajo alcance rrollen sus relaciones interpersonales. Argentina.
para las problemáticas que atraviesan las MSC. Entonces el rol del Paradis, P. (2009). A little room of hope: feminist participatory action re-
Estado aparece como perpetuador de estas violencias a pesar de search with “homeless” women. [Tesis de Doctorado] Graduate De-
promulgar leyes que promueven lo contrario. partment of Adult Education and Counselling Psychology. Ontario
En este punto Segato (2003) postula que no se puede erradicar las Institute for Studies in Education University of Toronto. Disponible en:
violencias de género en tanto no se modifiquen los afectos consti- https://tspace.library.utoronto.ca/handle/1807/19158
tutivos de las relaciones de género Patton, M. (1990). Qualitative Evaluation and Research Methods. Sage:
Entonces, bajo este panorama desalentador atravesado por múlti- London.
Rosa, P. (2010). El circuito de la necesidad: Las Organizaciones de la Socie-
ples dimensione cabe preguntarse: ¿qué posibilidades hay para la
dad Civil y la asistencia a los habitantes de la calle en la Ciudad Autó-
efectiva erradicación de las formas de violencias hacia las mujeres
noma de Buenos Aires. Summer School on Interdependent Inequalities
en situación de calle? Las violencias es una problemática que afec- in Latin America. Brazil, November 1-5. [Internet] 2010 [citado en julio
ta extensamente a las mujeres y se ve aún más profundizado en 2013]. Disponible en: http://www.fflch.usp.br/centrodametropole/anti-
situaciones de vulnerabilidad social y económica. go/static/uploads/paula_rosa.pdf
En conclusión la situación de calle podría considerarse como una Rosa, P. (2013). ¿Cuántos son, quiénes son los habitantes de la calle?:
forma de violencia hacia las mujeres en tanto aparece en sus múl- Acercamientos a las cifras. Trab. soc. [internet]. 2013, n.21 [citado 01-
tiples formas y modalidades. Por ende, en tanto no existan políti- 02.2015], pp. 563-577 . Disponible en: . ISSN 1514-6871.

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